Mi vida antes y después de ti - Rozz (Parte 1)

Los días cada vez son más largo y las noches son tan cortas que cada vez es más difícil dormir, no se si son días, semanas, meses los que llevo así, en realidad no tengo nada con certeza, lo único seguro es que los golpes y el dolor que tengo por todo el cuerpo y la cara no son nada comparado con lo que me duele el alma, no quiero esta vida,
de hecho no quiero ninguna vida, la gente siempre que me ve me dice cosas como “si tu mamá te viera moriría de nuevo” o “pobre chica cada día esta peor”, aun no se dan cuenta que no me interesa lo que me digan o lo que hagan, pero que digo ni siquiera me interesa lo que yo hago,  como cuando escuchaba a la directora de la universidad y a mi coordinadora hablando sobre como debía ponerle más empeño a mis estudios y a mi persona en general, me levante en un punto de la platica y es que no recuerdo si llevábamos ahí poco o mucho tiempo y me salí de la oficina, empezaba a llover así que camine hacia mi carro y arranque, cuando estaba por salir del estacionamiento, me detuvo la coordinadora que estaba parada justo en frente de mi y tampoco tenia la intención de pasarle por encima con el carro, se acercó a la ventanilla del copiloto y me dijo “ no sé que entiendas tu por platica, pero cualquiera que sea tu concepto esta bastante mal, deja te aclaro”, me le quede viendo y le dije “me aburría” sonrió y negó con la cabeza.  Nos quedamos calladas unos segundos hasta que dijo “bueno no seas mal agradecida, siquiera deja que me meta en carro para cubrirme de la lluvia”, puse mi vista al frente y le dije “yo nunca te he pedido que hagas nada por mi, así que no me digas mal agradecida” me quede en esa misma posición hasta que las luces de un carro que quería entrar me volvieron a la realidad, había perdido la noción del tiempo, no me había dado cuenta que había obscurecido, levante el botón de los seguros y la coordinadora se metió, “gracias” me dijo y me arranque sin más, sin preguntarle y por inercia maneje todo el camino a su casa, habían pasado varios meses sin que yo fuera pero sentí que era lo mejor que podía hacer, llegamos  y me quede viendo la casa y el recuerdo de mi mamá y yo jugando en ese jardín inundaron mi memoria, sin darme cuenta, las lágrimas comenzaron a salir y no lo pude evitar, así que opte por agachar la cabeza para que no me viera llorar, se acercó a mi y me tomo de la mano diciendo “vamos Paula, que no es la primera vez que te veo llorar”, trate de reponerme, arrebate mi mano de su agarre y le dije “ ahora no me puedes curar con un chocolate caliente y una película de niños, bájate” y volví a fijar la mirada hacia el frente y solo escuche cuando cerro la puerta, seguía lloviendo, así que corrió hasta su casa y en cuanto vi que estuviera adentro me fui, maneje lo mas rápido que pude y no porque llevara prisa si no porque vivía con la esperanza de que algún día me pase un alto, o no lo pueda controlar y me estampe contra una pared o que algo pase para que le ponga fin a este sufrir, no paso, como siempre y llegue a mi destino, estaba en la parte más fea de la ciudad, ese lugar se había convertido en mi refugio, no había ni una sola persona que no supiera quien era, con solo ver mi carro empezaban a gritar “ya llego la rosa” y lo gritaban tanto niños como adultos, hombres y mujeres era igual, todavía no entiendo lo del apodo pero cuando pregunte dijeron que me lo había ganado porque como no me gusta que me toquen y la primera vez que alguien de ahí lo hizo se llevo un buen puñetazo, pues fue fácil ponérmelo, esa fue la primera y única vez que alguien intento tocarme, me baje del carro y camine hacia el bar “El continente” nunca supe porque se llamaba así y eso que el dueño siempre me contaba la historia, supongo que el alcohol ya no me dejaba seguir el hilo de la platica, me senté en la ultima mesa y sin pedir nada llego a mi mesa la botella de tequila, cuando se termino siguió otra y otra, salí de ahí pidiendo encontrar a alguien con ganas de pelea como lo hacia cada noche y no tarde mucho en encontrar a un grupo de chicas, solo pase en frente de ellas y escuche como me gritaron “hey tu, la de la cara bonita” sonreí para mis adentros porque sabia que tenia la respuesta correcta para empezar una pelea y tal vez ahora, si tuviera más consecuencias que solo moretones y sangre, así que me voltee y le dije “gracias por lo de bonita y no te preocupes vas a poder hacer algo con tu cara solo sigue trabajando duro y habla con tu padrote para que no le des todo tu dinero y puedas juntar para tu cirugía”, me reí cínicamente y sentí el primer golpe entrar por mis costillas, le di uno o dos, pero estaba bastante tomada como para no tener la orientación suficiente, de pronto sentí que me entraban más golpes y me di cuenta que ya no era solo una la que me pegaba, entonces decidí no hacer nada por defenderme y rogué a Dios, si es que seguía escuchándome que me llevara de una vez.

----------------------------------------------------------------------------------------------------------

La Teta Feliz Historias y Relatos ® Rozz Derechos Reservados

© Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte, registrada o transmitida por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo, por escrito, del autor.