Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

Gypsy - Xiion - 2

Capítulo 2.

         ¿Por qué lo dices?- Dijo Paula, que había bajado de la nube a causa del comentario de su amiga.
         Pues porque tiene pinta y además esos apellidos, no sé, pero creo que si es gitana Pau.
         Bueno, ¿y? ¿Hay algún problema?
         No seas tonta Paula, sólo lo he dicho porque tenías curiosidad, ¿o es algo más?
La rubia no contestó.

Ese día las clases terminaron rápido, al salir la vio de lejos sentada en la parada del bus leyendo un libro, no sabía por qué, pero no podía dejar de mirarla. Macarena la sacó de sus pensamientos:
         Bueno chicas, ¿nos vamos de cervezas un rato? ¡Invito yo!
         No gracias Maca, ya sé como acaban tus invitaciones y no quiero acabar borracha el primer día de clase- las chicas rieron.
         ¡Si venga unas cervecitas Pau!- le dijo Julia animándola- solo un par.
         La última vez también quedamos en que iban a ser un par….y acabaron siendo ocho cervezas, dos cubalibres y Maca vomitando en el taxi, hoy no me convencéis, además mi madre me espera para comer. Mañana nos vemos-Se despidió Paula de sus amigas con dos besos, se puso el casco y se fue con su moto para casa.
Quince minutos después ya estaba en casa y Maia, su pequeña bulldog francesa, se acercó feliz para que su dueña la cogiese.
         ¿Donde esta lo más precioso del mundo?- Dijo al cogerla en brazos.
         ¡Aquí!- Dijo Ana, la madre de Paula. Las dos rieron y se saludaron dándose dos besos.
         ¿Cómo te ha ido cariño?
         Genial mamá, ya sabes con las chicas y sus locuras, ¿y a ti en el trabajo?
         Uff estresante, como siempre, parece que todas las cosas quieren salir mal a la vez.
Últimamente, madre e hija no podían pasar mucho rato juntas, su madre, directora de una agencia de publicidad, estaba inmersa en un proyecto que le traería mucha fama a la empresa, pero que le quitaba mucho tiempo, aunque el mínimo espacio de tiempo que se le quedaba libre, lo usaba para estar con su familia.
Los dos hermanos y Ana comieron entre risas, era una familia muy unida.

Los días iban pasando, Marina siempre en el mismo sitio sentada, al igual que las chicas. La morena era brillante en clase, contestaba todas las preguntas de los profesores a las que nadie encontraba respuesta. La rubia cada vez que la miraba pensaba en saludarla, decirle algo o preguntarle algo acerca de alguna asignatura, aunque fuese la duda más tonta del mundo, pero nunca se atrevía, no sabía por qué, ya que con todo el mundo era muy abierta y no le importaba hablar con gente a la que apenas conocía, pero con la morena de ojos verdes, todo era diferente.
Una mañana, las chicas iban por el pasillo de la facultad, cuando las adelantó Marina. Al pasar al lado de la rubia, su perfume la embriagó, era delicioso, al igual que las vistas que en ese momento tenía Paula, su larga melena suelta y su trasero, Paula se sorprendió a si misma mirándoselo.
Macarena, por el contrario, al ver a la morena pasar, se le quedó mirando con cara de desprecio y cuando Marina ya no estaba a la vista, reprochó:
         Esta visto que ya dejan entrar aquí a cualquiera- Iba diciendo esto mientras las cuatro entraban al servicio.
         ¿Por qué dices eso?- Dijo Lucía.
         Esta claro, por la gitana esa que hay en clase, la que ha pasado antes por nuestro lado, seguro que toda la ropa que lleva de marca, o es robada o es falsa- rió a carcajadas.
Paula se sentía tan ofendida como si se estuviesen refiriendo a ella, no podía creer que su amiga fuera tan superficial, y que por un apellido o por una apariencia denigrara a una persona de esa manera. La rubia enfureció:
         Macarena no te permito que...-Decía seriamente, pero su amiga la volvió a cortar.
         En serio, no volveré a dejar mi bolso en el perchero de clase- siguió riendose.
En ese momento una de las puertas de los servicios se abrió, y la chica que se encontraba dentro salió con la cabeza gacha rápidamente, era Marina. Paula se quedó petrificada, sintió vergüenza y tristeza de verse en esa situación tan lamentable, sentimientos que se convirtieron en enfado que recayó sobre su amiga.
         ¡Joder Macarena! ¿No puedes cerrar la puta boca?
         Paula relájate ha sido un error- intentaba Julia quitarle hierro al asunto, ya que veía en los ojos de su amiga que realmente estaba muy enfadada.
         ¿Un error? Yo creo que ha dejado bien claro lo que piensa, ¿y sabes lo que pienso yo, Macarena? Que eres una auténtica gilipollas y que como sigas así te vas a quedar sola tú, tus prepotencias y tu puto orgullo- Dijo Paula enfurecida saliendo del baño para ver si podía encontrar a la chica ofendida. Se sentía fatal, no se explicaba cómo una de sus mejores amigas podía comportarse así, pero lo que encontraba menos explicación es por qué le dolía tanto si apenas la conocía. Buscó por los alrededores y no había rastro de la morena. Sacó su móvil del bolsillo y le mandó un mensaje a Julia para decirle que se iba a casa, que no tenía ganas de ver a Macarena.
Esa noche apenas pudo conciliar el sueño, la incómoda situación no salía de su cabeza, como se habría sentido esa chica y lo que pensaría de ella al respecto.
A la mañana siguiente, después de la mala noche que había pasado se despertó muy cansada, miró su móvil y tenía muchas llamadas perdidas de Macarena y las demás y varios mensajes de Whatsapp de Macarena pidiéndole perdón, se asomó a su gran balcón, era una mañana lluviosa y gris, nada acompañaba hoy para sentirse mejor. Bajó a la cocina y desayunó como siempre, con su padre y su hermano escuchando las anécdotas del día anterior de su padre en el hospital, aunque esa mañana, la rubia estaba más callada y pensativa que de costumbre.
         Pau cariño, ¿estás bien? Te noto ida, ni siquiera te has metido con tu hermano- Dijo Hugo bromeando.
         ¡Eh!- dijo Marcos levantando la vista de su móvil.
         No es nada papá... es sólo que ayer tuvimos un problema con una chica de clase…y no me ha dejado de rondar la cabeza.
         ¿Le dijiste algo tú o hiciste algo?
         No, fue Macarena que no sabe estar callada, no se cómo puede ser tan idiota algunas veces.
         Entonces ¿por qué estas así?
         No se papá, solo me siento mal.
         Bueno cariño, ya sabes que las cosas se solucionan hablando, habla con la chica y soluciónalo, es la única manera de que te sientas mejor contigo misma- Paula esbozó una leve sonrisa ante las palabras que le brindaba su padre.
         Lo intentaré- le dio un beso a su padre- luego nos vemos.
Esa mañana lluviosa no le quedó de otra que coger su lujoso coche para ir a la facultad, nadie entendía por qué ella prefería ir en la vieja moto teniendo ese coche, pero ella lo prefería.
Por suerte o por que el destino lo quiso así, ese día de camino a la facultad encontró a Marina en una parada de bus, la morena iba cargada, con una mano llena de libros y en la otra el bolso y el paraguas. Paula nada mas verla, pensó que era el mejor momento para hablar con ella, “ahora o nunca”, pensó. Pisó el freno y se paró al lado de la morena, bajó la ventanilla del copiloto y la llamó:
         ¡Ey Marina!- La morena la ignoró completamente excusándose en que estaba mirando su smartphone, ni se inmutó ante la llamada de la rubia.
         Marina, por favor, ¿puedo hablar contigo?- esta vez Marina la miró y con un gesto serio le dijo secamente:
         Tú y yo no tenemos nada que hablar.
La rubia no sabía que decir, solo le quedaba insistir, no podía perder esa gran oportunidad.
         Marina… esta lloviendo mucho, te vas a empapar y tus libros también…por favor deja que te lleve a la facultad- dijo en tono de súplica Paula. Se quedaron mirando fijamente unos eternos segundos, en los que Marina pensaba en que hacer, ese instante se hizo largo para la rubia, que rezaba por un sí.
         Esta bien…- Dijo la morena subiéndose en el coche casi sin mirar a su compañera, no estaba en sus planes hacer contacto visual con la de los ojos azules en ningún momento.
         Marina… quiero pedirte perdón, lo de ayer estuvo fuera de lugar… de verdad que lo siento mucho.
         ¿Por qué te disculpas? Si tú no dijiste nada- dijo la morena sin mirarla.
         Pues porque me siento fatal… Macarena no te puede juzgar de esa manera sin conocerte, es una injusticia y una gran ofensa.- En ese momento Marina se giró y miró a Paula a los ojos.
         Tú no me conoces, Paula.- Los ojos de la morena eran aún mas grandes y preciosos a esa distancia.
         Bueno eso tiene fácil arreglo…Paula Castell- Dijo la rubia extendiéndole la mano. La morena se quedó mirando la mano de Paula por unos segundos.
         Marina Heredia- estrechando la mano de la rubia mientras se sostenían la mirada.


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3 comentarios:

  1. Esto promete! estoy deseando leer el proximo :)

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  2. Me ha encantado me tiene enganchada totalmente la historia.

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  3. Joo!! Quiero el siguiente capítulo!!! Me ha encantado.

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