Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

La Hija Del Diablo - Ve C - 61

Capítulo 61

Despierto sobresaltada al escuchar esa voz, sé que en algún lado la oí y más esa frase. Intento levantarme pero el peso de un cuerpo no me lo permite, estoy confundida hasta que al ver el rostro de Agostina recuerdo que me dormí con ella porque me lo había pedido, no con palabras pero esos ojazos suyos en silencio lo hicieron.
Miro su rostro y está sudado, su mano está cerrada en un puño y sus piernas se mueven de un lado a otro. Esto significa que está teniendo una pesadilla, su respiración también está alterada, llevo una mano a su pecho y siento su corazón bombeando rápidamente.
-      Agos – la muevo despacio – despierta hermosa.

-      No creí que caerías tan bajo ¿vas a pelear conmigo?
-      Mierda – digo encima habla en sueños – ¡Agos!
Abre sus ojos lentamente y se tapa a un más y vuelve abrazarme más a mí. Solo niego con la cabeza al ver su actitud.
-      Tengo frio- dice y noto como su cuerpo tiembla.
Lleve mi mano a su frente y tiene fiebre. Me levanto de su lado, miro la hora y es muy temprano todavía pero falta poco para que sonara el despertador así que lo desactivo.
-      ¿A dónde vas?- pregunta apenas mirándome.
-      Tienes fiebre voy a buscar  un paño frio – respondo acercándome y tapándole obvio su pierna herida no – ya vuelvo ¿sí?
Solo asiente con la cabeza y toma la almohada con la que dormí y la abraza y cierra sus ojos.  La observo unos momentos antes de salir de su habitación y su cara esta roja, suda y puedo ver como tiembla.
Bajo a la cocina y preparo un té para que tome con pastilla para el dolor, otra para la fiebre y los paños para su frente. Llevo la bandeja con el té, tostadas, y zumo de naranja, las pastillas son fuertes, necesita alimentarse bien.
Al  llegar y dejar la bandeja en la mesita a lado de su cama puedo ver como cierra los ojos pero no está durmiendo, espero haya podido dormir bien antes de que empezara a soñar la pesadilla, bueno creo que era una pesadilla.
-      Hermosa.
-      ¿mmm? – dice sin mirarme.
-      Te traje el desayuno para que tomes antes de las pastillas para el dolor y fiebre.
-      Creí que irías por paños – responde girando su cabeza para mirarme.
Acaricio su rostro y le sonrió, me duele verla así.
-      Estoy muy maricona ¿he? – dice intentando no perder su humor.
-      Algo, pero es normal por cómo estas – contesto– anda desayuna.
-      ¡mierda! – dice haciendo gestos de dolor, eso significa que otras partes del cuerpo tiene golpeada.
-      ¡sácate la remera! – digo mirándola seria.
-      Oye, no pensé que querrías tenerme así como estoy ahora – responde con una ceja levantada.
-      Deja de hacer bromas, es enserio.
Me mira y resopla.
-      No puedo – dice mirándome – me duele.
Esta vez soy yo la que resopla. Me siento a un lado de la cama y lentamente le saco primero el brazo herido para no causarle más dolor, una vez hecho eso, continúo con el otro brazo, así sale de manera más fácil su remera. Bajo el edredón y miro su torso y tiene unos moretones, algunos incluso parecen tener marca de piñas y patadas.  Y sin que lo quiera una lágrima cae de mis ojos, no puedo verla de esta manera y pensar que si no se hubiese defendido quien sabe dónde estaría en estos momentos. Con mano seca mi lágrima y me acerca a ella dejando un beso en mis labios.
-      ¿te duele mucho? – pregunto pasando mis dedos por sus moretones.
-      Como no tienes idea – responde – pero estaré bien.
-      Debiste dejar que el doctor anoche te revisara, mira si tienes alguna costilla rota.
-      No, con ese ni loca, me hubiera hecho sufrir mucho más.
Es verdad fue un poco bruto pero es médico y los médicos la mayoría de la veces como ellos no sufren el dolor no les importa. Le ayudo a sentarse bien en la cama, coloco la mesita desplegable y la bandeja.
                                                     ****
La verdad decir que me paso un camión es poco, la herida del brazo no duele nada a comparación de la pierna y las costillas, pero como acabo de decirle a Ari no pienso dejar que un doctor me vea y me haga doler más de lo que me duele, en algún momento el dolor pasara. Si hoy estoy echa una maricona pero es que hasta ahora nunca me había lastimado de esta manera, aunque estoy segura de que debe haber cosas que me duelan peor.
Ariana me ha dicho que se iba a buscar un paño para ponerme en la frente que me baje la fiebre, le he dicho que deje que alguna de las chicas del servicio me traiga pero no ha querido y se ha ido ella misma a buscar, también le dije que aproveche en que se haga algo para desayunar. Como una tostada, mientras vuelvo a las imágenes de anoche.
-      ¿te tienes fe? – dice tirando su arma bastante lejos – me gustan las mujeres así, lástima que no pueda hacerte lo que me encantaría –  me mira lujuriosamente.
-      Por supuesto, tengo esperanza de salir de esta – respondo mientras llevo casi todo el cuerpo de mi peso a la pierna izquierda que es la que está sana para poder  luchar pero se me complica porque no voy a poder patear con la derecha, tengo una idea hare como siempre dejar que el avance. Hay cerebro que haría yo sin ti.
-      Eso está bien. – sonríe de manera triunfadora – pero debes saber que ya todos están en su mansión, nadie te defenderá.
-      La esperanza es lo último que se pierde – respondo.
Su sonrisa se hace más grande con lo que dije pero no me importa, yo solo debo seguir concentrada en ver los pasos que da el. La paciencia es una virtud que pocos tienen, y yo en este caso tengo para toda la noche, sé que si no llego en un rato más a casa mi padre hará algo, quizás mandar a buscarme con sus matones. Solo tengo que intentar ganar tiempo.
-      Niñita  no tengo toda la noche – dice y poco a poco empieza acercarse a mí – me deben estar  esperando y por supuesto a ti.
-      Yo sí tengo todo el tiempo del mundo – me mando un manotazo y se lo saco y lanzo una piña que logra esquivar.
-      Así lo has querido.
Vuelve con paso firmes hacia mí  y al estar cerca empieza a lanzar puñetazos unos tras otros, algunos logro esquivarlos y otros van a parar en mi torso, cada vez está más cerca y es cuando lanzo una piña en su estómago y retrocede e intenta respirar. Es mi oportunidad es cuando ataco, amago en lanzar una piña otra vez a su torso y es cuando descuida su rostro y el golpe va a parar a su nariz que empieza a sangrar rápidamente. De cierta manera estamos a mano, su disparo dio en el brazo. Antes de que pueda reaccionar me lanza una patada que aunque me cubro termina dándome en mi costilla derecha. Aprieto la mandíbula fuerte para no gritar, con el brazo derecho lastimado no puedo defenderme al cien por cien.
Y otra vez va ganando, será mejor que en cuanto pueda golpearlo lo haga bien y me libre de una vez por todas. Ambos nos miramos y el con una mano se limpia la sangre de su nariz.
-      Pegas fuerte niñita. Creo que te subestime.
No respondo, estoy concentrada en estudiar todo sus movimientos. Vuelve avanzar y dejo que lance la piña ni termino de esquivarla cuando manda una patada que defiendo con mi brazo izquierdo y contraataco, mandando una patada a la pierna de este que está en el aire. En sus ojos se refleja el dolor, pero al igual que yo no se da por vencido, y uno de sus puños me da en una de las costillas casi en la espalda, porque en ese momento estaba girándome para ponerme de frente. Ninguno de los dos no damos tregua. Otra vez un puño y una patada en mi lado derecho que es la parte que más me cuesta defenderme, aprovecho eso para patear lanzar una patada a su cara que le da en el hombro y rostro y deja medio atontado y eso que con la pierna izquierda no tengo casi fuerza. Al verlo así es mi momento y voy al ataque.
Después de varios intentos, lo tengo de espalda a mí  y mi brazo izquierdo alrededor de su cuello. El de la camioneta al ver a sus compañeros vencidos, arranca y se va.
-      Será mejor que me digas quien te mando por mí y porque.
-      No se… nada – responde nervioso. Apretó un poco más el brazo.
-      No tengo ningún problema en aumentar mucho más la fuerza del brazo hasta que dejes de respirar – digo en su oído – dime lo que sabes y no hare eso. además no está tu compañero para que te defienda, huyo.
-      Está bien – dice poniendo sus manos en mi brazo haciendo fuerza para que afloje, sinceramente no creo tener más fuerza que el pero esta mareado y me es fácil manejarlo – solo sé que dijeron que te querían específicamente a ti, ni siquiera tu madre o hermano.
-      Y ¿Por qué yo? – aunque sospecho que algo deben querer sacarle a mi padre.
-      Nunca vi al que nos contrató pero si es escuche que hablaba con alguien y decía que teniéndote secuestrada, tu padre haría lo que fuera para recuperarte e incluso ceder su lugar.
-      ¿lugar de dónde?
-      Bueno… - vuelve a ponerse nervioso – en realidad digo que le cedería el trono. Y eso es todo lo que se.
Eso solo significa una cosa, que el que me quiso secuestrar es otro caído. Tal vez no le gusta cómo está haciendo las cosas mi padre, bueno yo no sé cómo las hace pero para que alguien intente quitarle su reinado entre los caidos.
El paño frio me devuelve a la realidad, miro a Ari que sonríe. Me acomoda bien para que no se me caiga de la frente.
-      No has comido las tostadas – me recrimina.
-      Es que no tengo hambre – respondo tratando de que me entienda.
-      Es entendible que estés sin ánimos, pero antes de tomar t medicación come una tostada, porque que tomes el té solo no vas a tener nada en tu estómago.
Agarro una tostada y la como mientras no despego mi vista de ella, su sonrisa es más amplia al ver esto.
                                                   ****
-      Son unos ineptos – digo mientras le doy un latigazo en la espalda al chofer y uno de los hombres que fue por ella – les dije que vayan varios, y no tres ¿creyeron que ella no sabe pelear?
-      Es mujer como íbamos… ay – deposito otro latigazo, eso les pasa por no hacer como yo les dije.
-      El que manda aquí soy yo, deben hacer lo que yo les diga.
-      Señor, ella está lastimada será más fácil secuestrarla.
-      Jajá – rio ante lo que dice y le doy otro golpe  - ¿creen que Antón dejara que ande como hasta ahora? Tendrá guardaespaldas idiotas.
Camino por el lugar, sé que Antón empezara a sospechar, pero también de que tendrá muchas hipótesis con respecto a lo que está pasando de los ataques que ha tenido, primero en su casa y ahora su hija.
Maldita sea. Yo quiero estar en su lugar y hacer las cosas a mi modo. Porque ahora que lucifer tiene su familia se ha vuelto un blanducho y no llegamos donde estamos por ser como los humanos, es más usamos los sentimientos de los humanos que lo hacen débiles para conseguir nuestro propósito. Descargo mi frustración en estos descerebrados hasta dejarlo desmayados y sangrando.
                                             ****
Una de la sirvienta de la casa viene a buscar la bandeja y se sorprende al verme con Agostina. Sé que ellas han estado hablando de nosotras porque las he escuchado. Me molesta que lo hagan porque no me conocen para hablar así de mí de que soy interesada y demás. Ellas si estarían con quien sea de esta casa por interés, al menos eso dicen ellas cuando hablan.
-      Buen día hija – entra Antón ya todo arreglado para ir a la oficina – Ari – veo que también se sorprende.
-      Buen día  señor – respondo.
-      Agos ¿Cómo estás? – pregunta mirando a su hija.
-      ¿tu cómo crees? – contesta Agos sin ánimos.
-      Hija respóndeme bien.
-      Estoy con fiebre y dolorida ¿Cómo quieres que este? Menos mal estaba Ari conmigo y me trajo un paño.
-      Gracias por estar con ella… le diré a una de las chicas que esté pendiente de tu estado. Ari tiene que trabajar.
-      ¡no!  - contesta – que se quede ella conmigo o me voy a la empresa – al parecer va a chantajearle y no me importa que lo haga porque no voy a estar tranquila en el trabajo.
Él me mira y luego a ella.
-      Está bien, ella se quedara por hoy… - dice y el móvil de ella suena en este instante y no puede continuar hablando.
Se estira en la cama e intenta llegar al celular que está en la mesita de noche pero hace un gesto  de dolor porque ha movido su brazo herido. Su padre se lo pasa y queda mirándole con una ceja levantada.
-      ¿sí? – atiende y su cara también es de desconcierto – hola Damián ¿Qué tal el lugar?
Su padre la mira y niega con la cabeza y aprieta la mandíbula, al parecer hay algo que no está bien en esta llamada. Antón le hace una seña y Agos asiente con una sonrisa.
-      ¿estás seguro? –pregunta, cada vez que ella habla de él o con él, cambia su voz su gestos, su mirada – si se nota que son unos ineptos, igual yo que tú no sonreiría mucho. Te pediría alfajores o algunas cosas dulce de allí, pero mejor no, no vaya hacer que le pongas algo. Mi padre se ha ido a trabajar.
Ella continua hablando, cosas sin sentido al menos para mí pero sé que para ellos debe tener sentido.  Creo que han pasado más de media hora hablando por teléfono.
-      Suerte hermanito – dice sonriendo a un más y corta la llamada.
Con su mano sana golpea el lado de su cama libre para que me acueste a su lado. Niego con la cabeza pero al igual que con su padre veo que sus ojos me suplican y no puedo negarme. Subo a su cama y ni bien me acuesto a su lado ella se apoya en mi pecho y me abraza.
-      ¿estás cómoda?- una sonrisa boba se dibuja en mi cara.
-      no puedes imaginarte cuanto – levanta su cabeza y deposita un beso en la mejilla.
Acaricio su cabello y nuevamente vuelve a dormirse. Es más que entendible porque las pastillas que le receto el doctor son fuerte y dijo que le daría sueño. La miro dormir y un cosquilleo recorre toda mi columna vertebral. Me gusta estar así con ella, me gusta cuando me besa, cuando me mira, su sonrisa, los gestos de su cara. Nunca me imaginé estar en una situación así con una mujer y más con quien fue mi amiga durante la infancia. Ella produce sensaciones nuevas en mí. Si estoy confundida respecto a esto, no sé qué hacer, si seguir de esta forma con ella o alejarme. Mi cabeza no deja de pensar, necesita saber que me pasa aparte de gustarme, ¿a quién no le gustaría? Si es hermosa.

-      ¿Qué hago?

Nota de la autora:
Me alegro de que les guste la historia y por considerarme una excelente escritora, aunque me falte mucho por aprender de esto. Lamento informar que la semana que viene tengo mesa de examen en la universidad, por este motivo me sera un poco imposible enviar algún capitulo, aunque en mis recesos de estudio intentare escribir algo para no dejar tan colgada la historia. Esta semana estoy a full con el estudio y por ende bueno lo que dije anteriormente, pero vuelvo a repetir, al menos intentare mande algún capitulo más esta semana o dejar para la otra. Espero sepan entender
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5 comentarios:

  1. ...Como dicen por ahí cuando las cosas son buenas bien vale la pena esperar, aunque esto sea torturante, ja, ja, ja.... pues nada Q.A.P. y suerte en tus exámenes.... cuenta con esta fiel lectora de tan atrayente historia.... Fraternal saludo desde Colombia!!!
    Atenea Palas

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  2. Estaré esperando con ansias el próximo capítulo. Éxitos en los exámenes(:

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  3. Yo sigo en pie de lucha porque se que la espera vale la pena... Me encanta esta historia, creo que mas que tu historia anterior (amor inmortal). Muchos saludos y suerte en tus exámenes.

    Un abrazo desde Colombia
    Luisa V.

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  4. Muy buena historia merece la pena esperar yo estare al pie del cañon esperando la misma. Por lo de la uni muchisima suerte y existos en tus examenes te deseo de corazon. Tu seguido incondicional Maria Rene

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  5. Gracias a ti por continuar con la historia y te envío muy buenas energías para que te vaya super en tus exámenes, cuídate mucho y estaré muy pendiente del siguiente capitulo.

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