Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

Qué estoy sintiendo? - M.G.M - 12

12
Entré a la casa mientras aun me encontraba emocionada de lo que paso con Abril, sentía que mi corazón no para de correr muy rápido. Todo había sido genial, la conversación, la plática, sé que ella lo decía de broma.
“Tener un hijo”
Su imaginación y creatividad es lo que más me gusta de ella.
Llegue temprano a la escuela, todo se miraba muy bien, los alumnos estuvieron tranquilos, incluso salude a Raúl en la mañana.

Al entrar  a su salón la vi, sentada en su lugar platicando con Judith estaba feliz, sonriendo, la vi por unos segundos hasta que llegue al escritorio.
-Buenas tardes chicos, para comenzar quiero que contesten las preguntas de la página 233.
Pase lista y ellos siguieron trabajando, al final recogí libretas como siempre para revisarles.
Los trabajos no estaban tan mal. Al revisar el suyo pude ver que todo estaba perfecto, al final había  una nota “café del centro a las 5 si, no”, en la opción si, dibujo una carita feliz, en la opción no dibujo un plátano, levante la vista y la vi, miraba por la ventana las nubes que aparecían en el cielo, decidí quitar la nota y la guarde en mi bolso.
Entregue las libretas, busco la contestación, pero no encontró la nota, en cuanto se distrajo deje mi respuesta en su banca un enorme sí.
-Saldrás con ella hoy- decía Sam mientras comía palomitas viendo una película que para mi gran sorpresa no era porno, ¿se sentirá mal? Pensé sin decir nada.
-Sí, iremos a tomar café, tú me dijiste que lo hiciera.
-¿Tú la invitaste?- pregunto sorprendida.
-No, ella lo hiso.
-Eso quiere decir que le interesas- dijo mientras arrojaba una palomita para atraparla con la boca.
-No, eso quiere decir que quiere que seamos amigas. Además anoche hablamos sobre hijos.
-¡Te propuso matrimonio!- exclamo con asombro dejando de lado la película y centrando su atención en mi contestación.
-No, bueno, dijo que le hiciera un hijo. Además comento que le gustan mis ojos, aunque solo bromeaba.
-Le gustas- se levantó y se sentó a mi lado en el otro sofá-  está enamorada de ti. Pero aun no me la presentas, necesito conocerla, saber si te merece o no.
-No, no creo que le guste, solo es amable, y sobre qué quieres conocerla, no lo creo, por ahora no.
-¿Qué más hicieron en su cita?- comenzó con su acoso.
-No fue una cita, solo una salida amistosa. Y cantamos, ella canta hermoso, cantó la canción esa de Sinbandera, la de te vi venir.
-Esa canción es de amor- comenzó a mover las cejas ya moverme con pequeños golpes en el hombro.
-Sí un poco, pero su voz era maravillosa.
-¿Cuál cantaste?
-Volverte a ver de Chenoa.
 -Uy, esa también es de amor, además como que te queda, la conociste, o más bien la viste y te enamoraste, desde esa ves en el parque, desde entonces soñaste volverla a ver y entre sus brazos te sientes bien, cuanto esperaste volverla a ver- Sam estaba citando la letra de la canción de una manera exageradamente dramática mientras movía sus brazos a los lados como si estuviera espantando moscas, supongo que quería verse romántica aunque más bien daba miedo.
-Exagerada- le di un cojinazo en la cabeza para que se detuviera.
-Vamos no lo niegues.
-Tal vez, pero no tarde tanto en volverla a ver, de hecho la conocí oficialmente al día siguiente.
-Si pero la canción queda muy bien- seguía moviendo los brazos hasta que le arroje un puñado de palomitas.
-Pero ella salía con una tal Mariana.
-Te hablo de sus ex preguntó con un ceño de disgusto.
-No exactamente, lo escuche. Pero tal vez sale con Judith, las vi en la escuela, muy juntas y sonrientes.
-Antes o después de que te invitara.
-Antes.
-Pero aun así te invito, así  que no creo que salgan, acepta tu felicidad, ¡vamos! Alégrate ¡me harás ganar la apuesta!- dijo imaginándose con su recompensa en las manos- Un momento- dijo pensativa- ¿Y si esa chica sale con las dos?
-No, no lo creo, no es capaz de eso.
-En ese caso, solo concéntrate en levarla a la cama- dijo giñando un ojo.
-¿No deshicieron la apuesta?- pregunte con reproche por su osadía, me molestaba que me usaran para divertirse, es como si no tuvieran nada con que divertirse y solo les quedara mi vida “oh, apostemos a ver cuánto dura Daniela sin sexo” “Apostemos si se queda soltera con 1953 gatos”.
-No, pero si yo gano te conviene.
-Sam, eres una…
El timbre salvó a mi hermana de un regaño.
-Hola Daniela, puedo entrar- como siempre Ricardo pedía permiso para entrar cuando ya estaba adentro.
-Ya que- conteste serrando la puerta tras él.
Sam y Ricardo se quedaron viendo de una forma muy sospechosa, no decían nada, solo se miraban y sonreían. Hasta que finalmente él se sentó en el sillón donde yo estaba, así que me fui a un lado de Sam.
-Que tal la cita de anoche- pregunto tomando un puñado de palomitas que le ofrecía.
-Hablaron de hijos y cantaron canciones de amor- contesto Sam con excesivo sarcasmo.
-Wow, así que son novias- dijo Ricardo arrojando una palomita para cacharla con la boca como Sam lo había hecho anteriormente.
-No, no somos novias, solo cantamos y charlamos- conteste dándole un codazo a mi hermana.
-Pero se gustan, y saldrán en dos horas- comunico la chismosa de Samanta.
-¿Vendrá aquí para conocerla y ver si te merece o no?- Ricardo decía lo mismo que Sam había dicho hace un momento, eso me comprobaba que son demasiado iguales.
-No, la veré allá.
-¿Es guapa?- preguntó mientras Sam le arrojaba palomitas por su pregunta.
-Sí, mucho- conteste con toda sinceridad.
-Yo la vi de espaldas y tenía buena pompa-  completo Sam antes de ser atacada con proyectiles de maíz.
-Yo juzgare si es guapa o no- contesto Ricardo con tono de superioridad.
-Oigan, ustedes dos se traen algo, andan muy juguetones- dije indagando lo que podría estar sucediendo.
-¿Se lo decimos?- pregunto Sam a Ricardo.
-Sí quieres, sería justo que lo supiera- contesto él muy serio.
Por su conversación mis sospechas de un romance entre ellos crecían.
-Daniela- dijo Sam respirando muy hondo- estamos saliendo.
-¡Son novios!- dije con tono meloso.
-No oficialmente- continuo mi hermana- estamos saliendo, para ver qué pasa.
-Sí, no queremos apresurar las cosas- prosiguió Ricardo.
-Ok, vale, de acuerdo, estoy feliz por  los dos, ojala que les vaya bien, no se pongan el cuerno, y se los digo a los dos, los conozco.
Ellos solo se miraban y sonreían. Se veían tan lindos, no puedo negar que me encantaría que ellos terminaran juntos, eran tal para cual con las mismas mañas y trucos, ambos locos, la pareja más pervertida del mundo, adictos al porno, los dos me molestan.
La hora en la que encontraría a Abril en el café se aproximaba, salí en el coche a las cuatro y media para que me diera tiempo de llegar.
Eran las 5:15 y ella no aparecía, tal vez me dejaría plantada, espere y cada minuto parecía eterno, 5:20 y pensé que no llegaría hasta que la vi correr atravesando la calle.
-Lo siento, se me hiso algo tarde, cosas de mi madre.
-Descuida, lo entiendo, mi madre a veces es molesta- la salude con un beso en la mejilla.
-Si las madres son difíciles, pero la mía se pasa.
Un mesero se acercó para tomar la orden.
-Capuchino de vainilla- dijo sonriéndole al mesero.
-Café late descremado, por favor.
El joven se fue para regresar unos minutos después con las bebidas.
-Muchas gracias- dijo Abril al mesero que le contesto con un giño y una sonrisa.
-Tienes pegue- le dije cuando el joven se fue.
-¿Por?
-Coqueteo contigo- le dije antes de tomar de mi café.
-¿Enserio?, no lo note- dijo indiferente al chico que observaba desde la caja.
-No lo culpo.
-¿También me coquetearas?- preguntó moviendo las cejas de forma picara.
-No eres tu quien quiere que yo le haga un hijo- conteste dejando mi taza en la mesa.
-No crees que hay mucha gente- dijo mirando a los lados- pero si tú quieres…
Sonreí ante su cara de seducción tan exagerada.
-No seas tan adorable- le dije  acomodando un mechón de su cabello detrás de su oreja.
Sus ojos se clavaron en los míos, y sus labios se entreabrieron para mostrarme una sonrisa.
-Lo siento- dijo antes de desviar la mirada a la ventana.
-Descuida, yo lo siento si te incomode.
-No, no me incomodas al contrario- dijo tomando de su taza.
-Y tu madre te desespera- dije cambiando de tema.
-Sí, ella no me acepta, es duro para ella- dio un sorbo con cuidado a su café- cuando se lo dije, me golpeo, me dio una cachetada que me tiro al suelo para después gritarme “preferiría que fueras puta”, puede que no lo tomara bien verdad- dijo sonriendo secamente.
-Lo siento, debió de haber sido difícil- tome su mano con fuerza- ¿aún sigue igual?
-No del todo, mi papá me ayuda con ella. Él es su lado opuesto, pero sé que algún día lo entenderá, o eso espero- sus ojos reflejaban tristeza, era horrible verla así, me estire y le di un abrazo.
-Detesto verte triste- le dije cuando la solté- tu sonrisa es divina y me encanta verla, sonríe.
-Gracias- sonrió- ¿quieres subir y bajar?
-¿Perdón? No entiendo que me propones.
-¿Terminaste?
-Sí.
-Vamos- llamo al mesero y pago la cuenta de las bebidas sin darme tiempo de nada.
-Abril, ¿A dónde vamos?
-A subir y bajar- me tomo de la mano, nos fimos por una calle y legamos a un parque, nos dirigimos a la zona de juegos infantiles, nos detuvimos frente a un subibaja de color rosa y dijo- ¡juguemos!- se sentó en uno se los extremos del juego- vamos no peso tanto como crees.
La complací y me subí al otro extremo.
Cuando subía decía “yupi”, como si fuera una niña pequeña. Oírla tan feliz me alegraba, aunque las alturas no son mi fuerte.
-¿Por qué no festejas cuando estas arriban?- pregunto de pronto.
-No soy una niña- conteste dándole a entender que ella sí lo era.
-Vale, te dan miedo las alturas.
-No- dije indiferente.
-Ok- cuando llego  abajo se puso dura suspendiéndome en el aire- ¿segura que no temes?- dijo mientras se acomodaba para permanecer más tiempo en esa posición.
-Vale les temo- grite guiada por el miedo.
-Lo sabía, lo siento- se levantó lentamente hasta que quedamos a la misma altura- cambiemos de juego- se levantó me tomo de la mano y me llevó hasta la resvaladilla más alta.
-¡Dios! No podré subir es muy alto.
-Lo supuse- me tomo de las dos manos- pero no lo harás sola, yo estaré contigo- acaricio mi mejilla- no dejare que te pase nada.
Sus ojos me absorbieron por completo –Vale, solo si estarás conmigo.
-Nunca te dejare.
-Pero tu primero.
-Vale, pero vienes conmigo- subió los escalones, cuando avanzo lo suficiente la seguí- no mires nada que no sea mi trasero- me dijo cosa que ni tarda ni perezosa realice con placer, como bien dicen si la vida te da la espalda… aunque en este caso no podía, si no me sostenía corría el riesgo de caer, aunque valdría la pena por su trasero.
-Es muy alto- dije mientras mis ojos seguían clavados en la forma de sus redondas pompas.
-Pero llegamos- me dio la mano y subí con ella el último peldaño, al estar en la sima ella se sentó para tirarse- vamos- dijo haciéndose hacia adelante para que me sentara con ella, me senté detrás de ella- vamos- se dejó caer y me tomo de la mano para que me deslizara con ella. Entre mi temor la sujete de la cintura sin darme cuenta, mientras ella decía- yo te cuido, no temas, disfruta.
Sentí el viento que movió mi cabello y abrí los ojos, el miedo se esfumo pero no desaproveche la oportunidad para seguir aferrada a ella.
-¿Estas bien?- pregunto al llegar al fin de la resvaladilla.
-Sí, gracias- después de unos segundos me di cuenta que aún no la soltaba por ello no se paraba- lo siento- dije después de soltarla.
-Descuida, ¿funciono lo de mi trasero?- pregunto sonriendo.
-Sí bastante- conteste algo sonrojada.
-Vamos al mundo- dijo tomándome de la mano y llevándome de nuevo.
-¿Cómo que al mundo?- pregunte confusa.
-Te marearas- dijo sonriendo.
Me llevo a un juego que consistía en una esfera de metal en la que te metías, adentro tenía un manubrio que al girarlo movía el juego.
-Dijiste que me marearía- reproche mientras  girábamos lentamente el manubrio.
-Estaba siendo compasiva- comenzó a girar el manubrio con mucha más fuerza, lo giro lo más rápido que pudo- suéltalo- me dijo.
Al soltarlo la esfera comenzó a girar más rápido, mientras ella y yo chocábamos en el interior.
-Así está mejor- dije, mientras ella se sostenía de un extremo del juego.
-Vale- contesto para después darle más vueltas al manubrio para aumentar aún más la velocidad.
-Te marearas- le advertí.
-No importa, me levantas del suelo.
-Pero estaré igual- repuse mientras le ayudaba a aumentar la velocidad.
-Bueno nos acompañamos en el suelo.
Después de quien sabe cuántas vueltas, nos detuvimos y salimos lentamente del juego por que unos niños querían entrar.
-Creo que me caigo- dijo balanceándose.
-¡Cuidado!- trate de detenerla, pero mi mareo no ayudo y termino llevándome con ella al suelo.
Su cuerpo callo sobre mí, mientras ella seguía desorientada, cuando se recuperó un poco nuestras miradas se unieron, sus ojos eran dos esmeraldas que no podía dejar de admirar. Sus labios se acercaron un poco, yo deseaba que llegaran a los míos, pero se detuvo poco antes.
-Lo siento- se paró de prisa y me dio la mano para ayudarme.
-Descuida- dije aceptando su ayuda.
Ella parecía apenada por lo que casi pasó, yo sentía decepción, si hubiera tenido el valor de acercarme para acelerar el encuentro, otra cosa hubiera pasado.
-Nos sentamos- sugirió.
-Claro- nos dirigimos a una banca a contemplar a los niños que jugaban.
-Tenía mucho que no me divertía así- dije viendo a una niña en un columpio.
-Yo igual- se acercó a mí y me dio un abrazo- lo siento- dijo al soltarme.
-¿Por?
-Por no ser fuerte.
-No te entiendo- dije desconcertada.
-Soy mujer, eso es normal- dijo sonriendo.
-Creí que entre nosotras nos entendíamos- dije con tono de ofendida.
-Ahora, ni yo misma me entiendo- apoyo su cabeza sobre mi hombro.
-Tranquila- dije mientras jugaba con su cabello.
Después de estar sentadas por un rato el cielo comenzó a hacerse más oscuro.
-Te llevo a tu casa- ofrecí mientras nos levantábamos para irnos.
-No quiero molestarte-dijo un poco apenada.
-No es molestia, además podría ser peligroso que una chica linda ande sola por la noche- dije tomando su mano para caminar.
-¿Enserio?- preguntó seria.
-Sí, hay muchos psicópatas por allí, no viste las noticias, todo lo del caníbal de La guerrero, la mata viejitas, él mocha orejas.
-No, no me refería a eso, y ¿por qué le temería yo a la mata viejitas?
-Era un ejemplo, pero ¿a qué te referías?- dije mientras cruzábamos la calle.
-Me refería a si crees que soy linda.
-No lo creo- dije mientras observe algo de tristeza en su rostro- lo afirmo.
-Ahora seré yo quien te pida que no seas tan adorable- dijo sonriendo mientras subía al auto.
La lleve a su casa, nos despedimos con un abrazo rápido y entro a su hogar, y yo me fui al mío.
Mi casa estaba hecha un desastre, Ricardo y Sam dejaron palomitas por toda la casa después de su pelea, pero no me quise molestar en recoger, me di un baño y me metí a la cama.
Mientras observaba la pared sin vida de mi cuarto “Debería de pintarla, para darle más vitalidad, como Abril a mi vida”


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La Teta Feliz Historias y Relatos ® M.G.M - Derechos Reservados
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2 comentarios:

  1. Va súper espero el siguiente capitulo sentada estar parada caansa jaja jaa

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  2. Estos capitulos son muy interesantes, esperando el prox cap con ansias ^^

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