5.IRA
(Ira: Pasión del alma, que causa indignación y enojo. Apetito o
deseo de venganza).
¿Cómo explicas con palabras que el alma asoma a tus ojos,
que el corazón te palpita en las sienes, que hasta la última célula de tu
cuerpo tiembla con la impaciencia o que
la felicidad te baila en las tripas?¿Cómo explicas con palabras que te sientes al
mismo tiempo afortunada e invencible, frágil y vulnerable? ¿Cómo explicas con
palabras un sentimiento que hasta ahora nunca habías experimentado? ¡Cómo
explicas con palabras que, por primera vez en tu vida estás enamorada!
Cuando por fin llegó el viernes, Inés estaba más que
nerviosa. Salió pronto del bufete y al llegar a su casa llenó la bañera, le
añadió un generoso puñado de sales de baño y se sumergió en el agua tibia. No
recordaba haber estado nunca tan nerviosa antes de una cita.
A las ocho menos cuarto estaba ya preparada. Llevaba un
elegante pero sencillo vestido negro, unos espléndidos zapatos de tacón que
realzaban sus largas piernas y su melena azabache lucía brillante e impecable.
Se había maquillado suavemente y daba vueltas por el salón de su casa como si
fuera un gato enjaulado; o una gata en celo.
Decidió que le vendría bien tomar el aire y salió a la
calle. Paró un taxi y dio al taxista la dirección del hospital. Cuando por fin
llegaron pagó la carrera, tomo aire y se dirigió a la puerta de entrada. Entró,
tomó el ascensor a la cuarta planta, y cuando las puertas se abrieron entornó
los ojos, respiró hondo de nuevo, exhaló el aire fuertemente por la boca y se
dijo “allá vamos, Inés”
Se acercó al mostrador de planta.
Inés: Hola, estoy buscando a Andrea
Chica: ¿Puedo saber para qué?
Inés: Hemos quedado a las ocho y media. Pero todavía es muy
pronto. Tranquila, la esperaré.
Chica: No hace falta.
Antes comentó que vendría una amiga a recogerla y que si llegabas antes de que
ella estuviera preparada la esperaras en la sala de reposo. Ven, te enseñaré
dónde está.
Inés: Gracias
Se dirigió hacia una puerta cercana, la abrió y se volvió
hacia Inés:
Al fondo de este pasillo, la última puerta a la derecha es
la sala de reposo; Andrea estará seguramente en aquella puerta de la izquierda,
que son los vestuarios. Dale tiempo de prepararse... y trátala bien, Andrea es
una de mis mejores amigas.
Inés sonrió a la chica y se dirigió hacia donde le había
indicado que esperara. Vio salir a un hombre de la sala de reposo y dirigirse
hacia los vestuarios. Al pasar por delante de la puerta de los mismos le
pareció escuchar la voz de Andrea. La puerta estaba entreabierta y se detuvo a
escuchar.
Andrea: Te he dicho
mil veces que no me interesas, no insistas
Hombre: Pero Andrea,
tú eres una chica muy guapa y seguro que también muy lista, así que entenderás
lo importante que es para ti tener contento al jefe de enfermeros.
Andrea: No sé cómo quieres que te diga que no me interesas, Javier,
que estoy harta de que me acorrales y
como sigas así voy a dar parte a la dirección.
Hombre: ¿Y quién iba a creerte?
Inés no daba crédito a lo que estaba oyendo. Eso era acoso
sexual y laboral, ni más ni menos. Pero por su condición de abogada, sabía que
él tenía razón. Desgraciadamente sin más pruebas que la palabra de Andrea, lo
más probable sería que no la creyeran o que en el mejor de los casos, si lo
hacían, todo acabaría con un apercibimiento verbal y poco más, él podría seguir
con su trabajo y buscar la ocasión para hacerle la vida imposible a la
enfermera, con turnos de trabajo
rompedores, con tareas impropias o denigrantes, con quejas a la dirección sin
fundamento. Aunque estaba furiosa, decidió contenerse y no intervenir de momento.
Así que, aún a riesgo de molestar a Andrea, encendió la videograbadora de su
móvil y se paró a escuchar y a observar a través de la puerta entreabierta.
Javier hacía un mes que había llegado al hospital como jefe
de enfermería. Casi desde que llegó empezó a revolotear alrededor de ella y a
tejer su enmarañada tela de araña. Constantemente la hacía proposiciones
inadecuadas, hacía alusiones inapropiadas
y comentarios inoportunos. Andrea pensó que, al rechazarle, se cansaría,
pero había pasado todo lo contrario; parecía que el rechazo de Andrea le iba
encendiendo más. Ahora ella se daba cuenta además, de que él había sido lo
suficientemente calculador como para que ese tipo de comportamientos y
comentarios solo se produjeran cuando estaban los dos solos. Estaba no solo
desconcertada, sino que empezaba a estar también asustada.
A Inés se le iba encendiendo la mirada y una oleada de rabia
se extendía desde su tripa hasta la última célula de su cuerpo. Apenas podía
controlarse, pero tuvo que intentar por todos los medios mantenerse fría.
Hombre: Ya me estoy
cansando de este jueguecito tuyo de chica recatada y buenecita
Se fue acercando lentamente
a la enfermera mientras ella caminaba hacia atrás para mantener la distancia
física entre ambos.
Andrea: Javier, te he dicho
mil veces que no estoy interesada en ti en absoluto. Deja de acercarte a mí,
que me estás asustando.
Javier: Si sabes lo que te
conviene, me harás caso. Y vas a empezar ahora mismo. Ya estoy harto de andar
detrás de ti.
Andrea: Javier, no, para…
Andrea estaba ya contra la
pared, intentó hacerse a un lado para escapar, pero él la agarró violentamente
del brazo.
Andrea: Suéltame, me haces
daño…
Javier: Al final te va a
gustar, a todas os gusta. Soy tu jefe y puedo hacerte la vida muy fácil si
quiero. Sólo tienes que complacerme.
Andrea fue a gritar, pero
él se abalanzó sobre ella, la empujó contra la pared y tapó la boca de la
enfermera con su mano.
Javier: Vas a hacer lo que
yo te diga, puta, y lo vas a hacer ya.
Entonces, la puerta se
abrió de golpe.
Inés: ¡Basta ya, cerdo
asqueroso! Déjala.
Le salía fuego por la
mirada. De tres zancadas llegó hasta donde estaban y tiró violentamente del
cuerpo de él hacia atrás.
Javier: ¿Quién es usted y
por qué está aquí? No sé qué cree que pasa, pero se está equivocando.
Inés apenas podía contenerse.
Miró la angustia en los ojos de Andrea y se le rompió el corazón.
Inés: Soy la persona que va
a destrozar tu carrera. Soy amiga de Andrea y además abogada. Y voy a ir a por
ti.
Javier: ¿Amiga de Andrea?
¿Y se puede saber cómo piensas destrozar mi carrera? ¡Mira como tiemblo!
(respondió cínicamente) Yo no he hecho nada, es la palabra de una enfermerucha
y su amiguita contra la del jefe de enfermeros.
Inés: Todos los imbéciles
os creéis muy listos. Aunque solo fuera así y solo fuera nuestra palabra contra
la tuya te juro que no descansaría hasta haber conseguido justicia. Pero por
fortuna para nosotras, llevo unos minutos en la puerta y no sólo he oído todo
lo que le decías, sino que lo he grabado. Mañana a primera hora presentarás tu
dimisión y jamás volverás a acercarte a ninguna de nosotras, porque si te
vuelvo a ver aunque sea de casualidad no dudaré en ir a por ti. Nunca más vas a
solicitar una plaza como jefe de
enfermeros en ningún otro hospital o clínica, porque te juro que voy a
seguir tus pasos y si me entero de que lo haces, este video no solo va a llevar
a que te despidan, sino a que acabes con tus huesos en la cárcel. Y reza porque
Andrea se conforme solo con que dimitas y no vuelvas a tener ocasión de acosar
a nadie, porque con una sola palabra suya, estoy dispuesta a hundir no solo tu
carrera sino también tu vida. Te lo juro. Y ahora desaparece de mi vista ¡ya!
Javier abandonó la
habitación apresuradamente. Inés se volvió hacia Andrea.
Ines: ¿Estás bien? Siento
haberte hecho pasar ese mal rato y no haber intervenido antes, pero necesitaba
tener algo para poder evitar definitivamente que te siguiera acosando. Me
hubiera gustado haber sido lo suficientemente cercana a ti para que pudieras
haberme contado lo que te pasaba, pero me comporté contigo como una idiota
desde el principio. Perdóname.
Andrea se arrojó en brazos
de Inés y rompió a llorar. Inés acariciaba tiernamente su cabeza. Le rompía el
corazón verla así. Dejó que llorara. Y cuando cesaron las convulsiones del
llanto en el cuerpo de la enfermera, le dio un beso en la frente y le sujetó la
cara dulcemente por la barbilla.
Inés: Cámbiate de ropa y
deja que te acompañe a casa.
Andrea: Sí, gracias. Será
lo mejor.
No pronunciaron palabra en el taxi camino a casa de Andrea.
La enfermera iba triste y cabizbaja e Inés pensó por un momento que se había
equivocado al actuar como lo había hecho, pensó que Andrea hubiera querido que
ella hubiera intervenido antes y que posiblemente estaría enojada con ella.
Creía que lo había fastidiado todo y no sabía cómo iba a poder arreglarlo. La
había fallado. Realmente estaba enamorada de esa mujer. Nunca había sentido
nada igual por nadie y se maldecía por haberlo estropeado antes siquiera de que
empezara. Entonces Andrea tomó una de las manos de Inés entre las suyas. Inés
cerró los ojos y comprendió que Andrea
no estaba enfadada con ella, solo asustada.
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autor.
pobre Andy lo que sufrió , pero llego la super Inés al rescate y todo saldrá bien
ResponderEliminarNallely, no sabes cómo te agradezco el comentario. La verdad es que más que ver mi capítulo publicado (que me encanta, la verdad... ¿seré un poquito vanidosa?, no sé, no sé), me gusta mucho más que haya alguien al que le interese y lo lea, y eso solo lo puedo saber por los comentarios que deja la gente, que en mi caso no suelen ser muchos; asi que aprecio tremendamente el que tengas el detalle de perder un poquito de tu seguro valioso tiempo con lo que escribo. Gracias
EliminarMuy buena historia concuerdo con el comentario anterior y llego súper isa a salvarla espero termines la historia y no nos dejes con las ganas de terminar esta gran historia gracias.
ResponderEliminarPues aunque no tengas muchos comentarios la verdad está buenisima la historia y escribes genial. No te comento porque mi móvil es una pesadilla y no me deja dejar comentarios etc etc ... Pero si fuese por mi te dejaba uno en cada cap.
ResponderEliminarFelicidades por la historia.
No me publico lo q escribí antes eres muy buena escritora y me esta gustando mucho asi q aunque no recibas muchos comentarios no te preocupes porque los que lo hacemos es porque nos gusta.
ResponderEliminarMenos mal que inés estaba en el justo momento ahora la puede protejer se pone interesante
M.S
Me encanta tu historia y la forma en que escribes, espero que termines la historia. Saludos
ResponderEliminarMe encanta tu historia y la forma en que escribes, espero que termines la historia. Saludos
ResponderEliminarLa historia esta a punto de terminar. Dos pecaditos más y el epílogo. A ver si te gusta, Adamaris. Gracias
ResponderEliminarTengo q decir q hace años q leo en esta pagina y aunque no comento mucho...me gusta tu historia...sigue por favor que tienes buena mano para esto!!! Saludos..monica de Argentina
ResponderEliminarMuy bueno, cada día me gusta más... No nos vayas a dejar con historia sin terminar plsss. Saludos
ResponderEliminarMuchísimas gracias a todas. Madre mía
ResponderEliminarlinda historia,somos muchas las que te leemos solo que a veces el tiempo es tirano con nosotras para dejar comentarios,buena suerte despistada y esperamos otros nuevos relatos!!
ResponderEliminarMe facina la historia , es muy buena , estoy súper enganchada . felicidades , eres muy buena escritora!!
ResponderEliminarMe facina la historia , es muy buena , estoy súper enganchada . felicidades , eres muy buena escritora!!
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