Capítulo 29
Paula se encontraba en la cama encima de la castaña, la estaba besando
frenéticamente y la chica ya se encontraba tan excitada que se separó un poco
para comenzar a subirle la blusa a la rubia para quitársela. En ese momento
Paula tuvo un momento de lucidez que hizo que se levantara como un resorte y se
bajase de la cama arreglándose la blusa.
-
¿Qué pasa?- le
preguntó la muchacha extrañada.
-
No puedo- dijo con
la mirada perdida.
-
¿Qué? ¿Cómo que no
puedes?
-
No puedo- repitió-
no puedo…oye, lo siento, me tengo que ir- salió rápidamente de la habitación y
del piso dejando a la chica en la cama totalmente sorprendida y sin darle
tiempo a que le contestara.
Al salir a la calle se encontró con que comenzaba a llover, pero a
ella no le importaba, en esos instantes no sentía nada, ni el frío, ni el agua
mojando su piel, sólo sentía el dolor en su pecho que volvía a florecer.
Por fin llegó a su piso y nada mas cerrar la puerta apoyó su espalda
contra ella y cayó al suelo. Sus lágrimas volvían a salir. La rubia creía que
era imposible que tuviese más lágrimas después del mes en el que estuvo
llorando todas las noches antes de dormir, pero sí, las lágrimas volvían a
salir por sus ojos. Emily, que no hacía mucho que había vuelto, se asomó al
escuchar la puerta, encontrándose con una Paula muy abatida.
-
Cariño…-se acercó hacía ella- ¿Qué te
ha pasado? Creía que te habías ido con esa chica tan guapa.
-
Emily…no puedo hacerle eso.
-
Paula…- Emily no supo que decirle, sabía que lo último que necesitaba ahora
era recordarle que la chica a la que tanto amaba probablemente ya estaría
casada- vamos a hacer una cosa, vamos a
quitarte esta ropa mojada y nos vamos a la cama, hoy duermes conmigo ¿ok?-
Paula sólo asintió y se levantó, con la ayuda de Emily y se dirigió hacía el
baño.
Minutos después, la rubia salió del baño un poco más tranquila y con
su pijama puesto. Emily le hizo un hueco y se abrazó a ella. No hubo más
palabras, las dos se quedaron así hasta que quedaron dormidas.
Marina llegó a casa a altas horas de la noche. Después de ese primer
beso que le robó Paco vinieron otros mas en los que ella no sentía nada solo
incomodidad y un cierto matiz de asco ya que ella, aunque él estuviera más
amable, seguía detestándolo. Aún siendo ya muy tarde, la morena sacó unos
folios y se puso a escribir. Todos los sentimientos y sensaciones que había
vivido ese día fueron plasmados en una carta para su rubia. Al terminar, la
guardó con la otra y se fue a dormir.
Después de esa noche, la rubia volvió a su rutina, por mucho que
insistiera Emily en que saliese y disfrutara, Paula se centró en su trabajo en
la empresa para poder dejar su vida personal reducida al mínimo. Era la primera
en entrar y la última en salir y su rendimiento en el trabajo estaba dando su
fruto. A pesar de no tener la carrera acaba se estaba ganando una buena
reputación entre los socios de su tío por lo que, con forme los días avanzaban,
le daban mas responsabilidades dentro de la empresa que hacían que estuviera
mas ocupada aún.
A Marina las cartas ya no le cabían en la almohada. Tuvo que comprar
una caja para guardar todas las cartas que le había escrito a su chica. En las
cartas le plasmaba sus sentimientos, le contaba lo que hacía cada día o simplemente
le ponía una y otra vez lo mucho que la amaba.
El día de la boda se acercaba a gran velocidad. Para Marina era como estar en lo alto de las vías del
tren y ver al tren acercarse de frente y no poder hacer nada para remediarlo.
La morena se distraía leyendo sus manuales de la universidad. Gracias
a Paco podría ir a examinarse en las recuperaciones que eran unos quince días
antes de la boda. Aunque la morena sabía que no conseguiría mucho, pero al
menos lo intentaría.
Estaba sentada en el escritorio leyendo cuando el timbre sonó. Era su
prometido y sus padres, que esa noche cenarían allí. Juana tocó a la puerta de
la habitación de Marina para avisarla de que ya estaban allí y que saliera, por
lo que a la morena no le quedó más remedio que obedecer.
La cena fue agradable para todos, excepto para ella, sentía que no encajaba
allí, aunque gracias a su hermano Rafael la cena se hizo más amena. Después del
postre, todos se sentaron en el salón y Juana sirvió una bebidas mientras los
hombres hablaban.
–
Paco, si queréis
irse un rato al cuarto de la Marina y así estáis un rato solos, pero eso sí,
ten cuidaíco con lo que haces, que esta casa se respeta- le dijo Manuel al
chico, a lo que este asintió y se levantó esperando que la morena hiciese lo
mismo.
Para Marina lo que acaba de decir su padre era lo peor que podía haber
dicho, pasar un rato a solas con Paco la
ponía muy nerviosa, peo no tenía de otra, sólo podía aceptar la oferta. Se
levantó y guió a Paco hasta su habitación. Al entrar, Paco cerró la puerta tras
de sí y Marina se sentó en la cama indicándole a él que se sentara en la silla
que tenía en el escritorio.
–
Tienes un cuarto mu
bonito- le dijo el chico para romper el silencio incómodo.
–
Gracias- le sonrió
falsamente.
–
Veo que tienes
marcá la fecha de la boda- le dijo señalando a un calendario que tenía la
morena en la pared- y esos días que hay antes marcaos, ¿qué son? dijo acercándose
a ver el almanaque.
Marina se levantó también para acercase a donde estaba el muchacho. En
las últimas hojas de ese almanaque había pegada una foto de ella con Paula y
Maia. Era la única foto que tenía con ella y había logrado ocultarla todo ese
tiempo por lo que se acercó a él para distraerlo un poco.
–
Son las
recuperaciones de la universidad. Como me dijiste que podría seguir con la
carrera llevo unos días estudiando para ver si puedo recuperar alguna.
–
Espero que apruebes-
le dijo acercándose un poco a ella- en cuanto a eso…quedamos en que si te
dejaba estudiar…tu serías mas cariñosa conmigo- cada vez se acercaba mas a ella
y Marina retrocedía hasta que chocó con el filo del escritorio- estaría bien
que empezaras ya- ya lo tenía completamente pegado por lo que no tenía
escapatoria.
Paco se abalanzó contra ella y la besó. Marina lo dejó, pensaba que
sería un simple beso como los que ya le había dado anteriormente, pero no, esta
vez el chico quería más. La apretó contra sí metió su lengua en la boca de la
morena a la que no le quedó mas remedio que dejarlo. Todo estaba siendo tan
brusco para ella, pero no podía hacer nada, estaba completamente atrapada. Paco
subió una de sus manos hasta llegar a uno de los pechos de Marina el cual
aprisionó fuertemente. La forma de actuar de su prometido en comparación con la
rubia no tenía ni punto de comparación. Para Marina, Paula había sido romántica
y suave en sus movimientos a la par que delicada y Paco era brusco, agresivo y
sin una pizca de romanticismo. La morena no aguantó más e intentó zafarse
varias veces y decir que le hacía daño pero no pudo hasta que al final lo
consiguió apartándolo de un empujón.
Su prometido, al sentirse rechazado, le dio una bofetada.
–
Que sea la última
vez que me apartas así- le dijo a Marina que se tapaba la zona en la que le
había dado. Tenía la cara blanca como el papel y los ojos muy abiertos- no falta nada para que sea tu marío así mas
te vale acostumbrarte o las vas a pasar mu putas.
Paco salió del cuarto y se fue al salón diciendo que a Marina le dolía
el estomago y se quería dormir y unos minutos después se marchó como si nada
con sus padres.
Marina estaba en estado de shock. Su futuro marido le acababa de pegar
en su casa y con sus padres a escasos metros. ¿Qué haría cuando estuviese
casada y lo rechazara cuando él quisiera
tener sexo o darle un simple beso? Ese pensamiento aterró profundamente a
Marina que calló al suelo y se puso a llorar. Tenía que hacer algo o ese monstruo
acabaría con su vida
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Hay por favor!!!!! Ese paco es un HP.
ResponderEliminarQue rabia....
Por lo menos paula no cometió una locura...
Y espero q en los dias q marina valla a la U pueda entregarle las cartas a las pelas para q se las den a paula... o su hermano haga al fin algo...
Por fa no tardes mucho con los capítulos.
No puede ser.... q HP paco y el hermano de marina y su familia mas, pero tengo esperanzas en que el otro hermano le ayude a ser feliz.
ResponderEliminarY como no nos des una alegría no vuelvo a publicar un comentario, jolines . ;-)
M.S (galicia)
que se marche y que su hermano buena onda le ayude
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