Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

Negación - Vall Lynch - 10


10.

Hacía ya tres días de la discusión con mi madre. El mismo tiempo que llevaba sin dirigirme la palabra, me había dejado claro que no me brindaría su apoyo hasta que no solucionara la situación y me hiciera cargo de mis errores. Las cosas habían cambiado, yo misma lavaba mi ropa y me preparaba el desayuno antes de salir para la universidad. De alguna forma necesitaba  probarme a mí misma que no era una niña, hasta me había planteado la idea de buscar empleo aunque no por necesidad sino por simple independencia.


Toda mi vida estaba cambiando y ya era hora de abrir los ojos, mis pensamientos debían ser más a futuro. Mis sentimientos por mi amiga me llevaban hacia un viaje sin retorno, la experiencia me estaba no sólo cambiando sino que además relucía en mí un lado inimaginable pero fascinante, todas las cosas que había conocido, todo mi mundo se convertía de a poco en algo más. Los planes de un matrimonio, una gran familia feliz con un buen esposo, hermosos hijos y un fiel perrito empaquetados en una gran mansión, se evaporaban en el aire con cada recuerdo de ella. Me hacía  pensar que un matrimonio era mucho más que lo aceptable para la sociedad porque ésta no le cambiaria los pañales a mis hijos ni me haría sentir mejor si un día despertaba y me daba cuenta de que  no amaba al hombre que durmiera a mi lado en la cama, la sociedad no vería en mí a la mujer sino a la esposa, nadie vería ni entendería que un matrimonio también es despertar todos los días y sentirse dichosa de estar con la persona que ama, esa persona que aún después de años sepa hacer latir tu corazón de emoción con la simple frase: Amor, ya llegué.

Me estaba montando en una nube sin duda ya que para llegar a la paz debía antes superar la tormenta. Había puesto al tanto de la situación a mi amiga el mismo día que discutí con mi madre, la llamé y le expliqué, estaba de los nervios, se sintió fatal igual que yo, me había dicho que no quería perderme pero que nunca se perdonaría que mi familia me rechazara por elegir estar con ella.

-Yo quiero estar contigo- le había dicho.

Era lo único que tenía claro en mi mente mas no tenía idea de cómo saldríamos de toda esta situación sin provocar daños colaterales.

Mi familia era un tema pero mi novio era un verdadero problema del cual aún no habíamos hablado. No quería lastimarlo pero sentía que mi deseo era algo imposible. Tan imposible como el hecho de que la no florcita estuviera parada frente a mí mientras yo meditaba sentada en el parque cerca de mi facultad. Acoplé mi vista a su silueta, se veía molesta.

-No puedo creer que llegaras tan lejos- me dijo sin un saludo de cortesía.

-¿Disculpa?- fue lo único que se me ocurrió decir.

-Tú no la quieres, sólo le causaras muchos problemas.

-¿Se te ofrece algo en particular? Porque de verdad que no te entiendo- le dije tratándola con el mismo desdén.

-Solo te advierto…

-¿Qué?- la interrumpí poniéndome en pie quedando ya ambas al mismo nivel.

-No podrás con lo que se te viene encima- dijo con su sonrisa maliciosa como de costumbre.

-Eso no es algo que deba preocuparte a ti.

-Me preocupo porque todas las malas decisiones que tomes recaerán sobre ella también… ¿O ya te olvidaste de tu noviecito?- hiso un gesto burlón con la pregunta.

-Si estás aquí quejándote quiere decir que te mandó a volar.

-¿Crees que estoy aquí por eso?- de pronto se puso seria- Te lo advierto, si ese imbécil hace algo contra ella por tu culpa, te las verás conmigo- me dijo mirándome fijamente a los ojos.

Se marchó sin más y me quedé perpleja un minuto. Luego volví de golpe a la realidad y miré para todos lados siendo consciente de las miradas de conocidos y desconocidos pertenecientes a mi facultad. Tomé mi bolso y rápidamente me fui de allí, busqué un baño y me encerré. Suerte que habían baños fuera de la facultad, no me creía capaz de sostener la cara hasta llegar. Esas oraciones, sus palabras, su mirada, no parecía que hubiese querido simplemente asustarme, le había notado que halaba en serio. Y entonces me preocupé. No. Él no sería capaz… No. Me lo repetía una y otra vez, no lo había vuelto a ver y tampoco me había molestado en llamarlo, no estaba preparada, ya no podía actuar normal como si nada pasara, entonces pensé ¿Por qué no me ha llamado? ¿Será que ya lo sabe? Y si es así ¿Cómo se habría enterado? Dios. Se me estaba haciendo un lio la cabeza de la preocupación así que decidí llamarlo y terminar mi martirio, tardó en contestar y me quise morir de los nervios.

-Hola preciosa, ¿Cómo estás?- me dijo.

-Bien, ¿Y tú?

-Bien, ¿Pasa algo?

-No, solo quería saber cómo estabas…

-Ha, me extrañas, yo lo sé- me dijo- Yo también te extraño, he estado haciendo un trabajo con mi padre, en cuanto me desocupe te avisaré.

-Claro.

-Bueno, amor, tengo que dejarte, te llamo en la noche ¿Sí?

-Sí. Está bien.

A penas pude articular las palabras que salieron de mi boca, hasta tuve miedo de soltarlas en el orden equivocado. Era la hipócrita más grande del planeta entero pero no tenía idea de qué hacer, debía hablar con él en persona, no podía soltarle todo por teléfono. Tenía que hacer las cosas bien.

El resto del día fue un agobio, demasiadas cosas en mi cabeza. Debía hacer un sinfín de profilaxis y tuve que poner todo mi empeño y esfuerzo para no hacer un desastre, las prácticas lo eran todo y más en mi área que todo era con el profesor respirándote en el cuello mas el asustado e incómodo paciente que tanto trabajo había costado convencer porque no todo el mundo se pone en manos de principiantes. Aunque hubiera hecho miles antes a ojos ajenos seguía padeciendo el beneficio de la duda de mi capacidad.
Luego de no matar a ningún paciente y sacar un puntaje aceptable procedí a recoger mis utensilios, fui a lavarme y cambiarme. Y ya más tranquila a la salida mi celular sonó, rogué que no fuera mi novio y mis plegarias fueron escuchadas mas era mi amiga, no pude evitar  alegrarme y preocuparme al mismo tiempo. Después de tan largo día su voz fue como el canto de un ave para mis oídos. Me preguntaba si aún estaba en la universidad para reunirnos así nos encontramos en el parque de enfrente. No nos habíamos visto desde aquella mágica noche. Me senté una vez más en uno de esos bancos y espanté de mi mente el encuentro con la no florcita. Minutos después mi amiga apareció, se notaba feliz de verme, se sentó a mi lado sin decir palabra, solo sonreía mientras pasaba su brazo por encima de mis hombros acercándome a ella, su otra mano sujetó mi rostro dejando que todos mis pesares se esfumaran con un beso lento y deseado. La sentí suspirar. Le sonreí al separar nuestros labios y así procedimos a charlar plácidamente sobre todo, era como si los problemas no pudieran apedrearnos si estábamos juntas. Le conté que mi madre seguía sin hablarme y ella puso un semblante triste, me confesó que esperaba poder volver a mi casa algún día como en los viejos tiempos. Luego nos quedamos unos minutos calladas con nuestras manos enlazadas. Sentía cómo el tiempo nos sacaba factura. Me dio un beso en la mejilla, siempre sabia cuando estaba montada en la nube de mis pensamientos.

-Tengo algo que contarte- me dijo.

-¿Qué pasa?- la miré.

-Hablé con ella… No se lo tomó bien- sabía a quién se refería- Hasta me dio un bofetón- rió un poco-… No entiendo su enfado, en verdad no teníamos una relación por así decirlo pero es mi amiga y la aprecio…

Ella misma se detuvo, parecía que ya estaba cayendo en cuenta, pensaba en mi novio, acto seguido me preguntaría por él. ¿Por qué las cosas tenían que ser así? ¿Por qué no me había dado cuenta antes? De pronto me sentí infiel, ya en esos términos, sin el deseo que me había segado la noche pasada, sin esas ansias remordiéndome las entrañas, ya sentadas tranquilamente tomadas de la mano, bajo la tenue luz de esas farolas con la suave brisa nocturna y cierto sonido de la nada, era más consciente de mis actos.


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La Teta Feliz Historias y Relatos ® Vall Lynch - Derechos Reservados
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2 comentarios:

  1. Me está encantando este relato. Gracias por esta y todas tus historias. Aprecio muchísimo el esfuerzo que haces para escribirlas y quiero agradecerte que quieras compartirlas con todas nosotras.

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  2. Que alegría volverte a leer me alegras los dias y no sabes todo lo que me causa tu historia miles d emociones muchas gracias por este capitulo ah y espero pronto el próximo besos

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