PRIMERA PARTE
CAPÍTULO 1
En la gran mansión de los Ashmore, Gwen y su padre desayunaban
tranquilamente en el gran comedor, mientras la joven hablaba y hablaba sobre
todo lo que había hecho el día anterior y el padre asentía sin prestar
demasiada atención, hasta que…
- Oye papá he estado pensando…y creo que soy lesbiana.
Su padre, que leía el periódico y bebía su café colombiano, lo escupió
y manchó las estadísticas de paro del país del último trimestre.
- ¿Cómo? – Más que enfadado parecía confuso.
- Pues eso, que soy lesbiana, pero no sé cómo ser lesbiana y ligar con
mujeres…
- Espera cielo, me estás diciendo que eres lesbiana… ¿de verdad?
- Sí papi. Lo soy. – Dijo la joven orgullosa.
- Pero…pero… ¡si tienes 25 años! ¿Cómo es que ahora me sales con esas?
¿Eso no se sabe antes? Yo qué sé…cuando se tienen 15 años o así…
- Lo siento papi, pero últimamente he estado pensando mucho en ello, y
me he dado cuenta de que los hombres no me gustan nada, y siempre he apreciado
mucho a las mujeres. Me gustan los pechos, los traseros y ciertamente también
los…
- Ya, ya… lo pillo cariño. – Su padre dejó en la mesa el húmedo
periódico y miró fijamente a su hija. – Hija… ¿seguro que esto no es algo para
llamar mi atención? Ya sabes que si quieres más dinero no hay problema en…
- No papi, ¡estoy segura! Sé que he tardado en darme cuenta, pero es
que siempre he tenido los mismos amigos y sencillamente nunca me fije
sentimentalmente en ninguno. Después, cuando empezaste a presentarme a los
hijos de tus socios, yo simplemente los tomé como nuevos amigos y nada más…
- Pero no saliste hasta hace poco con el joven Harrison, como se
llamaba, ¡Ah sí! Richard.
- No sé, él siempre decía que éramos novios, me daba muchos regalos y
salíamos a menudo. Me lo pasaba bien con él hasta que intentó meterme mano en
la gala benéfica del bufete de su padre. Me enfadé con él y él sólo me dijo que
eso es lo que hacían los novios. Y entonces le dije que no quería ser su novia…
- ¡Pero sí estuvieron juntos por meses!
- Lo sé papá, pero hasta entonces no había intentado nada, yo
simplemente me deje llevar hasta que no pude más. Además, allí conocí a dos
chicas maravillosas. ¿Recuerdas a Mackenzie Richardson? Pues resulta que
también es lesbiana. Una lástima que esté saliendo con aquella pelirroja… como
se llamaba… Eve O’ Connor o algo así… una irlandesa del campo. Es guapísima
pero no me van mucho las pelirrojas…
- Sí, sé quién es, el juez Ferrer me dijo que es una gran promesa del
derecho. Fue ella quien organizó la gala por mucho que Harrison se quiera echar
el mérito… - Su padre parecía estar pensando en algo mientras se rascaba la
abundante barba gris. – Entonces, has dicho que quieres, ¿Qué? ¿Ayuda? Te
refieres a algún psicólogo o algo así…
- No, no… lo que quiero es un asistente que me ayude a ligar con
mujeres y a comportarme como una buena mujer lesbiana.
- ¿Y tú crees que un hombre te podrá enseñar como ligar con mujeres
lesbianas…?
- ¡Claro que no! Estaba pensando en una asistente lesbiana. Ya sabes,
que me lleve a lugares de encuentro, me diga cómo vestirme, cosas así…
- Una asistente lesbiana… Vale, vamos a ver. – Su padre sacó su móvil y
mandó un rápido mensaje. Para ser tan mayor se había adaptado muy bien a las
nuevas tecnologías. En menos que canta un gallo, Lucy, la asistente de su
padre, entró en el comedor. Era una mujer bajita y robusta, con grandes gafas
que ocultaban unos curiosos ojos azules, chispeantes y alegres a pesar de sus
casi cincuenta años y la ajetreada vida que llevaba con su padre. – Lucy,
necesito que me ayudes a encontrar una asistente para mi hija.
- Muy bien Dean. Puede que haya un par de chicas recién licenciadas que
pueda ayudar a tu hija…
- Espera Lucy, no va a ser tan fácil. Mi hija quiere a una asistente
lesbiana.
- Pero… - Lucy se acercó a Gwen y le preguntó. – Señorita, ¿qué es por
su novio? Ya sabe que la sexualidad no es un impedimento para…
- No Lucy, quiero a una asistente lesbiana que me enseñe a ser
lesbiana.
- A ser… ¿lesbiana? – Lucy se sentó inmediatamente en la silla más
cercana a Gwen. - Señorita, ¿habla en serio?
- Uff, ¡Sí! ¿Por qué nadie me cree cuando se lo digo? – Dijo Gwen
frustrada.
- Lo lamento señorita, pero es que así de repente…
- Es lo mismo que pensé yo – Dijo su padre. – Y bien Lucy, ¿Crees que
hay alguien que puede trabajar de asistente para mi hija que entre en el
perfil?
- Bueno, es que hay muchas variantes… ¿Qué tipo de lesbiana busca para
ayudarla?
- ¿Tipo…de lesbiana? – Dijo Gwen extrañada. - ¿Es que hay más de uno?
- ¡Pues claro! Al igual que hay personas góticas, modernas o hippies…
también hay tipos diferentes de lesbianas…
- ¿Y cómo sabes tanto del tema Lucy? No me digas que tú también eres… -
Dijo su padre inclinándose expectante en su silla. Gwen no pudo ocultar su
sonrisa. Por mucho que su padre lo ocultara, Dean Ashmore llevaba coladito por
su asistente desde hace ya varios años. Supongo que con la edad se va perdiendo
la prisa por conquistar…
- ¡Por supuesto que no Dean! ¡Cielos! Me divorcié porque mi marido era
un mujeriego, no porque me gustaran los… - Lucy se puso como un tomate. – Lo sé
porque mi sobrina salió del armario cuando era una cría de 8 años. Hablamos
mucho y he podido ver todas las chicas que traía a casa…
- ¿Cuántos años tiene su sobrina? – Preguntó mi padre, curioso.
- Creo que acaba de cumplir los 27… o tal vez 28… no, no. 27, seguro.
- ¿Y ahora mismo tiene trabajo? – Siguió inquiriendo mi padre.
- Pues, ahora que lo dice, creo que no. Hizo un grado de salud y
nutrición en la universidad y después estuvo unos años de entrenadora personal.
Creo que hace un par de meses la despidieron de su último trabajo por la bancarrota
de la empresa. Creo que eran deportes de alto riesgo o algo así…
- ¿Y crees qué podría hacer de asistente para mi hija? Preferiría a
alguien conocido que a un extraño… ya sabes cómo es la prensa. A mí no me
molesta, pero no quiero que la atosiguen.
- ¡Claro que sí! Mi Brooke sería una chica muy capaz, además de que
mejoraría sin duda los hábitos alimenticios de Gwen. – Yo, que estaba
felizmente untándome una gran cantidad de mermelada de melocotón en mi tercer
croissant, me paré en seco. – Ya sé que ahora no lo nota, pero dentro de unos
años se arrepentirá de castigar al cuerpo…
- ¡Oye! ¡Tengo el metabolismo muy bien, gracias!
- Entonces decidido. Lucy, llama a tu sobrina y dile que venga lo antes
posible. Si es hoy mejor, así también la conoceré yo. – Se giró hacia Gwen, que
se lamía los dedos de mermelada con parsimonia y satisfacción. - ¿Qué te parece
si le ofrecemos una habitación en la casa? Así también podrás tenerla como
entrenadora personal y quemar todo el azúcar que te metes a deshoras.
- Lo que quieras. – Dije molesta. – ¡Pero no pienso levantarme
temprano!
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prometedora la historia... ¡Saludos desde Venezuela!
ResponderEliminarUna historia con un buen inicio, estare a la espera por la continuacion ^^. Espero que subas pronto y me encanto el personaje gwen . Saludos desde la bella patria de Bolivariana
ResponderEliminarmuy buen comienzo :), esperemos que no tardes en subir capítulos, porque me intriga saber la continuación
ResponderEliminarMuy buen comienzo se ve interesante como la anterior... y veo q pueden estar ligadas...
ResponderEliminarSaludos
Un muy buen inicio para esta historia , promete tener muchas emociones
ResponderEliminarMe encantó
ResponderEliminarPinta divertida...
ResponderEliminarPaot.