¿Nunca les ha pasado?, que el fuera de contexto las persigue donde quiera. En ocasiones, mejor dicho en muchas ocasiones, tenemos una conversación que pareciera normal para las personas que están involucradas en la misma, pero está completamente fuera de contexto para quien la escucha. A veces pienso que tengo una mente cochambrosa o ¿serán los demás?, bueno la verdad es que no se de quien es la cochambrería pero tengo mucho problema con eso de fuera de contexto y para serle sincera muchas veces me doy cuenta pero en otras NPI (ni pura idea). Lo increíble del asunto es que cuando analizo la situación termino muriendo de la risa porque es obvio que se escucha muy mal cuando lo que se quiere decir es totalmente diferente.
La mayoría de la veces me ocurre con mi mejor amiga, no sé si por la confianza o porque nos conocemos muy bien o porque en realidad nos encanta la cochambrería; no lo sé, pero nuestra vida esta literalmente fuera de contexto. El problema no es estar fuera de contexto el problema real es en donde ocurre y quienes nos escuchan. Y para ser completamente sincera hasta yo me escandalizaría al escuchar nuestras tan interesantes conversaciones supuestamente sanas pero mal entendidas.
¿Que como es eso? es muy sencillo como cuando tuvimos esta conversación:
CJ: “Bueno que te pase por estar metiendo los dedos donde no tienes”.
Yo: “Pero ¿qué tiene?, el problema no es donde meto los dedos sino lo que pasa donde los meto”.
CJ: “Ewww, ahora te dará un chancro en los dedos”.
Yo: “J, no importa donde meta los dedos no me dará chancro en ellos, además eso es una enfermedad venérea”.
CJ: “¿Ah sí?, pensé que era una enfermedad veraniega, ya sabes con eso que estamos en verano” sonriendo burlonamente, “No estoy tan segura, alguna enfermedad rara contraerás, eso esta negro.” señalando mis dedos con cara de asco.
Yo: Eres tan imbécil, a veces me pregunto si naciste así o te hiciste en el camino…y claro que están negros, es la tinta de la impresora…”.
Si, lo sé no debí decirle imbécil, pero es solo de cariño y si, ya sé que conversación más hermosa para el día en que mis dedos se quedaron atascados en la impresora cuando traté de cambiarle el tóner. Aunque nadie nos escuchó en el momento, es seguro que si la prima de la hermana de la tía de la abuela de mi amiga escuchaba eso hubiese pensado que…si en verdad existen las enfermedades veraniegas, obviamente, ¿no?
Una ocasión un poco más comprometedora fue en la fila del banco, J tiene la muy mala costumbre de ir al banco a algo, a cualquier cosa, a lo que sea; dice que su vida es más segura con sus transacciones en el banco que por tarjeta e internet (a veces siento que tiene razón pero el banco me da flojera y me agobia el esperar tanto) y lo sabe es por ello que siempre que estoy con ella se le ocurre la grandiosa idea de ir al banco y allí estamos:
Yo: “J, tu sabes que a mí me gusta más que a ti”.
CJ: “El hecho de que no la haya tocado no quiere decir que no esté interesada, ¿no te has puesto a pensar que quizás es solo que no me apetece?…ahora”.
Yo: “Entonces déjamela a mí, yo si le tengo ganas ahora y siempre”.
CJ: “Pues no jodas mas, ¿la quieres?, cógetela entonces…es toda tuya”.
La mayoría de la veces me ocurre con mi mejor amiga, no sé si por la confianza o porque nos conocemos muy bien o porque en realidad nos encanta la cochambrería; no lo sé, pero nuestra vida esta literalmente fuera de contexto. El problema no es estar fuera de contexto el problema real es en donde ocurre y quienes nos escuchan. Y para ser completamente sincera hasta yo me escandalizaría al escuchar nuestras tan interesantes conversaciones supuestamente sanas pero mal entendidas.
¿Que como es eso? es muy sencillo como cuando tuvimos esta conversación:
CJ: “Bueno que te pase por estar metiendo los dedos donde no tienes”.
Yo: “Pero ¿qué tiene?, el problema no es donde meto los dedos sino lo que pasa donde los meto”.
CJ: “Ewww, ahora te dará un chancro en los dedos”.
Yo: “J, no importa donde meta los dedos no me dará chancro en ellos, además eso es una enfermedad venérea”.
CJ: “¿Ah sí?, pensé que era una enfermedad veraniega, ya sabes con eso que estamos en verano” sonriendo burlonamente, “No estoy tan segura, alguna enfermedad rara contraerás, eso esta negro.” señalando mis dedos con cara de asco.
Yo: Eres tan imbécil, a veces me pregunto si naciste así o te hiciste en el camino…y claro que están negros, es la tinta de la impresora…”.
Si, lo sé no debí decirle imbécil, pero es solo de cariño y si, ya sé que conversación más hermosa para el día en que mis dedos se quedaron atascados en la impresora cuando traté de cambiarle el tóner. Aunque nadie nos escuchó en el momento, es seguro que si la prima de la hermana de la tía de la abuela de mi amiga escuchaba eso hubiese pensado que…si en verdad existen las enfermedades veraniegas, obviamente, ¿no?
Una ocasión un poco más comprometedora fue en la fila del banco, J tiene la muy mala costumbre de ir al banco a algo, a cualquier cosa, a lo que sea; dice que su vida es más segura con sus transacciones en el banco que por tarjeta e internet (a veces siento que tiene razón pero el banco me da flojera y me agobia el esperar tanto) y lo sabe es por ello que siempre que estoy con ella se le ocurre la grandiosa idea de ir al banco y allí estamos:
Yo: “J, tu sabes que a mí me gusta más que a ti”.
CJ: “El hecho de que no la haya tocado no quiere decir que no esté interesada, ¿no te has puesto a pensar que quizás es solo que no me apetece?…ahora”.
Yo: “Entonces déjamela a mí, yo si le tengo ganas ahora y siempre”.
CJ: “Pues no jodas mas, ¿la quieres?, cógetela entonces…es toda tuya”.
Le respondo con una sonrisa en señal de victoria: “Gracias, no sabes cuánto deseo le tengo a….”. Y ahí me doy cuenta de la cara que tiene la señora que está justo detrás de nosotras, aun hoy pienso si su cara de espanto fue porque J me dijo 'no jodas mas', nunca lo sabré pero si se que solo quería la última galleta de ‘chocolate chip’ que quedaba en el paquete…en realidad solo quería coger, bueno tomar, bien me quería comer…perfecto tan solo quería sostener la galleta en mis manos y llevarla a mi boca, ¿es eso tan difícil de entender?; si es cierto, sin la palabra galleta en alguna parte...eso está muy mal.
Otra de nuestras geniales conversaciones ocurrió en su departamento:
CJ: “Rayos, es más grande de lo que pensaba, no creo que quepa aquí, es más, pienso que será incómodo y creo que va a doler, Dios…”
Yo: “¿A quién le va a doler?”.
CJ: “A mi obviamente”.
Yo: “¿Y porque te va a doler?”.
CJ: “Porque soy yo la que lo tendrá que forzar”.
Yo: “Eso es para que aprendas a tomar las cosas a la medida”.
CJ: “¿Cómo quieres que haga eso?, dime, tu eres la experta”.
Yo: “Al menos pudiste tomar la medida del agujero, así pudiste tener una aproximación real”.
CJ: “Si ya veo que eres una jodida experta”, dijo con una risa sonora.
Alzando mi vista de lo que estaba haciendo, “Si lo lubricas podría entrar sin problemas o al menos sin forzar mucho…”.
CJ: “¿Lubricar?... ¿con aceite?...damn it”.
Yo: “No, con grasa o jabón”.
CJ: “ ¿Jabón?, no si la perdí, ¿alguien me puede devolver a mi amiga?… ¿jabón?... ‘are you serious?’".
Yo: “Oh por Dios, dame ese tornillo acá y busca el jabón que lo voy a enroscar en ese agujero aunque sea lo último que haga en esta vida…” es cuando escucho la voz de mi hermana en la otra habitación decir: “ Hey chicas, pensé que ustedes estaban armando un librero y montándolo en la pared”, a lo que respondo con cara de WTF!: “ ¿Y qué crees que estamos haciendo?”, ella ya parada en la sala con una sonrisa sarcástica: “Eso me estoy preguntando…”.
Otra de nuestras geniales conversaciones ocurrió en su departamento:
CJ: “Rayos, es más grande de lo que pensaba, no creo que quepa aquí, es más, pienso que será incómodo y creo que va a doler, Dios…”
Yo: “¿A quién le va a doler?”.
CJ: “A mi obviamente”.
Yo: “¿Y porque te va a doler?”.
CJ: “Porque soy yo la que lo tendrá que forzar”.
Yo: “Eso es para que aprendas a tomar las cosas a la medida”.
CJ: “¿Cómo quieres que haga eso?, dime, tu eres la experta”.
Yo: “Al menos pudiste tomar la medida del agujero, así pudiste tener una aproximación real”.
CJ: “Si ya veo que eres una jodida experta”, dijo con una risa sonora.
Alzando mi vista de lo que estaba haciendo, “Si lo lubricas podría entrar sin problemas o al menos sin forzar mucho…”.
CJ: “¿Lubricar?... ¿con aceite?...damn it”.
Yo: “No, con grasa o jabón”.
CJ: “ ¿Jabón?, no si la perdí, ¿alguien me puede devolver a mi amiga?… ¿jabón?... ‘are you serious?’".
Yo: “Oh por Dios, dame ese tornillo acá y busca el jabón que lo voy a enroscar en ese agujero aunque sea lo último que haga en esta vida…” es cuando escucho la voz de mi hermana en la otra habitación decir: “ Hey chicas, pensé que ustedes estaban armando un librero y montándolo en la pared”, a lo que respondo con cara de WTF!: “ ¿Y qué crees que estamos haciendo?”, ella ya parada en la sala con una sonrisa sarcástica: “Eso me estoy preguntando…”.
Bueno, era evidente que no estábamos haciendo lo que no se que ella estaba pensando pero prometí enroscar ese tornillo, lo logré y quedó hermoso el librero, modestia aparte.
Al relatar esta sarta de locuras estoy llegando a la conclusión de que no es que a J y a mí nos guste la cochambrería en realidad es que nos conocemos muy bien y no necesitamos ser muy específicas para poder entendernos, un ejemplo clásico es el siguiente:
CJ: “Y, ¿qué vas a hacer con tu busto?”.
Yo: “¿Qué voy a hacer de qué?”.
CJ: “¿Lo vas a arreglar?”.
Yo: “Si, pero primero se debe masajear nuevamente para relajarlo porque después de duro imposible”.
CJ: “Bien, yo te ayudo si quieres…ya sabes que soy una diosa masajista”.
Yo: “Me consta, pero debes seguir el contorno y frotar en forma de círculos cuidosamente porque de no ser así… ”, en ese preciso momento aparece en escena un amigo en común y dice: “ ¿Qué busto hay que masajear?, ¿ el tuyo?, yo me apunto”, y le respondo irónicamente “perfecto, puedes ir a buscarlo al estudio y traerme el busto porque está algo pesado”, y me mira con cara de desilusión “ Ahhh, ya veo aquel busto, el artístico…”, señalando el estudio, “Si cariño, es el único busto mío que masajearás”, yo con una carcajada incontrolable.
Y, ¿qué puedo hacer con todo esto?, hasta la medida en que pueda reírme hasta la demencia; aunque debo confesar que ha habido ocasiones en las que me he sentido con algo de pena y con vergüenza, ¿vergüenza?, si aunque no lo crean aun tengo de esa. Y qué situación puede lograr hacerme sentir así, pues aquí le va el dialogo que ocurrió en la habitación de J, si en su habitación:
CJ: “Por favor lo estás haciendo mal…si, ahí sostenlo, noooo…a la derecha…no, a la izquierda, ahí eso es, perfecto…eso es…no bajes…Ahhhhh…si, si, no, si…noooo, te moviste muy rápido…¿y tú no eres una experta en esto?” con cara de enojo y cruzada de brazos sobre la cama.
Yo: “Lo soy pero si me estas gritando todo el tiempo, es obvio que no puedo concentrarme”, le digo completamente frustrada.
CJ: “Y necesitas concentración para esto…carajo”.
Yo no digo ni una sola palabra porque J me tenía agobiada y como ya conozco sus exigencias perfeccionistas me limito a continuar con mi labor en silencio para que no se forme la hecatombe.
CJ: “Ahí lo tienes, si, si, siiii, eso, perfecto….”.
Al relatar esta sarta de locuras estoy llegando a la conclusión de que no es que a J y a mí nos guste la cochambrería en realidad es que nos conocemos muy bien y no necesitamos ser muy específicas para poder entendernos, un ejemplo clásico es el siguiente:
CJ: “Y, ¿qué vas a hacer con tu busto?”.
Yo: “¿Qué voy a hacer de qué?”.
CJ: “¿Lo vas a arreglar?”.
Yo: “Si, pero primero se debe masajear nuevamente para relajarlo porque después de duro imposible”.
CJ: “Bien, yo te ayudo si quieres…ya sabes que soy una diosa masajista”.
Yo: “Me consta, pero debes seguir el contorno y frotar en forma de círculos cuidosamente porque de no ser así… ”, en ese preciso momento aparece en escena un amigo en común y dice: “ ¿Qué busto hay que masajear?, ¿ el tuyo?, yo me apunto”, y le respondo irónicamente “perfecto, puedes ir a buscarlo al estudio y traerme el busto porque está algo pesado”, y me mira con cara de desilusión “ Ahhh, ya veo aquel busto, el artístico…”, señalando el estudio, “Si cariño, es el único busto mío que masajearás”, yo con una carcajada incontrolable.
Y, ¿qué puedo hacer con todo esto?, hasta la medida en que pueda reírme hasta la demencia; aunque debo confesar que ha habido ocasiones en las que me he sentido con algo de pena y con vergüenza, ¿vergüenza?, si aunque no lo crean aun tengo de esa. Y qué situación puede lograr hacerme sentir así, pues aquí le va el dialogo que ocurrió en la habitación de J, si en su habitación:
CJ: “Por favor lo estás haciendo mal…si, ahí sostenlo, noooo…a la derecha…no, a la izquierda, ahí eso es, perfecto…eso es…no bajes…Ahhhhh…si, si, no, si…noooo, te moviste muy rápido…¿y tú no eres una experta en esto?” con cara de enojo y cruzada de brazos sobre la cama.
Yo: “Lo soy pero si me estas gritando todo el tiempo, es obvio que no puedo concentrarme”, le digo completamente frustrada.
CJ: “Y necesitas concentración para esto…carajo”.
Yo no digo ni una sola palabra porque J me tenía agobiada y como ya conozco sus exigencias perfeccionistas me limito a continuar con mi labor en silencio para que no se forme la hecatombe.
CJ: “Ahí lo tienes, si, si, siiii, eso, perfecto….”.
Perfecto, perfecto fue el momento cuando la madre de J empujó la puerta de la habitación con cara de espanto no solo por lo que escuchaba y donde lo escuchaba, sino lo que vio tan solo al empujar la puerta que fue a su hija sobre la cama y obviamente al abrirla completa me encontró a mi sobre una mesa con un cuadro gigantesco en mis manos tratando y en serio digo tratando porque con J es imposible, de buscar el punto justo donde a ella se le pegara la gana de que el cuadro quedara estéticamente perfecto en la pared. La cara de su madre valía unos 5º millones de dólares, le cambio de tensión y estrés a total asombro y alivio. Me tomó unos segundos reconocer las expresiones del rostro de ella para saber que pensaba una cosa completamente diferente a la que en realidad ocurría. Me dio muchísima vergüenza que la madre de J pensara que estábamos jugando la Oui-ja... porque sin lugar a dudas eso estaba pensando la Sra., claro además de que había bisexualizado a su hija (¿esa palabra existe?), y todo esto por culpa de J porque si no fuera tan exigente y me dejara colgar con tranquilidad un cuadro en la pared yo no pasaría tantas vergüenzas en esta vida.
Son tantas las veces que una conversación normal y con pleno conocimiento del tema se sale de contexto tan solo porque un tercero escucha lo que él piensa es lo correcto, y esa, ¿en general no es la vida?...vivimos nuestros sueños, nuestros deseos, nuestras ilusiones, nuestras fantasías, nuestros sentimientos en nuestro pleno contexto y en nuestra plena realidad y siempre habrá quien diga que eso no es lo correcto y que vivimos fuera de la norma del contexto aunque mucho nos esforcemos por entender y aprendernos el texto ...y así es como mi vida está fuera de contexto y quizás sea con pleno conocimiento para no vivir renegada en el subtexto…
Son tantas las veces que una conversación normal y con pleno conocimiento del tema se sale de contexto tan solo porque un tercero escucha lo que él piensa es lo correcto, y esa, ¿en general no es la vida?...vivimos nuestros sueños, nuestros deseos, nuestras ilusiones, nuestras fantasías, nuestros sentimientos en nuestro pleno contexto y en nuestra plena realidad y siempre habrá quien diga que eso no es lo correcto y que vivimos fuera de la norma del contexto aunque mucho nos esforcemos por entender y aprendernos el texto ...y así es como mi vida está fuera de contexto y quizás sea con pleno conocimiento para no vivir renegada en el subtexto…
Nota de la autora: 1. J = yey pronunciar la J en Inglés, 2. si para J yo siempre soy la experta en todo, aunque en la realidad no sepa nada de nada, 3. perdonen tantas groserías juntas J es un "poquito" mal hablada...
Nota de quien postea: Las imagenes nada que ver... son de adorno jeje
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siempre es un placer leerte ;) lo he disfrutado, hasta la última letra :D
ResponderEliminarjajajaja muy buenaaa me reii a mas no poder, y sí es verdad muchas veces ocurren cosas asi.. bueno por no decir bn seguidito :/ bueno son cosas q pasan xD
ResponderEliminarme encantó el escrito :D gracias !!!
Atte: Bárbara
-- Chile-
Jajajajaja estuvo buenisimo sabes me recuerda a las conversaciones que tenia con mi ex-amiga (-.- ) algunas veces interpretaban mal la conversacion (los terceros)
ResponderEliminarMuy bueno , jajajaj
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