10.
Hacía ya tres días de la discusión con
mi madre. El mismo tiempo que llevaba sin dirigirme la palabra, me había dejado
claro que no me brindaría su apoyo hasta que no solucionara la situación y me
hiciera cargo de mis errores. Las cosas habían cambiado, yo misma lavaba mi
ropa y me preparaba el desayuno antes de salir para la universidad. De alguna
forma necesitaba probarme a mí misma que
no era una niña, hasta me había planteado la idea de buscar empleo aunque no por
necesidad sino por simple independencia.
Toda mi vida estaba cambiando y ya era
hora de abrir los ojos, mis pensamientos debían ser más a futuro. Mis
sentimientos por mi amiga me llevaban hacia un viaje sin retorno, la
experiencia me estaba no sólo cambiando sino que además relucía en mí un lado
inimaginable pero fascinante, todas las cosas que había conocido, todo mi mundo
se convertía de a poco en algo más. Los planes de un matrimonio, una gran
familia feliz con un buen esposo, hermosos hijos y un fiel perrito empaquetados
en una gran mansión, se evaporaban en el aire con cada recuerdo de ella. Me
hacía pensar que un matrimonio era mucho
más que lo aceptable para la sociedad porque ésta no le cambiaria los pañales a
mis hijos ni me haría sentir mejor si un día despertaba y me daba cuenta de
que no amaba al hombre que durmiera a mi
lado en la cama, la sociedad no vería en mí a la mujer sino a la esposa, nadie
vería ni entendería que un matrimonio también es despertar todos los días y
sentirse dichosa de estar con la persona que ama, esa persona que aún después
de años sepa hacer latir tu corazón de emoción con la simple frase: Amor, ya
llegué.
Me estaba montando en una nube sin
duda ya que para llegar a la paz debía antes superar la tormenta. Había puesto
al tanto de la situación a mi amiga el mismo día que discutí con mi madre, la
llamé y le expliqué, estaba de los nervios, se sintió fatal igual que yo, me
había dicho que no quería perderme pero que nunca se perdonaría que mi familia
me rechazara por elegir estar con ella.
-Yo quiero estar contigo- le había
dicho.
Era lo único que tenía claro en mi
mente mas no tenía idea de cómo saldríamos de toda esta situación sin provocar
daños colaterales.
Mi familia era un tema pero mi novio
era un verdadero problema del cual aún no habíamos hablado. No quería
lastimarlo pero sentía que mi deseo era algo imposible. Tan imposible como el
hecho de que la no florcita estuviera parada frente a mí mientras yo meditaba
sentada en el parque cerca de mi facultad. Acoplé mi vista a su silueta, se
veía molesta.
-No puedo creer que llegaras tan
lejos- me dijo sin un saludo de cortesía.
-¿Disculpa?- fue lo único que se me
ocurrió decir.
-Tú no la quieres, sólo le causaras
muchos problemas.
-¿Se te ofrece algo en particular?
Porque de verdad que no te entiendo- le dije tratándola con el mismo desdén.
-Solo te advierto…
-¿Qué?- la interrumpí poniéndome en
pie quedando ya ambas al mismo nivel.
-No podrás con lo que se te viene
encima- dijo con su sonrisa maliciosa como de costumbre.
-Eso no es algo que deba preocuparte a
ti.
-Me preocupo porque todas las malas
decisiones que tomes recaerán sobre ella también… ¿O ya te olvidaste de tu
noviecito?- hiso un gesto burlón con la pregunta.
-Si estás aquí quejándote quiere decir
que te mandó a volar.
-¿Crees que estoy aquí por eso?- de
pronto se puso seria- Te lo advierto, si ese imbécil hace algo contra ella por
tu culpa, te las verás conmigo- me dijo mirándome fijamente a los ojos.
Se marchó sin más y me quedé perpleja
un minuto. Luego volví de golpe a la realidad y miré para todos lados siendo
consciente de las miradas de conocidos y desconocidos pertenecientes a mi
facultad. Tomé mi bolso y rápidamente me fui de allí, busqué un baño y me
encerré. Suerte que habían baños fuera de la facultad, no me creía capaz de
sostener la cara hasta llegar. Esas oraciones, sus palabras, su mirada, no
parecía que hubiese querido simplemente asustarme, le había notado que halaba
en serio. Y entonces me preocupé. No. Él no sería capaz… No. Me lo repetía una
y otra vez, no lo había vuelto a ver y tampoco me había molestado en llamarlo,
no estaba preparada, ya no podía actuar normal como si nada pasara, entonces
pensé ¿Por qué no me ha llamado? ¿Será que ya lo sabe? Y si es así ¿Cómo se
habría enterado? Dios. Se me estaba haciendo un lio la cabeza de la
preocupación así que decidí llamarlo y terminar mi martirio, tardó en contestar
y me quise morir de los nervios.
-Hola preciosa, ¿Cómo estás?- me dijo.
-Bien, ¿Y tú?
-Bien, ¿Pasa algo?
-No, solo quería saber cómo estabas…
-Ha, me extrañas, yo lo sé- me dijo-
Yo también te extraño, he estado haciendo un trabajo con mi padre, en cuanto me
desocupe te avisaré.
-Claro.
-Bueno, amor, tengo que dejarte, te
llamo en la noche ¿Sí?
-Sí. Está bien.
A penas pude articular las palabras
que salieron de mi boca, hasta tuve miedo de soltarlas en el orden equivocado. Era
la hipócrita más grande del planeta entero pero no tenía idea de qué hacer,
debía hablar con él en persona, no podía soltarle todo por teléfono. Tenía que
hacer las cosas bien.
El resto del día fue un agobio,
demasiadas cosas en mi cabeza. Debía hacer un sinfín de profilaxis y tuve que
poner todo mi empeño y esfuerzo para no hacer un desastre, las prácticas lo
eran todo y más en mi área que todo era con el profesor respirándote en el
cuello mas el asustado e incómodo paciente que tanto trabajo había costado
convencer porque no todo el mundo se pone en manos de principiantes. Aunque
hubiera hecho miles antes a ojos ajenos seguía padeciendo el beneficio de la
duda de mi capacidad.
Luego de no matar a ningún paciente y
sacar un puntaje aceptable procedí a recoger mis utensilios, fui a lavarme y
cambiarme. Y ya más tranquila a la salida mi celular sonó, rogué que no fuera
mi novio y mis plegarias fueron escuchadas mas era mi amiga, no pude
evitar alegrarme y preocuparme al mismo
tiempo. Después de tan largo día su voz fue como el canto de un ave para mis
oídos. Me preguntaba si aún estaba en la universidad para reunirnos así nos
encontramos en el parque de enfrente. No nos habíamos visto desde aquella
mágica noche. Me senté una vez más en uno de esos bancos y espanté de mi mente
el encuentro con la no florcita. Minutos después mi amiga apareció, se notaba
feliz de verme, se sentó a mi lado sin decir palabra, solo sonreía mientras
pasaba su brazo por encima de mis hombros acercándome a ella, su otra mano
sujetó mi rostro dejando que todos mis pesares se esfumaran con un beso lento y
deseado. La sentí suspirar. Le sonreí al separar nuestros labios y así
procedimos a charlar plácidamente sobre todo, era como si los problemas no
pudieran apedrearnos si estábamos juntas. Le conté que mi madre seguía sin
hablarme y ella puso un semblante triste, me confesó que esperaba poder volver
a mi casa algún día como en los viejos tiempos. Luego nos quedamos unos minutos
calladas con nuestras manos enlazadas. Sentía cómo el tiempo nos sacaba
factura. Me dio un beso en la mejilla, siempre sabia cuando estaba montada en
la nube de mis pensamientos.
-Tengo algo que contarte- me dijo.
-¿Qué pasa?- la miré.
-Hablé con ella… No se lo tomó bien-
sabía a quién se refería- Hasta me dio un bofetón- rió un poco-… No entiendo su
enfado, en verdad no teníamos una relación por así decirlo pero es mi amiga y
la aprecio…
Ella misma se detuvo, parecía que ya
estaba cayendo en cuenta, pensaba en mi novio, acto seguido me preguntaría por
él. ¿Por qué las cosas tenían que ser así? ¿Por qué no me había dado cuenta
antes? De pronto me sentí infiel, ya en esos términos, sin el deseo que me
había segado la noche pasada, sin esas ansias remordiéndome las entrañas, ya sentadas
tranquilamente tomadas de la mano, bajo la tenue luz de esas farolas con la
suave brisa nocturna y cierto sonido de la nada, era más consciente de mis
actos.
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Me está encantando este relato. Gracias por esta y todas tus historias. Aprecio muchísimo el esfuerzo que haces para escribirlas y quiero agradecerte que quieras compartirlas con todas nosotras.
ResponderEliminarQue alegría volverte a leer me alegras los dias y no sabes todo lo que me causa tu historia miles d emociones muchas gracias por este capitulo ah y espero pronto el próximo besos
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