Capítulo 36
El día llegaba a su fin, cenaron en un restaurante disfrutando de las
preciosas vistas que ofrecía la capital y después se fueron a casa. Estaban tan
exhaustos que se fueron a la cama nada mas llegar.
A la morena le encantaba dormir acurrucada al lado de Paula mientras
esta la abrazaba y le hacía suaves caricias en su espalda y sus brazos. Era uno
de los pequeños placeres de los que jamás se cansaría y mucho menos prescindiría.
A la mañana siguiente un pequeño ruido despertó a Marina. Había sido
la rubia, que se encontraba de pié al lado del armario. Se quedó mirando a Paula,
se estaba vistiendo, estaba abrochándose
unos chinos pitillo color negro mientras que en su torso aún sólo llevaba un
sujetador del mismo color. La imagen era una delicia para Marina, estaba
completamente hipnotizada por el vientre plano de su chica y la parte
descubierta de sus pechos cuando esta se dio cuenta de que su amada se había
despertado.
-
Buenos días
preciosa- le dijo la rubia con una gran sonrisa- siento haberte despertado.
-
Buenos días- dijo frotándose
un ojo- ¿qué hora es?- esa imagen era tan tierna para la rubia. Se acercó y se
sentó en el filo de la cama.
-
Son las seis y
media- le dio un tierno beso.
-
¿Y dónde vas tan
pronto?- la morena la besó mas profundamente dando paso a sus lenguas, Marina
acarició ese vientre tan deseado y fue subiendo hasta llegar a esos pechos que
la llamaban.
-
Mi vida voy a
trabajar- la morena la volvió a besar, no se quería despegarse de ella y apenas
la dejaba hablar- pero si sigues así creo que no voy a llegar muy lejos.
-
Estaría bastante
bien que te quedaras conmigo- sus manos recorrían el costado de la rubia
bajando hasta llegar a la cintura del pantalón. Una vez ahí la recorrió sujetándola
con su dedo hasta que dio con el botón. Intentó desabrocharlo pero Paula la
paró.
-
Pequeña no me
tortures así, me tengo que ir- se separó de la morena que frunció el ceño- ya
escuchaste ayer a Irene.
-
Odio el horario
inglés- se cruzó de brazos, cosa que hizo reír a su chica.
Paula terminó de vestirse mientras que la morena la miraba con cara de
pena.
-
Estaré aquí a la
hora de comer- le dio un pequeño beso- te amo.
-
Te amo.
Cuando su chica salió de la habitación, la morena se dejó caer en la
cama mientras que soltaba un gran suspiró. Bajó su mano hasta que la metió
dentro del pantalón de su pijama. Estaba completamente empapada. Deseaba tanto
a esa mujer. Después de eso le fue imposible volverse a dormir.
Una hora y media después, cansada de dar vueltas, se levantó. En la
cocina estaba su hermano preparando café y minutos después Emily se levantó. Esa
mañana se la pasaron haciendo cartulinas en las que pusieron los principales
verbos en inglés, además de muchas palabras que necesitarían en su vida
cotidiana. A los tres les serviría ya
que los hermanos aprenderían inglés y la pelirroja aprendería español.
Alrededor de la una, la rubia llegó al piso, llegaba mas de media hora
tarde ya que había hecho todo el trabajo de la mañana y el de la tarde para así
poder tomársela libre. Nada mas entrar por la puerta, vio como Marina corría
hacía ella y saltaba enganchándose a horcajadas y besándola.
-
Hola cariño, te extrañé- le dijo en inglés.
-
Hola mi amor, yo también te he extrañado mucho,
pareces un pequeño osito panda- al ver la
cara que había puesto su chica al no entender nada no pudo evitar reírse- veo
que habéis empezado con las clases de inglés.
-
Si, pero va a ser
un camino muy largo- en ese momento la voz de su hermano se alzó pronunciando
una frase.
-
Un oso, por favor.
-
Que no, que por que grites mas el camarero no te va
a poner una cerveza cuando le digas oso, repite conmigo: Una cerveza, por favor.
-
Pero chiquilla que
lo estoy diciendo igual, un oso, por
favor.
-
Así llevamos todo
el día, creo que a Rafa le va a costar aún más que a mí- la rubia no podía
parar de reír.
-
Mi amor eres muy lista,
veras como en un mes os podéis defender perfectamente.
Se acercaron al salón donde el moreno y Emily seguían con su lucha.
-
¿Cómo vais?- le
dijo la rubia con una gran sonrisa.
-
Paula esto es
imposible, yo digo las cosas bien y la
Emily está empeñá en que no.
-
Esto va a ser más difícil de lo que pensaba- Dijo Emily con una sonrisa resignada.
-
Ya verás como sí
Rafa, tienes que ponerle empeño, en un mes tienes que poder defenderte y mas si
quieres enterarte cuando te manden algún trabajo en la empresa.
-
¿Qué?- dijo el
moreno sorprendido.
-
Marina me ha dicho
que trabajabas de electricista en España y
que te gustaba mucho tu trabajo. Ahora podrás trabajar en la empresa de
mi tío ocupándote de las instalaciones eléctricas y de las reparaciones, pero
eso sí, tienes que ponerte en serio con el inglés.
-
Paula, ¿estás
bromeando?- dijo con una media sonrisa.
-
No, no es broma- le
dijo con una gran sonrisa. El moreno se levantó de un salto y se abrazó a la
rubia.
-
Muchas gracias,
Pau, de verdad, no tenías por qué.
-
Es lo mínimo que
podía hacer. No te podré agradecer todo lo que hiciste por nosotras y esto no
es nada- Rafael se volvió a abrazar aún mas fuerte.
-
¡Esto hay que
celebrarlo! Ves Rafa, hoy tienes que invitar a Emliy a cenar- las palabras de su hermana hicieron
que el moreno se pudiera colorado.
-
¡Marina!
-
¿Qué? ¿Dónde está
tu sangre gitana?- le dijo repitiéndole las palabras que le dijo su hermano
días antes- tienes que sacar valor.
-
Está bien- aspiró
hondo y se volvió para mirar a la pelirroja que no entendía nada. Como pudo,
Rafael la invitó a cenar y una muy colorada Emily aceptó enseguida. Eran una
escena tan tierna que las chicas no paraban de sonreír. Los dos hermanos habían
encontrado el amor al fin.
Comieron y pasaron la tarde en familia. Alrededor de las seis los dos
jóvenes se arreglaron y se dispusieron a salir. Se veía a leguas que eran un
manojo de nervios. No sabían cómo se entenderían pero harían todo lo que fuese
para ello.
Las dos chicas despidieron a la pareja en la puerta del piso.
-
Bien preciosa, y
nosotras, ¿qué cenamos?- en ese momento Marina se abalanzó a los labios de su
chica y los capturó y se montó a horcajadas rodeando con sus piernas el cuerpo
de la rubia.
-
Ahora mismo lo
último que quiero es cenar- volvió a besarla con mas pasión si cabe. Sus
lenguas se reconocían como tantas veces antes.
Poco a poco Paula se fue dirigiendo hacia la habitación y cuando llegó
a esta depositó a la morena con cuidado sin parar de besarla. Los ojos verdes
de la morena se habían oscurecido por el deseo, llevaba tanto tiempo pensando
en ese momento que no podía esperar más. Desabrochó con ansias los botones de
la camisa de Paula y se la quitó. Sus manos recorrían la espalda de la rubia,
era tan suave. La rubia agarró por la cintura a Marina y la montó encima de
ella a horcajadas, agarró su camiseta y se la quitó quedando en las mismas
condiciones. La imagen era inigualable, la piel tostada de aquellos hermosos y
voluminosos pechos hacían que Paula perdiera la cordura. Comenzó a besar la parte
descubierta de aquellos dulces pechos mientras que buscaba el broche del
sujetador, lo desabrochó y dejó al descubierto esos deseados pechos. Comenzó a
besarlos haciendo que la morena emitiera pequeños gemidos. Esta buscaba
desesperada el broche el sujetador de su chica y en cuanto lo encontró no tardó
ni un segundo en quitárselo. Empujó a la rubia para atrás echándola en la cama
y comenzó a besar y chupar aquellos pechos que tanto deseaba. Estaba
consiguiendo que la rubia gimiese como nunca la había escuchado gemir. En un hábil
movimiento, Paula consiguió desabrochar los vaqueros de su chica y bajárselos, la morena la imitó quedando las
dos en igualdad de condiciones. Marina agarró con fuerza los glúteos de su
chica pegándola todo lo posible a ella. Lo único que las separaba era la fina
tela de sus bragas. Estaban ya tan húmedas que no esperaron ni un segundo mas,
se desnudaron completamente, pudiendo así notar cada centímetro de sus cuerpos.
Paula no aguantó más y bajó su mano hasta el clítoris hinchado de la morena. Al
notar sus dedos, Marina no pudo evitar gemir estrepitosamente haciendo que la
rubia sonriese. Las dos lo deseaban tanto. La rubia comenzó a hacer movimientos
estimulando el clítoris de su chica, pero esta quería algo más.
-
Por favor, no
aguanto mas, hazme tuya- le dijo con la voz mas grave de lo normal a causa de
su excitación.
Paula la besó y se adentró con delicadeza dentro de su chica que, al
sentirlo gimió y se aferró a la espalda de la rubia la cual movía sus caderas
contra su mano para ejercer más presión. En uno de esos vaivenes la rubia sacó
su dedo por completo y metió dos de sus dedos. Marina sintió un leve dolor que
enseguida se disipó. Acababa de perder la virginidad con la mujer a la que
amaba. El vaivén cada vez era más rápido. Marina no paraba de balbucear el nombre
de su chica y decirle que la amaba hasta que por fin sintió una corriente eléctrica
y una oleada de placer que recorrió todo su cuerpo. Cuando su cuerpo se relajó
Paula sacó sus dedos con cuidado y besó a su chica dulcemente.
-
Te amo mi vida-
dijo la morena acariciándole la cara.
-
Y yo a ti mi amor.
Comenzaron a besarse como si nunca lo hubiesen hecho. La noche no
había acabado, al contrario, apenas acababa de empezar.
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Deseando leer la continuacion....
ResponderEliminarSaludos. ;P
Divino!!! Hay tan caliente!!!! Y muy hermoso por lo del hermano y emily y pues al fin fueron una sola las dos...
ResponderEliminarHermoso!!! sigue asi por fa!!!
Saludos desde colombia!!
Q emocion cada capitulo te deja con ganas d leer mas gracias por cada capitulo bsos
ResponderEliminarmuchas emociones en un mismo día , Muy Feliz por la felicidad de este par y la de la próxima pareja
ResponderEliminarahhh!! se me hizo muy cortico :( gracias xiion como siempre cada capitulo se viven muchos sentimientos...
ResponderEliminarsaludos desde colombia.
q bonito por fin se amaron como deseaban las dos solo falta el hermano de marina y emily
ResponderEliminarespero el proximo capitulo
M.S (galicia)