Capítulo 20
Todas estas situaciones estaban
afectando demasiado a Marina. Al llegar a casa después de su desastrosa tarde
de roneo ni siquiera miró su móvil, no tenía ganas de hablar con nadie en ese
momento, incluida Paula.
A la mañana siguiente la rubia se
despertó con mucho cansancio, no había podido dormir apenas ya que estaba muy
preocupada por su chica que en el día anterior no le había dado señales de vida
por muchos mensajes que ella le había mandado. Tomó una ducha para espabilarse,
se vistió y bajó a desayunar con su hermano y su padre, como de costumbre. Después
de desayunar, montó en su coche y fue en busca de su chica. Ya eran mediados de
mayo, el sol brillaba con fuerza y empezaba a hacer calor, cosa que a Paula le
encantaba ya que así podría disfrutar de su moto y no andar siempre en el
coche. Llegó a su destino y transcurridos unos minutos, Marina apareció por la
puerta, llevaba un semblante un poco serio y parecía que, al igual que su
chica, no había pasado una buena noche.
–
Buenos días preciosa- le dijo Paula
sonriente- ayer te eché mucho de menos- le dio dos besos- ¿no leíste mis
mensajes?
–
Buenos días- le contestó la morena-No… dejé
el móvil en casa y cuando volví estaba tan cansada que ni lo miré, me quedé
dormida enseguida.
–
Uiuiu, qué estarías haciendo para acabar tan
cansada-le dijo bromeando Paula- seguro que no paraste de quitarte chicos de
encima ¿no?- rió- ¿te hiciste alguna foto? Seguro que ibas para co…
–
Paula- la cortó Marina- puedes dejar el
interrogatorio para mas tarde- le dijo un tanto enfadada, cosa que hizo que
Paula se sorprendiese.
–
Lo… Lo siento cariño, ¿estás bien?
–
Sí… sólo que estoy muy agobiada…por los exámenes
finales- dijo sin mirarla- podemos ir ya para clase por favor, vamos a llegar
tarde.
–
Está bien…-le contestó un tanto preocupada.
Emprendieron su camino rumbo a la facultad.
En todo el trayecto no hablaron, Paula intentó sacar conversación contándole lo
que había hecho el domingo, pero como la morena solo se dedicaba a responder
con monosílabos, desistió. Al llegar las esperaban las chicas en la puerta principal
de la facultad, se saludaron entre ellas y fueron para la clase. En toda la
primera clase, Marina no le brindó ninguna muestra de cariño como era costumbre
a Paula, ni una simple caricia, por lo que la rubia cada vez estaba mas
preocupada, no sabía qué podía haber hecho para que su chica estuviese así con
ella, no creía que por unas simples preguntas se pusiese así, no era la primera
vez que le preguntaba cómo le había ido en el roneo, es más, en otras ocasiones
las dos se reían con las cosas que le habían ocurrido o con lo que le decía los
chicos para intentar conquistarla. No sabía que estaba ocurriendo por lo que
decidió que cuando esa clase terminara hablaría con ella para solucionarlo.
La clase terminó media hora antes, por
lo que las chicas decidieron ir a la cafetería a tomarse un café. Paula
aprovechó el camino hacía la cafetería para parar a su chica y hablar.
–
Chicas ahora os alcanzamos- le dijo la rubia
a las demás chicas mientras agarraba del brazo a Marina.
–
¿Qué pasa?- le preguntó Marina.
–
Tú y yo necesitamos hablar- le dijo
seriamente.
–
Esta bien- suspiró- pero aquí no podemos
hablar- la tomó de la mano y juntas se metieron dentro del baño- esta bien de
que quieres hablar.
–
Sólo quiero que me digas qué te hecho mal
para que estés así conmigo- Marina no se podía creer lo que estaba escuchando,
se había comportado con su chica como una idiota toda la mañana y ella en vez
de estar enfadada con ella, estaba preocupada- no he dejado de darle vueltas en
clase y no sé que he podido hacer, pero te pido perdón por lo que sea que haya
hecho, de verdad, me quema por dentro que estés así conmigo-Estaba luchando por
no llorar, no dejaba de decirse así misma que era una gilipollas con Paula, lo
único que ella había hecho era quererla.
La morena, sin darle ninguna
explicación, agarró la cara de Paula con ambas manos y la besó. Fue un beso
profundo, lleno de amor, había echado tanto de menos esos labios y los había
necesitado tanto esos días, que en ese beso quería demostrárselo. La fue
empujando a unos de los cubículos y cerró la puerta, volviéndola a besar y apretándola
contra sí, no se quería separar de ella. Tomó una de las manos de Paula y la
puso en uno de sus pechos. La rubia, ante este acto, ejerció presión contra el pecho de su chica, ese arrebato de
pasión por parte de Marina la había enloquecido y estaba empezando a excitarse. En ese momento,
la morena separó sus labios de los de su chica unos centímetros para decirle:
–
Pau…mi amor…quiero que me hagas tuya- le dijo
con la respiración acelerada y con una cierta chispa de necesidad y excitación
en su voz. Paula abrió los ojos de par en par al escucharla.
–
¿Qué? ¿Aquí?
–
Sí, lo que has escuchado…quiero que me hagas
tuya aquí mismo, quiero…quiero que me desvirgues- en ese momento Paula se
separó de su chica.
–
No puedo hacer eso Marina.
–
¿Qué? ¿Por qué no?- frunció su ceño la
morena.
–
Mi vida, no quiero que pierdas la virginidad
de esta manera.
–
¿No me deseas? Te lo estoy pidiendo…
–
Claro que te deseo- la cortó-pero, no sé,
había pensado que ya que llevas tanto tiempo esperando, querrías hacerlo en mi
cama aunque sea, no en los baños de la facultad deprisa y corriendo- Marina
apartó la vista de Paula, tenía razón, se había dejado llevar por un acto de
desesperación y no lo había pensando con claridad. La rubia tomó con sus dedos
su barbilla para que la mirase- vamos a hacer una cosa, que te parece si este
fin de semana, te vienes a casa, mis padres no van a estar y…
–
Está bien- la cortó- este fin de semana- besó
sus labios.
–
Anda vamos, que las chicas nos están
esperando.
Salieron del baño abrazadas, por
suerte para ellas nadie había entrado en ese tiempo al baño. Llegaron donde
estaban las chicas que las recibieron con bromas. Después de un rato de risas
Paula veía que Marina estaba más distraída y volvía a ser la de siempre. La
rubia estaba muy confundida por todo lo que había pasado esa mañana. En ese
momento, su móvil sonó, lo sacó de su bolsillo y miró la pantalla, era su tío
Guillermo, hermano de su madre, se levantó y les dijo a las chicas que iba a
atender la llamada. Minutos después volvió y se sentó.
–
¿Quién era amor?- la rubia sonrió ante esa
palabra.
–
Era mi tío Guille.
–
Tu tío Guillermo otra vez no-dijo Macarena
poniendo sus ojos en blanco.
Guillermo era el hermano menor de Ana,
había estudiado empresariales, como
Paula, y vivía en Londres. Guillermo le ofreció a Paula que terminase sus
estudios allí con él para así darle luego trabajo en su empresa y la rubia
llevaba un tiempo pensándoselo.
–
¿Qué le pasa a tu tío?- preguntó Marina que
no sabía si quiera de la existencia de su tío.
–
Pues quiere llevarse a Paulita a Londres- se
adelantó a decir Macarena- pero creía que ya se le había olvidado- dijo
cruzando sus brazos.
–
Mi tío Guille es el hermano de tu suegra y
vive en Londres y quería que el próximo curso me fuera con él allí para
terminar la carrera y trabajar con él. Antes de conocerte me lo estaba
pensando…pero ahora tengo razones más que de sobra para decirle que no- le dijo
mirándola a los ojos mientras que la morena sonreía- así que le he dicho que no
va a poder ser.
–
¡Si!- dijo aplaudiendo Macarena mientras las
demás reían.
Volvieron a clases donde la morena ya
si se comportaba como de costumbre, cosa que Paula agradecía. Al finalizar la
mañana las chicas fueron hacía el aparcamiento donde, como de costumbre,
hablaban un rato y se despedían. Cuando todas se estaban despidiendo, Marina
vio a lo lejos una persona sentada en un banco que llamó su atención, era uno
de los amigos de su hermano Jesús. ¿Qué hacía ahí ese chico? Pensaba Marina
cuando Paula llamó su atención.
–
¡Eh peque!
–
¿Qué pasa?
–
Te estábamos hablando, ¿a quién miras?
–
Emm a nadie
–
Te estaba diciendo que vamos a llevar a Maca
a casa.
–
Amm- aún le estaba dando vueltas a lo del
amigo de su hermano, cuando una idea pasó por su cabeza- ¿Sabes qué? Mejor
lleva tu a Maca a casa, yo me voy en el bus, mi madre me dijo que no llegase
hoy muy tarde- le dio rápidamente dos besos a Maca y Paula- ahí esta el bus,
Hasta luego- dijo andando ya para el autobús sin darle tiempo a Paula a reaccionar.
La mañana había sido de lo mas
extraña. Paula se quedó fija mientras veía como su chica se montaba en el bus y
se iba, era la primera vez en su relación que pasaba esto.
–
¿Qué le pasa a Marina, Pau?- la rubia suspiró
profundamente.
–
Eso quisiera yo saber, llevamos una mañanita…
–
Bueno, tienes tiempo para contarme mientras
vamos a casa.
------------------------------------------------------------------------------------------------------
La Teta Feliz Historias y Relatos ® Xiion - Derechos Reservados
©
Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser
reproducida, ni en todo ni en parte, registrada o transmitida por un
sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún
medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico,
por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo, por escrito, del
autor.
Leches ya se va a liar, el HP del hermano ya mando al espía, vamos a tener unos capítulos muy intensos, que marina se vaya con paula de una vez pero lejos que estos son capaces de vengarse .
ResponderEliminarNo nos hagas sufrir mucho que yo estoy en un momento bajo y quiero que haya amor
M.S (galicia)
Pues si siguen presionando tanto a Marina que
ResponderEliminarmejor oportunidad que se vayan juntitas a Londres.
SALUDOS........ ;P
que se vallan a Londres que hagan el amor y que se quiten a ese Hermano de encima
ResponderEliminarQ hermano ese, marina lo q tiene es q escaparse con paula y ya
ResponderEliminarcomo me gusta esta historia, saludos!! que sigas escribiendo así de lindo. Exitos! Brenda Santa Fe Argentina
ResponderEliminarBuena historia, ojalá se actualizara a diario.
ResponderEliminar