Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

Todo por amor? - Riba and Yop



Suspiró, echó su flequillo hacia atrás y miró al infinito, era inteligente, segura de sí, decidida en todos los aspectos de su vida, pero esas cualidades las perdía instantáneamente cuando pensaba en Guadalupe, todo cambiaba, las perspectivas de su vida se evaporaban como el agua con el sol, la mirada, la figura de ella, la personalidad o tal vez el amor desmedido que le tenía, era lo que le hacía perder la compostura frente a ella. 


Un año y cinco meses juntas, y ella, Guadalupe,  había preparado una sorpresa. Le temía cuando le hacía algo sorpresivo porque realmente lograba  asombrarla con algo que nunca habían hecho o algo que planearon hacer juntas y no habían concretado, o con algunas locuras que las tenían enfadadas al menos tres días. La llamó la víspera para recordarle ¡Cómo si fuera necesario! que mañana haría  un año y cinco meses que se conocían, también le dijo que tenía una sorpresa para ella y que la esperaba a las 10.00 de la mañana en el hotel Reffee, quinta planta, habitación 503, que se pusiera sexy y que  se dejara llevar…
Y ahí se encontraba Juliana, se había  puesto un conjunto de tanga y sujetador muy sugestivos y  no paraba, iba y venía por su cuarto, del ropero al espejo, del espejo al ropero; se ponía, se quitaba prendas, levantaba su pelo, lo dejaba caer libre, hacia mohines, de pronto al mirar sobre su cama sus ojos detallaron una enorme pila de ropa, se miró a sí misma, a medio vestir con unos pantalones ceñidos, una camisa abierta y no pudo menos que sonreír, parecía una quinceañera en su primera cita, o para ser más exactos, recordaba esta misma escena con ella como protagonista precisamente un año y cinco meses atrás, cuando tuvo su primera cita formal con Guadalupe, parecía mentira pero tanto tiempo después sentía el mismo hormigueo en su cuerpo, la misma anticipación por encontrarla, los mismos nervios y ansiedad. Claro que en este día se trataba de festejar los 17 meses de la relación… No era la primera vez, mucha agua había corrido bajo el puente, pero seguía deseando y amando a esa mujer como el primer día. Ese primer día en que la vio cruzando la calle, y sus miradas se encontraron, y algo en su interior le dijo que era “ella”, que desde ese momento su vida se encontraría indubitablemente unida a la de esa mujer…
Ahora pensaba que nueva locura le había preparado, pero en un hotel y pidiéndole que se pusiera sexy… ¡No tena mucho de sorpresivo! Retomó su quehacer, escogió un pantalón ancho, en lugar del ceñido que tenía puesto y una camisa vaporosa y salió al pasillo, su madre que la veía nerviosa,  cambiando de ropa y peinado le preguntó
-¿Qué pasa hoy? ¡Parece que tuvieras una cita importante!
-Sí mamá, así es ¿Cómo me veo?
-¿Cómo te vas a ver hija? ¡Guapísima! Como siempre.
-Bueno me tengo que dar prisa porque  no llego a la cita- Terminó de arreglarse, se despidió de su madre y ya andaba camino del hotel, mientras recorría las calles  vino a su mente  la  primera vez que hicieron el amor, fue algo eléctrico, violento, necesitado por ambas; la energía acumulada hasta ese momento estalló de mil formas, pasando de la ternura a la pasión, de la delicadeza a la búsqueda de satisfacer sin preámbulos el deseo.
Iba sonriendo al traer esos recuerdos a su mente, hoy seguro experimentaría algo parecido “hotel, sexy” sólo en eso pensaba. Sonó su móvil, introdujo la mano en el bolso y la foto de ella se reflejaba junto al tono de llamada…
-¡¡Hola amor!!
-¿Dónde estás? Te estoy esperando impaciente…
-Estoy llegando, estoy a tres cuadras.
-Date prisa amor
-Sí, ya estoy yo también deseando saber cuál es tu sorpresa
-Pues cuando llegues te muestro, dale, beso
-Beso Guada

Mientras en el hotel…
-¿Tú crees que le gustará esta sorpresa?
-Pues espero que si, nunca hablamos abiertamente de este tema, pero a la hora de experimentar, nunca puso excusas…
-No sé, Guadalupe, pero compartirte conmigo….
-Bueno Remedios, ¡Esperemos a ver que decide!
El ascensor paraba en la quinta planta, Juliana, salió y miró donde quedaba el cuarto 503, y allí estaba tocando a la puerta, esta se abrió dejando ver a  Guadalupe. Una sonrisa y un beso fue la bienvenida.
-Pasa
-¿Qué sorpresa tienes preparada?
Y mientras decía esas palabras sus ojos toparon con Remedios.
-¡Hey!  ¿Tú qué haces aquí? ¿De qué va esto?
Y mirando a Guadalupe esperaba una respuesta, mientras sus alarmas estaban ya en marcha, algo no le gustaba de todo eso ¿Qué hacía Remedios ahí? Una amiga del grupo que no tenía pareja pero que buscaba picar en todos los ramos.
-A ver Guadalupe… ¿Qué está pasando, qué hace Remedios en lo que se suponía es una sorpresa?
-De eso se trata amor de una sorpresa, hace tiempo que tengo en mente hacer un trío, y como Remedios es del grupo y no está nada mal, pensé te gustaría probar algo nuevo en nuestra vida íntima, para no caer en la monotonía, la rutina…
-¡¡Pero tú estás loca!! ¿Desde cuándo crees tú que a mí me gusta compartirte o compartirme?
Y diciendo esto ya estaba abriendo la puerta para marcharse. Remedios se había alejado un poco de ellas y esperaba algo inquieta, ella ya lo había pensado conociendo a Juliana.
-Espera, espera mujer, creía que mis sorpresas te gustaban ¿Qué ha cambiado? Podemos probar, si no te resulta agradable lo dejamos, por favor amor, es una experiencia nueva para descubrir nuestras limitaciones, nuestro comportamiento en el sexo, por favor Juliana, inténtalo ¿Sí?
Juliana no sabía qué hacer, su enojo, su desagrado en pensar ver como otra mujer tocaba a la persona que ella amaba, estaba fuera de contexto, pero tal vez Guadalupe tuviera razón, y la experiencia ayudara en algo.
Volvieron a entrar a la habitación, había algo de tirantez, el ambiente no era distendido, pero Juliana iba hacer todo lo posible para intentar adaptarse a la situación.
-Bueno- Empezó a hablar Guadalupe- Esto parece un poco tenso, ¡Relajémonos! se trata de disfrutar del momento. Lo primero que haremos si os parece bien será ir quitándonos la ropa prenda a prenda, cada una quitará una prenda a la otra. Empezará Juliana quitándome a mí una, luego yo se la quitaré a Remedios y tú a tu vez a Juliana, y después será a la inversa.
Con la primera prenda que se quitaron Juliana sintió como si se desnudara frente a un estadio lleno de gente, su corazón no experimentó ninguna sensación, aun dominaba en ella la incomodidad, volvió su mirada a Guadalupe, esperando quizás que detuviera aquello, pero sólo vio sus ojos verdes, esos que la enamoraban, alentándola a continuar…Con una lentitud que poco tenía que ver con la seducción y mucho con la inseguridad de lo que estaba haciendo desabrochó el sostén de Remedios, dejando caer la prenda al suelo…en poco tiempo las tres estuvieron totalmente desnudas, casi no se habían tocado, Guada tomó a Juliana por la cintura y la besó intensamente, ella respondía a ese beso, su cuerpo como siempre reaccionaba al contacto con la piel de su mujer, perdía noción de tiempo y espacio, intentaba dejarse llevar, sólo sentir… Guadalupe soltó una mano de la cintura de Juliana y tomó la mano de Remedios, la acercó a ellas y comenzó un juego de tres, que la propia invitada a la sorpresa se encargó de continuar, tenía las herramientas para hacerlo, no era nuevo para ella, colocándose en medio de las dos, alterno besos y roces entre ambas, poco a poco se fueron acercando a la gran cama que dominaba el escenario de la habitación, y arrodillada sobre ella comenzó un recorrido lento y sinuoso por el cuerpo de Guadalupe que respondía con algún gemido ahogado sin dejar de mirar a Juliana y acariciarla.
Sin saber cómo, esta dejó allí su cuerpo, parecía estar participando del ménage à trois que Guada había propuesto, sin embargo íntimamente sentía que en cualquier momento saldría huyendo, nunca se había considerado una persona excesivamente posesiva o celosa, pero su alma se desgarraba con cada caricia que Remedios le prodigaba a Guadalupe, le faltaba el aire, su pecho se estrujaba, al escuchar los gemidos de su novia, esos que ella conocía tan bien en la intimidad,  se vio a si misma gritando,  sacando de un brazo a esa intrusa y reclamando la exclusividad del cuerpo de su mujer, pero no hizo nada de eso, sólo se quedó allí, sin sentir, pero pareciéndolo… no hubieron demasiadas palabras, sólo como en un acuerdo tácito gozaron de los placeres del sexo sin hablar, cuando todo terminó, Guadalupe se quedó dormida, ella simuló estarlo y al rato, Remedios se levantó y se fue luego de cambiarse en silencio…
Juliana sintió lágrimas corriendo por sus mejillas, y se sorprendió por ello, pues si alguien le preguntaba cómo se sentía su respuesta hubiera sido justamente que no sentía nada, miró a Guadalupe dormir, realmente la había sorprendido, pero lo que más la sorprendía era ella misma, ¿Por qué seguía allí? ¿Por qué no se había marchado apenas vio a Remedios? ¿Cómo pudo ser capaz de seguir el juego propuesto por Guada? ¿Sólo porque la amaba? Recordó las discusiones que solían tener, la rabia a veces contenida, las ganas de dejar todo atrás y tener las fuerzas para seguir sin ella, pero era verla, sentir su mirada y olvidar todo el dolor, la bronca o lo que sea hubiera sentido… sus amigas decían que la tenia hechizada, que junto a ella  todo desaparecía, y era cierto, Guada no era especialmente cariñosa, ni demostrativa, pero cuando la sorprendía con una canción o le regalaba una frase ella sentía que se derretía, hasta esa noche, esos momentos siempre habían sido suficientes para que la elección de continuar no cediera. Pero en este momento sentía que había cruzado un límite, que no quería seguir así, que acababa de ceder su esencia…
 Ahora en esa habitación de hotel que se le antojaba fría, gris, se sentía totalmente vacía, miraba a Guada descansar y no la reconocía, pero lo que es más extraño no podía reconocerse a sí misma, no comprendía, como fue capaz de no reaccionar… sentía su pecho oprimido, rememoraba en su corazón cada momento vivido… ver a Remedios acariciar a su mujer, recorrer con sus manos cada poro de su piel, tomando posesión de lo que ella sentía sus dominios, ver como esas manos desconocidas y hábiles conseguían que el cuerpo de Guada reaccionara, lejos de excitarse comprendía ahora que no fue capaz de gozar, que aunque muchas veces antes de conocer a Guada había tenido sexo sin amar, ahora no podía. Fue incapaz de sentir algo que no fuera asco, y sin embargo no se fue, bebió hasta la última gota del trago propuesto por su mujer, quizás con la esperanza que ella detuviera aquello, pero eso no sucedió, la escuchó gemir de gozo, y se quedó sin aire, no fueron celos, slo fue el más puro y genuino dolor, sentir que otra piel podía estremecerla, saciar su necesidad de… ¿De qué? Porque Juliana creía que lo tenían todo, pero su castillo de ilusiones había caído ante la topadora de la realidad, la mujer que estaba segura de amar, no solamente podía acariciar y ser acariciada por otro cuerpo, sino que disfrutaba al ver que otra mujer la poseía a ella…
“A mí me ama, esto es sólo un juego sexual”, trataba de encontrar en su cabeza justificativo, se repetía que muchas parejas hacían de esto una costumbre cotidiana, y seguían por la vida tan enamorados, capaces de separar “tener sexo” de “hacer el amor”, pero ella no era así, por primera vez en su vida entendió la frase “sentir una opresión en el pecho”, sentir que el aire no era capaz de llegar a sus pulmones, en el instante en que Guada fue capaz de guiar a Remedios enseñándole los puntos más sensibles de su cuerpo se sintió violentada, sintió que estaban desnudando su alma, sus “secretos aprehendidos” en noches de mirarse y reconocerse, porque al hacer el amor con Guada nunca fue su cuerpo el que lo hizo, este sólo era el vehículo de su amor… y ahora no quedaba nada, todo había sido expuesto en una noche de lujuria que ella erróneamente aceptó… Porque no podía poner todo el peso de lo sucedido en Guadalupe, ella, presionada o no, coaccionada por sus sentimientos o no, había aceptado, y era ella, Juliana quien debía tomar una decisión ahora…
Volteó una vez más hacia la mujer que creyó amar, quizás lo hiciera aun, pero algo dentro de ella había estallado en añicos, ya no se podía recomponer, ya no había vuelta atrás…
En algo su mujer no se había equivocado, la experiencia cambiaria sus vidas para siempre…
Se levantó despacio, se vistió lento, y sin dejar de mirarla por última vez salió de la habitación  503, sin volver la vista atrás, ya en la calle, aspiró una bocanada de aire fresco y mirando hacia adelante cerró con fuerza la puerta de ese pasado, que ya no se le antojaba era “el amor…” 


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2 comentarios:

  1. Muy buena historia y me parece por lo menos yo no compartiria con nadie a la persona que Amo y mi pareja me haga esa propuesta es por no me ama y se abirrio de mi besos ARGENTINA

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  2. Muy buena historia y me parece por lo menos yo no compartiria con nadie a la persona que Amo y mi pareja me haga esa propuesta es por no me ama y se abirrio de mi besos ARGENTINA

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