Capítulo 19
–
Cariño, ¿cómo te sientes? ¿Te traigo algo de
cenar?- Dijo Juana entrando a la habitación de Marina.
–
No, estoy bien mama, sólo necesito dormir- le
dijo Marina mirando para otro lado para que no viese sus ojos hinchados de
tanto llorar, aunque no lo pudo evitar.
–
Marina, ¿por qué lloras? Deberías estar feliz
porque tu tío y tu padre se preocupan por ti.
–
Si mama, solo es que me hacía mucha ilusión
terminar la carrera…solo es eso- era mentira, esa era una pequeña preocupación
en comparación con todas las demás que tenía en la cabeza, ¿que haría? Ahora
mismo la única salida que veía era escaparse con Paula. No volvería a ver a su
madre ni a su padre, pero si no lo hacía no volvería a ver a Paula y su vida
sin ella sería un verdadero tormento, para estar sin Paula era mejor no estar
directamente, pensaba la morena en ese momento-necesito dormir y descansar.
–
Esta bien mi niña, duerme, que ya veras que
mañana, con la mente despejada y descansa lo veras mejor, y si quieres vamos a
comprar algo bonito que ponerte el domingo para el roneo- le dio dos besos-
buenas noches Marina.
–
Buenas noches, mama- esa noche le costaría
horrores dormir.
Juana se dirigió hacía el salón dónde
los hombres seguían decidiendo sobre el futuro de su hija.
–
Tío, tenemos que hacerlo rápido, la niña se
junta mucho con unas payas en la universidad y no quiero que le metan ideas en
la cabeza, podría hacer una locura. Yo creo que lo mejor sería es que papa no
la dejase ir mas.
–
Jesús, déjala tranquila, es lo único que la
hace feliz ahora mismo- dijo Rafael, que había vuelto a casa.
–
Pero pa’que quiere tanto estudio si lo único
que tiene que hacer es cuidar a su marío y a sus hijos como la mama hace, menos
mal que ha venío el tío Bernardo a abriros los ojos, porque desde que el Jose y
el Fernan se fueron no tengo ningún apoyo- José y Fernando eran los hermanos
medianos los cuales no vivían en Madrid, José se casó y se fue a vivir con su
mujer a Granada y Fernando hizo lo mismo pero su destino fue Barcelona.
–
Tu hermano Rafael tiene razón- dijo Manuel-
vamos a dejar que siga yendo a la universidad.
–
Pero papa…
–
Pero papa ná-le cortó Manuel- lo he decidio
así y no hay mas que hablar, la niña es feliz yendo a estudiar además así esta distraía.
–
Déjame que al menos la vigile-Manuel suspiro
profundamente.
–
Esta bien Jesús, haz lo que quieras, pero yo
se que mi Marina es una gitana honrá y responsable.
–
Mu bien dicho hermano- le dijo Bernardo- se
ve que llevas mu bien las riendas de tu familia, como buen hombre gitano- dijo
con una amplia sonrisa.
Al día siguiente, Marina despertó.
Había pasado una muy mala noche, no había podido dormir apenas ya que no dejaba
de darle vueltas al día anterior, demasiadas emociones concentradas en una
tarde.
Tomó su móvil y lo primero que vio fue
un mensaje de Paula dándole los buenos días, ¿cómo podía transmitirle tanta
felicidad con ese simple gesto? Ni ella lo sabía. Salió de la cama y fue hacia
al salón donde la esperaba su madre con el desayuno preparado. Juana había
planeado pasar la mañana de tiendas, y aunque Marina no se encontraba con
ánimos, la convenció para ir.
Después de desayunar y arreglarse, las
dos tomaron un autobús dirección a un centro comercial del centro. La morena se
estaba distrayendo un poco de la realidad, le gustaba mucho la ropa, siempre
iba a la moda y le encantaba ir de compras y probarse cientos de modelos y
complementos.
Iban saliendo de una de las tiendas,
hablando y riendo, con varias bolsas en las manos cuando Marina se tropezó con
alguien que hizo que se le cayesen las bolsas.
–
Perdóneme, iba mirando el móvil, ahora mismo
se lo recojo- se volvió la persona con la que había chocado- Eh Cu…em…Marina-
era Marcos que, después de recoger las bolsas le dio dos besos- buenos días
señora- le dio dos besos a Juana.
–
Mamá te acuerdas de Marcos, es el hermano de
Paula.
–
Claro que si, ¿cómo estas muchacho?
–
Pues muy bien señora, he venido con las
chicas de compras- Marina se le abrieron los ojos de par en par- y la verdad es
que me estaba aburriendo un poco y he salido a darme una vuelta.
–
¿Pau esta aquí?-dijo un poco nerviosa.
–
Si esta con mi madre en esa tienda- dijo volviéndose
y señalando la entrada. En ese mismo instante Pau salía con Ana de las tiendas
con las manos repletas de bolsas- míralas, son unas compradoras compulsivas- le
hizo una seña para llamar su atención.
Cuando Paula se percató y vio a lo
lejos a su chica, una gran felicidad la invadió. Su madre al verla se rió.
–
Ten cuidado, que te vas a resbalar con tus
propias babas- las dos rieron.
–
Anda vamos y ten cuidado y no digas nada
delante de tu consuegra, Ah! Y ni se te ocurra insinuar nada de lo de ayer, que
la verdad no se para que te digo nada.
–
Mis labios están sellados- se acercaron hacia
donde estaban.
–
Buenos días- dijo con una amplia sonrisa
saludando a Marina y a su madre- no sabía que ibas a venir de compras.
–
Es que la he convencio pa venir a comprar
ropa, pa que vaya el domingo guapa pa ver a los mozos- dijo muy orgullosa su
madre. Paula la escuchaba mientras miraba a los ojos a su chica, estaba
luchando por no lanzarse a sus labios que tanto echaba de menos. Al escuchar
esto último esbozó una pequeña sonrisa.
–
Marina con lo que se ponga está preciosa-
hizo que su novia sonrojase. El corazón de Marina latía a mil por hora, era una
autentica tortura tener delante suya al amor de su vida y tener que hacer como
si nada.
–
Pues yo también le he dicho a Pau de salir de
compras y luego iremos a comer- dijo Ana para distraer la conversación de ellas
dos- Os apetece acompañarnos?
–
No podemos Ana, ha venio de visita el hermano
de mi marío y tengo que prepararles la comida. Otro día será.
–
Si, por supuesto, queda pendiente.
Las os familias se separaron y cada
una fue por su lado.
Esa tarde no se pudieron ver, Marina
se tuvo que quedar en casa porque su padre había invitado a unos primos suyos
aprovechando de que estaba allí su tío y tuvo que ayudar a su madre a cocinar y
a prepararlo todo.
El domingo llegó y Marina volvió a
despertar. Había vuelto a pasar una terrible noche, casi pero aún que la
anterior, sabía que esa tarde tendría que lidiar con los chicos y con su
hermano.
La tarde llegó y Marina tuvo que ir,
acompañada de sus dos hermanos, al roneo, donde su hermano Jesús no dejó de
presentarle muchachos. En un momento de la tarde, Paco, el chico que Marina
detestaba, se le acercó.
–
Hola guapa, me ha dicho mi padre que el tuyo
quiere hablar con él- le dijo con una sonrisa maliciosa- yo sabía que al final
caerías.
–
Hola Paco- le dijo con desgana-no te hagas
ilusiones, porque a mi madre le gustes no significa que tengas posibilidades.
–
No me digas eso chiquilla- le dijo acercándose
a ella- no me digas que el ramo de flores no te gustó, si seguro que se te cayeron
las bragas al suelo-Marina rodó sus ojos poniéndolos en blanco.
–
¿Podrías ser un poco menos vulgar y
malhablado? así como quieres conquistar a una chica, además, a mi no me
engañas, a mi madre puedes, pero a mi no, yo sé quien me mandó esas flores.
–
Oye oye Marinita, tampoco te hagas la dura-
se le acercó al oído para susurrarle-mira que me han dicho que te han visto en
una discoteca del centro. ¿Qué diría la gente y tu hermano si supiesen que vas
zorreando por ahí? Si alguien se enterara ni un gitano de España querría
casarse contigo y ni que decir de tus padres, ¿qué diría la Juana de su niña?
Su niñita, la pija que se cree más que nadie y que estudia una carrera y lo
único que hace es juntarse con payas pa zorrear en las discotecas - En ese
momento fue a levantarle la mano para darle una bofetada, pero él fue mas
rápido y le sujetó la mano antes de que lograra siquiera levantarla.
–
No te puedes hacer una idea de cuanto te
odio-le dijo mirándolo de manera desafiante. Marina sentía ganas de
estrangularlo.
–
Pues empieza a quererme, porque puede que me
tengas que ver todos los días.
–
Dime Paco, ¿qué coño ganas con casarte
conmigo? Podrías casarte con alguna que verdaderamente te gustara y le
gustaras. Yo nunca te voy a querer, no sé por que no te queda claro.
La verdad era que a Paco si le gustaba
Marina, había pasado muchos años detrás de ella y esta lo rechazaba una y otra
vez. Ese sentimiento se fue perturbando con el paso del tiempo y se convirtió
en una obsesión hasta llegar a pensar que si la morena no era suya no iba a ser
de nadie.
–
Gano lo que siempre he querido, no lo
olvides, yo siempre me salgo con la mía- la cogió del brazo y ante esto la
morena pegó un tirón separándose de él.
–
Eso ya lo veremos.
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A que Paco tan cabrón, pero ya le ganaron el mandado jejejej ahora si Marina va a querer todo con Pau antes que la casen o se escapan.
ResponderEliminarHay dios ahora problemas y mas problemas... marina debe irse de su casa en serio... se que paula la recibe con muchisimo gusto... y ahora el paco ese... mejor no digo mas... muy buen capítulo y esperando mas...
ResponderEliminarGracias por la historia
No nos llegaba con el hermanito que ahora se une el paco para fastidiar la relacion.
ResponderEliminarChica nos vas a matar . Que no les pase nada a ninguna de las dos
M.S (galicia)
Y ahora paco para colmo.... Marina debería de escaparse con paula
ResponderEliminarY al parecer vamos a tener que hacernos de paciencia de nuevo, pero lo bueno es que vale la pena. Exitos! Brenda Santa Fe Argetina
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