CAPÍTULO 6
TIEMPO PRESENTE…
“Señores pasajeros, el tren que teníamos adelante se
está moviendo, en pocos minutos estaremos avanzando, la próxima estación es
Borough Hall/Brooklyn Bridge”...lo que uno puede llegar a recordar en media
hora de estancamiento subterráneo…buenos recuerdos si me lo preguntan, incluso
lo de Ángela, como lo había dicho antes, su recuerdo como un fantasma
regresaba, pero ya no causaba dolor aunque mi pensamiento aún no se podía hacer
el indiferente, gracias a aquel sufrir conocí a Magnolia, la mujer que ha
compartido desde hace 6 meses la locura de ser mi novia y con la que yo
compartí hace un mes la locura de vivir juntas.
Todo un desafío si me lo preguntan, si hubiera sido
por Magnolia, me hubiera tenido viviendo juntas desde hace mucho, pero por
alguna razón yo no lograba hacerlo, siempre necesité mi departamento aunque sea
para dormir un día a la semana o simplemente saber que lo tenía si alguna
guardia deseaba ir a dormir allí, pero hace un mes y después de una gran
discusión me comprometí con Magnolia y terminé llevando mis cositas en 7 cajas
a su casa…bueno a la casa de su abuela, una herencia que le vino de sorpresa y
por la que se decidió a exigirme que fuera a vivir con ella…una casa simpática
a los pies del puente de Brooklyn, un sitio lindo con vista a la ciudad pero
que si me preguntan, no me gusta mucho, una casa pequeñísima donde andamos
apretadas como dos moscas en una caja de cerillas, pero por ahí dicen “las
cosas que uno hace por la persona que se quiere”, y pues yo me comprometí con
ella y ahora aquí estamos en este tren que todos los días se para en el mismo
lugar y que me causa el mismo recordar, y me hace esperar que hoy no sea el
mismo día de ayer en el que soy la de la mala suerte y le roben el celular otra
vez….1 mes vivo en esa casa y ya son 3 veces las que me sorprenden con el
asalto a mi celular…a Magnolia no le pasa nada, pero a mí me pasa todo en esa
misma calle.
Mucha gente se viene del trabajo con las ansias de
llegar a casa y ver a la familia, Magnolia y yo somos una familia, con el perro
creo que somos el prototipo común de familia, si ya sé, no muy común que seamos
del mismo sexo, pero por Dios, estamos en el siglo XXI, ya nada es común…esta
es mi rutina, del hospital a la casa, y en la casa de jugar con el perro a
besar a mi mujer y luego si hay suerte en la noche habrá fuegos artificiales en
la habitación, no piensen mal no me estoy quejando, hace ya algún tiempo había
deseado esto, la tranquilidad, la seguridad y una vida común, y Magnolia me la
había dado, la estabilidad individual y sentimental que necesitaba, todo en
nuestra vida está planeado, tenemos todo calculado y es que así funcionan mejor
las cosas me dice ella, a mi la verdad no me importa, aunque debo aceptar que
me gustaba la espontaneidad que tenía cuando estaba sola, pero no me desagrada
tener todo planeado, le da orden a mi vida y ahora eso me resulta…como este
tren siempre se demora 30 minutos parado, siempre antes de llegar a la última
estación y siempre recuerdo a Ángela en esos momentos, el único momento en el
día que ella viene a mi mente, no más, no sé qué será de ella, y la verdad no
sé si me importe algún día saberlo, sólo espero que sea feliz, como yo lo soy
con Magno.
“Borough Hall/Brooklyn Bridge última estación” (ting
tong)
Ahora sí, de camino a casa, exactamente son 3
cuadras, y si, en la última cuadra es donde me esperan mis asaltantes, pues si,
cuando falta tan poco por llegar a casa, es exactamente donde ya 3 veces me han quitado el celular,
están de moda los Iphone y pues son cotizados, y creo que en mi los ladrones
vieron a su proveedora predilecta –párese ahí – se los dije…creo que hoy será
el número cuatro.
Hombre: le dije que se pare ahí – a mi espalda se
oía su voz medio ronca –
Teresa: - volteé despacio y miré al hombre frente a
mi – ya sé ya sé, ¿quieres mi teléfono no?...y si te digo que no te lo doy ¿qué
pasaría?
Hombre: pues te corto tu linda carita
Teresa: gracias por lo de linda, y considerando que
la cirugía plástica me costará más que un Iphone pues, prefiero dártelo…¿me das
un segundo? Déjame paso todas mis fotos a ICloud, no demoro mucho y te lo
entrego ¿ok? – saqué el celular del bolso y empecé mi labor –
Hombre: nunca he tenido a una víctima tan
colaboradora
Teresa: es que soy única
Hombre: jajaja, definitivamente lo eres, oye no
estarás llamando a la policía ¿¿no??, mira que de aquí no sales viva
Teresa: tranquilo no soy tan estúpida, soy buena
víctima – se lo dije mientras le estiraba la mano para darle el teléfono –
Hombre: bueno me voy – me dijo tomando el celular en
una mano –
Teresa: espera… ¿esa herida de tu mano?
Hombre: me la hice en la cárcel y pues me la curan y
curan tomo pastillas pero nada que sana y ya está grande, no me duele pero se
está haciendo peor, bueno me voy…
Teresa: espera…yo sé que es…vi un hombre con lo
mismo hace unos meses, yo la puedo curar – rebusqué en mi bolso una tarjeta con
mi nombre – soy doctora y me llamo Teresa Torre y trabajo en el Presbiterian
Hospital, ve el jueves y búscame en el 4 piso, en cirugía, yo te la curo y te
doy el tratamiento ¿ok? – le dije mientras le entregaba mi tarjeta –
Hombre: ¿de verdad?
Teresa: si hombre, es un hongo, casos así son muy
pocos, me puede servir para un estudio que estoy haciendo, ve, no pagarás nada
Hombre: vaya doctora, gracias…tome – me cogió la
mano y me devolvió el celular –
Teresa: ¿no te lo vas a llevar?, ¿me vas a cortar la
carita?
Hombre: nooooooo doctora, usted me va a ayudar y
pues yo la ayudo, de ahora en adelante nadie la va a molestar, es más mis
colegas y yo la vamos a cuidar no se preocupe, no todos los delincuentes son
unos desalmados, yo tengo familia y sé devolver favores
Teresa: vaya un ladrón bueno y con principios…quien
diría
Hombre: ya no se burle….
Teresa: no, no, no gracias…uhmm ¿cómo me dijiste que
te llamabas?
Hombre: Carlos…pero me dicen Curtis – me estiró la
mano y nos dimos un apretón –
Teresa: Gracias Curtis…no vivo muy lejos serán unas
cinco casas más, ahí tengo material para curarte, acompáñame y te curo esa mano
¿vale?
Carlos: vaya…está bien
Teresa: pero no me vas a robar la casa ¿no?
Carlos: ¿qué paso, qué paso… dijo que tenía
principios no? – le di una sonrisa y caminando uno al lado del otro partimos –
En el trayecto de 5 casas me enteré que Curtis era
asaltante desde que tenía uso de razón que entraba a la cárcel como a su casa,
que tenía dos hijos y una mujer que cocinaba divino, él era huérfano así que
respetaba mucho a la familia…si me preguntan, ¿por qué decidí conversar con un
total extraño que tiene antecedentes de ser un delincuente?, no lo sé, debe ser
porque así soy yo, tengo la buena fe en la sangre, yo no creo que nadie sea
malo, yo creo que las circunstancias lo hacen malo a uno, pero como Curtis, si
bien lo que hacía era malo, era en una forma retorcida una persona íntegra que
sabía y ponía ante todo a su familia por delante, algo muy loable que aprender
de él.
Teresa: entra Curtis – le abrí la puerta para que
pasara – ¡¡¡mi amor!!!... ¿dónde estás amor?
Magnolia: estoy en la cocina dame un segundo mi
vida, ya voy
Curtis: ahh chispas tu eres, o sea tienes, son dos…
Teresa: si Curtis, soy lesbiana y mi mujer se llama
Magnolia…¿tienes algún problema con eso?
Curtis: no ninguno – le hice una seña para que se
sentara y el obedeció -
Teresa: Entonces todo bien, voy por algo de beber ¿quieres
algo?
Curtis: lo que usted tome doctora
Teresa: llámame Teresa y yo voy por una cerveza
helada, ¿te traigo lo mismo?
Curtis: perfecto
Me moví del salón y fui directo a la cocina, donde
encontré a Magnolia en plena preparación de algún experimento culinario que
seguro después tendría que degustar, me acerqué despacio para abrazarla por la cintura
Teresa: hola mi amor – ella volteó el rostro y buscó
mis labios para recibir un beso –
Magnolia: hola mi vida, ¿cómo estuvo el trabajo?
Teresa: uhmm igual, mucha sangre, mucho destrozado,
lo de siempre un revuelto de órganos
Magnolia: cállate amor, que me vas a arruinar el
apetito – me lo dijo dándome un pequeño beso en mi nariz, mientras me separaba
del abrazo a su cintura –
Teresa: - abrí el refri y saqué dos cervezas – te
tengo una sorpresa amor
Magnolia: sabes que yo no bebo – me lo dijo mirando
a las dos cervezas en mi mano –
Teresa: lo sé no es para ti…esa es la sorpresa
Magnolia: ¿viniste con alguien?
Teresa: este si… está en el salón
Se asomó por la puerta estrecha y vio a Curtis
sentado en el sofá, y obviamente su apariencia gritaba “soy malo y robo”…
Magnolia: - me jaló del cuello de mi camisa y me
llevó lo más cerca a la cocina – Teresa Torre, como se te ocurre traer gente
así a la casa
Teresa: pero mi amor, le tengo que curar la mano,
además no me robó el celular y prometió que me cuidaría y ya no me robarían
nada si le ayudaba con su herida
Magnolia: por Dios Teresa ¿es un asaltante?... ¿qué
te quiso robar el celular?…como puedes ser tan ingenua, seguro este hombre está
detallando la casa para ver que puede robarse, es más ya no podemos dejar la
casa sola, que seguro viene con sus amigotes y la vacía toda – sus ojos
saltados y ahora cambiantes de su tradicional caramelo a un amarillo, junto con
la vena en su frente, me gritaban la molestia que le había causado –
Teresa: lo siento mi amor, yo….no pensé, sólo quise
ayudar
Magnolia: Teresa cuando vas a entender que no toda
la gente es buena, tú crees que todos tienen buena voluntad, piensa mal y
acertarás dice el dicho, ponlo en práctica
Teresa: ok ok…le diré que se vaya
Magnolia: NOOOOOOOOOOOO, llévale la cerveza y cúrale
la mano pero que se vaya por Dios, y no lo vuelvas a hacer….no eres una niña
para estar haciendo cosas de niña
Teresa: lo siento amor – la miré con culpa, y traté
de compensar, pero sólo pude darle un beso en la frente – de verdad lo siento
Salí de la cocina con la cabeza baja, no me gustaba
hacer renegar a Magnolia, pero es que soy así, algo irracional a veces, pero de
verdad no le vi la maldad en el acto, pero supongo que nadie tiene mi punto de
vista, o mi emoción por hacer las cosas bien
Teresa: toma Curtis – le estiré la mano y el cogió
la cerveza –
Carlos: escuché la pelea….lo siento doctora, es
mejor que me vaya – me lo dijo parándose del sofá –
Teresa: no, no, tómate la cerveza y yo te curo, no
te vayas sin eso ¿ok? Y deja de decirme doctora…Teresa por favor
Carlos: eres muy buena Teresa, yo no sé cómo es que
te gustan las mujeres, pero como hombre te digo, que si yo hubiera conocido a
una mujer como tú, jamás la hubiera dejado ir, y créeme que me hubiera
encargado de enamorarte cada día para que nunca me dejaras…- me sonrió y yo con
él –
Teresa: gracias Curtis, eso que dices es muy bonito,
y créeme que soy feliz con la mujer que estoy… voy por las cosas
Caminé por el pasillo hasta mi oficina, para buscar
todos los materiales de la curación, y mientras abría el cajón con las cosas,
me fijé en la foto encima de mi escritorio, Magnolia y yo dándonos un beso en
nuestro parque preferido, ese día lo recordaba como si fuera ayer, y de verdad
daba gracias que ella estuviera en mi vida en ese instante…mi trabajo, mi vida
no era nada fácil y ella se había propuesto a sortear cualquier dificultad para
poder estar siempre juntas, yo la quería mucho, y ella me lo decía también,
pero en nuestra relación la palabra amor nunca fue un protagonista, según ella
el amor no existía y lo que teníamos nosotras era la copia fiel de lo que
funcionaba a largo plazo, las compañeras, las cómplices, el equipo,
funcionábamos como pareja y yo de verdad pensaba que sin ella ya no habría
equilibrio y eso me daba miedo, si me hubieran preguntado si yo amaba a esa
mujer pues tendría que responder con muchos problemas, Magnolia me había convencido
que el amor no existía y de verdad así lo creía….Magnolia y yo nos queremos y
eso es todo.
Teresa: Curtis aquí tengo todo, vamos al baño y ahí
mejor te curo – se lo iba diciendo mientras caminaba por el pasillo –
Carlos: muy guapa tu mujer
Teresa: ¿qué?, ¿salió a verte?
Carlos: si salió, nos saludamos e incluso me invitó
a cenar, y pues yo dije que sí, y de verdad doctora que guapa ahora entiendo
porque es lesbiana… jajaja, se sacó la lotería ahh… - me lo dijo dándome un
codazo y una levantada de cejas –
Teresa: ¿te invitó a cenar?...¿y tu dijiste si?... .
Carlos: si
Teresa: pero que hiciste Curtis….vas a morir
Carlos: ¿qué? ¿por qué?
Teresa: mira yo quiero a mi mujer y mucho, pero de
cocina ella sabe lo que yo sé de ingeniería espacial….la última vez que comí su
comida estuve enferma 3 días….la quiero pero no puedo dejar que te haga ese
daño
Carlos: ayy no…entonces ahora qué hago
Teresa: no sé dile que tienes que ir a casa o que tu
mujer te espera o algo de improviso… te curo rápido y huye
Carlos: ¿¿¿y usted….???
Teresa: yo trataré de convencerla de comer afuera
Tome todos los instrumentos y en el baño le cure la
herida, lo hice lo más pronto posible pero Magnolia ya nos esperaba en el salón
para pedirnos que nos acercáramos a la mesa
Magnolia: por qué esa cara de asustados…la cena esta
lista, vayan a sentarse – Curtis y yo nos mirábamos sin saber que decir –
Carlos: esteeee….Señora…mi mujer justo me llamó y
pues que tengo que ir a casa a comer, yo soy un hombre pisado y si no como la
comida de mi mujer, se molesta y pues me toca dormir en el suelo o con el
perro…muchas gracias por la invitación pero me tengo que ir – me miró y me dio
un guiño –
Teresa: si amor, pobre…
Magnolia: pero no me dijiste eso antes – lo dijo con
un gesto de duda como no creyendo nada de lo que había dicho –
Carlos: es que me acabo de acordar….bueno me voy –
me dio la mano y estrecho la de Magnolia también – un gusto haberlas conocido,
doctora muchas gracias por la curación y pues ya saben las dos que nada malo
les pasara de ahora en adelante por estos lados.
Teresa: gracias Curtis…y no te olvides el jueves sin
falta…en la tarde…
Carlos: claro, claro doctora….cuídense adiós
Magnolia y Teresa: chau – y con un ademán le dijimos
adiós a Curtis mientras cerraba la puerta –
Magnolia: qué raro ese hombre
Teresa: si ¿no? Bastante
Magnolia: entonces comeremos solas
Teresa: esteee amor, estaba pensando porque no mejor
vamos a comer afuera, por el disgusto que te hice pasar, después damos una
caminata por la ciudad y pues después venimos y me castigas por haber traído a
Carlos sin avisar, ¿qué te parece? – se lo dije mientras la abrazaba por la
cintura y le daba besitos cortos en su cuello –
Magnolia: tentadora la oferta…a ver convénceme más –
la apreté a mi cuerpo con más fuerza y los besos dejaron de ser cortos para ser
más pasionales – uhmm ¿no podemos empezar por el castigo?
Teresa: ¿nos podemos castigar antes y después tu qué
dices?
Magnolia: NO vamos de una vez que ya sé que no
quieres comer mi comida – se separó de mi abrazo y se movió rápido a la puerta
–
Teresa: - le di una gran sonrisa y me apresuré a
alcanzarla y agarradas de la mano salimos de nuestro hogar –
Una noche relajada era lo que me faltaba con mi
mujer, una noche como tantas, de las que sólo ella me sabía dar, un cena, una
caminata por la alameda o simplemente sentarnos en nuestra banca preferida en
el parque que llevaba nuestras iniciales escritas, yo una mujer demasiado
romántica se me hacía sin esfuerzo llenarla de detalles, quizás mi error de
siempre fue ponerle demasiado empeño a los detalles, supongo que se hace casi
algo cotidiano en las parejas y deja de ser algo sorprendente o especial, sólo
una dosis más de un detalle más…pero aún así, tener a una mujer como Magnolia
me hacía vivir muy en tierra, dejé mi parte soñadora para los ilusionistas y
ahora basaba mi vida en la realidad que ella me daba y en la felicidad en la
que me llenaba, Magnolia era la pareja perfecta, atenta, relajada, centrada y
siempre con una solución a cualquier problema, con ella lo único que tenía que
hacer era hacerla reír para que su seriedad se convirtiera en un cariñoso beso
o un abrazo y esta noche lo que sobraba eran las risas y las caricias.
Teresa: uhmm mi amor, la cena estuvo exquisita, mis
respetos a la Chef – me sonreía mientras le buscaba la mano para agarrarla –
Magnolia: payasa, que voy a hacer contigo Teresa,
quien se puede enojar contigo, si siempre haces a todo el mundo reír – acercó
mi mano a su cintura de la cual me aferré –
Teresa: Mejor no digas nada, que cuando me pongo seria
asusto, pero contigo no lo hago porque para seria ya estas tu, una sola en la
relación es suficiente – la aferré más a mi cuerpo y la besé tiernamente, y una
sonrisa le siguió a ese beso –
Magnolia: ¿ya ves?, contigo todo es tan fácil – nos
quedamos abrazadas y así continuamos el paso –
Teresa: soy muy feliz Magnolia – la miré fijo a los
ojos mientras lo decía – me salvaste del desamor sólo para hacerme muy feliz,
te quiero princesa – sus ojos se encendieron en un brillo que yo estaba a gusto
de causar –
Magnolia: te quiero tontita…te quiero mucho, vamos
rápido a la casa, que te has portado muy mal hoy, y te toca castigo – me lo
dijo con una sonrisa y mirada pícara –
Teresa: ¿así?...y eso de soy inocente hasta que se
demuestre lo contrario no vale – la agarré otra vez por la cintura y la acerqué
a mi cuerpo –
Magnolia: uhmm no, no vale en esta situación
Teresa: y si te doy un beso en cada esquina, ¿eso no
jugará en mi defensa?
Magnolia: no señorita, eso sólo hará que deseé
castigarla más
Teresa: entonces empecemos con esos besos de una vez
– la acerqué y cargándola en el aire la besé apasionadamente –
Llegamos en tiempo record a la casa y si bien todo
el camino la había llenado de besos sensuales por su cuello y mejilla, ella
parecía muy calmada, mientras mi cuerpo me gritaba que necesitaba sentirla en
desnudez para sentirme plena…ese efecto causaba ella, lograr sacarme en esencia
todo mi deseo sin ella perder el control, me fascinaba esa facultad suya pero a
veces me volvía loca, no saber si de verdad lo desea o simplemente me dejaba a
mí la facultad de sentirla, así es Magnolia, un enigma en lo que a sus
sentimientos se refiere y en sensaciones también, pero así la conocí y así
estaba a gusto con ella…la quería mucho y sabía que ella a mi también, somos una
pareja comprometida en lo nuestro y eso dice mucho de nosotras, es difícil
encontrar una pareja así y ella y yo lo éramos en toda su expresión
Su brazo me rodeó por sorpresa al terminar de cerrar
la puerta, su mano en mi hombro me empujó contra la puerta y ahí supe que el
castigo había dado inicio…se acercó muy sensual y sus labios quemaron los míos
al tocarse, su beso húmedo y caliente me penetró todo el sentido, que un
escalofrío fue lo único que mi cuerpo fue capaz de responder, me perdí en su
beso y en la maestría de su lengua…yo
era una buena besadora pero esa mujer me sorprendía cada vez que me besaba,
descubriéndole cada vez mejores maneras de poseer mi lengua…sus dientes se
apoderaron de mi labio inferior y yo con ese movimiento me apoderé de su
cintura que apreté a mi pubis que lleno de calor buscaba su vientre de fuego,
quería sentirla toda en ese instante así tuviera que arrancarle la ropa en ese
corredor…su mano apretaba mis senos por encima de la ropa y yo levanté su
pierna hasta mi cintura para apoderarme de sus nalgas que apretaba con afán, su
cuerpo era mi mejor aliado en la batalla de poseerla y mi cuerpo la herramienta
perfecta para llevarla a la habitación…en un movimiento rápido, me hice de sus
dos piernas enroscadas en mis caderas y con sus brazos enroscados en mi cuello
y su boca anclada a mis labios…caminé en tinieblas guiada por mis recuerdos
ciegos de ese lugar, chocamos con cada pared de ese corredor, pero bien valió
la pena golpear ese cuerpo encima de mí que sólo me hacía sentirla más….sus
besos en mi cuello me enloquecían y hacía más ciega a mi caminata en
tinieblas…esos besos desesperaron mi paciencia, mi razón y mi pasión, no pude
más y tenía que tenerla desnuda para mí…la apoyé a la pared y bajando por su
cuello arranqué su blusa y sus senos los saqué por encima de la copa del brassier,
su falda ya estaba levantada hasta la altura de su ombligo y yo vertida en sus
pechos seguí buscando por debajo de su falda el borde de sus bragas.
Me sentía cegada por el deseo que no me fijé que
casi un acto de acrobacia había provocado con mi deseo alocado, mi mujer
totalmente incómoda apoyada por sus hombros en esa pared de corredor, pero mi
deseo era demasiado para mi razonamiento de la incomodidad – vamos a la cama mi
amor – me susurró mientras me perdía en los mordiscos que le daba a su abdomen
– lo siento mi amor – llegué a decir mientras la ayudaba a ponerse de
pie…mientras la sostenía de la mano me quedé quieta como avergonzada de haber
cedido a mi deseo casi de manera primitiva, pero ella en vez de molestarse se
comenzó a desvestir conmigo delante, a
cada paso que iba hacía la habitación, se quitaba la ropa…su blusa fue la
primera en caer y yo con la boca en el suelo me divertía por su provocación,
luego el brassier y la falda abierta sola cayó con el movimiento perfecto de
sus caderas, sólo una prenda quedaba y ella con un beso volado me indicó que
sería yo la que se la quitaría…caminé despacio detrás de su agraciado y sensual
movimiento, mientras me iba quitando mis respectivas prendas que me ponían en
desventaja con ella…cuando llegamos a la habitación lo único que me abrigaba
era mi ropa interior mientras que a ella sus tacos le hacían una excelente
combinación a sus casi transparentes bragas de color blanco…se sentó en la cama
y yo desde el umbral de la puerta sólo observaba…cruzó las piernas y tuve el
recuerdo de una fantasía hecha película, que sin esperar que me diera carta
blanca yo entré a sostenerla por la espalda en un movimiento veloz y fuerte
para colocarla delicadamente sobre ella, y con mi boca clavada en sus labios la
acompañé en ese reposar…mi color preferido era el azul, pero en ese momento era
el rojo de sus labios que sólo me llamaba a besarla.
No demoramos mucho en sacarnos el resto de prendas
que nos impedían estar vestidas de Eva…yo sobre ella me acomodaba en besos
desde su boca a su cuello y con mi lengua recorría las líneas de su rostro y
labios, mi lengua seguía camino hasta las curvas apetitosas de sus senos y en
pequeños besos me acerqué hasta sus pezones que sólo acaricié, todo eso en un
afán de provocar a mi mujer un poco más, y tarea realizada, más ardor en su
piel y en mi boca, junto a los gemidos de Magnolia, me hicieron llevar mi boca
entera a poseer sus senos perfectos, a meterme esos delicados montes de piel en
la profundidad de un beso y con mi lengua acariciaba y succionaba mientras las
manos de mi mujer me apretaban más y más a sus senos, más sabor y más calor
sentía en mi boca con cada succión y bajando mi mano por su vientre hasta su
entrepierna, también podía sentir que su centro estaba jadeando con jugos de
placer producto de lo que mis caricias causaban en su piel – así mi amor así –
me jadeaba entre gemidos, y me encantaba saber en sus palabras que lo que hacía
le gustaba.
Bajé de sus pechos a su abdomen y con mi lengua bajé
hasta su ombligo que acaricié con pequeños círculos, mientras me colocaba sus
piernas abiertas y dobladas sobre mi espalda, bajé despacio por sus costados y
me quedé en su ingle besando y succionando ese pequeño lugar que en ella
causaba un éxtasis casi desmedido, sus contoneos y sus retorcidos movimientos
me daba la idea de que seguía en buen camino…en un movimiento sensual la puse
de costado y abriendo sus piernas bajé con mi boca y lengua a su rajita…el
primer contacto de mi lengua por toda la extensión de su rajita la hizo casi
gritar pero los siguientes fueron recibidos con menor sorpresa pero más placer,
me agarré de sus nalgas y abriendo más ese par me di lugar para observar todo
ese lugar…Magnolia era como una estrella, brillaba de tanto placer hasta en la
oscuridad de esa habitación gracias a todos los jugos que su cuerpo derramaba,
la penetré despacio con un dedo, y ella explotó…me sujetó de una nalga y casi
jalándome con la fuerza de dos mujeres me acomodó para estar a su altura con su
rostro casi enterrado en mi rajita…de costado era difícil pero no imposible, y
la flexibilidad entre las dos era cosa fácil…sentí su lengua penetrarme y yo
hice lo mismo con mis dedos…su lengua era espectacular, hacía lo que debía a la
rapidez precisa, y con el ritmo ideal…yo estaba en el cielo, casi sin poder
concentrarme en lo que mi lengua y dedos hacían en ella, pero así era Magnolia,
una diosa en la cama.
Me pellizcaba las nalgas y cuando más se adentraba
en mi rajita necesitaba salir de la suya para gemir de placer, gritaba con cada
toque de esa mujer, mis dedos se movían dentro de ella y mi lengua batía su
clítoris con su punta, hacía mi mayor esfuerzo pero Magnolia parecía verlo tan
fácil…el control que ella llevaba de mi cuerpo era desquiciante, yo casi me
rendía a la succión de mi clítoris mientras yo casi me acalambraba con mis
dedos metidos en ella…esto era común, ella siempre terminaba dominándome, a
veces me sentía poca amante para ella, pero con el tiempo ya me había acostumbrado
a terminar de victimaria a víctima…pero esta noche no sería así…con más fuerza
metí mis dedos y con más firmeza moví mi lengua, ella se apretó más a mis
nalgas y ahí supe que quizás esta vez yo ganaría…mis jugos casi me
desconcentraban y el fuego en mi vientre casi me enloquecía, sabía que no
faltaba mucho para llegar a mi éxtasis, pero esta vez yo quería llegar con
ella…me moví de su boca y levantando sus
piernas pegándolas a su abdomen hasta casi chocarlas hasta sus pechos me abrió
su rajita totalmente, estaba rojita de placer…acerqué mi rajita mojada y me
froté sobre ella en esa posición, podía sentir su clítoris sobarse contra el
mío y vi como su rostro de dominante cambio a dominada…froté con fuerza aunque
sabía que con eso lograría mi orgasmo pero lo hice, con todo el deseo que
llevaba adentró y en un tirón casi insano, ella se apoderó de uno de mis senos
pellizcando mi pezón mientras yo entremezclada entre el dolor y placer grité de
éxtasis, ella gemía mientras su otra mano se aferraba a las sábanas de la cama
y su rajita me llenaba la entrepierna de humedad…mi mujer había llegado a su
orgasmo pero yo seguía en mi movimiento vehemente, seguí tan duro y rápido que
cuando mi orgasmo iba a venir sentí como mi mujer también se vendría…apuré el paso
y en un gemido escuché – Te amo mi amor – mis movimientos cesaron y mi orgasmo
quedó desplazado, mientras Magnolia gritaba aún por el clímax… Magnolia me
había dicho que me amaba y yo no estaba preparada para eso.
Me acomodé a su costado mientras ella buscaba mi
cuerpo para abrazarlo…le dio besos a mi hombro y boca, y yo correspondí, pero
no podía dejar de pensar lo que esa mujer había gritado momentos antes “te amo
mi amor”…lo repetía y repetía en mi mente…la mujer que me había dicho que el
amor no existía, ahora me estaba amando y yo me preguntaba si eso podía ser
posible, pero lo que más me perturbaba era si yo era capaz de decir lo mismo de
ella.
Magnolia: fue maravilloso mi amor, hoy hiciste cosas
diferentes – me lo dijo abrazándose más a mi cuello y besándomelo –
Teresa: no hice nada diferente, sólo creo que había
más ganas – mi tono seco y mi mirada en el techo perdida en mi pensamiento me
delataban –
Magnolia: ¿pasa algo mi amor? – me lo dijo
acurrucándose más a mi cuerpo –
Teresa: no mi amor, sólo que hice mucho esfuerzo, me
agoté un poco – le besé la frente para tratar de convencerla y abracé su cuerpo
un poco más –
Magnolia: ¿te molesto lo que dije?
Teresa: - mi cabeza casi se prendió como un foco,
dio en el clavo y yo no sabía que decir – no amor, es sólo que me sorprendió
Magnolia: es un decir amor…son sólo palabras no le
des mucha importancia – me dijo levantándose un poco para besar mis labios –
Teresa: - sentí un poco de alivio aunque sabía que
era un invento pero decidí creerle – ok amor
Nos abrazamos durante un rato, y después de un
momento dejé de darle importancia a lo que había escuchado y seguimos en
nuestras caricias tiernas que siempre le seguían a nuestro acto de pasión.
Magnolia: mi amor cuando vas a guardar esas cajas…
ya un mes, estas aquí y hasta ahora no terminas de mudarte – me dijo mientras
en el aire entrelazaba sus dedos a los míos –
Teresa: tienes razón mi amor, mañana que tengo libre
lo hago ¿ok?
Magnolia: entonces creo que llamaré enferma y te
ayudo ¿ok?...así pasamos el día juntas, como hace tanto no lo hacemos – se
movió sobre mí para mirarme de frente –
Teresa: me parece perfecto – levanté un poco mi
cabeza y busqué su boca para besarla –
Magnolia: ¿cucharita mi amor? – me dijo con una
sonrisa –
Teresa: cómo te gusta ¿no? – me puse de costado y la
abracé – ¿qué tal esta variación de cucharita? – le dije mientras la atraía de
frente a mí para de costado mirarnos –
Magnolia: me parece perfecto – me miró tiernamente y
me besó – soy tan feliz contigo
Teresa: yo también mi amor – le devolví otro beso –
Magnolia: - me tomó la mejilla y la acarició con una
mano y me dijo – sólo hay algo más que haría mi felicidad completa
Teresa: - la miré dubitativa y pregunté – ¿qué cosa?
Magnolia: quiero….quiero un bebe… un bebe contigo Tete
– mi rostro paso de la sonrisa más plena a la incomodidad completa –
Teresa: - me di vuelta en la cama y enfrenté con mi
mirada al techo – ya sabes lo que pienso de eso
Magnolia: - se montó sobre mi pecho y buscó mi
mirada – amor sé que hablamos que nada de niños, pero entiéndeme por favor…de
verdad me haría feliz…un niño contigo
Teresa: - la moví de encima mío y me senté en la
cama – Magnolia te lo dije antes, ahora no, yo no quiero un niño para no poder
criarlo, tengo poco tiempo y tu tampoco, esperemos unos años que yo esté con
más tiempo y ya
Magnolia: ¿cuánto tiempo Teresa? – se sentó en el
centro de la cama apoyada en sus rodillas –
Teresa: un par de años supongo – volteé mi mirada
para verla mientras se lo decía –
Magnolia: y después de esos años, me dirás lo mismo ¿no?...otro
par de años más…y así seguirá ¿no?
Teresa: porque te adelantas, pero de verdad mi amor,
ahora no, ahora es imposible no como están nuestras vidas
Magnolia: -
se acercó por mi espalda, me abrazó y su mentón se acomodó en mi hombro – amor
para ti es fácil decir unos cuantos años, yo no tengo tu edad…pronto tendré 37,
tú tienes 28 es fácil para ti decir un par de años más y otros más, yo no tengo
mucho más tiempo…eres médico tú lo sabes
Teresa: - moví su brazo de mi cuerpo y me paré de la
cama – no me gusta cómo me lo dices, un niño se debe desear, yo no lo quiero
ahora, y punto, tu edad es una amenaza, sabes muy bien que con la nueva
tecnología tu puedes tener hijos a la edad que quieras – la miré fijo mientras
ella sólo agachaba la mirada –
Magnolia: ¿es ella no es cierto? – su voz se
oscureció y su tono se hizo de tristeza –
Teresa: ¿Ella? ¿De quién hablas? – me acerqué a la
cama y con dos dedos le levanté el rostro –
Magnolia: Ángela…te olvidas que sé todo lo de ti con
ella, ¿acaso te olvidas qué me contaste todo?... sé muy bien que con ella
deseabas todos los hijos…y ahora resulta que conmigo quieres esperar – apartó
mi mano de su rostro con fuerza y rápido se paró de la cama en dirección al
salón –
Teresa: - la vi moverse para luego seguirla – ¿de
qué hablas?...Ángela está muerta para mi, ella desapareció de mi vida, tú estás
en mi vida…sólo no quiero hijos todavía, no he dicho que no, sólo que esperemos – se lo dije casi en un
grito mientras la perseguía por el corredor –
Magnolia: ¿por qué? ¿Por qué esperar?, yo puedo
pedir licencia y dejar de trabajar para cuidar al bebé, tu puedes dejar de
hacer tantas guardias, no es imposible
Teresa: y si tu dejas de trabajar y yo de trabajar
tanto, ¿con qué dinero pagaremos las cuentas?, un bebé es un gasto – la seguía
persiguiendo mientras ella daba vueltas en el salón –
Magnolia: ¿un gasto?...¡¡¡diablos!!! ¡¡¡Teresa!!!!, ¿un
gasto?!...es un niño el niño que nos haría una familia completa…
Teresa: pero entiende, ¿por qué no puedes esperar un
par de años…es tan difícil?, todo tiene que hacerse como tú dices ¿no?...desde
que estamos juntas ha sido así, mi opinión no vale…igual si te digo que no
quiero un niño sé que me aparecerás con la prueba de embarazo positiva uno de
estos días si es que ya no estás embarazada…
Magnolia: ¿así nos llevamos ahora?... porque no
dices la verdad Teresa…porque no me dices que no quieres un hijo conmigo…si se
aparece Ángela seguro le dices que si en un segundo, y hasta ilusión tendrías….eres
una estúpida….ella te botó como basura, ella te cambió tan fácil como una
camiseta sucia, y tu le darías un hijo sin pensarlo, pero para mí nada… - se
sentó en el sofá mientras sus lágrimas caían por sus ojos –
Teresa: - me sentía herida, por sus palabras, pero
más que usara heridas pasadas para hacerme sentir mal – eres cruel, Ángela no
tiene nada que ver, yo a ella ya la enterré pero parece que tu no, no pensé que
llevaras tanta inseguridad guardada, yo pensé….
Magnolia: ¿inseguridad?... como quieres que no lo
sienta si un par de noches en sueños me la has nombrado…quizás te hayas
convencido de que la has olvidado pero yo sé que no y ahora ella se mete entre
nosotras…anda busca a tu Ángela y pídele el hijo que si deseas con ella…anda a
ver como de una patada te bota
Teresa: no puedo escucharte más – me moví de su lado
y fui a la habitación a buscar mi ropa –
Magnolia: vamos huye, como siempre lo haces
Escuchaba sus gritos detrás mío mientras recogía mi
ropa y me vestía, ella seguía encasillada en los comentarios más crueles de mi
pasado…nunca pensé que a la mujer que le había confiado mis más íntimos
sentimientos y vivencias, fuera la que ahora los usara para herirme, sabía que
estaba herida por mi decisión pero no había necesidad, me repetía mentalmente
mientras me terminaba de poner mi última prenda.
Teresa: ¡¡¡Basta!!!!... he sido demasiado paciente,
pero tus crueldades me están hiriendo
Magnolia: las verdades duelen, es eso lo que te
duele – me agarró de la mano pero no la dejé mientras salía de la habitación –
Teresa: te quiero, y por eso no quiero escucharte
más, hablemos mañana cuando estés más calmada – me moví de su costado y me
dispuse a abrir la puerta de salida –
Magnolia: Te amo Teresa….te amo ¿no lo entiendes?, y
sólo quiero que me ames lo suficiente para querer un hijo conmigo – sus
palabras helaron mi cuerpo, que me dejó estática –
Teresa: - volteé para mirarla, y la imagen que vi me
partió en dos, Magnolia totalmente desnuda con toda la cara llena de lágrimas
abrazándose el cuerpo – pensé que el amor no existía…
Magnolia: - se acercó a mí y me abrazó y en mi
hombro lloró – en alguno de los mil besos que te he dado en la boca se me fue
el corazón, y cuando me di cuenta, lo que hice fue seguir besándote y amándote
hasta casi volverme loca, para tratar de que me devuelvas el corazón, pero
resulta que la culpable fui yo…yo puse mi corazón en tus labios y ahora no sé
qué hacer pero amarte.
Sus palabras eran demasiado para mi…quise gritarle
que la amaba, que su amor era compartido y correspondido, pero mi corazón no
latía en la misma dirección, me había convencido tanto de que el amor no
existía que ahora lo que ella me decía me parecía tan falso, que no podía decir
nada.
Teresa: necesito salir de aquí, esto es demasiado –
su cuerpo se abrazó más al mío pero lo único que yo quería era que se apartara
de mi –
Magnolia: te amo Teresa, te amo, no te vayas por
favor – su cuerpo se aferraba al mío con más fuerza –
Teresa: me enseñaste a no amar, que ahora no sé cómo
hacerlo ya…
Separé sus brazos de mi cuerpo y poniéndolos a su
costado, la dejé parada en la puerta…abrí la puerta y cerrándola detrás de mí
pude ver en la sombra del vidrio como se quedó arrodillada y su llanto lo
escuché desde el otro lado…me quedé unos segundos ahí parada decidida a abrir
la puerta y entrar para abrazarla, pero simplemente le di la espalda y salí de
allí con sus palabras aún taladrando mi mente.
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Peroo.que estupida y fria teresa y bueno.era.fria para hacerle daño a la mujer cn la que se iba a casar pero esto es.el.colmo yo daria lo que fuera por una mujer como magno no se ojala cambie si no kedara sola abandonada no me cae bien la gente que esta por estar por pasar tiempo descomprometida
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