Nuestras frentes están juntas, y tenemos los ojos
cerrados, disfrutando el momento aunque sabemos que nos estamos exponiendo
mucho el estar de esta forma.
- ¿Los puedes sentir? – pregunta
con esa voz que me enloquece y los ojos cerrados.
- Si y son muchos – respondo –
en cambio de los nuestros estamos contados.
Solo suspira y asiente con la cabeza.
- No sé si quiero volver a una
guerra como la de aquella vez – dice separándose de mí, no mucho solo lo justo
para poder mirar nuestros ojos – no solo perdimos a los nuestros sino también a
muchos humanos. Y lo más importante no quiero perderte a ti.
- Ellos son los que nos buscan a
nosotras, no nos dejaran tranquila. Debemos terminar con esto y correr el
riesgo, y tener fe que esta vez el final será diferente.
- Quiero que nos dejen
tranquila. No puedo evitar a tener miedo – dice mientras acaricia mis dedos de
las manos y se detiene en uno.
Observa mi dedo anular de la mano izquierda y
levanta su mirada para interrogarme ¿Qué puedo decirle? El anillo dice todo.
Ella tampoco pregunta mucho, que en este momento solo nuestra parte angelical
haya tomado control no significa que no recordemos nuestra vida humana solo hay
que buscarla en ella, en nuestra parte humana.
- Desde siempre ha estado enamorada
de ti – dice sin apartar la vista de mi mano – sus ojos lo decían todo al
mirarte y aun lo hacen – esto último lo dice en voz baja pero logro escucharla.
- No me he dado cuenta antes
pero…
- Siempre hay un pero – responde
con una sonrisa y me gusta como sus ojos brillan en estos momentos.
- No quiero lastimarla y lo peor
de todo es que voy hacerle daño tarde o temprano y no puedo evitar sentirme mal
y más al saber que siempre vamos a estar unidas. Ella merece ser feliz.
- Te entiendo. Estas en una
situación difícil.
Es más difícil de lo que cree. Porque como humana
la quiero a ella y ahora resulta que es el mismo ángel al que Uriel decía que
estaba unida ¿Cómo se toma eso? destino, coincidencia, sinceramente en esto
momento no lo sé, no puedo pensar en todo lo que está ocurriendo, porque tengo
que tener cuidado de Lucifer y sus huestes, tengo que pensar en mis hijas y
Luna recuperándose, en no lastimarla, en la guerra, son tantas cosas que si
pongo mi mente en ellos terminare por volverme loca. Tengo que tomarme las cosas con calma e ir
poco a poco con todo esto.
- Muy – esto lo que digo.
El anillo brilla en mi dedo y no puedo dejar de
verlo, los recuerdos desde que estoy casada con Luna llegan a mi mente, los
momentos que hemos vivido desde entonces hasta ahora y si mi alma no se hubiera
encadenado desde que me crearon a Ari, estoy más que segura que sería ella de
quien lo estaría.
- Tenemos que hablar con Uriel –
cambia de tema – ellos nos encontraran y
esta vez debemos estar preparada y para ellos debemos practicar, no estamos muy
habituadas a nuestras espadas después de tanto tiempo y esta vez las cosas
deben salir diferentes.
- Si hablaremos con Uriel pero
tenemos que tener cuidado – respondo – y tú no estarás en esa guerra – digo
seria – pero si practicaras para defenderte en caso de que te ataquen.
Suelta mis manos y se aleja un poco más mirándome
seria, no le ha gustado nada esto de que no la quiera en el momento de que todo
se vuelva un caos, pero solo quiero protegerla, no quiero que pase lo de la
última vez, al igual que ella quiero que esta vez sea diferente.
Ninguna de las dos dejamos nuestro estado de gloria
hasta el momento y sus ojos brillan más ahora que se encuentra enojada y está
más hermosa viendo como me mira en este instante.
- Te guste o no voy a estar ahí,
y ambas lucharemos sincronizadas e incluso con nuestras alas.
Agacho la mirada ante esto último que acaba de
decir ¿es que esta ciega? O ¿será que el
brillo de nuestra aureola no la deja ver? Tengo ganas de llorar en este momento
pero no voy hacerlo. El silencio vuelve a rodearnos, puedo sentir su mirada
está observándome intensamente y sus manos subiendo por mi brazos, levanto la
vista y veo los gestos que hace al ir tocando cada parte de ellos, se pueden
sentir algunas de las heridas que me hicieron en el secuestro y que están
empezando a cicatrizar, se cerca un poco más a su cuerpo y llevo mis manos
también a sus brazos y observo sus alas con la luz que desprende su cuerpo y el
mío las hace ver más interesante, son esplendidas, siento la suavidad de cada
pluma en mis manos, un suspiro escapa de su boca al apoyar su frente en la mía
y lleva sus manos hacia mi espalda.
- Y ¿tus alas?
****
Estoy en la cama y no puedo dejar de pensar en cómo
vi a mi padre y también tengo miedo. Quise ir avisar a su adorada hija para que
supiera como estaba pero no me dejo ir por ella, supongo que no quería que lo
viera de esa forma o ella ya lo sabe.
Desde que lo vi de esa manera mi mente no deja de pensar que es lo que
pudo pasarle en su cuerpo, es la primera vez que veo algo así, en persona claro
está, porque en películas bueno muchas veces y es difícil saber que puede
ocurrir en la vida real lo mismo que en la ficción aunque bueno sean por los
efectos de edición. Tengo que investigar la reacción que tuvo, no se d que
será, busco recuerdos de alguna vez
haberlo visto de esa manera pero no, no hay nada, solo que alguna que otra vez
lo vi rojo como te quemas tomando sol sin protector pero se le iba al rato,
realmente todo esto es muy raro y no sé qué creer.
Mañana madrugamos y es mejor que intente dormir a
pesar de que tengo miedo de mi padre. Me levanto y busco una de mis armas y
vuelvo a la cama y la guardo bajo la almohada
y al acostarme meto mi mano allí. Si quiere hacerme algo dudo que
dormido pueda defenderme bien o tenga los reflejos rápidos como para utilizar
mi arma.
No sé en qué momento termine durmiéndome pero en la
madrugada escucho un ruido cerca de mi cama y al abrir los ojos y encontrarme
todo oscuro me siento en la cama y al enfocar los ojos que aun los tengo algo
cerrado me encuentro con dos ojos rojos
que me miran. Me llevo la mano al pecho del susto y el medio, no puedo agarrar
mi arma porque está a mis espaldas y tampoco quiero hacer algún movimiento
raro.
- Es hora de levantarte –
escucho la voz de mi padre y vuelvo asustarme mucho más al saber que viene de donde
esos ojos rojos no dejan de verme – en una hora a lo sumo dos salimos para la
montaña.
Escucho como se aleja, y sigo tratando de
normalizar mi respiración y los latidos de mi corazón con el susto que me ha
dado. Me levanto y aun estando asustado
camino al baño y una vez allí me higienizo. Al salir del baño me encuentro con
mi padre ya cambiado y unos lentes de sol, eso solo significa que no quiere que
nadie vea sus ojos de la forma en que yo lo vi, al darse cuenta de que ya estoy
listo, agarramos nuestros pequeños bolso y bajamos para subirlo en alguna de
las camionetas en las que vamos a subir a la montaña.
Una vez que bajamos y vemos a las amigas de mi
hermana con el padre de Ari menos a ellas dos. Mi padre no dice nada, unos de
sus hombres nos acerca un vaso de café y para despertarnos y darnos algo de
calor también. Llevamos alrededor de media hora esperando por ellas dos y mi
padre esta lo más tranquilo, si fuese yo quien le hiciera esperar estaría
enojado y ni bien me acercara me diría algún insulto o reclamaría mi
tardanza. Juego con el móvil mientras
esperamos que llegue su hija perfecta, levanto la vista de mi teléfono y las
observo venir por la calle, mi hermana trae su cabello rubio atado en una
coleta, unos lentes de sol y Ari también solo que con su cabello pelirrojo
suelto. ¿De dónde vienen? Por la forma que está vestidas es como si hubieran
salido anoche y no volvieran hasta ahora. A mi hermana parece no pesarle la
muerte de su familia, es extraño pero como ella dijo debe estar consolándose
con Ariana y estamos aquí para saber que paso con su mujer e hijos al igual que
su madre. Bueno sinceramente a mí me conviene que mi padre no descubra nada y
dudo que puedan hacerlo, de igual forma no tengo que estar seguro.
Mi hermana da un beso a mi padre y este le dice
algo con una sonrisa y hace seña para que todos subamos a las camionetas en las
que nos corresponde, por supuesto que mi hermana y su grupo suben a una y no
puedo saber de qué hablan porque ella lleva a su propio equipo de seguridad y
estos no van a traicionarla. Vamos en
silencio en con mi padre y sus hombre, uno de ellos es el que entro anoche a la
habitación, es la primera vez que los veo, eso quiere decir que son nuevos
trabajando con él pero sinceramente lo dudo parecen tener confianza con mi
padre una que sus otros hombres no la tenían lo trataban con respeto si pero jamás
se meterían a la habitación de mi padre sin autorización de este en cambio
estos lo respetan pero se toman libertades que me sorprenden que mi padre deje
que lo hagan y lo peor de todo es que sus otros hombres con os acules yo
trabajo estarán lejos de todo esto. Mi padre ya no confía en ellos ¿será que
sabe algo? mierda tengo que pensar en algo para que no descubra que yo
secuestre a su adorada hija. Ahora más que nunca tengo que andar con cuidado y
debo llamar a Makaelis y a los demás hombres que han estado conmigo.
Llevamos un muy buen rato por un camino subiendo a
la montaña, el lugar no es muy interesante, solo quiero estar allí arriba ver
la nieve y tratar de saber qué es lo que averiguan. Vuelvo a entretenerme con
mi móvil los juegos y música que decido escuchar para pasar el rato hasta que
lleguemos al lugar aunque escuche que tendremos que caminar un poco y solo los
investigadores irán donde se encuentran los restos, en este lugar no hay nada
interesante para hacer ni ver, sino fuera porque mis pellejos está en juego me
iría de fiesta.
Luego de un par de horas en auto y caminata por la
montaña llegamos al lugar donde están las personas que trabajan para mi
hermana. Según uno de ellos no están
todos, hay un grupo que está en el lugar del accidente investigando todo, es
más siguen volviendo allí para no perderse ni siquiera los pequeños
detalles. Al parecer están
reconstruyendo todo y no solo lo del accidente sino que paso desde que el avión
salió de Italia hasta llegar aquí, solo he visto puro papeles en una de las
tienda de campañas que es la principal porque tienen la radio, mapas, anotado
sus investigaciones y allí se reúnen todos.
Los que van a investigar para mi padre hacen otra
tienda no es que no quieran estar juntos sino que cada grupo de investigación
sacara por su lado lo que paso y luego verán si coinciden los detalles y lo que
han averiguado o no. en la tienda de mi padre yo tengo que estar atento de que
es lo que llega a sus manos y que no. Si no coinciden la información entre la
gente de mi hermana y la de mi padre es mucho mejor.
Ellos quedan hablando de en qué momento saldrán a
donde se encuentran los restos del avión, yo salgo afuera a mirar alrededor y
me encuentro con mi hermana y Ari sentadas lejos de todo en unas pequeñas piedras
del lugar hablando animadamente y sonriendo mientras observan el paisaje ademas
de quedarse a veces mirando entre ellas.
Quisiera saber de qué están hablando y porque están
muy juntas, las cosas entre ellas la última vez que las vi bueno que mi hermana
estuvo en nuestra casa terminaron mal. Observo a mi hermana, acaba de perder a
su familia y su madre y en sus ojos puedo ver la tristeza pero hay algo más,
conociéndola no debería estar muy cerca de Ari es más debería estar sola
haciendo el duelo, al menos que este aprovechando esto para acercarse
nuevamente a ella, digo Ari debe estar cerca de ella para no dejarla sola con
todo esto, igual hay algo que no me cierra. Ari seguirá a mirarme al sentir mi
mirada sobre ellas y si las miradas mataran, yo en este momento estaría
enterrado, mi hermana no sabe lo que intente con Ari ni que esta me rechazo es
mas no creo que le haya dicho que el beso del lago yo la forcé, así que puedo
seguir haciendo de las mías o sea decirle que Ari es la que me ha besado y buscado
y otras invenciones más.
- Les ha venido bien la muerte
de tu mujer e hijos – digo al acercarme a ellas.
Ari no me mira pero mi hermana si lo hace no puedo
ver sus ojos por los lentes pero si la cejas fruncidas sin dejar de mirarme, es
raro que no responda nada. En un
movimiento rápido como un parpadeo la veo agarrándome del cuello del abrigo y
su rostro pegado a mi oreja.
- Ándate con cuidado – dice con
la voz ronca casi como la de mi padre anoche – te queda poco por… - hace una
pausa como pensando – reír.
No sé cómo reaccionar ante su voz pero nuevamente
en un parpadeo ella está sentada como hace unos momentos mirándome con las
cejas fruncidas como si no se hubiera movido del lugar ¿nadie puede moverse tan
rápido o sí?
****
Observo el rostro de Damián y puedo ver la
confusión en ellos, no solo por lo que le dije sino por la manera de moverme es
más debe creer que es su imaginación porque si nadie puede moverse tan rápido
salvo nosotros los angeles y demonios pero él eso no lo sabe por suerte porque
si no ya me hubiera mandado al frente con los huestes de mi padre aunque ese
Makaelis creo que lo sabe pero ya no me importa que se entere mi padre pero
primero quiero resolver o mejor dicho hacer pagar a estos dos por todos para
enfrentarme a Lucifer y sus seguidores.
- ¿Por qué esa cara? – pregunto
a Damián.
- Nada - responde mirándome y dándose media vuelta
para irse.
Al parecer estas cosas le afectan, voy a empezar a
ponerla en práctica más seguido y torturarlo.
- Puedes borrar esa sonrisa de
maldad – escucho la voz de Ari.
- Lo siento pero es que pensar
en volver loco a Damián realmente me alegra… y mucho.
- Si de todas formas no debiste
hacer lo que hiciste – responde – pudo haberte visto alguien y no nos conviene,
aunque admito me gusto ver la cara que puso tu hermano.
Una risa se escapa de nuestro labios porque siendo
sinceras en verdad es divertido verlo de esa manera a Damián. Seguimos un rato
más juntas pero en silencio pensando en todo lo que ha pasado en las últimas
horas, en realidad no hemos dormido en la noche, al menos yo dormir en el avión
pero ella no lo sé y necesita descansar aunque estemos aquí en las tiendas
solamente. Ella parece haberme leído el pensamiento.
- Me voy a ir acostar un rato en
la tienda – dice parándose – fíjate que no entre el idiota de tu hermano ¿sí?
sabemos de lo que es capaz.
- Tranquila – digo sonriendo –
yo te cuido.
La observo retirarse y meterse en la tienda que
compartimos con las dos chicas que no sé dónde están metidas, de igual forma yo
también necesito descansar y en un rato iré acostarme pero como ella dijo hay
que tener cuidado con el imbécil de hermano que tengo. Quedo con la vista perdida allí recordando
todo lo que paso anoche.
¿Qué iba a
responderle de mis alas? Solo la miro por unos segundos y agacho la mira
mientras las lágrimas se acumulan en mis ojos, creo que mi arte humano está
demasiado a flote para que reaccione de esta manera aunque también se bien
porque lo hago.
- No las tengo – respondo y esta vez sí al decir esas palabras una sola
lágrima cae por mi mejilla mientras siento un dolor profundo por ello, solo
puedo apretar mis puños con rabia.
No debo decir más
un ángel sin alas no sirve de mucho, nuestras alas son parte de nuestra defensa
y ataque en una pelea. Sin ellas somos nada y también está el hecho de que no
podemos volar y eso no me ayudaría mucho en un enfrentamiento.
- Maldito sea – dice ella con la voz ronca llena de rabia y sus ojos
grises destellan la furia contenida – esta las va a pagar. En serio meterse con
tus alas.
- Eso es algo que la pagara y muy bien – respondo y puedo sentir también
la rabia recorriendo mi cuerpo – hay que ver si Antón se encargó de él – digo
pensativa, no me gusta ocultarle de que es Lucifer.
- Ojala y si lo haya hecho así no te ensucias tu mano tú con él.
Solo asiento con
la cabeza quisiera encargarme de él pero ella tiene razón, por un lado no ha
dicho a mi padre de que soy un ángel y el sobre todo el que él busca, me
conviene de que siga callado hasta que yo decida enfrentarme a mi padre,
pensando en mi padre es raro que no ha dicho nada, soy hija suya es obvio que
soy una nefilim o el hecho de que nunca le haya mostrado nada de poder y esas
cosas haya ayudado hasta ahora no diga nada.
- No deberían estar de esta forma – escuchamos la voz de Uriel a nuestras
espaldas – saben el peligro que están corriendo.
- Lo sabemos – respondo – pero es hora de dejar de andar escondiéndonos,
en cualquier momento nos enfrentaremos a ellos y si hacemos desaparecer a
algunos mientras mejor.
- De todas formas él jefe de todos los huestes no está muy lejos de aquí –
contesta mirándonos a ambas – así que por favor al menos que quieras que vengan
a por ti en el lugar donde está tu familia vuelvan a la normalidad.
- Bien – escucho la voz de Ari luego de soltar un suspiro de resignación –
pero debes enseñarnos a ambas a pelear con la espada, es algo en la cual no
tenemos idea.
- Cierto – digo.
Pasado unos
minutos amabas volvemos a la normalidad, nuestra aureola desparece así como en
ellas sus alas. Solo puede observarse una pequeña claridad donde no es
encontramos los tres.
- Está bien le explicare algunas cosas básicas – contesta Uriel – no
ahora, porque vinimos a ver a tu familia.
- Lo se lo sé – respondo sin mirarle – solo necesitaba un poco de aire
antes de entrar en esa habitación.
Solo Ari sabe
porque salí de allí rápidamente, y no quiero pensar en eso, dejare que las
horas y las semanas digan que rumbo llevan lo que he visto o si estoy en lo
cierto de lo que creo que es.
Unos minutos más
quedamos hablando mejor dicho él nos ha explicado que antes de irnos necesita
de nuestras huellas para que podamos entrar sin que él nos acompañe y que ya
hizo las de Manu y Rosa.
Bajamos al lugar y
me despido de ellos dejando que Uriel se lleve a Ari para que deje sus huellas
para el sistema. Nuevamente camino hacia la habitación donde se encuentran
ellas. Me acerco a la ventana para mirar dentro y veo como Dani esta vez está
al lado de Luna y solo acaricia su cabello pero sus ojos no están en ella sino
mirando hacia mis hijas. Respiro profundamente cuando ese pensamiento pasa por
mi cabeza de que alguien más ocupe mi lugar de madre con ellas al menos como
madrastra es algo que no me gusta pero si me pongo en el lugar de Luna dejando
el amor de lado sé que no le gustaría eso y también está el hecho de que
estaría separada de las niñas y no podría vivir lejos de ellas, tengo una
mansión podríamos vivir todas juntas aunque eso sería realmente raro pero
llegado el momento lo hablaremos.
Golpeo la puerta y
Daniela levanta la vista y al ver que soy yo rápidamente se levanta de la cama
y camina hacia mí.
- Hola Agos – dice y puedo ver el rubor en sus mejillas - ¿hace mucho
estas aquí?
- Hola – respondió seria para hacerla sufrir un poco después de todo ella
no me contesto los mensajes ni llamadas que le pedía que me informe de mi
familia – lo suficiente – digo mirándola fijamente – y ¿tu móvil?
Por la cara que
tiene en estos momentos me dan ganas de reírme, seguiré comportándome de esta
manera hasta donde pueda yo mejor dicho explote de la risa. Toca sus bolsillos
y no los encuentra, queda unos segundos quieta pensando donde los dejo y luego
abre los ojos como si recordara donde dejo.
- Están en la habitación, los deje cargando – dice desviando su mirada de
la mía – me quede aquí y me olvide, ya ves se me paso el tiempo por completo.
- No me di cuenta– digo con sorna - ¿Cómo están? ¿despertó Luna en algún
momento?
- No, un par de veces parecía moverse como si estuviera por despertar pero
nada más. Alberto me dijo que es probable que su mente luego de la noticia y el
tranquilizante haya seguido trabajando y es por eso que no ha despertado para
no enfrentarse a la realidad, porque el efecto del tranquilizante paso hace
horas.
- Si yo estuviera en su lugar también haría lo mismo – digo mirándola a
través de la ventana – pero tiene que hacerlo, dos personitas más necesitan de
ella. ¿Las niñas cómo están?
- Si y lo hará – responde ella, la miro de reojo y al igual que yo se
encuentra mirándola – las niñas bien, también recuperándose poco a poco, al
menos comienzan a moverse.
- Qué bueno - un suspiro de alivio
de que no haya pasado nada en estas hora se escapa de mis labios – estoy segura
que con los cuidados que le están dando se recuperaran las tres – y me giro
para mirarla – gracias por haber estado acá estos días.
- No tienes que agradecer nada. Ademas las niñas podrían ser algo así como
mis sobrinitas cuando se recuperen, si tú me lo permites claro está.
Levanto una ceja y
una sonrisa se escapa de mis labios ¿en serio quieren que sean tus sobrinas? Si
vieras tu cara cuando miras a Luna más que sobrina serian hijas, niego la
cabeza ante este pensamiento.
- Si serás su tía – digo apretando mi mano en su hombro – ahora voy a
entrar a verlas.
- Claro – dice – yo iré a la cafetería de aquí a tomar algo.
- Las chicas andan por allí, puedes buscarlas.
La veo alejarse y
respiro profundamente y entro a la habitación. Primero me acerco a Luna y dejo
un beso en su frente, al menos ahora su rostro se ve mejor de como cuando la
encontramos aunque ya han pasado unas
cuantas horas o días de que están internadas las tres, pero es normal
estuvieron a punto de morir congeladas o de hipotermia. Recorro con mis dedos
su rostro y quedo pensando en lo que ha pasado hace un rato allá afuera y la
verdad es algo en que ni siquiera debería estar pensando mientras ellas están
acá, pero es difícil no dejarse llevar por los sentimientos.
- Tienes que despertar – le susurro – nuestras hijas te necesitan, yo te
necesito. Por favor, sé que prefieres dormir y soñar con nuestro príncipe y no
enfrentar esta dolorosa realidad pero hay dos princesas que necesitan de su
mamá.
Solo puedo
quedarme observando con la tranquilidad con la que parece dormir, pero sé que
no es así por la forma que tiene sus cejas.
- Ellas no necesitan a ambas – digo acariciándola - así que por favor abre
tus ojos.
La observo unos
minutos más en silencio y después me levanto y camino hasta donde se encuentran
mis hijas. Ambas están dormida son unos angelitos y no digo porque realmente lo
sean sino por lo tierna que se ven en estos momentos. Ana tiene sus manitos cerrados en un puño y
Lucero también solo que una de sus manos la tiene en su boca. Meto mi mano donde ella y le acaricio la cabecita,
ojala pudiera tenerla en mis brazos en estos momentos y llenarla de besos.
- quiero te recuperes pronto mi vida – digo – para poderte tener en mis
brazos y llenarte de besos y mimos y jugar.
Hablo un rato más
con ella y miro a Ana y me dirijo a ella y hago lo mismo que con su hermana
acaricio su cabeza su carita y también le hablo diciéndole las ganas que tengo
de tenerla en mi brazo al igual que su hermana y poder verlas crecer sana y
fuerte.
Unas horas después
estoy acostada a lado de Luna abrazándola y acariciando su brazo hasta que
empiezo a sentir como se mueve.
- Hola – digo al ver como intenta abrir sus ojos.
- Mmm – responde cerrando los ojos hasta acostumbrarse a la luz- hola.
- ¿Cómo te encuentras? – pregunto levantándome de su lado en caso de
llamar a un medio.
- Dolorida – lleva una de sus manos a su cara para cubrir sus rostro y
abrir los ojos y mirarme - ¿lo que me dijiste es cierto?
Observo el dolor
en sus ojos y la tristeza en ellos, a pesar de haber estado dormida se ve que
si no se ha olvidado de ello.
- Si – contesto y mi voz sale despacio – lamentablemente es verdad.
Las lágrimas caen
de sus ojos y me parte el corazón verla de esta forma y a mi mente vuelve a
repetir lo que me dijo antes de que le pusieran el tranquilizante de que era mi
culpa y es así es mu culpa de que ellas hayan sufrido ese accidente, de que nuestro
hijo no este con nosotras al igual que mi madre. Es mi culpa hacerle daño.
Suspiro al recordad el dolor de Luna, saber que
solo yo soy la culpable de su dolor.
****
Observo a mis hijas tan tiernas estando acá con
cuidados pero a pesar de todo lo que pasamos ellas están haciendo adelante,
aunque me es muy difícil verlas así, desde que nacieron han estado bien hasta
ahora. Y mi pequeño mi bebé ya no está entre nosotras, no resistió. Luz me ha
explicado lo que ha pasado con el avión y quiero hacer pagar a quien provoco al
accidente pero no puedo salir de aquí, uno y lo más principal de todo es estar
aquí con mi hijas, segundo ella misma me dijo que para lo sociedad y las demás
personas que nos rodean y no saben de qué estoy viva para ellos realmente
estamos todos muertos, por eso mismo no puedo irme de aquí para que no me
reconozcan. Su padre vino con Damián a investigar que paso y aunque ella no me
lo haya dicho estamos seguras de que su hermano está detrás de todo esto con
las personas que la secuestraron, ella no quiso pero la obligue a que me
mostrara su espalda y las heridas están cicatrizando bien, a pesar de haberse
no cuidado. Desde la silla en la cual estoy sentada solo puedo mirar a mis
hijas perderme en mis pensamientos en cómo estos meses han cambiado tanto y
sobre todo las últimas semanas primero Luz y ahora nosotras.
- Hey – escucho una voz que me
trae a la realidad una mano en mi hombro.
- Hola – saludo girándome para mirarla.
Al ver ese brillo en sus ojos y esa sonrisa que
tiene en su rostro. Su mano coloca el cabello que cayó en mi cara tras mi oreja
y antes de alejarse acaricia mi rostro. Siento un pequeño cosquilleo en el
estómago y le devuelvo la sonrisa aun confundida por lo que está pasando.
Las horas que pasamos juntas más bien ella
haciéndome compañía me siento bien ademas del insistente cosquilleo que siento
en el estómago y también algo cohibida y al parecer ella también, bueno en
realidad antes no es que habláramos mucho y la última vez que lo hicimos no
estuve bien.
Al caer la noche casi entrando a media noche
leyéndole un cuento a las niñas escucho la puerta abrirse y veo a mi esposa a
Luz parada en la puerta mirándome con una sonrisa y por un lado me siento mal
por lo que he sentido el resto del día en compañía de Daniela. Cuando camina
hacia mi puedo ver antes de que se cierre la puerta una cabellera pelirroja a
un costa. ¿Ella sentirá lo mismo que yo estoy sintiendo en estos momentos?
¿Tomare la decisión correcta? Solo puedo suspirar y saber que no solo lo voy
hacer por mí, ella no puede seguir de esta forma, una de las dos tiene que
tomar la decisión o sino nunca lo haremos. Se acerca a mí y deposita un beso en
mis labios y llevo una mano a su nuca para que no se separe de mi tan rápido,
disfruto el beso trasmitiéndole todo lo que solamente siento por ella, el
salado que siento en el beso me indica que estoy llorando, pero es que duele
demasiado y no hablo solo por lo que estoy por hacer que siento como el
“corazón se me rompe” sino por la pérdida de mi príncipe mejor dicho de nuestro
príncipe.
Unos minutos más tarde me separo de ella, apoya su
frente en la mía y lanza un suspiro largo y profundo, repito su acción, porque
se lo que se viene y sé que Luz lo sabe.
- Tengo que dejarte ir.
Nota:
Bueno sé que siempre me tardo una semana para subir los capítulos, pido
disculpa por la tardanza, han sido días realmente pesados, también porque sé
que el capítulo es algo corto, por eso decidí dividirlo. Lore: Gracias
por tus palabras, sinceramente tardarme demasiado no es algo que me guste pero
bueno estos días si me he pasado je. Luisa:
Si por fin se encontraron y la guerra llegara, cuando menos se lo
esperen…ellas. Besos. Ángela: bueno
queremos que Luna sea feliz y espero cumplir la expectativa en que lo sea.
Saludos. Anonim@: Gracias por tu palabras, me alegra saber que le gustas
como escribo...
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Wow gracias por el capitulo... me encanta y espero q todo se resuelva.. sera q lucifer sabe q luz ya es el angel??? Woww me parece q se viene todo muy bueno...
ResponderEliminarSus alas!!
ResponderEliminarEspero que Damian pague por todo lo malo que ha echo y sigue haciendo. Ya no diré que te tardes, pero vale la pena esperar.
Luna tiene sentimientos por Daniela, merecen las dos ser felices. El que Luna le haya dado su libertad a Luz a pesar de que la ama, sabe que no puede retenerla a su lado. Por eso dicen "El amor es ver sonreír a esa persona, y tú sonreír más".
Lore
Si las separa a ellas dos cm madres su amor e smas real q el de la novia q tenia q su hermnao intento violarla q es eso? Siempre dañais las historias
ResponderEliminarAun falta ver quien es el aliado de Agos (el de los ojos rojos que se le ha aparecido en varias ocasiones), además siento que tanto Agos y Lucifer saben de la existencia del otro y solo se están midiendo...jajajaja no se me deje llevar, en fin muy buen capitulo como siempre.
ResponderEliminarMil gracias por no abandonarnos que es lo que importa después de todo. Saludos y abrazos.
Luisa V.