11.
Había estado pensando un sinfín de cosas y
posibles situaciones sin haber dicho palabra alguna con referente a la
situación, sólo mi madre era consciente de los hechos al igual que yo mientras
mi novio me tenía en una espera interminable y no podía decirle que teníamos
que hablar porque solo lo preocuparía ya que no si no podía verme personal no
valdría la pena. Pero ya había pasado una semana. Decidí concentrarme en lo de
buscar un empleo, hablé con algunos de mis profesores y profesoras, podía ser
ayudante, asistente, cualquier cosa, sino me daban respuesta buscaría en
cualquier lugar, camarera, secretaria, cualquier cosa, solo quería sentirme
útil. Sentir que tenía todo bajo control, o por lo menos esa parte de mi vida
porque siempre lo tuve todo y tal vez fue un error por parte de mis padres mas
quien los culparía, son padres al fin y al cabo, tal vez yo haría lo mismo con
los míos pero no tenía que pensar en eso por el momento, sólo tenía claro de
que depender de ellos ya no me parecía tan normal como antes, ahora tenía
intereses personales, tenía planes, supongo que ya estaba haciéndome adulta y
era natural que comenzara a preocuparme pero siendo honesta conmigo misma, lo
que me pasaba con mi amiga había sido el detonante, el empujón que requería
para abrir los ojos.
No tuve mucha suerte pero no me rendiría,
comenzaría en un empleo cualquiera. Así tomé un periódico durante la hora de
comida en la universidad y marqué algunas ofertas de trabajo para tomar nota.
El día se me pasó volando, tuve muchas cosas que hacer y planear.
Llegué a casa a las 10:00 pm. Mi padre estaba
en la sala pero no estaba viendo la Tv. Fui a saludarlo y al darle el beso en
la mejilla me miró con un halo de tristeza. Me pidió que me sentara.
-Tenemos que hablar- me dijo.
Mi padre era un hombre sencillo, un tanto
menos estricto que mi madre, él siempre me decía que cuando yo sea grande lo
primero que debo ser es, ser feliz y que así lo demás me parecería pan comido.
-Claro, dígame- le dije.
-¿Qué pasa contigo y tu madre? He notado que
no se dirigen la palabra- me dijo muy serio.
-Sí, no te preocupes, no pasa nada, sólo me
dijo que hiciera algo y aún no he podido hacerlo.- le dije con una sonrisa.
-¿Puedo saber?
No supe qué responderle y me di cuenta de que
mi simple mudez ya me había crucificado.
-Papá… Hice algo… Pasó algo y no sé cómo lo
tomes- le dije ya nerviosa.
-Bueno, si no me dices nunca lo sabremos- me
dijo sonriente haciéndome creer que todo estaría bien.
No me sentía lista para hablar. Amaba a mi
padre por todo, por ser quien era, por su amor incondicional, su apoyo, siempre
había sido muy comprensivo ante cualquier fallo mío. Pero esto no era un fallo
para mí y tal vez esa era la diferencia de antaño. No sabía cómo reaccionaría y
tenía tanto miedo de ver decepción en su cara.
-Estoy… - entonces dije esa frase indecible
para mí.
-¿Lo engañaste?- estaba bastante sorprendido-
¿Tu madre lo sabe? ¿Por eso esta así contigo?
-Sí- le dije mientras me sentía desfallecer.
-Hablaré con ella, no tiene que tomarse esto
tan personal- comenzó a decir sonriente para luego ponerse serio otra vez- Pero
eso sí, no pienses ni por un segundo que estoy contento contigo jovencita.
-Lo sé… Yo...
-Usted, nada. Sé que eres joven pero esto no
puedes repetirlo, tienen o tenían… Una relación estable, yo lo acepté, tu
madre, toda la familia. ¿Estás enamorada?- me preguntó de pronto y se me cortó
el aire- …Dime hija, ¿Tú amas a ese otro chico? Porque solo eso me consolaría
un poco sino de verdad que no habrá nada que me permita aceptar que todos los
principios que he tratado de transmitirte con el paso de los años hayan sido en
vano.
-No, papá…
-Sabes que está muy mal lo que has hecho, sé
que no estás casada pero aun así dice mucho de ti como persona.
Sus palabras me aguaron los ojos como cuando
nos da el sol de frente.
-Papá…
-Llorar no resolverá esto pero supongo que
eso es un sí- dijo y no parecía feliz- No sé cómo procederemos pero si quieres
algo serio con ese otro chico tendrás que esperar bastante y aun así no te
aseguro que todo resulte como tú esperas. Perdóname por ser tan crudo pero…
-Papá… Es una mujer- le dije dejando que mis
lágrimas se derramaran tranquilamente. Ya no podía seguir escuchándolo, le
estaba dando una verdad a medias y él no se lo merecía.
-Tú… Estás hablando en serio… - dijo mientras
me miraba con una cara de sombro.
No sabía si sentía vergüenza pero algo me
estaba doliendo muy dentro del pecho mientras lo veía mirarme cómo si quisiera
decirme mil cosas juntas a la vez. Traté de calmarme y me enjugué las lágrimas.
-Papá perdón…
-No, hey, tranquila solo dame unos minutos…
Necesito pensar un poco- me dijo volviendo a ser ese hombre que tanto amaba y
admiraba- Hablaré con tu madre, resolveremos esto como siempre, en familia.
Justo ahora no sé qué decirte de verdad. Estoy muy sorprendido.
-Entiendo- le dije- Papá, te quiero muchísimo
y no sabes cuánto me duele hacerte pasar por todo esto.
-No, tranquila, esto es… Sorpresivo, ósea, me
refiero a que te veía muy feliz con tu novio y… Yo no sé nada, nunca me he
fijado en si tú…
Pobrecito, estaba tan perturbado. Lo miraba
tartamudear por primera vez en mi vida.
Le dije que todo estaba bien que no tenía que
esforzarse por entender y yo no esperaba que entendiera todo de golpe. Me dio
un beso en la frente y me dijo que era su hija y siempre lo seria.
Esa noche llamé a mi novio y le dije que
teníamos que hablar, que por favor sacara un tiempo libre en la semana. Lo noté
preocupado pero yo también lo estaba, ya no podía con tanta mentira y tanto
secreto. Hablar con mi padre me había ayudado bastante, me sentí tan aliviada
que no lo puedo describir. Fue como si todos los problemas y toda esa presión
constante de preocupación se hubieran regulado considerablemente.
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Las kiero juntas y lo mande a volar a su novio q alegría volverte a leer besos
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