Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

Insomnio - Yop



Definitivamente…(basada en sentimientos reales…)

Era una de esas noches calurosas, en las que la humedad es la dueña y señora del ambiente, había llegado a casa después de un día de trabajo bastante agotador, casi no había almorzado, y mi cuerpo, pero sobre todo mi mente estaban al punto del colapso. La sensación de haber sido aplastada por la realidad había ganado la  batalla. En ese día  en particular, la muerte de un niño me había abofeteado en pleno rostro, todas las gestiones dieron por tierra y lo que era sin dudas un final anunciado pero evitable había ocurrido…

Así que al llegar a  casa, sola, lo único que quería era ducharme, dejar correr el agua por mi cuerpo, dejar de pensar, sumirme en un sueño profundo que anestesiara las heridas. Con esa necesidad me tumbé en la cama, puse algo de música e intenté dormir. Las imágenes de los días pasados eran flashes punzantes, el calor no ayudaba, empezaba a dar vueltas y vueltas sobre mí misma sin conciliar el sueño. De repente una canción sonó en la radio…”Me revolqué por la realidad y ahora estoy destruida”… Sandra Mihanovich le ponía voz a mis sentimientos,  “… necesito tu amor, ya no me aguanto una mentira más…” poco a poco la imagen de la mujer que amo se fue apoderando de mi mente, sus formas, sus rasgos, estaban ahí, tan nítidos, tan intangibles y sin embargo tan reales como el amor que siento por ella, la ternura fue inundando mi alma, el calor dejó de ser agobiante para dar paso a una calidez muy diferente, esa que nace del sentir, esa calidez que nos cobija, nos da abrigo, nos resguarda del dolor. Así, toda yo me llené de mi mujer, esa a la que le había entregado el corazón, ese músculo en el que guardamos lo mejor de nuestra vida.

La pegunta vino a mi cabeza, absurda, buscando explicación a aquello que siempre afirmé no la tiene, siempre creí que el día que pudiera dar razón de mi amor, sería que ya había dejado de sentirlo, pero no pude evitar pensar… ¿Qué me enamora tanto de ella? Porque que la amo no hay duda alguna, ni el menor atisbo de ello… intenté dar respuesta en mi mente e inicié un recorrido por su cuerpo…

Sus ojos: son de un color indefinido a veces, si hubiera que decidirse por uno determinado, diría que pardos, no son pequeños, pero tampoco destacan por su tamaño. Las pestañas son tupidas aunque no demasiado largas, las cejas le dan un marco adecuado, sin resaltar exageradamente… No, definitivamente no son sus ojos los que me enamoran…

Su boca: a ver… no podría decir que destacan sus labios carnosos, ni muy grande ni muy pequeña, no es lo que más resalta en su rostro… No, definitivamente no es su boca la que me enamora…

Su nariz: es bonita, pequeña, fina, sin dudas es perfecta para completar la armonía de su rostro, pero… No, definitivamente no es su nariz lo que me enamora…

Su pelo: corto, de un castaño claro, luce prolijo, y sedoso con un mechón algo rebelde en su coronilla… no, definitivamente no es su cabello lo que me enamora…

Sus manos: muy blancas, de uñas prolijamente cuidadas, pequeñas, sin adornos, dedos finos… no, definitivamente no son sus manos las que me enamoran…

Sus pechos: uh!! Podríamos decir que sus pechos son grandes, sin exagerar, pero la descripción de “senos turgentes y pequeños” sin dudas no es la adecuada… no, definitivamente no son sus pechos los que me enamoran…

Sus piernas: debo reconocer, que sus piernas están bien torneadas, se nota que en sus años muuuuy jóvenes (aun lo es) la práctica deportiva era parte de su rutina diaria, son firmes y marcadas… pero no, definitivamente no son sus piernas las que me enamoran…

Su cola: ¡¡Siiiii!! Me gustan mucho sus glúteos,  muy buena forma, nada caída, pero no… definitivamente no es su cola la que me enamora…

Su espalda: admito que siento debilidad por su espalda!! No es que sea particularmente perfecta, pero me atrae, sin embargo no… definitivamente no es su espalda la que me enamora…

Vuelvo a repasar cada milímetro de tu cuerpo en mi mente… y aunque lo intento no soy capaz de encontrar un rasgo que me haga asegurar que “ese es” el que me enamora de vos… lo intento otra vez…

Tus ojos: oscurecidos por el enojo, o brillando una pequeña luz cuando bromeas, encendidos cuando te apasionas, la mirada más límpida y sincera que me dice que me querés un poquito… si, definitivamente tu mirada me enamora…

Tu boca: sonreís, toda tú cara se ilumina, una perfecta hilera de blancos dientes asoma, dos pequeños hoyuelos se forman en tus mejillas y yo me estremezco al verte… Sí, definitivamente tu sonrisa me enamora…

Tu nariz: cuando siento tu respiración en mi cuello, cuando tus suspiros cometen la infidencia de decirme que estás pensando en mi, al abrirse tus fosas nasales para recuperar el aliento al hacernos el amor…Sí, definitivamente esos gestos de tu nariz me enamoran…

Tu pelo: cuando mis dedos lo acarician y se pierden en su suavidad tienen la potestad de que mis manos se sientan acariciadas al acariciar, pelearme con tu mechón rebelde es una batalla que me encanta perder… Si, definitivamente tocar tu cabello me enamora…

Tus manos: cuando me tocan, son capaces de transportarme a paraísos inimaginables, la yema de tus dedos produce en mí pequeñas descargas de emoción, los poros de mi piel reconocen tu tacto y se erizan a tu contacto… Si, definitivamente el roce de tus manos me enamora…

Tus pechos: sentir tus pechos reaccionar ante mi roce, ver como tu pezón se yergue  bajo la intensidad de mi mirada, como enhiesto busca mi boca, la forma en que tus senos encuentran su justo lugar entre mis manos… Si, definitivamente la necesidad de poseerlos me enamora…

Tus piernas: sentirlas enredadas en las mías, saber que son las que te acercan a mí, las que guían tus pasos, dos torres guardianas de tu intimidad, la tersura de su piel al rozarla con mis manos… Si, definitivamente, el tacto de tus piernas me enamora…

Tu cola: ya admití que siento debilidad por tus glúteos, mas la manera en que se acoplan a mi pubis cuando dormimos… Si, definitivamente ese ensamble con tu cola me enamora…

Tu espalda: la certeza de poder recostarme en ella, la sutil fortaleza que de ella desprende, lo terso de tu piel, su roce en mis senos desnudos… Si, definitivamente sentirme segura en tu espalda me enamora…

No, definitivamente no me enamora tu físico…Si, definitivamente estoy enamorada de cada cualidad de tu cuerpo, de cada impronta que tu alma le imprime, de su perfecta conjunción con mi alma, con mis ganas, con mi piel… me enamora tu forma de decir, el tono de tu voz, tu risa abierta, tu mirada firme, tu deslizarte sensual, tu fuerza y tu debilidad, tu esquivez y tu rendirte a mis caprichos, me enamora tu ser envuelto en tu cuerpo de mujer…y es ese amarte el que puede rescatarme de los dolores cotidianos, el que hace que la vida recupere el sentido, el amarte renueva en mí la certeza de un mundo mejor, donde la realidad muestra su rostro más bonito, ese que lejos de ser ingenuo nos da la fuerza para continuar… Sí amor, tu esencia simplemente me hace bien, todo tu ser, tu estar en mí me salva…tus fallas y las mías se conjugan haciéndome sentir viva…por todo eso y robando letra a una canción, mi amor: “Amarte es un placer…”  


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