Capítulo 6
La alarma de mi móvil sonó y abrí poco a poco mis ojos, me sentía muy
cansada, apenas habíamos dormido y, sobretodo, me sentía gratamente dolorida.
Un recuerdo de todo lo que habíamos hecho vino a mi memoria y una gran sonrisa
apareció en mi rostro, miré hacia a un lado y me encontré a Carlota y abrazada
a ella estaba Claudia. Besé los labios de Carlota, sabía que le encantaba
despertarse así.
-
Buenos días- se
frotó sus ojos- estoy destrozada, ¿Qué hora es?
-
Las siete.
-
¿Qué? ¿Y a dónde
vas tan pronto?
-
Me tengo que ir
preparando para ir al trabajo- me puse encima de ella y despertamos a Claudia,
ella la besaba y yo le acariciaba la cara.
-
Hola preciosa- le
dijo Carlota- ¿Cómo has dormido?
-
Bien- sus ojos se
cerraban solos- aunque necesito unas horas más.
-
Yo me tengo que ir
para la ducha, os podéis quedar en mi piso todo el tiempo que queráis, no hace
falta que os vayáis, estáis en vuestra casa- Carlota me sonrió. Besé los labios
de las dos y me fui para la ducha.
Estaba de muy buen humor, la sonrisa no se iba de mi rostro. Un cuarto
de hora después salí del baño ya preparada. Me puse una falda de tubo de talle
alto marrón oscuro, una camisa blanca metida por dentro de esta y unos tacones del mismo color que la falda, me
hice un moño alto y me maquillé levemente. Cuando salí del baño ellas seguían
como las había dejado, Claudia se había vuelto a dormir. Fui a la cocina,
preparé café para las tres y fui a la cama para tomármelo con ellas antes de
salir. Estuvimos hablando un rato, lo de anoche nos había encantado a las tres,
ni en un millón de años hubiese imaginado hacer eso y más con mujeres tan
fantásticas, son maravillosas. Me
despedí y me fui en autobús para el trabajo.
ALEJANDRA
El fin de semana lo pasé con mi pequeño y con mi madre, decidí que, por
ahora, dedicaría mi vida a mis estudios, mi trabajo y mi hijo, por ahora no
habría sitio para nada o nadie mas.
Iba en el bus, otro lunes más, hacia la facultad. Rezaba por no tener
que ver mucho al hijo de puta de Antonio, solo la idea de verlo me ponía
enferma. Me coloqué mis auriculares y encendí mi ipod, la música me serviría
para olvidar por un rato el dolor que aún sentía. El autobús paró y un grupo de
gente se montó y entre ellos se encontraba Abi, al verla un cúmulo de emociones
surgió, estaba confusa, sentía gratitud por haberme ayudado, rencor por cómo me
trató, vergüenza por cómo me comporté con ella en el pasado y algunos
sentimientos que no sabía cómo definirlos. Ese día, Abigail estaba radiante,
sonreía como nunca la había visto sonreír, la
verdad es que tenía una sonrisa preciosa, además la ropa que había elegido
hoy la hacía parecer, no sé, ¿más atractiva? Que tontería Ale, tampoco es para tanto…
Ella ni siquiera se dio cuenta de que estaba allí, estaba muy
concentrada mirando su ipad y su sonrisa no desaparecía…
Llegamos al campus y nos bajamos y, media hora después, una muy
contenta Abi nos estaba dando clases. El día se pasó relativamente rápido y por
suerte no vi al desgraciado de su becario. Le conté a Carolina lo sucedido con
Antonio, aunque la parte en la que me desperté en el piso de nuestra profesora
me lo ahorré. Ella me pidió perdón por haberme dejado sola y yo le dije que no
tenía por qué dármelas que fue un asunto de fuerza mayor.
Al terminar las clases, cogí el bus que me llevaba a la cafetería
preparada para otra agotadora jornada de trabajo.
ABIGAIL
Aquel día no me molestó nada, ni siquiera que Antonio no fuera a
trabajar, aunque obviamente lo tendría en cuenta. En el cambio de clase me
crucé con Santi. Al ver mi gran sonrisa se extrañó.
-
Hola latin lover-
le golpeé el brazo- ¿me vas a contar qué pasó en tu fin de semana para que
tengas esa gran sonrisa? No sé de ti desde el viernes ¿qué pasó con la
camarera?
-
¿El viernes? Nada.
-
Venga tía, no me lo
creo.
-
Pasó algo el
sábado, bueno y también el domingo, aunque…
-
Cuenta mujer,
cuenta.
-
Sabes que una señorita
nunca cuenta esas cosas…- me puso cara de cachorrito, él sabía perfectamente
que con esa cara podía conseguir cualquier cosa- solo te diré que me he
despertado esta mañana al lado de dos bellezas.
-
¿Queeé? ¡¡Noo!!-
Hizo que todo el mundo nos mirara- Me estás insinuando que…- se quedó mirando
con sonrisa pícara y un tanto incrédula.
-
Que tengas un buen
día Santi- Emprendí de nuevo mi camino hacía el despacho dejando a Santiago con
una sonrisa difícil de describir.
-
Eres mi ídolo, lo
sabías- me dijo cuando me estaba alejando. Yo solo me reí. Él sería la única
persona que sabría aquello, bueno, él y Esther, seguro que nada mas llegar a casa se lo cuenta, ya estoy imaginando su
discursito de que tengo que sentar la cabeza de una vez, pero es que no lo
puedo remediar, me encantan las mujeres, las adoro y adoro tener sexo con
ellas. No creo que sea una persona de una sola persona.
Cuando terminé mi jornada de trabajo me fui directa a casa. Al entrar
pregunté si había alguien y Carlota salió de la cocina, me dijo que acababa de
llegar del trabajo y quería darme una sorpresa trayendo la cena, también me
indicó que Claudia llegaría en media hora ya que estaba en clase. No sé a dónde llegará esta “relación” pero,
hasta saberlo, disfrutaré al máximo de ella.
ALEJANDRA
Las semanas transcurrieron con normalidad. Veía a Antonio de vez en
cuando, pero lo ignoraba completamente, al principio notaba que me miraba, pero
ya luego fue como si nada, como si no hubiese pasado nada entre nosotros. Mi
relación con Víctor fue a mejor, aunque no nos viésemos mucho rato, todo
momento que pasaba con él lo colmaba de cariño y todas las sonrisas que él me
brindaba de vuelta hacía que mereciese la pena todo el esfuerzo y el cansancio,
era tan cariñoso, y no sé, últimamente estaba radiante, feliz, no paraba de
hablar de sus nuevos amigos del colegio y sobre todo de una de ellas, decía que
le gustaba mucho y que algún día le preguntaría que si quería ser su novia. Cada
día estaba mas agradecía de tenerlo en mi vida, era mi hijo, mi sol, el hombre
de mi vida.
Habían pasado mas de dos meses del fin de mi historia con Antonio y yo
ya estaba muy segura de que no sentía absolutamente nada, bueno, puede que un poco de desprecio, pero ningún tipo de sentimiento
afectuoso hacia él.
Iba con mi madre y Víctor en el bus, hoy sería un día muy ajetreado:
tenía que acompañar a mi madre a una cita medica para que le revisaran un
problema cardiaco, ella no era muy mayor aún, pero, después de lo de mi padre
tuvo algunos problemas y tiene que ir a revisión cada seis meses y, para colmo,
Víctor se rompió la gafas jugando con sus amigos ayer en el parque, tendríamos
que ir al oftalmólogo, también aprovecharíamos que mi madre tenía el día libre
para hacer otros recados, no llegaría a ninguna clase, todo esto me había
pasado en el peor día posible: hoy Abi nos iba a hacer un pequeño test que
contaba para nota y yo llevaba casi dos semanas estudiando pero, para mi mala
suerte, a mi madre le adelantaron dos días la cita y Víctor tuvo la mala suerte
de que un balón rompiese sus gafas. Así que allí estábamos los tres montados en
el bus rumbo al hospital, era el mismo bus que siempre cogía para ir a clase,
solo que nos teníamos que bajar dos paradas antes. Mi madre iba sentada en uno
de los asientos y Victor y yo íbamos de pie, mi peque iba abrazado a mí y yo le
acariciaba su pelo castaño, me encantaba que no le diese vergüenza ir abrazado
de su madre. Como todos los días, cada vez que se paraba el bus, un gran golpe
de gente se subía en el, hoy iba bastante lleno. No sé cuando se subió, pero vi
que Abigail estaba en el bus, estaba sentada más adelante mirando muy
concentrada su ipad. Cuando entró mas gente al autobús vi como se levantó para cederle
a una señora mayor su asiento y se acercaba a donde estábamos nosotros ya que
había mucho mas sitio, me puse un poco nerviosa, ya estaba acostumbrada a que
nos cruzáramos en el bus, ella algunas veces me saludaba escuetamente y otras
veces iba tan concentrada que ni siquiera se daba cuenta de que estaba allí,
pero esa vez al ir con mi familia no sabía como reaccionar, si ignorarla, si saludarla, no sé.
Estaba pensando en ello cuando pasó algo que me dejó totalmente petrificada.
-
¡¡Abi!!- Gritó mi
hijo separándose de mi y yendo hacía ella. Ella levantó su vista extrañada y al
verlo acercarse esbozó una gran sonrisa…
¿Pero qué coño?
-
Ey renacuajo- le
chocó la mano- ¿Qué haces aquí? ¿Hoy no vas al cole?
-
Mira- se señalo las
gafas pegadas con cinta adhesiva- ayer en el parque jugando con la pelota- Abi negó
con la cabeza.
-
Estás hecho un
trasto.
-
Voy con mi mama y
mi abu al hospital, ven- sin dejarla decir nada cogió su mano y las acercó a
nosotras, pude ver su sorpresa por un segundo, pero enseguida su cara volvió a
su estado normal, yo seguía flipando- Mira Abi, ella es mi Abu, se llama Victoria
y ella mi mamá, se llama Alejandra.
-
Mucho gusto
Victoria, soy Abigail, soy…- mi pequeño
estaba muy ansioso y la cortó.
-
Ella es mi amiga
del parque abu, la que me defendió de los niños que se metían conmigo- ¿Qué? ¿Cuando pasó eso? ¿Qué niños? Vi
como Abi acarició el pelo de Víctor para que se calmara un poco y le dio dos
besos a mi madre.
-
¿Qué tal
Alejandra?- me dijo sin apenas mirarme.
-
Tú eres Abigail
Montenegro- me sorprendió que mi madre la recordase, ella con una media sonrisa
asintió- tú estabas con Ale en la escuela.
-
Así es señora.
-
Oh dios mío, el
mundo es un pañuelo, ¿qué te trae por la ciudad? Oí que tu padre vivía en Barcelona. Y por
favor, no me hables de usted, todos los amigos de mi nieto son amigos míos.
-
Vale, Victoria, sí,
mi padre no vive aquí, pero yo llevo viviendo en la ciudad desde que salí del
instituto, trabajo en la universidad. Me acaba de decir su nieto que vais al
hospital, ¿se encuentra bien?- la miró con cara de regañarle, ya que la había
vuelto a tratar de usted, mi madre se sentía aún muy joven para que la hablaran
de usted y siempre recriminaba al que lo hacía.
-
Si, no es nada,
solo una antigua dolencia que necesita revisión, solo es eso.
-
¿Tú estuviste en el
cole con mi mamá?- dijo Víctor con los ojos muy abiertos y con una sonrisa que
no la cabía en la cara.
-
Sí renacuajo,
cuando era incluso más pequeñaja que tú- la cara de mi hijo era de total
felicidad, si él supiera…
-
Y ahora es mi
profesora, cariño- la verdad, no sabía por qué dije eso, no se lo había contado
ni siquiera a mi madre. Abi me miró con una expresión que no supe descifrar y
los ojos de mi peque se iban a salir de sus órbitas.
-
¿En serio? ¡Que
guay Abi!- de repente puso una cara que conocía muy bien, me iba a pedir algo-
Mami, si ya conoces a mi amiga me podrías dejar ir a su casa a jugar a sus
videojuegos- me miró con ojos de corderito.
-
Cariño, primero le
tendrías que pedir a ella si quiere jugar contigo, ella es una mujer muy
ocupada-¿qué? ¿Videojuegos? Es imposible
que ella…
-
Claro que quiero, llevamos meses hablando de
videojuegos, tendré que ver de lo que es capaz este chulito, no para de fardar
de lo bueno que es- empezó a hacerle cosquillas en la barriga y él la imitó.
-
Es verdad, soy él
mejor.
-
Eso habrá que verlo.
-
Cariño, si quieres,
en vez de ir el miércoles al parque, podemos quedar con Abigail, si ella puede
claro- le dijo mi madre.
-
Me parece bien, no
tengo nada que hacer.
-
Bien, será genial,
llevaré mis juegos para que los veas y jugaremos a las carreras de coches y al fútbol.
-
Está bien
renacuajo- se chocaron las manos.
Como ya nos teníamos que bajar del autobús, Abigail le dio la
dirección de su casa a mi madre y acordaron la hora. Nos despedimos de ella y
bajamos del autobús. Víctor iba delante nuestra pegando saltitos de felicidad y
yo aún estaba intentando procesar todo lo ocurrido en el bus.
-
Cariño, ¿Cuándo
pensabas decirme que tenías como profesora a Abigail?- La verdad es que yo
tampoco sabía por qué no se lo había dicho… aunque ahora que lo pensaba con
detenimiento podría ser porque me daba vergüenza, ella había triunfado en la
vida, tenía una bonita casa y seguro que un buen sueldo con el que vivir sin
problemas y yo, yo acaba de empezar la carrera y apenas llegábamos a fin de mes…
-
¿Y tú cuándo me
ibas a decir que a mi hijo le estaban haciendo bullying?- no usé la pregunta
para evadir el tema sino porque era un tema que era mucho más importante. Ella abrió
los ojos al verse atrapada y se zafó como pudo.
-
¡Víctor! No te
alejes tanto- Aceleró el paso para ir con nuestro peque y así no contestarme.
-
Si, huye, pero esto
lo hablaremos luego en casa- la verdad es que me había preocupado bastante, al
escuchar a Víctor decir que se metían con él todo cuadró en mi cerebro, todos
los días que lo había visto cabizbajo y distraído, todos esos días habían sido
porque se metían con él y yo, su madre, no había estado para protegerlo. Me
sentía fatal por ello, tenía un leve dolor en el pecho que, aún sabiendo que ya
ese tema estaba solucionado, no se iba.
Decidí no pensar en aquello por ahora y centrar mi mente en todo lo
que tenía que hacer aquella mañana.
ABIGAIL
Después de ese fin de semana, las chicas y yo quedamos en vernos
cuando pudiéramos las tres, generalmente, los domingos ya que Carlota estaba
centrada en una cuenta que le traería grandes beneficios a su empresa y a ella
un ascenso y Claudia trabajaba en el
local el resto de noches de la semana salvo los sábados y los domingos. Así que
comenzamos con una rutina en la que nos veíamos los domingos y descargábamos
todas las tensiones de la semana. Y así fueron pasando las semanas poco apoco…
Era un lunes como otro cualquiera, estaba montada en el bus centrada
en mi ipad cuando vi que una mujer mayor iba de pie, yo obviamente guardé mi
ipad, me levanté, le cedí a la señora el asiento y me fui para el centro del
autobús donde había menos gente. Estaba inmersa en mis pensamientos cuando
escuché una vocecilla que conocía ya bastante bien. Él chico que veía todas las
semanas en el parque estaba ahí y cual fue mi sorpresa cuando me acercó para
presentarme a su madre y a su abuela y vi que era Alejandra. Esto no me puede estar pasando, pensé en
ese momento, pero enseguida intente recobrar la compostura haciendo como que no
me importaba pero en realidad estaba flipando en colores. Me presentó a su
abuela y a su madre y yo saludé a ambas. Me sorprendió que Victoria me
recordase, en el colegio si la veía más seguido pero en el instituto apenas la
vi un par de veces. Aún recuerdo como, en el colegio, las amiguitas de
Alejandra y ella disimulaban cuando sus madres venían a por ellas y las hacían
creer que era su amiga cuando las hijas del demonio me odiaban a rabiar.
Hablé un poco con ellas y decidimos que el pequeño viniese a casa el
miércoles a las cuatro para jugar un rato conmigo, la verdad era que me había
hecho ilusión, aun siendo hijo de quién era, me seguía cayendo genial aquel
chaval, él no tenía culpa de que le
hubiese tocado esa madre… Se despidieron y bajaron del autobús y yo seguí
mi camino tratando de asimilar la nueva información. Tiene un hijo de casi nueve años…cuando me dijo aquel día que tenía un
hijo yo pensé que sería un bebé y no un niño tan grande…pero si el chico tiene
esa edad…ella se quedó embarazada en ese último año de instituto…
Seguí todo el trayecto que quedaba dándole vueltas al asunto y al fin
llegué a la facultad, pasé por mi despacho a recoger algunas cosas y me fui a
mi primera clase, la clase de Alejandra. Los chicos ya estaban sentados en modo
examen, dejando entre ellos dos asientos de separación y a mí en ese momento se
me pasó algo por la cabeza, Abigail no lo
hagas, no vale la pena, no, no, ¡¡no!! Porque ella no pierda un punto de la
nota no tienes que alterar tu plan académico…
-
Buenos días chicos,
os tengo que pedir disculpas, he tenido algunos problemas con el ordenador del
despacho y no he podido imprimir los exámenes de hoy, pero no os preocupéis
mañana sin falta haréis el examen- Genial
Abi, GENIAL, ¿se puede saber cuándo coño me harás caso a mi, tu cerebro, y no a
tu estúpido corazón? Lo escuchas en momentos muy poco adecuados… Era
mentira, llevaba los test en el maletín, los tenía ahí desde el viernes.
Algunos chicos se alegraron y otros no tanto pero nadie se atrevió a decirme
nada, gracias a dios, y yo me sentí, en
cuanto lo dije, muy estúpida.
Di la clase que tenía pensado dar al día siguiente, al igual que en la
otra clase que tuve para si ir a la par en las dos clases.
ALEJANDRA
Víctor iba muy feliz con sus gafas nuevas. Ya habíamos hecho todos los
recados pendientes y lo último que hicimos fue llegar a la óptica. Creía que no
nos iba a dar tiempo a todo así que después de la revisión del médico y de
saber que todo estaba bien, los tres fuimos a toda prisa para que nos diera
tiempo a todo. No habíamos tenido ni un respiro y al fin podíamos tenerlo.
Decidimos sentarnos en una terraza para tomarnos algo y relajarnos.
Estábamos pidiendo cuando recordé que no había mirado mi móvil en toda
la mañana. Lo saqué de mi bolsillo y casi se me salen los ojos al leer un mensaje
de Carolina diciéndome que Abi no había hecho el examen y no sé por qué pero
decidí ir a verla. Dejé a Víctor y a mi madre en la cafetería y cogí el primer
bus que llegaba al campus. Sabía que dentro de media hora tenía una hora de tutorías
así que aprovecharía.
Cuando estaba delante de su puerta mi cerebro reaccionó. Ale, ¿eres tonta? ¿Acaso crees que no ha
hecho el examen por ti? Pensé en irme pero ya era demasiado tarde, ya había
tocado la puerta y, unos segundos después, ella la abrió. Se extrañó bastante
al verme.
-
Hola Abigail.
-
Hola Alejandra,
pasa- entré a su despacho, dentro estaban sus dos becarios sentados en unos
pequeños escritorios y ella se sentó en la gran mesa del centro- dime, ¿en qué
te puedo ayudar?
-
Pues…- no quería
hablar con el idiota de Antonio allí- me gustaría que hablásemos a solas- ella me
miró extrañada y muy seria, después de pensárselo unos minutos. Se dirigió a
sus ayudantes.
-
Silvia, Antonio,
llevad a José estos informes para que los apruebe y los firme, por favor- los
dos se levantaron e hicieron lo ordenado, pude notar como Antonio se fue a
regañadientes- ¿y bien?- Si, Alejandra,
¿ahora qué?
-
Si…em…yo…yo…esto-
ella, como si nada, desvió su vista de los papeles que estaba mirando y me miró
seriamente.
-
El tiempo es oro,
Alejandra- Qué “simpática”, como si no
estuviera ya lo suficientemente nerviosa.
-
Solo te quería dar
las gracias por lo de Víctor, con las clases y el trabajo… no tenía ni idea de
que se estaban metiendo con él…gracias, de verdad- mi boca comenzó a decir todo
eso sin que mi cerebro pudiera reaccionar, no era para lo que había venido
pero, la verdad, se merecía toda mi gratitud por ello. Su cara ante mis
palabras no se inmutó, no pude ver ningún tipo de sentimiento reflejado en ella.
-
Esto no es
necesario- apenas me miró- solo hice lo que debía hacer ante esa situación.
-
También te quería
dar las gracias por no haber hecho el examen, había estudiado mucho y a mi
madre le cambiaron la cita y después Víctor …ya sabes- al fin levantó la cabeza
de los papeles y me miró, su mirada, tan intensa y penetrante, hizo que
recorriese un escalofrío por todo mi cuerpo.
-
No lo he hecho por
ti, Alejandra- su voz era seca y cortante- obviamente no tengo por qué darte
explicaciones de por qué no lo he hecho hoy, pero no ha sido por ti…y en cuanto
a lo de tu hijo, no soy madre, pero, me voy a tomar la licencia de darte un
consejo: preocúpate mas por él y no dejes que unos niños hijos de puta le
amarguen la existencia y lo marquen para toda la vida, deberías preocuparte mas
por él y no por un estúpido examen- sabía perfectamente por qué me estaba
diciendo eso, en esos momentos me sentí como una mierda, deseando que la tierra
se abriese sobre mis pies y me tragase…- y si no tienes alguna duda sobre la
asignatura, te pediría que me dejases trabajar, estoy muy ocupada- volvió a
fijar su vista en los documentos.
-
Lo…lo siento…yo,
será mejor que…que me vaya- no era capaz de mirarla de nuevo a la cara-adiós,
Abigail.
-
Adiós Alejandra.
Salí del despacho rápidamente. Me sentía fatal, sentía vergüenza: ¿cómo
había creído que lo había hecho por mi?, tristeza: me arrepentía de lo ocurrido
en el pasado y sobre todo sentía rabia: ¿quién era ella para decirme cómo tenía
que cuidar a mi hijo? No sé cómo se ha atrevido a cuestionar mi labor como
madre, ella no sabía como cuidaba yo de mi hijo para hablarme así, además me
había tratado con superioridad, será
idiota.
Me fui para casa, tenía tiempo de comer con mi familia antes de ir al
trabajo. Un rato con el hombre de mi vida
me hará olvidar este mal trago.
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Maravillosa historia. Congratulations!!!!
ResponderEliminarCada vez mejor la historia besos espero.pronto el proximo capitulo
ResponderEliminarDicen que del odio al amor hay un paso, la historia toma impulso ahora que todas las cartas están sobre la mesa. Muy buena historia, falta mucho para que comiencen a atraerse. Muy bien.
ResponderEliminarAbi todavía le duele todo lo que le hicieron en el pasado, pero no tiene el corazón tan duró para lastimar a nadie, y Alejandra esta recibiendo de su propia medicina, aunque suene duro es así, aunque la vida de ella no ha sido facil. Ojla pronto abi deje de ser tan dura creo que Alejandra a tenido mas que suficiente. Creo que el niño va hacer que esta dos tengan mas cercanía y también que no se hagan tanto daño una a la otra. Saludos desde venezuela estado cojedes.felicidades una gran motivacion cada dia.
ResponderEliminarHola primero que nada saludos a la autora y al blog de la teta feliz. La historia me engancho en el segundo capitulo y en estos últimos gratamente me ha sorprendido la forma en que los personajes se van entrelazando, sin mencionar el trío XD gracias....
ResponderEliminarMe encanta la historia Xiion, y me encanta Abi!! Me gusta q la cosa vaya avanzando un poco entre ellas, seguro q Ale se arrepiente de verdad de lo q hizo en el instituto. Carmen
ResponderEliminarGracias a todas las que habeis comentado hasta ahora. Me alegra que les guste. Vuestros comentarios me animan a seguir escribiendo. Un saludo para todas las que leeis y un besito para las que comentais :p
ResponderEliminarMe gusta cómo va avanzando la historia y me encanta encontrarme los capítulos con continuidad. Cada día abro la página esperando leer el siguiente. Felicidades por mantener la historia tan interesante
ResponderEliminarMe encanta como va la historia , me tiene intrigada y enganchada de esta historia logras q este esperando el próximo capitulo, y de saber como se va a comportar con Alejandra sabiendo quien es el hijo
ResponderEliminarM.S(galicia)
Es una historia muy interesante creo que Victor será un factor muy importante en esta historia el será el hará que Alejandra y Abigail se acerquen mas y dejen a tras ese pasado que hoy le esta pasando la cuenta a Alejandra de a poco me he ido metiendo en la historia un saludo desde Chile
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