Capítulo 6:
Amanda había resuelto todos sus pendientes y decidió pasar la tarde con
Karina. Quería de ahora en adelante disfrutar de más tiempo de calidad con
ella, hacer cosas que aunque parecieran cursis y estúpidas, las llegara a unir más.
De alguna u otra manera sabía que había cosas que no estaban funcionando en la
relación, por otra parte sabía que había otras tantas que no eran correctas,
había días que simplemente quería hacer lo correcto y lo que deseaba. No estaba
segura de muchas cosas, pero quería poner un poco más en la relación con Karina
y entonces…estar segura, segura que estaba completamente equivocada; equivocada
por pensar que Karina era la adecuada o por pensar que no lo era.
El celular comenzó a sonar y Amanda respondió. – Sí.
- Hola preciosa. –dijo Karina con emoción.
- Hola guapa. – respondió Amanda con una gran sonrisa.
- ¿Cómo estás?
- Genial, con mucho trabajo, de aquí para allá, pero todo
excelente.
- Eso me alegra, ¿estás en casa?
- No, voy en el auto de camino para tu casa. – respondió un
poco confundida.
- De eso quería hablarte, es que me surgió un asunto inesperado
querida y no estaré en casa, sino que tendré que estar en la oficina y...
- Pero podría entonces llegar a la oficina, ayudarte y
esperarte. – la interrumpió Amanda.
- Es que no creo que sea buena idea, tendré varias
reuniones, así que no estaré disponible y simplemente quiero dedicarte todo el tiempo
a ti amor. – se apresuró a decir. - Nos podemos encontrar en la noche en el
club para el cumple; si quieres vamos a casa y pasas la noche conmigo.
Amanda dudó mucho de los compromisos de Karina, era su costumbre, pero no reclamó,
ni le comunicó su malestar; simplemente permaneció en silencio y respondió. –
Si, como quieras.
- ¿Estás enojada hermosa? - le preguntó.
- No como crees, entiendo que siempre tengas cosas tan
importantes que hacer. – le dijo con gran cinismo.
- Lo siento, prometo que te compensaré esta noche.
- No hay problema…entiendo. – respondió poniendo los ojos
blancos y respirando sonoramente.
- Gracias, te quiero guapa.
- Chau Karina, te veo en la noche. – y cortó la llamada.
Este era el cuento de nunca acabar…Amanda siempre era la de los detalles,
la que ofrecía su tiempo, no el que le sobraba, sino simplemente su tiempo. Era
la que escuchaba, la que entendía, la que siempre permanecía, la que esperaba
aunque Karina tuviese una excusa para todo…sus amigas, el trabajo, la familia,
la vida, era así como se iba la vida, entre excusa y excusa y entre compromiso
y compromiso y con ello…se escapaba el tiempo.
Estaba bastante cansada y enferma de esta situación, no quería parecer una
novia loca psicópata, pero estaba segura que no pasaría del día de hoy que lo
supiese, así que como estaba cerca de la oficina de Karina pasaría por ella,
solo para verla un segundo si era posible; era todo lo que necesitaba.
No tardó mucho en llegar a la empresa y muy natural entró hasta encontrase
con Belinda, la hermana de Karina.
- Hey Amanda, pero que gusto tan exquisito encontrarte por
aquí. – le dijo besando su mejilla y ofreciéndole un abrazo.
- Sabes que el gusto siempre es mío nena. – respondiendo el
beso y el abrazo.
- ¿Cómo estás?, aunque por tan solo verte, te ves más que increíble.
- Gracias, lo mismo digo de ti. Te ves espectacular.
- Si, ahora más que por fin logré hacérmelas. – y tocó sus
senos sin ninguna vergüenza.
Amanda la miró y se rio porque conocía a Belinda hacía mucho tiempo;
incluso antes de que Karina y ella fuesen novias y sabía que era muy indiscreta
y el pudor no era una buena virtud en ella.
- Si, imagino que debes estar más feliz que un perro con
dos colas.
- Sí, es que estoy tan feliz que no quepo, bueno ellas ya
tampoco me caben mucho dentro de la camisa, pero estoy feliz. – terminó
riéndose. - ¿Quieres verlas y ver la perfección antes tus ojos?
Amanda la miró un poco confundida y más incómoda, pero no respondió.
- Vamos, quita esa expresión de espanto, es broma.Bueno
siempre habían sido lindos, si los hubieses visto antes, te hubieses enamorado
de mí y no de la idiota de mi hermana. Y yo hubiese tenido que romper tu
corazón, porque solo te podía utilizar como objeto sexual, entonces tú te
hubieses puesto tan mal que andarías en las calles sola, triste y abandonada y
mi conciencia no me dejaría vivir por eso.
- Eres tan presumida. – le dijo con una ceja arriba.
- Si lo sé y me gusta. – y le sonrió como agradeciendo el
cumplido. - ¿Y qué haces acá?
- Vengo por tu hermana.
- Bueno no está aquí, no la he visto el día de hoy y me pareció
que llamó para decir que tenía algunos asuntos que resolver.
Amanda permaneció en silencio y tuvo una expresión de total confusión que trató
de apartar rápidamente y no demostrar que estaba completamente desilusionada
con toda la situación.
- ¿Todo bien?
- Sí, todo estupendo.
– respondió tranquilamente.
- ¿Segura?
- Por supuesto linda.
- ¿Quieres tomar un café conmigo?, aunque me gustaría más
unas copas, pero eres capaz de violarme consentidamente.
- Entonces no es violación. – rio Amanda.
- Ammm bueno, pero mentiría solo para despistar a la gente,
ya sabes una mujer tan decentita como yo.
- Sobre todo. – le dijo con una mueca de desaprobación.
- Maldita desgraciada, si lo dices así, la gente lo dudará.
- No es que lo duden, es que es verdad.
- Ya lárgate, en menos de 10 minutos me has bajado la
autoestima como si hubieses estado aquí 2 horas; tienes una capacidad tan
grande de hacerme sentir mal.
- Te prometo que nos tomaremos esas copas pronto, ahora
ando con un poco de prisa, pero separaré un día para ti.
- Ohhhh, que linda, ya hasta me olvidé que me ofendiste.
- Es un trato. – le sonrió.
- Perfecto. Karina debe estar en casa, así que supongo que
ahí la encuentres, porque aquí ni señas de ella.
- Sí, no te preocupes, si le hablas no le digas, quiero
darle una gran sorpresa.
- Como quiera su alteza.
- Gracias. – la besó en la mejilla y comenzó a caminar
fuera.
- Oye, ¿te hiciste el trasero? – le gritó desde lejos
Amanda levantó una mano en señal de una respuesta negativa y continuó su
camino fuera.
Estaba atormentada porque Karina no estaba, le molestaba su mentira, pero
no estaba dispuesta esta vez a simplemente hacerse la que no sabía. Decidió ir
a la casa de Karina y corroborar si la mentira era una mentira a medias o una mentira
total.
En el camino trató de apartar su molestia y pensar en otras cosas que le
trajeran un poco de tranquilidad para poder enfrentar la situación de una
manera diplomática. Su pensamiento fue asaltado por el recuerdo de Cristina y
las ganas locas que sentía de verla y estar junto a ella en este día, pero
simplemente no quería llamarla, ni verla antes que llegara la noche; aunque la
necesidad la estaba matando duramente.
Luego de varios minutos de viaje llegó a casa de Karina, lo primero que alcanzó
a notar fue que el auto de ella estaba estacionado en la entrada, así que era
bastante lógico pensar que Karina se encontraba dentro.
Tomó sus llaves de la casa y entró, todo estaba en silencio, parecía
totalmente desolado;decidió entonces subir las escaleras y pasar por los
dormitorios. Se sorprendió mucho al quedar cara a cara con una mujer que no
alcanzaba a reconocer, pero que con las fachas en las que andaba parecía que vivía
en la casa. Amanda la miró detenidamente, desde la punta de la cabeza hasta la
punta de los pies, la tasó sutilmente y devolvió su mirada hasta el rostro de
la mujer. Internamente se vio tomándola por el cabello, sacándola a la calle
casi desnuda y barriendo la calle con su cabello; pero respiróprofundamente, le
sonrió y le dijo. – Tienes unos dos minutos para desaparecer de mi vista.
- ¿Quién lo dice? – le preguntó con actitud prepotente.
- Lo digo yo…a menos que quieras que te lo repita una
segunda vez.
La mujer simplemente la miró con molestia,terminó bajando las escaleras y alejándose.
Amanda respiró profundo, cerró sus ojos y terminó de subir las escaleras hasta
llegar a la habitación de Karina. Se detuvo en la puerta y la miró sentada en
el borde de la ventana fumando un cigarro. Era una estampa bastante habitual
para ella, verla ahí fumando; claro que la conocía bien. Permaneció unos
minutos observándola; el ser negativo, vengativo y maligno que lleva dentro le
hizo sentir la necesidad de arrojarla por la ventana y cuando quedara con los
dedos juntos suplicando por la vida en el borde de la ventana, picarle uno a
uno sus dedos con un objeto punzante hasta que no se pudiese sostener…pero era
solo ese ser que ella apartaba y no dejaba que desarrollara y la poseyera.
- Hola.
Karina casi se tragó el cigarro al escuchar a Amanda y la miró con una
expresión que más podría ser de terror que de sorpresa. – Pero… ¿qué demonios
haces aquí? – gritó poniéndose de pie.
- Solo quería sorprenderte y ver cuán ocupada estabas. – le
dijo altivamente. – Y confirmé ambas.
- Joder, pero es que no confías en mí. – le dijo enojada.
- Razones de sobra tengo para no hacerlo, ¿no te parece?
- No, porque aquí no pasa nada, solo me sentí…un poco
indispuesta y me quedé en casa.
- Eres tan cínica Karina, eres toda una experta. ¿Acaso
tienes enfermera particular que te atiende casi desnuda? No me jodas, ¿sí? – respondió cruzando los
brazos sobre su pecho.
Karina comenzó a caminar hacia Amanda y con voz suave le dijo. – Eso no
significa nada, lo juro.
- No me jures, ni me prometas, ni te excuses por favor, no
lo hagas, porque lo único que vas a lograr es hacerme encabronar con todas las
letras mayúsculas y acentuadas...y no me quieras ver de esa manera, así que
mejor…
- Ya venga enójese conmigo y hágame lo que quiera. – le dijo
atrayéndola a ella y tratando de besarla.
Amanda la apartó rápidamente visiblemente enojada. - No soy tu zorra
Karina, la que tomas y dejas a tu antojo o la que puedes meter en tu cama para
hacerla cambiar de opinión y manipularla.
¿Crees que en la cama se resuelven todos los problemas?
- Algunos sí. - le dijo sonriéndole de una manera pícara.
- Eres tan imbécil, tan ilusa, tan mentirosa, tan…
- Ya, lo siento, ¿es lo que quieres escuchar? – moviendo
sus manos en el aire frente a Amanda.
- No es lo que yo quiero escuchar, es lo que realmente tú
sientes y me parece y estoy segura que lo disfrutas muy bien.
- No significa nada para mí, tu eres a quien amo… - replicó
acercándose más a Amanda.
- Ohhhhh, si me amaras no estaríamos en esta situación, así
que no me digas que me amas, cuando no es cierto.
- Es cierto, te amo y nadie más significa nada como lo que
significas tú para mí. Quiero pasar mi vida junto a ti.
- ¿Ese es tu plan?
- Sí, es lo que quiero; lo único que quiero y necesito eres
tú. – completó con desesperación.
- Pues acabas de arruinar tu plan de vida, porque conmigo
ya nada.
- Tú eres mía. – Karina la tomó fuerte por ambos brazos.
- ¿Tuya?, no Karina, yo no te pertenezco, no soy un objeto
que compraste, una persona no te pertenece; solo te pertenece su amor, su
respeto, su confianza …si es que te las has sabido ganar y ahora por favor
suéltame que me estás lastimando. – trató de soltarse del agarre, pero no pudo.
Karina mantuvo la presión en sus brazos y la acercó más a ella. – Vamos mi
amor, no seas así, no pasa nada…esto lo podemos arreglar.
- ¿Esto llamas arreglar?, suéltame por favor Karina. –
mientras más Amanda trataba de zafarse, más Karina la sostenía con mayor fuerza.
Amanda comenzó a moverse para romper el agarre, hasta que lo logró y justo al
hacerlo tomó su mano con todas las energías que aun tenia y la llevó al rostro
de Karina, regalándole una espectacular cachetada que la sorprendió grandemente.
Karina acarició su mejilla y miró con enojo a Amanda, le dijo con el rostro
enfurecido. – Eres una zorra patética.
- Si querida, pero no soy tu maldita zorra. – le respondió
dándole la espalda y saliendo de la habitación los más rápido que pudo. Bajó las escaleras, mientras escuchaba tras
ella su nombre que era pronunciado varias veces por Karina.
- Amanda, vuelve aquí. – gritaba Karina mientras iba tras
ella.
Amanda continuó su camino fuera de la casa hasta llegar al auto, lo puso en
marcha y desapareció. Entonces con el corazón herido y los brazos que aún le
dolían, se dio el lujo de llorar…
A veces tener la sospecha es un preludio para no sufrir tanto o para no
sentir tanto dolor, pero ese hecho no la
hacía sentir en absolutamente nada mejor. Lo presientes, lo sospechas, lo
sientes, lo imaginas, lo intuyes, pero cuando te topas con la realidad nada te
prepara para no sentir que el corazón se hace añicos frente a tus ojos. Karina
sin lugar a dudas no era esa mujer, no era ese amor que deseaba, pero no dejaba
de doler.Las lágrimas simplemente recorrieron su rostro y morían en su boca;
que solo daba paso a una gran desilusión y aun enorme vacío…aunque sin duda ese
vacío siempre había estado ahí.
Respiró profundo, limpió sus lágrimas y vistió su rostro con una sonrisa
que aparentaba que todo estaba en orden. No podía permitirse expresar su
sufrimiento, no ahora…quizás mañana, pero no hoy. Hoy tenia cosas más
importantes que atender y aunque el
dolor la consumiera por dentro, debería conservar la más hermosa de las
sonrisas para Cristina en su día…solo hoy, solo en este momento, solo para
ella; después…después se permitiría sacarse la máscara en la oscuridad y
simplemente…sufrir.
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Wao Niña, " Odié a Karina sabes, pero.... Es q imagina si nos preparasen, no valoraríamos lo bello q tenemos al lado, enfrente, tras tuyo, pero sin duda algo totalmente mejor. Me provocas a reflexionar tan profundamente bello, valorar y poner en una balanza q debemos padecer el dolor para conocer la verdadera felicidad, pero es q tu niña en general; provocas mil cosas!! Gracias por esta bella historia, por tu tiempo para nosotras, por conocerte a través de éstas, tu escencia. Dos besos...
ResponderEliminarCreo que siempre encontraremos personas en nuestra vida que nos enseñaran muchisimo aunque con dolor, esto quizas solo es la preparacion segura de que mas adelante encontraremos la verdadera felicidad. Gracias a ti por siempre permanecer...tres besos.
EliminarSankh
Me tiene total y completamente fascinada el curso de la historia.
ResponderEliminarLoreley es un enorme placer saber que te gusta y la disfrutas, mil gracias...
EliminarSankh
Pues que me ha encantado el ser negativo que aparta Amanda, en fin me ha encantado su actitud. Tienes una manera de escribir que transportas a estar viéndolo ahí de frente. Sankh eres exepcional.
ResponderEliminarEscribes con la misma sensibilidad que posees en tu corazon. Eres una mujer que atrapas en todos los aspectos. Ahora bien, ¿en que quedamos con la probadita? Te quiero mocosa
ResponderEliminarLore
rayos :$ contigo, mi corazon amarillo ya sabes... Gracias Lore, sabes que te estoy agradecida siempre de una y mil maneras. Y bueno negociemos, un cafe en la Torre Eiffel y te doy los adelantos, las probaditas, lo que quieras jajajajaa. Te adoro.
EliminarSankh
Ohhhhhh bien local me saliste pero para tener la probadita y lo que quiero, yo encantada. Prepárate salimos mañana en la mañana y regresamos en la tarde, es rapido, solo un cafe. Te quiero mocosa.
EliminarLore
:( tengo trabajo todo el fin de semana, creo que nos veremos debajo de Totem, ya sabes bien romantico como la Torre Eiffel jajajaja
EliminarSankh
Divino leer tus historias. Ale
ResponderEliminarGracias!!
EliminarSankh
Me gusta como llevas la historia, me tiene totalmente pegada a ella. Felicidades.
ResponderEliminarMuchas gracias, es un gusto que sea de tu agrado.
EliminarSankh
Buenisima!!!!!!! (como tu Sankh)
ResponderEliminarQue excelente capitulo esa Karina al parecer todo lo que sea mujer se quiere llevar a la cama me gusto la aptitud de Amanda de no dejarse amedrentar.
ResponderEliminarUn placer leerte como siempre (^-^
Gracias, siempre el placer es mio que vengas y me leas, y mas aun que te guste, un beso grandote.
EliminarSankh
Ayyyy Karina, Karina, muy viva la oxigenada. Disfrute la actitud de Amanda ante la situación, aunque si hubiese sido Kathy en otro caso la hubiese colgado de la ventana. Rendida totalmente a tu historia. Gracias una vez mas.
ResponderEliminarjajajaja si muy viva la oxigenada y si definitivamente Kathy la hubiese torturado. Gracias a ti por leer.
EliminarSankh
cuando uno ora dice "librame todo mal"... a mi que me libren de una Karina.
ResponderEliminarSi,deberiamos hacer todas esa oracion, es toda una mujercita esa Karina...Gracias Karito.
EliminarSankh