Capítulo 31
–
No creo que se merezca nuestra ayuda- tiró
Macarena la nota a la mesa y se cruzó de brazos.
–
Maca, ¿por qué no? Esta claro que quiere a
Pau. Ponte en su lugar- intentó convencerla Lucía.
–
Y qué más da. Paula ya lo ha superado, cada
día que hablo con ella la noto más feliz y animada.
–
Macarena- le dijo seria Julia-No seas cría,
Paula no está bien y lo sabes. Sé que a ti, como a nosotras, te dolió mucho
pero no lo hizo porque quisiera y ahora tenemos la oportunidad de arreglarlo y
que estén juntas.
–
A mí esa tía no me va a convencer tan
fácilmente como a vosotras. Yo tuve que consolar a Paula todos esos días y se
lo mal que lo estuvo pasando y no quiero que vuelva a pasar por ahí.
–
Esta bien, si quieres, lee una de las cartas
que le ha escrito a Paula y seguro que vas a ver que ella no lo ha pasado
mejor- arrojó sobre la mesa la bolsa llena de cartas.
Macarena se quedó mirando la gran
bolsa y unos segundos después la abrió. El taco de cartas estaba sujeto por una
goma elástica y las cartas ordenadas de la primera a la última que le había
escrito. Macarena tomó la última carta y comenzó a leerla. En ella, Marina le
contaba a Paula lo que había sucedido cuando su prometido había entrado en su
habitación, cómo se había sentido después de que la golpeara y lo mucho que la
quería y la echaba de menos. Una lágrima recorrió la mejilla de Macarena, la
chica había podido sentir todo lo que sentía Marina en el infierno que estaba
pasando.
–
Esta bien…-dijo al terminar de leer- tenemos
que pensar en algo, y rápido. No será nada fácil.
Las tres chicas estuvieron todo el día
pensando en qué hacer hasta que dieron con un plan. No sería fácil pero al
menos lo intentarían.
Al día siguiente, Marina volvió a ir a
la universidad con su hermano, al llegar a la misma clase en la que se
examinaron el día anterior vio que su bolso no se encontraba donde lo dejó, por
lo que cabía la posibilidad que Julia se lo hubiese llevado, solo podía esperar
ya que, ese día, ninguna de las chicas apareció por allí. Al salir del examen,
intentó ir a preguntar a conserjería por su bolso pero con su hermano allí era
imposible ir sin que sospechara algo, por lo que volvió a casa rezando porque
alguna de las chicas fuera al día siguiente. Por desgracia eso no ocurrió, tampoco
fue ninguna de ellas y Marina salió de allí muy desanimada, solo le quedaban
dos días para no poder volver a verlas a ninguna de ellas y en una semana sería
la boda. La morena buscaba la forma de escaparse por sí misma pero parecía que
cuánto más cerca estaba el día de la boda, más vigilada la tenían. Todo estaba
en su contra, el destino parecía que quería que esa boda se celebrase.
Ese mismo día, Marina estaba encerrada
en su habitación, estaba leyéndose el manual del examen del día siguiente pero
no lograba concentrarse. En ese momento se escuchó el timbre de la puerta. Como
su madre estaba en casa no se molestó en abrir, pero cuando su madre abrió,
escuchó una voz masculina preguntando por ella.
–
¿Qué pasa mama?- Dijo saliendo de su habitación
y acercándose a la puerta.
–
Este chico, que trae una caja pa’ti con
papeles de la universidad.
–
¿Es usted la señorita Marina Heredia?- dijo
el chico que estaba en la puerta.
–
Si soy yo- le contestó la chica extrañada.
–
Vengo de las oficinas de la Universidad de
Madrid. Traigo un paquete para usted, si es usted tan amable, por favor, firme
aquí- señalando un cuadrado en el resguardo-Gracias. Le recuerdo que son
documentos oficiales y que sólo usted puede poseerlos- recalcó de manera
inusual la última frase-Que tenga un buen día.
Las dos mujeres se despidieron del
muchacho y Marina entró con el paquete hacía dentro.
–
Bueno niña ábrelo para que veamos que es.
–
Mama, solo son papeles de la universidad-
dijo Marina intentando irse para su habitación, pero su madre la agarró del
brazo.
–
Ve al salón y lo abres, por favor- le dijo ya
mas seria.
Marina lo entendió perfectamente, a
Juana le había parecido tan raro como a ella y parecía que no se fiaba de lo que
hubiese en su interior.
–
Está bien-fueron para el salón y abrió la
caja delante de su madre. Dentro de ella había varías carpetas de cartón con el
escudo de la universidad. Juana sacó las tres primeras carpetas y las abrió echándoles
una ojeada.
–
Son copias de las matriculas y de mi
expediente mama, las mandaran para que yo las guarde por si en algún momento
las necesito- en realidad es lo que ella misma creía que era.
–
Está bien, llévatelo a tu cuarto y guárdalo-
le dijo su madre más tranquila.
Al entrar a su cuarto y cerrar la
puerta, Marina dejó caer la caja en el escritorio y en ese momento se escuchó algo,
no sabía que era por lo que volvió a abrir la caja y sacar todas las carpetas,
al volver a mirar las carpetas una a una se dio cuenta que ese no era su expediente
y que había hojas en las que habían copiado partes de la pagina web de la
universidad en la que explicaba la historia de esta. La segunda carpeta tenía las
mismas hojas que la primera y la tercera igual. Al llegar a la última carpeta y
abrirla su sorpresa fue máxima cuando encontró en su interior un smartphone.
Aquello parecía algo salido de una película de espías. Al intentar
desbloquearlo apareció una foto de Macarena, Julia y Lucía por lo que al verlas
la morena no pudo aguantar mas y se echó a llorar. No se lo podía creer, las
chicas la estaban ayudando, aún tenía una pequeña posibilidad de escapar de
allí. Desbloqueó el teléfono y miró la agenda. El móvil sólo tenía guardado un número,
el de Julia. Se quedó unos segundos mirando la pantalla hasta que se decidió y
llamo.
–
¿Hola?- dijo Julia a los pocos toques.
Marina al escucharla no pudo responder,
solo lloraba.
–
Marina, ¿eres tu?- se escuchó otra voz que
debía ser la de Lucía- venga preciosa, no llores, que te vamos a sacar de ahí
como sea.
–
Lo siento mucho chicas- es lo único que pudo
decir la morena ya que su llanto no la dejaba apenas respirar.
–
Marina, no es nada, sabemos que lo hiciste
por el bien de Pau y te lo agradecemos pero ahora no te preocupes, que nosotras
te vamos a sacar de ahí- Dijo Macarena.
–
Gracias- no podía dejar de llorar. No le
podría agradecer en toda su vida lo que estaban haciendo por ella.
–
Marina tranquilízate, necesitamos que te
concentres y atiendas a todo lo que te vamos a decir- Marina respiró hondo
varias veces.
–
Esta bien, ¿qué tengo que hacer?
–
Bien, el plan es el siguiente…
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Opaaa cada vez mejorrr espero el proximo capítulo besos
ResponderEliminarahhhh!!!!!! Muy buen capitulo... esta muy interesante cada vez mejor....
ResponderEliminarPor fa sigue los capitulos diarios... esta en lo mejor...
Que es esta emoción tan grande... Dios mio cada vez esta mas cerca que Marina pueda salir de ese infierno.
ResponderEliminarSaludos :)
AAYYYYYYYY!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarTan entretenida que estaba yo y lo dejas así.
Hasta mañana ,(espero)....... ;P
Me encanta. Qué ganas de saber cómo la van a sacar de su casa-cárcel. Espero ansiosa el siguiente capítulo
ResponderEliminarEspero q consigan liberar a marina q paula entiendapor que lo hizo y q no salga herido nadie
ResponderEliminarMuy buen capitulo y eemocionante, no nos dejes con la intriga
M.S (galicia)