Ella, Tu, Yo... Te amo - Mayra (Capítulo 39)

Capítulo 39.

“La verdad sobre Venus”

Una vez más los primeros rayos del sol las sorprendieron amándose, horas más tarde de haberse marchado del Bar.

Instantes en donde solo se dijeron palabras cortas dichas por la pasión, la locura y el arrebato de volverse a extasiar del cuerpo, de la piel del olor que tan tanto deseaba una de la otra. Horas en las qué el anhelo de volcarse, de amarse las convirtió en fieras indomables ante la aparición de su más deseada presa. Pero la ocasión era única, especial… Más que las otras veces que se encontraron amándose... Ahora era incomparable porque aunque sus caricias seguían llenas de pasión ya no apresuraban el momento… Se tomaban su tiempo, la entrega era pausada e intensa como queriendo perpetuar el momento y hacerlo eterno… Sus caricias eran profundas como si manos y piel quisieran guardarlo en su memoria… Y sus besos, esos era de lo más dulce y prolongados cómo queriéndose devorar y transmitirse lo que con palabras callaban y no podían explicar. Sus cuerpos y sexos, perfectamente acoplados como perfectas piezas en un puzzle.

Rítmicamente bailaban la danza única de la pasión, un ritual de amor, sus manos entrelazadas con fuerza sus respiraciones aceleradas era la prueba palpable de la intensidad del momento, Ana sintiendo que estaba a punto de correrse… De llegar al sublime éxtasis, acercó tanto su cara a la de Cristina que pudo sentir el cálido aliento de ella quemar su rostro, advirtiendo una intensa punzada en su centro que la dejó sin aliento… Con palabras entrecortadas en un suave susurro pidió a Cristina que la mirara, que sus ojos no se apartaran de los de ella y, se obligó a si misma a hacer lo mismo… Se dejó llevar consiguiendo que ambas llegaran juntas a un explosivo orgasmo sintiéndose convulsionar para luego dejar caer su cuerpo inerte sobre ella. Recuperándose de a poco del agotamiento y la incesante demanda de aire en sus pulmones, hábilmente se deslizó hacía abajo dejando lentamente un sendero de húmedos besos hasta llegar a su palpitante sexo que parecía esperar por ella… el cual fue devorado por su boca, bebiendo toda su humedad, después de extasiarse de la exquisitez de su esencias, remontó nuevamente hacía ella, provocando que sus miradas satisfechas se reencontraran después del momento compartido, y percibieran algo más ellas que no supieron descifrar que era… Pero les provocaba un remanso de paz interna dejando de lado por ese momento sus diferencias… Ambas quedaron en silencio sin decir nada y en el mutismo de ese instante sus cuerpos se juntaron de nuevo pero esta vez de una forma distinta… Ana cruzó uno de sus brazos bajo la cabeza de Cristina que la apoyó en su pecho donde claramente podía sentir los movimientos rítmicos de su respiración. Con una de sus manos se abrazó a ella y comenzó a jugar con sus senos hasta llegar a su ombligo para luego delinear la bella figura de su abdomen plano y tonificado. Mientras la otra enmarañaba sus dedos con los mechones castaños y sedosos de su cabello.

No supieron cuanto tiempo estuvieron así… Complacidas, sosegados, sin prisas con una paz infinita que las envolvía en su mundo. Ana interiormente deseaba pedía al cielo que el tiempo se detuviera, que perdurara ese momento por siempre. Qué quedara perpetuo congelado cómo en una fotografía…

Pero su deseo era menos que imposible, el querer atrapar a conveniencia el tiempo o burlarlo era un absurdo, tanto como el querer volar y que ese milagro se produjera, pero no por mucho desearlo se le concedería sabía que nunca podría ser…

Había un hilo tan delgado que separaba la realidad de la fantasía y ésta condición de realismo la reclamaría en cualquier momento para hacerla regresar de su ensueño y utopía, pero como era bien sabido la magia terminó… Cristina abruptamente se separó de su cuerpo cortando el abrazo y dando fin a su sueño de un golpe. Se incorporó de la cama aun desnuda y comenzó a levantar su ropa esparcida alrededor de la cama. Ana sintió punzadas en el corazón cómo preámbulo a los estragos de una decepción anunciando de lo que evidentemente vendría a continuación… Pero para su sorpresa que fue “mayúscula” Cristina después de haber terminado de colocarse la última prenda, se dirigió hacía la cama donde Ana yacía recostada con tristeza y desasosiego, suavemente se sentó a su lado, tomó su rostro entre sus manos y depositó un profundo beso que le robó el aliento como siempre…

-Quisiera poder quedarme a tu lado por más tiempo pero debo regresar a al trabajo- dijo después del beso - pero si quieres podemos almorzar juntas- Ana sonrío como una tonta, por lo menos eso fue lo que pensó- ¿Eso es un sí?- preguntó divertida

-¿Donde quieres que te vea?

-¿Puedes pasar por mí al despacho?

-Por su puesto

-Pues ya está, te espero entonces

-¿Estás segura que quieres que comamos juntas? No te preocupa que nos puedan ver

-Si lo estoy… - Y acomodó uno de sus cabellos rebeldes… Ana más que el temor de que nos puedan ver juntas es la inseguridad que siento… Por eso te pido por favor que no hagas nada que me haga dudar de esto… Por favor… y deseo pedirte que vayamos despacio con la relación…

Como respuesta Ana tomó con sumo cariño el rostro de Cristina con ambas manos y la besó intensamente…

-Ya debo marcharme, porque antes debo pasar a casa y ya se me hace tarde- dijo después de acabado el beso…

-¿Quieres que te lleve?

-No, tranquila que ahora tomo un taxi… Disfruta que tu puedes descansar ahora, repón la energía perdidas, sí yo pudiera quedarme en la cama lo haría con mucho placer…

-Sí tú pudieras quedarte en esta cama te aseguro que lo que menos haríamos seria descansar- le sonriendo desafiante…

-¿Pero es que tú no te cansas?-preguntó sonriendo

-No… contigo nunca me cansaría

Cristina ante esa sonrisa le cerró un ojo y se dirigió a la salida donde se después de traspasar el umbral de la puerta se topó con Susana la cual se quedó mirándola con sorpresa, pero ella ni se inmuto sin quitar la sonrisa de sus labios la saludo con un “buenos días” dejando a esta con los ojos abiertos

Más tarde Ana llegó a la empresa con una sonrisa resplandeciente como un sol, mostrado la felicidad que la embargaba, la secretaria al verla hizo el intento de decir algo pero Ana que no podía con tanta felicidad la saludó con un sonoro beso

-Buenos días Sofía, que guapas estas hoy, te hiciste  algo en cabello ¿no?

-Eh… pues si ¿Lo notaste?

-Te queda genial- dijo abriendo la puerta de la oficina antes de que la secretaria reaccionara…

-Espere la…

Ana entró y antes de terminar de escuchar a la secretaria lo que decía descubrió el cuerpo de otra mujer justo enfrente, su sorpresa fue mayúscula que solo atinó a decir…

-Dani!!... qué bueno que has regresado… No sabes cómo has hecho falta en la empresa -Corrió hasta ella para abrazarla pero antes de que Ana hiciera contacto con ella, Daniela se giró, dándole la espalda- Sabes estaba muy preocupada por ti…

-Ya… Seguramente -Agregó irónicamente y se giró para mirarla de frente- me pregunto sí fue antes o después que te tiraras a la que aun era mi novia

Ana sintió como un disparo el fuerte impactó de sus palabras al captar a lo que Daniela se refería… Quiso decir tantas cosas pero no pudo, sus labios quedaron sellados por la sorpresa y la vergüenza de sentirse descubierta en su traición, se sintió vil al escuchar acusadora las palabras de su “amiga” y como perro apaleado solo atino a encorvar un poco su espalda y bajar la mirada ante la mirada fría y desafiante de Daniela que la veía con dureza y desdén…

-Ahh… No dices nada, se te acabaron las palabras… o mejor dicho las mentiras…

-Lo siento, en verdad lo siento…

-¿Solo eso? Ummm poca cosa, pues más lo siento yo Ana… Porque me duele la traición que me has hecho… Yo confiaba en ti, creía en ti, pensé que éramos amigas de verdad, que éramos cómo hermanas. Aun no puedo creer lo que me hiciste, que me hayas engañado de tal manera solo por no aguantarte las ganas, por no poder mantener tus bragas puestas en su lugar…

-Dani te juro que no fue cuestión de una calentura o de sexo o que las bragas no pudiera mantenerlas puestas… Es solo que me enamore de Cristina y te juro que hice todo para no verla, evite no sentir este amor que cada día crecía con fuerza dentro de mí, no quería tener sentimiento hacía ella porque sabía que haría mucho daño, intenté de todas las formas por aturdirme con otras mujeres, de arrancar ese amor de mi corazón y mis pensamientos… Pero simplemente ¡No pude! Me rebasó y sucumbí a ello…

Lo siento, en verdad lo siento pero no podía renunciar al amor… Así tuviera que pagar un alto precio por haberte traicionado y saber que te perdería como amiga y seguramente me ganaría tu odio y enemistad y me costara perderte no podía renunciar a ella- por algunos segundos ambas sostuvieron miradas hasta que Daniela la desvío a hasta su escritorio y agregó…

-Quiero que las cosas con la empresa sigan como hasta ahora, que te mantengas al margen y alejada de mi… No quiero tener ningún trato directo contigo en lo referente a la amistad, solo lo estrictamente necesario en el ámbito laboral… Sí no te parece, porque si no estás de acuerdo por mí no hay inconveniente de dejar la empresa en este preciso momento- sentenció Daniela

-No, no... Está de acuerdo con tu demanda, entiendo perfectamente que no me quieras a tu lado…

-Ahora hazme el favor de déjame a solas, que tengo que ponerme al día y requiero hablar con Manuel

-Está bien… Sólo espero que no me odies y que algún día puedas perdonarme y podamos ser sino las mejores amigas siempre que fuimos, por lo menos tener un trato más cordial y  amigable- Y se dio la vuelta para marcharse de ahí

-Una última cosa como amiga!- La retuvo un instante un poco antes de salir- Espero les vaya de lo mejor ahora que están juntas, pero considera que lo que mal empieza mal acaba- Sin voltear de nuevo abrió la puerta del despacho y salió

Los días pasaban y la relación entre Ana y Cristina seguía de maravilla los momentos compartidos eran únicos a pesar de sus notables diferencias, para Cristina, Ana era un completo desorden y para la otra Cristina era un general por lo mandona pero a pesar de sus pequeños defectos, eran compensados por el amor y los momentos de calidad que compartían juntan, todo estaba yendo de lo más bien, sus amistades conocían de su relación y aunque algunas en un principio no lo entendían y pensaran que aquello quizás era un disparate y que tal vez no llegaría a ningún lado cómo pareja… Pero al verlas juntas desecharon la idea porque realmente hacían “par”…Se veía muy bien juntas y sus diferencias parecían insignificantes ante todo el amor que derramaban.

Pero como en todas las historias de amor no es solo miel sobre hojuelas y siempre hay un pero… El fantasma de los miedos y las dudas se hizo presente después de que Ana recibiera una llamada la cual le pareció de lo más extraña a Cristina, más aun cuando le comentó que un amigo la estaba solicitando para ofrecer algunos cursos de catering en una escuela de gastronomía a las fuera de la ciudad para el fin de semana…

-Cariño siento tener que cancelar nuestra cena romántica que te prometí- dijo con rostro afligido

-No te preocupes Cielo que lo podemos agendar para el próximo sábado-contestó ella expulsado dudas y miedos

-Si no tuviera qué verme obligada a hacer este favor lo cancelaría, lo sabes ¿Verdad amor?

-Sí. Tranquila no pasa nada lo entiendo... Me llamas ¿Vale?

-Sí, cada oportunidad que tenga lo haré…

El primer fin de semana sin Ana se le iba a ser eterno. Intentó no comerse la cabeza y lo consiguió asegurándose de que esta vez sus miedos no la traicionarían ni estropearían la relación que estaban llevando… La mañana del viernes qué sabía que Ana estaría fuera de casa y, cómo ella precisaba de algunas prendas y cosméticos que había dejado olvidado allá, fue hasta su residencia y con las llaves que Ana le había entregado junto con su corazón entró… Pero antes de entrar a la habitación se detuvo en el hall al escuchar unas voces, una de ellas claramente identificó que era de Ana pero la otra no pudo dilucidar de quien se trataba…

Sintió un ligero vuelco en el estómago al pensar en que Ana le había mentido ¿No se suponía que estaría fuera? Eso por una parte y lo peor era ¿Quien estaba acompañándola en su habitación? Tendría que ser alguien muy cercano para estar con ella en ese lugar… En eso estaba con sus pensamientos cuando la puerta se abrió y apareció una rubia espectacular con muy poca ropa cubriendo su escultural figura y quedó de pie frente a ella… Y sin más la desconocida la abordó

-¿Y tu quien eres?-preguntó la chica extrañada

Cristina enmudecida por la sorpresa no dijo nada, se dio la vuelta y salió de la casa como alma que lleva el diablo.

Ana que se encontraba en la ducha no se dio ni por enterado de lo sucedido, cuando hubo terminó de ducharse, luego de un rato la rubia apareció de nuevo a la habitación…

-Has dejado un desastre en el baño, ¿Puedes hacer el favor de recoger tu ropa? sí Cristina viera lo que has hecho seguro no se quejaría tanto de mi -dijo Ana mientras se encontraba sentada sobre la cama tranquilamente poniéndose crema en las piernas

-Que exagerada mujer… Por cierto esa Cristina es una chica de ojos verdes- preguntó la rubia

 -Ujum… ¿Por qué?

-Porque ha estado aquí, pero solo me vio y salió corriendo cómo si hubiera visto al mismo demonio…

-QUE!! ¿Cuándo la viste? Y tú… ¿Estabas vestida así?

-Si, yo salía de la habitación cuando…

-MIERDA! MIERDA!- gritó Ana dándose un golpe en la frente

-¿Qué pasa primita?- Preguntó la chica

-¿Que pasa? Que seguro se va a pensar lo peor

-Tranquila cuando la veas le explicas

-No la conoces, es muy testaruda, cuando algo se le mete en la cabeza no entiende de razones…

-Umm se parece a alguien que yo conozco -jajaja

-¡Oye! que te estás burlando de mi mujer…

Y en efecto cómo lo había anunciado… Inmediatamente Ana la llamó para explicarle lo que había visto y no le contestó. Los días siguientes siguió insistiendo por el móvil para comunicarse con ella, pero no le respondía las llamadas, fue hasta su casa y al despacho pero no quiso recibirla, hizo todo lo posible para hablar con ella y poder explicarle, pero fue imposible Cristina no quería escucharla ni saber de ella…

Por su parte Cristina estaba enoja, decepcionada y no quería saber nada de Ana, quería olvidarse de el error que cometió al creer que ella era la persona correcta…

Esa noche Laura al verla a Cristina tan decaída la invitó a salir con ella al Night Club donde quedó de verse con Arian. En un principio ella se negó, pero fue tanta la insistencia de su amiga que terminó por aceptar la invitación

Más tarde cuando las chicas llegaron al Night Club se fueron directo a la barra, donde Cristina recordó a la bartender la cual saludó y preguntó por lo que beberían… Luego observó hacía el escenario y como en un filme sus recuerdos se remontaron a toda prisa recordando aquel sensual baile de la chica enmascarada… Y no pudo evitar el sonrojo que vino acompañado de contracciones en su vientre. Respiró profundo y buscó con la mirada la puerta de a lado, pero su sorpresa fue mayúscula al ver a la persona que entraba por ahí… No estaba segura así que cómo poseída se encaminó dejándose llevar por sus pies que la guiaron hacia la puerta, pero cuando intentó entrar una chica de seguridad la detuvo impidiendo su acceso hacia adentro… Y agregó -Lo siento pero no puedes pasar, sólo personas autorizadas pueden hacerlo

-Cris… Te estaba buscando… ¿Qué te pasa? -preguntó Laura al llegar junto a ella

-Nada es solo que me pareció ver a… ¡olvídalo!… Debo estar alucinando

-Bueno vamos que Arian nos espera en la mesa de fondo

Después de estar las tres cómodamente sentadas y bebiendo, Laura y Arian platicaban muy animadas, en tanto qué Cristina se encontraba ausente… Se comía en un viaje sin poder dejar de pensar y sin quitar la mirada de la puerta ¿Será que mi mente me está jugando una mala pasada? En eso estaba cuando las luces se apagaron y segundos después se encendieron dos reflectores del tipo mini meteoro fire Ball Led con efecto disco que iluminaban directamente hacia el escenario recreando el ambiente con las luminarias. Cuando segundos después apareció en escena como por arte de magia la figura de una mujer vestida con un sofisticado esmoquin de terciopelo en un hermoso color burdeos con solapa de raso negro y sombrero de copa alta, sentada sobre una silla de madera con las piernas abiertas y fumando un cigarrillo mientras su rostro lo mantenía ligeramente inclinado hacia abajo…

Se encendieron los altoparlantes con un sonido vibrante de expansión de 360° y comenzó a escucharse la canción You're Making Me High de Toni Braxton… Subieron a la pista dos chicas que portaban trajes sastre con diminutas faldas, se encaminaron por el escenario con movimientos sexys hasta que una de ellas se quedó parada frente a la mujer que se encontraba sentada, quien en ese momento levantó el rostro el cual cubría con un antifaz, la chica frente a ella deshizo la corbata y a modo de sumisión la utilizó cómo correa y la levantó… La mujer estando de píe se quitó el sombrero y arrojó el cigarrillo al suelo y, en un sensual movimiento de pierna lo apagó. La otra joven se colocó por detrás y le arrancó la chaqueta... Con andar seductor se encaminó hasta el frente del escenario, provocando que varias chicas enardecidas gritaran por sus movimientos sugestivos y sensuales tanto que no pudo evitar no mirarlas… Lentamente fue desabotonando la camisa hasta dejarla completamente abierta, sus eróticos movimientos gradualmente se hacían más intensos. El par de chicas no se quedaban atrás ya que también se desasían de sus prendas al compás de la sensual música… Venus inclinó la mitad de su torso hacía enfrente y en un magistral movimiento de un tirón se deshizo fácilmente del pantalón, el cual solo estaba sujeto en los laterales por cintillas de velcro… Para dejarla expuesta en un diminutivo bikini en color negro con encaje… Las espectadoras del Night se emocionaron y enloquecidas gritaban y le hacían propuestas eróticas y otras dejaban escapar algunos gruñidos…

-Siii, Qué Venus se desnude, anda quítate el bikini, ¡Guapa! Que yo te ayudo!! -Escuchó que gritaron… -Se oyeron algunos aullidos más… Y una valiente que se ocultaba en la oscuridad le vociferó -Nena ándate conmigo que yo te monto un apartamento…

Cristina no pudo sucumbir a la memoria y en una expansión observable su mente se llenó de recuerdos qué cómo flashes llegaron uno a uno agolpándose de una manera más nítida. Miró de nuevo en dirección a la puerta que tanto la inquietaba y al ver que la persona de seguridad qué custodiaba la entrada estaba distraída contemplando el espectáculo… Sin pensarlo de un impulso se levantó de la mesa, sin que Laura ni Arian se dieran cuenta por lo metidas que estaban en el baile de Venus y se dirigió hacia la puerta aprovechando la oportunidad logró escabullirse para entrar…

El espectáculo terminó exitosamente, entre ovaciones, gritos, aplausos y, rechiflas… Un enorme coro de chicas excitadas pedían más de la misteriosa Venus… con la típica frase de ¡Otra, otra, otra, otra!… Pero el show había terminado desapareciendo la figura principal del escenario y dando paso a la programación habitual del Night. Las luces se encendieron y el programador hizo las mezclas de iluminación y sonido, arrancando con música de David Guetta vs Florida vs LMFAO vs... - What The Fuck… provocando que las chicas aun excitadas por el show se ambientaran y se pusieran a bailar…

Estando en su camerino más serena después de haber realizado su performance y, sin el antifaz que cubriera su rostro se miraba al espejo, cuando escuchó que llamaron a la puerta con un par de golpes…

-¡Adelante!-gritó pensando que sería alguna de las chicas que la acompañaron en el escenario durante el show pero al advertir que después de un rato la puerta no se abría, dudando un poco se levantó para abrirla, su sorpresa fue mayúscula al ver frente a ella un rostro con unos ojos verde penetrantes que la miraban desconcertada. Se puso tan nerviosa que al intentar hablar sintió como un nudo le ahogaba la garganta impidiéndole modular palabra alguno, sólo emitió sin mucho éxito pequeños balbuceos y los verbos nunca aparecieron.

-Cris…yo… -Cristina no la dejó continuar ya que silenció su fallido intento de expresar frase alguna al colocar sutilmente su dedo índice sobre sus labios.

Después de realizar ese acto se apartó. -Cristina pasó de largo dejando en el ambiente como una estela invisible ese perfume deliciosamente seductor tan característico de ella, se quitó el abrigo y lo dejó sobre la silla, Ana cerró la puerta y dio unos pasos hasta ella, no sabía que podría esperar de esa visita inesperada ni como podía acabar pero lo más seguro era que fuera desastrosa y se echara sobre ella con una avalancha de reclamos por mantener en secreto la verdadera identidad de Venus...

Seguía de pie tras ella contemplándola por unos segundos hasta que Cristina la miró intensamente con ojos ávidos y voraces…

-Quería decírtelo… quería contarte todo… -Susurró ya que su voz se ahogaba en su garganta que estaba seca - ¿querías? - dijo avanzando unos pasos hacia ella tenía muchas cosas que decirle, explicarle a que había ido y con toda la intención de reclamarle. Sabía que aquello terminaría en disputa, pero al verla enfundada en ese diminutivo traje y en esa habitación, imágenes de aquella noche volvieron a su mente como ráfaga en un flash back, despertando en ese momento un deseo salvaje en ella, casi incontrolable como él experimentado aquella primera vez que estuvo con la misteriosa “Venus” en ese mismo camerino.

Ana sentía esa mirada llena de deseo que ya conocía, cómo cada gesto dibujado en el rostro de Cristina. Sabía hasta lo que estaría pensando, durante todo ese tiempo en el que habían sido amantes había aprendido a reconocerla, intentó tranquilizar los latidos de su corazón, sentía como su sangre se agolpaba en su pecho y como su cuerpo se tensaba y pequeñas pulsaciones se manifestaban en su entrepierna humedeciendo su sexo. Estaba segura que sus ojos también le decían lo mismo…

Sobre el tocador se encontraba una pequeña lámpara que dejaba escapar una tenue luz que envolvía a ambas, cómo sí las iluminara desde dentro, desde lo profundo de su corazón, quizás por el deseo delirante, el anhelo contenido o simplemente el amor que sentían era testigo único de lo que estaba sucediendo.

Ana percibió en sus ojos que la incitaban, que la requerían, su cuerpo que la urgía, se acerco a ella, agarró la mano de Cristina y tiró de ella… No esperó palabra alguna, con sus ojos fijos en ella la cogió de la cintura y de la nuca y bebió de sus labios introduciéndose en su boca con deseo.

Sin vacilar Cristina respondió con una mezcla de -Deseo y rabia- de -Derrota y victoria- …Besó sus labios, jugó con su lengua sintiendo como de nuevo su entrepierna gritaba su nombre.

En la habitación solo se escuchaban los sonidos de los labios, de las respiraciones de los tímidos jadeos, de las succiones y la lucha de sus lenguas por avanzar más allá en su boca…

Una de las manos de Ana bajó hasta sus nalgas y la cogió con ímpetu, la apretó, la acarició, mientras sujetaba su nuca para que Cristina no se fuera, no la dejara, se quedara así con ella, comenzó a empujarla hacia atrás hacia una de las paredes y la apoyó contra ella, y ahí mismo quería tomarla hacerla nuevamente suya, solo suya y de nadie más…

Cristina dócilmente se dejó llevar. Pero no se quedó atrás con rapidez desabrochó el sujetador y tomó sus senos jugaba con ellos.

Los labios enrojecidos por los tantos besos recibidos, los ojos llenos de deseo, pero sin emitir palabra alguna, eran las caricias que decían lo que las palabras callaban y no se atrevían a pronunciar.

Cuando Cristina llegó contra la pared notó como Ana se lanzaba a su cuello sin miramiento, entonces Cristina gimió llenando la habitación de deseo, llevando el efecto sonoro de su rabia, las preguntas hirientes y el dolor de la duda.

Ana sintió sus manos en sus pechos y ya el fuego la abrazaba por completo con rapidez bajó el cierre del vestido y lo dejo caer bajos sus pies mientras entregaba caricias por todo su cuerpo ya desnudo, con una de sus manos buscó sus bragas, mientras que con su boca succionaba la piel hermosa de su cuello, metió su manos por debajo de sus bragas, escuchó el gemir de Cristina que la enloquecía, siempre había sido así.

Cristina sellaba sus labios con ira, evitando llamarla porque sería reconocer su entrega y su derrota… Aunque le doliera reconocer deseaba tanto hacerlo, quería gritar su nombre y su amor por ella, pero su estúpido orgullo pisoteado se lo impidió provocando retorcidos sentimientos en ella, notaba su cuerpo sobre su cadera, el movimiento de sus manos dentro de sus bragas, de igual manera ella hizo lo mismo introdujo su mano dentro de diminuto bikini, percibió su humedad, su ardor y la miró a los ojos apretando los dientes para no gritarle en su cara ¿tus putas también te calientan así? Pero volvió a cerrar los ojos al sentirla en su sexo.

Ana sentía su humedad y esa deliciosa “lluvia” que la extasiaba, que llenaba su olfato y todos sus sentidos de placer y su boca de tan deliciosa humedad que la enloquecía… Sintiendo que el oxígeno se agotaba por efecto de la excitación abrió con desespero la boca en una imperiosa necesidad atrapar el aire que le estaba faltando.

-Cris… amor… te quiero consentir, te quiero amar… eres mía Cris… mía!!

Cristina no contestaba, se resistía a abrir su boca como si sus labios estuvieran pegados… Era como perder en la batalla, era confirmarle que había ganado ante ella. Trato de no decir nada de tragarse su nombre ¿Cómo quería que la llamara? ¿Ana o Venus? Antes de que pudiera responderse ella misma sintiendo como se seguía apoderando de su sexo y de ella misma.

-Dímelo Cris –la escuchó susurrar en el oído -Ana… Ana- susurró apoyando más su cabeza sobre la pared ofreciéndole su cuello y todo su pecho –Anda dime mi nombre una vez más Cariño… Cris –insistió con la boca abierta, los ojos brillaban por el placer, que estaba sintiendo -Más quiero escucharte- Sigue… Ana sigue ahhh…

Ana la miró a los ojos rebasada por el deseo, venciendo la tímida resistencia de Cristina. Comenzó a besar sus senos con locura hasta que los besos se convirtieron en suaves mordiscos, succionaba, absorbía toda su piel, sus pezones los chupaba como queriendo beber de ellos, Ana sintió la presión que ejercía la mano Cristina sobre su cabeza apretándola fuertemente contra su cuerpo…

-Sigue… sigue… -No te detengas- decía Cristina mientras cerraba los ojos… Dejándose llevar a una espiral de locura y frenesí que la arrastraba hacía el fondo, no podía parar, no quería mostrarse racional. Toda locura y pasión se habían desbordado… Y no hacía nada por detenerse, ya habría tiempo para pensaría que hacer o que decir… Egoístamente solo le importaba lo que estaba sintiendo, con ansias pasaba su lengua por los labios y los mordía, intimando controlar su respiración que era tan deficiente, advirtió un jadear sofocado saliendo de la boca de Ana justo sobre su vientre… apretó más fuerte sus manos sobre la cabeza de Ana-Venus, quería que llegara a su sexo que sabía lo mucho que le gustaba tenerla ahí, quería ofrecerle su néctar, cerró los ojos y emitió un profundo gemido…

-Ana… por favor Ana- susurró mientras abría más sus piernas exponiendo magníficamente su sexo…

Ana sin demora se entregó a ello, pues sabía de sobra que ese ruego entre gemidos y urgencia de Cristina no era otra cosa que el deseo explícito de querer ser devorada… Bajó hasta su centro y realizó una línea recta de besos húmedos con su ávida boca, dejando un hilo de saliva. Necesitaba con urgencia llenarse de su humedad, mientras sus manos seguían ancladas en sus apetitosos senos sin poder abandonarlos. La sutil fragancia la llevó directo al éxtasis, su delicada esencia de mujer, esa aroma que llegaba hasta en sueños inundándola como una oleada que golpea contra las rocas y en la rompiente inundaba y perfumaba sus sentidos.

Mientras la saboreaba, bajó una de sus manos, con sus labios la besaba, con su boca y lengua frotaba y acariciaba su clítoris y bebía todo lo que extraía de ese divino manantial de placer…

-MMMmmm… Ana… Ana… Ana… -No podía decir más, solo se dejaba  llevar por ella, sentía como la embestía, haciéndola suya de una manera egoísta y posesiva… Solamente suya… -Así sigue… sigue… -No te detengas… hazlo más fuerte por favor…

Ana gradualmente fue intensificando el contacto de su boca contra su sexo sabía de sobra lo mucho que eso le gustaba a Cristina y donde había que tocar para prenderla y excitarla... Con su mano buscó lo que le pertenecía, ese oscuro objeto del deseo, esa abertura llena de promesas y un tesoro para sí, donde solo ella era dueña y señora de su cuerpo y sin más la penetró…

-Agh… Sí... mmm -Exclamó Cristina extasiada de placer…

Después del gemido de goce, Ana sintió el movimiento rítmico de la pelvis de Cristina, sabía cómo se sentía y que estaba a punto de llegar... Por efecto del placer mantenía los ojos cerrados, pero tan fascinada estaba por ella, que sintió la necesidad de abrirlos y mirarla hasta extasiarse de ella y que Cristina viera que ella era la persona que más la amaba. Abandonó la posición que tenía entre sus piernas… mientras su mano seguía el ritmo frenético en su sexo, acopló su cuerpo sobre la pierna de Cristina subió hasta su rostro y la miró a los ojos y se perdió en sus sensuales labios y con cadenciosos movimiento frotaba su sexo contra su pierna, deslizaba su mano al mismo y enloquecedor compás.

Cristina no dudó en posar sus manos en el trasero de Ana, apretándola más contra ella, abriendo su boca recibiéndola, llenándose de ella…

-Mírame cariño, venga, juntas, mírame... -Puso su mano en la barbilla de Cristina casi obligándola a mirarla -Ana…- le decía mientras una y otra vez sus bocas se llenaban, sus lenguas se acariciaban, jugaban -Más... más... sigue... sigue... quiero más... más... -Le decía mirándola con la enajenación reflejada en sus ojos, apretándola contra sí, más y más -Venga... dilo... dilo Ana -Le susurró con su voz llena de pasión, enardecida por el momento, se mordió el labio inferior mientras apoyaban sus frentes jadeando- Sí, cariño... te quiero... te amo Cristina aaahhh- estalló convulsionada, su cuerpo se estremeció como sí una corriente de 220 voltios la recorriera de arriba abajo. -Mmmmm, sigue... Ana ¡sigue! – Y como sí de ello dependiera la existencia misma, atrapó su cuello entregándole un mordisco, dejando una huella visible y un claro mensaje de que esa mujer le pertenecía, -Qué ella era solamente suya. Justo antes de que ella misma estallar en un éxtasis que sacudía su cuerpo y su alma-Ahhhhhhh -exhaló jadeante.

-Mi amor... -dijo Ana casi sin fuerzas, exhausta, sus músculos parecían inertes y debilitados como si hubieran recorridos kilómetros y no por las pequeñas sacudidas y movimientos involuntarios - ¿Tu amor? -Le dijo entre jadeos- Claro tu amor, es cierto - musitó con los ojos repletos de recelo. Fue entonces cuando con un movimiento que Ana no esperaba la puso contra la pared.

Ana cerró los ojos sintió algo diferente a la ultima vez ya no era ternura, parecía desquiciada por querer demostrar que ella seguía siendo quien le daba lo que quería, lo que necesitaba, que a pesar de todo ella era su dueña…

Cristina la miró como quien mira a su presa y se lanzó sobre ella para devorar su boca, la besó con tanta fuerza que Ana se quejó, pero poco le importaba, era Cristina la única que podía hacer lo que quisiera con ella. La amaba y la deseaba tanto... entonces Cristina volvió a recorrer su cuello con la punta de la lengua, sus manos bajaron hasta las bragas de Ana las cuales las arrancó en un segundo, después en su trasero que lo apretó, lo pellizcó buscando ese gesto de placer que tanto le gustaba ver.

Ana aunque sorprendida por lo duro de sus caricias, se dejó llevar entregándose a ella, a quien tanto le costaba reconocer pero la amaba como nunca antes había amado a nadie… Ni siquiera a Lucia que fue su primer amor. Cristina con fiereza inició su embate, recorrió sus senos con brusquedad, en el rostro Ana se dibujaba el placer y el dolor que le causaba Cristina, quien la mordisqueaba, pellizcaba, arañaba. Ana quería protestar en ocasiones por el dolor infringido a través de las duras caricias que le propinaba Cristina, pero se resistía a hacerlo para no ofenderla y se mordía los labios una y otra vez evitando un gemido lastimoso porque no quería que dejara de tocarla, porque a pesar del dolor que le causaba, le gustaba sentir su boca en sus pechos.

-Más, si, más... si muérdeme... muérdeme - repetía cerrando los ojos y apretando su nuca contra ella - ¿Te gusta, eh? le dijo en un tono de voz que parecía el de una extraña… Era vacía con un raro matiz que le causó temor y calosfríos que le recorrió por la espalda y no por la dureza de sus caricias... En un frío tono preguntó -¿Te gusta?- Mucho mi amor, sigue, me vuelves loca – añadió con su voz enronquecida por el éxtasis…

Cristina no contestó, sus manos recorrían su vientre, su lengua dibujaba estelas sobre su piel, su respiración estaba tan alterada que pensaba que podría morir en cualquier instante, escuchar los gemidos de Ana, la volvían irremediablemente loca…

-Si... sigue... quiero... tu boca en mi sexo... devórame... sí, mi amor…

Siguió envolviendo el cuerpo de Ana con besos, caricias, lamidas y mordiscos, viraba hacia abajo su lengua, se iba agachando y notaba como Ana con desespero se ofrecía a ella, notaba su respiración y entonces al llegar, a su sexo no se detuvo, pasó de largo ante la suave protesta de descontento por parte de Ana.

-Pídemelo- le dijo como una orden quería que le rogara - Cómeme cariño, hazlo por favor... Tú sabes que me enloqueces - pidió Ana apenas en un hilo de voz, con sus ojos cerrados, totalmente entregada a ella…

Cristina dibujó en sus labios una sonrisa maquiavélica, y entonces su lengua recorrió sus muslos, notaba como Ana con sus manos quería conducirla justo a su centro del deseo, que exigía por su boca, por sus labios y su lengua porque su sexo no podía esperar más por ella… Pero Cristina hábilmente se resistía…

-Por favor, venga cariño... ahhh... Te necesito...- sus manos trataban inútilmente de llevar su cabeza hacia su sexo que estaba urgido de ella, sin conseguir su propósito el sexual encuentro dio un giro inesperado…

-Ahora me necesitas... Ahora... -Le dijo con voz dolida frenando toda acción…

Su indiferente y glacial voz despertaron de pronto los sentidos adormecidos de Ana por la excitación. Quien abrió de inmediato sus ojos para distinguir por fin que no le hacía el amor, -No- era otra cosa, muy distinta. Ni siquiera era deseo o pasión. -Su cuerpo se tensó y todo el calor acumulado se fue diluyendo a través de una cruel y dolorosa verdad- Cris... qué... ¿qué... te pasa? ¿Qué haces? -La miraba aún con la respiración alterada y un gesto de incredulidad total- …Pues nada solo quería gritarte en tu cara que eres una mentirosa que no vales la pena y que me arrepiento de haberte amado y solo me provocas desprecio… Anda vete con ésas con las que te revuelcas haber sí consiguen ponerte así de caliente… ¿Acaso no es lo que hacías con esas? ¿O qué? Crees que a mí me puedes mentir y ver la cara de imbécil, yo también se jugar cariño- Puedo hacerlo todo y mejor de lo que tú lo haces… matizó dándose la vuelta y recogiendo su ropa para vestirse con prisa - ¿Jugar?- preguntó incrédula aun, no podía entender lo que pasaba - ¿A que vine todo esto Cris?...

Cristina no respondió solo se metió las bragas y el vestido rápidamente, se colocó el abrigo, pero antes de retirarse cogió el antifaz que se encontraba sobre el tocador, y al pasar junto Ana que seguía mirándola con una expresión de sorpresa e incredulidad… esperando una respuesta o una explicación coherente…

-Sabes cariño…  -Jajaja- Me gustó más follar en tu faceta de Venus, quizás porque sé que siempre llevará un antifaz y no una careta llena de mentira- le arrojó el antifaz a la cara y salió a toda prisa de aquella habitación sin mirar a tras…

Ana Se quedó apoyada contra la pared con su cuerpo casi inerte por el dolor y la tensión, sin ánimo… Sus músculos sin fuerza no la pudieron sostener haciéndola deslizar poco a poco hasta caer al suelo sobre sus rodillas. Así de arrodillada con su cabeza entre sus manos, comenzó a llorar amargamente como una niña. Cristina le había mostrado cruelmente en un instante la rabia que llevaba dentro. De un momento a otro la llevó de la pasión al odio, del amor a la decepción y finalmente al desprecio más brutal.

Pero lo que Ana desconocía era que de la misma forma que ella sufría y lloraba de igual manera lo hacía Cristina mientras salía huyendo a toda prisa de la disco, tratando de tragarse el llanto del cruel de acto que había montado. No entendía el por qué de su conducta, se había comportado como un ser ruin, vengativo y visceral. ¿Por qué lo había hecho? ¿Por qué sí lo estaba disfrutando nuevamente con Ana? No entendía qué había pasado en su interior, el saberse utilizada herida la trastornó y sacó lo peor de ella… Llegó hasta su auto y ya sentada dentro de este, rompió en un desgarrador grito, mientras la llamaba gimiendo y llorando gritaba su nombre como si se hubiera trastornado...

-Ana… Ana… mi amor te amo…

Mientras en el camerino Ana de a poco se fue recomponiendo, se puso de pie, tomó la ropa que se encontraba sobre el sofá y se vistió lentamente cómo si su cuerpo no le perteneciera o estuviera ajena a lo sucedido. Aun perturbada agarró su casco abrió la puerta y antes de marcharse echó una última mirada hacia adentro, sus ojos ardían y seguían enrojecidos y nublados por el llanto. Pero más le ardía su corazón que había sido arrancado de su pecho de un solo tajo…

Como una autómata salió de la disco con paso ligero sin mirar a nadie, se subió a la moto y a toda velocidad salió huyendo de allí, buscando que el viento secara su rostro y se llevara el dolor que brotaba en su desgarrado corazón…

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