Qué estoy sintiendo? - M.G.M - 7

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Esta última semana en la escuela ha sido muy aburrida, los exámenes me han tenido ocupada y con respecto a Abril, cada vez está más con Judith, lo que no debe de molestarme, al fin de cuentas no somos nada, y ella es su amiga y es normal que pasen tiempo juntas, y para colmo mi madre quiere que conozca a un nuevo pretendiente, después de lo de Emilio creí que me iba a dejar en paz, pero creo que no será así, lo mejor será que se lo diga de una vez, tendré que decirle que no.

Hoy por la mañana recibí la llamada de mi madre informándome que el sujeto que le agrado para yerno llegara esta tarde y que es probable que mañana venga a verme, a decir verdad no tengo ganas de conocerlo pero tal parece que no tengo de otra, sería más fácil si le digiera a mi madre que no importa a quien mande, no me gustara el sujeto, y lo peor es que quien sale perdiendo es el pobre hombre que sea el nuevo blanco de mi madre.

En el salón los alumnos han estado tranquilos, después de los exámenes se relajaron un poco y Abril no ha venido en toda la semana, la verdad estoy un poco preocupada, pero me comunicaron que fue a ver a una tía enferma, espero que regrese pronto, el no poder ni siquiera verla en la escuela no me gusta, es desesperante el no tenerla aunque sea cerca.

-Sam, podrías ir a comprar fruta.

La casa era un desastre, Samanta pasa más tiempo en mi casa que en la suya, lo peor que termina con todo, ensucia y no recoge, es desesperante tenerla, aunque sé que lo hace para que no me sienta tan sola.

-Sí, ¿Qué tal la escuela?

-Igual que siempre- me senté en el sillón y me quite los molestos zapatos.

-Aun no regresa tu Noviembre.

La mire con fastidio- No se llama así.

-Lo sé, lo sé, es ¡Abril!

-Pero no lo digas de esa forma, ya ve a traer lo que te pedí.

-Vale mamá.

Salió de la casa y se fue a traer la fruta, sin ella la casa era mucho más tranquila y duele reconocerlo pero también se sentía bacía.

Tocaron la puerta, pensé que sería Samanta que olvido algo, así que me apresure a gritar- ¡ahora que se te olvido niña distraída!

Abrí la puerta y en lugar de mi distraída hermana se encontraba allí un  muchacho, con un traje demasiado elegante. Mis mejillas se ruborizaron, después de que lo confundí con Sam, no supe  que decir solo me quede viéndolo como una tonta, y supongo que creyó que lo era.

-Lo siento, soy Marcos, tu madre me dijo que te gustaría que nos conociéramos.

-Bien, mi madre suele hacer eso siempre. Lamento decepcionarte pero no me interesa conocer a alguien en este momento. Sé que mi madre debió de haberte hablado maravillas de mí, pero todo lo que te haya dicho es completamente falso.

-Tu madre dijo que eras bonita, y no se equivocó, lo eres más de lo que esperaba.

-Bien, eso es bueno, gracias…

-Marcos, soy Marcos.

-Marcos- extendí la mano para saludarlo como se debe- soy Daniela. ¿Quieres pasar?

-Si claro.

El joven entro, bueno sea lo que sea mi madre tiene buen gusto en hombres, este chico no era nada feo, parecía educado y agradable.

-Deseas algo de tomar.

-Agua estará bien.

-Ok, regreso en un segundo.

Él se sentó en el sofá, y comenzó a ver algo en la mesita de centro de la sala.

-¡Listo!- le di un vaso de agua y me senté a un lado de él.

-Gracias- tomo un poco de agua y después dijo en tono serio-  “Ángel elegante”, no sabía que te gustara eso.

-¿Perdón?- mi cara era de desconcierto no sabía de qué me estaba hablando, hasta que el levanto de la mesa una de las películas que me había dado Ricardo. Me puse un poco roja y de inmediato conteste- No eso no es mío, es de un amigo, que  las olvido aquí.

-Vez películas porno con tu amigo.

-No, yo  no, veo películas con mi amigo, el viene a verlas aquí, porque teme que su novia en turno se dé cuenta, la verdad a mí no me gusta ese tipo de cine.

-Entiendo- tomo otra caja de la mesa y después de verla durante un rato se animó a hablar mientras yo pensaba en la forma perfecta para asesinar a Ricardo.- Esta parece interesante, “Chicas divirtiéndose”.

-Tiene un título prometedor, pero no sabría decirte si es buena o no, yo no la he visto.

-Estas algo roja, ¿te encuentras bien?

-Sí, algo apenada pero descuida estoy bien.

-Y escuche que eres maestra.

Agradecí su cambio de tema, la situación era un poco incomoda.

-Sí, soy maestra.

-Debe de ser muy interesante, enseñar a los jóvenes.

-Sí, es interesante.

-Supongo que tus alumnos deben de estar encantados de tener una maestra tan linda.

-Bueno, eso deberías de preguntárselo a ellos.

-Yo en su lugar lo estaría.

Comenzó a sonreír amablemente, su sonrisa era linda, después de todo este no parecía tan malo como los anteriores.

En eso la puerta se abrió, y Sam cargada de bolsas apareció en la sala.

-Dani aquí esta lo que me pediste, porciento me encontré a la chica que intento violarte, me pregunto por ti, le dije que te gustaría volverla a ver- bajo las bolsas y noto a Marcos y mi cara que le gritaba “cállate tonta”- hola- dijo Sam tímidamente.

-Hola- contesto Marcos levantándose para saludarla- soy Marcos.

-Sam, la hermana de Dani.

-Sam, que bueno que llegas tú sabes que hace esto aquí- señale a las películas porno.

-Mientras trabajabas las vi en un cajón y decidí ver que tan buenas estaban, Ricardo dijo que eran muy buenas.

-Ok, eso lo explica. Pero Marcus, mi hermana estará feliz de atenderte yo tengo una reunión con unos compañeros sobre los exámenes y los métodos de evaluación, pero ustedes diviértanse, hablen sobre porno o que se yo, adiós.

Salí de la casa y me fui al parque.

La verdad deje las cosas algo incomodas entre mi hermana y el tal Marcos, pero sé que Sam sabrá salir de esta, además note que él no le quitaba los ojos de encima a las películas, tal vez se pongan a verlas juntos.

Mientras caminaba por el parque no pude  no recordar la primera vez que vi a Abril, recuerdo como se encontraba a lo lejos con ese chico, que parecía ser su novio, aunque se notaba que discutían.

Me pregunto que estará haciendo.

Al regresar a mi casa me encontré con que mi hermana y mi pretendiente estaban viendo las películas que me había dado Ricardo, estaban sentados en el sillón comiendo palomitas mientras deleitaban sus pupilas con  un trio entre dos chicas y un repugnante sujeto con un pene gigante.

-Dani no quieres ver la peli.

-No Sam, yo estoy bien así, me voy a mi cuarto, solo sierra cuando salgas, Marcos, espero que disfrutes de la película con mi hermana.

Me fui a mi cuarto y los deje que disfrutaran de la película que los tenía tan entretenidos.

Mi cuarto era un tanto aburrido, recostada en la cama no pude no notar que la pared era muy simple, tenía un color blanco que era aburrido- debo de pintarla- dije para mí misma mientras leí un libro que estaba aplazando por falta de tiempo “el lado ciego del amor”, esa era la historia que disfrutaría. Leer las historias es bueno, aunque a decir verdad vivirla sería mejor.

-Sam,  ya es tarde.

Baje a la sala en donde se encontraba Sam y Marcos, los ruidos eran un poco extraños, pensé que esos gemidos eran de la película que estaban viendo, pero al llegar encontré a Samanta poniéndole con Marcos.

-Samanta Vanesa Botello, ¿Qué demonios haces?

-Dani, yo, no es lo que parece.

-No estas teniendo sexo con este tipo en mi sofá- dije sarcástica mientras mí boca se abría de la impresión y comencé a hacer muecas de asco que era lo único que me provocaba la escena.

-Entonces si es lo que parece- sonreía tratando de excusarse, mientras  Marcos se ponía los calzoncillos y buscaba desesperado el resto de su ropa, mi hermana no hacía nada por taparse solo sonreía mientras el tipo se moría de la pena.

Tal escena me hiso reír, y mi hermana con su sonrisita y la cara de picardía que tenía, era como la vez que mamá la sorprendió con su novio en su cama. Las dos comenzamos a reír mientras él nos miraba como si estuviéramos locas.

-Yo… lo siento Daniela, perdón.- Marcos se excusaba mientras se ponía los pantalones y salía como bala.

Samanta y yo no paramos de reír.

-¿Estuvo bueno?- pregunte mientras me sentaba en el sillón de al lado.

-No tanto, pero es tierno- se ponía su ropa con toda la calma del mundo- mamá escogió uno bueno para ti.

-Descuida, te lo sedo si lo quieres es todo tuyo.

-Vamos Daniela- me abraso mientras aún estaba en calzones- deberías de salir un poco, date la oportunidad de conocer a alguien, olvida a Agosto.

-No se llama Agosto- me quede pensando en lo que dijo mientras esta seguía aferrada a mi cuello- ¡Sam! Soy lesbiana pero eres mi hermana y no me causas atracción, al contrario me das cosita como horror, vístete.

-Brincos dieras- se fue con una cara de ofendida que ni ella misma se la creyó.

La sala era un desastre, había palomitas tiradas por todas partes, y una de las películas seguía  en reproducción.

-Samanta ¿crees que soy mojigata?- pregunte con un tono un tanto triste.

-No Dani, no eres mojigata- se quedó meditando en que decirme para no hacerme sentir mal- sensata, eso es lo que eres, sensata.

-Sensata- dije algo desanimada- eso no es mejor.

-Claro que es mejor, mira tú eres mi hermana mayor, eres sensata, y estas allí cuando te necesito, si las dos fuéramos de vida alegre la familia sería un desastre.

-Supongo que eso es cierto, pero quisiera hacer algo sin pensarlo.

-¿Cómo tirarte a una alumna?- la sugerencia de Sam era en referencia a Abril, y lo que más me asustaba era que tenía razón si lo quería.

-Tal vez.- dije  tratando de sonar bromista aunque fuera lo que más quisiera, no tirármela en sí, pero me gustaría conocerla, saber más de ella y comenzar tal vez una amistad.

-Daniela, prométeme que si esa chica se llega a interesar por ti por alguna razón vas a actuar con el corazón y no con la lógica- tomó mis manos y entrelazo nuestros dedos de la mano derecha como cuando éramos niñas y hacíamos un juramento.

-Te lo juro- accedí al juramento con Sam, porque sabía que era imposible que algún día eso sucediera.

Tomo sus cosas y se marchó a su casa.

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