Capítulo 5
Ansiosa no estoy pero me ilusiona verla, volver a
platicar con ella conocernos un poco, será que voy muy rápido y la asusto. Se
ve que es tranquila tal vez mi sexo-sentido se equivoca y resultan
distorsionadas las gay señales que recibí y es hetero, pero la hetero que ha
llamando mi atención como ninguna, tiene un perfil clásico nariz recta, labios
apetitosos y una barbilla afilada, sus pestañas son largas y espesas, su
cabello debe oler igual de fresco que su auto, recordando como intentó
sujetarlo en una coleta cerca de su auto y desistió para dejarlo suelto de
nuevo, le enmarcaba el rostro de frente y un poco más largo por la parte de atrás.
Mañana a estas horas estará llegando con el resto de los
invitados, será que debo advertir a mi hermanita que nos siente juntas pero es
lógico pues el resto parece que son matrimonios.
A través de la ventana veía el cielo tornarse azul
intenso, estaba sentada y con sus brazos rodeaba sus piernas, realmente quería
que se diera algo, ya le habían roto el corazón en alguna ocasión y había
probado con relaciones superficiales pero en el fondo era una romántica
empedernida que buscaba encontrar con quien compartir su existencia ya iba a
cumplir 31, su hermanita había encontrado a su príncipe y era su única familia
deseaba en el alma encontrarse con una princesa para formar la propia, se
consideraba bonita, trabajadora, simpática y no sabía por qué no había tenido
éxito en ninguna relación –porque te
entregas toda de un jalón- le había advertido su hermana, tenía razón tal
vez debía ser más cauta al respecto, pero de Tamara le gustaba todo hasta ahora
y eso que sólo había estado cerca de ella unos minutos.
-Soy un desastre en relaciones amorosas, debo dejar que
las cosas se den y no forzarlas, parezco una adolescente con las hormonas
alteradas.
Se levantó y se dedicó a revisar el balance de la sala de
exposiciones, no había querido terminar en la oficina, había una agenda
apretada por los próximos tres meses y era bastante bueno, se había consolidado
entre el gusto de los artistas plásticos de la ciudad y eso lo agradecía
sobremanera ya que al inicio batalló para atraer clientes que compartieran la
misma visión y gustos con ella, las ventas eran buenas para los artistas y eran
frecuentadas por profesores, alumnos del ramo principalmente, pero el público
en general crecía. Quería más adelante ambientar con música en vivo y ofrecer
un área fija para tomar café, tomar una ensalada y quizá hasta una cerveza, por
eso tendría que ir despacio para atraer otro tipo de clientela.
Guardó los cambios en su computador y quedó bastante
satisfecha con el resultado, vio la hora y se dispuso a dormir, mañana sería un
día lindo y con eso en su cabeza se durmió.
-Jovita la cena quedó en su punto muchas gracias si
deseas te puedes ir a descansar, por hoy creo que es todo.
-Si señora, yo le digo a don Darío que el visto bueno ya
está dado, ojalá que no tarde en llegar, le pedí como usted dijo, que trajera
vino blanco también.
-Gracias, ahora voy a recostarme un poco porque voy a
estar despierta hasta tarde, no quiero que el pequeño se ponga inquieto. Sabes
donde esta mi hermanita?
-Fue al pueblo a traer las flores, para la terraza, se
llevó la camioneta de don Darío y uno de los muchachos.
-Bueno si te la encuentras, le dices que tiene que
arreglarse porque el tiempo pasa y no quiero que se le haga tarde. Caminó hasta
su habitación.
Los arreglos florales habían quedado muy lindos, solo
tenía que colocarlos estratégicamente para que pudieran apreciarlos su hermana
y los invitados. Llegó rayando la hora, sólo le dio unas indicaciones a Paulo
para que acomodara los floreros y listo.
Entró a su habitación y buscó su vestido, le encantaba la
tela era muy suave al tacto y tenía caída, pegado al cuerpo, no mucho porque
podía moverse con libertad, azul marino con un bonito escote no muy profundo,
lindos tirantes y a la rodilla, debía tener cuidado al sentarse por que la
abertura al costado era pronunciada pero le daba un aire muy chic, prefirió
dejar el cabello suelto sin alaciarlo así un poco rebelde, le dio forma con la
espuma y e hizo un partido para que cayera hacía la izquierda no quería verse
muy arreglada debía evitar las bromas de su cuñado y hermana, las sandalias le
quedaron perfectas y solo necesitó y un poco de brillo en los labios, su
perfume favorito y lista para pasar una agradable velada entre amigos.
-Tony te dejo los números telefónicos aquí en la agenda
por cualquier cosa que se ofrezca, ya sabes el movimiento así que quedas a
cargo.
-No se preocupe señora Lulú voy a estar al pendiente así
que disfruten su reunión, cualquier cosa yo les aviso. Ahí está ya don Miguel
con el auto.
-Deja veo si ya esta lista Tami, y le mandó beso a su
marido quien le cerró el ojo en respuesta.
Estaba por subir cuando la vio bajar.
-Hola guapura que bien te ves!
-Bueno en realidad no venia preparada para ninguna
reunión pero creo que con esto salgo del aprieto, un pantalón entubado blanco
de lino y unos mocasines marinos, la blusa era bastante coqueta color beige con
unos botones tipo perla, se había puesto un poco de labial, y su cabello oscuro
brillaba y se movía al compás de la brisa nocturna, su belleza era clásica y su
piel ojalá perdiera esa transparencia y tomara un poco de color pensaba para sí
Lulú.
-Tami estas perfecta, lista para irnos, Miguel ya está en
el auto esperando.
-Oye amiga que bonito vestido llevas y con esos oyuelos en
las mejillas estas que provocas sonrojos, cerrando un ojo.
-Déjate de tonterías que aquél hombre de allá te ha
ganado, la toma del brazo dándole un pellizco, -y yo le he dicho que sí hasta
la eternidad.
-Te te lo pierdes mujer, pero ya que.
-No estés nerviosa Tami, seguro habrá alguien disponible
en la cena.
-No estoy nerviosa.
-Díselo a quien no te conozca, andando chica.
Tony les abrió la puerta del auto y partieron.
-Bienvenidos! adelante pasen por aquí, llegaron casi a la
par los compañeros de la empresa con sus esposas. -Mara no tarda en salir
pónganse cómodos aquí tenemos vinito pueden servirse, Bren puedes acercarlos a
la sala, gracias cuñada.
-Buenas noches pasen por favor soy Brenda Castrejón,
cuñada de este maleducado. Y le sacó la lengua sin que la vieran los recién
llegados excepto Tamara que estaba ahí junto a Darío.
Le causó gracia a Tamara ver lo bien que se llevaban y le
pareció una niñita, lo que provocó en Bren un sonrojo inesperado, también sonrojada
era linda y le sonrío a manera de saludo.
-Miguel, Lulú gracias por aceptar la invitación y esta de
aquí debe ser Tamara, bienvenida estás en tu casa, pasen adelante, que
puntuales todos, miren aquí vienen llegando también Ramiro y su señora.
-Darío, pero si nos dijiste que fuéramos puntualísimos
por lo de la sorpresa. Dice Miguel.
-Lo sé sólo trataba de alagarlos, ja, ja.
-Ella es Tamara estará una temporada con en Casa Azul.
-Tanto gusto mi mujer y cuñada me dijeron que eras guapa
pero se quedaron cortas, eh Bren?
-Hola buenas noches. Con otro sonrojo. -Bienvenidos, yo
soy Brenda la cuñada podrán ver, pero por favor pasemos, dejemos que este burro
digo Darío reciba a Ramiro.
Le gustó causarle gracia a Tamara y eso la hacía sentirse
ansiosa como una chiquilla.
La siguieron de cerca los tres, Tamara no perdió detalle mientras
nadie la veía y observó a detalle lo bien que le quedaba ese vestido, caminaba
con seguridad y sus movimientos eran, cómo llamarlos, sexis? Diablos! Había
dicho que se dejaría llevar y lo haría, parecía ser auténtica y estaba
totalmente abierta y dispuesta a lo que viniera, no lo había planeado eso era
lo mejor.
Brenda los presentó a los demás y les ofreció asiento,
antes de que Tamara se sentara la sorprendió preguntando si la acompañaba por
bebidas para los invitados –claro será un placer.
-Darío trajo este vino blanco está muy rico, quieres
probar?
-Me encantaría, dio un pequeño sorbo, -mmm! muy bueno.
Ese mmm le gustaría escucharlo de nuevo pero cerca de su
oído, que estoy pensando por Dios! se reprendió mentalmente.
-Uno de sus clientes se lo recomendó, se apresuró a
comentar y bebió un sorbo mientras la observó rápidamente de reojo.
Escuchó a Darío con los últimos invitados y se giró para
saludar, llevaron bebidas a todos y estuvieron comentando algún par de cosas,
permaneció apoyada en el brazo del sillón cerca de Tamara que se quedó de pie y
en eso vieron llegar a Mara y los que estaban sentados se pusieron de pie al
unísono como si lo hubieran ensayado gritaron ¡¡Sorpresa, feliz cumpleaños!!
Con una hermosa sonrisa juntando sus manos agradecía a
los presentes, Darío se acercó para abrazarla y darle un beso de piquito, así nos
turnamos todos para abrazarla, darle buenos deseos y algunos le entregaron
algún presente.
-Gracias a todos por estar aquí, que agradable sorpresa!
Todos soltaron una carcajada tan sentida que algunos
asistentes como Lulú dejaron salir un par de lágrimas.
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