SEXTA PARTE
CAPÍTULO 10
Gwen me cubría la cara de besos dulces y tiernos. Aun me encontraba en
una nube. Gwen había venido a decirme que me quería… me sentí tan mal por haber
sido la causante de su sufrimiento estas últimas semanas que no pude evitar
llorar como una niña pequeña. Y ella estaba aquí, colmándome de cariño. Sólo
había un pequeño problema…Gwen me estaba besando…estaba encima de mí…y mis
queridos pero salvajes pechos ya estaban denotando lo que mis manos cariñosas
no querían mostrar. La deseaba. Y mucho. Y ella aquí, encima de mí. Tan
inocente…
Si Bobby estuviera aquí diría algo como “el cordero que se pone a abrazar al lobo…”. Desde que conocía a
Gwen no he estado con ninguna mujer y eso de haber pasado 6 meses de sequía
empezaba a notarse. Cuando entré a trabajar para Gwen lo acepté sin rechistar,
ya que ganaba mucho más dinero que con cualquier otro trabajo… y estaba el
hecho de no tener la libertad de llevarse a nadie a “casa”. Sin embargo,
después del día de San Valentín empecé a notar otras razones…cuando salía con
ella a Sappho’s estaba más pendiente
de ella que de las chicas que se me colgaban del cuello…al principio logré
convencerme a mí misma que era porque ella era responsabilidad mía y tenía que
conseguir que se divirtiera…aunque también estaban todos esos moscones que la
rodeaban como si fuera una luz ultravioleta. Algún día se lo diría…pero creo
que ahora no quedaría muy bien decir que la celaba con toda la que se le
acercaba…
Noté que el sol se había puesto por completo y empezaba a refrescar. En
esta zona de la isla el levante es muy fuerte y las noches son muy frías al
pesar de estar en pleno verano. Estaba por proponerle a Gwen salir de aquí
cuando sentí su barriga rugir sonoramente.
- Lo siento… - Dijo avergonzada.
–No he estado comiendo mucho últimamente. – Le di un suave y corto beso
en los labios. Tenía que empezar a enmendar mis errores.
- Decidido, ¡vamos a cenar! Además, aquí ya empezaba a hacer frío y
sólo hay una pequeña nevera con algo de agua y barritas energéticas por si
acaso. – Me levanté con ella aun aferrada a mí con las piernas sobre mi cintura
y los brazos alrededor de mi cuello. Había perdido mucho peso. – y, sobre todo,
quiero meterle algo de comida al cuerpecito de mi novia…que si no un día de
estos me sale volando…
- Me gusta cómo suena eso… - Dijo Gwen, mirándome con ternura.
- Lo sé, no sé cómo has podido aguantar tanto sin dulces, con lo
glotona que eres…
- No me refería a la comida. – Me dijo Gwen dándome un profundo beso. –Me
refería a oír como la palabra novia sale de tus labios… - Y volvió a besarme
con intensidad. Quería quedarme besando esos gruesos y apetitosos labios toda
la vida…pero si no paraba ahora mismo, Gwen moriría de inanición…
- Humm…entonces, ¿mi guapísima novia me haría el honor de cenar conmigo
esta noche como si fuera la última cena de nuestra vida? – Deje a Gwen en el
suelo con cierta reticencia por su parte.
- Me encantaría. – dijo, con una dulce sonrisa.
Gwen me siguió con el jeep que había alquilado hasta llegar a mi
pequeño piso, donde solté la tabla y mi macuto y me cambié de ropa. Lamenté no
tener nada mejor que unos vaqueros negros y una blusa roja para disfrutar de mi
cena con Gwen, pero cuando vine aquí, no tenía intención de parecerle guapa a
nadie.
Usamos el jeep de Gwen para llegar al lujoso complejo del hotel, y,
tras sopesarlo, decidimos cenar en su habitación. Cuando intenté convencerla
para cenar en algún restaurante en la playa ella sólo me dijo “Otro día, hoy sólo te permito a ti verme
comer como una cerda”. Gwen pidió que prepararan una gran mesa en su suite
y cuando llegamos, teníamos una preciosa mesa de mantel blanca cubierta con un
montón de comida. Había dispuesto otra pequeña mesa con varios vinos y un gran
pastel de chocolate.
- No vamos a poner comernos todo esto Gwen. – Le dije al sentarme a la
mesa y empezar a cortar el tataki de atún con reducción de aguacate de mi
plato.
- Sí que podremos… - Dijo justo antes de meterse un gran trozo de
solomillo en la boca. – La tarta es para después…hoy no pienso comer nada sano.
Gwen limpió su plato en menos de 5 minutos y mojaba animadamente las
enormes gambas en salsa rosa que había en el centro de la mesa. Yo, que aún
disfrutaba de mi atún y de algún que otro palito de zanahoria no podía creer
donde un cuerpo tan pequeño como el de Gwen podía meterse 250g de carne con
patatas y seguir teniendo hambre.
A los 30 minutos, Gwen paró de comer por fin. Había limpiado con la
comida de la mesa y entre las dos nos habíamos tomado dos botellas de vino. El
servicio de habitaciones retiro los platos y la mesa y nos dejó champagne en un
cubo con hielo y los cubiertos necesarios para degustar la tarta cuando
quisiéramos. Gwen se dejó caer en el sofá de la sala y puso sus manos rodeando
su estómago. Tenía la cara completamente roja.
- Dios…creo que voy a potar… Siento que las gambas me salen por las
orejas. – Le sonreí a modo de “te lo dije” y me senté con ella en el sofá.
- Ven. – Le dije, para que se apoyara en mí. Gwen, obediente, lo hizo.
Comencé a hacerle pequeños masajes en el vientre y los hombros hasta que sintió
que su empacho bajaba. Hablamos relajadamente mientras veíamos la enorme
televisión de plasma de la habitación. Gwen se iba a quedar dos semanas en el
hotel y se mostró muy feliz cuando le ofrecí compartir mi piso el tiempo que
quisiera mientras estuviera en la isla. Cuando comenzamos a hablar de mi
trabajo noté como su humor se ensombrecía
notablemente.
- Gwen, volveré cuando acabe la temporada…
- ¿Y eso cuándo será? – Me pregunto agarrando mis curiosas manos.
- A finales de septiembre…puede que mediados de octubre…
- Eso es demasiado tiempo… - dijo. Apretó mis manos fuertemente antes
de girarse y colocarse de cara a mí. – Sí…me quedara contigo hasta entonces…
¿Te molestaría? - ¿Qué si me molestaría? ¡Sería fantástico!
- Por supuesto que no… ¿pero no tienes nada que hacer en casa? ¿Tu
padre…? – Gwen me tapo los labios con sus dedos.
- Mi padre fue el que te encontró y el que me dio el empujón que me
hacía falta para aceptar mis sentimientos por ti y venir a buscarte. No creo
que le importe que alargue mis vacaciones. – Se levantó y trajo el champagne y
un par de copas. – Y ahora, vamos a celebrar las que serán unas largas y
magníficas vacaciones.
- Eso dilo por ti, yo tengo que trabajar… - Dije cuando Gwen me tendió
una de las copas.
- Bueno, al menos estas dos semanas sí estas de vacaciones si lo
deseas…Digamos que he “alquilado” tus servicios durante toda mi estancia… algo
así como el paquete completo de deportes extremos… - Dijo bebiendo de su copa.
- ¡Serás mala! – Dije riendo para luego poner la cara más seria que
pude. – Ahora sé lo que se siente al vender tu cuerpo… - Gwen me miró fijamente
por encima de la copa, terminándosela en pocos segundos. Yo bebí de la mía
sintiendo los taladrantes ojos de Gwen clavados en mí…
- Aún no sabes lo que se siente… pero lo harás. – Había peligro en sus
palabras. Así que casi me atragante con el champagne. Entonces Gwen formó una
enorme sonrisa y empezó a reírse de mí. - ¡Dios! ¡Qué cara has puesto! Parecía
que te habían pisado la cola de loba…
- ¡Serás! – Solté mi copa y comencé un ataque masivo de cosquillas por
todo su estómago. Gwen se doblaba y reía con fuerza, mientras con sus dedos
intentaba darme punzadas en los costados. Por un momento, Gwen consiguió
zafarse de mí y corrí tras ella por toda la habitación, como dos niñas
pequeñas. La risa de Gwen denotaba diversión, pero también cierto deje de
terror a que la atrapara. Cuando la tuve en línea recta tras el sofá, lo salté
y la puse sobre mis hombros mientras ella agitaba brazos y piernas intentado
bajarse. – ¿Miedo a las alturas, preciosa? – la llevé a cuestas por toda la
habitación hasta que no pude más y la tiré sobre la cama, con la delicadeza
suficiente como para caer sobre ella después de manera casual.
Inmediatamente, Gwen me agarró de la blusa y me atrajo hacia ella. Sus
jadeos se habían tornado pesados y sus ojos divertidos había dado paso a unos
nublados y oscuros.
- Brooke… quiero… - Gwen estaba completamente roja y sus ojos iban de
un lado a otro de manera nerviosa.
- ¿Estás segura? – Le dije, adivinando la pregunta. Yo no sabía si
estaba lista para aquello. Pero si Gwen quería yo haría que fuera la mejor
primera vez posible…
- Sí…estoy segura… sólo que no sé cómo. – Gwen me miraba como
disculpándose, entonces lo comprendí…ella no tenía miedo de perder su
virginidad…tenía miedo de no saber complacerme. – Tú has estado con muchas
chicas y yo…
- Tú eres perfecta para mí, Gwen. – Le dije besándola suavemente en la
frente. – Tómatelo como un examen final muy práctico…tu profesora está deseando
ver cómo te has convertido en toda una mujer lesbiana…
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Genial.. muy buen capitulo.
ResponderEliminarJajaja que capitulo tan divertido... vacaiones prolongadas.... y ese final de capítulo wowww... se viene algo bueno para Gwen
ResponderEliminarMuy bueno el capitulo, dos semanas intensas para las tortolitas y el final la alumna va a pasar con muy pero muy sobresaliente
ResponderEliminarJejeje, noche de amor y pasion
ResponderEliminarMuy bueno el capitulo
M.S (galicia)