Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

Amor Inmortal - Ve.C - 64

Capítulo 64

Me separo lentamente de sus labios y nos quedamos mirando.
Salgo del trance que me producen sus ojos color miel y me acuesto a su lado, haciendo que ella se recueste en mí pecho.
Adriana está cansada, no solo por lo que terminamos de hacer sino también porque se levantó temprano y estuvo todo el día trabajando. En cambio yo sigo con energía para rato. Por más que intente descargar un poco ejercitándome o haciendo el amor no es lo mismo. Ahora mismo podría salir a correr una maratón y no me cansaría.

Empiezo acariciar inconscientemente su espalda, mientras pienso que es la última semana que estaré con ella.
-      ¿sigues con ganas?- escucho decir Adriana abrazada a mí y que me mira sonriente- porque tú me has dejado agotada.
-      Puede ser- respondo depositando un beso en cabello- pero es mejor dormir así descansamos.
-      ¿segura?-dice levantando un poco su rostro para mirarme.
-      Estoy segura. Además tu si estas cansada puedo verlo en tu cara. Mejor descansemos ¿sí?
-      Está bien-responde acercándose a mis labios y dándome un beso- buenas noches, duerme bien.
-      Tú también, ten lindo sueño-respondo mientras pienso que ojala pudiera dormir como ella, nos tapó con una sábana y la abrazo más a mi cuerpo- si sueñas conmigo mejor- digo esto último sonriendo.

Puedo sentir como poco a poco empieza dormirse profundamente.
Me siento extraña de alguna forma porque sé que voy a irme y quiero darle una explicación, porque para ser sincera no sé si volveré, porque tengo que pensar en esa posibilidad, soy un vampiro sí, pero eso no quiere decir que no vaya a morir.  Ese es el objetivo principal de Miguel y quien sabe de cuantos vampiros más.
Tal vez esta vez pague por las muertes que cometí en un pasado buscando venganza. Vidas que jamás debí tomar. Mientras Adriana este a salvo y a ella no le pase nada y no pague mis errores puedo dejar mí no vida tranquila.

Corrí con mi hipervelocidad para llegar antes del amanecer a mi antigua ciudad.
Quedaba lejos ya que de humana tuvimos varios días de camino, así que no sabía si podría llegar pero al menos intentaría pasar el día en algún lugar cerca, era mejor si acortaba distancia y tiempo.
De vez en cuando me daba vuelta para ver que nadie me siguiera, pero si me seguían no me darían cuenta porque solo estaba centrada en llegar.
Mi vista iba fija en el camino mirando para no chocarme con ninguna piedra o hubiera algo. Había corrido a mucha velocidad en mis entrenamientos pero no tanto como ahora lo hacía.
Mientras más me alejaba de Nod empezaba a reconocer los lugares por donde iba y esto me llenaba de adrenalina porque sabía que acortaba la distancia para hacer lo que deseaba desde el día que partí de allí.
Mi mente empezó a recordar esos momentos, Istar, mi madre, la muerte de mi padre, cada una de las imágenes y momentos vividos llegaban a mi mente.
Los ojos se me empezaron a nublar con algunas lágrimas. Recordé entonces lo que me dijo Caín una vez, tu todavía te sientes como humana porque no te has entregado al lado bestial y espero nunca lo hagas, porque ese día por más que quieras llorar ni una lagrima saldrá de tus ojos.
Después de miles de años algunos pueden llegar a derramar algunas lágrimas.
Si es algo extraño que lloremos pero no es imposible aquellos que nos aferramos a nuestra humanidad podemos hacerlo.
Me detengo un momento para limpiar las dos lagrimas que se escaparon de mis ojos. Debo llevar alrededor de una hora corriendo, y no sé cuántos Kilómetros abre hecho.
Bebo un poco de la sangre que llevo conmigo y continúo mi camino.
Alejo todo esas imágenes de mi cabeza, intento pensar en cualquier cosa, porque solo quiero volver a recordar esos momentos cuando este frente a ellos y así dejar salir mi rabia.
Una sonrisa malvada asoma en mis labios al imaginarme lo que hare con ellos al tenerlos frente a frente. Ni siquiera pueden imaginar que algo así les pasara.
Cuando voy llegando a la ciudad, todavía me encuentro algo lejos pero bastante cerca a la vez. Veo como el sol empieza asomar y yo estoy cansada de tanto correr.
Tengo sed y saco lo poco que me queda para beber. Debo hacer mi último esfuerzo, sino quiero que el sol me convierta en cenizas ya que no hay ningún refugio cerca.
Cuando entro a la ciudad puedo sentir como la piel debajo de mi vestimenta empieza arden entro en una taberna de mala muerte y que sé que estará oscura.
Una vez dentro, intento normalizar mi respiración y noto la mirada de los borrachos y también sus cuchicheos sobre mí cuando voy acercándome a la barra.
-      Necesito una habitación- pido al que parece ser el dueño.
-      Están todas ocupadas- dice mientras pasa la lengua por sus labios.
-      ¿será que no me la quiere rentar?- respondo mirándolo fríamente, mientras leo sus pensamientos- porque hay cinco habitaciones vacías.
-      Están todas ocupadas- dice al escupir a un costado y mirarme sorprendido por lo dicho- así que no insista, váyase a otro lado.
-      Quiero una habitación aquí- respondo, sacando una moneda de oro jugando en la barra e irme no es una alternativa con el sol afuera- y yo sé que usted será muy amable y rentarme una- me estaba sacando la poca paciencia pero al ver la moneda lo tentó, en algunos lados valía mucho como esa taberna.
-      Dos monedas de oro y le doy una habitación- dice sonriendo maliciosamente pensando que me podrá sacar más dinero.
-      Una moneda- respondo con los ojos oscuros- es más de lo que le pueden dar aquí, la acepta o la deja- al decir esto empiezo a mirar un lugar donde pudiera sentarme si este no me daba la habitación.
-      Está bien acepto te daré una habitación- dice resignado.
-      Muy bien- contesto- una que no entre la claridad del día he tenido un viaje largo y quiero descansar y por supuesto las sabanas limpias.
-      Está bien señorita como usted mande- respondió al salir de atrás de la barra- sígame la acomodare en su habitación. ¿quiere algo para desayunar?
-      No gracias así estoy bien- si tengo sed pero tú no tienes lo que necesito pensé en ese momento-  cualquier cosa pediré que me suban algo más tarde.
-      Bien aquí estamos- abre la puerta y me muestra la ventana de la habitación esta tapada y no entra claridad alguna como pedí- es todo lo que le puedo ofrecer.
-      Para mi está bien- conteste tirándole la moneda de oro para que agarrara- ahora si no le importa quiero estar sola.
-      Si señorita- respondió y salió casi corriendo cerrando la puerta tras de suyo.

Me deje caer en la cama y cerré los ojos despejando mi cabeza completamente. Necesitaba  un buen descanso, gaste mucha energía al correr tanto además de que no tenía ni un poco de sangre para intentar recuperar algo de lo que gaste.
Esa fue la única vez que pude entrar al estado de hibernación regenerativa sin que ningún recuerdo o pensamiento  asomara en mi mente.
Abrí mis ojos bien entrada la noche. La habitación estaba realmente oscura pero podía ver perfectamente todo allí adentro. Nuestros ojos están especializados a ver en la noche, igual tuve practica con eso.
Baje a la taberna y vi como muchos de los que estaban cuando llegue seguían aquí.
Me acerque a la barra donde estaba el tipo que me atendió el cual me mira de manera extraña.
-      ¿descanso?-pregunto
-      Si descanse bien pero ya debo seguir mi camino- era mentira lo que andaba buscando está en la misma ciudad solo que debo adentrarme más.
-      Debería comer algo- contesta- estuvo todo el día durmiendo y no probo bocado eso podría hacerle mal.
-      Tiene razón pero debería darme algo para llevar- tendría que hacer eso para que no sospecharan- no puedo perder más tiempo aquí.
-      Está bien. Le preparo lo que sea necesario y se lo traigo.
Tardo unos momentos y al rato volvía con un saco con pan leche y queso. Al ver todo eso me dio ganas de reír, pero me contuve.
Le di otra moneda de oro y salí de allí. Al ir caminando  despacio por las calle, escuchaba pasos detrás mío, gire rápidamente y vi como dos de los tipos de la taberna me seguían. Verme con monedas de oro y viajar sola vieron su oportunidad de tener dinero.
Seguí caminando y sonreí con malicia, ya que yo tendría mi desayuno y cena con ellos.
Me adentre en una calle bastante oscura y seguí como si nada, como si no los sintiera caminando atrás mío.
Aceleraron sus pasos y los tuve  cerca mío, uno de ellos corrió lanzándose contra mi intentando agarrarme y tirarme al suelo, su intención no era solamente robarme el dinero. Antes de que me tocara lo esquive y lance un golpe en el estómago y cayo retorciéndose, el otro al ver esto, logro sujetarme de las caderas tumbándome al piso e intento arrancarme la ropa pero con mi rodilla le di un fuerte golpe en la entrepierna que se separó con sus manos allí donde recibió el golpe. Y con otra patada en las costillas termina tirado en el piso.
El que había caído primero separo y corrió enfadado hacia mí, con otra patada en el estómago lo detengo y de un salto llego a su rostro dándole un puñetazo que lo vuelve a tirar en el suelo.
Los dos están tirados y adoloridos.
-      Vaya, ¿acaso pensaron que no me di cuenta que me seguían?-dije riendo maliciosamente, me acerco al que esta con las costillas rotas que está intentando huir- sabes puedo sentir el latido de corazón y bombea mucha sangre y yo tengo sed- se gira para mirarme y ve como mi colmillos asoman, su cara es de terror- debieron pensarlo primero antes de querer atacarme- digo y clavo mis colmillos en su cuello, bebiendo de él, poco a poco voy notando como su corazón va dejando de latir.
Cuando escucho que ya no late, levanto mi vista y veo la misma mirada de terror en el otro, antes de tirar el cuerpo sin vida, con un rápido movimiento lo degolló, de un lada cae la cabeza y del otro el cuerpo y le arranco su corazón. Eso es para evitar cualquier transformación.
-      Tu- digo al acercarme al otro que va retrocediendo de mí, me limpio los labios borrando los resto de sangre de su compañero- estoy buscando a unos hombres y me llevaras con ellos porque seguro lo conoces.
-      ¿Por qué yo?-pregunta tartamudeando del miedo.
-      Si aprecias tu vida y no quieres terminar como tu compañero, harás lo que te pido- respondo al tomarlo del cuello y dejarlo frente a mí.
-      Está bien, si lo hare- contesta.
-      Bien y no quieras hacerme una mala jugada o ya sabes lo que te espera.
 Después de amenazarlo y decirle a quienes quería encontrar seguimos caminando y salimos de esas calles oscuras, él va unos pasos delante, por si quiere huir aunque con el miedo que tiene dudo que lo haga.
Estábamos saliendo casi de la ciudad cuando llegamos a la casa. Había luces por todos lados, y se escuchaban voces y canticos dentro de ellas. Sera una interesante fiesta pensé al entrar y ver toda esa gente.
En una mesa alejada del resto, reconocí al anfitrión rodeados de mujeres. Guie mis pasos hacia allí.
Su rostro cambio al verme y ver el tipo que iba conmigo.
-      Buenas noches- saludo con esa sonrisa maliciosa dándole a entender a lo que fui- cambia esa cara, pareces que estás viendo un muerto.

Unos rayos de sol empiezan a filtrarse  a través de la ventana, me levanto a cerrarla completamente y vuelvo acostarme con Adriana.
Pienso en el recuerdo que acabo detener. ¿Sonó horrible lo que hice? No juzguen sin saber mis motivos del porqué. Deben pensar que soy una persona de miedo. Tampoco soy como pintan en Hollywood y sus películas. Somos oscuros, letales y feroces. Bestias que matan sin  ningún remordimiento.
 En esos tiempos me deje llevar por el dolor, odio y venganza, más que nada el dolor y mi lado bestial siendo oscuro salió e hice cosas que no debí. En esos momentos no me importo pero con el tiempo si, ahora me arrepiento de haber hecho todas las cosas que hice.

Pensando observo el rostro de Adriana y sonrió al ver como empieza abrir esos hermosos ojos.

-      Es hermoso despertar y encontrarme con tu mirada así llena de amor- dice al acercarse a mí y darme un corto beso en los labios.
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