Capítulo 6
Campamento
*Asura Tredyan*
Me ocupe de ir con Freiya en el transporte del grupo de
Aleth, tome la excusa de que siendo mi secretaria y a modo de castigo por su
llegada tarde se iría en el asiento contiguo a mí, en el cual le dictaría
algunos correos que deben ser enviados con prontitud, o bueno, esa fue la
versión oficial, para mí era la excusa perfecta para mantenerla alejada del
montón de chicas que se abalanzaron sobre ella dizque para cuidarla por la
violenta paliza que recibió en el atraco, aunque ya prácticamente estaba sana.
Verdaderamente ignoraba que tuviera tantas fans, o que fuera tan popular,
debido al carácter serio que conserva prácticamente todo el tiempo. Tuve que
disimular los celos que sentí cuando algunas jovencitas intentaban “mimarla”,
pero al final logre espantarlas como a moscas alegando el castigo de Aleth, sé
que me vi como un ogro, pero ¿Quién me culparía por desear que nadie se robe lo
más querido para mí?
Estábamos en la parte de atrás y yo disimulaba dictándole
una serie de archivos pendientes, sin embargo no pasaron 15 minutos cuando ella
ya había dado por cumplida la labor, escribía casi a la velocidad de mi voz.
-Ya esta… ¿te he dicho que eres excelente?-
Ella sonrió. -Un par de veces-
Como me derrite su sonrisa, no sabe esa niña que es mi
debilidad. -Parece que demasiadas, eso se escucho ególatra-
Una broma en una sonrisa y me quede mirándola, de nuevo
cedía al embrujo de aquellos ojos verdes, verla era un deleite, tocarla mi
perdición. Sujetamos las manos de forma disimulada en la parte baja de nuestros
asientos, aunque pase con los nervios a flor de piel después de eso, porque a
cualquier mirada de alguna alumna debía soltarla. Poco me falto al final del
viaje para ser una neurótica, Aleth en cambio parecía divertida por las
preocupaciones que me abrumaban.
La mire a los ojos mientras reía por mis gestos y entonces
una idea lleno mi mente al instante, era algo precipitada, pero con el tiempo
se lo haría saber. Un atisbo de la mejor idea que haya tenido en mi vida… una
vida juntas.
Lo último que supe fue a Freiya diciéndonos que nos
bajáramos del bus que éramos las rezagadas, me apene por mi comportamiento de
colegiala y personalice mi labor. Me levante orgullosamente, bajamos del auto,
ella fue a su sitio en la fila de estudiantes quienes armaron algarabía al
verla llegar, yo tense la mandíbula ¿Por qué tenía que ser tan popular?
-Bienvenidas al campamento anual del Instituto Nadeshiko.
Esta semana compartirán una serie de actividades que buscan desarrollar sus
fortalezas y afianzar los lazos entre las estudiantes de nuevo ingreso y sus
sempai, es decir, las estudiantes de cursos superiores… Espero disfruten de su
estancia en este lugar, demos paso entonces al principio del Campamento del
Lirio- Los aplausos y la algarabía de las jóvenes me revitalizaban de solo
verlas, entonces mire a Aleth, como si no pudiera evitar ver a otro lado,
hablaba amenamente con sus compañeras, aunque un algo casi mágico la rodeaba
ante aquellas sonrisas, como desearía que sonriera así para mí.
Se hizo entrega de las insignias a los líderes de equipos
para las competencias venideras, al parecer por escogencia de los participantes
de los grupos seleccionados y justo Aleth fue escogida por sus compañeras con
la banda roja para su equipo. Cada equipo contaba con un color único y todos
sus miembros tendrían un distintivo de dicho color, más solo el líder podrá
portar la banda en su brazo derecho.
Las jóvenes formaban una alegre algarabía y entre sus
murmullos, pude escuchar que con Aleth en el equipo las competencias serían pan
comido. Sonreí, no sé de sus habilidades, pero ese cuerpo atlético no tiene
porque ser en vano. Ya la vería en acción.
-0-0-0-
El lugar señalado con el fin de aquel campamento estaba
atiborrado de jóvenes estudiantes animosas y dispuestas, yo disimuladamente era
la encargada del monitoreo de las actividades a la hora que “casualmente” Aleth
participaba en ellas.
La primera actividad era el almuerzo, para el cual se
dispusieron mesas en el claro del bosque cerca de las montañas donde tendría
lugar el evento. Yo estaba en la mesa de las directivas, pero me aburría como
ostra, todo lo que quería era estar cerca de mi secretaria. Aunque ya comenzaban
a ponerme problema los docentes a cargo de Aleth.
-Directora Tredyan... ¿no considera un inconveniente tener
a una alumna como su secretaria? Más aun cuando se trata de una estudiante
particularmente apática e indisciplinada- Mencionó con tono agreste Matsuda
Hikary.
-A raíz del castigo pude evidenciar en la alumna un gran
potencial, hace el trabajo mucho mejor que una secretaria profesional y eso es
mucho decir- Dije sin asomo de molestia. -Pero si ustedes afirman que es una
persona tan insubordinada, yo misma planeo monitorear las actividades por un
cierto tiempo, si sus afirmaciones llegan a ser ciertas la sancionare con
severidad- Ante mis palabras Freiya me dirigió una mirada preocupada, por otro
lado Hikary pareció demasiado complacida, cosa que incentivo mi enojo.
A la terminación del almuerzo Freiya me acompaño a la que
sería nuestra cabaña. -¿Estás loca verdad?- Dijo una vez dentro.
-De ningún modo... probare que Aleth es una buena persona-
-Estas siendo subjetiva Asura- Me reclamó con un dejo de
molestia.
-No se trata ahora de mis sentimientos por Aleth-
-Y que pasa si ella se equivoca, ¿te harás de la vista
gorda?-
-De ningún modo- La mire segura de mis palabras. -En tal
caso cumpliré mi palabra, por otros medios convenceré a Aleth de ser una
estudiante modelo, solo por el placer de ver a Matsuda tragarse sus palabras-
-Oh... como si eso pudiera tranquilizarme... odias que
hablen mal de Zyden- Suspiro mirándome. -Se mas cuidadosa en lo venidero. Es un
alivio que finjas tan bien... pero hay momentos en que tu corazón te delata-
-Lo sé... este sentimiento me supera de formas
inimaginables- Una parte de mi se alegraba del hecho, mi yo más sensato por
otro lado se preocupaba por lo inverosímil de la situación. Este sería un
conflicto interno que no acabaría hasta que pudiera ser solo Asura la mujer, y
no Asura la Hija, la Directora. Pose mi mano sobre el arco de mi frente
presionando sutilmente para dejar ir la tensión que se acumulaba provocándome
dolor de cabeza. Sentí unas manos sobre mis hombros y un movimiento que
descargaba toda mi tensión, supe por el movimiento quien era.
-Freiya… a veces no se qué haría sin ti-
-Soy tu consciencia… harías mil locuras… quizás serias más
feliz- Susurró con un dejo de amargura, pose mi mano sobre la suya.
-Lo siento tanto…-
-No somos dueñas del corazón… él elige por sí mismo- Su
sonrisa, siempre me sonríe del mismo modo y no evita romperse mi corazón al
verla, como la hiero sin desearlo. -Ahora ve… ocúpate de callar los comentarios
de Matsuda-
Me levante de la silla, era hora de la competencia de salto
libre desde la cascada. Me había ocupado personalmente de la seguridad, estas
montañas son de uso exclusivo de la academia, este era el lugar favorito de mi
padre, de modo que no hay mejor homenaje que este.
*Aleth Zyden*
A veces, solo a veces desearías ser alguien común, con
apenas nombre y lo necesario. Para mí el precio del dinero, de los vínculos en
la sangre que corre por mis venas me han costado el alma entera y quizás
también la más mínima oportunidad de obtener felicidad alguna. La culpa se ha
convertido en algo natural cada día, sin embargo en las noches pensar en ella
me destroza… Asura, siento faltarte a mis promesas.
Ahora tengo que convivir con esto y resulta más difícil que
cualquier cosa, es… es increíble que hasta este día comience a sentir pena por
mis acciones, pero a quien culpar ¿a mi padre? como me gustaría que fuera de
fácil, yo pude negarme y quizás morir con dignidad, mas yo cedí al miedo.
Después del almuerzo en el campamento me fui con mi grupo,
solo pude ver como la directora se iba con su inseparable amiga, Freiya Sensei.
Temo, siento que hay algo más entre ellas dos, pero como evitar pensarlo si
están tan juntas y me acusan a mí mis propias acciones, no quiero pensar en lo
que tengo con Yuki y que sea igual para ellas.
No sé qué expresión tenía en la cara que Giselle
interrumpió mis nefastos pensamientos. -¡Hey amiga! ¿Qué es esa cara de
velorio?-
-¿Ha? ¿Cuál velorio?-
-Que tienes cara de alma en pena mujer-
-oh… así parece- Suspire desganada.
-Olvídalo tú lo que estas es en la luna- Me removió el
cabello mientras me sonreía.
-Si…-
-Venga cuéntale a tu querida amiga Giselle que pasa y
desahógate…-
-Aquí no me parece bien, vamos a otro lugar- Ciertamente me
estaba ahogando con ese taco de información que me atoraba el llanto en la
garganta, más no lo revelaría frente a todo el grupo de la competencia en la
cabaña a quienes no les tenía tanta confianza.
-Giselle… ¿Dónde estuviste el último mes?- Pregunté
suavemente mientras nos acercábamos al lago
-Ya sabes como es mi padre… sus giras algunas veces son más
largas de lo que planea… es una suerte que yo pueda hacer los cursos a
distancia con el programa del Instituto… ¿Sabías que ese modelo lo diseño
nuestra actual directora?-
-Oh… la directora- Una sutil sonrisa apareció en mi rostro,
pero Giselle no lo dejo pasar.
-Sera que tus problemas tienen que ver con ella o me parece
que tu cara dice lo mucho que te gusta… digo es guapa y no te culparía por eso
pero… porque sospecho que hay algo más-
-A veces da miedo que puedas deducir tanto con tan poco-
-Tranquila no lo voy a publicar en la academia, no serías
más que otra de las muchas fans que tiene- Una mueca maliciosa en su rostro y a
mí me arde el rostro.
-¿QUEEEE?-
-Vale… vale a mi me parece guapa pero lo tuyo es un caso
serio… disimula tus celos mujer- Se rió en mi cara y yo solo me pregunto qué
gesto hice.
Llegamos a la cima donde una imponente cascada caía muy
cerca lo que se veía muy alto, pero la vista era demasiado hermosa y en mi
mente no deseaba otra cosa que compartirla con Asura, se me escapó un suspiro.
-Bueno mi querida amiga me dirás ¿Qué te tiene en las
nubes?-
-Está bien, no es algo fácil de explicar pero ahí va… ¿Qué
harías tú si tuvieras dos parejas al tiempo?- Esta bien no sé con detalle que
somos Asura y yo pero, me parece que esto es una relación, no soportaría pensar
que fuera apenas un juego.
Agradecí tener buenos reflejos, Giselle casi se cae de la
impresión. -Hey no es para tanto-
-¿No? Y quienes son las desafortunadas… quiero decir las
afortunadas-
-Gracias… supongo. Se trata de Yuki-chan y de la directora-
-Espera… ¿Estás hablándome de nuestra queridísima y
diplomática Directora?- No veo por qué no se escandaliza por Yuki, entiendo que
me haga gestos raros por Asura.
-Amiga yo creo en ti todo el tiempo, no me hagas dudar de
esta confianza-
-¡Que sí que es Asura!-
-Vale el que sepas su nombre y la trates con tan poco
respeto dice mucho… y amiga se que para el amor no hay edad pero ¡ES LA
DIRECTORA!-
-Como si no lo supiera- La mire con cierto desdén.
-Vale… ¡ahora si cuéntamelo todo!-
Pase alrededor de una hora relatándole cómo fue que paso
todo, para mi alivio Giselle sabía bien sobre Zeth, Esmeralda y Yuki. Obvie los
detalles más violentos, o el desenfreno sobre la mesa con la directora y la
noche de pasión con Yuki. A cada paso de mi historia sus ojos se abrían, su
rostro delataba lo que sentía y pensaba de lo que yo le murmuraba.
-Mujer ¿Cómo le haces para que Tredyan-sama no se entere?
¿O Kaname-san?-
-Ha sido pura suerte, la verdad ni siquiera sé como ocultar
esto que pasa… he sido muy afortunada ya que Yuki no pudo venir y me la he
pasado la tarde con Asura-
-Entiendo… pero que planeas hacer-
-Tengo que tener el valor de confrontar a Yuki y decirle la
verdad… o al menos terminar la relación lo mejor que se pueda-
-Sabes que la vas a perder como amiga-
-Es lo menos que espero-
-Hay tu cabeza de…- Giselle intento darme un zape pero yo
la detuve por la mano, comenzamos a forcejear.
-Giselle déjame… hey… no…- Seguimos moviéndonos y yo no
contaba con que ella fuese tan fuerte, estaba a punto de recurrir a cierto
movimiento de karate cuando, tropezamos, dimos varios giros, caímos al agua,
poco después nada debajo de nuestros cuerpo y me entere que íbamos en caída
libre. Soltamos un grito terrible mientras seguíamos dando giros en el aire y
yo solo podía pensar que esa era una absurda forma de morir. Pero lo único que
pude hacer fue abrazar a Giselle e inclinarme para que el daño le fuera el
menor.
*Asura Tredyan*
Estábamos llegando al lugar, cuando escuchamos un barullo
de las jovencitas en torno a la cascada, había dos personas arriba y no se
distinguía de quienes se trataba, por más que agudizaba la vista. Un forcejeo,
y todo lo que vimos después fue una caída impresionante por tratarse de dos
personas cuyos giros quitaban el aliento, no sé si de lo acrobáticos o del
espanto por la caída que no pintaba bien… un segundo me fue suficiente para
avistar la banda roja en uno de los brazos.
Escuchamos el estruendo contra el agua y yo no podía creer
que Aleth se metiese en tantos problemas. No medie palabra antes de arrojar mi
bolso y correr hacia el agua, salte lo más lejos que pude ante el grito de
Freiya que obviamente juzgo impropio mi proceder. Nade a todo lo que daba mi
cuerpo, olvidándome algunas veces de respirar, llegue en pocos instantes al
lugar donde había observado el impacto de los cuerpos de las alumnas, detrás
venían los cuerpos de socorro establecidos para estos fines.
Respire hondo y me sumergí en las profundidades de las
aguas encontrándome con una de las estudiantes que arrastraba con mucho
esfuerzo otra figura. Me impresiono que fuera Aleth quien tuviera el empuje
para nadar si la que cayó de espaldas al agua fue ella. Nade con más ahínco y
tome a la figura inerte que cargaba consigo. Me di vuelta para nadar hacia
arriba, saque a la figura y con espanto note que Aleth no me había seguido.
Arroje a la pobre chica con el primer socorrista que vi y me hundí de nuevo en
las aguas, esta vez con una aprensión mayor en el pecho.
La encontré esta vez mucho más hondo y note que todo su
impulso consistía en salvar a su acompañante, dejo de luchar en cuanto la
arrebate de sus manos. Sentí un nudo en la garganta al comprender esto, pero no
iba a discutir sobre esto hasta que ella estuviese bien. La tome en mis brazos
y la lleve hasta la superficie del agua, allí los socorristas hicieron la labor
procedente, la subimos a la lancha dispuesta para este tipo de accidentes.
Pasó una hora mientras me comía las uñas, o bueno admito
que me cambie de ropa y estuve al pendiente de las dos estudiantes aunque solo
de una de ellas fuera mi secreta adoración. Cuando al fin salió Freiya de la
enfermería improvisada que teníamos en nuestra cabaña, su expresión tranquila
me arranco un suspiro de alivio.
-Solo porque esto pasa por angustia de una directora
eficiente no has podido ser más obvia Asura-
-Lo sé- Desvié la mirada. -Solo dime que está bien-
-Lo esta... apenas trago un poco de agua-
-Gracias al cielo-Me deje caer sobre la silla, un respiro
después de aquellos minutos nefastos de preocupación. No puedo creer que Aleth
me cause tales emociones.
-¿Te asustaste verdad?-
-Yo sabía que es propensa a los accidentes pero esto ya es
el colmo... ¡3 accidentes en menos de dos meses! Voy a envejecer pronto por
causa de esta niña-
-No puedo creer que te preocupen las arrugas... ¿crees que
si te salen pronto dejes de gustarle?- Esa sonrisa burlona que tanto detestaba
enmarco la cara de Freiya.
-No me hace gracia. La juzgas muy superficial-
-La verdad es que tienes muy buen ver… pero no la conoces
ni ella te conoce a ti… no se en que se basa su sentir-
-Llámalo amor a primera vista-
-Yo no creo en eso-
-Lo sé… yo empecé a creer en ello desde que la conocí- No
quise discutir más. Camine hacia la planta superior donde estaban las chicas.
Pensaba en no haber dejado pasar nada por alto como directora.
Clausuramos el evento de salto en caída libre, las
estudiantes se asustaron mucho con lo que paso. Ahora tenían la tarde libre
para integrarse, se estaban construyendo las fogatas y los chef preparaban los
aperitivos de la noche. Habíamos contratado músicos para el deleite de las alumnas.
Esos eran mis pensamientos cuando llegue al cuarto, la
verdad es que evadía a toda costa la idea de Aleth herida gravemente. Entre al
cuarto silenciosamente pero ella ya estaba despierta, sentí una alegría enorme
y al mismo tiempo, enojo.
-Aleth… ¡eso fue prácticamente suicidio! ¿Intentas matarme
de un susto?- Fue lo primero que dije al verla despierta, se me escapo por
causa de la tensión y al instante lo lamente cuando su sonrisa se apago.
Silencio, que horroroso silencio.
-Supongo que como directora sabrá castigar mi
impertinencia, mas deje fuera de esto a Giselle… todo fue mi culpa- Mencionó
secamente sin mirarme, viendo con preocupación a la chica que yacía dormida
dándonos la espalda.
Eso me desarmo por completo, no sé si el hecho de que me
tratase así o los celos que sentí al ver que en todo momento encubría a la otra
chica. -No Zyden… ella no escapara de la sanción a lugar, ni tú tampoco- Si
ella podía ser fría, yo lo era el doble, me tocaba el orgullo.
La vi tensar la mandíbula, la mire con detalle y entonces
comprendí que estaba tragándose el llanto porque sus pupilas se humedecieron.
Fuerte, pero seguía siendo joven y sensible ¿Cómo pude olvidarlo?
Me temblaron las piernas pero pude llegar a su lado, me
senté en la cama y con mis manos tome su barbilla muy suave. -Lo siento…- Dije
con ternura mientras atraía su rostro para que me mirara. -Me asusto tanto…
paso por mi mente la posibilidad de perderte y no lo soporte- Sus ojos se
ampliaron y las lagrimas bajaron por su cara. Entonces las seque con pequeños
besos, pronto me rodearon sus brazos, me atrajo contra sí.
La retuve todavía con miedo de perderla, también
sorprendida por su reacción y por mis propias palabras. Nos separamos
levemente, me incline hacia ella y junte mis labios con los suyos, me beso con
pasión, con desesperación, pero yo la calme con movimientos suaves… lentos.
Volvimos a la realidad, yo recordé a su compañera en la
cama contigua. Freiya tiene razón por ella pierdo la cordura. Acaricie su
mejilla. -Cuídate más por favor- Un bello sonrojo en su cara y una sonrisa
maliciosa apareció en mi rostro.
-Si… lo intentare- Dijo aun mas apenada. Escuchamos los
ruidos de su amiga despertando y yo me levante como si me quemara la cama.
-¿Se encuentra mejor señorita Romanov?- Volví a mi pose de
directora al instante.
-Estoy bien… gracias Tredyan-sama- Se levanto de la cama y
realizo una venia respetuosa ante mí muy al estilo japonés, aunque fuera
Europea. Sus ojos verdes, su cabello rojizo, su tez pálida, una joven exótica.
Tengo serias razones para preocuparme del que Aleth este rodeada de mujeres tan
bellas. -Les pido me disculpen me gustaría irme ya de la cama- Añadió con una
sonrisa maliciosa y una mirada intensa a Aleth.
Esto me puso en alerta, no dude en mirarla fríamente
marcando territorio. -Puede hacerlo, no dudo que se encuentra bien-
-Mejórate pronto amiga- El guiño que le hizo a su amiga no
me gusto nada, me contuve, luego realizo una venía respetuosa para mí. -Con su
permiso- La vi salir siempre dirigiéndole una mirada agreste.
Me volví para estar al lado de Aleth que me observaba
extrañada por mi actitud sin embargo no daría explicaciones al respecto, de
ningún modo admitiría mis celos. Acaricie su mejilla en medio del agradable
silencio, volví a robarme esos labios de los que me hice adicta. Ella respondía
fogosamente a mi deseo, más intenso con el pasar de los segundos, el sonido de
una puerta y un ups de parte de Freiya me enfriaron los bríos por completo.
Aleth por otro lado se puso pálida de la impresión.
-Err… lamento la interrupción, solo venia a verificar el
estado de Zyden- Ese tono inocente no me engañaba.
-Aleth, no temas ella sabe perfectamente lo que pasa-
Murmuré levantándome de la cama y mirándola fríamente ¿Por qué interrumpió? Se
bien lo hizo adrede. -Como puedes ver ‘querida’ amiga ella está más que bien-
-Eso veo… más me parece impropio de la directora esta clase
de conductas- Sonrió maliciosamente mientras mi Aleth adornaba su cara con
finas variedades de colores.
-Aun mas impropio de la Sensei fisgonear detrás de las
puertas- Respondí con la misma expresión gélida de hace un rato.
-Asura… no es que esté de acuerdo con esto, pero aun así no
puedo dejar que te aproveches de una alumna cuando está convaleciente- Se cruzo
de brazos.
-Ella no hace nada que yo no consienta Tsukawa Sensei- Esa
voz segura me helo la sangre y me lleno de orgullo al instante.
-Eres igual de terca que ella Zyden… pero sigues siendo una
niña-
-No lo soy Sensei… yo tengo muy claros mis sentimientos- Hubiera
dado todo lo que tengo para tomarle una foto a la cara de Freiya.
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Que forma tan exquisita tienes de escribir, me encanta tú historia, me tiene completamente atrapada, felicidades, un abrazo
ResponderEliminarCada día que leo me emociono mas; en verdad he de reconocer que eres megamente genial todas las historias que publicas es atrapante. Besos agradecidos por la historia, atte Maria.
ResponderEliminarPD. Estaria mas que feliz y publicas un cap mas de danza entre lobos (lo extraño tanto tanto u.u)
Sin palabras simplemente genial!!!!! ^^
ResponderEliminarDefinitivamente me ha llamado mucho la atencion esta historia, y como siempre queriendo mas,mas y mas. Excelente trabajo, continua así Cristal.
ResponderEliminarBesos,
C.
Nada q decir solo q m tiene atrapada y en espera de mas
ResponderEliminarSe pone interesante, me gusta la personalidad de Asura n.n
ResponderEliminarSimplemente GENIAL !!!!!!!!!
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