Inevitable - Eugeene (Cap. 19)

-Por favor Lane dime que Naomi ya ha llegado.

-Lo lamento Kall... ella no llego – vio la próxima pregunta en los ojos verdes y la respondió sin necesidad de escucharla – ni llamo avisando.

-Bueno – suspiro, a la primera semana y todavía llegaba tarde – gracias de todas formas.

-Cuando quieras – respondió sonriente y este era el momento ideal para preguntarle – ¿Podría hacerte una pregunta personal? – dijo suavemente antes de que su jefa se diera vuelta.

-Seguro – Lane parecía realmente nerviosa y le intrigo saber que querría saber – Dime

-Tu, bueno sé que…. – estaba empezando a balbucear y tomo una bocanada de aire - ¿vas a ir a la gala del personal? – miro a los ojos verdes que la estudiaban fríamente. Era tan hermosa.

-¿La gala?- intento recordar que era y lo logro – ¿la cena organizada para los ejecutivos, abogados y empleados de la empresa?

-Si.

-No creo, ¿Por qué? – nunca fue su estilo realmente ir a esas fiestas pomposas donde todos fingían ser amigos de todos hasta que un puesto superior se desocupaba y se despedazaban vivos entre ellos. Sin mencionar la falta de sociabilidad en la que había caído.

-Me estaba preguntando, quizás, si tu – en ese momento el ascensor se abrió y revelo a Naomi con un libro tamaño bolsillo en la mano y un café en la otra. Kall inmediatamente la olvido y se centro en su subordinada.

-Ya te dije Naomi que deberías llegar antes – estaba empezando a mejorar pero no del todo. El primer día fue a las 10, el segundo a las 9 y 30 y ahora por fin, luego de cuatro días caía a las 8 – vamos, la reunión de la fusión con la empresa Pertz esta a punto de comenzar. Voy a buscar las carpetas y vuelvo – y se dirigió a su oficina.

Ni bien el ascensor se abrió, Kall ya la estaba atacando. Dios, esta mujer nunca paraba, era demasiado tener que trabajar con ella. Cuando la vio irse a su oficina reparo en Lane que se había quedado con la boca abierta y una expresión bastante rara. Parecía que la habían dejado con la palabra en la punta de la lengua literalmente.

-Que hay Lane – saludo y le entrego su café. Lucia triste.

-Naomi – no había tenido valor para preguntarle antes y ahora que la había dejado hablando sola no creía recuperarlo rápidamente - ¿Cómo estas?

-Bien – guardo su libro en su matorral marrón pulcro – parecía que querías decir algo recién – Lane emanaba unas vibras de tristeza, daban tantas ganas de abrazarla.

-Había tomado valor para decir algo importante pero ella no me tiene en cuenta – al momento que escucho lo que su secretaria le decía su cerebro hizo cortocircuito rápidamente. Hablaba de Kall – dudo volver a hacerlo.

-¿Y que le preguntabas? – si Lane creía que ella no sabia de quien hablaban podría ayudarla.

-La iba a invitar a la gala.

-¿Gala?

-Cena que realizan todos los años para que el personal fraternicen para llevarse mejor – respondió con tristeza.

-Fraternicen parece describir una gran orgia – vio como la cara de su secretaria británica se sonreía levemente – ¿y no has logrado preguntarle?- se veía tan tierna.

-No termine de hacerlo – por alguna razón Naomi se sentía confiable – para ella solo existe el trabajo.

-Te diré que haremos – dijo mientras se agachaba a su costado para confiarle un secreto – tu le preguntaras de nuevo y si ella te rechaza iré contigo.

-No creo que pueda  - dijo acomodándose un mecho de cabello en su oreja.

-Si no quiere ir contigo es por que no vale la pena – y realmente no lo valía si la rechazaba. Lane era tan tímida, hermosa y jovial que daban ganas de abrazarla y no dejarla escapa – si te rechaza podrás ir conmigo – sonrió y se levanto por que Kall estaba volviendo -¿Es un trato? – y estrecho la mano.

-Trato – dijo al momento que le sostenía la mano. Si no podía ir con Kall, Naomi era el partido ideal. Todos en la empresa ya hablaban de ella y llevaba recién más de una semana. Todos morían por ella, inclusive los altos jefes que se creían superiores a todos, cuando ella pasaba por la recepción todos los ojos se posaban sobre su figura. Tenía un estilo de ropa que desentonaba con la gente pero que encajaba a la perfección con su belleza.

Tenía los papales que se le caían de las manos. Las carpetas de ambas empresa eran demasiadas y necesitaba ayuda. Estaba a punto de pedirle a Naomi pero cuando la vio agachada al lado de Lane el corazón le dio un ligero puntazo. Decidió frenar en seco por que si seguía se le caerían y en parte quería ver en que desembocaba aquella confidencia que compartían su subordinada y secretaria. Celos era una buena palabra para describir como se sentía frente al evidente coqueteo de Naomi con su tímida secretaria. Déjala en paz Kall… tu misma le dijiste que no la deseabas. Inspiro una gran cantidad de oxigeno pensando que le daría fuerza pero fue inútil.

-Supongo que esta es mi salida – dijo guiñándole el ojo a Lane y encaminándose al elevador – Kall, me adelanto, Lane tiene asuntos que hablar contigo – le dedico una amplia sonrisa y desapareció del piso.

-Cierto- recordó su falta de respeto de hace un momento al no prestarle atención a Lane – discúlpame – le dedico su sonrisa mas cálida - ¿Me decías?

-Humm, yo, bueno – tenia todo preparado de vuelta pero verla a Kall sonreírle así, la desarmaba entera –me preguntaba si tu…- vacilo un momento y cuando decidió preguntarle directamente el presidente del área Pertz estaba al lado de ellas.

-Steigh, por mucho que me encante tu aroma, llevas retrasada media hora – puso la manos sobre sus hombros y la guio hasta el elevador.

-Lo lamento Lane – dijo a medios gritos y guiada por el único hombre que tenia la confianza de tocarla así – hablamos luego.

La reunión transcurrió sin problemas y más allá de que había llegada media hora tarde estaban a la altura. Le sorprendió que Naomi había hecho sus deberes en casa y cuando se le pregunto una que otra duda había respondido de manera eficaz, segura y conocimiento. Lastima que fuese tan rebelde en algunos momentos y en otros sabia. No podía explicarlo pero desde que había vuelto era demasiado genial para ser verdad. Lo tenia todo con lo que ella soñaba en una pareja y aunque por el momento no se había sentido atraída por una mujer (excepto con la Naomi del pasado) con Naomi, ahora, ya mismo, se moría por probar esos labios de nuevo. Que ilógica su existencia, la había despreciado y ahora solo quería tener otra oportunidad. Pero lo había hecho por su bien y por lo visto Naomi la había superado.

-Eso fue agotador – dijo mientras se sonaba el cuello – dime que a ti también te encerraban en estas reuniones- Dijo Naomi.

-En peores – dijo riendo – Esme me obligaba a asistir por ella y que yo fuera algo así como su informante – empezó a recordar el comenzar en la empresa- era realmente agotador.

-¿Esme?

-Mi entrenadora, seria como yo en tu caso.

-Su nombre de por si destila amabilidad no puede haber sido tan mala – dijo Naomi en parte para molestar a Kall. Era demasiado molestable y la tentación era cada vez más fuerte.

-Y lo era – dijo mientras sonreía – ahora es nuestra  jefe de la unidad de abogados de aquí.

-¿Aspiras a eso? – le interesa de alguna forma saber los sueños de su ex amor.

-Tú también aspiras a eso Naomi.

-¿Lo hago?

-Es el sueño de todo abogado – dijo mientras entraban al ascensor que sorpresivamente esta vacío y solo con ellas dos – y mas en esta empresa –pulso el numero 15 que se ilumino inmediatamente.

-Entonces eso nos hace adversarias- dijo con una sonrisa del gato Cheshire – cuídate Kall…

-¿Crees poder conmigo? – pregunto mientras se recostaba contra la pared al tiempo que el elevador bajaba.

-No – dijo ampliando aun mas esa sonrisa – lo se.

-Ohhh…. ¿Debo tener miedo?- esto parecía coqueteo. ¿Era aquello?

-No hace falta – dijo acercándose lo suficiente para poner mas nerviosa a Kall – no sabrás ni lo que te golpeo – Kall parecía ponerse realmente nerviosa con ella a esa proximidad así que lo utilizo como arma. Se inclino un poco mas y sus labios no estaban cerca pero podía aspirar aquel aroma que una vez amo desesperadamente y se sorprendió al sentir un nudo en su estomago. Como si la campana hubiera sonado y la hubiera salvado el ascensor se abrió. Ella se alejó con aire triunfante mientras dejaba a una Kall demasiado aturdida para responder.

¿Qué demonios había sido aquello? En  un momento estaba jugando para molestar a Naomi y en el otro la tenía prácticamente encima. Su respiración todavía no se había controlado y el corazón estaba peor ¿Quién era esta Naomi? La del pasado si era impulsiva y desbordaba confianza pero esta… esta Naomi estaba en otro nivel. La sonrisa y el tono de voz estaban perfectamente nivelados a un tono sensual e desafiante a la vez. Pero no la dejaría ganar, se reincorporo y tuvo que poner la mano en la abertura por que el ascensor anunciaba tragarla de nuevo. Siguió a Naomi hasta la oficina y paso de largo a su secretaria que debía preguntarle algo pero no lo escucho. Lo único que podía hacer era seguir a su nueva subordinada de una forma magnética, mas que la del pasado.

Apenas cruzo la puerta quería derrumbarse ¿Qué he hecho? El nudo en el estomago persistía pero su mente permanecía en un lugar lejano. Había jurado y perjurado con Alex que nunca volvería a enamorarse, aunque su mejor amiga la intentaba convencerse de lo contrario no podría. Todo el dolor que había sufrido se lo debía a la que momentos atrás ella misma se le había insinuado ¿Qué tan idiota podía ser? Al momento que quería golpear la pared, la puerta a su izquierda se abrió y mostro a una Kall totalmente inexpresiva, muy diferente a la aturdida de recién. Nunca te quitas la mascara ¿eh?

-Entonces, la empresa Pertz tiene una complicación con la clausula 35 en la fusión de la cual…

Era simplemente increíble. Hablaba de la empresa como si no importarse lo que acababa de pasar cuando hasta en el aire se notaba la química ¿Química? No podía permitirse tener estos pensamientos.

-Naomi ¿me estas escuchando?

-Disculpa ¿Qué? – Maldición, baje la guardia.

-Oh… ¿estas distraída? – se rio levemente.

-No, ¿Por qué lo estaría?- Kall se estaba burlando de ella cuando había sido ella la que había temblado en el ascensor.

-No lo se – cuando por fin Naomi la miro, le dedico una sonrisa amplia- pensé que podrías manejarme, pero no puedes prestar atención correctamente- por la cara de Naomi supo que las palabras tenían otro significado.

-Créeme me agarraste con la guardia baja – consulto su reloj y ya era hora de irse a casa – puedo manejarte en cualquier momento, lugar y tiempo – se acercó al escritorio y busco sus pertenencias.

-No me parece – dijo acercándose. No sabia por que lo hacia, pero ver que Naomi estaba distraída le daba mas ganas. En su corta semana lo único que demostraba era superioridad y ser inalcanzable – ¿Por qué te asustas?

-El que me estés encerrando no me asusta, solo me es extraño – esta Kall era mas rara que la anterior. Prefería tenerla temblando y sin habla. Y si era desnuda bajo ella mejor. ¡Basta! Tenia que sacarse la idea de Kall. Cualquiera que fuese, tenía que hacerlo. Esquivo hábilmente a Kall que se acercaba y paso al ataque. Si Kall querría jugar con fuego, se quemaría, y muy fuerte- solo dime el lugar y la hora – dijo mientras se acercaba lo suficiente para no mostrar miedo. Kall podría ganarle en años y experiencia pero en los amantes, ella no tenia siquiera un cuenta exacta.

-Jajajajaja – Naomi se había puesto tan seria. Solo quería jugar un poco con ella y de repente estaba con un panfleto de emoción en su cara que iba desde el desconcierto hasta la emoción de un desafío. Era tan única. Y una vez más se arrepintió de haberla dejado ir sin probarla lo suficiente – tranquilízate, solo estaba jugando contigo, estabas muy tensa cuando entre – se dio media vuelta y comenzó a ordenar su escritorio para finalmente irse sin prestarle mucha atención.

Y pasaba otra vez. Kall la trataba como una niña. En la universidad había aprendido de todo, inclusive se había destacado en todo, deportes, asignaturas y trabajos comunitarios. Pensó que si se encontraran nuevamente, ella había sobrepasado a Kall, inclusive lo que había pasado en el ascensor parecía ser una muestra de aquello. Que la había olvidado y que hasta podía jugar con ella. Pero no, ella había sido la que se había descompuesto y había sido atacada por la supuesta ´´presa´´.

-La gala –dijo en tono seco ¿Quería jugar con ella? Duerme con niños y amanecerás mojada Kall… le haría vivir el mismo infierno que ella había vivido por el simple hecho que la seguía viendo como una niña. Que la seguía tomando como una mísera existencia cuando bajo sus manos y boca muchas personas retorcían de placer. Le daría lo mismo que a todos con los que había estado pero con el fin de humillarla y mostrarle que su ‘’alumna pequeña’’ había crecido y podía hacerla temblar de placer – ven conmigo y te demostrare que puedo manejarte.

-No lo creo – dijo ignorándola- no soy una persona de fiestas – levanto la vista y le sonrió pidiéndole perdón.

-¿A que le temes Kall? – Pregunto en el mismo tono burlón que Kall había usado con ella - ¿Acaso tienes miedo de que pueda manejarte lo suficientemente bien?

-Por favor Naomi, ambas sabemos que no podrías contra mi- dijo riéndose nuevamente.

-Entonces no tendrías nada que temer – se le acelero el corazón de tan solo pensar las miles de formas de tomar a Kall y hacerla caer en un espiral de amor del cual es imposible salir - ¿verdad?

Levanto la vista, de alguna forma se sentía bastante extraña la petición. Instantáneamente pensó en negarse con todas sus fuerzas pero… ¿que pasaría si aceptaba? A Naomi los ojos le brillaban con un azul tan intenso que recordó su primer beso con ella y el vientre le aleteo de la anticipación. Si en aquel momento le había encantado, ¿Qué sentiría si la besaba de nuevo? Ahora que había cambiado y parecía más madura que cualquiera dentro de esta empresa era increíblemente tonto negarse. Pero su pasado la perseguía, y siempre lo haría. Su corazón nunca había sanado y nunca pareciera que lo haría. Por dios Kall es una simple invitación ¿que tan idiota eres para negarte? – Bien – dijo mientras se sentaba lentamente en su silla – es un cita – no quería decirlo con esa intención pero los ojos de Naomi no revelaron nada alarmante.

-Lo es, tendré tu dirección de Lane – dijo con sonrisa triunfal. Mientras se daba vuelta y se encaminaba a la salida – te veré el domingo a la noche – con la puerta y su cuerpo medio afuera le dedico una ultima vista a su presa y se fue – estas tan acabada… - susurro a la nada después de haber cerrado la puerta.

-¿Iras con Naomi?

-Si, parece una locura.

-K… ¿de verdad te gustan tan jóvenes? – se rió Cris.

-¡Oh vamos!- le tiro el almohadón que tenia en la mano pero Cris lo esquivo hábilmente – ya es lo bastante grandecita.

-Por lo que me has descripto y como hablas de ella parece serlo – coincidió.

-Espera, ¿Hablo mucho de ella?

-Lo haces – removió la cebolla en la sartén y la salsa empezó a carraspear por el fuego – desde que llego no dejas de hacerlo.

-Costumbre.

-¿Costumbre? – Se dio vuelta – K, prácticamente no tenia idea de que hacías allí dentro… hasta que llego Naomi.

-¡Eso es por que me da problemas! – intento justificarse

-Claro claro… problemas – decidió no indagar mas. Por una noche estaba bien.

-En fin, no vamos en sentido pareja.

-No te pregunte.

-Quería que quedase claro –miro para otro lado. Si cris la miraba ahora empezarían la charla de siempre.

-Como sea, por ahora vamos a comer – dijo mientras traía la pizza y Kall se sentaba con la cabeza gacha.

-¿¡Vas con Kall!? – Ya había bajado el volumen del celular por que esperaba esta reacción de Alex – Dime Naomi, ¿Acaso has perdido la cabeza? ¿No recuerdas todo lo que pasaste en la uní?

-Alex… escúchame – su mejor amiga parecía no parar.

-Por favor, habíamos hablado de terapia, quizás ya sea hora.

-Alex

-Ahora entiendo por qué tenías tantas compañías. Mira Naomi podemos con esto, no tiene-

-ALEX- por fin se calló la línea del otro lado – recuerdo todo perfectamente claro, no te preocupes, no caeré por ella de nuevo – el silencio proseguía – dime algo… por favor.

-¿Por qué lo haces entonces?

-Alex – esta seria la peor parte, explicarte el por qué lo haría.

-No Naomi, si son las razones que yo creo, no lo harás – su tono se había vuelto grave – no lo harás, ¿me escuchaste?

-Si.

-Bien, debo irme, así que prométeme no hacerlo – no respondió y el silencio se extendió a unos 10 segundos – Naomi… promételo.

-Lo prometo – respondió a regañadientes.

-Buena chica- respondió en tono alegre Alex- te quiero y nos vemos en unas dos semanas – al instante se escucho el clic de la línea ausente.

Suspiro pesadamente mientras se desplomaba frente al gran vidriar de su apartamento que iluminaba las luces de los edificios frente a ella. Lo había prometido y si lo hizo fue por Alex. Su mejor amiga creía en el Karma, si hacías cosas buenas te lloverían cosas buenas y viceversa. Pero ella había hecho cosas buenas y lo único que había obtenido era un corazón roto. Pero por otro lado Alex no estaba aquí, y por dos semanas no llegaría. Podría hacerlo, podría arreglar lo que el destino no pudo, podría equilibrar el sentido de la vida. Y si no era algo tan profundo como eso, entonces se llevaría la satisfacción de que Kall sufrió lo mismo que ella.

-Lo lamento Alex – dijo mientras apoyaba la espalda en la pared- pero realmente tengo que hacer esto.

Deberías prepararte Kall Steigh, nunca antes habrías sufrido tanto dolor… y menos si lo mezclas con placer.

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La Teta Feliz Historias y Relatos ® Eugeene Derechos Reservados

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