Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

Ella, Tu, Yo... Te amo - Mayra (Capítulo 15 y 16)



Capítulo 15
Recuerdos

Desde aquel día no la había visto, pero sabía que hoy era el día en el que quiera o no, la vería y para eso quedaban algunas cuantas horas; sacó ropa del armario y la tendió sobre la cama, quería verse bien, quería verse hermosa y aunque le costara a sí  misma aceptarlo sabía que la razón era ella.


En otra parte Lucia salía  de su habitación y al cruzar por la de Ana vio la puerta entornada, caminó hacia ella y la empujó lentamente para asomarse, la encontró de espaldas con tan sólo el sujetador y el pantalón negro que se ajustaba perfectamente a su cuerpo, sin pensarlo caminó hacia ella.
Ana sintió como unas manos se posaban en su cintura haciéndola dar un pequeño brinco, aquellas manos la rodearon y comenzaron acariciar su abdomen, quiso girarse pero el cuerpo ya pegado a su espalda se lo impidió.
-Lucia…-dijo al sentir pequeños besos en sus hombros.
-¿Qué?-susurró sin dejar de besarla.
-¿Qué haces?- preguntó intentando con delicadeza hacer que la soltara.
-Lo que hace mucho he querido hacer -le contestó ahora dejando besos en la parte superior de su cuello mientras trepaba sus manos hasta su pechos.
Ana cerró los ojos con fuerza, sabía que tenía que detener aquello pero por qué negar que su cuerpo había sentido y le pedía aquel placer, ya que llevaba  bástate tiempo sin dárselo y no es que fuera una depravada o adicta al sexo, pero si era una mujer pasional, acostumbrada a dejarse llevar por el placer y no reprimir nada de lo que su cuerpo pidiera. Volvió a sentir como las manos de Lucia bajaban de nuevo hasta llegar al cierre de su pantalón y lo bajaba e introducía su mano, se giró de golpe sobre sí misma y la miró negando.
-No, no, esto…
-¿Por qué no? dijo Lucia volviéndola a acorralar para colgarse en su cuello y seguir con aquella tortura.
-Lucia por favor…-sintió la mano de Lucia ya dentro de sus bragas-detente…
-Porque, si lo deseas-dijo Lucia al sentir su humedad.
-Por…por Cristina…-soltó sin pensarlo.
-¿Que tiene que ver Cristina?-preguntó ya mirándola extrañada.
-Pues… que tenemos que ir a la cena y no vamos a llegar-dijo ya apartándose de ella y caminado hacia el otro extremo-y esto no debe pasar.
-¿Por qué no?-dijo Lucia girándose a mirarla- Yo quiero y por como estas, tu también-dijo seria.
-Somos amigas y no debe pasar-dijo acomodándose de nuevo el pantalón.
-Sabes que yo no quiero ser sólo tu amiga ¿Cuándo vas a dejar de ponerlo como excusa?
-No es una excusa es la verdad.
-Entiendo que no quieras regresar conmigo, porque aun estas dolida, pero sabes que me jode y me jode mucho, que me rechaces con esto cuando te tiras a toda mujer que se te para enfrente ¿Por qué? Acaso ni siquiera para follar me quieres-dijo ya molesta Lucia frente a ella.
-Estás diciendo muchas tonterías así que voy hacer de cuenta que todo esto no ha pasado-dijo dándose la vuelta.

-¡No! –La detuvo del brazo-dime ¿Prefieres follar con otras que conmigo? Porque yo ahora mismos no te estoy pidiendo nada más que eso.
-¡Lucia cállate por favor!, deja de decir estupideces -dijo seria y con el tono alto, tomó aire y con más calma continuó- ¿No te das cuenta que te estas humillando? ¿De verdad quieres que te vea como a una de mis amantes? ¿Eso quieres?
Lucia bajó la mirada y negó en silencio, Ana la tomó de la barbilla, le levantó el rostro para que la mirara.
-Si esto llegara a pasar mañana no sabría cómo actuar y lo más seguro es que me la pasaría ignorándote.
-Eso es lo que haces-dijo Lucia ya con los ojos rojos, Ana tomó aire y la llevó hasta la cama para que se sentaran.
-Lo siento, siento que sin querer lo esté haciendo.
-Ana ¿Me quieres?-preguntó, Ana la miró con ternura.
-Si te quiero…desde que me ayudaste a entender un poco aquel cuadro y te burlaste de mí, por mi ignorancia ¿Recuerdas?
Había sido arrastrada por Elena a la exposición de arte de nuevos artistas, a ella esas cosas no le gustaban pero como buena amiga aceptó acompañarla.
-Yo no sé cómo es que me has logrado convencer-le decía a su amiga después de cruzar la puerta de la entrada.
-Porque eres la mejor amiga, además quien quita que aquí te busques una novia.
-¿Quién te dijo que estoy buscando novia?
-Vamos Ana, que desde que te conozco sólo te he conocido una, de la que ni siquiera estabas enamora, y no sé por qué la soportabas era aburrida y peor aun posesiva.
-No hables así de ella, además sí la quería.
-No, lo que pasa es que tú eres muy buena y lo que no querías era hacerle daño.
-No sé que le ven a esto, no tiene sentido-dijo refiriéndose a un cuadro.
-Es arte Ana, el arte no siempre tiene que tenerlo, míralo bien tal vez busques algo, ahora vuelvo.
Ella se quedó mirando aquel cuadro intentado entender algo que no llegaba a comprender cuando…
-¿Te gusta?
Giró sorprendida encontrándose a una chica a escasos centímetros junto a ella mirando también el cuadro frunció el ceño y miró de nuevo el cuadro.
-Llevas más de veinte minutos mirándolo-dijo la chica mirándola con una sonrisa.
-Intento entenderlo, pero lo único que he logrado es llegar a la conclusión  que los artistas están un poco locos.
-Bueno…no todos, eh.
-La mayoría, porciento soy Ana-le tendió la mano.
-Mucho gusto Ana…-cuando intentaba continuar un chico llegó a su lado.
-Te están esperando, vamos-dijo el joven.
-Lo siento, me tengo que marchar-le dijo la chica con una sonrisa en forma de disculpa y se marchó.
La veía irse del brazo de aquel joven cuando sintió una mano posarse sobre su hombro.
-Ya buscaste una que te guste-preguntó Elena ya junto a ella.
-No es sólo…nada, ¿y tú?
-Hablaba con unos amigos, anda vamos que van hacer la presentación.
Llegaron frente al pequeño escenario una mujer como de unos cuarenta años tomaba el micrófono para hablar.
-Buenas noches, antes que nada quiero agradecerles por estar con nosotros esta noche, como bien saben esta noche es para dar a conocer el talento de una nueva artista que nos ha logrado cautivar con sus pinturas. Por favor démosle un aplauso a Lucia Fuentes.
Vio como aquella mujer subía aquel escenario con la misma sonrisa que le había brindado hace algunos minutos.
-¡Bravo!-gritó Elena junto ella.
-¿Ella…ella es la artista de los cuadros?-preguntó escondiéndose a espaldas de Elena.
-Sí, es Lucía la amiga que te dije.
-¡Joder!
-¿Qué pasa?
-Pasa que le he dicho que está loca-dijo con cara de vergüenza.
-¿Cómo que le has dicho eso?-preguntó extrañada Elena.
-Sí, me preguntó si me gustaba el cuadro aquel en el que me dejaste, y le dije que no lo entendía pero lo que si sabía era que todos los artistas estaban locos -Elena comenzó a reír-No tiene gracia.
-Pues la cara que tienes si, y el sólo imaginarme la que habrá puesto ella-siguió riendo.
Intentó no encontrarse con esa mujer ya que se le caía la cara de vergüenza, en un momento se fue hasta el balcón de aquel lugar y miró hacia el cielo cuando escuchó unos pasos tras de ella, se giró encontrándose con la artista que al verla sonrió.
-Hace bonita noche-dijo la artista mirando al cielo.
-Si- la imitó -se está bien aquí.
-Bueno…entonces ¿te gusta?
-¿Qué cosa?
-El cuadro.
-Yo…esto de…siento lo de antes no sabía que…
-Tranquila no eres la única que piensa eso, de hecho mi madre me lo dice muy seguido-la miró sonriéndole-entonces dime ¿te gusta o no?
-Pues…no sé, no logro entender nada.
-Ven –la jaló del brazo y la llevó hasta donde estaba aquel cuadro deteniéndose frente a él-míralo sin querer entender nada, sólo míralo y dime lo que ves.
Miró fijamente el cuadro, ladeó la cabeza de un lado y luego del otro haciendo que la artista riera por ese intento de buscar algo en el.
-¿Un árbol?
-Bien… cuando dibujé el cuadro me guié de la vista de una ventana por donde se veía un árbol sólo que en lugar de hojas le puse círculos de colores-dijo la artista  con total seriedad mirando el cuadro.
Ana volvió fruncir el ceño mirando el cuadro y intentó buscar aquellos círculos haciendo que se concentrara mas, ya que si antes estaba perdida, y había logrado ver un árbol ahora con lo dicho estaba peor que antes, ya estaba a punto de darse por vencida cuando escuchó a la artista reír.
-Te has burlado de mi-dijo viendo como no paraba de reír.
-Perdona…-seguía riendo-es que no lo he podido evitar además me las debías.
-Veo que ya se conocen-dijo Elena llegando junto a ellas y llamando la atención de ambas-y por lo que veo se divierten -terminó de decir al ver que Lucia reía.
-Es que ella tiene muy buen gusto por el arte-dijo Lucia.
-¿Quién Ana? –Levantó una ceja mirando ambas, Lucia afirmó con una sonrisa- pues mientras no sea igual que el que tiene por las mujeres… ¡auch!-se quejó al recibir un codazo de Ana-si es la verdad, mira que se busca cada tipa que sólo ella las entiende.
-Entonces no es igual porque de arte no entiende nada-dijo Lucia volviendo a reír.
-¿Y tu entiendes?-preguntó Ana mirándola con una pequeña sonrisa, Lucia sabiendo a lo que se refería negó mientras reía y se acercó a las dos como si fuera a decirle un secreto.
-Les voy a decir la verdad, pero por favor no lo divulguen por ahí ¿eh?-las dos afirmaron-bueno pues la verdad es que… no sé nada de arte y sólo pinto por pintar, de hecho  puros garabatos-se separó de ellas guiñándoles un ojo sonriendo-ahora les veo chicas-se dio la vuelta y se marchó.
Ana con cara de póker la vio irse hacia otro grupo, Elena comenzó a reír mirando Ana.
-Creíste que iba a decir que es lesbiana ¿no?-dijo Elena riendo.
-Tu ¿no?
-Pues no, porque ya sabía de qué iba, la conozco, sé lo que le gusta gastar bromas, además – cruzó el brazo en los hombro de Ana-ella es de las más heteros que hay en el mundo, le he conocido una infinidad de novios.
-Mira lo equivocada que estaba-Dijo Lucia haciendo que salieran de aquel recuerdo.
-Sí pero eso fue rompedera de cabeza durante mucho tiempo-dijo refiriéndose a que aun estado juntas lo pensaba.
-Sí, y yo no ayudé mucho con mi actitud-dijo Lucia con tristeza, Ana comenzó a reír haciendo que Lucia se girará a mirarla.
-Es que ahora que lo recuerdo me da risa imaginar la cara de tonta que habré puesto.
-Si -rio también- pobrecita mía, si que te gasté muchas bromas.
-Sí, eras mala, pero muy mala conmigo.
-Ya cariño pero es que tú eras muy inocente.
-No, lo que pasa es que me traías tan Loquita que no me daba cuenta de nada- miró su reloj de mano- Uff ya es tarde no vamos a llegar-se puso de pie para ponerse la camisa que tenia sobre la cama, Luego se sentó para meterse las botas-Ya estoy, vámonos o no llegamos.
Lucia se puso de pie camino hacia ella y la tomó de la mano, puso la mano sobre su mejilla dejando una caricia con su pulgar.
-¿Regálame un beso?-le pidió sin soltarla.
-Lucia…
-Es un beso Ana, sólo eso, un beso.
Ana la miró con infinita ternura, puso una mano sobre su cintura se reclinó hasta llegar a sus labios y dejó un tierno y corto beso sobre ellos. 



Capítulo 16
La cena

Bajaron del auto, Ana le entregó las llaves al aparcacoches, Lucia se colgó de su brazo y de esa manera llegaron a la recepción donde la chica apenas verla les sonrió
-Buenas noches, ya las están esperando-dijo la joven.
-Buenas noches Alicia ¿te acuerdas de Lucia?
-Sí, Claro, hola-le dio dos besos.
-¿Cómo están las cosas por aquí?- preguntó Ana a la chica.
-Bien, bien, aprovechando que no está la jefa con su mal humor-contestó la chica sonriendo.
-No creo que sea tan malo ¿es muy mala tu jefa?-preguntó levantando una ceja.
-No, pero últimamente ha estado insoportable creo que está en sus días o la tienen en sequía-dijo riendo la joven.
-Ya veo ya, pues sabes que te digo que vayas cancelando esos días que  pediste porque como a tu jefa le va a tardar más tiempo el mal humor igual y no te los da- dijo fingiendo enojo.
-¡No! Ana, era broma mujer, si tu eres la mejor de las jefas por favor, no me quites esos días.
-Lo voy a pensar-se acercó a su oído- pero vas a tener que rogar mucho –se alejó sonriendo.
 Platicaba a gusto con Daniela cuando las vio aparecer riendo de algo que Ana le había dicho al oído a Lucia que se colgaba más a su brazo en ese momento por alguna razón que no entendía o que mejor dicho no quería entender deseo ser ella la que estuviera en el Lugar de Lucia.
-Por fin llegan -dijo Daniela dándole dos besos.
-Perdona fue mi culpa -dijo Lucia con una sonrisa de disculpa-Que guapa estas Cris-la saludó también.
-Gracias tu igual estás muy guapa-dijo Cristina.
-Eso siempre-rio Lucia-no, de verdad Cris, estás guapísima se ve que el amor te ha hecho muy bien ¿verdad Ana?-preguntó tomando asiento, logrando que de esa manera Ana que estaba tras de ella quedara frente a Cristina.
-Si- respondió con una sonrisa a Lucia sin dejar de mirar a Cristina, para luego acercarse ella y darle dos besos-estas preciosa como toda una diosa-le susurró antes de separarse.
Cristina volvió a sentir el mismo efecto de siempre, sentir aquel escalofrió recorrer todo su cuerpo haciendo que cada bello de su piel se erizara era la más clara evidencia de la cercanía de Ana, intentado disimular tomó de nuevo asiento  y clavó su vista en la carta que acababa de dejar el maître.
Cada una pidió lo que le apetecía, Ana como buena conocedora escogió un buen vino para acompañar la cena. Mientras cenaban Lucia comenzó a hablar de la revista  de arte que le había pedido sacar unos de los nuevos cuadros en los que estaba trabajando, las tres mujeres la escuchaba atentas aunque dos de ellas no dejaban de mirarse.
En un momento en el que ahora era Daniela la que hablaba Lucia pidió a Ana que le diera a probar de su postre, Ana con el tenedor lo llevó hasta la boca de Lucia, esta lo saboreó graciosa y gustosa, sonriendo, Ana al  ver que le había quedado una manchita en la comisura de los labios sin darse cuenta de lo que hacía, dejó los cubiertos y con el dedo corazón limpió aquella mancha y se lamió el dedo, Lucia se quedó con cara de tonta mirándola, mientras que la mujer que estaba frente a ellas y había visto aquello sin saber por qué sintió un pellizco en el corazón.
-Si me disculpan voy al servicio-dijo Cristina poniéndose de pie.
-¿Quieres que te acompañe cariño?-preguntó Daniela.
-No, deja, ahora regreso- dijo ya marchándose.
Llegó directo a los lavabos, dejó que agua cayera en sus manos mientras que se veía en el espejo.
-¿Qué ha sido eso? ¿Celos? Si, son celos ¡qué mal estoy! Cómo puedo tener celos de una mujer que no es mi novia y peor aun de mi hermana que es mas hetero… pero es que cualquiera diría que hay algo entre ellas…como se miran, como se tocan ¡dios! Definitivamente  estoy perdiendo la cabeza.
Estaba tan sumergida en sus pensamientos que no notó  como se abría la puerta y menos aun como se colocaban espadas a ella.
-¿Estás bien?- escuchó tras de ella haciéndola dar un brinco-perdona no quise asustarte.
-No, no me pasa nada ¿me estas siguiendo?-dijo de mala forma girándose a verla con el rostro serio.
-¿Seguirte? Si se te ha olvidado este es un lugar público.
-Bien… pues yo me regreso a la mesa – dijo del mismo tono y se dispuso a salir, cuando estaba pasando a su lado Ana la sujetó del brazo -¿Qué haces?
-¿Me quieres decir que te pasa conmigo?-le preguntó ya seria también.
-No sé de que hablas, ¡quieres soltarme!- pidió intentado jalarse sin conseguirlo.
-No, hasta que…-la puerta se abrió dando paso a una mujer que las miró  extrañada por la manera en la que se encontraban.
Ana al ver a esa mujer  jaló a Cristina obligándola a entrar a uno de los cubículos.
-pero… ¿Qué haces? ¡Estás loca!
-Quiero que me digas porque eres así conmigo-dijo después de pasar el pasador de la puerta.
-¿Así como? ¿De qué hablas?-dijo seria sin mirarla.
-De que un día estas de lo más linda y al otro pareciera que me detestas-le dijo Ana del mismo modo cruzando los brazos.
-Y no te has puesto a pensar que tal vez es así, que te detesto y lo único que hago es disimularlo-contestó sin cambiar la actitud.
-¿Me detestas?- preguntó Ana con una ceja alzada.
-Sí y…-no continuó porque vio como Ana daba dos pasos, descruzaba los brazos y posaba una mano en su cintura y la jalaba hacia ella.
-¿Y?...Si me detestas porque te pones tan nerviosa cuando me acerco a ti…porque casi me besas ¿eh?-dijo pegando su rostro al de ella sin dejar de mirarla.
No respondió, no podía responder, sólo podía sentir como su cuerpo temblaba y como sentía unas inmensas ganas de besarla, estaba intentando reprimir ese impulso que cada vez le era más difícil controlar.
-Yo te deseo…te deseo tanto-susurró Ana con sus labios pegados al cuello de Cristina haciendo que cerrara los ojos intentando no perder el control que ya no tenía.
-Detente…por favor…-dijo ya sin fuerza en un susurro.
-Lo siento no puedo, es más fuerte que yo-dijo Ana ya besando su cuello.
Fue lo último ya que todas la barreras de ambas se cayeron haciéndolas olvidarse de todo,  fue Cristina que buscó el rostro de Ana y sujetó con ambas manos y besarla con un beso intenso, salvaje, liberador, Ana fue subiendo el vestido largo de Cristina hasta sus caderas e introdujo una de sus pierna entre las de ella haciendo que con ese contacto Cristina gimiera, Comenzó a recorrer con sus manos su cuerpo mientras de nuevo se dedicaba a lamer, morder y chupar su cuello y la parte de su clavícula hasta bajar toda esa parte del escote, con sus manos acariciaba sus senos sobre la tela de aquel vestido sintiendo su pezones ya hinchados.
-Dios tu sí que me vuelves loca…-volvió a susurrar Ana.
Aquella frase retumbo en su cabeza, con total similitud a otra anterior, pero no pudo seguir pesando en ella porque sintió como la boca de Ana hacia presión en uno de sus pezones haciéndola gemir silenciosamente, de nuevo su mente quedó en blanco dejándose llevar por aquel placer que fue interrumpido por…
-¡Cris! Cariño  ¿estás Aquí?- escucharon decir desde afuera.
Ana soltó a Cristina y se separó de ella con el rostro pálido y sin pestañar, Cristina se tapó con amabas manos el rostro.
-¿Cris?  ¿Estas aquí?-volvió a llamar pero tocando la puerta del cubículo.
-Eh… si, si, ahora salgo- logró decir, miró Ana que no había reaccionado, se acomodó con prisa el vestido, a pesar del pequeño espacio se cruzó del otro jaló el pasador y salió con prisa.
-¿Estás bien?-preguntó Daniela cuando desde los lavabos la vio salir.
-Sí, si estoy bien –contestó sin mirarla llegando hasta el lavabo para lavarse la manos.
-¿Estás segura? porque estás colorada y no tienes muy buena cara, anda ven dime ¿Qué te pasa?-dijo intentado cogerla.
-¡ya coño! Te he dicho que estoy bien-gritó molesta.
-hey…tranquila sólo me preocupé-dijo Daniela sin entender el por qué de su actitud.
-Perdóname Dani es sólo que…dios, lo siento de verdad…es que me duele la cabeza- dijo evitando su mirada y pasándose la mano sobre la frente.
-Pues no sé por qué no me lo dices-dijo seria Daniela.
-No quería arruinar la noche- dijo intentado huir de su mirada.
-Pues no lo haces muy bien que digamos-dijo Daniela un poco molesta.
-lo siento de verdad-volvió a disculparse ahora si mirándola.
-Anda vamos a decirle a las chicas, por cierto ¿no has visto a Ana? dijo que venía aquí.
-No, no la he visto.
Tan sólo unos minutos después Ana llegó hasta su mesa viendo a las tres de pie.
-¿Dónde estabas?-preguntó Lucia al verla llegar junto a ellas.
-Arreglando un asunto-contestó.
-Seguro un asunto de faldas-dijo Lucia Ana la miró seria- Hey no me pongas esa cara es broma. Cris no se siente bien así que Dani la va a llevar a descansar pero estaba pensando que tú y yo podemos ir a otro lado ¿Qué dices?- decía mientras ya salían las cuatro.
-Mejor lo dejamos para otro día, es que… bueno tampoco me siento bien.
-¿Lo dices en serio? No tendrá nada que ver con ese “asunto” ¿no?
-No Lucí de verdad no me apetece.
-Vale-la alejó un poco de las demás para no ser escuchadas- sólo una cosa Ana, Dime como coño van a cambiar las cosa entre nosotras, Sólo hoy me has dado de lado dos veces, sin contar los días que me ignoras y la verdad ya me estoy cansando-le dijo molesta.
-Lucia yo…
-No Ana-la cortó- no me respondas sólo piénsalo-se giró de nuevo hacia las dos chicas-Dani ¿me pasas a mi casa?
-Eh…si, si claro-contestó Dani mirando ambas.
-Lucia yo te puedo llevar-dijo Ana.
-No déjalo, a ellas les queda de paso.
Ana las vio trepar al auto, y ella hizo lo mismo en el de ella, estaba molesta consigo misma, pero sobre todo esta triste ya que las cosas se le estaban saliendo de las manos.
En la parte trasera de el auto de Daniela estaba una Lucia molesta por la lejanía de Ana pero sobretodo porque estaba celosa, estaba segura que ese “asunto” del que habló Ana era una de sus amantes con la que seguro pasaría esa noche, eso le hacía perder la razón y reaccionar como lo había hecho ella sabía bien que no tenía derecho pero no podía evitarlo, ya que en el pasado ella siempre fue la prioridad de Ana y ahora siempre pasaba a un segundo plano.
Después de dejar a Lucia, Dani le había dicho que se fueran a su departamento pero ella rechazó la idea poniendo miles de pretextos. Cuando entró a su casa dejó las llaves  y fue hasta el sillón donde se dejó caer, automáticamente su cabeza fue pasando las imágenes de lo que horas antes había pasado en aquel servicio, movió la cabeza intentado borrarlo, No quería que aquello volviera a pasar, ella quería a Daniela, pero Ana le hacía sentir una atracción muy fuerte, tan fuerte que no podía controlarlo y sentía que Ana no se lo ponía fácil con todas sus provocaciones, pero ella tenía que solucionarlo, decidida se puso de pie cogió de nuevo sus llaves y salió de casa.
Cuando Ana llegó a su casa fue directo a la cocina y sacó una cerveza de frigorífico, la destapó y la comenzó a beber mientras iba hacia su habitación al entrar dejó la botella en uno de los muebles y comenzó a desvestirse quedándose sólo con las bragas, cogió una camiseta de tiras y se la puso, fue de nuevo hasta su botella y dio el último trago para luego bajar en busca de otra, después de abrir la otra cerveza fue hasta un cajón de dónde sacó unos tabacos, cogió uno, lo prendió dándole una larga jalada, fue a sentarse al sofá colocando en su pierna el cenicero, se aparragó en el respaldo del sofá dejando caer su cabeza cerró los ojos y así se mantuvo mientras fumaba y bebía. Ya iba por el segundo cigarrillo cuando el timbre sonó, extrañada lo apagó y dejó en la mesita el cenicero y la cerveza y fue abrir.
-¿Cris? ¿Qué…que haces aquí?-preguntó sorprendida al verla parada frente a ella.
Cristina había ido decidida a aclarar las cosas y decirle que lo que pasó no podía volver a pasar, de hecho antes de tocar el timbre había ensayado  algunas cuantas frases como “quiero a Daniela y lo que sea que pasa entre nosotras no puede ser” “no quiero que te acerques a mi más de lo necesario” pero todo lo que había decidido y pensado se borró de su mente al verla aparecer y verla vestida o mejor dicho casi vestida porque sólo llevaba las bragas y la camiseta de tiras que le hacía resaltar sus pequeños senos.
-Cris…
Ana Volvió llamarla pero Cristina no respondió con palabras sólo se lanzó a ella y la besó, al principio Ana sorprendida no respondió pero después continuo aquel beso dándole de nuevo paso a la pasión que antes había sido interrumpida…




----------------------------------------------------------------------------------------------------------
La Teta Feliz Historias y Relatos ® Mayra Derechos Reservados
© Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte, registrada o transmitida por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo, por escrito, del autor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...