Me estoy despidiendo de vos - Yop

Batalla sin final…

Me estoy despidiendo de vos, aunque no lo sepas aun, aunque tus ojos me miren risueños, sé que me alejo irremediablemente, no puedo evitarlo, quizás el tiempo de la despedida dure una eternidad o sólo unos instantes pero me estoy yendo… quizás ni yo misma lo admita aun, porque toda mi alma espera que me retengas, porque todos mis sentidos claman aun por tu presencia, porque mi necesidad de estar es tan fuerte que niega el dolor que se hace presente y golpea como látigo en cada despedida, en cada momento en que tus partidas me dejan con esa sensación de desasosiego que me inunda, anudando mi garganta, poniendo lágrimas en el borde de mi retina, lágrimas que retengo ocultándolas de vos… y me protejo tratando de no pensar, buscando quien me regale su tiempo acompañando sin saber mi casi elegida soledad…

Casi no me quedan argumentos para el engaño, para ese mentirme a mi  misma diciéndome que me amas, que soy importante para vos, que si pudieras me elegirías… me gana la contradicción, me buscas, robas minutos u horas de sus tiempos para estar junto a mí, y por momentos buscas alejarte, alejarme, para no seguir mintiendo, para ser leal a la persona que estuvo antes que yo, que tiene todos los derechos sobre tus sentimientos, y cometo el mayor de los pecados, te busco, te vuelvo a acercar a mí, no me resigno a no verte a no sentirte a no tenerte, necesito de tu estar, de tu mirada, de tus caricias, y todo vuelve a empezar…

Nos conocimos a destiempo, tu corazón tenía dueña, y yo lo sabía, y ambas lo ignoramos, jugamos a soñar, a sentirnos sin rozarnos, a estar sin ser…, pero después no fue suficiente, mis ternuras dormidas, mi pasión desolada, mis torpes intentos de no amarte se rompieron en pedazos con tu sonrisa y tu manera de ser… Me enamoré, fue tan inevitable como imposible resulta intentar retener el agua entre mis dedos, entonces imaginamos juntas un mundo sólo de nosotras dos, sin dejar que en el penetrara nadie más, y fui feliz amor, nos envolvió un tiempo sin horas, me diste, te di, todos los momentos… pero la burbuja se rompió. La realidad volvió, la noche llegó y sin decirlo volviste a tu verdad, a la mujer que nunca quisiste lastimar, que siempre supimos nunca podrías dejar…

Y ahora estás frente a mí, sonriendo, hablando de naderías, y el mundo se desaparece, y suena tu celular y me miras, y no necesito más, no hacen falta palabras, sé que te están llamando y lo que es más doloroso, sé que vas a  acudir a esa llamada, y me dejas, y te vas… y volvemos a repetirnos que está todo bien, qué ambas sabemos que esos momentos son odiosos, y me miras con ese no sé que en los ojos, mezcla de  perdón y molestia, mezcla de ‘no me pidas más, te estoy dando mi todo’, y es probable que sea así, que me estés dando todo de vos, pero siempre habrá una parte que no me puedas dar, una parte que no me pertenezca, porque   sin decirlo es lo que elegís, lo que ambas siempre supimos que elegirías…

Y me duele, y cada despedida me golpea con más fuerza y no alcanza con saber que volveré a verte, imaginarte a su lado lastima… desgarra, arranca girones de mi alma, y en esos momentos decido que es mejor renunciar a vos, no verte nunca más, no hablarte, y mis decisiones se esfuman tan veloces cuando me volvés a buscar, mi voluntad no existe ante tu presencia… sin embargo tus ausencias empiezan a pesar, es una batalla cuerpo a cuerpo entre la plenitud de mis momentos con vos y el desencanto del saberte con ella, de sentir que aunque presienta tu amor  no soy a quien elegís, que mi lugar nunca será el primero ni en tu corazón ni en tu tiempo… y me confundo y nunca entenderé del todo las razones para que no seas mía como yo lo soy tuya, pero también sé que nunca pediré lo que no podes darme… no dudo de tu amor ni del dolor que te causa mi presencia, quizás nunca sepa que te ocasiona mi ausencia…

Pero sigo siendo cobarde todavía… no te permito marchar… no dejo que me olvides, no intento olvidarte… porque  aun te amo…  

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