Capítulo Trece.
–Yo
también he empezado a amarte… Mucho…–
El
corazón de Alejandra dio un vuelco, sus pasos se congelaron y su respiración se
suspendió, una adrenalina desconocida comenzó a navegar por sus venas
recorriendo todo su cuerpo, lentamente giro para ver a la joven que tenía sus
ojos abiertos y que hacia un esfuerzo para sentarse.
Andy
al no ver reacción de Alejandra trato de enderezarse para poder contemplarla
mejor debido a la inmovilidad de su cuello, con el impulso de sus codos doblo
su abdomen pero el movimiento causo que su cuello se resintiera y le provocara
un dolor enorme, sin poder controlarlo se quejo audiblemente y su rostro
expreso una mueca de dolor. Alejandra al contemplar la maniobra de Andy corrió
hasta ella, colocando su mano sobre su espalda para ayudarla a terminar de
sentarse
–
¿Te las timaste? Voy por un doctor– Desesperada dio un paso para dirigirse a la
puerta cuando fue detenida de su mano por la de Andy.
–Estoy
bien no te preocupes… Solo fue el dolor por el esfuerzo. No te vayas–
Alejandra
se le quedo mirando no muy convencida –Esta bien, deja entonces te acomodo la
cama– y comenzó a buscar en la cabecera con su mano libre el control de la
camilla para levantarla y que Andy pudiera recargar su espalda, movió la
sabanas, levanto la almohada se puso en cuclillas para ver por debajo de la
cama pero no veía nada, mientras Andy la observaba de reojo divertida
–
¿Qué haces bonita? –
–Pues
buscando el control para subir la cabecera de la cama–
Andy
trataba lo más que podía contener su risa, con su mano izquierda retiro las
sabanas y saco sus pies de la cama para quedar sentada sobre el borde y poder
ver de frente a Alejandra, aun tomada con la otra mano de la morena, la jalo
para que se acercara a ella. Con muchos nervios la mujer se puso frente a la
joven ya que sentada Andy prácticamente quedaban de la misma altura, cuando sus
respiraciones estaban mezcladas y que los nervios de Alejandra parecía que le impedirían
seguir de pie, Andy apenas en un susurro y sin apartar la vista de los ojos
verde esmeralda que comenzaban a oscurecerse le dijo –Esta camilla no es de
control, abajo al pie de la cama hay una manija, tienes que girarla–
Un
sonrojo comenzó a cubrir de rosa las mejillas de la mujer, se sentía un poco
torpe y también decepcionada por lo que ella esperaba de la situación, una de
sus cejas se elevo brevemente y sus ojos se abrieron un poquito más de lo
normal, su boca se abrió y cerró un par de veces sin emitir sonido alguno y sus
ojos parpadearon en varias ocasiones, –ohh… Vaya… que cama… tan moderna– dijo
al fin.
Andy
que no podía dejar de hacerlo le sonreía ampliamente, cuando Alejandra intento
ir hacia donde se encontraba la manija Andy se lo impidió tomándola de la
cintura con su mano izquierda y acercándola más a ella –Eso puede esperar–
rodeándola completamente y acercándola aun mas para acomodarla entre sus
piernas, prácticamente pegada a su cuerpo, llevo sus labios a ella para ser
prontamente encontrados con los de la otra mujer que se abrían como una
invitación para profundizar el beso, sus labios se movían intensamente y sus
lenguas danzaban una en la boca de la otra a tal punto que Alejandra estaba perdiendo
el control; sin ser consciente del todo su mano estaba apoyada sobre la pierna
desnuda de Andy ya que la bata que usaba se había subido un poco al sentarse,
sus manos al sentir la suave piel de la joven comenzaron a realizar una
exploración de la larga pierna comenzando desde su rodilla y subiéndola
lentamente por la cara externa de esta, Andy al sentir el comienzo del viaje de
la caricia de Alejandra, por impulso trato de fundirse aun mas con el cuerpo de
la otra mujer abriendo mas sus piernas y atrayendo mas a la morena, por la
inmovilidad del cuello de Andy, Alejandra era la que marcaba los movimientos de
el beso, al tiempo de que su mano subía despacio llegando a la altura de las
caderas se percato que prácticamente la única prenda que cubría el cuerpo de la
joven era la amplia bata verde pistache, Alejandra le dio un pequeño mordisco
al labio inferior de Andy, mientras su mano acariciaba tímidamente su cadera,
luego puso otro beso en la nariz para darle un último mordisco al final de
barbilla milímetros antes de donde comenzaba el gigantesco collarín que de
inmediato le recordó de la condición de Andy y del lugar en donde se encontraban;
sin aliento se retiro y descanso su frente en el hombro de la joven y quito rápidamente
su mano temblorosa, quien parecía tener vida propia y quería explorar mas del
cuerpo de la joven, aun temblando la traslado
sobre el brazo de Andy para finalmente ponerla en el hombro de la chica, al
tiempo que ella se enderezaba de nuevo para verla, al igual que ella Andy tenía
sus mejillas rojas, con problemas visibles para respirar y sus ojos aun se
encontraban cerrados,–¡¡Dios!!– un susurro entre cortado salió de su garganta
causado por la excitación que recorría todo su cuerpo –Andy yo…– la chica no la
dejo hablar porque le dio otro pequeño beso en su labios, le tomo del cuello y
luego abrió sus ojos para mirarla directo a los verdes esmeralda ahora oscurecidos
por el deseo –No me digas nada, solo prométeme que mañana vas a volver… solo
eso– Alejandra asintió con la cabeza y de nuevo sus labios se reclamaron de una
forma más dulce, saciando por ahora la necesidad de ambas mujeres.
***
Alejandra
con sus emociones a flor de piel y una excitación aun recorriendo su cuerpo
entro al salón de su casa, la sonrisa se negaba a dejar su rostro y una enorme
felicidad convertida en un brillo inusual se palpaba en sus ojos, el hecho de
haber reconocido sus sentimientos hacia Andy aclaraba enormemente sus emociones
y las acomodaba en el lugar correcto, la niebla, la desesperación y la ansiedad
se habían disipado y ahora veía claro los pasos a seguir. Camino cruzando el
espacioso lugar para dirigirse a su habitación, comenzaba a subir los escalones
cuando vio a su esposo que salía de las puertas del estudio a un costado de las
escaleras
–Llegas tarde, no me digas ¿Muchos problemas
en la florería?– dijo de forma burlona, menospreciando como siempre el trabajo
que hacia Alejandra, pero el día para ella había sido más que perfecto y ahora
no tenía el deseo de discutir con el hombre
–Abigail
salió con Jaime a la casa de campo, no va a estar por el fin de semana– dijo
cortando el tema mientras reanudaba sus pasos hacia su habitación
–¿Y
la cena a qué horas la vas a servir?–
–Josefa
me pidió la tarde libre, si tienes hambre tendrás que ordenar algo– dijo
dejando al hombre perplejo con una rabia
visible en su rostro.
Alejandra
entro a su habitación aun sorprendida con ella misma por no dejar que Gerardo
pasara por encima de ella como siempre lograba hacerlo, había decidido que ya
no podía permitirse ser pisoteada por él, la ultima que le había soportado era lo
de la noche anterior; decidida a dar el siguiente paso saco el móvil de su
bolso y busco un numero entre sus contactos y oprimió la tecla de marcado, unos
segundos después la voz de su amiga le contestaba la llamada
–Angélica,
buenas noches, espero no interrumpirte ¿Tienes tiempo para escucharme? –
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esto me encanta extrañe los capítulos
ResponderEliminardani
siii gran capitulo me gusta mucho la historia no nos hagas esperar de nuevo plis
ResponderEliminarana
la historia se pone buena!!!
ResponderEliminarlis.mexico