Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

Una Nana especial - Millaray


Cuando tenía 16 años mamá me llevó con una nueva nana. Ella se llamaba María: era una mujer muy sexy, pelo ondulado y ojos muy negros que hacían que su rostro resaltara más; alta y con un buen par de tetas y un culooo que daban ganas de tocar y comer.
Ella siempre usaba vestidos muy escotados y ajustados y se le traslucía todo. Ese día ella se presentó y me dijo: “¡Eres una mujercita muy linda!” Bueno, en ese momento lo único que me llamaba la atención eran sus grandes tetas: creo que si metía mi cabeza entre ellas me perdía. Supongo que ahí me di cuenta que me gustaban las mujeres y desde ese entonces nunca ha cambiado mi gusto por ellas. Que les puedo decir de mis hermanos: estaban loquitos con la nueva nana.

Nosotros somos 5 hermanos: 3 mujeres y dos hombres. El mayor, José, tenía 18 años, pero de mis otros hermanos no hablaré ya que lo tengo que contar se refiere a nosotros tres: María, José y yo. En esos años nosotros vivíamos en el campo y teníamos un lago cerca. Lo que más me gustaba de eso eran los atardeceres: eran una maravilla, pero siempre pensé que me tenía que ir de ahí, ya que no me quería casar con un campesino y tener toneladas de hijos. Mi idea era ir a una ciudad grande, estudiar y vivir sola.
María siempre me trataba muy bien, me abrazaba y me consentía en todo: las mejores piezas de pollo eran para mí. Cuando íbamos a la feria siempre me compraba algo, yo chocha con todas esas regalías, siempre estaba pendiente de ella: dónde salía y con quién.
Un buen día, cuando me decidí ir al lago a ver el atardecer, estaba de lo mejor pensando y escuché a alguien que se acercaba así que me escondí entre los arbustos… y sí, era María, que se fue directamente al lago, caminó, y tocó el agua con sus pies. Yo calladita sin meter ningún ruido la miré: quería saber que haría en ese momento. “¡Ay Dios!, qué estoy viendo”, dije. Ella empezó a sacarse sus ropas, el vestido ajustado, quedó en sostén y calzones, se mete más adentro del agua, se sacó los calzones y luego el sostén y queda completamente desnuda. Mis ojos saltaban de emoción, no sé en qué momento empecé a tocarme, me imaginé que era ella la que me estaba tocando, mis pezones erectos, y los acariciaba lentamente. Luego bajé mi mano por mi abdomen y toqué mi vagina. Ella desnuda se tocaba toda: su figura era perfecta, lo único que quería era ir donde ella y poder besarla y tocar su piel con mis manos. En eso que estaba tocando mi vagina y metía mis dedos en ella, sentí que me venía un orgasmo. Quedé toda mojada y seguí moviendo mis dedos, ya que me gustó mucho lo que sentí.
María estaba ya por salir y escuché a otra persona que viene. Me subí mis calzones y me acomodé mi blusa. Me arrodillé para ver quién era, y resulta que era mi hermano José, que dijo: “María, ¿qué te parece si te acompaño?” Y María sin hacerse el rogar, le dijo que sí. Lo único que quería era que me tragara la tierra: mi hermano desnudo, ¡ay, qué asco! Nunca había visto a mi hermano así y tenía su pene bien parado. Se acercó a ella y la empezó a tocar. “¡Nooooo, ella es mía!”, dije en mi mente, así que salí corriendo, creo que corrí tanto y lo único que hice fue llorar de pena y rabia.
Cuando llegué a casa, mi madre me dijo: “Hija, ¿quieres comer?” “No, mamá: me voy a mi cuarto”. Me duché y me metí en la cama. Al otro día no quería nada con María. Ella me miraba con mucha atención y luego me preguntó: “¿Qué te pasa Carmen?”, pero yo lo único que hice fue quedarme callada y no quería que ni me tocara. Sólo tenía en mi mente a ella con mi hermano en el lago haciéndolo, y cuando miraba a mi hermano me imaginaba su pene parado.
Cuando ya habían pasado tres días de eso yo estaba en el establo viendo mi caballo regalón, en eso se me acercó María y me pregunta: “¿Qué te pasa Carmen? No me gusta que estés molesta conmigo, solamente dime”. Yo le dije: “¡Quiero que te vayas de aquí!, no quiero verte más, no sabes cómo te odio”. En eso traté de salir, ella me tomó del brazo y me dijo: “Carmen, sé porque estás enojada conmigo. De verdad te entiendo, por favor perdóname”. “¿De qué me hablas?”, dije. “Ya lo sé todo y sé que ese día en el lago me estabas mirando, y lo que hice fue para que me vieras desnuda, eres una menor de edad y yo tengo 10 años más que tú”. Yo le dije: “¿Qué me estás diciendo, María?” “Por favor, Carmen, no te pongas así, yo sé que te gusto y te diré que tú me gustas también, pero lo nuestro es imposible”.
Cuando ya estaba terminando de decir la última palabra, se acercó más a mí y me besó. Yo quedé aturdida con ese beso y diré que me gustó mucho. Así que le correspondí, la besé tanto que mi boca no quería despegarse de sus labios. En eso se separó y tomó mis manos y las acercó a sus grandes tetas y me dejó tocarlas. Cuando estaba en eso, ella se bajó la parte de arriba de su vestido y quedó de medio cuerpo desnuda, así que vi sus tetas y eran hermosas.
Las toqué con mis manos, acerqué mi boca, pasé mi lengua por sus pezones… ¡que rico fue todo eso! En ese momento me sentía muy excitada, ella no dejaba de tocar todo mi cuerpo…. mi vagina la sentía húmeda. Luego tomó mi mano y la dirigió a su vagina ya mojada. Con su mano y la mía hacíamos movimientos en ellas y cada vez la sentía más mojada. Ella gimió “mmmm… sigue linda, sigueee, eso me excita mucho”. Cuando estábamos en eso, sentí que su vagina tuvo un pequeño orgasmo. Su respiración era más rápida, ella abrió los ojos y sacó mi mano de su vagina y me dijo: “Linda, lo siento tanto, pero no puedo seguir con esto, de verdad lo siento”. Me besó en la boca y corrió en dirección a la casa.
Yo quedé con ganas de más, pero me preocupó lo que ella estaba sintiendo… así que me fui a la casa. Me dirigí al baño y vi que la puerta de ella estaba cerrada, pero no quise molestar. Ya acostada en mi cama pensé muchas cosas. “Lo primero que haré en la mañana será hablar con ella y le diré: «no importa mi edad, estaré dispuesta a luchar por lo que sentíamos las dos». Ccreo que fue un sueño todo lo que pasó, me siento feliz. Esta noche será la noche más feliz de mi vida: dormiré muy tranquila. Ya sé que ella siente algo por mi y eso me es muy importante”.
En la mañana grité: “MAMÁ, MAMÁ, ¡donde está María?” Mi mamá me dice “Carmen, María se fue hoy en la mañana, dejó una nota que decía: “Me voy, tengo que viajar a ver a mis padres. Besos, María”. Miré a mi madre y le digo: “No te preocupes por mí hoy, creo que no me levantaré. Perdóname mamá, me siento muy enferma”. Creo que lloré todo el día, odié a María por mucho tiempo. María fue el amor de mi vida, mi primer amor, primera experiencia lésbica… de María nunca más supe.

Tomado de leerelatoslesb.blogspot.com


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2 comentarios:

  1. Uffffffff estuvo caliente la cosa ahi mmmm jaja pobre nena la dejo queriendo jaka

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  2. ...es una historia triste, pero linda, gracias millaray

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