Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

Mi única - Nata

Se fue dejando en mí una nada, se fue arrancando de mí la Natalia que podía ser solo cuando ella estaba a mi lado. Esa que solo tenía ojos para los suyos, esa  que le temblaban las manos siempre antes de tocarla, aunque lo haya hecho un millón de veces antes, esa que miraba al cielo todos los días y le agradecía por los colores del día, que buscaba constantemente algo increíble que pudiera sorprenderla  de alguna  forma, o pensaba en algo chistoso que contarle, o simplemente un buen gesto a final del día que le hiciera saber  que había pasado el mío pensando en cómo llenarle el suyo.

Se fue dejando un lado de mi cama sin sentido y frío, hubiera preferido incluso una cama más pequeña donde solo cupiera mi cuerpo; despertarme acorralada en mi lado como si no me atreviera a tocar el suyo.

Salir, mirar al cielo, a ese mismo cielo que antes miraba con agradecimiento y le pedía que no lloviera para poder salir con ella a dar un paseo. Ahora a duras penas levantaba la cabeza, y si había sol o lluvia lo mismo me daba, si llovía hasta mejor, eso hacía más real mi pena, y en ese momento mi fatal destino.
Pasaron las primeras semanas, igual, extrañándola, llorando entre copas, aferrada a lo que me quedaba, cada día más confuso su recuerdo y más angustiada en mi alma porque no pasaba nada conmigo.
Se me había olvidado una parte de mí, mi capacidad de tener gestos amables, de pensar en calma, de desear algo bueno, de tener un gesto noble, tierno con alguien. Como de piedra y una maquina ocupe mis días y mis noches en lo más sencillo.
Me fui de rumba, todas las noches que mi bolsillo y mi hígado pudieran soportarlo, pero definitivamente eso no curaba la tristeza, ni mucho menos el vacío, ni su ausencia.
Realmente, en cada persona, en cada mujer la busque, es difícil expresar eso que se siente en el corazón, en el pecho,  el mismo cuerpo se angustia, pesa.
Entonces con los días la resignación se acento en mi alma y decidí seguir sin una parte de mí, con lo suficiente para mantenerme en pie, para  sonreír, para sintonizarme de nuevo en mi vida, con mis metas, mis sueños, mis amigos.
Ya paso algún tiempo, sin saber absolutamente nada de ella, todos los días la recuerdo con cariño, porque ni siquiera tengo un motivo para dejar de amarla, para sentir rencor, o aunque sea una excusa para forzar mi alma a olvidarla.
A veces aún sueño con ella, todos los días me pregunto qué hubiera pasado si nuestro destino nos hubiera regalado una suerte diferente.
Ya por lo menos tengo días en los que solo susurro su nombre de repente (cuando pasa eso, pienso estúpidamente que ella en ese momento también pensó en mí) y ya, se puede acabar el día sin más ni más.
Ahora se me olvidan algunas de sus cosas, no me acuerdo como se veía en la mañana, a veces sus risas, su boca, sus manos, es como si la viera detrás de una cortina, tan confusa, ya no lloro, y evado cualquier cosa que me haga recordarla.
Hoy ya salgo con otra persona, desde hace 3 meses, me divierto, es linda, entretenida, pero no es ella.
Deseo de pies a cabeza, con toda mi alma, con todo mi corazón, poder olvidarla, y en esa misma medida deseo alguna vez poder volver a sentir este amor.
Un amor mágico, inmenso, el amor de mis sueños, con la mujer de mis sueños.

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