Capítulo 62
Es una
maldita desgraciada. Se lo digo a mi padre que yo no estaba castigado. Y llego
aquí hecho una furia y ahora estoy encerrado en este maldito lugar que de a
ratos hace frio y en otros un calor horrible como si estuviera en el infierno.
Bueno nunca he estado en el infierno pero supongo que hace demasiado calor. Una
semana tengo que estar metido aquí.
Cuando
vuelva a casa, ella me las va a pagar todo y me voy a quedar Ariana como sea,
aunque tenga que hacer lo mismo que hice en el internado con Arikel. Pensándolo
bien puedo usar esa información para poner en su contra a Ari. Porque no sé
cómo lo hizo pero ese día que entre en
la oficina sé que estaban por besarse.
¿Cómo
es que las mujeres no se resisten a ella? ni siquiera ella, que parece ser
hetero. Bueno su confusión también puedo usar a mi favor. No sé cómo lo hare,
pero esa pelirroja será mía y también todo el imperio Gaultier. No puedo evitar
sonreír al imaginarme con Ariana, siendo dueño de todo y Agos nada. Ella
trabajando para mí, después de todo tan malo no soy y ella es mi hermana y
tendré que ayudarle en su pobreza en otras cosas.
****
Despierto
en los brazos de Ari y acuesto de lado mirándola y con mi mano acaricio
suavemente su rostro. Es tan preciosa. Mi abuela tiene razón, voy a dejarme
llevar por todo lo que provocas en mi pelirroja. No sé qué te pasara a ti, pero
si hasta ahora las veces que te bese no me
has rechazado y dado un bofetón algo significa y más si me correspondes los
besos.
Lo que
me preocupa es como te digo que soy yo con quien te besabas en la biblioteca
del internado, a quien acusaron de querer violarte. Aunque no quiera pensar en
tu reacción debo hacerlo, ocultarlo no puedo porque tarde o temprano vas a
enterarse pero si lo hace quiero que sea de mi boca y no de alguien más como
Damián que solo contaría lo que a él le importa.
Hablando
de mi adorado hermano debe estar odiándome mucho más al saber que le mande al
frente con mi padre. Se querrá cobrar eso, pero nadie le mando a que llame
cuando se supone que está castigado y por supuesto si sabe que está mi padre.
¿Cómo la estará pasando? No me importa, porque a él no le importó ensuciarme.
Estoy más que segura que mi padre fue donde sea que se encuentre e hizo que
cumplieran con lo que él ha dicho.
La miro
una vez más mientras duerme y termino de salirme de sus brazos, la tapo con el
edredón y me al baño, necesito higienizarme. Preparo el agua en la bañera y
cepillo mis dientes mientras esta se llena hasta donde quiero. Me saco short y
miro en el espejo, maldita sea, la remera es más difícil para sacármela.
Primero saco el brazo herido y también sale la gasa, por suerte no sangra nada
la herida, luego el otro brazo y por fin me la saco por la cabeza, haciendo que
mi cabello que está en una coleta se suelte. Doy asco así, toda moreteada. El
color de la piel es… morada. Será mejor que llame a la farmacia y manden alguna
crema esto, tiene que desaparecer y cuanto antes mejor, al igual que el
dolor. Entro en la bañera dejando mi
pierna herida afuera. Estar en el agua siempre me ha relajado de sobre manera,
podría estar horas e incluso con el agua fría. Después de lavarme la cabeza y
el cuerpo, bueno casi todo el cuerpo, solo queda la parte de mi pierna herida,
pero es que pensar que va a dolerme me da cosita.
Cierro
los ojos mientras intento encontrar el valor de lavarme la herida.
Me
encuentro en la montaña y Lucifer a unos cuantos metros de mí. En su mirada hay
rabia, amor, odio, envidia, es una mezcla de sentimientos encontrados. Sé que
en su interior está luchando, pero no sé cuál de todos los sentimientos que
tienen ganaran.
-
¿Por qué haces esto?-
pregunto incorporándome y desapareciendo las alas.
-
¿no lo sabes? Pues yo
te diré porque – responde con sus ojos ahora rojos - Él me amaba, yo era su consentido, yo quería
ser como él. Y luego llegaste tú, te cree con mucho amor, vi cuando abriste tus
ojos y me perdí en ellos. Termine como dicen los humanos enamorándome de ti,
pero en ningún momento me prestabas atención, solo tenías ojos para la creación
de él. Incluso él empezó a ignorarme dándoles su atención a ella y a ti.
-
Lo que tú tienes se
llama envidia – respondo mirándolo desafiante en caso de que quiera atacarme.
-
Y lo peor fue verte
besar con ella y que él no hiciera nada. Estaban haciendo lo que se les
prohibió a los humanos, estar con alguien del mismo sexo. el no dijo nada, se
los permitió.
-
El cometió un error
al prohibir eso a los humanos. Porque prohibió el amor, entre dos personas, ya
sea del mismo sexo o no.
-
El amor… - dice el
empuñando la espada - ¿Qué sabes tú del amor?
-
Sinceramente no
mucho, porque no tengo tantos años como tú para saber eso. Es algo complejo de
explicar, incluso para nosotros. Sabemos que existen diferentes tipos de amor,
el de hermanos, amigos, madre, padre, familia, y pareja. No creo que pueda ser
descrito, y todos los sentimos y significa de diferente manera para cada uno.
El amor para mí, hablando de amor de pareja – digo mirándolo - es cuando ves a esa persona y ves su mirada y
te trasporta a otro mundo – respondo en ella, en esa mujer que el acaba de
quitármela – llega sin aviso, es el sentimiento que nos hace sentir vivos, por
el cual siempre tenemos una sonrisa en el rostro, y queremos que la persona
amada también tenga una sonrisa. No entiende de edades, sexo o raza, tampoco
entiende fronteras y se adueña de todo de tu corazón, tu alma e incluso pierdes
la razón por amor. Pero el amor o mejor dicho amar implica que haya
sufrimiento, no todo es felicidad y sonrisas,
en el amor existen espinas y lágrimas. Y a pesar de eso, de saber todas
las cosas que provoca el amor, uno no puede evitar no caer rendido ante él.
-
Vaya – dice
aplaudiendo, sigo sintiendo su maldad – el amor es querer que esa persona este
solo contigo, que solo piense en ti, que te pertenezca a ti, que no mire a
nadie más que no sea a ti – el odio en su voz y ojos es increíble – que nadie
mire a la persona que amas. Es volverte loco si alguien más lo hace. Piensas
día y noche, no sale ningún momento de tu mente. Vuelvo a decirte te vuelves
loco.
-
Eso no es amor. Puede
que no sepa mucho del amor pero puede decirte que eso no lo es. Eso ser
posesivo, y no está ni cerca de parecerse al amor.
Antes
de decir algo me ataca con su espada, logro levantar la mía a tiempo para
defenderme. Continua atacándome y yo haciendo todo para defenderme, está más
que claro que él tiene más fuerza y experiencia en esto, en cambio yo soy una
novata a su lado. No sé cuánto tiempo llevamos luchando, pero los brazos el
empiezo a sentir pesados, me cuesta defenderme y atacar. Es uno de sus ataques
cuando no logro defenderme con fuerza que me hiere el brazo. Él se da cuenta y
aprovecha en seguir atacándome y otro corte se produce en mi pierna.
Hasta
que no doy más y me desarma y caído tirada en el suelo, respirando pesadamente
y mirando el cielo. Una lágrima cae de mis ojos al ver por un instante la
imagen de mi amada en el cielo, y notar el filo de la espada de lucifer
apretando contra mi pecho. El calor abrazador del fuego que se extiende a
nuestro alrededor y del sol borra el rastro de mi lágrima pero que él lo nota.
-
Ellos no vendrán por
ti – dice apretando a un más la espada y su sonrisa es de victoria.
-
Lo sé, lo que importa
es que están a salvo – respondo sabiendo que es mi fin.
-
Yo no te mato – habla
el sin apartar su vista de mi – tú sabes lo que siento por ti – si lo es y el
cree que es amor pero no – te ofrezco la eternidad de vivir
y gobernar este mundo a mi lado, con la condición de que tu corazón y tu
amor sean completamente mío.
Lo miro
sin creérmelo. Sí que es estúpido, ¿es que acaso no se da cuenta que lo que él
quiere ya no me pertenece? Llevo mi vista al inmenso cielo una vez, sé que
ellos ya están allí y bien. Si al entregar mi vida logro que esto se termine,
no me importa entregarla, además ella ya no está, puede que en este momento
este siendo egoísta y solo pensando en lo que siento al saber que ella ya no
está más, que todo será diferente sin su presencia.
-
Entonces no pierdas
el tiempo y mátame – digo con la voz firme.
El
dolor de las heridas hace que abra los ojos y por supuesto deje de ver esas
imágenes. El agua ya está fría y no sé cuánto tiempo llevo aquí. Llevo la
esponja y me lavo la herida suavemente. Me arde pero tengo que aguantarme para
no gritar del dolor. Después de esto salgo de la bañera me seco con la toalla y
doy cuenta de que no traje ropa para cambiarme. Me envuelvo en la toalla salgo a la habitación, mis ojos se desvían a
la cama y ella está ahí acostada, despierta y algunos mechos rebeldes de su
pelo pelirrojo caen sobre su rostro.
Rápidamente llevo mi vista y mi cuerpo también a uno de los cajones del
armario y saco mi ropa interior. Por debajo de la toalla me pongo las bragas y
dándole la espalda dejo caer esta para ponerme el brasier. Me lleva un poquito
más de tiempo que lo acostumbrado ponerme por el tema del brazo, puedo sentir
su mirada en mi espalda.
Me doy
vuelta para enfrentarla y sus ojos grises recorren mi cuerpo completamente,
puedo ver en ellos ¿deseo? Si puede ser.
-
Ari ¿estás bien? –
pregunto
-
Eeh… si – dice y se
ruboriza, algo que la hace ver más hermosa.
Agarro
un short y una remera bastante suelta para no herirme a la hora de ponérmela o
sacar.
-
Me voy al baño –
mostrándole mi ropa y salgo rápidamente de la habitación.
Al
entrar suelto el aire que me contuve. No es que sea tímida o me haya molestado
que me mirara, sino que al verme de esa manera despertó el deseo en mí y
hubiera caminado a la cama y besado
hasta que quedáramos sin aire e incluso sin ropa. En este momento me metería en
la ducha con agua fría.
****
Cuando
se fue hacia el baño a terminar de cambiarse, no puedo evitar soltar un
suspiro. Menos mal se fue allí, porque si seguía un segundo más así sin ropa frente
a mí, no respondía de mis actos.
¿Pero
que me pasa? Nunca antes me había pasado de desear de esta manera a una
persona. Sera mejor que comience a controlarme y averiguar que me pasa pero con
ella cerca no puedo razonar. No puedo pensar en nada, solo en sus besos, sus
ojos, su sonrisa y ante eso o mejor dicho ante ella pierdo toda la voluntad.
¿Cómo una persona en pocos días puede poner todo de ti de cabeza? Nunca me
gusto una mujer, y ella me gusta, no bese a una y con ella ya ni sé cuántos
besos nos dimos y deseo seguir probando sus labios, hasta ahora no me enamore…
Con Luzbel también me sentía de alguna forma como me siento ahora con Agos.
¿Eso significa que ya me enamore o estaba por hacerlo? Mierda cada vez me
enredo más. También está mi familia, mi madre sobre todo ¿Qué pensaría el saber
que me gusta una mujer? ¿Me aceptaría? Al ser su hija supongo que sí.
- Agos llamando a tierra a
Ari – escucho su voz.
La miro como si saliera de un sueño y mueve
la mano frente a mis ojos. Sonrió con el gesto que me hace.
- Ari a ver si me llevas
alguna vez a ese lugar donde te has ido – dice sonriendo - ¿descubriste nuevo
mundo?
- La verdad no – contesto también sonriendo antes su
ocurrencia – solo estaba pensando.
- Me di cuenta. Hasta acá
podía escuchar el ruido que hace tu cabecita al pensar.
- Si – respondo sin saber
que más decir.
Ambas
nos quedamos en silencio, creo que ella sabe por dónde iban mis pensamientos.
Con su mano comenzó a jugar con mis dedos.
- Ari – dice y la miro y
me encuentro con su sus ojos mirándome seriamente – entiendo que estés
confundida con esto. Yo también estoy confundida y con miedo, esto que me pasa
contigo es algo que no sé cómo explicar porque nunca me paso, me gustas
muchísimo es algo más que evidente. Si tú me das la oportunidad, yo prometo
poner todo de mí para que funcione e incluso esperar todo el tiempo que sea
necesario y tú sepas que te pasa conmigo – con una mano corre un mecho de mi
cabello y me lo pone atrás de mi oreja, sus ojos azules no se apartan de los
míos- ¿me darías una oportunidad?
Y yo no sé qué decir,
pero ella tiene razón, estoy confundida y tengo miedo, pero sino me arriesgo
con ella a esto que me pasa nunca sabré cuales son mis verdaderos sentimientos
hacia ella, como puede salir una relación con una mujer. Quizás el no darle la
oportunidad haga que me arrepienta toda la vida.
- Si te doy una
oportunidad – respondo, ella sonríe y sus ojos brillan.
Acerca su rostro
despacio y deposita un tierno y suave beso en los labios.
Dentro de mi siento
explotar de felicidad, es como si estuviera esperando esto toda la vida. Como
si mi corazón siempre espero por ella.
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que forma mas bonita de describir el amor simplemente es magico
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