Y tiempo avanzaba envolviéndola en una rutina que
era un tanto aburrida pero segura. Era su vida anterior,
los días estaban repletos de obligaciones y las noches repletas de cansancio,
volvía a la penumbra del claustro para guardarse todo lo que no quería decir y
alcanzaba una normalidad que solo se cortaba con las prolongadas punzadas en la
cabeza que lastimaban hasta forzar el olvido y la pérdida de conciencia… En
algún momento se acabaría, de una manera u otra tenía que acabar…
Una sola vez, Bodo, le había preguntado si le
extrañaba y su respuesta había sido un escueto “No lo sé” y esa era la verdad.
Se enajenaba en sus propósitos y lo que le obsesionó toda su vida volvía a
aprisionarle el pensamiento y como todo buen “transformador” consumía lo que estaba
a su alcance y lo innovaba sin corromperlo porque no se animaba a más. No era
la tristeza de existir ni las ganas de morir ni el privilegio de sufrir,
aquello no le daba placer, era resistir a la “mano dura” de la sentencia que le
robaba el alma
Hacía años que había caído de rodillas con la cabeza
gacha y en vez de pedir perdón y arrastrase a los pies de alguien prefería
besar lo desabrido y áspero del suelo. No esperaba más que sobrevivir en la
vida pero no lograba estar lo suficientemente ciega y desesperada como para
preguntar y aceptar una respuesta mentirosa, ni tampoco lo suficientemente rota
y desalmada como para pisar y no dejar pisar, ni mucho menos seducida y
abandonada como para regalar besos falsos.
Al fin de cuentas el tiempo nunca era piadoso y
siempre terminaba llevándoselo todo… Aquello que parecía no tener salida, que
ahogaba en la espera y que agitaba de desesperanza lo había olvidado porque
ahora estaba cubierto de “obligaciones” que le hacían trabajar más de la
cuenta. Y en alguna parte de su cuerpo estaba cautivo ese “recuerdo prohibido”
y en algún lugar de su cabeza guardaba “la llave” pero ya nadie venía a
enamorarle y mucho menos a recordarle…
Apuró el paso y empujó la puerta de entrada con su
hombro y sin despegar su vista de la carpeta que tenía en sus manos se adentró
en la cafetería. 10 minutos de retraso para ella eran comparables con el fin
del mundo y sabía que no repasar su clase por la mañana le haría tartamudear en
frente de sus alumnos así que murmurando y contando contenidos con los dedos
siguió avanzando.
- Oh!!! Lo siento… – Rápido, y sin mirar a quien
había colisionado, se agachó a recoger los papeles
En cambio ella no hizo ni la prueba de moverse,
simplemente miraba como Emma ordenaba con manos habilidosas y precisas y bastó
con echar un vistazo a todo lo que les rodeaba para preguntarse, después de dos
meses de lo ocurrido… ¿Qué era lo que estaba haciendo?... ¿De quién se había
alejado? ¿A quién había lastimado? Irremediablemente ahora todo eran rumores y
recuerdos, discreción y respeto, choques y anulaciones… como si nada hubiera
existido…
- Listo! Esto es mío y esto… – Y se incorporó
lentamente, como de costumbre, sus pies estaban en alguna posición de Ballet –
Es suyo…
Emma distinguió, al instante, lo duro y vacío de la
mirada azul y no encontrar ni siquiera desprecio le hizo endurecer su propia
mirada. Ya no era más la Emma “tímida e inocente”… dos meses también habían
transcurrido para ella… quizás su casa era un desastre, quizás se había
golpeado la cabeza demasiadas veces en sus desmayos y quizás lastimaba de tanto
brillar… Pero las miradas que provenían de este lugar ya no le eran imposibles
y menos aquellas que no transmitían nada
- Profesora Hartmann
– acercó un poco más los papeles – lo siento… Buenas tardes – un lento
parpadeo
Una vez que los tuvo en su mano solo le quedó la
oleada con aroma a mujer y a pasado y no acometió contra lo débil de la
garganta y el estómago, esta vez pesó en la conciencia. Porque a causa de todas
estupideces que había dicho y hecho solo le quedaba un saludo cordial y un
choque “sin intención” que era inconsecuente, cuando antes, alcanzaba con un
roce para poner el mundo al girar al revés. Relamió un poco sus labios ante la
sensación de sequedad, y sin mirar atrás, avanzó, en lo que ahora, lucía como
un desierto
- Es que no entiendo a las mujeres… ¡Y menos a las
lesbianas!... No se hablan y con un par de miraditas ya saltan chispas por
todos lados ¡Hay que ser ciego para no verlo! – Dejó caer la espalda contra el
respaldar de su silla, abrió las piernas y sus nudillos golpearon su frente en
un evidente signo de testarudez
- Jajaja Ellas no lo notan…o no lo quieren notar, lo
que sea – los dos habían observado la escenita desde la distancia – Pero están
en un ambiente cerrado y lo cargan de algo… hay algo… – Hizo la mueca de querer
atrapar ese “algo” entre sus dedos – En la sala de profesores pasa lo mismo y
encima se llaman por sus títulos en ese tono tan “profesional”… Me apuesto que
más de un profesor le dedica pajas…jajaja
- De seguro!!! Jajaja – le pidió con un movimiento
de mano que se acercara – Para mí Piet es uno de ellos – y le hizo con la mano
el gesto de la masturbación masculina – Emma le tiene fascinado…
- Jajaja – Bodo comenzó a beber su café
- Es una pena… – Bodo se asombró al ver el cambio
anímico tan repentino, ahora miraba lleno de nostalgia a ningún lugar en
particular – A mí me gustaban…
- ¿Te la machacabas pensando en ellas? Jajaja – intentó
desesperadamente volver a la conversación anterior dado a que sabía que Ben
insistiría con algo que ya estaba concluido y que era lo mejor para todos
- ¿Qué dices? No… – sonrió y negó con la cabeza – Me
gustaban como pareja… No sé tenían algo de “cuento”… algo de “moraleja”…
- ¿Moraleja? – Eso lo había perdido completamente
- Sí! – afirmó con su cabeza porque estaba
convencidísimo – Al menos a mí me han dejado algo profundo – se encogió de
hombros – Que se puede sufrir más deseando que olvidando y que cruzar armas es
una forma distinta de intercambiar y que en los intercambios a veces damos todo
sin darnos cuenta… como que se nos escapa sin querer y lastima – y clavó su
mirada de ébano en azul sorprendido de su acompañante. Estaban en plena guerra
y los dos colocados en trincheras opuestas y si podían hacer un paréntesis para
hablar con tranquilidad de la “paja” también lo podían hacer para hablar de sus
respectivas amigas – ¿Por qué crees que ni se miran?
- No lo sé… – sonrió inquieto porque tenía una idea
un similar a la de Ben pero era imposible. Emma lo hacía imposible porque cada
vez que habían discutido sobre la academia no había piedades para Jenny, no
había nada, ni bueno ni malo, sólo quedaba una máquina que ideaba con fervor y
tanto miedo le había propiciado ese borrón y cuenta nueva que él mismo había
pedido que dejaran a la morena libre de culpas – Quizás realmente se acabó –
posó los ojos sobre el trabajo
- Me gusta pensar que se esquivan porque son
conscientes de que la próxima cruzada será “fatal” – sonrió e hizo un pequeño
temblor – Me gusta más que creer que se acabó… y es condenadamente
romántico…
- Te hace falta un buen polvo – No hablaría nada más
con él y su trabajo no era el de casamentero – sigamos con esto…
Apenas desplegó el mapa sobre la pizarra algunos
silbidos, negaciones y palabras de desprecio dedicadas a la geografía hicieron
eco en su salón. Los “hijos del demonio” hoy eran una bendición, eran lo más
genuino de su trabajo y eran los únicos que le daban algo gracia al día… Ellos
habían llevado su clase a la popularidad y a veces las personas no cabían en el
aula y las manos solían sudarle en frente al desafío haciéndole recordar que su
único deber era “educar”
Y había tenido un buen enfrentamiento con la Junta,
más bien con Bergmann y su esposa, a causa del espacio físico y del confort de
sus “verdaderos alumnos”. Stefan había rechinado los dientes con furia cuando
la decisión final rondaba entre un aula de mayores dimensiones o unos
seminarios gratuitos pero que sumarían una buena cantidad de dinero en su
salario mensual. La idea se fundamentaba en que ya había pasado bastante tiempo
desde la última vez que la academia había hecho algo por sus alumnos y ahora
que el presupuesto alcanzaba…
Su clase ya era una espina clavada en el culo de los
conservadores que tiraban de los hilos y los derechos de alumnos eran la llama
que ardía debajo de la soga y Bergmann podía ser un gran empresario pero a
veces se le pasaba por alto el hecho de que su negocio lo alimentaban los
alumnos y nada peor que clientes descontentos… y nada más “agitador” que
alguien le incentivara a formar parte y hacer uso de lo que les pertenecía
- Bueno… – Dio unos aplausos para llamar su atención
– Espero que todos sepamos que este es un mapa de nuestro país, no?
- Sííí…
- De acuerdo – tomó una gran exhalación – Nos hemos
ganado un viaje… a cualquier punto del país – señaló el mapa vagamente – Así
que debatan justamente… lo cual significa que no pueden tirarse de los pelos ni
muchos menos extorsionarse los unos a los otros – advirtió con el dedo en alto
– Y cuando tengan algo claro, aquí estaré yo – señaló su escritorio – redactado
los permisos
- Biennn!!! – todos saltaron de sus pupitres de la
alegría y estamparon rápidamente sus ojos en frente de la lámina
- Yupi! – susurró irónica dado a que este viaje era
por demás de inoportuno. Tendría que volver a pedir días en la empresa, Dennis
pondría el grito en el cielo y cargaría de trabajo nuevamente a Lara. Solo
podía rogar porque no fuera en la punta opuesta y con un gran suspiro se sentó
en frente del ordenador a trabajar
- ¿Profesora esto lo paga la academia o debemos
pagarlo nosotros?
- ¿Por qué nos ganamos un viaje?
- ¿Cuántos días son?
- Eh… – tres alumnos y tres preguntas a las cuales
no tenía respuesta. Bodo solo le había dicho que escogiera algún lugar del país
y ya – Eh…
- El viaje está todo pago por la academia – la voz
de Jenny se hizo presente y con pasos sensuales se adentró. Sostenía en su mano
un folio y un bolígrafo, allí apuntaba sus opiniones acerca de las clases que
presenciaba, y según Bodo, siempre eran positivas – Dura una semana. El motivo
es la…
Su voz de a poco se perdía y tanto que ya ni
siquiera podía oírle… y como no era la primera vez que ocurría comenzó a
teclear… La indiferencia era una nueva forma de hablar y estaba bien, porque lo
único que había aprendido, de lo vivido con Jennifer, era que debía aceptar y
sin rechistar lo que le “tocaba”, tanto sus acciones como las de los demás, lo
racional e irracional y el extraño revoltijo que se armaba entrañas cada vez
que tocaba verle con alguien más
Al principio pasaba que los celos traían un inmenso
ardor y tal cual como venían se retiraban… y sin embargo no le quitaba el sueño
ni la respiración lo sexual y apasionado de los amantes… y quizás Jennifer le
había dejado más de lo que creía y más de lo que toleraba pero ahora el “sexo”
se veía cómo una “acción cualquiera” y no sentía miedo al aceptar que presumir
deseo no era más que un juego en el cual la morena era una profesional
No había perdido nada, se había doblado un poco en
frente al asolamiento de semejante tempestad, pero al final solo quedaba el
rocío sobre su cristal, el brote de una flor y un nuevo sol… Y de misma manera
que no sabía ser feliz tampoco sabía sufrir y al igual que el viento se llevaba
las tormentas también se llevaba los juramentos
y si algún día había amanecido tarareando una canción también lo había
olvidado…
- ¿Ha escuchado profesora? – Emma retiró la mirada
de la pantalla – Hemos ganado el viaje por nuestro buen comportamiento!!! –
Timo saltó alegre en un abrazo grupal con otros compañeros
- Pues… felicitaciones – sonrió levemente con la
intención de volver a su redacción
- Y podemos llevar a otra clase con nosotros!!!
Porque somos pocos en cantidad… Y hemos decidido que será la clase de la
profesora Hartmann – Y señaló a Jenny que, al igual que ella, lo miraba con un
asombro que cubría el recelo
- ¿Por qué??? – las dos preguntaron al unísono
- Porque tenemos más amigos en esa clase y pintamos
el mural con ellos – Luzi se encogió de hombros y las miró algo extrañada – La
profesora dijo que podíamos elegir a cualquiera
- Es que es así… – Jenny miró a Emma casi pidiendo
disculpas
- Además las chicas de Ballet están buenísimas… ¿Qué pasa? – Timo interrogó de inmediato –
Parece como si Ud. no quisiera ir de viaje con nosotros – señaló a Jenny y
después a Emma – y como si Ud. no quisiera que ellos nos acompañen, profesora –
Y este era un momento incómodo para las dos, aquel mocoso parlanchín les había
tirado a la cara una buena cuota de realidad
- Sr. Özgül… – Que Emma se pusiera de pie y con la
mirada oscura era un mal presagio. A Jenny no se le había olvidado esa hermosa
cualidad que le permitía “desmentir” a cualquier costo y Timo no era más que un
alumno un poco lanzado
- Pasa… – Levantó la voz para aplacar lo que se
avecinaba – Que no llevo bien con la naturaleza – se encogió de hombros – Mis
zapatillas de Ballet no son todo terreno y las arañas me dan pavor – al pensar
en ese miedo un escalofrío recorrió toda su espalda – y la tierra también… y
esa “vida campestre” a la cual no estoy acostumbrada – y terminó cruzándose de
brazos y agachando la cabeza
- Jajaja – Timo se acercó un poco a ella y se
permitió apoyar una mano en su hombro – ¿Qué terror, no? – y sus dedos
representaron las patas de un araña en frente de la cara de pavor de Jenny
- ¿Saben a dónde viajarán por lo menos? – Si algo
odiaba, Emma, eran estos tipos de cuestionamientos precipitados y triviales.
Sin un lugar definido no sabrían si habría arañas o tierra, si dormirían en un
hotel o en una tienda, si debían cazar para alimentarse o simplemente entrar en
un mercado y bramar una tarjeta de crédito
- Viajaremos!!! – dijo con entusiasmo – Todos
iremos!!! – descolgó el mapa de la pizarra y caminó rumbo a la salida seguido
de sus compañeros
- ¿Dónde van? – preguntó levantando sus brazos y
cruzó una sola mirada con Jenny que estaba llena de incredibilidad y a la cual
la morena solo le levantó los hombros
- A preguntarles a los chicos de Ballet a donde
quieren ir ellos y sin extorsionarlos – dijo con el mentón alto casi
envaneciéndose de sus actitudes de chico bueno – Por cierto… ¿A dónde están? –
le preguntó a Jenny
- En la ducha – consultó su reloj pulsera – Hace 5
minutos acabó la clase
- Los esperamos afuera y sin hacer ruido – Y a la
espera se quedaron y con su mejor mirada de súplica para para influenciar en el
dictamen de su profesora
- De acuerdo… – Terminó por ceder ya que lo que
harían era lo justo – Vayan al jardín o la cafetería, después los alcanzo… –
“Adolescentes” le susurró la cabeza
- No iré… – Y casi se le escapa a su iodo esa
negación que venía desde 2 metros de distancia – conseguiré a un profesor que
cubra mi puesto – Sonrió y arrugó sus labios – después me envías los permisos…
- Debería pensarlo un poco más… – Y volvió a
sentarse y a llevar su mirada a la pantalla – Se maneja muy bien con ellos…
- No creo que los extravíes – Sonrió un poco más
amplio pensando en que no estaría nada mal que dejara a Caro olvidada en el
medio de la nada – Lo hará bien profesora – y comenzó la retirada, no había
clases ni tampoco razón para quedarse
- Pero quizás ellos quieran que Ud. les acompañe,
son sus alumnos profesora – dijo frenando los pasos de la morena. Se tomó un
momento para mirarle a la cara porque el trabajo estaba por encima de todo y
ahora más que nunca – Y de seguro que mis alumnos también quieren lo mismo – no
le quedó más que admitir la obviedad
- Puede ser – lo pensó un poco y Emma, como siempre,
estaba en lo correcto – Cuenta conmigo entonces…
- Gracias – dijo con un leve asentamiento de
cabeza
- De nada… Ah!!! Casi se me olvidaba. Hoy sí podré
acompañarte a la negociación de los contratos
- De acuerdo… Nos vemos más tarde entonces…
Apenas cerró la puerta, a su espalda, suspiró largo
y tendido porque las rodillas estaban débiles, a consecuencia de que Emma
alcanzaba los deseos ajenos y por el efecto que causaban sus gestos… Avanzaba a
pasos agigantados en este lugar y estaba en boca de todo el mundo menos en la
de ella… con su maldita benevolencia estaba obligando al cambio y Bodo le había
dicho que si no permanecía aquí para verlo, con sus propios ojos, le
denunciaría ¡Vaya ironía! Emma no les permitía a sus alumnos que se
extorsionasen
Así que ahora ni siquiera podía ser prófuga de lo
que le laceraba y no acostumbraba a huir de lo que amaba pero ver a Emma, día
tras día superarse, mientras ella caía más profundo en el pasado, era un puto
castigo que debía pagar. Y quizás estaba excedida y con los sesos reventados
pero se jactaba por no haber “llamado” ni una sola vez, por lograr ponerle
cadenas al deseo y por nunca haber perdido la compostura cuando estaba en
frente de ella.
Ben solía decirle que cuando todo acabase sería más
fácil, que esto no era personal, que no querían aplastar su cabeza y claro que
no lo querían… Ella no era más que una empleada sin moral, poco profesional y
adicta que cambiaba sus horas de sueño por el éxtasis que le daba darle la
espalda a toda esta situación, ella bailaba y se divertía mientras todos
peleaban pero… A veces pasaba que le entraban muchísimas ganas de correr y
sabía a donde quería llegar y sabía lo que quería hacer pero se enredaba y
comenzaba a comprender…
Que si le buscaba la encontraría, que si penetraba
en su mirada le descubría, que si le sonreía le lastimaría y ya no creía que
esto fuera un juego de niños… solo sabía que se había acabado… Que a lo mejor
Emma tenía todo lo que ella buscaba en otra persona pero le faltaba “algo para
dar o alguien para estar”… Y en la soledad ni siquiera acompañaba el dolor… Y
hoy Bergmann también le había apretado, quería saber todo sobre los jugosos
contratos que tramitaba la nueva estrella del lugar…así que a trabajar
Estar en un segundo plano le había permitido notar
dos cosas… que Emma tenía procedimiento bastante riguroso e inútil con su
comida, una “manía” que consistía en respetar un orden preciso al hinchar los
alimentos de su plato, para después llevarlos a su boca y que su estómago los digiriera
como él quisiera. Y por el otro lado esta mujer bella, interesante y talentosa,
quien engañaba con su femineidad y la cual no había parado de insinuársele a
una Emma que estaba concentradísima en comer que no notaba nada
A veces pasaba esto, que no teníamos interés en el
producto si no en quien nos lo vendía… y por lo general hacer de los negocios
placer era una pésima inversión, dado a que el placer era un momento… Pero de
la misma manera que las armas estaban hechas para la guerra Emma estaba hecha
para complacer…Y en cierto punto entendía a esta “mujer calentona”, que cruzaba
de medio lado sus muslos generosos para el deleite. No había nada mejor para un
predador que un pobre cordero indefenso que técnicamente venía servidito en
bandeja… “pobre ilusa” se descalabraría apenas Emma colocara un dedo encima de
ella
No podía definir qué era lo que le molestaba más…
Haber perdido esa imagen inocente y angelical que tenía de Emma aunque si
asumía con madurez esta faceta de mujer sin corazón no le era nada despreciable
o tener que escuchar todos esos halagos baratos, mezclados con una conversación
que estaba disfrazada de inteligencia, que la estaban llevando al hartazgo o
que esto le estaba afectando más de la cuenta siempre podía hacer iodos sordos
y retirarse de manera civilizada
- Disculpen… – con una sonrisa sensual, que tenía un
blanco marcado, abandonó la mesa
- Me voy… – Se puso de pie con la cartera en mano
- ¿Qué se supone que estás haciendo? – preguntó al
verle dejar un buen fajo de billetes, que era dinero en demasía para lo que
habían consumido, sobre la mesa
- A mi cuenta – sonrió después de apurar el último
trago de su copa – ha sido una velada diferente
- Esto lo paga la academia – dijo con el ceño
fruncido
- La academia paga por las reuniones de trabajo
- Esto es una reunión de trabajo... así que recoge
eso! – llevó la mano a su entrecejo porque era imposible que hubieran cruzado
un puñado de palabras y ya se sintiera ofendida
- Mira Emma… esa mujer está esperando a que me
evapore para poder invitarte una copa en su casa… Después follarán y
dependiendo de tu desempeño en la cama firmará o no esos contratos
- ¿Que dices??? – Y se puso de pie para quedar a su
altura – ¿Estás loca??? – Y de sólo pensarlo le dio repugnancia
- Digo lo que veo – Apoyó el dedo en la mesa y no
perdió la oportunidad de enfrentarla. Quizás no tenía ni idea de cómo se movían
las cosas entre las “lesbianas” pero podía distinguir el coqueteo y el
deseo
- Alucinas… – Dijo con una sonrisa incrédula
- Estás ciega… – fue su rebatida espontánea – Y tú –
le apuntó – estás loca si crees que me
quedaré a verlo
- Espera! – la tomó por el antebrazo antes de que se
le escapara – Pensaré que esto… te… incomoda
- Tengo celos! – admitió descaradamente – No me hace
ni una pizca de gracia ver como alguien intenta llevarte a la cama… disculpa
soy así de egoísta y engreída… y estoy segura que ella no te lo hará pasar tan
bien como yo
- Pues… – asintió con la cabeza y volvió a sentarse
totalmente relajada, todo esto se trataba de sexo y no era un asunto que
quisiera discutir con ella – yo te he visto con 6 personas irte a la cama y
aquí estoy – se señaló y sonrió, estaba intacta – y estoy segura de que cada
uno de ellos te lo hizo pasar “tan bien
o hasta mucho mejor” que yo – llevó la mirada a sus manos – Eso no mata…
- ¡¿Qué mierda sabes?! – dijo ahogando lo que quería
escupirle a la cara – A ti todo te da igual!
- Tal cual… – llevó las manos a sus bolsillos y
sosteniendo la mirada propuso la primera locura – ¿No crees que sería mejor
olvidarnos de todo?
- ¿Eso es lo que quieres? – ahora la que sentía asco
y repulsión era ella ¿Quién demonios era la persona con cual estaba hablando? –
¿Quieres olvidar? Hazlo tú… Yo soy un poco más valiente que eso
- La valentía nada tiene que ver con el dolor –
preciso, inteligente e hiriente
- Claro que no… El dolor viene de las heridas… Y
puede que tú no pierdas la calma, que no sangres ni grites pero eso no
significa que no te duela ni muchos menos que no puedas causar heridas – y
salió del lugar sin ver la media sonrisa en el rostro de Emma
- ¿Puedo hacerte compañía? – alguien gritó a su oído
y lentamente rotó la cabeza para observarle objetivamente. Era lindo y un buen
candidato a polvo así que le ofreció la banqueta que estaba desocupada a su
lado – Gracias… – Jenny no respondió nada, solo pitó su cigarrillo y se quedó a
la espera de todas las idioteces que le debía escuchar antes de hacerse rogar
un poco para hacer el amor – No soy el mejor…
- ¿Cómo? – pues aquello la había sacado de foco,
estaba a la espera de un nombre o de alguna profesión ostentosa
- Que hace rato te estoy observando – dijo algo
avergonzado – Y que he visto todos los hombres que te han abordado y no creo
que sea mejor que ellos… Por cierto están haciendo cola detrás de ti – Y la
morena miró por encima de su hombro y efectivamente había un grupo de hombres
cercano – son como una manada de hienas… Jajaja
- Tú no eres mejor que ellos – el comentario cortó
la risa de su acompañante de ocasión
- Tú no eres como todas las chicas bonitas que beben
sola en la barra de un bar y solo por eso te invitaré una copa – hizo un
repiqueteo con sus dedos sobre la barra
- No tienes que hacerlo – se negó al instante – Deja
yo…
- Yo soy el hombre… Cantinero! – Jenny simplemente
lo dejo hacer, algo en su cabeza le dijo que quizás podría ser gracioso – Otra
botella de lo que ella este tomando…
- Jenny? – aquel cantinero solo recibió un leve
parpadeo afirmativo – Aquí tienen…
- Esta buenísima – puso su mejor cara de deleite y
la morena simplemente le sonrió – Dime ¿por qué estas triste? ¿Un hombre te ha
partido el corazón? Porque solo vienes a un bar a beber cuando quieres olvidar
las penas
- Así parece… – Jenny volvió a observarle y algo en
él llamó su curiosidad – ¿Porque estás tú aquí? ¿También un hombre te ha
partido el corazón?
- Yo pregunté primero – respondió con astucia y
hasta rio de su comentario y eso le gustó y ya estaba casi segura que
descargaría toda la mierda de su día en su cuerpo
- Te haré una pregunta bonito – sonrió, se giró en
su asiento para mostrarse bien y puso sus pies en “sur les pointes” – ¿Cuál es
mi profesión? ¿Qué te dice lo que ves?
- Mmm… – la miró de pies a cabeza y después de unos
segundos sentenció – Abogada o algo por el estilo…
- ¿Abogada? – Eso estaba bien lejos de la respuesta
que le había dado Emma y se sintió segura, esto era seguro. No había enigmas
por resolver ni frases que harían eco durante semanas – Seré abogada si
quieres…jajaja
- Se tú misma… creo que es más fácil – y esa sonrisa
invitadora terminó por convencerle
- Lo has pedido… – cruzó sus piernas, apoyó la
cabeza en su mano y mordió un poco sus labios – estoy aquí, tomando un trago contigo
y con todas esa hienas riéndose a mi espalda, porque lo que más deseo en esta
vida posiblemente esté follando con otra
- Ouch!!!
- Porque otra mañana ocupará mi lugar en su
almohada, y ya sabes, antes de entrar a su cuarto con un revólver y volarle las
tapas de los sesos
- Mejor una copa con un extraño – chocó sus copas en
un pequeño brindis por las casualidades – Haces lo correcto
- Gracias… – bebió un poco de su copa
- Pero hay algo que debo decirte… Eres… – la señaló
– eres hermosa y estoy seguro que puedes conseguir a cualquier hombre que
quieras
- Eso es cierto… pero mi problema es que lo quiero
no es un hombre… si lo hubiera querido me hubiera llevado a casa a uno de esos
musculosos
- Hay mujeres aquí también – miró hacía todos lados
dentro del local ya casi sintiéndose triste por la derrota – y tampoco creo que
con ellas se te dificulte
- Es que no entiendes – negó con el dedo – No lo
estas captando bonito – y centró en lo que debía beber para mañana sufrir y así
no tener que pensar – No sabes lo que esa desquiciada puede hacer sentir…
- Explícamelo – sugirió con entusiasmo – No tengo
nada mejor que hacer…
Apenas escuchó los ladridos del perro abrió sus
ojos, eran anticipados porque nadie había llamado a puerta o quizás era un gato
o algún simple ruido que encendía las alarmas del can, giró en su cama
cubriéndose un poco más con la manta. Extrañaba a la música y hacía esfuerzo
por no olvidar esa canción pero era en vano cada vez que lo pretendía flaqueaba
y así que cerró los ojos intentando conciliar el sueño…
- y??? –preguntó cuándo la morena volvió hasta él
- No he podido… – estaba agitada por la carrera que
había hecho a toda prisa desde la puerta de la casa de Emma hacía su coche y
recompuso un poco el ramo de flores que sostenía entre sus brazos – Estaba el
perro y comenzó a ladrar…
- Pero solo debías pasarla por debajo de la puerta y
a estas dejarlas en el piso… Dame eso!!! – arrebató la carta de las mano de
Jenny y se bajó del coche dispuesto a realizar esta misión que para este par de
borrachos era cuestión de vida o muerte
- No, no, no – intentó hacerlo desistir pero no pudo
– No creo que sea buena idea… otro día dejamos la carta y las flores
- Que va! – cruzó la reja de casa de Emma – te has
dejado el corazón en este papel, unos cuantos euros en estas bonitas flores y
has pagado la champaña costosa. Eso lo mínimo que puedo hacer por ti
- De acuerdo… hazlo rápido – y miró hacia todos
lados y el corazón latía con fuerza. Se dijo que solo eran unas flores, una
carta y la borrachera obligándole a hacer diabluras. Y le rogó a dios que nadie
estuviera viéndoles y menos que pensaran que eran ladrones o algo por el
estilo… No quería terminar presa por una patética declaración de amor
- ¿Qué es esto???
La morena solo alcanzó a ver la puerta abierta, Emma
en pijama y con su mejor rostro de confusión y el salto que el perro hizo en
dirección de su más reciente nuevo amigo, el cual para su desgracia estaba de
cuclillas intentando pasar la carta. Emma tardó en reaccionar y después de algún
tiempo de lucha logró calmar a Amigo y alejarlo de su víctima, la sangre ya
estaba brotando del antebrazo y manchando todo lo que estaba a su alcance.
Ahorcándolo con el collar, lo llevó al perro a la rastra hacía dentro…
- Mierda! Mierda!!! Mierda!!! Que perro de mierda!!!
– sostenía su braz
- No sé qué ha pasado… es un cachorro tranquilo
¿Cómo te sientes? – Era la pregunta más estúpida que podía hacer pero no se le
venía nada mejor a cabeza. La cara de dolor y la sangre le hicieron estar
lúcida de pronto – Médico!!! debemos ir a un médico… Eso no tiene buena pinta
- Ven! – Emma estaba de vuelta, le ayudó a
levantarse del suelo y observó minuciosamente la herida – Entra… debes lavarte…
Jennifer ayúdale por favor
- Aquí… – lo llevó hasta la cocina, más precisamente
hasta el fregadero y abrió el grifo
- Súbele la manga – Emma le aconsejó y ya estaba con
el teléfono colocado en su oreja– Norbert!!! Siento la hora pero… No, yo estoy
bien… Es que aquí tengo un muchacho que Amigo ha mordido – se acercó a ver
nuevamente la herida – Necesita puntos de sutura, antibióticos y una
antirrábica por las dudas… Gracias hermano. Tomen asiento por favor y aprieta
esto sobre la herida – Les dejó una toalla sobre la mesa a pesar que Jenny
estirado su brazo – Ya llega el médico… ten paciencia por favor
- Oye ha sido mi culpa… no debí – Aquel chico
intentó explicarse
- Después! – ni siquiera le dio la cara mientras le
hablaba – Ahora lo importante es que dejes de sangrar ¿Estás vacunado contra el
tétanos? – preguntó de pronto
- No lo sé…
- Perfecto! – Y desapareció nuevamente
- Tiene un carácter de mierda… – sonrió entre el
dolor que le provocaba la morena mientras presionaba su antebrazo – pero no
está nada mal…
- Odia los problemas – explicó con una sonrisa – Le
hemos despertado en medio de la noche y te ha mordido su perro…
- ¿Entonces hemos metido la pata bien profundo,
no?... Lo siento parecía un plan perfecto
- No pasa nada, no es tu culpa… es solo que a mí todo
me sale mal cuando se trata de ella – se encogió de hombros asumiendo la culpa
Había regresado y solo había dejado un vaso de agua
sobre la mesa para después sentarse a esperar a su hermano. No pronunciaba
palabra ni se movía, de a ratos parecía que estaba muerta… y ellos simplemente
intentaban no perturbar ese ambiente tan vacío y áspero que Emma sostenía.
Definitivamente debía estar furiosa, y no era para menos, pero una vez más le
ganaba la severidad y la integridad y se mostraba helada, como si no hubiera
nada en su piel ni en sus venas y mucho menos en su cabeza… Y el timbre fue el
único capaz de sacarla de ese lugar en el cual estaba refugiada…
- Flores y una carta – fue lo primero que escuchó
decir a su hermano – creo que son para ti… estaban en tu puerta ¡Que romántico!
– dijo con una gran sonrisa
- Déjalas en cualquier lugar… Amigo ha mordido a
alguien y necesita atención
- Ok – Sacudió la cabeza, cerró la puerta y las dejó
sobre la masilla del living. Emma quería al médico y medico sería y mejor no
ser nada más porque había notado que su hermana estaba enojada y solo dios
sabía lo que pasaba cuando Emma estaba enojada – Hola alguien y hola morena –
Su presencia explicaba las flores, lo que no le quedaba claro era que hacía
aquí este muñeco sangrante. Mejor ni preguntar
El sol molestó en sus ojos y como era habitual
estiró brazos y rotó un poco sus pies… y después se abrazó a la almohada y al
reconocer el aroma la noche pasada golpeó con fuerza su cabeza. De un solo
movimiento estaba incorporada y con los ojos bien abiertos, observó la camiseta
que llevaba encima y recordó a Emma ¿Emma? Y al llevar la vista al frente se
cruzó con lo plomizo de su mirada
- Podría sermonearte… – desde la recta pose que
tenía en su silla impartía su sentir con voz pausada – podría decirte que esto
me está enfermando, que has agotado mi paciencia o simplemente que te ves
hermosa por las mañanas – sonrió casi imperceptible – Entiendo que estés dolida
y que creas que todo haya sido un engaño… Entiendo que intentes con todas tus
fuerzas castigarme y dejaré que hagas conmigo lo que quieras porque quizás me
lo merezco…
- Emma yo… – intentó hablar cuándo despertó de lo
que Emma acaba de decirle
- Quizás no soy nada de lo que creías pero desde que
has caído dormida en mi cama – consultó en su reloj la hora – Han pasado 6
horas y yo he estado aquí sentada pensando en que decirte cuando despertaras ¿Y
a ti te parece que he dicho algo importante? ¿Te he dicho algo que no sepas?
¿Te he dicho que es suficiente? ¿Mencioné que frenaras?
- Emma… – Pestañó y la primera lágrima rodó por su
mejilla
- Buscas lo que no tengo – y el dedo se hundió en su
pecho – Y quizás se te haga imposible creerlo pero me gustas muchísimo y he
pasado un infierno solo para poder asumirlo… Y no es que quiera victimizarme ni
escudarme en tus defectos pero tú no quieres escuchar esta vez…
- ¿Estoy aquí, no? – Era una mierda decir aquello
después de dos meses y por esa razón lloró con más intensidad – Lo siento…
- No hay nada que sentir – dijo llena de pena – Has
hecho lo que has podido y yo igual… Así que no simulemos piedad ni sorpresa…
sabíamos desde el principio que era una cuestión de tiempo – se acercó a la
cama para decir su verdad – Haré lo que tengo que hacer, Bodo me ha contratado
para eso
- No te tengo miedo – fue lo único que acertó a
decir en frente de la amenaza – También me gustas mucho y yo me busqué… así que
no sientas culpa
- No se puede sentir culpa – se acercó aún más y
acarició su mejilla – jugar contigo ha sido una de las mejores cosas de mi vida
– y de a poco se acercó para besar su boca
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autor.
Q#$R"#$T%QEGSTH QWqeuj chieeeiiii waaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa... ODIO EL LETRERO DE DERECHOS RESERVADOS!, me agarró demasiado desprevenida (tan desprevenida como encontrarme el nuevo capítulo hoy).
ResponderEliminarGracias por mostrar piedad Memo!!!... ahora respiraré profundo y comentaré en unos días :)
Un gustazo leer el capitulo. Pocos comentarios puedo añadir ya a tu historia y que no suenen repetitivos, es mi historia favorita, cada capitulo con un giro inesperado, en cada capitulo una sorpresa... eres buena escribiendo (desde un punto de vista nada objetivo) jajajajajaja.
ResponderEliminarMakeys. España.
Gracias por este nuevo capítulo!!! Como siempre eres genial cada capítulo es mejor!...
ResponderEliminarSaludos
Natali Chile
Que placer ingresar y encontrar un maravillosos capitulo. Siempre me dejas deseando poder leer el siguiente. Gracias.
ResponderEliminarKikas. Colombia
Un excelente capitulo como todos gracias memo y gracias por esta vez no dejarnos avandonadas por tanti tiempo
ResponderEliminarOhhh nooooo... pero como lo cortas ahi!!!!! Quiero ver (leer) que conversen y se digan sinceramente todo lo que nunca se han dichooooo!!! incluso si no terminan juntas (cosa que espero NO suceda)!!!
ResponderEliminarMemooooo apiadate de nosotras y sube un nuevo capítulo prontooooo!!!
Estas esperas son tremendas!!! Aún así esta es mi historia favorita!!
Saludos
Que genial escribes! Esta historia te tiene en vilo y no sabes donde ira a parar!! Eres muy buena...sigue así!!
ResponderEliminarMati. España.-
OHHHHHHHHHH!!! No Por Favor!!!!! No puedes dejarlo allí!!! Este capítulo me gustó mucho jugaste con las distancias perfectamente. Al principio se encuentran a Km, en el desarrollo a m y en el final a cm de un beso. Me quito el sombrero, comencé a leer la historia hace poco (una amiga me la recomendó) y noté que has evolucionado todos tus personajes sin peder su esencia. Eso dice mucho de ti y del empeño que pones en cada vez que escribes. Estaré pendiente de la actualización
ResponderEliminarGracias por compartir tu arte
Julián
Memo eres de lo mejor escribiendo, me apasiona este relato, me haces sentir por ellas, eres grande escritora, solo un pqueñito fallo te encuentro y es que tardas a veces mucho para nuestra ansiedad, porfa, porfa, porfa, no tardes tanto que estoy ansiosa de saber si vuelven al amor, y cuanto me gustaria leer un relato detallado de sexo entre ellas, para saber en propia piel como te hace sentir Emma y como de experta en el juego amoroso es Jenny, seria el mejor regalo de reyes atrasado que nos puedas regalar.
ResponderEliminarGracias por tu generosidad con nosotras con este relato, que tengas un año muy lindo.
Betsy
cierto es que ya han habido escenas subidas de tonos, pero la mayoria son solapadas por el choque de personalidades y dudas que tienen los personajes, me apetece un relato de sexo explicito, narrado por Memo tiene que de lo mas increible que pueda leerse, a veces echo de menos un poco mas de erotismo en sus encuentros de cama, pues muchas veces nos deja claro que tienen una noche de pasion pero no la relata(a dos capitulos anteriores me remito) y seria soberbio, me fascina memo y la encuentro la mejor escritora que he leido hasta ahora y mira que he leido, memorable seria que empezara el proximo relato narrado con pasion y amor por parte de los personajes, y con lo que esta pasando con ellas un beso no seria la solucion, me encantaria que Emma le hiciera el amor a Jenny del tal forma que le quite las ganas de buscar desahogo en cualquier hombre, aunque esto sea una caracteristica clara de Jenny de todas formas chapò por Memo, tanto me gusta que no me gustaria que terminara nunca este relato, tanto es mi adicion que me haria muy feliz leer un capitulo suyo por semana, y se que esto no es posible porque como todas sabemos Memo estudia en la facultad y ademas tiene vida propia, lo se porque yo tambien soy universitaria y se como tenemos tiempo limitado pero no puedo evitar desear asi, besos a todas.
ResponderEliminarBetsy.
"Lo supe en el momento en que te vi
ResponderEliminarQuererte iba a dolerme de verdad
Pero volví a mirarte y comprendí
Que iría contigo hasta el final".
Por favor.. Necesito un nuevo capítulo!! Gracias
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