-¿desde cuándo te importa tanto lo que ella piense?- le dije
controlándome para no gritárselo.
La única que estaba a la altura había hecho de las suyas una vez más.
-no te lo había dicho pero hace tiempo que se siente… un poco celosa de…
Verla balbucear me hervía más la sangre. Si me clavaran una aguja seguro
no sangraría.
-pero esto es una ridiculez, ella no puede opinar algo así- le aseguré.
Era como saber que uno era inocente y que todas las pruebas le culparan.
-¿tú? Más te vale que me expliques bien de una vez porque estoy
comenzando a pensar mal.
Sentadas en el borde de mi cama.
-somos muy buenas amigas pero después de lo de la otra vez… me di cuenta
de que había cruzado una línea muy gruesa- me dijo muy seria.
-¿de qué hablas?- le pregunté.
-aquella vez que casi te beso.
Maldición ya se había tardado en ponerse seria.
-pero…eso no fue nada- le dije como si fuera un niño que hubiera roto
algo.
-tal vez no para ti pero sí para mí… por eso necesitaba hablarlo con
alguien y…
-y la elegiste a ella antes que a mí.
-el asunto era de ti pero no era cualquier cosa.
Llegó a mi casa ese día diciéndome que teníamos que hablar y eso nunca
era nada bueno. Su chica le había aconsejado que ya era hora de separarse un
poco de mí, que no era bueno que pasara tanto tiempo en mi casa y se quedara a
dormir. Ahora entendía el motivo de su consejo.
-solo tenías que hablar conmigo, esto es algo entre nosotras no con
ella- le dije.
-sí, tienes toda la razón pero esto no podía hablarlo contigo
directamente, era algo más mío que tuyo. Yo fui quien se pasó de la raya.
-¿eso te dijo ella? Porque no paras de decirlo.
-no, eso es lo que siento yo.
-esto no tiene sentido.
-no me mires así, no me voy del país.
-¿Por qué? ¿Por qué tienes que hacer lo que ella dice?
-porque ella sí es como yo, por eso ella lo entiende.
-no, tú eres la que no entiende que ella solo está manipulándote, estoy
segura de que estuvo esperando algo como esto hace mucho- le dije.
-no digas eso, suena muy feo- odiaba su paciencia- eres mi amiga, yo no
puedo andar tomándome esas libertades contigo, para ti no significa nada pero
para mí sí… no tienes idea de lo confusa que me he sentido después de eso. No
quiero sentirme más así y quiero que entiendas que prefiero darnos un tiempo
antes que seguir con esto por dentro y más adelante cometer un error del que me
arrepentiría por el resto de mi vida- dijo y se puso de pie-…yo no puedo
arriesgarme a perderte por nada de este mundo- me dijo mirándome fijamente-
eres mi mejor amiga.
Lo único que yo quería en ese momento era gritarle lo mucho que
detestaba a su chica y ahí mismo plantearle las razones de por qué. Además de
decirle que ella era muy importante para mí y que me dolía demasiado lo que
estaba haciendo. Pero fue de esos momentos en que nos volvemos unos cobardes y
nos quedamos viendo cómo se nos va eso que tanto apreciamos.
La única que estaba a la altura lo había conseguido por fin. Me había
arrebatado a mi mejor amiga por simple egoísmo. La perdí por algo tan simple
llamado falta de comunicación. Tanto que lo vi en los programas de la
televisión. La buena comunicación es la base de cualquier relación. Pero eso
era algo en lo que yo no había pensado y ella me sorprendió bastante al poner
el tema. En verdad yo no sabría qué decirle más que no soportaría que saliera
de mi vida, sin embargo ella tenía razón en que yo no podía entenderla ya que
no me entendía a mí misma. Se había sentido confusa durante un tiempo con algo
que yo ignoré totalmente, me parecía comprensible y pensé que yo tenía toda la
culpa porque si me hubiera apartado como debió de ser esto no estuviera
ocurriendo.
No sabía qué pensar o qué hacer. Desearía que ese día nunca hubiera
ocurrido.
Pasaron tres semanas y ya me estaba volviendo loca. Le había dicho a mi
madre que mi amiga estaba trabajando en algo importante y que ya no tenía
tiempo libre, en mi casa me ponían peor al preguntarme por ella. Mi único
alivio era mi novio ya que él nunca la mencionaba pero en la universidad a
veces miraba para los lados esperando verla en algún momento.
Era algo más que simple costumbre porque aunque yo siempre he tenido un
círculo social muy amplio, nadie era como ella. Con nadie había compartido
tanto. Me la pasaba de la casa a la universidad y al llegar solo quería
acostarme. Procuraba salir constantemente con mi novio para mantenerme lejos de
todo porque mi madre ya tenía esa mirada que ponía cuando estaba pensando en
preguntarme algo. Era mi madre, no tenía que decirle las cosas, parecía
percibir en el aire que yo no estaba bien. Sonreía igual que siempre pero en
cuanto llegaba a mi habitación nada más me importaba sólo cerraba los ojos y
deseaba que amaneciera muy pronto para volver a la rutina y no tener tiempo de
extrañarla, de desear contarle sobre mi día y que me contara del suyo. Me moría
de ganas de saber cómo estaba y en muchas ocasiones quise llamarla pero no lo
hice, quería respetar su decisión porque desgraciadamente yo no tenía la
solución de su aflicción. Y en ese instante comencé a pensar en eso. Me
preguntaba a qué se refería ella exactamente cuando hablaba de confusión, si
era algo físico o tal vez sentía algo por mí más que simple amistad. Pero eso
no era posible porque ella no había dejado de frecuentar a la "no florcita".
Aunque tal vez lo hubiera hecho para ignorar como estaba haciendo yo
sobrecargándome con quehaceres para no tener tiempo de nada. Una amiga de
verdad le habría aconsejado que hablara conmigo antes de tomar ninguna decisión
pero esa sólo quería que yo saliera de su vida y romper nuestra amistad era la
mejor forma. Otra cosa era que mi amiga se había fijado en un montón de chicas,
todo el tiempo, aunque no moviera un dedo parecía un hobby para ella, entonces
por qué conmigo que solo había sido un pequeño error había tenido que decidir
algo tan drástico si cuando le gustaba alguna al mes me decía que ya la conocía
y que no era como pensaba y que… un montón de cosas que resumían que ya no
estaba interesada. Si fuera algo tan fuerte estoy segura de que no me lo
ocultaría, yo merecía que fuera honesta conmigo y que me tuviera confianza como
yo siempre se la tuve a ella así decidí tomarme un tiempo para luego buscarla y
ponerle fin a todo esto. No importaba nada, si había que resolver algo lo
resolveríamos juntas, además ella en ningún momento habló de estar enamorada ni
nada, habló más bien de que me había irrespetado y no le bastó con que yo le
dijera que no era nada, que si lo fuera yo no habría permitido que llegara tan
lejos. Debía convencerla de que nos estábamos ahogando en un vaso con agua.
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La Teta Feliz Historias y Relatos ® Vall Lynch - Derechos Reservados
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Ella es la que se esta ahogando en um vaso con agua.... esta enamorada de su amiga y no lo reconoce porque nunca le habia pasado... espero q la otra sea valiente y ahora si la bese... para que se den cuentan las dos que estan enamoradas...
ResponderEliminarInteresante historia pasa muchas veces eso... el negar los sentimientos
Que triste por ellas... Es hora de que saquen a relucir sus sentimientos, ojala todo les vaya bien.
ResponderEliminarQue buena historia, gracias :)