Apagó su teléfono, llevaba más
de 20 km sin cobertura, así que era un desperdicio de energía mantenerlo
encendido. Llevó la vista hacia adelante y solo distinguía que, mientras más se
adentraban, más espeso y tupido se hacía el bosque, más potente el trino y más
estrecho el camino. Su chofer estaba concentrado en su tarea y dio gracias por
eso, lo menos que necesitaba era que alguien taladrase su cabeza con una charla
estúpida después de haber viajado 5 horas y recorrido casi 600 km para alcanzar
su clase.
Llegaba con dos días de
retraso… un accidente en su laboratorio le había obligado a trabajar en la
seguridad del mismo y a capacitar su grupo de investigación para evitar
accidentes. Traía en su mochila lo pesado del cansancio de un fin de semana
ajetreado y la interminable discusión con Dennis acerca de su ausencia en la
empresa… pero les había prometido a sus alumnos que los acompañaría así que
aquí estaba, dispuesta a olvidar el ruido, el olor y la velocidad de la jungla
de cemento
Repasó el equipaje por cuarta
vez en búsqueda de las 3 cosas sin las cuales no podría sobrevivir en una
situación extrema: El mapa del lugar, el GPS y lo más importante para cualquier lugar agreste:
“Un buen repelente contra mosquitos”. Midió con el paisaje si había traído
suficiente abrigo y al instante notó que había olvidado un sombrero para el sol
y en eso pensaba cuando la todoterreno clavó sus ruedas a mitad del camino de
tierra
- Esta es la entrada – Aquel
señor de boca reservada señaló una huella desdibujada que se perdía entre un
mar de árboles caducifolios – 2 km arriba los encontrará y no se desvíe del
camino que se desorientará Srta. Y si se desorienta siempre vaya al Sur
- Gracias por el consejo –
Sonrió cálidamente – y por el aventón
- De nada – le devolvió el
gesto – Espero que se divierta mucho Srta.
- Muy amable de su parte…
Respirar la naturaleza en plena
primavera fue incentivador para la caminata que le esperaba. Era una suerte que lo antiecológico de la inconciencia humana
no hubiera llegado aquí, no había basura de la estupidez humana km a la redonda…
Cargó los 65 litros de su mochila a su espalda y una mochila un poco más
pequeña, con cosas no tan fundamentales, en la mano derecha… Desde su
adolescencia que no pisaba suelo silvestre ni inspiraba aire tan puro en busca
de aventura y este bosque era un espacio idóneo… La luz del sol lo bañaba de
hermosura y de seguro la luz de la luna de misterio.
Esta segurísima que este
sendero no la conduciría a un resort así que solo se conformaba con un café
caliente y algo para masticar que compensara la pérdida calórica. Tropezó con
una piedra y equivocadamente miró hacia atrás contemplando el camino hecho y de
pronto se llenó de nerviosismo… No era de su agrado que la maleza no le
permitiera ver más allá de unos cuantos metros y se alarmó a escuchar las hojas
crujir. Y por instinto caminó con cautela en dirección al ruido apartándose del
camino señalizado y le encontró, no era más que un zorro. Con cuidado sacó la
cámara de su bolso y le tomó algunas fotografías…
Como por arte de magia el
terreno se tornó llano y la maleza cambió por hierba. Vio casonas al estilo
medieval y se alegró. De inmediato buscó la foto en su cámara, que Bodo le
había enviado con la fachada de la casa y comenzó a comparar, caminó un largo
trecho hasta que dio con ella. El silencio llamó un poco su atención y no
esperaba que estuvieran de fiesta carioca pero estaba demasiado desértico y
muerto para ser un lugar habitado por 35 personas. Rápidamente se introdujo sin
tocar la puerta y apenas dio tres pasos dentro de la casa ya se había llevado
por delante mantas, bolsas de dormir y almohadas
- ¿Hola??? – gritó esperando
una respuesta y nada
Tranquilizó la mente al cambiar
el pensamiento de un “lugar endemoniado” devora gente, tal cual película de
terror, por la idea de que podían estar haciendo alguna activad recreativa.
Comenzó a observar la vivienda y verdaderamente estaba muy bien equipada, Timo
había dado en el clavo con la elección pero había algo que no estaba pudiendo
responder: “Poco espacio y muchos habitantes”. Pasó a la cocina y observó, a
través de la puerta, el gigantesco patio trasero y la ladera del cerro. Y a los
lejos, un grupo de personas que
caminaban en una hilera india segmentada como si fueran un ejército de hormigas.
Sonrió, eran ellos, Bodo llevaba aquel abrigo horrible de color naranja furioso
que según él no era llamativo
- ¡Ahhh! – Emma, apenas escuchó
semejante grito, se dio la vuelta de un brinco repentino que le había hecho
vibrar entera y había puesto su corazón en su boca – Mierda!!! – Se topó de
lleno a Jenny recién salida de la ducha, envuelta en una toalla y oliendo
bastante bien
- Lo siento… – Sacudió la
cabeza, cerró su boca y retiró la mano que estaba en su pecho – No quise
asustarte…
- No pasa nada… – Intentó la
sonrisa pero le salió un extraña exhalación, del susto su corazón latía
acelerado y gracias a dios no había
dejado caer la toalla. Su mano instintivamente sostuvo con más fuerza la tela –
Es que no esperaba encontrarte aquí…
- ¿Que pasó amor? ¿Qué son esos
gritos? – Un muchacho apuesto, de veinte largos, de cuerpo fibroso y de
profesión bailarín, apareció en escena interpretando al héroe y volvió a pensar
que esto sí era una película de terror –
Hey!!! Emma al fin has llegado – La saludó alegremente apenas le vio
A veces simplemente pasaba que
uno maduraba o simplemente que lograba coexistir con lo que le rodeaba… Esto
era lo que rodeaba: Una morena sonriente, lúcida y recatada que mantenía un
noviazgo común y corriente con un muchacho decente y adinerado que tenía todo
para ser el hombre de su vida. Con eso trabajaba día tras día, se cruzaba en el
parque mientras paseaba al perro y compartió la mesa en el festejo por el
cumpleaños de Ben… y ahora este viaje
Quizás por primera vez
realmente estaba molesta y sin embargo volvió a sonreír. Era ella la que no
sabía decir: “No te lo permito” y Jennifer la que no conocía los frenos y ya estaba
hasta la coronilla, bien cerca de estallar… Recibir una mirada azul ingenua le
hizo apretar muelas, masticar rabia y tragar lentamente ¿Qué mierda había hecho
mal en su vida para toparse con semejante perturbada? Hacía meses que ni le
miraba y esto parecía nunca acabar… Una y otra vez se repetía la sátira y lo
único que cambiaba era el galán…
Ese disfraz de víctima ya no le
inspiraba compasión y los escasos recuerdos ya iban pasando al olvido. No
boyaba en sus orillas ni naufragaba en su locura, no eran cercanas ni lejanas, ni conocidas ni extrañas,
simplemente eran dos personas que se sonreían haciéndose un favor. Era de verlo
y no creerlo… de lo más pasional que había padecido en su existencia no quedaba
nada… realmente lucía como un juego: Habían jugado a tenerse y quererse,
después a lastimarse y ahora a olvidarse
Dolía, no lo negaría y por las
noches se hacía insoportable… pero siempre amanecía y un nuevo sol estaba a la
espera y dentro de su invierno se congelaba todo, hasta los dardos de rencor…
Le estaba permitiendo caminar sin preguntar a donde iba y seguía siendo
hostigada suavemente por las insolencias. Y ella, que siempre le miraba mirando
a otra cosa, solo devolvía indolencia y que agradeciera que aún le quedara algo
de paciencia porque si realmente de devolver se trataba podía dañarle mucho más
profundo…
- Hola Frederick… – solo movió
su cabeza y sonrió cordialmente. Los días malos se tranquilizaba imaginando que
descargaba el cartucho de una pistola en su cabeza y los días buenos lo hacía
pensando que era un “pobre infeliz” – ¿Cómo estás? – Hoy era un día bueno
- Bien! Bodo estaba bastante
impaciente porque no llegabas ¿cierto, amor? – Y Emma fue testigo ocular del
beso que se posó sobre el hombro de la morena.
- Sí! – Enredó sus dedos con
los de aquellas manos que descansaban sobre su vientre creando una fotografía
de pareja feliz para los ojos de Emma – Se contentará cuando te vea… ¿Te sientes
bien Emma? – preguntó cuándo notó lo perdido y lejano de la mirada
- Sí…
Mientras Frederick se embelesaba con la piel bronceada de su
amante, Emma observaba detenidamente las reacciones de la morena, todo eran
gestos amables y agrado… Pensó que era poco para alguien como ella pero
descubrió que era lo que quería o al menos lo que “creía” que quería… estaba en
su mirada y en su sonrisa. Este muñeco, que tenía pegado a su espalda, le
concedía algo calma.
- Bueno Emma… – La voz gruesa
cortó el momento tenso y llamó la atención de la susodicha – Quítate esa
mochila, no? Ponte cómoda… ¿Quieres café o algo? – Le ofreció toda la hospitalidad
que Jenny le negaba
- Gracias… muy amable – Sonrió
mientras colocaba sus cosas en un rincón – Espero afuera… – Se dirigió al patio
y se sentó mirando hacía la colina
- Que chica extraña… – Susurró al oído de Jenny mientras observaba
la impasibilidad con la cual Emma permanecía. Los recién llegados por lo
general traían charlas superficiales de sus viajes, ella no, solo traía una
bella sonrisa. La primera vez que le vio pensó que era retraída, la segunda que
era reservada, la tercera que era una sociópata y ahora ya era un enigma, nadie
decía nada acerca de ella ni siquiera su propia novia – ¿Por qué no habla?
- ¿Cómo? – aquello sacó a la
morena de su enajenación
- No conversa, Jenny. A lo
mejor yo le caigo mal – hizo un mueca de decepción
- No es eso! – sonrió para
tranquilizarlo – Emma es así… – No quiso explicarse mucho así que comenzó a
preparar el café
- ¿Así cómo? – se apoyó sobre
la mesada a la espera de la respuesta – Es tu compañera de trabajo, cuéntame un
poco…
- No hay mucho que contar… –
Jenny rodó los ojos lo menos que necesitaba era recordar cómo era y sonreír
como una idiota – es tímida y de pocas palabras…
- Entonces es buena entendedora
– golpeó su mentón mientras guardaba la información – ¿Y qué hace cuando no
entiende?
- Pregunta, como todo ser
humano – Levantó un poco el tono este cuestionario de pronto le resultaba
patético y dijera lo que dijera su novio no resistiría mucho tiempo la
facilidad que Emma tenía para agradarle a la gente así que lo largó todo de una
– Te comenta la idiotez que ella piensa, siempre se ruboriza y entra en un
estado nervioso a causa de la vergüenza que siente y termina haciéndote reír
porque la lengua se le traba e infla sus cachetes de la forma más infantil que
existe sobre la faz de la tierra… Le corriges, ella te agradece y te sonríe de
la manera más encantadora. Eso es lo que hace!
- Vaya! – rascó un poco su
cabeza y rio – Y supuestamente no había mucho que contar ¿Algo de lo que deba
cuidarme? No estaría bueno meter la pata…
- No le hagas preguntas
personales y sobrevivirás… – dejó una caricia en su rostro – Voy a alcanzarle
esto – Se hizo de la taza
- Amor… Yo se lo llevo – se la
sacó de sus manos y dejó un beso en sus labios – Quizás no lo recuerdes pero
solo llevas una toalla y no quiero que te resfríes
Al volver estaban en plena
guerra el presente y el pasado, cada uno colocado a un estreno del tablero de
ajedrez y mientras Frederick estudiaba meticulosamente su próxima jugada, Emma
giraba su cabeza observando con ojos ávidos todo lo que la rodeaba. Sonrió
mientras tomaba asiento a la distancia, de seguro se estaría preguntando que
hacía perdiendo el tiempo jugando un juego que ya estaba ganado, quizás evaluaba y ya había comprobado que él
no era mejor que ella así que le dedicaba a contemplar el paisaje, quizás ni
siquiera le consideraba competencia
Ella iba un paso delante de
todo el mundo, miraba un instante el tablero y movía con precisión… Lo mismo
había hecho con ella, la miró un instante, descubrió sus flaquezas y se movió
con precisión… Esto no era una pelea y una reconciliación, no era histeria ni
estupidez. La había querido muchísimo,
había soñado e imaginado y Emma había hecho lo “opuesto”, había planeado y
calculado y no pensado en ellas. Y no había agua que llenase el vacío, ni
cuerpo que le hiciese reaccionar, ni champaña que trajera olvido
Pero no era la primera vez que
algo le asolaba, no era su primer fracaso, ni su primera desilusión y tal cual
Emma lo había dicho: “No mataba” y hasta aquí llegado y era bastante… Encontró una pasión que pensó que no existía
y no hubiera aceptado vivir la vida sin experimentarla… había dejado la piel,
el corazón y el alma y realmente se lo agradecía, le reconocía todo… Pero no
dejaría caer una lágrima más a causa de la confusión
Volvió mirarles nuevamente y
ahora mantenían una plática, bueno, su novio hablaba sin parar y Emma escuchaba.
Él no era mejor que ella, definitivamente no, pero él podía bailar, podía abrazarle
y besarle sin tener que pasar con anterioridad por un cataclismo… Quizás su
mirada no le provocaba ni la mitad pero no tenía ojos para nada más que no
fuera ella, quizás no la aturdía ni la hechizaba pero le comprendía, quizás le
rozaba y no temblaba como una hoja pero podía sonreír a su lado y cuando estaba
en la distancia
Con Emma nada encontraba su fin…
No líneas, no riendas, no fronteras… siempre había más escaleras, pasadizos y
recovecos, misterios, sombras y gemidos… Tanto lo bueno como lo malo así que
estúpido era intentar un balance e hipócrita lanzar una moneda al aire para
tomar una decisión. Y el amor no hallaba su fin y el dolor tampoco pero había llegado
al punto en el cual no quería más y solo faltaba comunicárselo a Emma
- ¿Y qué tal? – Ben ocupó la
tumbona libre que estaba al lado de la morena – ¿Está interesante lo que lees?
– señaló la revista y relajó su cuerpo y pasó sus manos por detrás de su cabeza
improvisando una almohada
- Art déco… es lo que es… –
apartó el artículo de su vista
- ¡Que afectuosa bienvenida!
Los alumnos le veneran… – señaló el tumulto que se cernía en torno a Emma – ¿Tú
también corriste a sus brazos amiguita? – preguntó burlón y robándole una
sonrisa a la morena
- No! A pesar de que lo deseo
con todo lo que tengo – Redobló la broma haciendo reír a Ben – Pero Frederick
ya está enamorado de ella y solo jugaron unas parditas de ajedrez y le mira
hipnotizado. Jajaja…
- Es lo que tiene ser buena
gente – la señaló – le agradas a todo el mundo… si eres un atorrante como yo te
miran con mala cara, la vida es así…jajaja
- Creo que se llevarán bien – sentenció
con media sonrisa – Emma no parecía estar muy incómoda
- Puf!!! Eso suena muy raro –
Ben le puso mejor cara de poco convencimiento – Los ex y los actuales no se
convierten en amigos como si nada por lo general se odian
- Frederick no sabe que Emma y
yo – Y allí estaba su justificativo
- A Emma no le han hecho una
lobotomía – Rebatió con el dedo en alto llamando a la memoria – De seguro que
hace esfuerzo… Se nota que se esfuerza – Dijo con la mirada llena de pena.
Jenny era su amiga pero se había comportado como una arpía este último tiempo y
Emma como un soldado – Siempre tiene una sonrisa y un saludo cordial para ti y
tu novio… cualquiera de tus novios – le abrió los ojos bien grandes
- Lo sé… – se señaló dando a
entender que lo asumía – y hoy mismo le pediré disculpas
- No creo que esto se solucione
con disculpas – rio irónico, esas disculpas llegaban demasiado tarde – Que sí
te las aceptará, eh… pero abrirás más heridas y últimamente parece que te
divierte – y pasó a lo sutil del reproche
-Vamos Ben! Me conoces!!! – levantó
los brazos indignadísima – Hice lo que me salió y no funcionó
- No se trata de eso Jenny –
Negó con su cabeza el tiempo corría y Jenny no dejaba de estar totalmente
perdida
- ¿Y de que se trata? –
preguntó a los gritos porque ya no encontraba calma
- Digo… – se incorporó para
estar más cercano, para poder mirar a los ojos y para decirle algo que venía
repitiendo desde hacía meses y ella nunca había escuchado – Que si Emma lo
quisiera te envuelve como a un pañuelo porque estas enamorada de ella. Espera!
– le frenó cuando vio que iba a replicar – Pero Emma no lo hace a pesar de
estar justificada
- Será que ni le importa – dijo
lo primero que se le vino a cabeza
- Será que te respeta y que
está ahí como esperando a que a ti se te pase la locura – hizo un largo suspiro
– Y a ti no se te ocurre mejor cosa que traer a tu novio… me defraudas Jenny
- Ya se me pasó la locura – se
puso de pie toda irritada – por eso mismo no quiero volver a su lado – dejó la
revista en el regazo de Ben y se marchó
- Puf… Eso no te le crees ni tú
– Susurró no queriendo pelear con ella
- Adorarás esto… – Bodo le
aseguró – detrás de aquella montaña hay un río y con los chicos decidimos que
estaría genial tomar el almuerzo allí y después vagabundear un poco
- ¿Y a dónde almuerzan
generalmente? ¿Y quién lava la montaña de platos? – preguntó riendo
- Jajaja. Vamos al comedor,
esta unos 200 m a la derecha – señaló el lugar – Imposible que cocínenos para
tantas personas!!! Aunque si cocino para tantos hago que Jenny lave los platos.
Jajaja – Y al terminar de hablar y notar que no había provocado una pisca de
gracia en Emma se arrepintió de tan estúpido comentario – ¿Cómo estás Emma? –
rodeó sus hombros sin frenar el paseo
- Bien… – Su vista estaba
perdida en lo hermoso del paisaje – Ahora estoy bien…
- ¿Y qué tal el encuentro? – La
pregunta hizo que Emma mirara hacia donde se encontraba la parejita feliz –
¿Jenny te incomodó?
- No! Lo que me incómoda es su
novio – Bajó la cabeza para esconder la sonrisa – y que le abrase tanto, pero…
bueno ¿Qué le vamos hacer, no? – terminó por resoplar – No debí echarle a la
calle en ropa interior
- Jajaja Hubiera pagado por
verlo Jajaja
- Ah! No sé qué se me cruzó por
la cabeza
- Tocaste fondo Emma!!! Así de
simple!!! – la tomó por los hombros para que le mirase – Jenny se encamó con
media Alemania y una noche te trae un borracho a tu casa, una flores y una
carta de disculpas. ¿Y qué ha cambiado? Nada!!! Esta loca por dios!!! Y te esta
arrastrando hacía su locura!!! – acarició su mejilla – Y eso no es tu culpa…
- Lo sé… – se llevó la mano a
la cabeza – lo sé…
- Creo que es hora de aceptar
la renuncia de Jenny – Levantó la cabeza de su amiga por el mentón – Basta de
soportar sus pendejadas… Necesitas tranquilidad y espacio, no estás en tu mejor
momento amiga y Jenny no está alivianando la carga… está colocando bultos de
cemento extras
- Creo… – Se tomó un buen
momento para pensarlo y Bodo estaba en lo cierto. Necesitaba estar fuerte, bien
descansada y alimentada y Jennifer seguía robándole hasta el hambre – Creo… que
debes negociar su renuncia
- Jenny no tienen nada que nos
interese – Negó con su cabeza – Así que le haré un favor al dejarla marchar
impune
- Jenny tiene los contratos que
estamos buscando Bodo – Eso estaba segura. Apenas se enteró de su romance con
su alumno se hizo una sola pregunta ¿A quién le había comprado el silencio y
cómo?
- No sé Emma – el rostro le
Bodo se mostró dubitativo – ¿Tú crees que Bergmann le fiaría semejante
información?
- No para nada! – y negó con su
cabeza era absurdo dejar la suerte en manos de una perturbada. Jenny ni
siquiera tenía acciones en la academia – Creo que Jenny se los robó, de la
misma manera que robó mi contrato de tu despacho, después le chantajeó: “Tú no
dices nada acerca del polvo que tuve con mi alumno yo no digo nada acerca de tu
porquería”… Tiene una copia de esos
contratos, la mitad de la plantilla de los profesores a su favor y es rica… a
Bergmann le conviene tenerla de aliada
- Tienes razón – contestó
sonriente y dejó un beso de agradecimiento en su mejilla
- Insiste con que te los dé…
Esos contratos son lo único que relacionan a Bergmann con Frank Peters
- ¿Y si no me los quiere dar? ¿Y
si ni siquiera están en su poder?
- Acepta la renuncia – dijo
sin pensar y alegrando a Bodo, era la
primera vez que le aceptaba un consejo – Ya padezco suficiente como para
martirizarme también con ella…
- Haces lo correcto amiga –
apretó un poco su hombro
- Sí! – pues ya no había nadie
que le hiciera cometer errores – Lo sé…
- Ah Casi se me olvida – se
golpeó la cabeza y sonrió, esto era importante – Tengo una buena noticia. Hablé
con Sebastian Heisig y está dispuesto a oír nuestra propuesta
- Eso es bueno – Dijo sonriendo
– Muy bueno!
- Sí pero solo hablará contigo,
no quiere negociar con nadie más – levantó la ceja pidiendo precaución – Dijo
que te prepares un buen discurso altruista y la chequera
- Vaya! – exclamó sorprendida y
ya sintiendo nervios, negociar con él no sería nada fácil y si el viento se
ponía a su favor y él accedía, estaba en pleno fuego cruzado con Bergmann y el
cielo se pondría negro para su intimidad, hurgaría hasta en su último rincón
para encontrar alguna porquería – cuando volvamos a la academia lo estudiamos
bien…
- Sí, sí! Cómo tú quieras… Emma
debo juntar leña ¿Quieres acompañarme?
- ¿Leña para qué? – preguntó
extrañada, la casa tenía dos enormes tanques de gas licuado
- ¿Cómo para qué? Para la
fogata de esta noche… vamos Ben! – Con un grito y un movimiento de manos le
llamó
Después de otra larga caminata
estaban, sobre una manta y a la orilla de un rio, haciendo un picnic. La comida
que preparaban los caseros era simplemente fabulosa y la estaba disfrutando
mientras escuchaba las charlas que se cruzaban sobre el mantel. Pensó que
después de comer podía tomar una pequeña siesta bajo la sombra de algún árbol,
su cuerpo se lo estaba pidiendo a gritos… Paneó el medio y ya había encontrado
un buen lugar…
- ¿Tienes novio? – Se dirigió a
Emma pero al ver que repentinamente todos habían quedado con el bocado a medio
camino supo que había tocado un tema importante – Eres muy intrigante debes
tener el mundo a tus pies ¿No es cierto, amor? – Jenny no contestó. Ben le estaba mirando fijamente y sabía por
dónde venía la mano, le estaba diciendo: “pon en su lugar a tu perro” pero antes
de poder intentarlo Emma se le adelantó
- No tengo novio ni tampoco el
mundo a mis pies – Sonrió y bajó su mirada
- Lo que podemos hacer esta
noche es que los alumnos… – La morena insistió por retomar el curso de la
antigua conservación pero su novio estaba encaprichado con hacer hablar a Emma
- Ya… pero algo debe haber por
allí – Y se quedó a la espera y nadie más habló, nadie lo detuvo, nadie lo
colocó en su lugar. Todos eran conscientes de que Emma podía defenderse muy
bien sola – Dicen que los calladitos son los más peligrosos – le sonrió un poco
a una Emma que ni siquiera se inmutó con lo que escuchaba – ¿Y para qué mentir?
La vida sin amor no vale nada ¿Has amado Emma?
- Deja de incomodarla – Jenny
se acercó a su oído y habló lo más bajo que su timbre de voz le permitía – Te
dije que nada de preguntas personales…
- No quiero incomodarla, amor, solo
intento hablar un poco con ella – hizo oído sordo a lo que la morena le dijo y pasó
a explicarles a todos sus intenciones – No sé, Uds. son sus amigos y puede que
estén acostumbrados pero a mí me gusta saber un poco sobre las personas con las
cuales comparto y hablar de amor es sencillo…
- ¿Según quién? – Jenny se tomó
el entrecejo pidiendo un poco de paciencia – No digas bobadas…
- Vamos!!! Todos lo que estamos
aquí somos artistas y el arte es la
expresión de los pensamientos y sentimientos – Se encogió de hombros – ¿Qué es
lo que sacas afuera cada vez que tocas el violín? – A Emma se le cerró el
estómago, dejó la comida a un lado. Este tipo estaba mal de la cabeza si creía
que respondería a sus desubicadas preguntas
- Estas insoportable!!! – con
una falsa sonrisa le advirtió lo que pasaría si continuaba y se contenía para
no hacer un escándalo en el medio de la comida – No es asunto tuyo la vida de
Emma ni su arte… Come! – y le colocó otro sándwich en el vestíbulo de su boca y
se lo haría tragar a la fuerza si seguía con este comportamiento intruso
- Lo siento… – bastó con mirar
el enojo en el rostro de Jenny y la censura en el de los demás. No entendió
cuál era el problema, habían sido unas “preguntitas triviales” – Emma no quería
ofenderte… – Y terminó por morder y ocupar la boca en algo productivo
- No pasa nada, tranquilo – le sonrió
quitando un poco de aspereza
- Bueno! – Ben, como siempre,
deshizo la tensión – ¿Qué tal si vamos a ver un poco a nuestros alumnos? Bodo–
le codeó para que le siguiera – Y novio – a él le señaló – Vamos!
- No he terminado de comer –
Habló con la comida a medio masticar dentro de su boca
- Por que estabas hablando
demás… y metiéndote en donde no debes – Jenny había perdido la batalla con su
consideración y terminó por lanzarle un buen puñal
Emma sintió pena de la
perplejidad y aturdimiento que dominaban los músculos faciales Frederick. Jenny
era esto, una sonrisa por una lágrima, insolencia sin piedad, un sí pero no y
por lo que conocía de ella podía aconsejarle a este muchacho que se pusiera de
pie y corriera bien lejos, que no se dejase engañar por esa sonrisita y que le
concediera, al menos, media hora de tranquilidad… Después ella le buscaría
disfrazada de una nueva aventura solo porque sí
- Lo siento Emma – La vergüenza
ajena le hizo disculparse una vez que estuvieron a solas
- Esta bien pero intenta que no
vuelva a ocurrir – Recogió sus
pertenencias y sacó, de su mochila, la cámara de fotos y sus accesorios – Lo
siento y quizás sea antipático de mi parte pero no tengo muchas ganas de
conversar con él – comenzó a cambiar las lentes
- Estas en tu derecho – se
mordió la lengua porque lo que había dicho era una obviedad.
- Lo sé! – afirmó con su cabeza
y le miró – y estaría bien su no tuviera que defenderlo – quizás a ella le
respetaba pero no tenía demasiadas contemplaciones para sus acompañantes –
Mantenlo tranquilo y la rueda girará perfectamente. Pasaremos unos días
agradables…
- De acuerdo… – no pudo hacer
más que aceptar y destrabar la mandíbula mientras Emma se alejaba en dirección opuesta –
Mierda!
Se recostó sobre la manta y
clavó su vista en la inmensidad del cielo. Se preguntó: “¿De qué valía tener el
mundo a los pies?” y se respondió que: No valía de nada dado el deseo era
caprichoso y siempre nos hacía anhelar aquello que es imposible de tener.
Siempre aparecía alguien en la vida que como por arte de magia devaluaba las
posesiones, cambiaba significados y apresaba el propósito. Y si lo pensaba bien
la vida no era justa cuando ese alguien se correspondía con lo imposible, esa
era la fórmula secreta para un romance mal logrado
Pero la esperanza era lo último
que se perdía, el alma no dejaba nunca de buscar su salvación y los finales
podían eran felices. Para matar a un corazón bastaba con una sola decepción,
con una vuelta de cara o pasar una noche con otro cuerpo y ella le había
entregado una “ración importante” a Emma de eso y cuando entró en conciencia de
sus acciones perdió la esperanza, el cielo cayó a sus tobillos y se escucharon
los peores augurios para su ficción
Y los demás que se creían
sabios no entendían un cuerno. Bodo que se empeñaba con retenerla y Ben con
aconsejarle que cambiara de actitud y todo eran buenos consejos y energías
positivas pero no podían ver que justamente ahora era más importante sobrevivir
que obtener perdón. Y los días pasaban y todas las veces le encontraba más
linda que ayer y solo ansiaba partir y no volver a molestarle nunca más.
Era lo menos porque no había
escuchado cada vez que Emma había intentado explicarse, porque si le echaba de
menos buscaba a otro y porque le había devuelto el violín, que Emma había
olvidado en su casa, hecho trizas. Para sentirse un poco más ella, tenía la
maldad de buscar, de vez en cuando, en su mirada aquel brillo que confirmaba
que había amado más de lo que había prometido y la esquirla de rencor para
recordarse que había sido infiel porque Emma de alguna manera también le había
engañado
Y ahora le miraba a los ojos no
encontraba palabras, de pronto se incorporó cuando recordó que debía hablar con
ella, la vio a lo lejos y todavía podía alcanzarle así que comenzó a caminar.
¿Qué le diría? La cobardía le atacó por la espalda y estuvo a punto de dar la
media vuelta pero resistió y avanzó. Aún quedaba en su piel algo que nunca se
borraría, aun había algo en su cabeza que hacía eco y aún guardaba dos palabras
en su garganta. Por cobardía había callado y el silencio era demasiado ambiguo
para su gusto y por esa misma razón Emma siempre lo sostenía y así habían
quedado
- Emma! Espera…
- Mierda! – Apenas vio de quien
se trataba maldijo a todo lo que existía. Quería hablar y ella odiaba hablar y
entrar en conflicto ¿Para qué? ¿era que no se habían jodido la vida lo
suficiente? Estaba en un lugar abierto y se sintió acorralada, aquí no
encontraba ni una sola excusa coherente para evadirla – Mierda, mierda, mierda
– susurró
- Emma tenemos que hablar –
Sonó bien decidida así que Emma se giró lentamente – Sobre nosotras y sobre lo que pasó… creo que
es momento de que aclaremos todo
- Escucho – Señaló su oído. Le
vio tomar esa pose rígida, con el pecho hacía afuera y apretando puños, que
solo sacaba a relucir cuando quería mostrarse valiente y madura. Le dio gracia la
contradicción que mostraba lo escurridizo de su mirada
- Perdóname… – Listo! En sus
días de adicta había perdido sus últimas neuronas funcionales y conciencia le
gritó que si no quería quedar como una retrasada mental moviera sus labios y
dijera algo más – Eh… – abría la boca pero nada salía y Emma le estaba mirando
de una forma muy extraña
- Te perdono – Sonrió
abiertamente ante el nerviosismo que Jennifer mostraba
- Y lo nuestro se acabó! – La
sonrisa de Emma ya no estaba la había cambiado por un rostro inexpresivo pero
las procesiones iban por dentro. Cuando logró a volver a respirar le observó
cómo tantas veces le había observado antes, como esta mañana y como en el
instante previo a hacerle el amor y de nada volvió a sonreír
- Pensarás que estoy media loca
– se acercó a ella como contándole una confidencia – pero presentía que lo
nuestro se había acabado Jajaja – y se largó a reír dejando totalmente
confundida a la morena – ¿Debo llorar? – preguntó bien ácida
- No… – hizo a un lado el enojo,
las rupturas no eran fáciles y cada uno tenía su modo de afrontarlas – No
entiendo de que te ríes…
- Es que es gracioso jajaja – y
procuró tapar su boca
- Es importante Emma – dijo con
pesadumbre
- Es mentira! – le concedió la reserva
que Jenny pedía a cambió de poco de desfachatez – O no lo creo. Lo que sea!!! Y no le daré importancia a algo que mañana
será historia – suficiente de escuchar idioteces y volvió a retomar su camino
- Espera Emma!!! – la tomó del
brazo cuando llegó a su lado – Lo digo en serio… lo he pensado – mordió un poco
sus labios ahora culposos – te hice mucho daño y tú eres… Eres una persona
genial – y la vista se le empañó al instante – Y aunque no lo creas quiero lo
mejor para ti, lo mereces… Y creo ser es persona… lo siento – Y una lágrima
rodó por su mejilla
- Otra mentira – retiró suavemente
la mano que apretaba su mano no se dejaría apresar por esto – Quieres lo mejor
para ti… y yo te importo una mierda… Ahora te pesa la conciencia y no puedes ni
sostenerme la mirada. Mírame! – y tuvo que levantarle la cabeza desde el mentón
– Estás desesperada… – fue eso lo que encontró en sus ojos
- ¿Crees que tú puedes
aplacarme? – sacudió la cabeza con brusquedad quitando la mano de Emma de
encima de su piel – No jodas Emma!!! Solo intentando hacer lo correcto!
- ¿Engañando a un hombre que se
interesa por ti? – preguntó cargada de repugnancia – ¿Fingiendo la mayoría de
las sentimientos a cambio de un poco de contención? ¿Pidiendo que acepten tu
renuncia? Eso no es hacer lo correcto y eso se llama “escapar”
- Se fue todo al carajo!!! –
Gritó a todo pulmón – ¿A qué mierda quieres que me quede?
- Otra mentira!!! – y le señaló
con el dedo acusándola por completo – Lo que pasó fue que no pudiste perdonarme
y te fuiste a follarte a cualquiera y me dejaste a mí con todo esto – se clavó
los dedos con fuerza en su pecho – Insististe tanto por esta mierda y al primer
problema le diste la espalda… Eres una maldita caprichosa!!!
- Y tu una perra calculadora!!!
– Le señaló llena de ira – Sabes que sin esos contratos no tendrás la academia
en tu puta vida… ¿Pensante que sería tan fácil como quitarme el sostén? Me
usaste!!! – Cerró los ojos con fuerza y las lágrimas comenzaron a caer y rápido
las secó con el dorso de sus manos y se acercó a ella con todo la intención de
volver a lastimarle – ¿Cómo lo pensaste, los contratos a cambio de un par de
polvos para la bailarina inmoral? –
Sonrió totalmente perversa – Lamento informarle profesora que no lo vale la
información… jajaja
- Basta!!! – la tomó de los
brazos y la sacudió un poco – Deja de decir estupideces!!! Las cosas no son
así… lo estas entendiendo todo mal
- No quiero escuchar tus
mentiras – forcejeó para soltarse pero Emma le sujetaba con fuerza – Suéltame
demonios!!! – volvió a querer escaparse de sus manos y no lo consiguió, así que
paso al plan B – ¿Qué pasa Emma? – pegó su cuerpo al de Emma y acercó su boca
desde el mentón y mordió suavemente su labio inferior y con eso la había
paralizado por completo, Emma ya no le rozaba la piel – ¿Te sientes nostálgica?
– y teniendo la posibilidad de escapar se quedó a soplar lujuria sobre sus
labios
- Sí… – y quiso alcanzar sus
labios pero la morena se retiró un sonrisa victoriosa. Emma parpadeó y volvió a
la realidad – Echo de menos a una bailarina que solía hacerme perder la cabeza
– llevó las manos a los bolsillos y una sola lágrima escapó y no intentó
quitarla, no sentía vergüenza de lo que estaba diciendo – te le pareces pero no
eres ella… siento lo de recién – Bajó la mirada ocultando la tristeza y volvió
a alejarse
- Mierda!!! – pateó con fuerza
una piedra que estaba en el camino y llevó las manos a su rostro y se lo fregó
con fuerza. De bronca quería arrancarse la piel pero seguía llorando y viéndola
alejarse. ¿Desde cuándo no podía resolver su vida? ¿Desde cuándo callaba lo que
sentía? ¿En había dejado su corazón? Ah sí!… ya lo recordaba, lo tenía Emma y
si lo quería de vuelta… sabía lo que tenía que hacer
Se colocó nuevamente en frente
de ella e inhaló una gran bocanada para recuperar el aliento y con bravura le
besó… y las murallas que el resentimiento había levantado de golpe se
desmoronaron con sabor de sus labios… Las manos de Emma, en su cintura, casi
imperceptibles de a poco acercándola a la temperatura de su cuerpo, frío como
siempre, todo estaba en su sitio como ayer y la memoria le obligó a desconfiar
y apretarse contra ella, quizás fuera la última vez
Un momento duró y bastó para
que los labios y la piel ardieran rompiendo las cadenas que le había impuesto
al deseo. La oportunidad de sentirse entera le tentó fuertemente y volvió a
probar, a buscarse y besar la boca que causaba este incendio. Su sabor, su
aliento y humedad alimentaban el fuego que quemaba el límite que le separaba de
la locura y reclamando lo que le pertenecía introdujo sus manos dentro de la
blusa de Emma en busca de su piel
Estaba tan enredada y atontada
por la sensación que atacó con sus uñas arañando espalda de Emma y lo que
recibía como respuesta era un buen mordiscón en su cuello. Sonrió, se matarían
y estaba encantada con la idea y con esa boca que bajaba por su cuello
reparando la herida y las manos de Emma apretaron gloriosamente e impúdicamente
sus glúteos y las llamas exigieran quemarse una vez más en su boca
- No puedo… – Emma se separó
bruscamente de ella dejando a Jenny totalmente aturdida – Tu novio te espera –
Sacó de sus labios los restos de saliva
- ¿Vas a dejarme así? –
preguntó enojada, el sexo lo era todo para ella – Es la segunda vez Emma que me
haces esto y no es gracioso!!!
- Lo siento…
- Chicas!!! – Bodo y Ben
aparecieron en el lugar y Emma dio gracias a que la moral le había detenido y
recompuso un poco sus ropas y cabello – ¿Qué hacen aquí?
- Estábamos hablando – Ben la
miró con cara de incredibilidad – ¿Y Uds.?
- Veníamos a buscarte porque
tenemos un problema con la casa – Bodo notó que Jenny estaba extraña – ¿Y a ti
que te pasa Jenny?
- ¿Y a ti que te importa? –
respondió agresiva
- Que humor!!! – y recordó algo
que debía decirle – Jenny ordena tu habitación recién acabo de pasar por ahí es
un desastre. Esta tu ropa esparcida por todos lados
- Hago con mi habitación lo que
quiero – respondió inmadura
- Cuando era tuya. Ahora que
Emma ha llegado debes compartirla con ella
- ¿Qué??? – a Emma aquello la
agarró desprevenida y el tono agudo que empleó la dejó en evidencia
- Que debes compartir la cama
con Jenny – Bodo le repitió
- Perfecto por mí! – dijo Jenny
en un tono más tranquilo – sexo lésbico garantizado – y mitad excitada y mitad
enojada emprendió su retorno hacia la casa dejándolos a todos con la boca
abierta
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autor.
wow gracias por este capitulo, ya espero el proximo y creo q siempre sera asi con esta historia es simplemente genial..
ResponderEliminarsaludos Natali Chile
Ohhhh, Memo, fuerte giro de tuerca que le has dado al relato, por dios santo, entre que me quede con las ganas de saber lo que paso con el beso en el capitulo anterior, y ahora como se llevan de mal las chicas me he quedado en el aire, uffffff Memo, mi salud cardiaca esta en juego, jajajajjaja, buenisimo, buenisimo, genial, ya no se ni que decir, bueno si, escribe el siguiente rapidito porfa, me muero de la agonia.
ResponderEliminarSaludoa a todas
Betsy
Madrid
#"$"%"%#%T$#$&#$!!!!!! por qué siempre empiezas así -___-!!!!
ResponderEliminarHe tenido que llorar... no sé si de frustración, de pena o de exactamente qué pero tuve que hacerlo. La "reunión" fue absolutamente insoportable.
Ok, no. Me corrijo: HE LLORADO TODO EL PUTO CAPITULO.
Ay Jenny, hay que ser bien pendeja para no querer escuchar, definitivamente ayuda a la conciencia... aunque nadie quiere escuchar cuando está así de herida.
pffffff... dormirán juntas. El "sexo lésbico garantizado", como Jennifer tan sutilmente lo describe no lo veo tan garantizado a menos que escoja enviar derechito a Berlín a cierto chico de preguntas impertinentes.
pd. Creo que nada detendrá el amasijo de emociones que tengo en el estómago cada vez que veo una actualización de esta historia. Emma tal vez lo describiría como enamoramiento y yo me quedaría mirándola como idiota mientras habla *-*
Ah... y no le creo a Jenny eso de que la dejará tranquila después de renunciar... no sé por qué se me viene a la cabeza una imagen de ella escondiéndose detrás de estantes para observar a Emma si un día la encuentra haciendo compras en el super... y volviendo a la misma hora la siguiente semana para volvérsela a encontrar "de casualidad".
ResponderEliminarBueno, yo ya no me lanzo a hacer ninguna conjetura porque aquí nada es lo que parece y todo sale un poco o totalmente diferente a lo que me imagino (a lo que desearía) y eso lo agradezco infinitamente :)
pd. perdón! tengo millones de preguntas pero la que me parece menos intrusiva para el transcurso de la historia es: la segunda vez?... la primera es después de la noche de apuestas?
Amaranta, para mi que la primera vez fue cuando la echò a la calle en ropa interior, tremenda, Emma es tremenda si lo hizo, pero se lo merecia porque Jenny le rompio el violin que le regalo la madre, era una reliquia, ella que es rica deberia regalarle un Stradivarius.
EliminarBetsy
TOO MUCH lo del violín! :O Se le pasó mucho la mano a Jenny!!!!!!!!
Eliminarjajajajajaja, yo creo que sí y en verdad que qué bueno xD... o bueno, en realidad no tanto pero Emma tenía que ponerle un stop a eso de alguna manera.
EliminarLa verdad es que no me parece mala idea lo del Stradivarius pero me parece que no son solamente caros, sino extremadamente caros. Cualquier violín bueno y parecido al que le rompió le gustará a Emma... creo que le gustaría el detalle.
quiero mas quiero mas quiero mas, esta genial toooooooooooooda la historia, muchas gracias pero quiero mas...saludos Blanca mexico
ResponderEliminarque tensión entre ellas por dios no pueden negar lo que sienten por mucho que lo intenten, haber si se dejan de tonterias pq se estan haciendo mucho daño, aunque he de reconocer que me encanta como va la historia, mucho mas que si todo fuera perfecto entre ellas, debo de ser masoquista pero me gustan las historias de amor imposibles, asi me va, jajajaja.
ResponderEliminarbesos Memo y no nos hagas esperar mucho.Debo.
Que feo de parte de Emma anteponer la academia a todo!!! :-( Muy leal al amigo y deja a su chica para el último. Eso no se hace!!! El capi esta lleno de pistas sobre el asunto de la academia y Jenny que pintaba como cero a la izquierda termina siendo clave, me sorprendí
ResponderEliminarFelicitaciones a la escritora que pone mucho esmero en hacer trabajar nuestra imaginación
Julián
Espérate... recién registro. La hecho a la calle en ropa interior?!!!!
ResponderEliminarjajajjaja, si Amaranta, la echò a la calle, me hubiera encnatado leer esa parte, a que a veces hay que leer los capitulos hasta tres veces para pillarlo del todo bien, Memo es increible.
EliminarBetsy
oh por Dios, recién me acabo de dar cuenta de mi "horror" ortográfico :/... qué vergüenza!
Eliminary sí, te doy toda la razón, esa la pillé a la tercera leída creo y Memo escribe... escribe wow!... hay que mirarla con ojos de gato con botas hasta que nos traiga el próximo capítulo xD
Hay Memo, esta historia va para el infarto, por favor no las podes juntar y que se peleen y se lleven a las patadas, como antes, pero juntas, o al menos que Jenny no le sea mas infiel por mas que este enojada? igual es increible como narras, el clima de incertidumbre que creas en cada capitulo, por lejos es la mejor historia de amor y vos sos genial como escritora. Teresa.
ResponderEliminarPor Dios.. pensé que comenzaria de otra forma este capitulo pero Memo cada vez nos fascina mas tu historia...
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con Amaranta uno imagina una cosa para el siguiente capitulo y se encuentra con algo totalmente diferente, lo cual hace que en cada capitulo las lectoras nos intrigemos y nos emocionemos. Así como también logras que nos hagamos preguntas que ojala algun dia nos logres responder a través de un cuestionario, un chat o yo no se por que de verdad necesito que me saques de esta agonía.
POr fa Memo ojala nos deleites con otro capitulo pronto...
Kiki =)
despues de un extenuante dia de trabajo hospitalario nada mejor q encontrar tu historia para hacer volar la imaginacion¡ excelente trabajo
ResponderEliminarbesos ¡¡
Quedé anonadada con este capítulo. Espero que pronto resuelvan sus discrepancias y se den cuenta de que no son nada sin su alma gemela. ¿Qué mas puede ocurrir?, cada vez me sorprendes puesto que nada de lo que ocurre es predecible.
ResponderEliminarMuchas gracias por escribir esta fantástica historia, ojalá pronto subas otro capítulo!!!
Missu, México
Dios mio, yo tambien cometi un horror ortografico garrafal, escribir hay con h, terrible e imperdonable, ojala se pudiera culpar a la emocion que provoca Memo con su historia, pero no, no es excusa aceptable. Teresa.
ResponderEliminarme quede estupefacta con este maravilloso cap, y la historia s epone cada vez mas interesante e intrigante, aunq claro estan las dudas de lo q paso los finales de los cap pasados.. pero supongo q en el transcurso lo aclararas
ResponderEliminarPor favor necesito un nuevo capítulo!!!
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