Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

Negación - Vall Lynch - 3

3

Nunca olvidaré el día en que la conocí.
-es en serio, si esto no me deja me dedicaré a cantar dembow- le había dicho. Y se echó a reír.
-no digas eso, vamos déjame ver tu mano- me dijo entonces.
Estábamos sentadas en la cafetería de la universidad. Le mostré mi mano como me pidió.- ¿Qué?- me dijo- dije que la vería no que la tomaría- sonrió. La tomó entre las suyas de forma casi indetectable.- te leeré el futuro- me dijo aún sonriente-…nah, eso también es un chiste.- Pasó un dedo por en medio como trazando las líneas escasamente visibles de mi palma- …veo… muchos dientes en tu futuro.
Las dos nos echamos a reír esta vez.
Fue prácticamente nuestra primera conversación aunque nos habíamos visto en otras ocasiones. La primera vez que la vi les estaba explicando algo a mis colegas, solíamos sentarnos en el parque de la cafetería al igual que ella y sus amigos. Entonces en medio de mi discurso la descubrí mirándome de la forma más sospechosa que nadie se pueda imaginar mas no le di importancia, hasta me sentí importante de pronto. Estábamos a unos quince metros de distancia. Parecía fascinada con mi discurso. Eran tiempos de exámenes y en mi carrera eso era la guillotina. Aún me dan dolores de cabeza de andar de aquí para allá con la angustia de que debo hacer todo a la perfección.
Verla se convirtió en algo cotidiano un semestre cualquiera. Sus amigos eran unos escandalosos pero gente que se divertía bastante diría yo.
La primera vez que estuvimos dentro de una conversación donde participáramos ambas fue cuando una de mis colegas había tenido cierta discrepancia con su grupo.
Recuerdo como si fuera ayer que entró en la cafetería considerablemente vacía por la hora, saludó educadamente y tomó asiento junto conmigo y una colega con la cual estaba estudiando para los exámenes cosa muy común por lo visto. Se presentó como miembro del grupo ya mencionado y nos preguntó si conocíamos a la chica con la cual sus amigos tuvieron la discusión si se le podría decir así. Nos la describió y rápidamente le confirmamos y yo misma le pedí a mi colega que la fuera a buscar.
Se presentó nuevamente y se disculpó en nombre de su grupo.
-… ellos no son malos… es solo que son como ese pez, ustedes saben, que lo tocas y se infla…- nos explicó.
En otra ocasión muy temprano en la mañana llegué al parque de siempre y me la encontré con una colega mía, claro a esa hora solo los de mi facultad estarían ahí, fue súper extraño porque yo no sabía que ella conocía a esa colega mía, saludé educadamente y me senté en el mismo banco que ella estaba ya que el de mi colega tenía el otro espacio ocupado con bolsas, estábamos de extremo a extremo y al pasar unos minutos aparecieron mis otros colegas y fue súper raro como la saludaban todos y parecía formar parte de nosotros, mi colega la de la cafetería también estaba y ésta sí que la trató como una más del grupo, aunque ahora que recuerdo de pronto sacó un cuaderno o algo y se puso a escribir, durante todo el tiempo que estuvimos ahí ella escribió. Nunca me pregunté qué hacía.
Yo no le di importancia a ninguno de esos encuentros. Nunca.
Hasta que estuvimos en la cafetería una vez más y disfruté de una conversación con ella de casi cuarenta minutos, juro que perdí la cuenta. La había llamado una amiga y esta misma se presentó y nos acompañó, y al sentarse noté lo llena que estaba la cafetería.
-¿y toda esta gente?- fue lo único que pude decir de lo sorprendida que estaba.
-¿no te diste cuenta? Posiblemente haya suspensión- me dijo su amiga como si era algo obvio imposible de no ver. En verdad era que me había sorprendido bastante el hecho de que mi futura amiga me enfocara tan bien, para mí no era común que una persona desconocida fuera tan atenta como para no apartarme la vista de encima. Como si fuéramos dos viejas amigas que se reencontraban. En esos cuarenta minutos y algo me leyó el futuro, le hablé de mi hermana, de mis gustos y según ella no sabía aún nada privado de mí. Me contó sobre algo que estaba haciendo que era muy importante para ella y no había tenido el tiempo de contarle a nadie. Para mí fue como si yo le contara a alguien que había sacado un cien en un examen práctico, sería algo que me haría inmensamente feliz y estaría emocionada de contárselo a cualquiera. Pero ahora sé a qué le llamaba ella algo privado.
-pero te conté de mi novio- le había dicho.
-si yo fuera hombre tal vez me importara- me dijo.
Durante un segundo me pareció una ofensa pero tenía toda la lógica del mundo un segundo después.

Cinco minutos aproximadamente luego de que apareciera su amiga nuestra conversación llegó a su fin. Más adelante fue solo destino y lógica lo que nos unió. 
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