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Solo un suspiro - Mi Respuesta - 7


CAPÍTULO 7
(ding dong)

Pablo: - se acercó a la puerta algo confundido y la abrió enseguida – hermanita ¿qué haces aquí y a esta hora?
Teresa: ufff Pablo…la verdad no sabía dónde ir – me abracé a mi hermano casi por inercia –
Pablo: entra, entra, vamos a la cocina – me llevó abrazada sin preguntar más –


Me sentó en la mesa y me observó por unos minutos, mi rostro lo decía todo, tenía un desazón en mi cuerpo y en mi expresión…mi hermano sólo se movió para ir por una cerveza y poniéndola en la mesa frente a mí, se sentó a mi lado

Pablo: ¿qué pasa hermanita? son casi las 3 de la mañana, tu ya no eres de andar por las calles a estas horas y mucho menos sin Magnolia – me tomó la mano mientras esperaba que levantara el rostro para verlo –
Teresa: pasó lo peor…tuve una pelea muy fuerte con Magnolia – levanté la vista y una pequeña lágrima salió de uno de mis ojos –
Pablo: pensé que no te volvería a ver llorar desde aquel entonces… creo que me equivoqué, pero entonces dime ¿qué pasó?
Teresa: Magnolia quiere un niño, y yo…. pues yo… no
Pablo: no es la primera vez que ella te ha dicho eso
Teresa: pero es la primera vez que me ha dicho que de eso depende su felicidad, antes lo decía, yo le daba un argumento y se acababa la conversación, esta vez ella insistió… - le di un sorbo a mi cerveza –
Pablo: ¿y no crees que no es mala idea?...ustedes son una pareja bastante estable, un niño sólo les daría más estabilidad…
Teresa: ¿cómo a ti con Paloma? – lo miré fijo para ver su reacción –
Pablo: las cosas son diferentes, tu quieres a Magnolia, tu tendrías a ese niño porque la quieres no por darle estabilidad a tu vida….- me miró con cierta rabia, pero en sus ojos sólo había verdad –
Teresa: no Pablo, un niño ahora no, tengo demasiado trabajo, ella igual, ¿con qué tiempo?... ella me peleó porque le dije que esperáramos….un par de años…¡y ya!...¿es tan difícil de entender eso?
Pablo: Tete, ella no tiene un par de años….¿acaso te olvidas que ella es casi 10 años mayor que tú?...no es que no quiera esperar es que no puede…yo que soy hombre sé que el ser madres para las mujeres es algo importante, ¿por qué tu no lo puedes entender? – me sostuvo del brazo y me miró fijamente –
Teresa: es que Pablo no entiendes…es que yo…
Pablo: ¿hay algo más no?...¿qué más pasó…?
Teresa: - agaché la mirada – ella me ama…
Pablo: pero mujer eso es excelente…lograste que la mujer que dijo que el amor no existe se enamorara de ti…deberías estar feliz…a menos que..
Teresa: si Pablo….ya no sé como amar….ella me convenció de que no importaba, de que lo que teníamos era más importante que un sentimiento idealista como el amor…la quiero…y ella dice que quiere que la ame para querer un hijo con ella…dime que hago ahora – apoyé mi cabeza sobre la mesa y sentí mis lágrimas mojar ese lugar –
Pablo: espera Teresa…- me levantó a la fuerza el rostro y sosteniéndome del mentón me miró fijo – ¿no sabes o no puedes amar?
Teresa: no lo sé Pablo…no lo sé – moví la cabeza para soltarme de su mentón –
Pablo: entonces es por eso que no quieres tener el niño ¿no?... no quieres un niño sin amor ¿no?
Teresa: no sé Pablo…no sé…cuando soñé una familia niños y todo eso, lo soñé cuando más enamorada estuve…ahora no le veo el sentido…
Pablo: ¿no la amas? ¿O te niegas a creer que la amas?
Teresa: ¡¡no sé Pablo!! – me paré de la mesa y fui hasta la ventana y miré hacia el patio oscuro –
Pablo: o es que no es que no quieras un niño, ¿es que no lo quieres con ella? – podía sentir su mirada intensa a mis espaldas –
Teresa: no Pablo, no es eso
Pablo: ¿por qué no encaras mi mirada si eso no es cierto? – se paró de su silla y me sostuvo el hombro –

Mi mente volaba, mis pensamientos chocaban uno con otro tratando de buscar tranquilidad para poder ordenarse, pero por más que lo intentaba mi cabeza estaba demasiado perturbada, las palabras de Magnolia, la sorpresa de su confesión de amor, y haberla dejado sin compasión sufriendo por mí, todo me movía el pensamiento de manera abstracta, tan abstracta que todo parecía un mal sueño, un espejismo de una vida caótica en la que no quería ya estar.

Teresa: Pablo, no sé….justamente por eso fue la discusión con Magnolia, ella cree que no quiero tener hijos porque sólo los quiero con Ángela, ¿puedes creerlo?, ¿puedes creer qué ella piense que yo quiero los hijos con Ángela?... ¿acaso no estoy con ella?...¿acaso no me he comprometido con ella?... ¿cómo es posible que piense así? dímelo – volteé casi en un segundo y enfrenté a la mirada pensativa de mi hermano –

Se separó de mí unos pasos y le dio vuelta a la silla, agarró el respaldar y agachó la cabeza, no me miró ni dijo nada sólo agachó la cabeza y observó el suelo

Pablo: ¿ y eso no es verdad?
Teresa: ¿qué verdad Pablo?
Pablo: ¿qué sólo quieres hijos con Ángela?
Teresa: ¿de qué hablas, también te vas a poner en el plan de Magnolia?, yo no quiero hijos simplemente – me moví de la ventana y me volví a sentar en la mesa –
Pablo: ¿ya no piensas en Ángela?...sé sincera Tete
Teresa: no Pablo – mentí –
Pablo: entonces si es así, ¿estás dispuesta a perder a Magnolia por esto?...quizás no la ames o pienses que no amas a Magnolia, pero estoy seguro que cuando tengan ese niño en sus brazos, te darás cuenta que es a la mujer que más has amado…lamentablemente Magnolia para salvarte de tu tristeza te hizo creer que el amor no existía, pero fue para ayudarte..y tu usaste eso para dar de excusa que quieres a Magnolia y no la amas…para así no tener que pasar por el mismo sufrimiento que antes….Tete…un hijo sólo las hará más felices
Teresa: no quiero perder a Magnolia, la quiero y sólo ella le ha dado a mi vida el rumbo que tanto me faltaba, no quiero perder eso
Pablo: entonces…cede….entiende a tu mujer, necesita ese niño para sentirse plena, tu puedes tener 20 hijos si quieres de aquí a 5 años pero ella no…no seas egoísta y comparte esa felicidad si la quieres lo harás

Sus palabras entraron en mi cerebro como dardos, mi hermano tenía razón, si la quería y no deseaba perderla tenía que ceder, en ese momento me di cuenta que mi egoísmo me había cegado, que un niño sólo traería felicidad a nuestra familia, fui tan absurda pensé, que en ese momento sólo quería correr donde Magnolia para pedirle perdón por todo y abrazarla, pero mientras iba pensando eso, mi mente jugaba otra vez conmigo y Ángela apareció sin llamarla, irrumpió mis memorias sin permiso…con Ángela yo siempre había deseado una familia, los hijos, la casa y el perro y ella ilusionada también lo hizo, que ahora pensarlo con otra persona parecía tan absurdo, tan desencajado y fuera de lugar…tener un hijo con Magnolia caía en esa categoría….desencajado lo pensaba, pero no podía ser, Ángela era pasado y Magnolia mi presente, y con ella debía construir un futuro, pero entonces porque me sentía así pensé…sacudí un poco mi cabeza y mirando a mi hermano me convencí de que tener un hijo sería también mi felicidad era lo mejor.

Teresa: gracias Pablo, tienes razón, y en este momento voy donde Magnolia a pedirle perdón y a darle la noticia que seremos mamás – me agarró del brazo cuando me quise parar y me dio una sonrisa fingida –
Pablo: estás loca de ir ahora, deja que se calme un poco, sé que ella es algo orgullosa y seguro si vas ahora te va a esperar con tus cositas en la calle…que se calme un poco todo y vas, quédate aquí hay espacio
Teresa: tienes razón, pero oye, es verdad no me había fijado, la casa está rara – le dije mirando la cocina sin el típico desorden de los juguetes y las cosas de los niños –
Pablo: Paloma y los niños están donde mi suegra
Teresa: ¿está enferma acaso?
Pablo: no, Tete yo….estoy dejando la casa….me voy a divorciar de Paloma
Teresa: - mis ojos se abrieron de par en par y no podían creer lo que mi hermano decía – ¿qué cosa? Pero… ¿cómo o sea por qué?...digo no entiendo…
Pablo: Paloma no quiere que los niños vean como saco mis cosas, así que prefirió irse a lo de su mamá para que cuando regresaran yo ya no estuviera
Teresa: espera Pablo, pero qué demonios pasó… o sea un matrimonio ideal no eran, pero funcionaban
Pablo: no sé, un día desperté y todo lo de Paloma me molestaba, sus errores o faltas se hicieron más notorias, y aún así si hacía algo bien o intentaba cambiar por gustarme lo que lograba al final era molestarme más… llegué a detestar todo lo de ella, hace dos meses que duermo en la oficina, y en una última discusión fue el final, ella misma me pidió que me fuera que se había dado cuenta que ya no la soportaba
Teresa: wow es increíble…pero aquí hay algo raro….tu no pudiste haber cambiado de la noche a la mañana con ella…8 años llevan juntos, algo pasó….hay alguien más ¿no es cierto?...Pepe me lo dijo, las relaciones no se terminan porque si… siempre hay alguien más
Pablo: Tete no entiendes…no la amo, nunca lo hice…ni siquiera la quise…tu sabes que mi despecho me hizo intentar algo y que después vino Pablito y ya no pude más que intentar la familia y cuando me di cuenta que no funcionaba vino Nicole….y ya no hubo marcha atrás, pero en realidad nunca funcionó y si funcionó tanto tiempo fue por mis hijos…
Teresa: el amor…el maldito amor…
Pablo: si ya se tu teoría estúpida de que el amor no existe, pues para mí sí, y eso pasó, a mi no me sirvió la complicidad, el compañerismo, el funcionamiento en equipo…Paloma y yo éramos todo eso….y mira, éramos infelices, de que sirve funcionar como unidad si no eres feliz, yo no quiero que mis hijos crezcan en un hogar infeliz….sino después ellos querrán lo mismo o se conformaran con lo mismo…funcionar pero no ser feliz no lo es todo, pude haberme quedado con ella por mis hijos pero al final sería peor….y yo a mis hijos les deseo la felicidad infinita y así como iba con Paloma jamás lo entenderían
Teresa: ok…entiendo…pero ¿hay alguien más no es cierto?
Pablo: pfff – se movió mi hermano al salón y yo fui detrás – en realidad Paloma era ese alguien más
Teresa: ¿de qué hablas?
Pablo: Alejandra nunca salió de mi corazón, por ende Paloma nunca pudo entrar, y ahora lo agradezco que haya sido así…porque Alejandra es la mujer de mi vida
Teresa: un momento Pablo….¿Alejandra?, la misma mujer por la que saliste casi huyendo de Perú, porque esa mujer no sólo te engañó sino que de premio se embarazó de otro…
Pablo: las cosas no son así Tete.
Teresa: ¿qué cosa?... ¿eres estúpido, tarado, idiota o retrasado mental?... ¿vas a dejar a Paloma por Alejandra? ¿Esa puta?
Pablo: no te permito que le llames así – volteó con la cara roja de rabia y se puso muy cerca de mí que pude oler su aliento –
Teresa: ok lo siento pero no entiendo... ¿Qué te dijo esa mujer para que hagas esto?
Pablo: todo fue mentira, ella no me engañó, me dijo aquello para que la dejara, porque sus padres la obligaron, tu sabes que ellos me odiaban, y bueno hizo lo que hizo por ellos, y el embarazo…pues era mío…tengo un hijo de 15 años Tete…de 15 años – sus ojos brillaban con ilusión –
Teresa: y tu le crees todo eso…
Pablo: si le creo, porque la amo, porque 16 años después de haberme alejado de ella, no ha habido ningún día que no haya dejado de pensar en ella, que nadie haya logrado entrar a mi corazón, porque aunque tu hables de que el amor no existe, yo te digo que si existe y ese amor no muere, ese amor sobrevive todo y a todos, ese amor espera, ese amor tiene fe, tiene esperanza y no se cansa, no te niego que he dudado de mi paternidad, pero si vieras la foto del niño, es igual a mi…es mi hijo lo siento…pero como dice Ale, hay que callarle la boca a todos y me pienso hacer la prueba del DNA, y voy a retomar mi relación con Ale, ha pasado tiempo y hemos cambiado así que será como conocernos de nuevo…pero quiero intentarlo porque tengo mucho amor por ella y sé que ella también lo tiene y eso es lo que vale Tete, mi decisión está tomada, y ahora sólo te la comunico
Teresa: ¿y mi mamá lo sabe?
Pablo: aún no, pero se lo diré y no me importa que diga o piense, no pienso jugar con mi felicidad una vez más…Alejandra es mi felicidad y voy a luchar por ella.
Teresa: entonces…nada hermano…sólo me queda desearte las mejores de las suertes….- me acerqué a él y lo abracé –
Pablo: Tete – me dijo mientras me abrazaba – ¿eres feliz?

Su pregunta me cayó como balde de agua fría…en mi ser sentía que sí, pero no sabía porque en ese momento no pude responderle rápidamente, dudé un poco, busqué un poco las palabras para al final decirle que si era feliz.

Pablo: espero que sea así….
Teresa: Pablo, soy feliz con Magno, estoy segura – lo dije con seguridad en la voz pero con duda en el corazón –
Pablo: entonces está bien…mañana temprano vas donde Magnolia y le dices que la quieres mucho y que te mueres por tener un hijo con ella…y todos felices ¿si?
Teresa: lo haré – me separé de su abrazo y lo miré – ¿y tienes donde ir?
Pablo: si,  me voy a un hotel
Teresa: Pablo…yo no devolví mi departamento, esta vacío puedes quedarte allí hasta que encuentres un lugar o instalarte allí si quieres
Pablo: Teresa Torre, ¿por qué no has devuelto el departamento?
Teresa: no lo sé Pablo, nostalgia supongo, por no sé…pensar que algún día lo necesitaré cuando busque un momento de soledad….no sé
Pablo: espero que sea eso y no otra cosa
Teresa: otra cosa ¿cómo qué?
Pablo: no sé nostalgia, recuerdos que no quieres dejar ir…alguien que vas a ver allí…
Teresa: tonto…yo jamás le he faltado a Magnolia y no lo pienso hacer y creo que ya necesitas dormir….el sueño te hace hablar tonteras…mañana te ayudo con la mudanza y me acompañas donde Magno y celebramos lo del niño ¿si?
Pablo: ok, hermanita me parece perfecto…ahora es mejor que nos vayamos a dormir

No pude dormir las pocas horas que decidí hacerlo, mi cabeza era un revuelto de pensamientos, lo que pasaba con mi hermano me tenía la mente demasiado confundida…me costaba creer que Alejandra regresara a su vida así, tan fácil y sin ninguna pena…llámenme vengativa o rencorosa pero yo había recogido a mi hermano casi del fango en el agujero oscuro en el que se metió, yo necesitaba la venganza del dolor que Alejandra le había causado, haya sido obligada o por voluntad propia, yo sentía que ella no podía llegar y recuperar a mi hermano así de fácil…no podía creer que el amor sea así, tan absurdo a veces que te haga olvidar lo malo, lo doloroso, lo patético y estúpido para dejar ver otra vez la sonrisa tonta de la ilusión…esa sonrisa y ese brillo en los ojos de mi hermano, me paré de la cama y fui al baño, y me observé en el espejo…¿qué hacía?...buscaba en mi mirada la misma ilusión…mi hermano me había dicho que quizás no quería ver que amaba a Magnolia, así que me decidí a buscar la misma mirada enamorada de mi hermano en mis ojos.

Me observé cerca de 20 minutos, vi todas las imperfecciones de mis ojos, manchas, color del iris, mis pestañas y hasta me encontré con arrugas que no pensé que tenía…pero lo que buscaba no lo encontré, no había brillo no había ilusión, y me convencí que no estaba enamorada…me puse la mano en el pecho y cerré los ojos, pensé en todo lo vivido con Magnolia, la historia escrita con ella, los días gozados, los días reídos, los días sólo de estar juntas, y aunque muchos no me crean eso me pareció mucho mejor que la mirada de ilusión…una mirada no hace la felicidad, pero lo vivido con Magnolia sí.

Ya salía el sol y yo seguía con mis ojos cerrados recordando a mi mujer y nuestras vivencias, y quise intentar una vez más, si quizás así recordando todo lo vivido con ella habrían logrado un brillo particular en mi mirada….así que de golpe abrí los ojos y me miré fijo en el espejo y otra vez buscando la ilusión en mi mirada, lo que hallé…fueron unos ojos rojos que no habían descansado nada…no quise buscar más, me duché y fui directo donde mi hermano y sin mayor demora partimos a empezar su mudanza.

Teresa: ¿qué haces aquí?...primero al departamento te dije y luego veníamos aquí – lo miré a mi hermano mientras estacionaba el auto al frente de mi casa –
Pablo: lo primero, es lo primero…tu mujer es lo primero…cuando termine de instalarme vengo a verte y celebramos ¿si? – me quedé mirándolo desde el asiento del copiloto y asentí –
Teresa: tienes razón, gracias hermano…te veo más tarde entonces
Pablo: si hermanita – abrí la puerta del auto y antes de salir le di un beso a mi hermano –
Teresa: de verdad gracias – le sonreí, cerré la puerta y haciéndole adiós lo vi partir –

Me quedé parada en la acera, al frente de la casa, y llenándome de ansiedad, no sabía qué hacer, todo mi cuerpo me gritaba que entrara, pero mi miedo me evitaba hacerlo…tomé mi celular e hice una llamada, una llamada que mostraría mi compromiso con mi mujer…la llamada no duró ni 5 minutos, pero fue suficiente, todo estaba listo…apreté los puños, cerré fuerte los ojos y dando pequeños pasos me fui acercando a la puerta de entrada, las llaves temblaban en mis manos, pero después de dudar tanto el entrar…giré la llave y la puerta se abrió frente a mí, ni bien entré la vi – ¿qué haces aquí? – pregunté.

Diana: no grites, ella está durmiendo…lloró mucho y necesita descansar – su mirada me acusaba y se notaba toda su rabia en mí –
Teresa: no me has respondido ¿qué estás haciendo aquí? – cerré la puerta y me acerqué a ella que salía de la cocina –
Diana: Tete, sabes muy bien que Magno es mi amiga, y que ella también me ayudó mucho, y hoy precisamente hoy no se trata de ti, sino de ella, me llamó y yo vine sin pensarlo dos veces
Teresa: entonces ya te habrás enterado lo que pasó – me senté en el sofá y me dejé hundir por la culpa allí –
Diana: - se sentó a mi lado y me tomó de la mano – si lo sé, pero ella en algún punto comprendió que no quieras tener un niño, y hasta se echó la culpa de que tú seas incapaz de amarla…pero lo que no comprendió fue lo que encontró entre tus cosas en esas cajas del pasillo
Teresa: - mi mirada se volvió sombría porque no entendía nada – ¿qué encontró?...no entiendo…esas cajas sólo tienen libros, artículos, y algunos videos médicos y textos médicos…Diana yo no le he fallado a Magno, le soy completamente fiel…yo he cambiado, y aunque he tenido oportunidades de hacerlo, nunca he querido, porque no puedo…a ella fallarle no puedo, créeme…- mi mirada se hizo compasiva, y las lágrimas que querían salir hacían brillar mis ojos –
Diana: te creo, sé que respetas a Magnolia…sé que la mujer que estuvo conmigo murió…y ahora estás tu una mujer mucho mejor
Teresa: - su mirada se entristeció y apartó su mano de la mía – lo siento Diana aún me culpo por lo que te hice, pero lo pagué como dijiste…
Diana: no Teresa, yo te perdoné hace tiempo, y lo que sentía por ti quedó en el recuerdo, si no te niego quise vengarme pero Magnolia me hizo dar cuenta del daño que eso me hacía también a mí, por eso es que la quiero tanto, Magno no sólo te salvo a ti sino que a mí también…y en eso te lo tengo que agradecer a ti, porque si no le hubieras dicho que me ayudara seguiría seguro persiguiéndote como loca – una sonrisa sincera le adorno el rostro –
Teresa: gracias Diana, eres una buena mujer y de verdad espero que encuentres a alguien que te merezca
Diana: jaja, encontré a alguien, y no, no seas egocéntrica  no eres tú, pero sé que esa persona no será para mí, pero aún así le quiero y prefiero que se quede en un amor no correspondido que en nada…
Teresa: ¿quién es? – la miré con duda –
Diana: no Tete, nadie lo sabrá…pero ahora lo que te quería decir no era eso, Magnolia encontró esto – se paró a la cocina y trajo con ella una revista – ¿la recuerdas?

Mis ojos miraban esa revista, que tenía todas las puntas dobladas, con la carátula toda deteriorada, con las imágenes que a las justas se distinguían pero allí estaba lo que escribí en esa carátula aún estaba allí, como intacto…como si el daño sólo le hubiera pasado al resto pero no a lo que escribí, esa revista que se escondió de mi tantas veces, ahora estaba otra vez frente a mí.

Teresa: ¿de dónde sacaste eso? – la miré con desconcierto y tomé la revista en mis manos –
Diana: ¿cómo qué no sabes?...eso estaba entre tus cosas, en esas cajas – me señaló con una mano el lugar de mis cajas de mudanza, pero yo sólo seguía desconcertada por el encuentro –
Teresa: Diana yo te juro que esta revista no la metí allí, tendría que ser demasiado estúpida para traerla aquí ¿no?... para que la vea mi mujer?...demasiado estúpida ¿no crees?
Diana: no sé si eres estúpida o no…la cuestión es que Magnolia la encontró, y ¿sabes qué pasó? Se volvió loca, y me llamó y bueno yo traté de tranquilizarla, y después ya quedó dormida – me paré del sofá y tocándome la cabeza traté de entender que pasaba allí –
Teresa: Diana yo no traje esa revista…te lo juro…esa revista no sé que tiene, cuando traté de botarla se desaparecía y luego… ¿aparece aquí?... yo no sé qué decirte, pero te juro que yo no la traje
Diana: yo te creo Tete, y para que veas que te creo yo me voy a llevar la revista y la botaré
Teresa: gracias Diana, si desaparécela no quiero ver esa cosa otra vez
Diana: ven siéntate – me senté y ella se acomodó a mi lado, y me sostuvo de la mano otra vez – Magno se siente insegura, y que tú seas incapaz de decirle que la amas la pone más insegura, sólo demuéstrale que la quieres de verdad, supongo que te has bloqueado y no sé, pero quizás ese niño no sea la mejor idea por ahora…
Teresa: si quiero un hijo con ella, es mi manera de demostrar que la quiero de verdad – Diana bajó la mirada al escuchar eso y soltó mi mano –
Diana: ¿estás segura?
Teresa: ¿qué pasa Diana? Parece que me quieres convencer de lo contrario…es lo que quiere Magno y por ella lo hago…- le dije mirándola fijo –
Diana: ¿vas a tener un hijo para demostrarle algo, y no por qué lo deseas?...no sé eso me suena a darle gusto a Magnolia sólo porque si, sin ningún fundamento, eso tampoco me parece correcto…como para compensarla que no la amas – me dio una sonrisa irónica cuando terminó la frase –
Teresa: mis razones no las tengo que explicar contigo, quiero un hijo con ella y punto
Diana: ok, creo que es mejor que me vaya, ya no tengo que hacer nada aquí…cuídate Tete y cuídala ¿si? –  levantó la revista y me la mostró – me la llevo y la botaré…por favor cuida a Magno que no la quiero ver otra vez como la vi hoy – se paró del sofá y besó mi mejilla y se dirigió a la puerta –
Teresa: - me quedé sentada y sin mirarla le grité – adiós Diana y gracias – no hubo respuesta sólo el ruido de la puerta al cerrarse –

Me levanté del sofá y despacio fui hasta la habitación, lentamente abrí la puerta y desde el umbral vi a Magnolia enroscada como un bebé, toda acurrucada en la cama, y sentí una pequeña punzada en el corazón, se le veía tan indefensa, tan débil, que sentí en todo mi ser las ganas de abrazarla y protegerla…esta vez a mi me tocaba ser la valiente y lo sería por ella…entré despacio y delicadamente me eché a su espalda y la abracé tiernamente.

Magnolia: regresaste – me dijo con una voz débil –
Teresa: - me junté más a ella y besé su hombro – no puedo estar mucho tiempo lejos de ti, me haces mucha falta
Magnolia: ¿sólo te hago falta?
Teresa: - me acerqué a su oído y susurré – te quiero princesa, y en eso nunca te he mentido
Magnolia: ¿te hice incapaz de amar?, ¿tanto me equivoqué?
Teresa: - la moví y la hice que volteara para encararme – perdóname mi amor, perdóname por no poder corresponder tanto amor, no creo que te hayas equivocado, supongo que soy yo que quedé rota o no funciono bien, quizás ahora después de que me salvaste necesite que me repares, vamos a ir con calma ¿si? – me acerqué y besé sus labios –
Magnolia: - me sostuvo de los costados de mi rostro y se quedó pegada a mis labios – si, con calma…y lo del niño yo ya….
Teresa: shh, no digas nada que no quieras decir, fui una egoísta y por eso te pido perdón también, quiero un niño contigo mi amor, es más hablé con un ginecólogo del hospital el mejor en fertilidad y ya tenemos cita para el lunes – me separé de sus labios y dos pequeñas lágrimas vi en sus ojos cerrados – mi amor no llores, será maravilloso tener una mini Magnolia corriendo por toda la casa, pero creo que a Lucas no le gustara que le jalen la cola
Magnolia: - una leve sonrisa se esbozó en sus labios – creo que no… Pero tendrá que comprender, te quiero mi Tete…gracias – se abrazó a mí en un apretón fuerte –
Teresa: y la revista mi amor eso…
Magnolia: shhh no digas nada, ahora sé que me quieres intensamente, y estoy segura que cuando llegue ese niño tu corazón se abrirá y podrás amar otra vez – me besó delicadamente y escondió su rostro en mi cuello – te quiero, te quiero, te quiero TE QUIERO!!!
Teresa: y yo a ti princesa de mis sueños

Esa noche dormimos abrazadas, no hubo un sólo segundo de esa noche que yo no haya velado su sueño, la contemplé dormir, acaricié su rostro infinidad de veces y arropé su cuerpo cuando sentí que el frío se quería apoderar de su piel…recorrí con mis dedos en demasiadas oportunidades su rostro…casi no dormí pero para mí valía la pena pasármela en vela contemplándola y detallando a mi mujer, a la que sería mi esposa algún día y la madre de mis hijos muy pronto.

Su calor se encargaba de abrazar de una forma tan espectacular que casi era mágico estar arropada por su piel, mis ojos abiertos como platos se negaban a dejar de mirarla y perder su imagen en el cerrar de mis luceros, y mientras más la miraba más me golpeaba el corazón, quería que mi latir vaya en la dirección de amarla, quería ser la Teresa de antes, que se entregaba sin medida, que se ilusionaba hasta con una sonrisa, la Teresa que corría detrás del corazón al primer beso en vez de seguir a la razón, pero mientras más pensaba en esa Teresa más distante me parecía, la buscaba en mi interior metida bajo las sábanas de esa cama y abrazada a esa mujer, pero no la podía encontrar…sentía la frustración y en un par de veces intenté decir al aire de esa habitación un “te amo”, pero cada vez que lo intentaba, la garganta se me cerraba, la boca se me secaba y los labios me temblaban…fueron un par de veces que lo intenté al aire y no pude…y en la oscuridad de esa habitación me inundó el miedo de sentir que yo Teresa Torre, me había convertido en una mujer incapaz de volver a amar…y en ese momento dos lágrimas se escaparon de mis ojos y una espina se clavó en mi pecho…sólo busqué el cuerpo de Magnolia y escondida en su espalda me abracé lo más fuerte que pude para no despertarla y me escondí del miedo que me rodeaba esa noche y así amanecí…como Teresa la mujer incapaz de amar.


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3 comentarios:

  1. espectacular, no se mucho de palabras bonitas para describir esta historia que leo. Muchas gracias a quien la escribe y muchas gracias tambien a las chicas que la comparten con las lectoras
    paola de cordoba

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  2. Me gusta mucho la historia y espero que no se les ocurra hacer que Tete vuelva con Ángela,deje a Magnolia y que ésta a su vez se quede con Diana,porque para mi sería una absoluta decepción.
    Un saludo desde Canarias

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  3. De verdad que me he identificado bastante con la historia, es muy interesante. Felicitaciones al autor de está historia.

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