Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

La Hija del Diablo - Ve. C - 67

Capítulo 67 1ª parte

El olor alcohol lo aspiro profundamente al volver en sí, puedo sentir como hace que me moleste la nariz. Uriel y la mujer que no sé cómo se llama porque ninguno de los dos me dijo. Solo recuerdo que en la vivienda estaba la placa con el numero pero sin nombre u apellido. Me incorporo y llevo la cabeza que siento que me va a estallar cuando sigo sintiendo toda esas voces.
-      Cálmate – Uriel se siente frete a mí, lleva su mano a mi cabeza y me la masajea – respira profundo y trata de no pensar en nada, deja tu mente en blanco.
-      Es fácil decirlo – respondo cerrando y trato de hacer lo que me pide.

-      Por favor – dice él, tratando de que no le lleve la contra – concéntrate en lo que te pido.
Aunque me resulte raro hago todo lo que me pide y poco a poco el dolor va mermando pero no así las voces. Quiero que se callen.
-      ¿Por qué no se van? – miro con ojos desesperados a Uriel.
-      Tienes que aprender a bloquearlos y para eso tienes que no pensar que puedes escuchar la voz de los humanos.
-      ¿Cómo?
-      Luz somos angeles, los angeles tenemos que escuchar la voz de los humanos. Tu anoche…
-      ¿anoche que?- pregunto desesperada, no solo por tener ese ruido en mi cabeza sino las vueltas que da el para decir las cosas.
-      Anoche alcanzaste el cien por cien la gloria. Es por eso que puede escuchar las voces de los humanos en tu mente y todo lo que sea relacionado con el mundo humano, pero por supuesto más sus voces. Somos ángeles, de cierta manera es normal el poder escucharlos, debemos acudir a sus llamados aunque ellos no puedan vernos, no crean en nosotros o ni siquiera sospechen que estamos a su lado. ¿Cómo crees que los ángeles guardianes  saben lo que les está pasando a sus protegidos cuando no están con ellos?
Ahora que lo dice tiene razón. No creo que los angeles guardianes estén todo el tiempo con sus protegidos vigilándolos. No creo que les guste ver a las personas teniendo relaciones, bañándose y demás cosas demasiado íntimas.
-      Es entendible ¿a ti te paso? – me llevo las dos manos a la cabeza y froto la sien.
-      Crecí oyéndolos, con el tiempo supe como acallarlos en mi mente – responde sentándose a mi lado – tú también. Solo que ahora están en un cuerpo humano y es algo difícil. con el tiempo aprenderás a manejarlo.
-      ¿quieres decir que no hay forma de no escucharlos ahora?
-      Por el momento lo vas a escuchar a seguido hasta que aprendas a manejarlo, a apagar las voces en tu cabeza. eso no significa que no vayas a escucharlos o saber que están allí. A ver cómo te explico… - queda unos segundos pensando – tienes que crear un interruptor entre las voces y lo que tu pienses. Cuando necesites no escuchar tu conciencia, puedes escucharlos a ellos. Ahora tienes que tratar de ir y relajarte. Por el momento no es conveniente que vuelvas a tu casa, eso va hacerte peor.
Al decirme lo de volver a mi casa, miro por la ventana de la camioneta y veo que estamos en la pista privada del aeropuerto. El capitán del avión, está a un lado esperando de que ello suban y hay un par de hombres más, algunos están vendados. ¿Serán los seguridad de esta mujer?
-      No me has dicho tu nombre – pregunto mirándola.
-      Me llamo Elena – responde ella dándome una mano – gracias por no hacer lo que él te ordeno.
-      no tienes nada que agradecer. Si tengo que ensuciarme las manos de sangre va hacer por cosas que valgan y no por una simple información – respondo abriendo la puerta y bajando de la camioneta.
Me apoyo a un lado, esperando poder acostumbrarme a lo que ahora pasa en mi cabeza, me siento débil, debe ser por el dolor y todo lo que paso en el día, y también no he comido bien hace días. Me giro para ver como Uriel al bajar después de mí, está dándole indicaciones a unos de los hombres que esta con el sin vendaje. Al levantar mi vista y girarme para mirarlo mis ojos se cruzan con el espejo lateral del lado conductor. Dejo de mirar a Uriel y vuelvo mi vista al espejo y en ellos se reflejan mi cabello negro ahora completamente rubio nuevamente y mis ojos azules aún más oscuro. ¿En qué momento mi cabello? ¿Será cuando…
-      Luz – dice Uriel acercándose a mí – nos tenemos que ir.
-      Entonces ¿Qué estas esperando? –pregunto, saco el bolso con las cosas que agarre de casa y camino hacia el avión - ¿te vas a quedar allí parado?
Saludo al capitán y subo al avión. Abro una pequeña caja fuerte que hay en el avión y guardo mis cosas.  Me siento y cierro los ojos, intentando relajarme y hacer lo que me explico hace unos momentos Uriel para acallar las voces de mi cabeza y que no son de mi conciencia.  Escucho las voces de ellos subiendo y sentándose.
-      ¿Qué haces? –pregunta Uriel y puedo sentir su mirada.
-      Me voy con ustedes – contesto sin abrir los ojos.
-      ¿es por lo que viste? – pregunta esta vez bajando la voz como para nuestros acompañantes no nos oigan.
-      Puede ser – digo esta vez mirándolo.
-      Estas haciendo lo mismo que te hicieron a ti hace unos meses atrás. Deberías volver y escucharla. además te recuerdo que tu hermano debe estar internado.
-      Ella me engaño con el ¿Qué quieres que haga? Yo vi el beso nadie me lo contó, además está el hecho de sus saliditas con e, sé que ella no es estúpida como para no darse cuenta de que esas cenas de negocios que él le decía eran puro cuento ¿Por qué iba? ¿por no rechazarlo? Y el hecho de que no haya ido a verme estando presa ¿no te dice nada?
-      Estas huyendo – dice el pasando una mano con mi cabello – vuelvo a decirte, deberías ir y hablar con ella y tomar una decisión.  Sé que tienes miedo a sufrir y que Damián siempre intentara algo contra ti, pero no deberías dejarlo ganar.
-      Ya tome mi decisión y ella la suya. Tuvo tiempo de hablar cuando estuvo en mi habitación, pero prefirió callarse, no dijo nada respecto al tema. Y puedes que tengas razón y este huyendo, Damián ya me ha jodido la vida demasiadas veces, ahora otra vez no solo me manda presa sino que se besa con mi novia y ella… No quiero hablar más del tema. Tome mi decisión puede que sea la correcta o puede que no, lo veré con el tiempo – me levanto de mi asiento y acerco a la cabina del capitán - ¿vas a despejar o nos vamos a quedar aquí toda la noche?
-      Si señorita, ya mismo – responde nervioso.
-      Bien – respondo.
Cruzo por donde están ellos y voy a una suite y me tiro en la cama. Eso es lo bueno de tener un jet. No me interesa eso del ponerme cinturón ni nada.
Al estar en el aire me levanto y busco una botella de Vodka y vuelvo a la cama con esta abierta. Uriel tiene razón debería volver y escuchar a Ari, pero es que cuando me cambiaba para ir hacer lo que me pidió Antón tuvo la posibilidad y se calló, ¿si me voy arrepentir de lo que estoy haciendo? Puede ser. Y que Damián este internad no me interesa para nada, creo que  eso es poco para todo lo que se merece, al menos de lo que me ha hecho a mí. Yo misma iría y lo remataria pero soy de las que piensa que en la vida todo vuelve y el la pagara algún día.
                                                   ****
Al ver la mirada de Agos al irse, y también escuche lo que Damián le dijo a Gabriela. Que yo lo bese, maldito infeliz. Al menos ahora sé cómo es, ahora que quizás ya la perdí a ella.
Subo a mi habitación y en mi mente vienen todos los momentos que viví con ella. El pecho se me oprime del solo pensar que puedo perderla por ser tan estúpida.
El hecho de pensar que la perdí hace que llore con más ganas, porque ahora comprendo lo que me pasa con ella. La amo. Me enamore y no supe darme cuenta a tiempo. Sabía que hacia ella había un gran sentimiento, pero tengo que darme cuenta en este momento. Tanto llanto hace que los ojos me pesen  y empiezo a dormirme, repitiendo que en cuanto llegue hablare con ella, aclarare las cosas y le diré que la amo, que es verdad cuando el digo que no me gustan las mujeres, que solo me gusta ella, que si quiere podemos empezar desde cero.
Abro los ojos al sentir la luz que da en mi cara. Miro el reloj que se encuentra en la mesita de luz y veo que son las seis de la mañana. Me re dormí, bueno en realidad tampoco sé a qué hora me dormí anoche. Pego un salto de la cama y voy al baño a higienizarme y cubrir un poco las marcas de llanto que deben mostrar mi rostro.
Al cabo de unos minutos me voy a la habitación de Agos. Encuentro la puerta entreabierta, la llamo y no responde. Bueno debe estar enojada conmigo es normal que no me responda ni quiera verme. Entro en la pieza y encuentro la cama hecha y solos unos papeles arriba con algunos que otros CDs o DVDs, después todo sigue igual, lo que significa que no paso la noche acá. Me acerco al baño y nada, solo está tirada la ropa  que se cambió ayer para salir.
Vuelvo a su cama y veo su cama y ahora que lo pienso si volvió, estuvo buscando algo, por eso tanto lio de papales. Junto todo esos papeles y los guardo. Solo que me quedo con los CDs supongo que tiene música en ellos.
Los guardo en mi habitación y bajo al comedor, es mejor desayunar e ir a trabajar. Quizás cuando vuelva la encuentre o la vea en la empresa.  Desayuno sola en el comedor cuando veo que Gabriela entra apresurada y pide que le sirvan un té de tilo. Se la ve afectada, voy a preguntarle si todo está bien cuando entra Antón.
-      ¿de quién era la llamada?
-      De la clínica – responde ella, con algunas lágrimas en sus ojos.
-      ¿le paso algo a Agostina? -  dice Antón poniéndose nervioso.
-      No. Es tu hijo, está internado tuvo un accidente.
-      Ah – responde Antón respirando tranquilo y agarrando el diario para leer – pensé que era Agos.
-      Por dios, como puedes ser tan frio. Es tu hijo.
-      No me hagas hablar Gabriela – contesta serio sin levantar la vista de lo que está leyendo.
-      Y ¿Qué vas a decir?
-      ¿En verdad quieres saberlo?
Odio esto de las discusiones en la mesa. No entiendo la reacción de Antón con su hijo, es obvio que Gabriela se va a molestar con él, porque pareciera que no le interesa.  Ella solo asiente esperando la respuesta de su marido.
-      Cuando tu hija estuvo presa ni siquiera fuiste a verla. No te importo lo que estuviera pasando. Solo estabas preocupadas por el qué dirán de tus amigas, cuando todos ellos esos unos corruptos. Te preocupas más por Damián que por tu propia hija, después de lo que le ha hecho. Sabes lo que piensos de el así que no me pidas que vaya, puedes informarme tú de su estado. No creo que sea grave.
-      Me preocupo porque lo crie es como mi hijo. ¿Por qué siempre la defiendes a ella?  acaso no escuchaste lo que dijo ayer el, estaba mal por lo que paso – Gabriela vuelve la hacía mí me mira seria o diría que más bien con odio – quería pedirle disculpa.
-      Porque ella siempre será todo lo que el no. ¿y tú le has creído? Que ingenua eres mujer. Pero cuando estés con el dile que su padre quiere que se recupere pronto.
Sin decir una palabra más se levanta de la mesa sin desayunar. Hago lo mismo que él con la diferencia de que si desayune, cuando voy saliendo del comedor escucho la voz de Gabriela.
-      Espero que vayas a verlo ahora que están juntos – ¿Qué mierda le ha dicho Damián? Este tipo está enfermo.
-      Nosotros no estamos juntos – respondo seria – y tengo que trabajar, si tengo algún momento libre pasare – puede pasarse toda la vida internado que no iré a verlo.
-      Él ha dicho que ustedes están – dice ella – y más ahora que no estas con Agos.
-      Mire Gabriela  no sé qué le haya dicho Damián pero es todo mentira – contesto enojada – y si me disculpa me retiro.
Tengo ganas de matarlo. Ahora entiendo porque tanto odio entre los hermanos. Damián siempre debe estar haciéndole cosas a ella. Y yo idiota que no me di cuenta antes.
Llego al trabajo y me empiezo mi trabajo para distraer mi mente de todo lo que estoy sintiendo. Solo quiero verla a ella. Decirle que la amo, que todo lo que le diga Damián es mentira, que solo quiero estar con ella. Que solo puedo estar con ella.
                                                       ****
Hoy tengo una reunión con uno de los científicos encargados de los laboratorios de la empresa. Que hasta ahora no sé qué carajo investigan porque Uriel no me lo ha querido decir hasta que llegue aquí a Italia. No sé de qué quera hablar este científico jefe pero lo importante es que iré más tarde.  Me baño tranquila mientras el ama de llaves de la casa y la nana prepara el desayuno. Las chicas han ido a la empresa hace un rato. Estoy terminando el desayuno cuando escucho que frenan un par de autos y voces ¿Quiénes serán? Me quedo sentada esperando que ellos entren, la que si salen es la nana.
-      Mi ragazza (mi muchacha) – escucho que dice la nana, eso significa que llego la dueña.  Espero estar presentable –  has crecido – eso es una mezcla de idioma.
-      È la legge della vita nana – responde esta con la voz… podría decir que está tomada, tal vez sea de esas ricas que se beben todo.
-      ¿está tomada? – escucho como la mujer pregunta a alguien más.
-      Nana per favore – responde esta y esa voz me suena tan familiar.
Me acerco a la puerta del comedor y abro los ojos en grandes al ver que la que está intentando subir las escaleras es Luz ¿Qué hace en ese estado? Me sorprende que Uriel la dejara tomar tanto.
Ella se gira al verme pero sus ojos azules están oscuros, fríos. No son los mismos ojos que me miraban hace unos meses atrás. Solo puedo sentir como me atraviesa con su mirada, el dolor que siento en el pecho lo dice todo.  No puedo reclamarle de que no me mire de esta manera, he sido muy injusta con ella.  Lo tengo bien merecido.
Me vuelvo hacia Uriel que esta con una mujer bien vestida y una niña de unos cinco años más o menos. Me pregunto si ella será la dueña de todo esto.
-      ¿Cómo has estado? – pregunta Uriel saludándome
-      Bien  y ¿tú? – respondo viéndolo a los ojos - ¿has solucionado los problemas allá?
-      Estoy bien. Ya solucione todo, pero en unos días volveré por algo personal – responde y llama a la mujer con na seña para que se acerque con nosotros – te presento a Elena una vieja amiga y su hija Amaia.
Saludo a ambas y me despido de Uriel para ir a la reunión pero me detiene diciendo que lo espere a que desayune algo y se bañe y vamos juntos que me va a explicar algunas cosas en el camino.
Vuelvo al comedor con las dos mujeres y otras de la empleada les sirve el desayuno a Elena y la niña. Puedo ver que aun están con el jet-lago, al menos con él te y una tostada con queso les hará bien hasta que se acostumbren al cambio de horario y demás.
Uriel bajo a desayunar  y se puso hablar con Elena mientras la niña no me saca la vista de encima.
-      ¿Por qué todos esconden sus alas?- dice muy cerca de mí para que ellos no la escuchen
-      ¿Qué? – la miro sorprendida.
-      Mi mama, el, la otra chica que está arriba y tu tienen alas – responde apoyando su cabeza en sus manos que las tiene en la mesa – son muy hermosas para ocultarle ¿son angeles de la guarda verdad?
No sé qué decirle a esta niña. Ver nuestras alas debe ser… bueno es una niña inocente con el alma limpia, además cuando eres niños crees en todas estas cosas así que es más fácil verlo que otro ser humano. Al menos que ella también, ella ha nombrado  su madre como ángel.
U y yo salimos de la casa y antes de subir al auto pude ver varios custodios y otros que estaban observando las cámaras de seguridad e instalando otras ¿Cuántas más quieren? Al subir al auto pude ver como uno de ellos sube con nosotros.
-      Tienes que acostumbrarte andar con seguridad – dice mirándome y yo sin entender.
-      No quiero… ¿Por qué? – pregunto al ver su cara.
-      Estamos cerca de una guerra. Bueno al menos hasta ahora se las agarrado con lo que no quieren seguir sus órdenes y ser perdonados.
-      ¿te refieres a Lucifer? Sabes que si no hablas claro no entenderé de que estas hablando.
-      Si hablo de el – responde mirando por la ventana – espero esta vez sea diferentes las cosas. Ellos ya han empezado a mover a sus fichas, nosotros debemos estar preparados. No quiero que nadie te pase.
-      Está bien aunque no me guste andaré con custodia si eso te hace sentir tranquilo. ¿puedes decirme porque la empresa tiene un laboratorio?
-      Me alegro que así sea. Estamos investigando algunas cosas de angeles – esto me interesa realmente – porque con  el tiempo nos deterioramos y las muertes son tan dolorosas en la vejez.
-      Realmente estoy perdida.
-      Nosotros podemos vivir unos 500 o 600 años más o menos. Como algunos personajes de la biblia pero al llegar ese tiempo nuestras alas cambian de color van perdiendo brillo, se caen y esos no sabe cómo duele, enfermamos como un ser humano hasta no tener fuerza y dejamos de existir.
-      ¿entonces qué es lo quieres saber de eso?
-      Que es lo que nos afecta para que terminemos, no es que quiera que seamos inmortal de cierta forma ya lo somos pero al menos me gustaría morir con mis alas en todo su esplendor.
-      Te entiendo – debe ser difícil ver tus alas convertirse en nada irte sin ellas.
El trayecto lo seguimos en silencio. El parece estar preocupado por algo más y yo estoy preocupada por como vi a Luz que llego a casa. Tarde o temprano tendré que hablar con ella de lo que paso.
-      ¿Qué te tiene preocupado?
-      No sé cómo van a reaccionar ustedes en la misma casa-  dice sosteniendo mi mano – ella no está bien.
-      Lo sé por nosotras no te preocupes – digo dejando escapar unas lágrimas de mis ojos – ya se toda la verdad de lo que paso. Fui realmente una estúpida Uriel. Al menos me hubieras dado un golpe en la cabeza para que entrara en razón.
-      Hicimos todo lo que pudimos, tú estabas cegada por el dolor y no querías escuchar, era entendible pero me alegro que ahora lo sepas. Quizás para ustedes sea fácil pero para ella no.
-      ¿Por qué esta así?
-      Mal de amores – responde él y se me queda mirando como diciendo no debí decir eso.
Siento como mi corazón se rompe a un más de lo que ya está ¿Qué puedo hacer? Yo me lo busque. Ella seguiría conmigo si yo la hubiera escuchado. Yo la arroje a los brazos de alguien más.
                                             ****
-      no – escucho el grito y veo como una casa esta vuelta en llamas.
Dentro de esa se escuchas los gritos de dos personas siendo consumidos por las llamas. Y un joven llora en os brazos de su mujer  embaraza que como puede lo sostiene para que no se lance dentro de esa casa. Por ambos rostros caen lágrimas. El dolor es tan palpable que siento que me oprime el pecho y yo no puedo hacer nada.
Entre el matorral puedo observar unos ojos que observan victoriosos  la escenas. Están tan cargados de odio que me corre un escalofrió por la espalda.  El galope de unos caballos hace que estas dos personas levantan sus ojos llenos de lágrimas.
-      Tenemos que irnos – dice un hombre ayudando al joven a levantarse.
-      No quiero – dice saliendo se sus brazos.
-      Niño, realmente lamento no haber estado aquí para ayudar a sus padres, pero si se queda aquí seria peligro para ellos – dice señalando a la mujer embarazada – usted y yo sabemos porque es esto.
-      Si – responde resignado acercándose a su mujer que ya está arriba de unos de los caballo – vámonos – y de un salto monta.
Se aleja con ellos pero vuelve su vista atrás con el rostro lleno de lagrima y en sus ojos puedo ver el dolor de la perdida que la siento tan real tan mía.
Despierto completamente sudada y dolor de cabeza insoportable pero al menos las voces ya no están. Miro por la ventana y veo el cielo estrellado ¿Cuánto he dormido?
Me doy una ducha y bajo. Escucho sus voces cuando voy entrar al comedor, prefiero no entrar e ir a la oficina que era de mi abuela. Al entrar observo el lugar, está como ella lo usaba, por suerte la nana no ha cambiado nada. Miro una foto en el escritorio, yo a los diez años en sus brazos. Cuando estaba con ella así, sentía que nada ni nadie podía hacerme daño. Y ahora necesito uno de esos abrazos pero no está. Me siento perdida como aquella vez que vine a verla porque mi amiga de diez años se había ido sin despedirse de mí en mi día de cumpleaños.
Escucho la puerta abrirse y es Uriel.
-      Debes ir a cenar.
-      No tengo hambre Uriel – respondo sirviendo un vaso de whisky aunque en realidad quiero beberme toda la botella.
-      Sé que no, ahora te alimentaras menos – responde sentándose.
-      ¿Por qué?
-      Ahora eres un ángel cien por cien y comemos menos, por eso deberás disimular comiendo un poco todo los días. Con una porción debemos estar varios días- dice y desvía la mirada de mi – debemos hablar de un negocio que cerré y no te consulte algo a ti.
-      Entonces puedes empezar hablar para que lo solucionemos.
Saca unos papeles del escritorio de mi abuela y sin mírame empieza la explicación.
-      El señor Yang antes de invertir puso unas cláusulas para eso y ya sabes que yo sin consultártelo firme. Necesitábamos el dinero y no es que tú no tengas, pero preferí que no tocáramos lo de tu cuenta para cuando estemos en guerra lo necesitaremos. Él sabía que tú eres lesbiana y eso no le importó, pregunto si tenían alguna relación formal y demás y mentí diciendo que sí.
Esto empieza hacerme doler la cabeza, como siga dando tantos rodeos que carajos firme lo mato y también cuando sepa que firmo o que pidió ese Yang para este idiota firmara. Con lo que me dejo mi abuela tenía más que suficiente para su investigación y demás. Ya he perdido el hilo de la conversación que está teniendo consigo mismo porque él no más se entiende. Me sirvo otro vaso y acerco a la ventada a observar.
-      Te tienes que casar – ciento como el vaso resbala por mis manos estrellándose en el suelo.

Nota: bueno chicas sé que este capítulo no fue tan largo como los anteriores pero espero este de su agrado. Lo compensare con la segunda parte. En fin estos días de fiestas me tardare en enviar porque bueno llegan los sobrinos y la familia, en fin ocupan bastante mí tiempo, al menos por estos días.
Les deseo una feliz navidad y que la pasen muy lindo con sus seres queridos llenos de dicha, paz, y mucho amor.  No sirvo para estas cosas así que ¡FELIZ NAVIDAD!


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6 comentarios:

  1. Vec una Feliz Navidad para ti y tus seres queridos ;)

    Muchas gracias por seguir compartiendo tu historia, ha sido de las cosas gratas este año.

    Un beso y un abrazo

    Luisa V.

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  2. Ok, esta bien, esperaremos con paciencia, para ti y los tuyos también Felices fiestas, que el nuevo año sea lleno de nuevas ideas para tus historias, un abrazo .:)

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  3. Igual para ti....una Feliz Navidad y un prospero año nuevo, que venga cargado de muchas bendiciones y amor. cuídate, un gran abrazo.

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  4. uno de los tantos inconvenientes

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