Así
te fuiste esa noche...
y
mi cigarro quedó ahí
Al anochecer estabas tú,
tan nítida y tan
abstracta.
Esa sonrisa retraída, que
me
alagaba de vez en cuando,
se boicoteaba entre los
mares ciegos
y atractivos de mi alma.
Así, amor mío,
te encontré por puro azar
mientras, como solo tú
sabes,
adornabas el lugar de
vida,
vida pura... Esa misma
que, al tan solo rozarla,
se me esfumaba
casi a la par del humo
que fielmente
me acompañaba.
En ese entonces
mi ser no notabas, y casi
como
a una sombra, me presenciabas...
Poco a poco, aún lo
lamento,
de esa sombra no quedó
nada...
y de ese deseo profundo
que de mí emanaba
solo empatía llego a
intuir tu mirada.
¡Y me dejaste!
a la voluntad de aquel
cigarrillo
que me acompañaba,
titilante a la espera
de que lo acabara...
Suave y sutil, como un
pequeño desliz,
así fue el encuentro
fortuito de
conocernos al fin.
Profundo y volátil
como una sombra entre
gris,
así te fuiste esa
noche...
y mi cigarrillo se quedó
ahí.
------------------------------------------------------------------------------------------------------
La Teta Feliz Historias y Relatos ® Margarita - Derechos Reservados
©
Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser
reproducida, ni en todo ni en parte, registrada o transmitida por un
sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún
medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico,
por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo, por escrito, del
autor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario