Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

Chica Amante - KinKaid - 6

Finalmente la estúpida película de zombis había terminado y suspiré de alivio. Eso fue impresionante gorjeó Karla, sonriendo. Sip, la mejor película que he visto en años estuvo de acuerdo Lena con una sonrisa, sabía que lo decía porque estuve sentada sobre ella. ¡La odié! ¿Cómo pueden decir que estuvo buena? Quiero decir, cielos, son personas muertas que comen personas vivas y también las convierten en zombis comedores de carne. Y ahora tengo que ir al baño, ¡y tengo miedo de ir sola! me quejé, poniéndome de pie y haciendo pucheros. ¿Por qué había visto la estúpida película de todos modos? ¡Sabía que me asustaría! Los tres se rieron de mí, pero Lena se paró. Iré contigo y revisaré el baño por aterradores no muertos antes de que entres, ¿qué te parece? ofreció, inclinando la cabeza hacia el baño en el corredor, sonriendo. ¿Revisarías mi habitación también? ¿Y mi baño? pregunté esperanzada. Se rio, obviamente pensó que estaba bromeando. No estoy bromeando, Elena. Lo que tú quieras, Ángel estuvo de acuerdo, sonriendo y siguiéndome por el pasillo. Me detuve fuera de la puerta del baño y esperé que ella entrara primero. Salió un minuto después, riéndose entre dientes. Es una zona libre de zombis dijo, sacudiendo la cabeza y sonriéndome. Gracias murmuré, sonrojándome y sintiéndome como una niña pequeña. Me dirigí al baño, dejando la puerta sin cerrar en caso de que necesitara salir de allí rápido. Sabía que estaba siendo estúpida pero simplemente no podía evitarlo. Lavé mis manos, salí y la vi inclinada contra la pared esperándome, lo que me hizo sonreír.

Pensé que sería mejor esperarte. Nunca sabes qué podría estar al acecho en un pasillo oscuro dijo, mirando alrededor lentamente con los ojos muy abiertos. Mi corazón saltó a mi garganta mientras me tiraba hacia ella, envolviendo mis brazos alrededor de su cintura con fuerza y enterrando mi cara a un lado de su cuello. El río— Sip, ¡la mejor película! declaró, poniendo sus brazos alrededor de mí caminando por el pasillo hacia el salón. Antes de doblar la esquina se apartó y me besó suavemente en los labios. ¿En serio? ¿La hiciste esperar afuera de la puerta? Eso es bajo, Ale. Espero que por lo menos hayas cerrado la puerta esta vez se burló mientras me sentaba. Asentí. Sip, cerré la puerta, no creí que quisiera escuchar confirmé, riéndome. ¿Qué les parece jugar a la Wii? sugerí, tratando de cambiar el tema de mi fobia a los zombis. Todos asintieron así que Javier lo preparó. Se decidieron por deportes así que Lena y Javier jugaron al de boxeo primero. Karla se movió para sentarse a mi lado, los dos chicos estaban parados y jugando en frente nuestro. Mmm, simplemente no puedo decidir cuál de los dos tiene el trasero más lindo. ¿Qué piensas? dijo Karla en voz baja pero lo suficientemente alto para que la escucharan. ¡Ew! En serio, ¿qué está mal contigo? ¡Es mi hermano! grité, temblando. Sólo uno de ellos es tu hermano, Aleja, la otra es en serio malditamente sexy. Y creo que tiene una debilidad por ti susurró demasiado alto otra vez, haciéndome temblar. Vi a Javier lanzar una mirada de muerte a Lena que se veía como si estuviera pretendiendo que no pudiera escuchar. Claro, sí, está bien contesté sarcásticamente, haciendo girar los ojos. Vamos, apúrense, quiero jugar me quejé, tratando de cambiar de tema. Karla realmente no tenía idea de qué tan cerca estaba.
Aquí, Ángel, puedes tomar mi turno. Será mejor que me vaya de todos modos, es casi medianoche, mis padres se deben estar preguntando dónde estoy dijo Lena sosteniendo el control hacia mí. Karla saltó y lo agarró, sonriendo y asintiendo hacia mi hermano, señalando que quería jugar con él. Lena, ¿revisarías mi habitación antes de irte? pregunté, sintiéndome patética y como un niño pequeño asustado. Sonrió pero no se rio de mí, lo que me pareció sorprendente. ¡Oh, está bien! forzó un suspiro, con sus ojos divertidos. Por su mirada, en realidad le gustaba el hecho que le estuviera pidiendo que hiciera esto, quizás le gustaba ser todo protectora o algo, quizás lo hacía sentir necesitada. Marchó a mi habitación, me paré y la seguí después de unos segundos. Cerré mi puerta silenciosamente, y me incliné contra ella. La miré mientras que en realidad caminaba por mi habitación, mirando bajo la cama y en el armario, antes de dirigirse a mi baño. Mientras caminaba de vuelta a la habitación, sus ojos aterrizaron en mí, honestamente no sabía que estaba allí podía decir por su cara sorprendida. Bendita sea, mi novia en realidad había revisado mi habitación completa por zombis. Mi corazón se saltó un latido al pensar en ella siendo mi novia. Hola ronroneé seductoramente mientras caminaba hacia mi cama y me sentaba. Hola contestó con una pequeña sonrisa. No hizo ningún movimiento para acercarse; creo que estaba tratando de no apurarme. Di unas palmaditas a la cama junto a mí y con entusiasmo trotó hasta mí y se sentó. Gracias por revisar mi habitación susurré, jugando con el cuello de su chupa, pasando mi dedo por su piel por allí. En cualquier momento. Siento que no voy a estar aquí para ti esta noche. Trata de no tener demasiadas pesadillas, ¿está bien? Me miró con ojos tristes, ambas sabíamos que tendría pesadillas sin ella aquí.
Me arrodillé y me moví hacia ella, lanzando la pierna por encima de la suya así estoy sentada en su regazo, a horcajadas sobre ella. Envuelvo mis brazos alrededor de su cuello y miró en esos hermosos ojos azules. Parecía un poco desconcertada, pero sus ojos bailaban con entusiasmo. Siento que Karla se vaya a quedar otra vez. Realmente voy a extrañar estar medio aplastada a muerte en la noche bromeé. Lo dije como una broma, pero para ser honestos, realmente iba a extrañarla esta noche. Bueno, realmente voy a extrañar medio aplastarte a muerte bromeó, frotando sus manos en mi espalda. Trata de dormir un poco esta noche, ¿de acuerdo? supliqué. Realmente odiaba cuando se quedaba sin dormir, me hacía sentir culpable porque ella sólo empezó adormir acá, en primer lugar para consolarme y ahora se quedó atrapada con eso. Lo voy a intentar. De repente tuve ganas de darle un beso y tal vez burlarme de ella un poco, pero medaba miedo hacerlo. Bien, simplemente hazlo, Aleja, ¿qué es lo peor que podía pasar? Es Lena se detendrá si se lo pides. Tal vez te podría darle un poco de algo para soñar. ¿Te parece que eso te ayudaría? le pregunté, mordiéndome los labios y levantando mis cejas. Me miró con una expresión un poco insegura; obviamente no estaba esperando tanto contacto físico tan pronto. Puede ser que ayude dijo con voz ronca, haciendo que mi cuerpo cosquillee y mi piel se caliente .Me incliné hacia adelante y la besé con pasión, hizo un pequeño gemido mientras deslizaba su lengua en mi boca. Le pasé las manos por su cabellera, amando la sensación de suavidad de ella en mis dedos. No hizo ningún otro movimiento, solo me besó, pero yo quería un poco más, así que empuje sus hombros, haciendo quese acostara así yo estuviera encima de ella. Le pasé mis manos por sus pechos y metí la mano bajo su camiseta, siguiendo su abdomen plano, haciéndola temblar ligeramente. Me rodó por lo que estaba debajo de ella, rompió el beso y me miró, nuestras miradas se encontraron tratando de frenar nuestra respiración. Agarré su camisa y las subí por sobre su cabeza, haciendo que parara de respirar por completo. Bajé la vista hacia sus pechos. Realmente eran hermosos; recorrí con mis dedos hacia abajo, maravillándome de que esta chica quería estar conmigo. Todavía no se había movido, sólo se cernía sobre mí, mirando sin saber qué hacer, así que puse mis manos en su cuello de nuevo y tiré de ella hacia abajo para que me bese. Me devolvió el beso con entusiasmo. El beso se estaba calentando; sólo lo dejo para besarme en la mejilla bajando por mi cuello. Sus manos se movieron lentamente hacia mi estómago y se deslizaron debajo de mi top, rozando con sus dedos la piel de ahí. Continuó besándome hacia abajo sobre el top hasta que llegó a mi estómago luego subió el top y comenzó a besar mi piel. Sentí su lengua recorriendo el camino justo debajo de mi ombligo haciéndome gemir. Esta ateniendo una sensación en mi interior que era como un dolor ardiente pero traté de no pensar en ello, la sensación asustaba la vida fuera de mí. Me empujó el top ligeramente más arriba y lo sentí besarme el material de la parte de más baja mi sujetador. Todavía estaba de acuerdo con esto; estaba disfrutándolo mucho más de lo que pensé que haría. Pensé que esto sólo le daría algo para soñar, pero tenía la sensación de que lo volvería revisar esta noche también. Mi top se levantó un poco más alto y la escuché gemir suavemente mientras exponía completamente mi sujetador. Su mano se deslizó arriba de mi estómago y suavemente pasó la mano sobre uno de mis pechos, sólo una vez, antes moverse lejos como si estuviese esperando que la detenga. Cuando no dije nada, puso su mano devuelta ahí y tomó mi pecho y acaricio mi pezón. Gemí de nuevo. Se sentía también tenerla tocándome; llevó su boca devuelta a la mía y me besó con ternura, todavía masajeando mis pechos gentilmente. Demasiado rápido. ¡Oh Dios, necesito parar! Rompí el beso. Lena dije sin aliento. Sus ojos fueron a los míos de golpe y sacó sus manos de encima de mí, empujándose a sí misma arriba por lo que estaba flotando por encima de mí, sin tocarme aparte de nuestras piernas entrelazadas. ¿Paro? preguntó, su voz sonaba ronca y llena de lujuria. Tragué saliva y asentí. Ella inmediatamente se apartó de mí por completo y se sentó en el borde de la cama, poniéndose su camisa. Me senté, sonrojándome, sintiéndome estúpida y como una niña pequeña. ¡Vaya, ni siquiera permití que me sacara el top! Lo siento murmuré, sin mirarla. Ángel, no necesitas lamentarlo. Nosotras no teníamos que hacer eso. Te lo dije, lo que quieras. No voy a decir que no me gusto esto, porque eso sería una mentira. Esa fue la cosa más malditamente caliente que me ha sucedido dijo, encogiéndose de hombros. Me reí de esa declaración. ¿La cosa más caliente que alguna vez te haya sucedido? Sí claro, probablemente has dormido con más de un centenar de diferentes chicas y habrás hecho quien sabe que con ellas y a ellas, y ni siquiera me sacaste mi top antes de que me asustará dije sarcásticamente, sintiéndome como una idiota. Ella no necesitaba mentirme para hacerme sentir mejor. Ángel, confía en mí esta fue la cosa más caliente que me haya sucedido. Solo tú, me haces sentir diferente. Incluso besarte es diferente, es mil veces mejor que cualquier cosa que haya sentido antes. Haces que mi cuerpo queme en todas las partes en donde me tocas. No puedo explicarlo. Frunció el ceño y sacudió la cabeza como si estuviera molesta consigo misma por no tener las palabras correctas. Sé lo que quieres decir. Sonreí, besándola suavemente en los labios. Me sonrió. Ahora es cuando se supone que me decís que esto fue la cosa más caliente para ti también bromeó, sabiendo que no había besado a nadie más que a ella y a ese idiota que me beso en la fiesta. Fingí pensar en ello durante unos segundos. He tenido mejores. Se echó a reír. Sí, apuesto a que lo has tenido respondió, moviendo la cabeza con diversión. Le sonreí y suspiró. Creo que será mejor que me vaya. Gracias por hoy; tuve realmente un buen rato contigo. Duerme tranquila, bien. Oh y por cierto, esto que acabamos de hacer se suponía que me ayudara a dormir, bueno, no creo que vaya tener el efecto deseado. Creo que en realidad va a mantenerme despierta toda la noche pensando en ello dijo, trazando con su dedo mi pómulo. Me reí. A mí también admití, haciéndola reír también. Se levantó y me tendió su mano, la tomé y me ayudó a levantarme, caminamos por el pasillo agarradas de las manos. Se detuvo en la esquina y me besó en la frente antes de suspirar y soltar mi mano. Correcto, chicos, me voy. Los veré mañana dijo Lena, mientras caminaba hacia la puerta de entrada. Sí, te veo respondieron ambos, todavía concentrados en su juego de tenis en la televisión. Lena me sonrió desde la puerta pero era obligada, sabía que casi le  hacía daño irse, le sonreí en respuesta y ella cierra la puerta. En el momento en quela puerta se cerró mi corazón se hundió. La idea de tener que pasar dos noches en mi cama sin ella me hace sentir un poco enferma; habría sido horrible aunque no estuviéramos juntas, pero ahora en realidad se sentía como una tortura. Suspiré y volví al sofá para mirar a Javier patear el trasero de Karla en la Wii. Esa noche fue terrible. Me fui a la cama aterrorizada de los zombis, e incluso cuando me dormí, me puse a soñar con mi padre. No había soñado con él desde hace más de cinco meses. Los últimos sueños que tuve fueron de cuando Karla y  Silvia se quedaron por el cumpleaños de Sara. Como las chicas estaban acá, Lena tuvo que permanecer lejos, y había despertado a toda la casa con mis gritos. Mi sueño esta noche era malo. Javier tenía once años y yo nueve. Estábamos jugando en el patio para salir de la casa porque mi padre quería para ver algunos partidos de fútbol en el televisor. Había estado bebiendo toda la tarde lo que lo hacía aún más temperamental. Javier  y yo estábamos jugando con su nueva pelota de fútbol que él había conseguido para su cumpleaños un par de semanas antes. Se suponía que no podíamos jugar con ella en el patio, sólo en el parque, pero Javier quería mostrarme un nuevo truco que había aprendido. Le estaba dando rodillazos a la pelota para mantenerla en el aire; yo me estaba riendo y contando las veces que él podía hacerlo, estando toda orgullosa de mi hermano mayor. Él perdió el control de la misma, y en lugar de dejarla caer en el piso, trató de salvarla a patadas. La pelota voló por el aire y golpeó la ventana. Por suerte, no se rompió, pero sí hizo un gran estruendo. Los dos nos dimos vuelta y miramos a la puerta, esperando. Unos diez segundos después, se abrió la puerta y mi padre nos hizo señas para que entremos.
Trae la pelota dijo entre dientes. Su rostro estaba criminalmente enojado, haciéndome congelarme. Javier me agarró la mano y me obligó a ponerme atrás de él mientras entrábamos, agarrando la pelota con la otra mano. Mi padre cerró la puerta fuertemente, haciéndome saltar y llorar. Javier agarró mi mano más apretada. ¿Quién pateó la pelota? preguntó mi padre desagradablemente. Yo lo hice. Lo siento, papá. Fue un accidente susurró Javier, mirándolo en tono de disculpa. Mi padre tomó la pelota en sus manos y la puso sobre el mostrador, y luego golpeó a Javier con tanta fuerza en el estómago que él realmente se despegó del piso ligeramente. Puse mis manos sobre mi boca para ahogar el grito que amenazaba con salir de mí. Levantó el puño le golpeó de nuevo, así que le agarre la mano para detenerlo. Se dio vuelta hacia mí y me golpeó duro, enviándome volando hacia la pared, golpeando mi cabeza. Podía sentir que algo corría por el costado de mi cara; mi visión era un poco borrosa. Se dio vuelta de nuevo hacia Javier, golpeándolo de nuevo. No sólo lo hizo una vez,él lo golpeó una y otra vez, en el estómago y los muslos hasta que Javier estaba llorando en el piso. Le estaba rogando que se detuviera. Él me agarró del brazo y me tiró hacia arriba, agarrando un cuchillo de la encimera. No podía respirar. Javier le  gritó que me dejara en paz y se levantó del suelo, el dolor por la paliza que acababa de recibir se extendía por su cara. Mi padre le dio un puñetazo en la mandíbula, enviándolo al piso otra vez. Está bien. Córtame, hazlo. ¡Solo por favor, no golpees más a Javier, por favor!  Supliqué, llorando y mirando a mi padre suplicante. Sorprendentemente, puso el cuchillo en mi mano. Tuve el impulso de apuñalarlo con él, pero me tenía agarrada mi muñeca, así que no podía. Agarró la pelota de Javier del mostrador y la sostuvo quieta.
Explótala ordenó. Negué con la cabeza rápidamente. A Javier le encantaba esa pelota, era su regalo de cumpleaños de mí parte, había ahorrado mi asignación de dos meses para comprarlo para él. Explótala repetía con su voz fría. Podía oler el alcohol en su aliento, ya que soplaba a través de mi cara; el olor me revolvió el estómago. Él agarró mi muñeca y me hizo meter el cuchillo profundamente en la pelota de cuero. Lloré. Él me soltó mi mano, tomando el cuchillo y tirándolo rudamente en el fregadero antes de marcharse a la sala de estar para ver el resto de su partido como si nada hubiera pasado. Miré a Javier; él estaba sentado en el piso casi sin poder respirar. Se veía horrible. Corrí hacia él y se sentó, tomando una toalla de cocina y presionándola en mi cabeza donde me había golpeado, mordiéndose los labios para detener su llanto. Ale, lo siento mucho. ¿Estás bien? graznó, su voz apenas un susurro. El estúpido chico estaba luchando por respirar ¿y me estaba preguntando si yo estaba bien? ¡Por Dios, realmente tenía el mejor hermano del mundo! Me desperté sobresaltada. Estaba llorando, llorando tan fuerte que apenas podía respirar. Me limpié la cara con las manos temblorosas, mientras miraba al reloj; eran casi las cuatro y media de la mañana. Me acerqué a abrazar a Lena, pero ella no estaba ahí, estaba en su propia casa. ¡Oh Dios, la necesito! Agarré mi celular y me escapé de la habitación a la sala de estar. Stas despiértale mande un mensaje. Esperando que si estaba dormida, no lo escuchara, no quería despertarla si realmente había logrado dormir esta noche. Casi de inmediato, mi teléfono sonó. Ángel, ¿estás bien? me preguntó en cuanto respondí. Seguía llorando, no pude frenar mi respiración, mis manos estaban temblando violentamente. No gruñí. Voy para allá. ¿Puedo ir por el frente? La escuché deslizar su ventana abriéndola y el viento que soplaba por el teléfono. Sí lloré. Fui a la puerta principal y la abrí, esperando parada ahí por ella. Estuve ahí sólo por unos segundos antes de que ella corriera dando vuelta en la esquina y me agarrara en un abrazo, levantándome cuando entró en la casa. Envolví mis piernas alrededor de su cintura y me agarré fuerte alrededor de su cuello. Ella inmediatamente apretó los labios en mi cuello, respirando hacia abajo por mi espalda y hombros hasta que mi cuerpo se relajó. Nos trasladó a la sala de estar yse sentó en el borde del sofá, todavía abrazándome con su boca en mi cuello. Cuando me calme me retiré para poder mirar su cara de preocupación. ¿Zombis? preguntó, viéndose un poco esperanzada. Negué con la cabeza y su cara cayó, se veía tan triste pero rápidamente se convirtió en enojo, estaba tan enfadada que parecía que una vena de su frente iba a estallar. Sólo la abracé de nuevo sin hablar; ella  sabía que había soñado con mi padre, no tenía necesidad de preguntar. ¿Quieres hablar de ello? preguntó un par de minutos más tarde, acariciando mi espalda, con dulzura. No. Mi voz ronca de tanto llorar. Asintió y siguió frotando mi espalda. ¿Te desperté, Lena? pregunté, de repente sintiéndome culpable por haberla hecho venir todo el camino hasta acá a las cuatro y media de la mañana. No, Ángel. No podía dormir dijo en voz baja. Me reí. ¿ el beso no sirvió entonces? —bromeé, sintiéndome mejor ahora que estaba acá. No, sabía que tendría el efecto contrario respondió, sonriendo. Le sonreí con tristeza.
¿Quieres quedarte conmigo por un rato? Podría poner la alarma de mi teléfono. Podríamos dormir en el sofá sugerí. Ella sonrió y nos acostó lado a lado; agarré mi celular y fui a través de la pantalla del menú hasta que llegué a la función de alarma. ¿A qué hora la fijo? le pregunté, mordiéndome el labio, preguntándome a qué hora se levantaría Javier, probablemente no antes de las diez en domingo. ¿Qué hay de la siete y media? sugirió, tirando de mí hacia ella. Programé la alarma y puse el teléfono en el piso al que podía llegar fácilmente. Ella doblo su pierna sobre la mía y envolvió sus brazos fuertemente a mí alrededor, nuestras narices casi se tocaban. Sonreí y le di un ligero beso. Buenas noches, Lena. Cerré los ojos y suspiré con satisfacción, sintiéndome a salvo y segura en sus brazos. Buenas noches, mi hermosa novia susurró, besando mi nariz. Le sonreí a lo dulce que era, y caí en un sueño sin sueños dentro de minutos. Me despertó el sonido de mi alarma del teléfono. Miré a mi alrededor preguntándome por qué estaba en la sala de estar, entonces recordé el sueño. Lena seguía dormida; como siempre, sus brazos y piernas estaban encima de mí, sujetándome bajo su peso. Sonreí y la miré unos minutos antes de que decidiera despertarla amablemente. Usualmente, sólo le pegaba un codazo y la empujaba; pero pensé que hoy sería un poco más creativo, que le gustaría eso. Me moví hacia adelante, empujando su hombro. Ella  rodó sobre su espalda, sin quitar sus brazos de mí, así que me arrastró con ella Me levantó de manos y rodillas para quedar a horcajadas, antes de poner mi peso de nuevo sobre ella. Acaricié su hermoso rostro un par de veces antes de que pusiera mis labios ligeramente. Ella suspiró un poco en su sueño así que la besé de nuevo, un poco más fuerte y por más tiempo. Comenzó a excitarse y sofoqué una risita. Está bien, sé que soy nueva en todo esto, pero esta chica parecía sacar mucha lujuria de mí. Fue un poco embarazoso; pero al mismo tiempo me hacía sentir querida, necesitada y atractiva.
La besé de nuevo y recorrí su pecho con mi mano. Ella comenzó a moverme, sus brazos apretando a mi alrededor, sujetándome a su pecho a pesar de que ni siquiera estaba despierta. La besé de nuevo y avancé por su labio con mi lengua. Eso llamó su atención; abrió los ojos y me miró, claramente sorprendida, pero con una sonrisa jugando en el borde de sus labios. Espero que esa sea la manera en la que me despiertes a partir de ahora dijo con voz ronca. Tal vez, si eres afortunada bromeé. Puso una mano detrás de mi cabeza y me hizo besarla de nuevo. Mordió mi labio inferior, pidiéndome que entrara, pero la alejé, haciéndola gemir. Tienes que irte, Lena. Me liberé de ella y me senté, todavía a horcajadas. Sonrió y puso sus manos sobre mis rodillas y me miró sentada encima de ella. Sus ojos estaban tan lujuriosos que estaba sorprendida que no me suplicara por sexo aquí y ahora. Ni siquiera se movió, sólo se quedó ahí con una gran sonrisa de satisfacción en su rostro. Esta no era realmente una buena posición para sentarse. La sensación de tenerla abajo de mí se estaba convirtiendo en algo enloquecedor. Me pregunté que se sentiría cuando me tocara, recorriendo mi cuerpo con sus manos. Me mordí el labio mientras una ola de deseo de apoderaba de mí. Los sentimientos eran tan confusos, tan extraños para mí. Nunca había querido siquiera besar a alguien, mucho menos los pensamientos que ahora comenzaban afirmarse en mi cabeza.

¿Qué me estás haciendo? susurré, confundida de que me sintiera así: querer a alguien cuando generalmente eludía todo contacto físico por lo que mi padre solía hacerme. ¿Qué quieres decir? preguntó, mirándose un poco confundida. Negué con  la cabeza; no podía explicarlo, especialmente no a ella. Necesitaba que ella fuera capaz de esperarme. Si le dijera cómo me sentía, probablemente lo arruinaría todo. Dime qué quieres decir, Ángel. ¿Por favor? rogó, usando su cara de cachorro en mí. ¡Demonios! ¡Eso siempre funcionaba y lo sabía! No quiero, Lena. Me alejé y me recosté a su lado. ¿Por favor? susurró, mirándome con sus ojos suplicantes. Suspiré. No sé lo que me está pasando. Un día no puedo si quiera soportar que alguien me toque y al siguiente...Mi voz se debilitó, insegura de cómo terminar la frase sin darle una impresión equivocada. Al día siguiente, ¿qué? solicitó, apoyándose en su codo para mirarme a los ojos. Al día siguiente, tú llegas y me haces necesitarte y no puedo ayudarme a mí misma admití, ruborizándome locamente. Ella  se río en voz baja y me dio su sonrisa arrogante. También me haces necesitarte. 
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La Teta Feliz Historias y Relatos ® KinKaid - Derechos Reservados
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7 comentarios:

  1. Que tierno capitulo. A mi me pasa igual necesito esta dosis de capitulo para ser feliz o.o

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  2. buenísimo... me hace tener miles de pensamientos...

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  3. Esperemos que el hermano no estropee tan bonito momento........
    Saludos

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  4. Cada capitulo q pasa mas me emociona muchas gracias por esta nueva entrega. Caro

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  5. Me gusta mucho esta historia. Ojala y continues escribiendo!

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