Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

Jane - Nymph - 6

Parte 6

Me curaron. Me pusieron 7 puntos y mi herida se veía horrible. Afortunadamente el vendaje evitaba a que me la siguiera viendo porque en realidad no me gustaba. Cuando terminaron de curarme empecé otra discusión con Jane, ¿cuántas habíamos tenido? Era impresionante la cantidad con el poco tiempo que llevábamos juntas


Quiero que te vayas! – le ordene tomando el mismo bolso con el cual llego y se lo tire a los pies

¡¡¿Qué?!! Pero Odisea, no, no puedes echarme, no quiero ni irme!

No me importa!! No quiero tenerte cerca! Eres una maldita amenaza! No has causado más que problemas!

Eso es una mentira Odisea! No pude haber sido una sola molestia en tu vida!

Pues lo fuiste! No sé qué momento sentí algo por ti!! Maldita lunática!

Pues yo si sentí algo por ti y te aseguro de que no me arrepiento de nada!

¿De nada?!!! DE NADA?!!! ¿Y qué tal de TODOS los malditos "lo siento" que te he escuchado nombrar?! ¿De eso tampoco te arrepientes?! – Bajo la cabeza y se miro los dedos, luego volví a verme. Yo estaba histérica, la miraba esperando una respuesta inmediata

No... –¿Queeé??¡¡ Como era posible? Después de todo lo que me había hecho! Después de todas las lagrimas que derramo por mi! Eran de cocodrilo? No puede ser!! Si prácticamente sentía todo su amor y romance cuando sus finos labios murmuraban las palabras que hacían que mi cuerpo vacilara y temblara para luego caer entre sus brazos. Esas palabras!! Aquellas que esperaba escuchar nuevamente para poder tenerla en mi ser! No podía creerlo, en todo este tiempo no pudo haber estado feliz por todo el daño que me provoco y más aun decir esas palabras lo siento si de verdad sentirlo! No podía ser, tenía que estar mintiendo

Así que.... No estás arrepentida.....

Odisea – se trato de acercar

¡NO TE ACERQUES! – comencé a temblar, hace tanto tiempo que no lo hacia

Maldita sea Odisea, no lo quiero decir en ese aspecto....

¿En qué aspecto entonces Jane?¡

Cuando, cuando te decía que lo sentía, de verdad lo sentía, pero... de verdad no me arrepiento de haber pasado esos momentos. Todo contacto que tuve contigo fue hermoso, por más atroces que puedan verse...

No voy a tolerarlo una vez más, me oíste?¡ No voy a dejar que las cosas pasen!! Hay que ponerle fin a esto Jane! No… no podemos seguir así... Las cosas se nos están saliendo fuera de control!

¿De qué estás hablando Odisea?¡ Acaso… acaso no consideras el amor encima de todo?¡ Acaso así no funciona el mundo?¡

El mundo de las hadas Jane, en el mundo real esto no funciona así! – Silencio – Jane... me duele muchísimo decirte esto, pero creo que es hora de que nos separemos de una buena vez, por el bien de ambas.

Es gracioso pensar que te preparaste un discurso antes, pensar que de tu mente decir tamañas palabras no sonaba tan trágicas. Uno piensa: "Los enamorados se dejan de amar como la gente cambia de ropa", por lo tanto, uno más o uno menos no podía significar nada!. Quiero decir, millones de gente se casan con otras por dinero, por religión o por cualquier interés sin amar a esa gente, pareciera que el amor de verdad no existiera. ¿Qué costaba romper con Jane? En mi cabeza no sonaba tan mal, lo podía superar, podría conocer a otra gente. Tenía casi tan solo 18 años! ¿Cuánta gente podía conocer después de Jane? Podía hasta pensar en reencontrarme con Edward, cualquier cosa.

La idea no sonaba tan trágica dentro de mi cabeza. Pero una vez que aquella idea tomo forma y salió de mi cabeza para pasar a ser una cosa concreta y casi escrita, era devastador. Era horrible!! Aquel momento fue abrumador y por un momento quise arrepentirme, pero no lo hice, torpemente no lo hice y me quede esperando alguna respuesta de Jane, como esperando a que ella arreglara el lio que yo me había formado. Fue entonces cuando no escuche ninguna palabra en retorno. Fue horrible! Escalofriante, me sentí completamente sola sin nadie que me diera apoyo por atrás. Jane tomo el bolso que le había tirado a los pies en un momento y se fue a la habitación. Yo la escuchaba, como los cajones sonaban con el roce de la madera, como algunos cerraban fuertemente y como Jane se limpiaba la nariz. Sus pisadas, sus movimientos bruscos, como todos aquellos sonidos llegaban a mi corazón y lo aplastaba, demorando el tiempo y provocándome dolor.

Luego de un tiempo, Jane salió de la habitación, yo no me había movido. Su ojos estaban llenos de lagrimas y tiro el bolso hasta la puerta, yo trataba de no mirarla, pero no podía evitarlo. Tenía que hacerlo, como no hacerlo? Fue entonces cuando Jane se detuvo en la puerta y me miro a los ojos

Yo nunca me arrepentí de nada, a cambio de ti Odisea. Solo... solo espero que esta no sea la última vez que te vea y lamento, bueno, lamento todo el daño que te provoque. Creo que ya... no lo vas a tener que soportar de nuevo, no? – Me sonrió con la sonrisa más amarga que había visto en mi vida. Estaba blanca, ahorrándose toda aquella pena, lágrimas. Santo cielo! Mis labios querían decir palabras, pero no podían. Era solo yo ahora, no tenía a nadie. Jane se había ido. Tal vez nunca más la volvería a ver, ¿qué mal acaba de cometer?

Sin embargo, Jane tomo sus cosas y mirándome por última vez, como esperando a que yo me arrepintiera nuevamente. Pero no lo hice, seguí su ejemplo y no me arrepentí, ya nada importaba que se haya ido ahora, solo me faltaba una semana para mis 18. No era necesario que siguiera "cuidándome". O si lo era?. En ese momento se había ido la única persona a la que realmente he amado en mis cortos años de adolescente. ¿Cuán trágica podía ser la adolescencia? ¿Quién dijo que los 17 eran los mejores años en una mujer? Bien! También eran los peores!. El caso es que Jane se había ido! Y lo peor de todo es que ha sido mi culpa! Yo la deje ir, pero tenía mis razones claro está, solo que aquellas razones no bastaban lo suficiente para perderla de vista. Solo unas dos semanas más tarde pude darme cuenta de ello. Ahora no, todo parecía lo correcto. Echar a Jane de mi vida era el camino correcto y tenía que ser así.

Era una realidad de que no podíamos seguir juntas, las dos nos hacíamos daño.

Me tomo unos segundos poder reconocer que es lo que estaba haciendo. Ahí estaba yo, Jane recién había salido de aquella puerta y lo más probable es que estaba tomando el ascensor. ¿Mientras que yo me limpiaba la cara con una mano, de que me estaba limpiando la cara? Lagrimas no brotaban. ¿Por qué mierda no lo hacían? Todavía no me daba cuenta de lo que estaba sucediendo? Era mi ego y orgullo tan grande que ni siquiera podía sentirme vulnerable aunque me encontrase sola? Santo cielo! Si Dios existe que me castigo y me tire al infierno por tonta! Había dejado pasar a la única persona de mi vida que me había abierto los ojos para que me diera cuenta de que la Vida Si Vale.

Me senté en el sillón, torpemente, pues mis fuerzas me estaban abandonando. Me volví a cubrir la cara, mire el suelo y por un momento recordé todos los momentos que había pasado con Jane, buenos, malos, algunos horribles, otros, sin embargo, tan bellos y perfectos. Más aun, no pude mas, tome mi mochila, plata. Plata... gracioso, ahora que lo recuerdo Jane me dejo plata. Para mis estudios. ¿Cómo podía tenerlos yo? Se los tenía que devolver! Y bueno, ¿con que cara? Acababa de terminar con ella, dirigirle una palabra más seria un caos universal. Por lo que decidí dejar ese asunto para otro momento, se la enviaría por correo o algo. Ahora yo estaba hecha un lio, no sabía que sentir, como la mayoría de las veces. Rabia por un momento, tristeza por otro y hasta arrepentimiento. Toda una mezcolanza de sentimientos hizo que saliera del departamento y caminara. Era de noche, no sé qué hora, yo solo caminaba, con la cabeza gacha, pensando, pensando, pensando. Fue entonces cuando de repente pare y me encontré al frente de un bar. Se sentía el olor a alcohol. Aquel alcohol tan embriagante que hacía que mi padre olvidara todo. Olvidara todo. ¿Cómo es posible que un trago te haga tal maravilla como poder olvidar todo? Fue irónico, sin embargo, que a pesar de odiar a mi padre por llegar tantas veces borracho al hogar yo estaba pensando en lo mismo que él. Quería poder probar su poder, quería olvidarlo todo. Fue por eso que entre en ese ambiente tan urbano y realmente ya no importaba que comenzara a quebrajar mis principios.

Había gente de toda clase, música, el humo del cigarrillo disipaba todo objeto y apenas se divisaban a la gente tirada en las mesas, algunas hablando como si no lo hubiesen hecho durante años. Las risas, otros tirando garabatos y dopados hasta más no poder. ¿Qué estaba haciendo yo ahí? Sin duda, no era mi estilo, pero a estas alturas ya no importaba. Lo único que quería era olvidar, por lo que me senté cerca del barman y le pedí "algo fuerte". Nunca supe lo que me dio, pero lo que haya sido no me hizo sentir bien, mas aun cuando ya me había tomado como 10 de aquellos. No me sentía en la tierra, de hecho, mi cerebro no funcionaba y la sensación más extraña se apodero de mi. Ya no estaba completamente consiente, decía puras idioteces a la persona de al lado y me reía de cualquier estupidez. Era increíble! Aquella droga si que te hacia delirar!. Escuchaba risas, entre ellas las mías, mis palabras. Como le hablaba a un extraño toda mi relación y en la situación en la que me encontraba. Todo entremedio de risas y palabras cortadas. Cuan vulnerable debí parecer que en un momento dado se acerco una bella chica y se sentó a mi lado para invitarme otra copa

¿Pareces que las estas pasando bien, ah? – Yo apenas la miraba, mi boca sonriente cansaba mis músculos de la cara y me costaba enfocar bien. Pero cuando la vi, realmente me cautivo, era una chica muy bella y yo ahí, borracha como una cualquiera.

A decir verdad no. Acabo de… de romper con mi Jane...y... mírame!- reí- Estoy aquí bebiendo tratando de olvidarla! ¿No es un chiste?

Solo si lo ves de una cierta manera... – al mirarme se tocaba el pelo y se lo acomodaba discretamente, como esos típicos movimientos de mujeres tratando de seducir a una persona. – ¿No me quieres contar que te ocurrió?

Porque no? Después de todo, ya nada me queda ni en mi hogar ni en mi futuro. Pero te advierto! – lo decía mientras trataba de meterme más alcohol en la boca. Santo cielo! Era sinceramente despreciable!. – Es una historia bastante larga..

Bueno, si es larga, podemos irnos a algún lugar más cómodo, no te parece?- y mientras decía aquellas palabras, una de sus manos se aventuro para poder tocarme la pierna, adentrándose cada vez más hacia dentro, mientras que su bella cara demostraba aquellos dientes blancos y derechos, una boca sacada de película. De verdad era hermosa!, pero en que estaba pensando cuando le conteste?!

Eso me parece bien... ¿A... adónde vamos?

Bueno, podríamos irnos en mi auto a alguna parte cercana, ¿no te parece?

Claro! Cualquier cosa es mejor que volver a mi depto..- Sonreí y luego trate de pararme, pero solo el intento de salir del asiento en donde me encontraba era inestable. Cuando apenas trate de levantarme caí en un instante al suelo, pero aquella extraña que me estaba "llevando" (quien sabe dónde), alcanzo a recogerme y finalmente me poso en su auto, donde por fin pude restaurarme solo un poco.

Al final, ella también subió al vehículo y yo le empecé a contar mi "gran" problema. Sin embargo, al estar tan concentrada en contarle mi relato no tuve idea el camino que tomo. Solo me pude fijar que en un momento dado me encontraba en un camino lleno de arboles alrededor. Yo ni conocía el camino, además, estaba demasiado borracha para poder reconocer algo.

¿Te parece si paramos aquí? – se estaba metiendo entre medio de los arboles, un lugar demasiado "piola" para mi gusto.

Bueno, aquí... está bien, yo creo, ¿no?- volvía a reír y ella también.

Así que, tu amiga Jane y tu rompieron, ¿no? – me lo pregunto parando el auto y concentrando toda su mirada en mi, ahora.

Si! ¿No es irónico? Y yo que la quería tanto... Y al final me fui a la borrachera igual que mi padre! ¿Puedes creerlo? Yo... yo que lo odie por tantos años por estar borracho y mírame ahora!

Bueno, preciosa, eso le puede pasar a cualquiera.

¡En eso tienes razón! – Nunca me explique porque todavía no me quedaba dormida o porque las energías no se me acababan.

¿Pero sabes? Para evitar este problema del alcohol, pudiste haber probado métodos más efectivos que estos. Tu sabes, para poder olvidar... – la miraba, sus ojos estaban brillando y sus labios también. Pareciera que la luz de la luna la hiciera más bella y deseable. Y más aun, cuando su sensual mirada posaba en mi cuerpo, cara, pecho, vagina.

¿Cómo cuales? – le pregunte

Bueno, como.. – su mano nuevamente tocaba mi muslo y esta vez sus labios se acercaban cada vez más a los míos. – olvidarte de una, con otra...

Fue entonces cuando se acerco hasta estar al frente mío y beso mis labios, pero no suavemente, sino que con pasión, con fuerza, con fiereza. Que embriagador! Aquella extraña sí que sabia tocar! O acaso era el efecto del alcohol? Eso realmente no importaba en ese momento, aquella chica me tocaba el pezón y me ahogaba con su boca. La oía gemir, mientras quería aun mas introducir su lengua en mi boca, mas y mas se acercaba desabrochando mi camisa y dejando uno de mis pezones al aire. ¡Qué estado! Me sentía tan poseída! Como un verdadero objeto sexual!, sin embargo inútil porque mi estado me limitaba a retornarle aquellas caricias. Se sentía tan bien. Luego de pasar por mi boca y devorarla prácticamente, paso su lengua por mi cara, cuello, hasta llegar a uno de mis pezones, que lamio y succiono energéticamente. No me explico cómo es que después paso de su asiento al mío poniéndose arriba a mío, con sus piernas completamente abiertas hacia mí, sentada entre mis piernas semi-abiertas. Siguió besándome, esta vez, nuevamente los labios y agarrando mis dos pezones fuertemente. Otra vez siguió con mi cuello, pero esta vez sus manos levantaron mi falda y metió unos 3 dedos dentro de mi vagina. Fue entonces cuando fui yo la que gimió sorpresiva y satisfactoriamente ante tal acto. Esta chica sí que sabe moverse! Pensé. Aparentemente ya lo había hecho antes, con alguna otra chica en mi misma situación. Lo que era claro era todo el placer que me estaba dando, moviendo sus dedos dentro de mi vagina, lamiendo mi cara, labios y yo con esta ultima abierta puesto que me estaba haciendo gemir como si fuese una tortura placentera. Y entre medio de tanto gemido por parte de las dos, la escuchaba decirme: "¿Te gusta ricura?" "Quiero oírte gemir de nuevo" y cada vez que lo hacía, movía y adentraba cada vez mas aquellos finos dedos que tenia. Yo apenas podía hablar. Estaba cautivada. Sin embargo, no quería seguir como si nada. Trate de que mis manos reaccionaran y cuando lo hicieron, buscaron el cierre de aquella extraña (por cierto, nunca supe su nombre) para bajarlos e introducir mis manos en sus nalgas, sus apetecibles nalgas. Cuando lo hice, las agarre fuertemente y ella todavía seguía introducida en mi vagina. Era una escena muy erótica. A pesar de que estaba borracha, me encontraba con una bella chica encima de mí acariciándome y deseándome, mientras que aquella luz de luna reflejaba mis pezones apenas cubiertos por mi camisa, pero divisibles para ella. Aquella flor sedienta que me saco de ese lúgubre y urbano lugar para hacer uno de los actos más bellos de la naturaleza.

Sin embargo, toda aquella fantasía y sensualidad fueron detenidas por una persona que ya había causado bastantes estragos: Edward.

Así que... Así que de verdad eres lesbiana! – Había abierto la puerta del auto donde yo y la extraña nos encontrábamos. Yo me asuste muchísimo, no me podía explicar cómo alguien nos podía encontrar aquí, en especial alguien como Edward

¿QUE?¡ ... –dije, la extraña se acomodaba los pantalones – ¿QUE MIERDA HACES TU AQUÍ?¡

Eso lo debería estar preguntando yo¡¡

¿Quién es él?¡ - preguntaba la chica

Ah?¡ no… nadie... quiero decir, es alguien, pero nadie... - ¿qué decía? – Bueno, no importa! Ándate!

Discúlpame! Te encuentro semidesnuda con una mujer cualquiera arriba tuyo y...

¿COMO QUE CUALQUIERA?¡ - la chica se había enojado aun más y esta vez se bajo de mi cuerpo y salió del auto como pudo, enfrentando a Edward, yo, por mientras también trataba de salir, pero con el impacto de ver a Edward, me vino un dolor de cabeza intensísimo e hizo caerme al pasto

Fuera de mi camino!- le gritaba Edward, tratando de empujarla a un lado y queriendo recogerme del suelo. Sin embargo, la extraña no se quedo quieta y por desquite también empujo a Edward. Él, enojado le comenzó a gritar

Quítate maldita perra! – Pero antes de que la volviera a empujar más lejos aun, la chica le roció la cara con algo extraño que hizo que Edward gimiera de dolor y se tapara los ojos, por mi parte, yo ya me había parado a duras penas y la chica cierra la puerta del auto

Si lo conoces, es tu problema, yo me voy... – Por lo que se fue, arranco el auto y nunca más la volví a ver. Fue entonces cuando me enfoque en Edward, quien trataba de sacarse aquel líquido de la cara, dejando sus ojos rojos.

¿Co-Cómo es posible que me hayas encontrado aquí! EN MEDIO DE LA NADA!

¿No es obvio?¡ ¿Acaso no me viste seguirte?¡

No! – el piso se me movía – Estoy... estoy borracha! Nunca más vuelvo a tomar!! Pero... ¿PERO POR QUE ME ESTABAS SIGUIENDO?¡ DEPRAVADO!

¿De qué hablas Odisea?¡ Santo cielo, de verdad estas borracha... a lo mejor por eso aquella mujerzuela te trajo hasta acá... Vamos, sube al auto

No!

Odisea, no me compliques mas y sube. – esta vez me sujeto de la cintura (por suerte mía porque estaba a punto de caerme) y me coloco en su auto. Después de un rato él también se subió y partimos con el coche hacia la ciudad

Me... me duele la cabeza – me sujetaba la cabeza, pareciera que se me iba a romper en dos. Por lo menos los dos ya estábamos mas calmados y finalmente pude ver por la ventana los faroles de la ciudad

Por supuesto que te duele, el alcohol te hace eso después de un rato

Porque...porque me estabas siguiendo?...

Quería hablar contigo...

¿Cómo? La última vez que te vi... Jane... Jane te estaba ahorcando... en un... café... – mis ojos parecían orbitas fuera de eje. Que sensación tan espantosa.

Bueno... mi querida prima tal vez tenía sus razones no? – Los parpados se me estaban cerrando finalmente y las fuerzas se me agotaban. Apenas podia hablar

Recuerdo que ella me dijo... me dijo que tú la quisiste violar.... – Silencio, en ese momento, como no recibía respuesta alguna fui quedándome dormida y no supe nada más hasta la mañana siguiente

Amanecí en mi cama, mi cabeza dolía más que antes y apenas podía recordar algo de lo que paso con aquella chica. Solo recordaba su cara y parte del trayecto al departamento en el auto de Edward. Mi cabeza reventaba. Y para tratar de aliviarla tome un té, aunque no sabía si eso me iba a hacer algún bien. Fue entonces cuando recordé lo sucedido con Jane, como le dije aquel discurso que hizo que se fuera del departamento Como me odie tanto esa mañana que lo único que quise fue tirar la maldita taza hacia fuera. Pero no lo hice. Me quede paralizada, recordando todo. Y mi odio contra mi misma creció y creció. ¿Cómo mierda es que la deje pasar? No solo eso, ¿cómo mierda es que todavía no me arrepiento completamente?.

Desde ahí que paso algo curioso, el teléfono sonó. No quería contestarlo. Lo deje sonar, sonar, sonar. El teléfono seguía sonando y yo tomándome una taza de té. Cuando ya su ruido me comenzó a molestar, decidí ir a contestar, pero el teléfono justo había callado. Me extrañe. Volví a tomar otro sorbo de té y el teléfono volvió a sonar de nuevo, pero antes de que pudiese quedarse callado nuevamente lo conteste

¿Alo?

¿Odisea?

¿Quién es?

Edward – Estos eran uno de los momentos kodak en donde uno manda la foto a los momentos más extraños de tu vida. ¿Cómo sabia Edward mi numero de teléfono? Yo nunca se lo di! Más aun, que quería Edward hablar conmigo? La última vez que recordaba verlo, fue cuando Jane trato de ahorcarlo en un café.

¿Cómo conseguiste este número?

Te lo copie cuando te deje en el departamento... Lo tenías registrado en una parte.

Entraste a mi departamento ¿COMO? ¿POR QUE?

No... ¿No te acuerdas?

¡NO!

Acaso... ¿acaso no te acuerdas lo que paso anoche? – Medite. NO! No me acordaba de nada! Solo tenía en la mente algunas imágenes vagas que no me decían nada. ¿Sería conveniente que Edward me lo explique por teléfono? Definitivamente no. Tenía que ir a su encuentro

¿Edward... dónde te encuentras?

¿En... en el parque donde nos tomamos un café? ¿Te acuerdas?

Explícame como no me voy a acordar de eso. Está bien, espérame ahí, voy allá.

Le colgué el teléfono y me dirigí al parque. ¿Qué había pasado anoche? Sea lo que sea, no tuvo que haber sido muy bueno ya que Edward aparentemente me llevo a mi departamento.

Cuando llegue allá me encontré con Edward comiendo un helado. Parecía un niño, se veía muy cómico.

¿Me puedes explicar que paso anoche? – le dije un tanto alarmada, ¿y quién no? Tal vez había metido las patas y yo ni sabia.

Bueno... Anoche te metiste a un bar y te emborrachaste- su cara notaba expresión de precaución ante cualquier reacción por mía- luego una bella chica... te metió a su auto y bueno... se aprovecho de tu.... estado.

¿Queé? ¡Co- cómo!...

No te logro a hacer mucho- lo dijo antes de que o pudiese continuar con mi estado de alarma -, no te preocupes por eso. Yo... bueno, yo la detuve antes...

Así que… – le dije tratando de reflexionar - Me metí a un bar... me emborrache... y una chica me metió a su auto para... para aprovecharme de mi... Edward... ¡Eso es idiota!!

¡Pero es la verdad!!

¿Y cómo es que "solo apareciste para rescatarme"?¡

Bueno, porque te seguí Odisea...

¿Me seguiste?¡

Estaba preocupado! ¿Qué querías que hiciera después de lo que me dijo Jane?¡

¿Qué tiene que ver Jane en todo esto?¡

¿No es obvio?¡ Después de que mi querida prima trato de ahorcarme lógicamente fui a hablar con ella!

¿Fuiste a hablar con ella? ¿Dónde?

En la casa de sus padres... ¿tiene importancia ello?

No... no, continua – Jane se fue a la casa de sus padres, como es que la dejaron pasar? Bueno, son sus padres, supongo que no la dejarían botada en la calle

El caso es que me conto algo que no creí. Bueno, en un principio me impacto un poco el estado en que se encontraba, a pesar de que fui con el motivo de decirle que no iba a levantar cargos ni nada por el estilo, solo que lo dejaría pasar – que dulce de su parte – De cualquier forma me atreví a preguntarle qué es lo que le pasaba y me contó que tu y ella habían terminado – rio – ¿gracioso no? Que tú con mi prima hayan sido pareja – ¿qué tenia de gracioso? - De cualquier forma Odisea, eso... eso me preocupo porque no creí que fuera verdad, por eso es que te seguí, para comprobarlo.

¿Y te diste cuenta de...?

De que no es así! Me alegre mucho cuando supe que esa chica solo se estaba aprovechando de tu estado, bueno – tomo más seriedad – no, no quise expresarme así, quiero decir, me alegro, pero no – Note como tenia la misma maña mía de no poder expresarse bien. ¿Tan parecidos éramos?

Así que… Así que no creías que Jane y yo éramos pareja...

Gracioso ¿no? Quiero decir, mírate, una chica tan bonita y desperdiciar tanto cuerpo y belleza en otra chica? En especial en alguien como Jane...

¿Qué quieres decir con eso? – ¿Me moleste, "alguien como Jane"?

Bueno, tu sabes, tu viviste con ella, ¿no? Era tu compañera de cuarto, debiste notar que esta media... bueno... loquita...

Jane no está loca!! No vuelvas a insultarla de nuevo, me oyes?¡

Está bien Odisea, no quise enfadarte, pero si ella no ha demostrado rasgos de agresividad, quiere decir que estamos hablando de otra persona!. Jane estuvo más de un año encerrada en una clínica. – Eso era verdad. ¿Cómo era posible? Muchas dudas llegaban ahora a mi cabeza. Si Edward decía la verdad, ¿lo que me conto Jane sobre él es mentira? ¿Haber "recreado" una escena de violación por parte de Edward era solo una mentira? Debo recordar que hasta la misma Jane admitió que estuvo en una clínica. Pero nunca me conto los detalles de ello. ¿A quién debía creerle? Lógicamente a Jane, pero, dada las determinadas situación, ¿era factible confiar 100% en ella? – Vamos Odisea, no quiero enojarme contigo, mi bella flor de agua salada.

Sus palabras eran intoxicantés, y a pesar de que eran las mismas palabras que yo empleaba con mi querida Jane, mi querida flor sabor a canela. Como alguien puede no caer ante sus brazos? Edward era un hombre profundo, fuerte, grande, a pesar de toda aquella agresividad que demostraba con su ropa, su corazón lograba rozar el mío. Eran magnifico, él era magnifico, mas aun cuando yo me encontraba en un estado más vulnerable de lo usual. Sus suaves palabras lograban encariñar mi corazón y simplemente caer ante sus brazos. Me recordaron a Jane, cuando tomaba aquella postura varonil tan intoxicante que me volvía loca, pero sin embargo, recordé todo lo que le había dicho, que ya no podíamos seguir juntas. ¿Quién establecía eso? Yo lo impuse como si fuera verdad, yo lo dicte! A lo mejor éramos medías naranjas y yo no quería serlo, yo la deje ir, la deje partir. ¿Por qué Jane no me rogo a quedarse a mi lado? ¿Cómo podría hacerlo? Quiero decir, prácticamente le eche la culpa a ella porque la relación no funcionaba, me lave las manos enfrente de ella. Y ella no me saco en cara nada! Yo tenía tantos errores como ella. ¿Por qué no me dijo nada?¡ Porque no se quedo a mi lado?¡ Fue ella la que medito todo antes! Y yo no! Sabía que debía respetar todo lo que yo quisiese. No estaba siendo egoísta, me respeto. Respeto la decisión que yo tome y la decisión que yo impuse, ¿por qué? ¿POR QUE?¡ Si miraba un poco más a fondo, la respuesta era obvia! ELLA ME AMABA! Me amaba a pesar de todo, ya no buscaba su propia satisfacción, esta vez dejo que yo tomase la decisión Y QUE DECISIÓN TAN ERRÓNEA! Santo Cielo, que arrepentimiento tan grande! Me sentí terrible, horrible, como la verdadera mala de la película. Mire a Edward, yo quería llorar, quería desahogarme, quería su hombro, quería llorar en él! Necesitaba su apoyo a pesar de todo lo que me había dicho Jane. A pesar de que ella lo odiase, no tenía a nadie más. Lo quería, lo necesitaba. ¿Pero como poder hacerlo? Sus insinuaciones demostraban claramente que era un homofóbico irreparable. No iba a aceptar que llorase en su hombro por una mujer, menos por Jane.

Me voy – le dije tan cortante, puesto que si decía otra palabra una lagrima y sollozos iban a salir al exterior.

¿Pe-pero... no quieres que te invite a comer? ¿O algo? – Negué con la cabeza, di media vuelta y simplemente partí. Un minuto más y hubiese deseado que la tierra me tragara con tanta lagrima.

Volví al departamento casi corriendo. Necesitaba llorar, necesitaba desahogarme. Santo cielo, necesitaba mi almohada! Aquel objeto de la casa donde uno le cuenta todo y aquel no te va a juzgar, sino que apoyar. Aquel objeto que de verdad pareciera que te daba apoyo y cariño cuando colocas tu cabeza sobre él.

Recuerdo que ese día llore toda la tarde, y Dios, qué manera de llorar! Pareciera que todas las lágrimas de mi vida las hubiese sacado ese día. Fue horrible, no quería salir, no quería levantarme, ni bañarme, ni comer. No quería hacer nada! Había caído en una depresión impresionante que ni todos los defraudes de amor juntos hubiesen podido superar. Era un caos! Pase 5 días lamentándome, odiándome, mirando el teléfono y decidirme finalmente a llamarla y decirle que lo lamentaba mucho. Pero desde luego que nunca lo hice. Más aun, prácticamente me estaba cortando las venas cada vez que prendía la radio a escuchar canciones de amor. Era todo un lio. Deje de ir a clases, mi departamento era un chiquero. No había hecho el aseo y fue en ese periodo de mi vida fue cuando me volví una adicta al cigarrillo. Fumaba sin parar y mis ojos estaban todos los días rojos e hinchados. Tampoco podía dormir, me adentraba en mi cabeza todos aquellos momentos que pase con Jane. Como aquella persona había cambiado radicalmente mi vida. Como la amaba aun y como la admiraba más aun recordando cada detalle de nuestra relación.

Pasaron los días tristes y lúgubres dentro de mi cabeza, llorando por cualquier estupidez. No podía ver ni siquiera la tv porque hasta el más mínimo comercial de sentimientos afectaba mi corazón. Era espantoso. Una tortura hasta que finalmente llego el día solicitado: Mi cumpleaños. Y esa mañana no fue diferente a las otras. Apenas había dormido y estaba agotadísima y el día anterior había puesto la grabadora para no tener que recibir cualquier "feliz cumpleaños" que no fuera de Jane. Sin embargo cuando "desperté" (Porque realmente no había dormido en toda la noche) mire los cajones donde Jane guardaba su ropa y sin ninguna razón fui a abrirlos. Sin embargo algo inesperado me acaba de encontrar. Era una nota, de Jane, por supuesto. Estaba cerrada y su sobre decía: "Espero que la leas el día de tu cumpleaños... 17 de Junio". El día cuando rompí con ella! El mismo día que estaba odiando durante toda una maldita semana! Ese día que he tratado de borrar permanentemente durante todo este tiempo!. La abrí

"Odisea, lamento que todo terminara mal.
Espero que sigas feliz sin mí
Por mi parte, siempre te recordare
Te ama por siempre
Jane"

Como una carta tan corta, tan diminuta, tan... tan.... Dolorosa! Puede afectar tanto?¡ Su caligrafía era terrible, se notaba a primera vista que estaba con el corazón destrozado cuando la escribió. Además de notarse la tinta corrida a causa de las lágrimas, aquellas lagrimas saladas que delatan al lector, Porque vienen del corazón. Aquellas que se plasman en papel no pueden ser otras que las de dolor, las que corren la tinta y no les importa si el mensaje es entendible o no. Además de aquel papel en tan mal estado, arrugado en una parte, mientras que en la otra no. Era la rabia del saber que no podía seguir en esta casa. Ay Dios, esta carta está hecha del más puro amor que alguien puede percibir. ¿Cómo no me di cuenta? Esta carta está hecha por aquella persona celestial tan frágil como aquellos ángeles que se representan en las más antiguas capillas. Esa persona que con la más pura sinceridad pudo reflejar todo lo que sentía en una carta. Aquella con la que compartí tantos momentos. ¿Esa era la persona que escribió tal maravilla? Como es posible que haya compartido tanto con ella y sin darme cuenta de lo poderosa, bella, frágil, inteligente ¿qué era? Jane, Jane, Jane! Si un milagro me ha caído del cielo es esta persona. La persona por la cual he llorado todos estos días y la he dejado pasar... LA HE DEJADO PASAR! Como es posible que no me di cuenta de lo cuan valiosa era una persona? Estaba arrepentidísima! La quería de vuelta, no podía dejarla ir, no podía! La necesitaba, Dios! Cuanto la necesitaba! Si la dejaba ir definitivamente iba a ser yo la que terminaría muerta de amor. Y el estado con el cual me encontraba!, como estaría ella? Mi pobre Jane, debió haber estado sufriendo incluso más que yo, aquélla flor más delicada que una polilla y más intensa que el color azul. Cómo mierda es que no me di cuenta antes?¡ Como mierda es lo que hice al leer un simple papel y no me di cuenta en la luminosidad de sus ojos la última vez que me miraron?¡ Si la dejaba ir me arrepentiría más que todas las cosas que he hecho. Necesito hablar con ella! Necesito decirle cuanto lo siento y necesito decirle cuanto la necesitaba!

Fue entonces cuando por fin entre en razón! ¿Qué estaba haciendo todos estos días?¡ Inundándome en mis cabeza! Recordándola y sin actuar, sin hacer nada! ¿Cuán idiota y despreciable podía ser? Tenía que partir ya! Y si no lo hacía hoy, en el día de mi salado cumpleaños, lo lamentaría más que nadie, quiero decir... NECESITABA DARME ESTE REGALO! Hablar con el ángel que me robo el corazón era un regalo caído del cielo. Y aunque ella no me lo perdonase, aunque no quisiese darme otra oportunidad, necesitaba verla, sentirla, tocarla si era posible.

Arregle mis cosas, tome mi bolso y me abrigue. ¿A dónde iría? No tenía ni siquiera la dirección de los padres de Jane, sin embargo, Edward la tenía. Tenía que hablar con el nuevamente antes, ¿con qué tiempo? No quería volver a encontrármelo. Su homofobia me ha desilusionado como hombre! Siendo tan inteligente tan idiota a la vez. Más aun, tenía su número telefónico. Amo tanto la tecnología. Lo llame

¿Edward?
¿Quién es?
Odisea... Oye, es urgente, necesito la dirección de la casa de los padres de Jane
¿Para qué?

Eso no importa Edward! – Por supuesto que importaba, y CUANTO importaba! – Por favor, dámela ahora

Está bien, espera un momento.- Por favor, que momento tan largo! – Acá esta, 6659 Av Luciérnaga.

Donde queda eso?¡

Afuera de la ciudad, como a unas 3 horas desde el centro – ¿Tan lejos era? Maldición ¿Podría aguantar tanto?

Está bien... chao, gracias. – le corte sin esperar respuesta. ¿Qué debía hacer? Tenía que esperar un bus y luego tomar otro. Dos buses! Que espanto, no podía, no tenia tanto tiempo para esperar a cada bus, necesitaba un taxi. Un taxi! ¿Dónde mierda hay taxis cuando uno los necesita? Lógicamente que ninguno. Las leyes de Murphy algunas veces son como las leyes físicas. Sin embargo un se aproximaba a uso pocos pasos. Y fue entonces cuando lo divise y salí corriendo a su encuentro. Finalmente lo logre! Logre tomar el taxi y lo único que tenía que hacer era esperar a que llegue. 3 infernales horas, ¿qué podía hacer en 3 horas arriba de un auto? Llevaba plata suficiente? Esto me iba costar caro, pero, quien piensa en cosas así cuando el amor de tu vida depende de tan solo unas palabras?¡

El trayecto fue eterno. Miraba a la ventana y se notaba el cambio urbano a lo rural, pero ese cambio era asombroso! No eran las típicas parcelas hechas de barro que uno ve con una vaquita al lado. Están eran mansiones en un sitios gigantesco! Eran verdaderos latifundios. Jane no mentía al decir que provenía de una familia con un poder adquisitivo impresionante. Más aun, mi alegría y nerviosismo llegaron cuando el taxista me señalo cual era la parcela. Era la más grande de todas!, pero su ubicación era perfecta, pues los grandes álamos que la rodeaban no dejaban notar su gran poderío y grandeza. Sin embargo, le pague lo más rápido que pude al chofer y baje casi corriendo a las puertas de aquella mansión. Su portón impedía que llegase a la puerta, pero al lado se encontraba un citó fono el cual toque y me atendió una señora, quizás la sirvienta.

Buenas tardes, residencia de los Lane

Bue- buenas tardes, estoy buscando a Jane Lane

¿De parte de quién?

Eeeh... Odisea, Odisea Skatsh

Lo lamento, pero la señorita Lane no va a poder recibirla

Pero.. ¿por qué no?¡

No se encuentra, ahora si me disculpa – y colgó.

¿Jane no estaba?  ¿y a dónde se pudo haber ido? ¿Qué hare? Decidí esperar, ¿qué más podía hacer? Ojala que llegase pronto, eran apenas las 4 de la tarde y el sol era abrasador. Más aun, la espera parecía que fuese en vano. Ya habían pasado 3 horas y yo ya había tocado y preguntado por Jane más de 4 veces. No me querían decir a qué hora volvía ni nada para poder ubicarla. ¿Dónde estaba?¡ Ya eran las 7 de la tarde. Necesitaba hablar con ella! Había estado esperando todas las esas horas al frente de la puerta sin moverme. Nada parecía extraño dentro de la parcela. Además, era gigante, cualquier cosa que pasase no iba a notarse. ¿Debía seguir esperando?¡ Acaso los padres de Jane sabían sobre mi existencia y sobre mi relación con Jane que no me dejaban pasar a verla? Sinceramente ese argumento parecía sacado de Shakespeare, como en Romeo y Julieta. Pero también parecía valido. Ya que de verdad no creo que personas con tanto poder y tal vez tanta fama y pintura no puedan soportar a un hijo gay y menos a una hija lesbiana. Ahora que lo pensaba más a fondo, aquella teoría totalmente hipotética podía tomar forma si tan solo pudiese comprobarlo. Además, no podía quedarme ahí y esperar unas 3, 4 o quizás 5 horas más.

Mire las murallas. Éstas rodeaban a la casa completamente, por los lados estaban cubiertas de álamos y sería imposible pasarme al otro lado. Pasarme por el frente sería muy notorio, por lo que decidí ver mis oportunidades por la muralla de atrás. Di la vuelta casi corriendo hasta que por fin pude llegar a las murallas de atrás. Genial! Eran enormes! Como podre pasarme? Estuve observando un poco hasta que por fin pude divisar alguna oportunidad. Un árbol muy próximo al muro. Tendría que subirlo y después pasarme a la muralla con un salto. No podía ser! YO! Que le temo a las alturas! ¿No había otra posibilidad? Por supuesto que no. Maldición, debía subir aquel árbol y hacerle honor a mi nombre!

Más aun, al tratar de subir (que no sé como lo hice, pero lo hice) hice mucho ruido, solo esperaba que nadie se diera cuenta de que una tipa cualquiera como se estaba subiendo a un árbol. La altura era terrible! Debí de estar como a 3 metros de altura y yo ya tenía pánico. Pero una vez arriba pude ver bien la casa de Jane. Wow! Era más gigante de lo que se podía ver desde el frente. Sin embargo, para muy mala suerte mía algo me asusto! Era un perro que ladraba sin parar desde la casa de Jane. Santo cielo! Un perro! Resbale de la rama que me sujetaba y caí muy fuerte y muy mal al suelo. Al parecer me había dislocado.

Llegue a parar a un hospital de la ciudad. No había cerca de la casa de Jane y volví al mismo punto que antes. Jane, ¿dónde te habías metido? Esto es una tortura! Como volver a encontrarse con alguien podía ser tan desastroso? Me estaba rindiendo, tal vez la podía ubicar en mi casa con un teléfono a mano. Aunque no era un método muy efectivo, era por lo menos más seguro. Soy tan torpe, ¿cómo me caí desde un árbol?

Al final, volví al departamento Parecía que no me quedaba otra que esperar. ¡Qué día tan horrible! Pensar que era mi cumpleaños y me la había pasado llorando, con los ojos rojos, fumando como bestia, deprimiéndome cada vez más por no poder ver a Jane. Lo único que quería era que ese día acabase y si es podía, olvidarme completamente de Jane o simplemente volver a tenerla entre mis brazos. Aunque claro, la segunda opción era la mejor de todas. Pero quizás Jane ya no quería saber nada de mí. Quizás se fue donde yo no la puedo seguir. ¿Quién sabe? Lo único que tenía que considerar era que a lo mejor no debía poner tantas esperanzas en el saber de que algún día la volveré a ver.

Abrí la puerta del depto., entre y la volví a cerrar. Pero para gran sorpresa mía algo había ocurrido. Santo cielo! Jane estaba ahí en el sofá leyendo su nota que me dejo.

Leíste mi nota.... – Yo no lo podía creer! Jane estaba ahí! En mi sofá, en mi depto., a unos cercanos pasos frente al mío. Y yo! La muy torpe dándome vueltas por fuera de la ciudad, cuidando su casa como si hubiese sido un perro, si lo único que tenía que haber hecho era quedarme en el depto., esperándola.

Ss... Si...

Silencio, ninguna de las dos no sabíamos que decir. Yo quería saltar encima de ella y decirle en realidad TODO lo que me había pasado, lo CUAN arrepentida estaba de todo. Lo INFIEL que le había sido tirándome a la borrachera y yéndome con una cualquiera. Lo CUANTO que la deseaba de vuelta y lo MUCHO que necesitaba que me perdonase. ¿Qué podía hacer? Llegar y tirarme encima de ella era lo que yo quería! Pero no podía, NO PODIA! Ya había causado suficiente daño para las dos y no quería que nuevamente ella me diese la elección a decidir. NO quería decidir, sabía perfectamente que era ella quien debía hacer la movida del milenio. ¿Acaso sabia también lo mucho que necesitaba su respuesta?

¿Por qué... Por qué regresaste? – le pregunte y ella me miro, tenía los ojos mas rojos que yo y note que su ropa estaba arañada, tal vez por sus propias manos. Santo cielo Jane! tu estado era peor que el mío y sin embargo cada movida tuya por mas errónea y psicópata que parezca era digna de ser amada.

Te... te extrañe... Quería, quería saber, co-cómo estabas... – ¿Quería saber cómo estaba?¡ Yo quería saber cómo estaba ella!

Jane... no tienes idea, no tienes idea de lo mal que lo he pasado, pensando en el error más grande que he cometido en toda mi vida! No tienes idea de las ideas más locas que se me cruzaron por la cabeza y no tienes idea de lo que llegue a hacer solo porque no he podido verte 6 putos días!

Si yo no tengo idea, tal vez tu tampoco. – me senté cerca de ella, con temor, por cierto.

No.... no quiero decirte aquellas palabras que ya parecen clichés, pero lo que quiero decirte es una verdad que ojala que entiendas – me miro, sus ojos estaban ya muy gastados y su boca demostraba una mueca salada. Como aquellas que se ahogan llantos esperando algún momento para quedarse sola y poder soltarlos. – Jane... como tu lo has dicho correctamente aquel desastroso día, me volví a arrepentir de algo, y ese algo es el hecho de perderte, de no volver a verte, de no volver a pasar tiempo anecdóticos contigo. Ya sean buenos o malos, el hecho de no poder compartir mi vida contigo, de quedarme nuevamente sola y de solo pensar en algún momento de que te perdí para siempre cada vez que no podía ubicarte. El solo pensar de que ya no podía verte, el hecho de no poder reconocer esos ojos, tus manos, pies, pecho, aquélla piel sabor a canela y tan blanca como la luz de la luna. Jane, eres lo más hermoso que me ha ocurrido y realmente debí de ser una completa idiota cuando te dije en un momento que te fueras de mi vida.

Odisea...

Por favor, no quiero que digas nada, una palabra tuya y caeré en lo más terrible de todos estos días.

No es necesario que diga nada Odisea..

Era todo tan increíble. ¿Cómo era posible que ella prácticamente conociera todo lo que yo quería expresarle y a la vez entenderlo y tolerarlo? ¿Cómo es posible que tan bello ángel me cayera a mí y no a otra persona? Me merecía sus caricias, su persona, su todo? En ese momento, a pesar de que las dos estábamos en horribles condiciones, fue en ese momento en que la deseaba más que nunca. Quiero decir, de una manera u otra ella me había perdonado y sentía que en ese momento estaba sintiendo lo mismo que yo. Necesitaba tocarla, besarla, demostrarle cuan gratificada me sentía y necesitaba decirle de alguna forma que fue en ese momento donde faltaba algo para hacerlo más perfecto aun: demostrarnos nuestro amor, y así, sintiéndonos las dos como un verdadero reencuentro como pareja. Su bella voz hacia que mi libido fulminara, no pude resistirme a suplicarle que lo hiciera, que me tocara, que me hiciera suya.

To... tómame – le dije casi en un susurro. Jane me miraba, pareciera que esa la palabra calve que las dos estábamos esperando. Y lo hizo, y fue una de las experiencias más dulces que he tenido, Porque esta vez una palabra tan directa salió de los labios Jane por primera vez.

Con su mano temblorosa se acerco a mi quedándose al lado mío. Su mano la dirigió lentamente a mi vientre y la fue deslizando por mi estomago. Se acerco aun más para besarme los labios, suavemente, en un beso romántico y lleno de delicadeza. Se acerco más aun y esta vez comenzó a sacar su lengua para degustar mis labios. Yo los sentía, tan cálidos y perfectos, tan Jane. Sin embargo ahora la trataba de introducir y yo se la recibía con la mía. Nuestras lenguas entonces se entrelazaron en un beso apasionado y lleno de calidez.

Tan dulce. Fue entonces cuando la agarre con mis manos y la atraje completamente hacia mí, su cuerpo cálido ahora volvía a la normalidad, como yo lo conocí y como yo lo deseaba en ese momento. ¿Cómo era posible aquel cambio? Pensar que hace solo unos instantes las dos estábamos tiritando, totalmente inseguras y esperando el perdón de las dos. Sin embargo, aquel ambiente tan frio fue de a poco descongelándose y las dos volvíamos a tenernos confianza. Ya no me importaba nada de todo lo que había ocurrido. Por fin la volvía a tener y esta vez no la dejaría escapar por nada en el mundo. Yo deseaba ese cuerpo, yo deseaba a aquella mujer. Con todos esos errores que la hacían más única aun, tan imperfecta y bella como clavel. Y lo mejor de todo es que era mía y yo suya.

Trate de quitarle la camisa, quería tocar su cuerpo, su piel suave como terciopelo, tan blanca y lisa, aunque estuviera llena de rasguños, provocados del dolor que su corazón sentía, pero más aun, aquella piel estaba llena de vida. Deseaba tocar sus pechos, aquel pezón que se endurecía al tacto de mis caricias, saborearlo y tenerlo. Finalmente lo hice y deje caer la camisa, Jane seguía besando mis labios suavemente. Estaba tan romántica. Tan suave. Tan femenina. Parecía que nada podía estropear aquel momento, ni siquiera estúpidos y complicados pensamientos.

Nada. Éramos ella y yo, como si nada más en este mundo existiera más que la luna que se asomaba tímidamente por nuestra ventana. Jane también deseaba lo mismo, por lo que procedió a quitarme la polera en un movimiento acorde a todo el amor que me entregaba, parecía una obra de arte. Todo en conjunto para crear un solo movimiento sobrio y delicado. Tocaba a continuación mis pechos, los agarraba suavemente y escuchaba sus gemidos tan dulces y tímidos. ¿Había algo más excitante que eso?. Sentía como mi vagina se humedecía de a poco, eran impresionantes las distintas facetas que Jane podía adoptar en la cama. Quería tocarle su vagina, quería saber si estaba tan húmeda como la mía, necesitaba saberlo.

Acerque mi mano derecha a su vagina, mientras que mi otra mano apartaba una pierna para hacerla más accesible. Santo cielo, era tan excitante tener en tus manos la sexualidad de una persona, como si se reclamase que fuera tuya desde un comienzo dado. Jane se recostaba lentamente en el sofá y yo la seguía, seguía su aroma a lirio, su mirada y sus bellos cabellos cortos. Me detuve a contemplarla, su rostro, su figura asimétrica y aquel color verde que sus ojos reflejaban, tan intenso y verdadero. ¿Cómo no podía detenerme a alabarla? Era hermosa! Como cuando alguien mira el frio que rodea un paisaje de lluvias. Estaba hipnotizada y fue en ese momento tan romántico cuando Jane dijo algo que cambio todo el escenario para hacerlo cada vez más hermoso.

- Te amo...

Fue algo inesperado, algo sorpresivo, algo impactante. Ahí estaba Jane, a merced mía, esperando a que la hiciera mía, cuando pronuncia las palabras que no había escuchado en toda mi vida de forma tan directa, de una forma que el corazón de verdad lo logro transforma en palabras. Quiero decir, Jane me lo había dicho, yo sabía que ella me amaba, pero lo impactante de todo fue que me lo dijo cuando las dos estábamos tan vulnerables como el pétalo de una rosa. Era hermoso! Fue una palabra que me impacto, una palabra que desde hace tanto necesitaba escuchar.

Y lo dijo ella, eso era lo más hermoso de todo. Lo dijo una persona con la que pase momentos únicos y también momentos malos, como buenos y hasta incluso extraordinarios. Lo dijo aquella persona que se le pudo haber llamado mi "enemiga", la peor clase de persona que se atrevió a pasar por arriba de mi humanidad, pero también aquella que me mostro el verdadero significado de que es lo que significa ser persona y sentir! Sentir! Verdaderamente bello, característica única del ser humano y característica que me limite a manifestarla durante tanto tiempo. Jane fue la única persona que me enseño a sentir aquellos sentimientos que nos hacen seres humanos, buenos o malos, pero al fin y al cabo humanos.

Algunos tan intensos que hacían que recordaras que era lo que es vivir. Ella me hizo sentir y en ese momento creo que me hizo sentir uno de los sentimientos más renegados de toda mi adolescencia: amar. Acaso todo ese tiempo que estuve con Jane no estuve amando? Si, lo hice, pero solo ahora sé que fue amor y es aun más gracioso porque cuando te das cuenta de algo es en ese momento cuando lo disfrutas más porque ahora lo entiendes. Y fue aquella persona que tenia entre mis brazos la que me enseño tanto significado. Estaba tan perdida antes.

Tan sola. Y en el momento en que retorne a esa realidad y me di cuenta de que aquel momento aun no terminaba me hizo llorar. Llorar! Sentía como una tibia lagrima recorría mi mejilla y me ahogaba en un mar de felicidad. Porque en ese momento me había afectado tanto un "te amo". Creo que ahora la única diferencia fue la de sentirlo y ver como llegaba a mi corazón, a mi alma e inundaba todo mi ser. Era hermoso. No quería que aquel momento terminara, bese a Jane con ganas, con todas las fuerzas que pude hasta el punto de casi ahogarla. La quería dentro de mí, me la comía con mis labios y lengua, quería succionar su ser y mantenerla en mi regazo hasta el día de mi muerte. La besaba con pasión, mientras que más lágrimas recorrían mi rostro.

Le besaba el cuello incluso con algunos sollozos, a Jane parecía no importarle, parecía que lo disfrutaba o tal vez lo entendía, ¿qué importaba? Era mi momento! Y si yo deseaba llorar mientras la hacia mía, creo que era uno de los placeres más interesantes de la vida: Mezclar dolor, felicidad y satisfacción dentro de un mismo factor. La amaba, era mía y no iba a dejar que nada ni nadie me la quitasen.

Desabroche rápidamente su pantalón en un estado de histeria, la quería desnuda. Y desde un momento romántico y dulce paso a ser un momento apasionado y desenfrenado. Le tire finalmente los pantalones a la muralla, luego la ropa interior. Metí mi mano dentro de su vagina, primero para degustarla y luego para tocarla y penetrarla. Sentía la satisfacción de Jane y el esfuerzo que hacia dañaba mi herida, pero no me importaba, quería escuchar a Jane gritar y gemir como loca, como siempre lo hacía. Lo necesitaba hacerlo. Para ello movía mis dedos dentro de ella cada vez más rápido y si es que podía le metía mas, dependiendo de todo el jugo que me diera. La veía disfrutando y apretándose los labios en una instancia. Yo le besaba el cuello al mismo tiempo.

Era tan fresco. Luego la escuche gemir, con mi otra mano le quise meter mis otros dedos dentro de su boca. Se veía tan bella entregada a mí. Sus manos agarraban con fuerza el tapiz del sofá y yo seguía con mis movimientos cada vez más rápidos hasta que oía a Jane gemir como una loca. La tenía entre mis brazos y notaba como mis orejas subieron de temperatura volviéndose completamente rojas. Llego a un orgasmo comenzó a correrse, yo metía mis dedos llenos de sus jugos a mi boca, me los tragaba y deseaba mas. Por lo que más lentamente, pero sin dejar de ser rápida, bese su ombligo y termine en su vagina.

Ahora quería devorármela con mi lengua, le succionaba todo lo que había dejado y sentí que una mano de Jane hacia presión sobre mi cabeza empujándola levemente hacia ella. Yo le agarraba los muslos con mis manos y se los separaba para mantener un mejor acceso. Era deliciosa! Metí mi lengua en su vagina y luego pase a su clítoris donde lamí energéticamente hasta que Jane volviera a gritar como una loca. Lo disfrutaba, escuchar a Jane gritar de esa manera hacia que yo también me excitase. No se cuan húmeda mi vagina estaba en ese momento, pero podía sentir que mis líquidos resbalaban mi vagina hasta parte de mi muslo. Era muy intenso. Así como también el orgasmo de Jane que tuvo cuando acabe de lamerla entera. Fue entonces cuando me acerque para volver a besar sus labios, su suave y sabrosa boca. Pero ahora fue Jane quien quería darme placer y a decir verdad, yo estaba impaciente.

Mi vagina estaba demasiado húmeda y necesitaba que Jane se ocupase de aquello. De una manera u otra Jane se levanto un poco hasta quedar sentada en el sofá, y esta vez trato de quitarme la falda de una forma eufórica hasta que por fin lo consiguió, junto con mi ropa interior y las tiro lejos de donde nos encontrábamos. Me recostó en el sofá y beso mi cuello con pasión, yo estaba en trance, se sentía tan bien. Jane era perfecta y realmente sabia que hacerme para sentirme bien. Y Dios! Como sabia. Fue bajando de a poco, lamio mis pechos y los apretó. Luego fue besando mi estomago, lo cual me provocaba cosquillas y reí. Jane me miro y me sonrió también.

Éramos como antes! Habíamos olvidado todo y nuestros corazones nuevamente se pudieron comunicar. Después no tuvo más pudor y se acerco a mi vagina, la cual lamio energéticamente y yo la sentía, sentía su lengua moverse, sentía su saliva. Dios! Sentía incluso su sonido. Era maravilloso. Sentía toda su posesión, sentía como devoraba mi vagina y yo veía como agarraba el sofá con fuerzas. Estaba gimiendo! Y Jane también. Comencé a sudar, la fuerza que yo ejercía sobre el sofá hacia que mi herida doliera muchísimo, a pesar de ya llevar varios días curada. Pero eso no me importo, estaba disfrutando todo el placer que Jane me estaba dando. Sin embargo, antes de que pudiese llegar al clímax, Jane paro y se acomodo de una forma especial: coloco su vagina junto a la mía moviendo mis piernas para que ella cupiese en mi.

Luego comenzó a rozarla junto a la suya. Yo la miraba, miraba sus blancos pechos moverse encima mío y miraba como se mordía los labios, por lo que trate agarrar sus pechos, sus suaves pechos, pero no alcanzaba, era incomodo, no podía moverme mucho porque Jane prácticamente me estaba aplastando. Más aun, pude con mis manos agarrar sus nalgas y las apretaba, Jane todavía se movía y no paraba. Era magnifico, a pesar de ser una posición incómoda, el placer que se recibía era grandioso. En un momento miraba que Jane ya no podía más y volvía a tener otro orgasmo y para mi sorpresa yo también comencé a tenerlo. Las dos llegamos a uno prácticamente al mismo tiempo! Pero este último fue el que nos dejo agotadísimas y yo ya comenzaba a descansar, pero sin embargo yo comencé a darme cuenta de que verdad me dolía aquella herida.

No me importaba! Era un momento especial y no quería desperdiciarlo por una patética herida en mi hombro. Jane descanso encima de mí. Yo la miraba y le sonreía, Jane hacia lo mismo y ninguna de las dos nos volvimos a decir algo. Era ya muy tarde y las dos estábamos cansadas. Nos quedamos durmiendo en el sofá y la luz de la luna nos reflejaba. Sinceramente esa noche fue la mejor de todas. Era mi mejor cumpleaños. Los 18

Muchas anécdotas nos ocurrieron después de esta primera parte. Anécdotas impresionantes que tal vez escribiré en otro tiempo. Anécdotas tan imborrables como la de mi primera y única hija, Laura, que es también hija de Edward. Pero éstas quedaran tal vez suspendidas o quizás ya esté muy vieja para poder recordarlas y escribirlas. Por ahora, mi vejez no me deja nada más que recuerdos y aquella persona que me robo el corazón ya no pudo seguir junto a mí, en estos años de vejez.
Jane, siempre te recordare y seguiré siendo tuya hasta el día de mi muerte

Siempre tuya
Odisea


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6 comentarios:

  1. me encanto muy bonito relato

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  2. muy buena historia..me alegro que todo se arreglara entre ellas...una pregunta hay termina la historia??? :)
    att: shesid

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  3. no hay nada que decir es la fuerza del amor odisea nadie puede con eso es la mejor del mundo el amar

    anabela

    Venezuela

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  4. Sadomasoquismo al más alto nivel,...sin ese detalle pudo estar mejor.

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    Respuestas
    1. Si pues, un tanto masoca la pobre Odisea, pero igual dan ganas de seguir leyendo y saber por qué terminó quedándose con Edward y no con Jane.

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  5. Muyyyyyy buenaaaaa la verdad me atrapooooo no se creo q m sentiiiii un poquito identificada en cuando al amarrr decirrrr y no ser correspondida o dal vez m faltooo ser como janeeeee en seguir insistiendooo p.buee no somos todas como jane la gran jane la deje ir me dejo ir si el amor no vuelve es porque nunca fue tuyo ahhhhh esoo siiii la violenciaaa no se justificaaaa en nadaaa

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