Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

Las lecciones del destino - Xiion - 6

Capítulo 6

La alarma de mi móvil sonó y abrí poco a poco mis ojos, me sentía muy cansada, apenas habíamos dormido y, sobretodo, me sentía gratamente dolorida. Un recuerdo de todo lo que habíamos hecho vino a mi memoria y una gran sonrisa apareció en mi rostro, miré hacia a un lado y me encontré a Carlota y abrazada a ella estaba Claudia. Besé los labios de Carlota, sabía que le encantaba despertarse así.

-       Buenos días- se frotó sus ojos- estoy destrozada, ¿Qué hora es?
-       Las siete.
-       ¿Qué? ¿Y a dónde vas tan pronto?
-       Me tengo que ir preparando para ir al trabajo- me puse encima de ella y despertamos a Claudia, ella la besaba y yo le acariciaba la cara.
-       Hola preciosa- le dijo Carlota- ¿Cómo has dormido?
-       Bien- sus ojos se cerraban solos- aunque necesito unas horas más.
-       Yo me tengo que ir para la ducha, os podéis quedar en mi piso todo el tiempo que queráis, no hace falta que os vayáis, estáis en vuestra casa- Carlota me sonrió. Besé los labios de las dos y me fui para la ducha.
Estaba de muy buen humor, la sonrisa no se iba de mi rostro. Un cuarto de hora después salí del baño ya preparada. Me puse una falda de tubo de talle alto marrón oscuro, una camisa blanca metida por dentro de esta y  unos tacones del mismo color que la falda, me hice un moño alto y me maquillé levemente. Cuando salí del baño ellas seguían como las había dejado, Claudia se había vuelto a dormir. Fui a la cocina, preparé café para las tres y fui a la cama para tomármelo con ellas antes de salir. Estuvimos hablando un rato, lo de anoche nos había encantado a las tres, ni en un millón de años hubiese imaginado hacer eso y más con mujeres tan fantásticas, son maravillosas. Me despedí y me fui en autobús para el trabajo.


ALEJANDRA
El fin de semana lo pasé con mi pequeño y con mi madre, decidí que, por ahora, dedicaría mi vida a mis estudios, mi trabajo y mi hijo, por ahora no habría sitio para nada o nadie mas.
Iba en el bus, otro lunes más, hacia la facultad. Rezaba por no tener que ver mucho al hijo de puta de Antonio, solo la idea de verlo me ponía enferma. Me coloqué mis auriculares y encendí mi ipod, la música me serviría para olvidar por un rato el dolor que aún sentía. El autobús paró y un grupo de gente se montó y entre ellos se encontraba Abi, al verla un cúmulo de emociones surgió, estaba confusa, sentía gratitud por haberme ayudado, rencor por cómo me trató, vergüenza por cómo me comporté con ella en el pasado y algunos sentimientos que no sabía cómo definirlos. Ese día, Abigail estaba radiante, sonreía como nunca la había visto sonreír, la verdad es que tenía una sonrisa preciosa, además la ropa que había elegido hoy la hacía parecer, no sé, ¿más atractiva? Que tontería Ale, tampoco es para tanto…
Ella ni siquiera se dio cuenta de que estaba allí, estaba muy concentrada mirando su ipad y su sonrisa no desaparecía…
Llegamos al campus y nos bajamos y, media hora después, una muy contenta Abi nos estaba dando clases. El día se pasó relativamente rápido y por suerte no vi al desgraciado de su becario. Le conté a Carolina lo sucedido con Antonio, aunque la parte en la que me desperté en el piso de nuestra profesora me lo ahorré. Ella me pidió perdón por haberme dejado sola y yo le dije que no tenía por qué dármelas que fue un asunto de fuerza mayor.
Al terminar las clases, cogí el bus que me llevaba a la cafetería preparada para otra agotadora jornada de trabajo.


ABIGAIL
Aquel día no me molestó nada, ni siquiera que Antonio no fuera a trabajar, aunque obviamente lo tendría en cuenta. En el cambio de clase me crucé con Santi. Al ver mi gran sonrisa se extrañó.
-       Hola latin lover- le golpeé el brazo- ¿me vas a contar qué pasó en tu fin de semana para que tengas esa gran sonrisa? No sé de ti desde el viernes ¿qué pasó con la camarera?
-       ¿El viernes? Nada.
-       Venga tía, no me lo creo.
-       Pasó algo el sábado, bueno y también el domingo, aunque…
-       Cuenta mujer, cuenta.
-       Sabes que una señorita nunca cuenta esas cosas…- me puso cara de cachorrito, él sabía perfectamente que con esa cara podía conseguir cualquier cosa- solo te diré que me he despertado esta mañana al lado de dos bellezas.
-       ¿Queeé? ¡¡Noo!!- Hizo que todo el mundo nos mirara- Me estás insinuando que…- se quedó mirando con sonrisa pícara y un tanto incrédula.
-       Que tengas un buen día Santi- Emprendí de nuevo mi camino hacía el despacho dejando a Santiago con una sonrisa difícil de describir.
-       Eres mi ídolo, lo sabías- me dijo cuando me estaba alejando. Yo solo me reí. Él sería la única persona que sabría aquello, bueno, él y Esther, seguro que nada mas llegar a casa se lo cuenta, ya estoy imaginando su discursito de que tengo que sentar la cabeza de una vez, pero es que no lo puedo remediar, me encantan las mujeres, las adoro y adoro tener sexo con ellas. No creo que sea una persona de una sola persona.

Cuando terminé mi jornada de trabajo me fui directa a casa. Al entrar pregunté si había alguien y Carlota salió de la cocina, me dijo que acababa de llegar del trabajo y quería darme una sorpresa trayendo la cena, también me indicó que Claudia llegaría en media hora ya que estaba en clase. No sé a dónde llegará esta “relación” pero, hasta saberlo, disfrutaré al máximo de ella.


ALEJANDRA
Las semanas transcurrieron con normalidad. Veía a Antonio de vez en cuando, pero lo ignoraba completamente, al principio notaba que me miraba, pero ya luego fue como si nada, como si no hubiese pasado nada entre nosotros. Mi relación con Víctor fue a mejor, aunque no nos viésemos mucho rato, todo momento que pasaba con él lo colmaba de cariño y todas las sonrisas que él me brindaba de vuelta hacía que mereciese la pena todo el esfuerzo y el cansancio, era tan cariñoso, y no sé, últimamente estaba radiante, feliz, no paraba de hablar de sus nuevos amigos del colegio y sobre todo de una de ellas, decía que le gustaba mucho y que algún día le preguntaría que si quería ser su novia. Cada día estaba mas agradecía de tenerlo en mi vida, era mi hijo, mi sol, el hombre de mi vida.
Habían pasado mas de dos meses del fin de mi historia con Antonio y yo ya estaba muy segura de que no sentía absolutamente nada, bueno, puede que un poco de desprecio, pero ningún tipo de sentimiento afectuoso hacia él.
Iba con mi madre y Víctor en el bus, hoy sería un día muy ajetreado: tenía que acompañar a mi madre a una cita medica para que le revisaran un problema cardiaco, ella no era muy mayor aún, pero, después de lo de mi padre tuvo algunos problemas y tiene que ir a revisión cada seis meses y, para colmo, Víctor se rompió la gafas jugando con sus amigos ayer en el parque, tendríamos que ir al oftalmólogo, también aprovecharíamos que mi madre tenía el día libre para hacer otros recados, no llegaría a ninguna clase, todo esto me había pasado en el peor día posible: hoy Abi nos iba a hacer un pequeño test que contaba para nota y yo llevaba casi dos semanas estudiando pero, para mi mala suerte, a mi madre le adelantaron dos días la cita y Víctor tuvo la mala suerte de que un balón rompiese sus gafas. Así que allí estábamos los tres montados en el bus rumbo al hospital, era el mismo bus que siempre cogía para ir a clase, solo que nos teníamos que bajar dos paradas antes. Mi madre iba sentada en uno de los asientos y Victor y yo íbamos de pie, mi peque iba abrazado a mí y yo le acariciaba su pelo castaño, me encantaba que no le diese vergüenza ir abrazado de su madre. Como todos los días, cada vez que se paraba el bus, un gran golpe de gente se subía en el, hoy iba bastante lleno. No sé cuando se subió, pero vi que Abigail estaba en el bus, estaba sentada más adelante mirando muy concentrada su ipad. Cuando entró mas gente al autobús vi como se levantó para cederle a una señora mayor su asiento y se acercaba a donde estábamos nosotros ya que había mucho mas sitio, me puse un poco nerviosa, ya estaba acostumbrada a que nos cruzáramos en el bus, ella algunas veces me saludaba escuetamente y otras veces iba tan concentrada que ni siquiera se daba cuenta de que estaba allí, pero esa vez al ir con mi familia no sabía como reaccionar, si ignorarla, si saludarla, no sé. Estaba pensando en ello cuando pasó algo que me dejó totalmente petrificada.
-       ¡¡Abi!!- Gritó mi hijo separándose de mi y yendo hacía ella. Ella levantó su vista extrañada y al verlo acercarse esbozó una gran sonrisa… ¿Pero qué coño?
-       Ey renacuajo- le chocó la mano- ¿Qué haces aquí? ¿Hoy no vas al cole?
-       Mira- se señalo las gafas pegadas con cinta adhesiva- ayer en el parque jugando con la pelota- Abi negó con la cabeza.
-       Estás hecho un trasto.
-       Voy con mi mama y mi abu al hospital, ven- sin dejarla decir nada cogió su mano y las acercó a nosotras, pude ver su sorpresa por un segundo, pero enseguida su cara volvió a su estado normal, yo seguía flipando- Mira Abi, ella es mi Abu, se llama Victoria y ella mi mamá, se llama Alejandra.
-       Mucho gusto Victoria,  soy Abigail, soy…- mi pequeño estaba muy ansioso y la cortó.
-       Ella es mi amiga del parque abu, la que me defendió de los niños que se metían conmigo- ¿Qué? ¿Cuando pasó eso? ¿Qué niños? Vi como Abi acarició el pelo de Víctor para que se calmara un poco y le dio dos besos a mi madre.
-       ¿Qué tal Alejandra?- me dijo sin apenas mirarme.
-       Tú eres Abigail Montenegro- me sorprendió que mi madre la recordase, ella con una media sonrisa asintió- tú estabas con Ale en la escuela.
-       Así es señora.
-       Oh dios mío, el mundo es un pañuelo, ¿qué te trae por la ciudad?  Oí que tu padre vivía en Barcelona. Y por favor, no me hables de usted, todos los amigos de mi nieto son amigos míos.
-       Vale, Victoria, sí, mi padre no vive aquí, pero yo llevo viviendo en la ciudad desde que salí del instituto, trabajo en la universidad. Me acaba de decir su nieto que vais al hospital, ¿se encuentra bien?- la miró con cara de regañarle, ya que la había vuelto a tratar de usted, mi madre se sentía aún muy joven para que la hablaran de usted y siempre recriminaba al que lo hacía.
-       Si, no es nada, solo una antigua dolencia que necesita revisión, solo es eso.
-       ¿Tú estuviste en el cole con mi mamá?- dijo Víctor con los ojos muy abiertos y con una sonrisa que no la cabía en la cara.
-       Sí renacuajo, cuando era incluso más pequeñaja que tú- la cara de mi hijo era de total felicidad, si él supiera…
-       Y ahora es mi profesora, cariño- la verdad, no sabía por qué dije eso, no se lo había contado ni siquiera a mi madre. Abi me miró con una expresión que no supe descifrar y los ojos de mi peque se iban a salir de sus órbitas.
-       ¿En serio? ¡Que guay Abi!- de repente puso una cara que conocía muy bien, me iba a pedir algo- Mami, si ya conoces a mi amiga me podrías dejar ir a su casa a jugar a sus videojuegos- me miró con ojos de corderito.
-       Cariño, primero le tendrías que pedir a ella si quiere jugar contigo, ella es una mujer muy ocupada-¿qué? ¿Videojuegos? Es imposible que ella…
-        Claro que quiero, llevamos meses hablando de videojuegos, tendré que ver de lo que es capaz este chulito, no para de fardar de lo bueno que es- empezó a hacerle cosquillas en la barriga y él la imitó.
-       Es verdad, soy él mejor.
-       Eso habrá que verlo.
-       Cariño, si quieres, en vez de ir el miércoles al parque, podemos quedar con Abigail, si ella puede claro- le dijo mi madre.
-       Me parece bien, no tengo nada que hacer.
-       Bien, será genial, llevaré mis juegos para que los veas y jugaremos a las carreras de coches y al fútbol.
-       Está bien renacuajo- se chocaron las manos.
Como ya nos teníamos que bajar del autobús, Abigail le dio la dirección de su casa a mi madre y acordaron la hora. Nos despedimos de ella y bajamos del autobús. Víctor iba delante nuestra pegando saltitos de felicidad y yo aún estaba intentando procesar todo lo ocurrido en el bus.
-       Cariño, ¿Cuándo pensabas decirme que tenías como profesora a Abigail?- La verdad es que yo tampoco sabía por qué no se lo había dicho… aunque ahora que lo pensaba con detenimiento podría ser porque me daba vergüenza, ella había triunfado en la vida, tenía una bonita casa y seguro que un buen sueldo con el que vivir sin problemas y yo, yo acaba de empezar la carrera y apenas llegábamos a fin de mes…
-       ¿Y tú cuándo me ibas a decir que a mi hijo le estaban haciendo bullying?- no usé la pregunta para evadir el tema sino porque era un tema que era mucho más importante. Ella abrió los ojos al verse atrapada y se zafó como pudo.
-       ¡Víctor! No te alejes tanto- Aceleró el paso para ir con nuestro peque y así no contestarme.
-       Si, huye, pero esto lo hablaremos luego en casa- la verdad es que me había preocupado bastante, al escuchar a Víctor decir que se metían con él todo cuadró en mi cerebro, todos los días que lo había visto cabizbajo y distraído, todos esos días habían sido porque se metían con él y yo, su madre, no había estado para protegerlo. Me sentía fatal por ello, tenía un leve dolor en el pecho que, aún sabiendo que ya ese tema estaba solucionado, no se iba.
Decidí no pensar en aquello por ahora y centrar mi mente en todo lo que tenía que hacer aquella mañana.


ABIGAIL
Después de ese fin de semana, las chicas y yo quedamos en vernos cuando pudiéramos las tres, generalmente, los domingos ya que Carlota estaba centrada en una cuenta que le traería grandes beneficios a su empresa y a ella un ascenso y  Claudia trabajaba en el local el resto de noches de la semana salvo los sábados y los domingos. Así que comenzamos con una rutina en la que nos veíamos los domingos y descargábamos todas las tensiones de la semana. Y así fueron pasando las semanas poco apoco…
Era un lunes como otro cualquiera, estaba montada en el bus centrada en mi ipad cuando vi que una mujer mayor iba de pie, yo obviamente guardé mi ipad, me levanté, le cedí a la señora el asiento y me fui para el centro del autobús donde había menos gente. Estaba inmersa en mis pensamientos cuando escuché una vocecilla que conocía ya bastante bien. Él chico que veía todas las semanas en el parque estaba ahí y cual fue mi sorpresa cuando me acercó para presentarme a su madre y a su abuela y vi que era Alejandra. Esto no me puede estar pasando, pensé en ese momento, pero enseguida intente recobrar la compostura haciendo como que no me importaba pero en realidad estaba flipando en colores. Me presentó a su abuela y a su madre y yo saludé a ambas. Me sorprendió que Victoria me recordase, en el colegio si la veía más seguido pero en el instituto apenas la vi un par de veces. Aún recuerdo como, en el colegio, las amiguitas de Alejandra y ella disimulaban cuando sus madres venían a por ellas y las hacían creer que era su amiga cuando las hijas del demonio me odiaban a rabiar.
Hablé un poco con ellas y decidimos que el pequeño viniese a casa el miércoles a las cuatro para jugar un rato conmigo, la verdad era que me había hecho ilusión, aun siendo hijo de quién era, me seguía cayendo genial aquel chaval, él no tenía culpa de que le hubiese tocado esa madre… Se despidieron y bajaron del autobús y yo seguí mi camino tratando de asimilar la nueva información. Tiene un hijo de casi nueve años…cuando me dijo aquel día que tenía un hijo yo pensé que sería un bebé y no un niño tan grande…pero si el chico tiene esa edad…ella se quedó embarazada en ese último año de instituto…
Seguí todo el trayecto que quedaba dándole vueltas al asunto y al fin llegué a la facultad, pasé por mi despacho a recoger algunas cosas y me fui a mi primera clase, la clase de Alejandra. Los chicos ya estaban sentados en modo examen, dejando entre ellos dos asientos de separación y a mí en ese momento se me pasó algo por la cabeza, Abigail no lo hagas, no vale la pena, no, no, ¡¡no!! Porque ella no pierda un punto de la nota no tienes que alterar tu plan académico…
-       Buenos días chicos, os tengo que pedir disculpas, he tenido algunos problemas con el ordenador del despacho y no he podido imprimir los exámenes de hoy, pero no os preocupéis mañana sin falta haréis el examen- Genial Abi, GENIAL, ¿se puede saber cuándo coño me harás caso a mi, tu cerebro, y no a tu estúpido corazón? Lo escuchas en momentos muy poco adecuados… Era mentira, llevaba los test en el maletín, los tenía ahí desde el viernes. Algunos chicos se alegraron y otros no tanto pero nadie se atrevió a decirme nada, gracias a dios, y yo me sentí, en cuanto lo dije, muy estúpida.
Di la clase que tenía pensado dar al día siguiente, al igual que en la otra clase que tuve para si ir a la par en las dos clases.


ALEJANDRA
Víctor iba muy feliz con sus gafas nuevas. Ya habíamos hecho todos los recados pendientes y lo último que hicimos fue llegar a la óptica. Creía que no nos iba a dar tiempo a todo así que después de la revisión del médico y de saber que todo estaba bien, los tres fuimos a toda prisa para que nos diera tiempo a todo. No habíamos tenido ni un respiro y al fin podíamos tenerlo. Decidimos sentarnos en una terraza para tomarnos algo y relajarnos.
Estábamos pidiendo cuando recordé que no había mirado mi móvil en toda la mañana. Lo saqué de mi bolsillo y casi se me salen los ojos al leer un mensaje de Carolina diciéndome que Abi no había hecho el examen y no sé por qué pero decidí ir a verla. Dejé a Víctor y a mi madre en la cafetería y cogí el primer bus que llegaba al campus. Sabía que dentro de media hora tenía una hora de tutorías así que aprovecharía.
Cuando estaba delante de su puerta mi cerebro reaccionó. Ale, ¿eres tonta? ¿Acaso crees que no ha hecho el examen por ti? Pensé en irme pero ya era demasiado tarde, ya había tocado la puerta y, unos segundos después, ella la abrió. Se extrañó bastante al verme.
-       Hola Abigail.
-       Hola Alejandra, pasa- entré a su despacho, dentro estaban sus dos becarios sentados en unos pequeños escritorios y ella se sentó en la gran mesa del centro- dime, ¿en qué te puedo ayudar?
-       Pues…- no quería hablar con el idiota de Antonio allí- me gustaría que hablásemos a solas- ella me miró extrañada y muy seria, después de pensárselo unos minutos. Se dirigió a sus ayudantes.
-       Silvia, Antonio, llevad a José estos informes para que los apruebe y los firme, por favor- los dos se levantaron e hicieron lo ordenado, pude notar como Antonio se fue a regañadientes- ¿y bien?- Si, Alejandra, ¿ahora qué?
-       Si…em…yo…yo…esto- ella, como si nada, desvió su vista de los papeles que estaba mirando y me miró seriamente.
-       El tiempo es oro, Alejandra- Qué “simpática”, como si no estuviera ya lo suficientemente nerviosa.
-       Solo te quería dar las gracias por lo de Víctor, con las clases y el trabajo… no tenía ni idea de que se estaban metiendo con él…gracias, de verdad- mi boca comenzó a decir todo eso sin que mi cerebro pudiera reaccionar, no era para lo que había venido pero, la verdad, se merecía toda mi gratitud por ello. Su cara ante mis palabras no se inmutó, no pude ver ningún tipo de sentimiento reflejado en ella.
-       Esto no es necesario- apenas me miró- solo hice lo que debía hacer ante esa situación.
-       También te quería dar las gracias por no haber hecho el examen, había estudiado mucho y a mi madre le cambiaron la cita y después Víctor …ya sabes- al fin levantó la cabeza de los papeles y me miró, su mirada, tan intensa y penetrante, hizo que recorriese un escalofrío por todo mi cuerpo.
-       No lo he hecho por ti, Alejandra- su voz era seca y cortante- obviamente no tengo por qué darte explicaciones de por qué no lo he hecho hoy, pero no ha sido por ti…y en cuanto a lo de tu hijo, no soy madre, pero, me voy a tomar la licencia de darte un consejo: preocúpate mas por él y no dejes que unos niños hijos de puta le amarguen la existencia y lo marquen para toda la vida, deberías preocuparte mas por él y no por un estúpido examen- sabía perfectamente por qué me estaba diciendo eso, en esos momentos me sentí como una mierda, deseando que la tierra se abriese sobre mis pies y me tragase…- y si no tienes alguna duda sobre la asignatura, te pediría que me dejases trabajar, estoy muy ocupada- volvió a fijar su vista en los documentos.
-       Lo…lo siento…yo, será mejor que…que me vaya- no era capaz de mirarla de nuevo a la cara-adiós, Abigail.
-       Adiós Alejandra.
Salí del despacho rápidamente. Me sentía fatal, sentía vergüenza: ¿cómo había creído que lo había hecho por mi?, tristeza: me arrepentía de lo ocurrido en el pasado y sobre todo sentía rabia: ¿quién era ella para decirme cómo tenía que cuidar a mi hijo? No sé cómo se ha atrevido a cuestionar mi labor como madre, ella no sabía como cuidaba yo de mi hijo para hablarme así, además me había tratado con superioridad, será idiota.

Me fui para casa, tenía tiempo de comer con mi familia antes de ir al trabajo. Un rato con el hombre de mi vida me hará olvidar este mal trago.
------------------------------------------------------------------------------------------------------
La Teta Feliz Historias y Relatos ® Xiion - Derechos Reservados
© Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte, registrada o transmitida por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo, por escrito, del autor.

10 comentarios:

  1. Maravillosa historia. Congratulations!!!!

    ResponderEliminar
  2. Cada vez mejor la historia besos espero.pronto el proximo capitulo

    ResponderEliminar
  3. Dicen que del odio al amor hay un paso, la historia toma impulso ahora que todas las cartas están sobre la mesa. Muy buena historia, falta mucho para que comiencen a atraerse. Muy bien.

    ResponderEliminar
  4. Abi todavía le duele todo lo que le hicieron en el pasado, pero no tiene el corazón tan duró para lastimar a nadie, y Alejandra esta recibiendo de su propia medicina, aunque suene duro es así, aunque la vida de ella no ha sido facil. Ojla pronto abi deje de ser tan dura creo que Alejandra a tenido mas que suficiente. Creo que el niño va hacer que esta dos tengan mas cercanía y también que no se hagan tanto daño una a la otra. Saludos desde venezuela estado cojedes.felicidades una gran motivacion cada dia.

    ResponderEliminar
  5. Hola primero que nada saludos a la autora y al blog de la teta feliz. La historia me engancho en el segundo capitulo y en estos últimos gratamente me ha sorprendido la forma en que los personajes se van entrelazando, sin mencionar el trío XD gracias....

    ResponderEliminar
  6. Me encanta la historia Xiion, y me encanta Abi!! Me gusta q la cosa vaya avanzando un poco entre ellas, seguro q Ale se arrepiente de verdad de lo q hizo en el instituto. Carmen

    ResponderEliminar
  7. Gracias a todas las que habeis comentado hasta ahora. Me alegra que les guste. Vuestros comentarios me animan a seguir escribiendo. Un saludo para todas las que leeis y un besito para las que comentais :p

    ResponderEliminar
  8. Me gusta cómo va avanzando la historia y me encanta encontrarme los capítulos con continuidad. Cada día abro la página esperando leer el siguiente. Felicidades por mantener la historia tan interesante

    ResponderEliminar
  9. Me encanta como va la historia , me tiene intrigada y enganchada de esta historia logras q este esperando el próximo capitulo, y de saber como se va a comportar con Alejandra sabiendo quien es el hijo

    M.S(galicia)

    ResponderEliminar
  10. Es una historia muy interesante creo que Victor será un factor muy importante en esta historia el será el hará que Alejandra y Abigail se acerquen mas y dejen a tras ese pasado que hoy le esta pasando la cuenta a Alejandra de a poco me he ido metiendo en la historia un saludo desde Chile

    ResponderEliminar

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...