Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

55 cancri e - M,G,M - 5

Capítulo quinto

Después de tres horas  de quedarnos calladas sin decirnos nada, ninguna de las dos había llegado a una solución para nuestro problema.

Podría entregarla al gobierno quizás ellos la ayuden o le hagan experimentos, eso sería muy peligroso para ella, pero podría ser peor dejarla conmigo, entregarla podría ayudarle más…


-¡No!- gritó Iara.

-¿No qué?- pregunté sin saber el porqué de su reacción.

-El medallón me trajo hasta ti por algo, no creo que las autoridades de tu planeta me ayuden.

Y de nuevo Iara había leído mi mente.

-OK… has leído mi mente de nuevo- dije levantándome de mi asiento y llevando mis manos a la cabeza.

-Que tú lo has dicho, yo te escuche- dijo esta en tono de disculpa.

-Yo no he dicho nada, solo lo he pensado- antes de que agregara algo más el timbre sonó- voy a abrir- dije antes de dirigirme a la puerta.

Con unos pantaloncillos cortos, unos tenis deportivos y una camiseta de los toros de chicago Kevin estaba en la puerta.

-Hola Violeta, pasaba por aquí y pensé que te gustaría ir a dar una vuelta para platicar ya sabes.

Di una mirada al chico alto y delgado pero fuerte que estaba frente a mí- No tengo ánimos de salir hoy Kevin.

-¿Y eso?

-No estoy dispuesta- dije dándome cuenta de lo cerrada que sonaba esa respuesta.

-No, no, no, señorita tenemos que platicar- Kevin me apartó de la puerta y entró a la casa sin que pudiese hacer algo para evitarlo.

-¡Kevin!- exclame para llamar su atención antes de que pudiese ver a Iara. Mire de reojo y me di cuenta de que no estaba en la sala, seguro que se había escondido.

-¡Violeta!- dijo este como contestación- estás muy rara- me miró detenidamente sin perder ningún detalle- tal parece que estas muy preocupada, y eso no es bueno, dime que pasa.

-Mis padres no están- dije tratando de cubrirlo con eso- y es por ello, me preocupan.

-Tú no te preocupas por esas cosas- dijo el mientras sonreía- creo que sé lo que quieres decir.

Mire hacia las escaleras tratando de ver a Iara pero ella no se encontraba por ningún lugar. Me senté en el sofá junto a Kevin esperando que  este no viera a Iara.

-Podríamos revivir viejos tiempos- dijo al momento en que se acercaba a mí y me comenzaba a besar.

Lo traté de apartar pero era demasiado pesado para que pudiera moverlo- No Kevin- dije en cuanto este se apartó de mí.

-Vamos, solo  para divertirnos un poco.

Kevin no era mala persona, aunque a veces era demasiado insistente y por ello casi siempre cumplía sus objetivos.

-No, enserio aléjate- dije sin que este hiciera gesto de pensar obedecer- ¡aléjate de mí!- exclame antes de sentir como el cuerpo de Kevin se retiraba de golpe de mí, abrí los ojos y me encontré con Iara parada frente  a mí, Kevin no se veía por ningún lado, hasta que note una pierna asomándose detrás de uno de los sillones de enfrente, Iara lo había lanzado a la pared.

-¿Estas bien?- dijo sin perder de vista el cuerpo inmóvil de Kevin.

-Sí- asentí con la cabeza mientras me recuperaba de la impresión, me levante del sofá y caminé hacia Kevin- ¿Le has matado?- pregunte aun sorprendida de lo que Iara había hecho.

-No, solo lo aparté de ti- dijo ella como si nada.

-Gracias- dije antes de agacharme a ver a Kevin- por no matarlo, gracias.

Kevin comenzó a recuperar el conocimiento y a incorporarse con mucho cuidado –Pero qué demonios fue eso- dijo antes de levantarse por completo.

Kevin vio a Iara y no dijo nada, la vio de arriba abajo sin decir nada esperando una explicación de mi parte.

-Ella es Iara mi –tenía que pensar rápido en una excusa que fuese lo suficientemente bueno- mi prima –dije para calmar la curiosidad de Kevin.

-Lo siento no sabía que tuvieses compañía- volteo hacia atrás hasta la pared con la que había chocado- ¿Cómo es que me ha lanzado volando 5 metros?

-Ah –balbucee un poco -es que ella… levanta pesas, por eso es muy fuerte -No tenía ni idea de que era lo que podía decir para contestar eso.

-No parece ser del tipo de chica que hace halterofilia –dijo el mirando a Iara fijamente quien no había dicho nada hasta el momento. 

-Se quedará aquí durante un tiempo, ella es de... –miré a todas direcciones en busca de un lindo y helado lugar –Toronto, en Canadá –después de ver la playera de los toros de chicago Toronto Canadá vino a mi mente.

-Siento haber causado todo esto, mucho gusto Iara –Kevin estiró la mano en dirección a Iara la cual contesto el saludo sin decir nada –Creo que mejor me marchó, no quiero incomodar más –Kevin se dirigió a la salida y se marchó un tanto apenado.

Me recosté en el sofá y me llevé las manos a la cabeza.

-Pude haberlo matado –Dijo Iara mientras observa aun la puerta.

-Sí, lo sé- dije sin mirarla –yo, bueno esto que pasó fue…

-No tienes que explicar nada –intervino secamente –no soy alguien a quien le debas explicaciones.

La sala comenzó a enfriarse, de la nada la temperatura descendió considerablemente, hasta el punto en que se podía ver mi aliento.

-Iara… ¿estás bien? –me acerque a ella y noté un tono azul eléctrico en sus ojos.

Ella no parecía escucharme, estaba inmóvil con la vista hacia la puerta.

-Iara, ¿todo bien? –repetí para ver si obtenía respuesta, me levante y la tome de la mano para llamar su atención, su piel parecía un bloque de hielo, estaba por completo helada.

-Estoy bien –contestó sin dirigirme la mirada.

No tenía ni idea de lo que le estuviese pasando, en las pocas horas de conocerle se había mostrado bastante cálida y tierna, de pronto su cambio radical de actitud me tomó fuera de balance, por una razón que me es difícil de entender su comportamiento frío me dolía.
*********
                               Iara.
Tenía que resistir lo más que pudiera, tenía que controlar el impulso, no podía perder el control en ese lugar desconocido, sentí ganas de ir por ese humano y congelarle los órganos o atravesarlo con mi brazo.

-Ahora sabe que estoy aquí, no contemplaste conque alguien viniera y creo es peligroso- dije apartando la vista de la ventana y sentándome a un lado de ella.

Violeta parecía estar analizando las cosas –No creo que le diga a alguien, se encuentra bastante apenado con lo que acaba de suceder.

-¿Canadá?

-Es un país muy lindo –dijo Violeta mostrando una sonrisa un poco forzada.

 Noté como Violeta comenzó a temblar un poco, no me había percatado de lo que estaba ocurriendo, su aliento podía verse al exhalar, respire profundamente y me concentre en relajarme –Lo siento –dije antes de recuperar la calma por completo.

-Descuida –dijo ella amablemente.

-Oye –no sabía si lo que iba a ser sería lo mejor pero no quería estar más con ella, no deseaba interferir en su vida y causarle más problemas de los que ya tenía gracias a mí, unos segundos me bastaron para llegar a la conclusión de que lo mejor para ambas era irme, debía ocuparme de regresar a mi planeta y luchar para recuperarlo –Fue bueno conocerte –me levante del sofá y me dirigí a la puerta.

-¡Qué! –exclamo apresurándose a interponerse en mi avance.

-Lo mejor es que me valla de aquí, no quiero causarte problemas, gracias por tu ayuda, fue muy útil.

-Estás loca –puso sus manos en mis hombros evitando que pudiese dar un paso más -¿A dónde se supone que iras?

La mire sabiendo que no tenía forma de contestar ya que no sabía a donde me dirigía, podría apartarla con un leve golpe y retirarme sin decir más, aunque sería muy descortés de mi parte contestar solo con un golpe.

-Iara… no tienes que marcharte –Dijo con algo que me atrevo a decir era tristeza en su voz.


-Gracias –dije antes de darle un ligero empujón con el costado de la mano y encaminarme hacia la calle sin ver atrás.
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