Capítulo 30
Quedo
sorprendida ante tal acción, pero me dejo llevar y termino respondiendo a su
beso.
Poco a
poco empieza a subir de intensidad siento su mano en mi cintura mientras mis
manos juegan con su cabello. Nuestras lenguas examinan cada rincón de nuestras
bocas.
Una de
sus manos acaricia mi pierna, en tanto juego con sus cabellos y mis manos suben
y bajan por su espalda.
Cuando
siento sus labios en mi cuello abro los ojos.
-
Pa… Para Luz- digo,
al intentar recuperar el aire.
Ella
solo me mira, y también intenta recuperar el aire, por la poca luz que hay en
la habitación veo sus ojos azules brillar de una manera especial.
-
Lo siento- dice al
separarse un poco de mi- no quise incomodarte, ni faltarte el respeto- sé que
se refiere a sus manos inquietas.
Solo
puedo quedarme mirándola. Quisiera saber porque me beso, no es la primera vez
que lo hace. Ella me gusta es más siento cosas por ella y esto no sé cómo
tomarlo.
-
Luna…- escucho su
voz.
-
Dime- respondo aun
mirándola.
-
Me gustas- suelta de
golpe y yo quedo sorprendida ante tal confesión- intente no pasar la línea de
la amistad, pero al tenerte conmigo no puedo no resistirme y vuelvo a decirte,
lo intente pero soy humana. Te quiero y si te bese fue por lo que acabo de
decirte, no quiero que pienses que te bese por besarte, que quiero confundirte
o jugar contigo.
Pienso
en todo lo que dice y sé que tiene razón no me besaría por besar y perder la
amistad que tenemos, aunque mis sentimientos por ella sean otros, preferiría
tenerla como amiga que no tenerla.
Y el
que ahora ella me diga que le gusto, es algo que sinceramente no me lo
esperaba.
Cuando
vuelvo a mirarla puedo ver las sinceras disculpas en sus ojos y que ha sido un
error confesarme lo que le pasa.
-
Sabes a mí también me
pasa lo mismo que ti- empiezo hablar antes de se levante y vaya de mi lado- y
jamás espere que te pasara igual que a mí. Me gustas desde el internado y el
vivir todos estos años solo ha hecho que me gustes más, el conocerte como yo te
conozco sin esa coraza que te pone antes los demás. Quizás sea el hecho de que
tuviste que tuviste que protegerte en el internado para que no te hicieran daño,
no me imagino una niña rubia y guapa como tú- solo sonríe ante esto- en ese
sector que te mandaron. Sería muy difícil que no me gustaras conociéndote lo
suficiente como te conozco.
****
Ella
tiene razón me conoce lo suficiente. De
nuestras amigas es la única que ha podido lograrlo. Quizás sea el hecho
de que vivimos juntas y compartimos mucho tiempo.
Tengo
miedo con esto que estoy haciendo, no soportaría lastimarla. Es que en mi mente
suena su te amo aunque me lo ha dicho borracha, en la manera que ahora me mira
puedo confirmarlo de que es así. Mis sentimientos no corresponden al cien por
ciento los de ella. La quiero muchísimo como amiga, me gusta como mujer, es
hermosa pero ¿llegare amarla como ella lo hace? Sé que si no me arriesgo no lo
sabré. Ella es una chica especial.
-
¿Qué vamos hacer
ahora?- pregunta ella al verme tan callada.
-
Tú y yo ya nos
conocemos lo suficiente- respondo acariciando su mejilla- ¿podemos empezar
algo?
-
¿a conocernos de
nuevo?
-
No-respondo
sonriéndole- a intentar un noviazgo. Al menos
que tú en verdad quieras primero salir en plan de citas e ir lento antes
de empezar algo.
-
Si no nos
conociéramos si aceptaría eso- contesta con una sonrisa- pero esa de las citas
estará bien. Y quiero intentarlo contigo.
Solo
puedo sonreír ante su respuesta, conociéndola pensé que me pondría mil peros,
pero no lo ha hecho.
-
Entonces habrá citas
y seré todo lo romántica que quieras que sea- digo. He tenido que aprender a
escuchar canciones muy románticas con ella.
-
Tan poco es para que
te burles de mi- dice dándome un pequeño golpe en el brazo- no tiene nada de
malo ser romántico y expresar sus sentimientos.
-
En eso tienes razón –
respondo.
Ambas
nos quedamos en silencio como si no tuviéramos más nada que decir. Me acerco
más a ella y llevo mi mano a su mentón haciendo que me mire. Me pierdo unos
momentos en esos ojos que solo reflejan ternura, sinceridad, no veo ninguna
pizca de maldad, me hace sentir en paz
conmigo misma.
-
Entonces- empiezo a
hablar algo nerviosa, nunca he dicho nada así y no sé si estaré haciendo bien -
¿quieres ser mi novia?
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