Zahara - July. MC - Capítulo 23

CAPITULO 23

Un mal sueño…

-Hora de la muerte 10:45.

-No, no pueden estar declarándola no, por favor no, Mía por favor despierta, por favor Mía, no me dejes, por favor, no lo hagas por favor.

+

-Ey ey ey despierta, Berenice despierta  - mientras golpeaba suavemente mi brazo.

Desperté sudando, con taquicardia al borde del shock - ¿Dónde está?

-¿Quién?

-Mía, donde esta Mía.

-Tranquila fue un mal sueño, Mía sigue en terapia intensiva, ya calma, te has quedado dormida, y tuviste un mal sueño, sigo creyendo que deberías ir a casa a dormir un poco, has estado aquí demasiado tiempo.

Puse mis manos sobre mi cuello, de verdad estaba tan cansada pero no me iría de ahí sin mi hija y Mía - estoy bien, se ha comunicado Lía contigo.

-No, aun no.

-Sabes que están por darle el alta a Zahara.

-Lo sé, en verdad no puedo hacer nada al respecto sino esta Lía acá.

-Voy por un café.

Los días habían pasado desde la última vez que vi a Mía despierta, debido al infarto que sufrió tuvo que entrar a cirugía inmediatamente y desde entonces es un ir y venir a cirugía, por lo que Felipe me dijo, la cirugía más reciente fue bien, tanto el neurólogo como el cardiólogo habían reportado una excelente cirugía, su cerebro estaba bien, registraba actividad cerebral, su corazón iba mejorando, la hemorragia interna fue controlada, todo estaba saliendo bien, pero desde la última vez que estuvo en quirófano Mía había caído en un coma profundo del cual no podían despertarla, ya había pasado una semana en el cual los médicos dicen que está bien, pero ella no despierta, no responde, ahí estaba el problema, nadie sabía, o nadie me decía porque no podían despertarla era lo que me decía Felipe; hoy era el día en que le daban el alta a mi pequeña Zahara estaba tan emocionada, tan feliz, ya por fin podía llevármela a casa, tenía la firme esperanza que Victoria me dejara llevármela sin ninguna objeción aunque un día antes tuve un roce con Victoria donde me dejo muy claro que quien se la llevaría iba a ser ella y no yo, por lo que discutimos cerca de 1 hora; pero aun y con esa discusión solo podía aferrarme a la idea de que me dejaría llevarme a mi pequeña a casa; con esa idea me dirigí a contarle a Mía sobre el alta de nuestra pequeña, llegue a terapia intensiva me puse todo lo correspondiente y necesario, entre, una enfermera estaba checando los signos vitales y un médico estaba leyendo el electro, me quede recargada en la puerta hasta que salió, al salir me dice;

-Hola Berenice, me puedes acompañar a fuera por favor.

-Sí - salimos de la habitación dimos unos pasos y le pregunte - que pasa Doc, ¿como esta?

-Mía no presenta cambios, quien me preocupa en estos momentos eres tú, estas en este hospital más que las enfermeras y eso de ninguna manera puede ser bueno, no estas comiendo bien, no estas durmiendo, estás perdiendo peso muy rápido, te voy a pedir que por favor sigas estas indicaciones, come tres veces al día por lo menos, duerme 6 horas al menos, así que por favor, hazlo o me veré en la penosa necesidad de prohibirte la entrada a terapia intensiva para que estés con Mía.

-Usted…

-Si lo que me vas a decir es que no puedo hacerlo, claro que puedo, el área es restringida se ha tenido consideración contigo por el Dr. Guerra nada mas pero de ahí en más si no sigues mis indicaciones se acabaran esas consideraciones.

-Muy bien.

-Entra a ver a Mía y por favor ve a casa, con tu hija, hoy le dan el alta.

Me estaba cansando que todo el mundo me dijera, opinara en que era lo mejor para mi o para mi borreguito, mi hija y yo solo necesitábamos una cosa, y eso era que su madre estuviera con nosotras y ya, antes de entras ala habitación respire profundo para tranquilizarme al entrar me acerque para darle una beso en la frente, tome una silla y la acerque para sentarme enseguida de ella, tome su mano y;

-Hola mi amor, que crees hoy no te voy a leer el libro que te he estado leyendo, nop, hoy no, hoy tengo mejores cosas que contarte es sobre Zahara… - respire profundo -  mi vida, hoy es el día que le dan el alta, el día en me llevo a nuestra hija a casa… solo faltas tu amor por favor ya despierta… Sabes, Zahara te extraña mucho, esta triste, enojada, es una lucha constante para que duerma, para que coma, es muy inteligente, ya no llora, hice lo que hiciste tu aquella vez que se quedo en casa de tu mamá, le explicaste todo con lujos de detalles, porque la dejabas ahí, así lo hice Mía, le explique que yo no podía estar con ella todo el tiempo, porque no me lo permitía pero que iba a ir con ella para darle de comer, antes de que durmiera y le dije que tu no podías estar con ella porque te estas recuperando y…

Respire profundo, recargue mi cabeza en la mano de Mía para inconscientemente empezar a llorar ‘por favor despierta, quédate conmigo, por favor’.

-Bere.

-Què pasa Felipe  -le digo mientras me separo de Mía y seco mis lágrimas.

-Ven, ya está lista el alta de Zahara, ya puedes llevártela a casa.

-¿Qué? Es verdad eso, - voltee para ver otra vez a Mía - escuchas mi amor ya se a casa, ahora vuelvo amor, voy por Zahara la llevo a casa y regreso, te amo, vamos entonces Felipe.

Cuando fue a recoger a mi hija me tope con Victoria no le dije nada hasta que llego su abogado presentando una orden, la cual decía que mientras su madre estaba en condiciones para atender a Zahara, la responsable de ella era Victoria, voltee a ver a Antonio queriéndolo matar porque no hacía nada, me jalo para decirme;

-Lo siento Bere, no puedo hacer nada, mi carta, mi esperanza es la llegada de Lía.

-Pero Antonio por favor…

-Lo siento, tienes que dejarla ir o te meterás en problemas legales.

-A mí los problemas legales me importan un bledo no voy a dejar que mi hija se valla con…

-No lo tienes que permitir  - dijo el abogado -  porque no está en tus manos, no eres nadie legalmente para ella.

En cuanto término de decir eso Antonio lo tomo por el cuello de la camisa, atrayéndolo a él para decirle;

-Escúchame bien pedazo de idiota, no te atrevas a volverle hablar así, porque la próxima vez que lo hagas te vas arrepentir, se perfectamente quien eres tu imbécil, así que no me provoques.

El abogado de Victoria se dio media vuelta, trajeron a Zahara, ya para llevarla a casa, en cuanto me vio, me estiro los bracitos pero Victoria la tomo, mientras ella la cargaba mi hija me buscaba con la mirada y balbuceaba ‘mamamamamamama’ , cuando iba a ir con ella me detuvo Antonio y me dijo, “por favor, no lo compliques más Bere”, me detuve por su comentario, mientras que Zahara al ver que no iba con ella empieza a llorar, Victoria firma el alta, y se gira para llevarse yo no pude evitarlo y le dije;

-Victoria, por favor, te ruego que me des a mi hija, yo…

-Ella se queda conmigo hasta que Mía salga.

-Victoria, por lo que más quieras te pido que…

-Lo que más quiero es a mis hijas, a mi nieta y por tu culpa dos de las personas que más quiere pisaron el hospital, de ninguna manera voy a volver a dejar bajo tu responsabilidad a mi hija o mi nieta.

-Victoria ya basta  - le dije bastante alterada, casi gritando - te he permitido toda clase de insultos, incluso he permitido que me culpes por…  - sentí como me jalaban del brazo y un voz me decía.

-Ya basta hija, no es el lugar, ni el momento, ni la forma, se que es difícil pero deja que se retire ya.

-No, es mi hija y de aquí no va a salir a menos que sea conmigo.

-Quiero ver que lo intentes - dijo Victoria.

-No te atrevas a amenazarme Victoria, la realidad es que me estoy cansando de ti, y de todos tus comentarios.

-Berenice Mora ya basta, acompáñame por favor.

Cuando iba a quitarle de los brazos a mi hija, se interpuso Antonio y me impidió el paso, y así solo vi como desaparecía mi hija, como la alejaban de mí, “entiéndeme por favor, de nada serviría que se la quitaras porque en menos tres segundo estarías enfrentando cargos por secuestro y estarías lejos de Zahara y de Mía, por favor, entiéndeme”

Pasaron 7 días de la última vez que vi a mi hija, no me dejaba verla, ni hablarle, por Alejandra sabía que ella estaba bien, o al menos eso me decía, Victoria simplemente me odiaba, me culpaba de que su hija no despertara, de todo y la entendía, ella tenía razón todo era mi culpa; cada día lo creía más, llegue a la capilla y me senté;

‘te eh pedido perdón por todo lo que pude haber hecho mal, malo, te eh pedido fervientemente me regreses a Mía, te estoy eternamente agradecida porque mi hija está bien, así que vengo a proponerte algo… si crees que no lo merezco, que no merezco lo que tengo, a ella o a mi hija, si es si, te pido que le regresas a su madre a Zahara, que despierte, que este bien, si tú haces eso por mí, te prometo que la dejare en paz, como dice su madre si yo soy la que tantas cosas malas trajo a su vida, si tú se la devuelves a Zahara, te prometo que las dejo en paz, pero regrésala por favor’

-no puedes pedir eso - escucho un voz a lo lejos.

-perdón.

-No puedes pedirle eso, no puedes condicionar.

-No condicionado nada, estoy ofreciendo algo.

-Las ofrendas se ofrecen se cumpla o no se cumpla lo que se pide, y si no se cumple lo que pides, dejarías a tu hija porque lo ofreciste.

-¿Quién eres?

-Nadie importante, solo puedo decirte que confíes, solo confía, en que ella estará bien, la vida es un regalo, esta agradecida por el tiempo que compartiste con ella y si es su tiempo de irse, entonces déjala ir, ella cumplió con lo que tenía que hacer acá, tú no puedes decidir sobre la vida de una persona, sobre su destino, puedes, tal vez, estar en ese destino, pero si es su tiempo, entonces agradece que te dejo una hermosa hija, todo lo que viviste con ella, pero si no lo es, entonces confía, porque es cuestión de tiempo para que despierte, aparte, dime que te hace pensar que si desapareces de su vida, será mejor?

-¿Cómo saberlo?, sino lo intento.

-Deja de culparte.

-Tengo un mes sin mi familia, no salgo de este hospital para nada, así que si para que ella regrese es necesario que yo la deje, ten por seguro que lo hare.

-Pero.

-Gracias por la conversación, con tu permiso.

+

-Hola mamá.

-Lía, hija, que gusto verte, te hemos tratado de localizar durante tanto tiempo, yo…

-¿Cómo está?

-En coma.

-¿Y Zahara?

-Dormida.

-Voy a llevarme a Zahara conmigo.

-¿Qué?, no, claro que no, donde piensa quedarte, claro que no…

-En casa de Bere, que es también mi casa, la casa de mi hermana es mi casa.

-Si quieres quedarte ahí, está bien, pero no te llevaras a Zahara,

-Madre, tengo todo el derecho.

-No, tu…

-Tomo lee esto…

-… ¿de dónde sacaste esto?

-Mía y yo ya habías hablado de que si algo le pasaba yo sería tutor legal de Zahara.

-No, no te la vas a llevar, no puedes, por favor, no lo hagas.

-Mamá, Zahara necesita a su Madre, no te necesita a ti ni a mí, necesita a su mamá.

-No, esto lo tiene que ver mi abogado yo no te voy a permitir…

-No voy a discutir mamá lo único que quiero es llevarme a Zahara e ir a ver a mi hermana, no voy a discutir contigo, llama a tu abogado, que el mío está afuera.

-¿Cómo puedes hacerme esto?

-Vengo por Zahara y no voy a discutir.

+

-Hola Berenice.

-Hola Felipe.

-No has seguido mis indicaciones.

-Por qué lo dices.

-Por la cara que traes y parece que has perdido peso.

-No lo creo, estoy bien.

-Necesitas ir a tu casa.

-No me digas lo que necesito.

-Lo siento pero es mi deber decirte que necesitas ir a tu casa, dormir…

-¡no!, no me vuelvas a decir lo que necesito o no necesito porque no lo sabes, necesito a mi hija a mi lado, en mi casa, necesito que mi mujer despierte y llevármela de aquí, ya me canse que todo el mundo piense que es correcto decirme lo que tengo que hacer cuando nadie tiene ni una sola idea de que es lo que necesito, de que es lo mejor para mi, para mi hija, para mi mujer, ya me canse de que estén decidiendo por mí, así que por favor no me digas que es lo que necesito, porque te aseguro que no lo sabes - le dije muy enfadad casi gritándole, el se me quedo mirando no entendiendo lo que decía, después de unos minutos le dije.

-Discúlpame Felipe, no quise gritarte.

-Lo sé, ven voy a llevarte a ver a Mía.

Cuando recorrimos un par de pasillos llegamos a su habitación, una enfermera estaba dándole un baño y masaje en el cuerpo, al llegar la ayude a darle el baño, me enseñaba como darle masajes en las piernas, cuerpo, y como cuidar su higiene para no causarle después una infección por falta de movimiento, después de hacer todo eso, me dejo a solas con ella, ya no sabía qué hacer, estaba tan cansada, le leía, hablaba con ella, le contaba sobre nuestra hija, pero aun así sentía que mi vida se me estaba yendo con ella, yo ya no sabía qué hacer, quería cambiar de lugares, pero sé que no puedo hacerlo;

-Hola amor, sabes hoy no te voy a leer ese libro pendiente, es más, ni siquiera voy a hablarte de Zahara… ok, ok, tienes razón, de Zahara si voy a hablar no podría dejar de hablar de nuestra hija, pero antes de eso tengo que decirte que escribí una lista, y el título es “las 99 buenas razones porque no me puedes dejar”, después de pensarlo detenidamente decidí cambiarle el nombre porque era un poco egoísta y lo cambie por “las 99 razones porque no puedes dejar a Zahara”, otra vez entre en conflicto sabes, porque la verdad 99 son muy aburridas, por lo que decidí reducirla y cambiarle en nombre, y mira, quedo “7 cosas por las que no puedes irte aun”, ok pues comenzare  está bien… voy a tomar ese silencio como un si… primero: no puedes irte porque Zahara te necesita, necesitas contarle todo, como te obsesionaste tanto en el embarazo que documentaste cada mes de embarazo, le escribiste cartas por mes, como me echaste de casa porque dijiste ‘estoy gorda y fea y quiero que te vayas’, pase durmiendo en la sala el último trimestre de tu embarazo, no le has contado como supiste que el nombre perfecto era Zahara,  el miedo que sentiste cuando nació, creías que se rompería, como te instalaste en su recamara el primer mes que nació porque tenías miedo que le pasara algo, no le has contado como lloraste la primera vez que la dejaste sola, en casa de tu madre, Mía, no puedes irte sin decirle todas esas cosas; segundo punto en la lista;

En eso suena mi celular, me retiro un poco de Mía y contesto;

-¿Qué pasa Antonio?

-Hola, necesito que salgas a la sala de espera, es importante.

-Estoy un poco ocupada, sea lo que sea puede esperar.

-Es sobre Zahara.

-Ahora salgo.

Colgué el teléfono bese la frente de Mía y salí rumbo a la sala de espera cuando voy llegando escucho un característico llanto, era el de mi hija, llego y lo primero que veo es a Lía que la traía en brazos, lleve mi mano hasta mi boca y empecé a llorar ella se acerca diciendo;

-Mira Zahara, no llores, mira quien está aquí.

La tomo en mis brazos y la aprieto contra mi cuerpo, esa sensación que invadía mi cuerpo era inigualable, se sentía tan bien, me hacía tanta falta, la necesitaba tanto, después de unos minutos así, volteo a ver a Lía y atraigo con mi brazo para abrazarla ella corresponde abrazándonos a mi borreguito y a mí, y empieza a llorar - “perdóname por tardarme tanto yo no…”

- “no, no te preocupes, gracias por estar aquí, no hay mejor momento que este, te lo prometo” - ella se abraza mas fuerte a mí, cuando al fin nos soltamos llorando me dice - “quiero verla”

- “claro, yo… espera tengo…” - de pronto me dice mi hermano - “tranquilo pepino yo la llevo donde Mía”

- “gracias Cole” - así se fueron y yo me quede con la una felicidad enorme, junto a mi hija. 

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