Capítulo 75 2ª parte
Agostina, Agostina me dijo mentalmente al ver como
este imbécil quiere provocarme con el tema de mis hijos, primero muerta antes
que dejar que mis peques le digan así, está muy mal de la cabeza si piensa que
voy a permitir eso.
Lo único que quiere es que caiga en su provocación
como hasta ahora no le he hecho caso, se piensa que de esta manera lo hare, y
la verdad de solo pensarlo e imaginar a mis hijos con él me dan ganas de
matarlo. Tengo que hacer uso de mi aplomo en esta situación, aunque supongo que
este imbécil ya se dio cuenta que no me gusta nada de lo que está diciendo.
Maldito infeliz ¿Por qué carajo mete a mis hijos en esto? Si sé que con tal de
hacerme sufrir se meterá con ellos, pero no voy a permitirlo, no me importa lo
que tenga que hacer para impedir las idioteces que está diciendo. Ademas Luna
lo conoce y sabe de lo que es capaz y no va a dejar que se acerque a ella y
muchos menos a los niños.
- Ya sabes hermanita – dice – no
necesito embarazar a nadie porque tus hijos me dirán papá, bueno al acostarme
con tu mujer puedo dejarla embaraza – todo esto dice riendo.
Damián cada
día está más mal de tu cabeza y el cerebro para algunas cosas te funciona pero
otras solo para decir idioteces y seguir soñando despierto, jamás te dejaría
Luna y los demás acercarte a ella o nuestros hijos.
- Imagínate – él sigue hablando
o delirando mejor dicho – hare que tus hijos sean parecido a mí.
- Jajaja – rio ante esto último
que acaba de decir.
- ¿te causa gracia? – pregunta y
con la mano abierta me da un golpe en la cara y puedo sentir como lastima mis
labios con esta acción.
- La verdad si ¿es que acaso no
te escuchas? – y a pesar de que sonreír hace que me duela la boca no puedo
evitarlo.
- Cuando ellos se parezcan a mí
– responde enojado – especialmente el niño, vas a dejar de reírte.
- ¿quieres que MI HIJO sea un
perdedor como tú? – contesto– Jajaja eso jamás va a ocurrir, sigue soñando.
Al decir lo último otra vez empieza a los golpes
porque es lo único que sabe hacer golpear y no defenderse con palabras, sabe
que tengo razón, las únicas cosas que ha logrado tener es por hacer las cosas
de esta forma y no quiero pensar que más habrá hecho si es capaz de hacerme
esto a mí que soy su hermana, pobre los
que no tienen su sangre.
- Ademas… quieres- digo apenas puedo hablar de los golpes y de la
sangre de mi nariz – hacerlo poco hombre como tú, que lo único que sabe es
golpear a una mujer en este estado.
- ¡cállate! – grita – mi padre
siempre te hizo entrenar desde chica, tu cuerpo puede recibir estos golpes y
más, no me vengas con que no golpe a una mujer.
Está realmente cegado y no solo por las cosas que
le dije sino por todo lo que siente contra mí. Solo ruego poder encontrar la
forma de salir de aquí de proteger a mi familia. Uriel me conto que trajo a Ari
con él porque este imbécil trato de abusar de ella, supongo que sabe que está
aquí y donde vive porque por lo que veo me ha estado vigilando y yo también soy
bastante estúpida como para no darme cuenta que me estaban vigilando o
siguiendo y sobre todo los de seguridad, ellos deberían darse cuenta de
esto. De mi parte he estado todo este
tiempo embobada en el embarazo y mis hijos al nacer y más al estar nuestros
guardaespaldas de alguna manera me sentí segura y deje de prestar atención de
estas cosas de seguimiento y demás.
Poco a poco dejo de sentir mis brazos y la fuerza
del cuerpo también productos de sus golpes, hoy soy su saco de boxeo por asi
decirlo porque no ha parado de golpearme el muy hijo de su puta madre.
Uriel se ha ido a
uno de los depa de la ciudad con Ari porque no soporta estar bajo el mismo
techo conmigo. El día la pasamos hablando y arreglando las cosas de la
habitación de los peques, necesitamos tener todo preparado e incluso Luna ya
tiene el bolso que vamos a necesitar cuando llegue el momento del parto.
Los días
siguientes son iguales con la única diferencia que voy a la empresa solo a firmar papeles que necesita Uriel por el tema
de los laboratorios de los que está encargado y no solo de aquí sino también de
otros lugares. Ari está trabajando en el puesto de Luna, casi siempre nos
estamos cruzando por los pasillos pero ella siempre busca estar rodeada de las
otras personas que trabajan aquí, como si el que yo me acerque a ella, fuera
hacerle algo o no sé qué cree o piensa. La verdad es que duele esta actitud de
ella, porque es como si me tuviera miedo, ya no sé qué pensar por qué hace
esto.
Los primeros días
entendía por qué lo hacía o al menos lo sospechaba porque ella me lo dijo
cuándo me dio la bofeteada, de que como yo no quise escucharla cuando a vi con
Damián ella no tenía por qué escucharme ahora, pero no puede seguir con esa
actitud siempre en algún momento tiene que escucharme o cambiar esa forma de
pensar.
Me he acercado de
todas las formas posible para ver si me deja hablar pero no hay forma, mi mujer
lo sabe, Luna siempre supo lo que me dolió que ella se fuera así y todo el
internado pensara eso de mí y aun duele, tuve muchas pesadillas con esa noche,
llegue a tiempo de que no le hicieran nada y también el hecho de que no podía
creer de Damián eso, ahora me puedo esperar cualquier cosa de él e incluso
hasta lo que no me imagino.
Si insisto en
hablar y no me he rendido y dejado de intentar es por Luna ella es la que me
pide que tenga paciencia y que insista en hablar con Ari, que en algún momento
aunque sea por cansancio tendrá que escucharme.
Llego a casa luego
de la empresa, sinceramente ni se para que voy, bueno en realidad necesitan mi
firma y opiniones, etc. Veo sentada a mi mujer en la sala y ella está comiendo
un bollo dulce mientras que con la otra mano se acaricia el vientre.
- Hola – dijo sonriendo ante semejante escena que es muy habitual, dejo un
beso en su frente y bajo mi rostro al vientre – hola mis glotoncitos – deje n
beso en tres partes como lo hago siempre desde que me entere de ellos.
- ¿Cómo estuvo tu día? – pregunta Luna haciendo que mi mano siga
acariciando el vientre – se sienten también cuando sienten tu mano
acariciándolos.
- Bien como siempre – contesto con una sonrisa - ¿Cómo tú? – levanto una
ceja de manera picara por lo que dijo.
Últimamente entre
Luna y yo hay esa complicidad de amigas que teníamos de ponernos de novia
cuando solo éramos amigas y nos atraíamos y por un lado me hace bien pero por
el otro no quiero no pensar pero tengo que solucionar mis sentimientos, no
puedo seguir con esta confusión. Luego de pasar la tarde hablando de todo un
poco con Luna, cenamos tranquilas, salvo ella que últimamente que me roba la comida
de mi plato pero por mis glotoncitos puede hacerlo las veces que quiera, aunque
quede con hambre.
Otro día más
empieza otra vez con la misma rutina donde voy a tratar de acercarme a Ari. En
serio esto de venir acá es muy aburrido, saludar a los empleados y encerrarme
en mi oficina hacer nada bueno esperar que llamen para “necesita firmar esto”,
lo único interesante es poder ver de lejos a Ari, podría dejar a alguien más a
cargo de todo esto pero no puedo, no confió en nadie más para dejar lo que mis abuelos
construyeron con tanto esfuerzo. Al
entrar en mi oficina y dejar mis cosas en el escritorio me acerco a la ventana
a mirar lo que pasa en la calle, ver cómo cada uno va metido en su mundo y más
ahora con la tecnología, solo tienen vista en el móvil, creo que si
Einstein estuviera vivo volvería a
morirse al ver que se hizo realidad lo que el predijo, de que el día que la
tecnología sobrepasara la humanidad, habría una generación de idiotas. Por un
lado la tecnología sirve de mucho, solo que a veces no se sabe usarla como se
debería, puedo dar ejemplos de eso de lo que veo al menos por la calle.
- Aquí estas – escucho la voz de Ari tras mío.
- ¿Dónde más podría estar? – digo girándome y encontrándome con sus ojos,
están cansados.
- No lo sé – le cuesta hablar.
Nos quedamos
mirando a los ojos ¿Por qué esta acá? La siento rara en su forma de hablar y
eso que no hablamos mucho, solo han sido unos intercambio de palabras ademas de
las ojeras que tiene. Comienza acercarme sin apartar sus ojos de los míos,
mientras ella avanza yo retrocedo, no quiero ligarme otra abofeteada sin haber
dicho nada. Me encuentro arrinconada en la pared y ella a escasos centímetros,
su rostro cada vez más cerca del mío, apenas si puedo respirar, estoy perdida
en sus ojos grises.
Su boca encuentra
la mía mientras su mano pasan por mi cuello y la mía instintivamente van a su
cintura, su beso es intento y de todas formas respondo por unos minutos hasta
que la lucidez llega a mi cerebro, y la separo lentamente.
- Esto no está bien Ari – respondo al ver que quiere volver acercarse.
- ¿no es lo que querías? – dice.
- Sí, pero no estando tu borracha – respondo - el aliento alcohol de tu boca lo dice todo.
ademas quería que habláramos
- Eres una estúpida – contesta empezando a salir y por su caminata veo que
está bastante borracha, saliendo y azotando la puerta.
Hablo con Uriel
para que se fije por ella porque no puede andar asi aquí en la oficina y menos
por la calle, no quiero que le pase nada.
Fue el único acercamiento amistoso entre las dos
ese día, los demás siguieron siendo igual entre nosotras, y podría decirse
que incluso peor aunque ella no dijera
nada podía verlo en su mirada, rabia, supongo que seguía siendo por ser Luzbel
“quien intentó abusar de ella” cuando salga de aquí si salgo viva, porque no
siento mi cuerpo e incluso mi cara, me alejare de ella definitivamente y me
dedicare a mis hijos y mujer.
****
Ya han pasado más de diez horas de que no sabemos
nada de Luz y la verdad me preocupa esto, ella no es asi. Ahora tiene hijos y
no desparecería de esa forma. Me canse de llamar a su móvil y nada, según la
operado está fuera de servicio.
Gabriel y las niñas se han dormido del cansancio
pero puedo ver que no están durmiendo bien porque se mueven mucho en su cuna y
algunos pequeños quejidos.
Me mata ver así a mis peques, ellos son muy pegados a Luz y Luz a ellos, y estoy
completamente preocupada no solamente por no saber dónde está metida sino
también por ellos, no quiero que se enfermen.
Bajo las escaleras por un té cuando vea que entran
los guardaespaldas que estaban con Luz golpeados, los sosteniéndose mutuamente.
- ¿Qué paso?- pregunto
acercándome rápidamente a ellos y haciendo una seña para que otros dos de los
que están afuera entren y me ayuden.
- No lo sabemos – responde uno
bajando la cabeza avergonzado.
- ¿Dónde está ella? pregunto
desesperada en este momento solo me importa saber dónde está mi esposa.
- La buscamos cuando despertamos
pero ni rastros de ella – dice el otro mientras se sientan para que le puedan
limpiar la herida de la cabeza que tiene ambos.
- ¡Uriel! – grito para que
aparezca de donde sea que se haya metido.
Esto no puede estar pasándonos a nosotras ¿Dónde
está? ¿Quién se la llevo? Ya no sé qué pensar de si son los caidos, o quien nos
ataca. Solo quiero que ella entre por esa puerta con su sonrisa y me abrace
fuertemente y diga que todo está bien.
- ¿Qué? – dice apareciendo
rápidamente y al ver a los guardaespaldas se acerca ellos – cuéntenos que paso.
Necesitamos encontrarla.
- Estábamos volviendo a casa –
responde uno de ellos – ella venia corriendo delante de nosotros, no muy lejos,
a una distancia prudente cuando todo se volvió negro.
- Lo mismo me paso a mí – dice
el otro – ambos veníamos detrás de ella, él – señala a su compañero – venía
detrás de mí.
- ¿vieron algo raro? – pregunta
Uriel que camina por toda la sala.
Las lágrimas salen sin control de mis ojos, que no
le pase nada, es lo único que pido internamente ¿Por qué mierda siempre le pasa
algo a ella?
- Sinceramente no – responden –
todo normal como siempre. Ya nos faltaba poco para llegar cuando paso eso.
usted sabe que estamos en un lugar poco transitado, quien sea que lo hizo
estaba escondido.
- ¿Uriel? – lo miro para que me
diga si tiene que ver con eso de ser angeles.
- No – responde – acá hay algo
más, voy averiguarlo – deja un beso en mi frente y se aleja a hablar por
teléfono.
Solo puedo quedarme sentada en la sala viendo a la
nada, pensando en ella, en nuestros hijos.
- Llama a tu suegra – die Uriel
parado a mi lado y lo miro – necesito que estén todos aquí contigo mientras
nosotros vamos a buscarla.
- La encontraremos – responde
Ari.
Solo asiento con la cabeza y la Nana al estar
despierta es ella quien llama a Gabriela que hace unos días está en la ciudad,
lo cual no le hace gracia a Luz, se viven diciendo cosas, bueno más ella es la
que se lo dice a su madre.
La veo entrar por
la puerta con la cabeza como niña regañada por haber hecho algo malo, lo que
significa que algo pasa. Es la primera vez desde que nos casamos que la veo de esta
manera, mal.
- Cariño – digo haciendo que levante la cara y me mire - ¿Qué pasa?
- Perdóname – responde y apenas alcanzo a escucharla.
- ¿Qué tengo que perdonarte?
- Yo… yo… yo te engañe – dice y me la quedo mirando sin saber que decirle.
- ¿Cómo? – la pregunta sale inconscientemente
- Ella entro a la oficina – responde nuevamente agachando la cabeza –
hablamos, me beso y yo – toma aire y levanta
la cabeza mirándome y en sus ojos azules veo dolor – le respondí el
beso.
Solo puedo
agarrarme el vientre y quedarme sentada mirándola ¿Qué decirle? Yo sé que siente algo por ella, aunque no
pensé que fuera a pasar esto.
- ¿arreglaron las cosas? – pregunto
y ella niega con la cabeza – ¿entonces?
- Ella estaba tomada – responde suspirando – yo… en verdad lo siento Luna.
Sé que te lastime con esto y es algo que no puedo perdonármelo.
- ¿sabes? – digo haciendo que se siente a mi lao – es algo que sabía que
pasaría en algún momento, pero creí que primero aclararían las cosas entre
ustedes.
- Tú mejor que nadie sabes que quiero hablar con ella aclarar las cosas
para que deje de culparme de algo que no hice – sus ojos miran mi vientre –
pero ella no quiere y hoy pasa esto.
- Yo te entiendo y sé que tienes sentimientos encontrados por las dos pero
sabes que tienes que aclarar las cosas y luego decidir que sientes realmente
por cada uno. Y por favor ya quita esa cara – digo – está todo bien, solo fue
un beso y agradezco tu sinceridad.
- Eres la madre de mis hijos – dice llevando su manos a mi bulto – no
podría mentirte, no me sale.
Solo me quedo
mirándola. ¿Cómo Ari puede ser tan dura con ella? si es un amor, su corazón es
puro, no tiene maldad para nada, si ella quería podía ocultarme esto y dejar
como si nada hubiera pasado y esta acá sentada a mi lado contándome eso aunque
sabe que me duele pero es mejor la verdad a la mentira y ella lo sabe.
- Auch – digo al sentir una patada
- ¿estás bien? – ahora su mirada es de preocupación –
- Estoy bien cariño, solo son tus hijos – respondo.
Veo como ella pasa
la punta de sus dedos por el vientre.
- Uff, mierda – digo otra vez con otra patada.
- ¿en serio… - no la dejo terminar.
- Estoy bien – digo pasando mi mano por su cara y volviendo la vista a sus
dedos – alguno será futbolista. La puta madre que lo pario – digo al sentir
esta vez dos patadas a la vez.
- O sea tu en un tiempo no muy lejano – dice sonriendo.
- Si siguen asi, ya mismo llamo a Alberto para que me los saque – respondo
respirando.
- Ya glotoncitos escucharon a su madre – dice sonriendo jugando con sus
dedos en mi panza – dejen de patear a mama o los corre.
- ¡mierda! – la miro y ya veo porque están así – deja tus dedos quieto o
sácalos.
- ¿Por qué?
- Porque creen que estás jugando con ellos, por eso están meta patear.
- Lo siento cariño – responde dándome un beso en la frente – bebés no es
hora de jugar, lo dejamos para otro día – si la miradas mataran en este momento
estaría muerta – mejor para cuando nazcan – dice rápidamente.
- Se cariño que quieres jugar con ellos, que te gusta sentirlos moverse
pero en este momento ellos dan unas patadas que no te das una idea.
- Lo sé, sé que te duele así que mejor no lo hago, no quiero verte
sufriendo.
- Gracias – digo trayéndola de su camisa y depositando un beso en su boca
– te espero arriba.
Solo asiente con
la cabeza mientras me ayuda a levantarme y subo poco a poco la escalera. Dios
son las hormonas o que pero la deseo mucho y no me importa que se haya besado
con Arikel. Luego de un buen rato sube a la habitación y sonríe al verme en la
cama, se dirige al baño y puedo escuchar la ducha e imagino su cuerpo desnudo
bajo este. Joder esta noche no se salva de no tocarme.
Cierro los ojos
tratando de no pensarla a ella en la ducha. Siento un movimiento en la cama y
la veo acostándose de su lado. Me acerco a ella y giro su cara con mis manos
para que me mire y la beso, ella poco a poco empieza a responder el beso con
suavidad, suelto sus labios y ataco su cuello y mano meto bajo su pijama
acariciando su pecho, siento que esta excitada como yo, al menos su pezón
endurecido me lo confirma.
- Cariño… - me separa un poco de ella – los bebés.
- Te necesito – respondo besando sus labios – ademas los peques están
bien.
- Luna… - no la dejo terminar de hablar.
- Solo hazme el amor – contesto mirando sus ojos azules.
Ella es la que
ataca esta vez mi cuello, mañana tendré algunas marcas, la ropa de nuestros
cuerpo poco a pocos van saliendo de nuestros cuerpo hasta quedar desnudas y
nuestros cuerpos. Me da vuelta y amabas quedamos sentada pero yo arriba de su
cuerpo. Besa mis pechos suavemente con
una mano masajea al otro suavemente, sabe que los tengo sensible, con sus besos
baja hasta donde comienza mi panza, y vuelve atacar mi otro pecho, solo puedo
dejarme hacer por ella.
Hasta que alcanzo
el orgasmo y quedo recostada su cuerpo, sus manos acarician mi espalda, intento
recuperar el aire lo más rápido posible para hacerle llegar a ella también.
Repito la misma acción que ella solo que me entretengo en sus pechos y poco a
poco bajo por su vientre, puedo sentir que me necesita aunque no lo haya dicho
sus gemidos me lo dicen todo, al llegar al lugar deseo veo que está mi mojada,
paso mi lengua por su pliegues lentamente, me gusta su sabor, repito la acción
varias veces, ella agarra las sabanas y su llevo mi lengua su clítoris hinchado
que necesita atención, succionándolo y un gemido más fuerte se escucha salir de
sus labios, hundo mi lengua en su vagina, entrado lo más profundo y alternado
entre rápido, lento y profundo nuevamente hasta sentir que llega al orgasmo.
Subo besando su cuerpo y me abraza y busca una manta para taparnos. Deja un
beso en mis labios y acaricia mi cabello poco a poco el sueño comienza a
vencerme. Despierto al otro día en la cama de espalda a Luz pero puedo sentir
su respiración tranquila en mi cuello y su abrazándome de la cintura mientras
su manos descansa en mi vientre.
Todos los días
despertamos de esa manera y poco a poco volvemos a tener la complicidad de
cuando éramos amigas aunque no hay sexo, ella tiene miedo de dañar los bebés
aunque Alberto le ha dicho que no es riesgoso pero igual.
Llego el fin de
semana donde todo pasamos juntos en casa, incluso Ari que habla con todos menos
con Luz claro, solo lo básico cuando estamos todos juntos. La verdad su actitud
comienza a cansarme, pero luego hablare con ella si no es que sale huyendo cada
vez que nombro a mi mujer.
- Mi niña – dice la Nana entrando y mirando a Luz – la buscan.
- ¿Quién? – responde seria.
- Sera mejor que venga.
Me mira y se queda
sentada mirando su plato ya que estamos almorzando. Aprieto su mano dándole
confianza es raro verla a ella de este modo. Se levanta y sale rumbo a la sala
sin ganas, todos nos quedamos mirando sin saber que decir.
- ¿Qué haces aquí? – se escucha la voz de Luz.
Recuerdo la
mirada de rabia a una mujer de Cabello rubio oscuro,
piel blanca con algunas pecas, delgada y sus ojos marrones, sus puños cerrados
y su mandíbula tensa. Recuerdo que me
acerque a Luz y agarre su mano para apoyarla en lo que sea. La señora lo
primero que hizo fue mirar mi vientre y nuestras manos y luego con ojos
interrogativos a mi esposa. ¿Quién es? Le pregunte a Luz y ella me miro y luego
de un suspiro respondió: mi madre más bien escupió las palabras con rabia.
Volvió a mirarla y decirle que su hijo preferido no se encontraba en nuestra
mansión, supuse que se refería a Damián.
La mujer me miraba como pidiendo que intercediera y no es que no lo
quisiera hacer pero preferí que ella arreglaran la situación después de
responderle la pregunta de que eran sus nietos los cuales tendría.
Ahora
me pregunto si ella no habrá dicho a Damián donde estaba Luz, después de todo
él sabe cómo engatusar a Gabriela, solo espero que ella en verdad no tenga nada
que ver en esto.
****
El
observo a Agostina que parece inconsciente de los golpes que le he dado, su
cara podría decirse que tiene varios cortes y ese rostro hermoso que tiene ella
que vuelve loco a todas las mujeres está bastante feo, puede que le queden
algunas cicatrices y quizás deje de tener tanto levante.
Al
verla de esta manera saco un par de fotos más y salgo de la habitación, todo
eso es para enviar a mi padre y ver si se apura en pasar su dinero a unas
cuentas que creamos con Makaelis aunque por supuesto el aún sigue insistiendo
eso de quedarse con el infierno, por supuesto sigo sin entender de qué trata,
pensándolo bien ahora cuando vuelva a por mi hermana y seguir haciéndola sufrir
como yo sufrí todo estos años, voy a preguntarle por eso, estoy segura de que
ella sabe, él le habrá dicho todo e incluso sobre sus negocios más sucios. Mi padre es como decirlo en sus negocios sucios
el que destruye la sociedad o mejor dichos a los adolescentes y demás
vendiéndoles drogas de todo tipo, incluso las experimentales, a él le gusta eso
de ver cómo se auto destruyen con esas cosas, a él le gusta todo lo malo de las
personas, si puede incentivar más eso.
algunas personas de la sociedad diría que mi padre no debe existir,
bueno eso es lo que dicen siempre la gente de personas como él, sinceramente no
sé porque lo hace, las empresas que tiene dejan buen dinero y tiene socios
también del mismo nivel pero él no, le gusta eso de destruir a las
personas.
Llego a
la otra sola donde está el móvil que estamos utilizando para llamar a mi padre
y mandar las imágenes de Agos. Makaelis
está sentado tomando y fumando es su costumbre, ademas de drogarse con todo
tipo de drogas y divertirse con putas aunque en este momento no hay ninguna de
ellas aquí, según él era para que no escucharan los gritos de mi hermana pero
eso es mentira, ella no ha dicho nada, bueno ha gritado a pesar de todo.
-
Aquí hay más fotos –
digo pasándole la cámara.
-
Casi desfiguras su
hermosa cara – dice riendo y sus ojos están rojos seguro de la drogas – pero no
es nada a lo que le espera. Envía eso a tu padre.
Hago lo
que me pidió paso las fotos al móvil y se lo envió a mi padre diciendo que se
apure sino quiere que le vaya peor a su hija adorada. Me imagino su cara debe estar teniendo en
este momento al ver las fotos de ellas, el que siempre la protegió y le enseño
todo tipo de artes marciales para que no terminara como está ahora. Supongo que
la que quizás no esté enterada de nada es Gabriela aunque últimamente anda
mucho con sus nietos. He estado vigilando a mi hermana y pude verla llegar
muchas veces a la casa y alzar a sus nietos e inclusos he ido a verla al
departamento en el cual está viviendo aquí en Italia y revisado su móvil donde
tiene muchas fotos de Agos con su mujer que se me hace conocida de algún lado
al igual que de ella con sus nietos. El niño es parecido a ella, los mismos
ojos azules y el cabello ese rubio dorado característico de ella y de mi padre,
no he visto a nadie más que tenga el mismo color de cabello, una de las niñas
también tiene ojos azules y la otra no, supongo que se parece al donador de
esperma, porque todavía no existe la unificación de óvulos o ¿sí? porque si no
diría que se parece a su otra madre.
-
Tengo un plan para
ella – dice Makaelis cuando me siento frente a él pensando.
-
¿Qué piensas hacer?
Pregunto.
-
Eso ya lo veras –
responde – solo que tú no puedes estar allí, bueno al menos la segunda parte de
lo que voy hacer.
-
¿de qué trata? –
-
Ya lo veras –
contesta fumando – mande a uno de los míos a que me lo traiga.
Lo
observo detenidamente, desde que lo conocí pude reconocer el odio en la voz
hacia mi padre, pero ahora también me doy cuenta que odia a Agos ¿Por qué? No creo que se conozca con ella o quizás sí,
es raro que alguien más aparte de mi odie a la perfecta de Agostina
Gaultier. El sigue bebiendo y fumando
hasta que llego uno de sus hombres que realmente da miedo por lo alto que es y
las cicatrices de su rostro.
-
Vamos – dice
levantándose y no me queda otra que seguirle.
Al
llegar a la habitación veo como saca un látigo y en la punta unas espinas,
bastante largas. Es raro nunca vi un látigo asi.
-
¿Qué vas hacer con
eso? – pregunto abriendo los ojos.
-
Ya verás – responde
mirando el cuerpo de mi hermana lascivamente.
-
Ella no soportara eso
– respondo temeroso, una cosa son los golpes que yo le he dado y otra lo que él
quiere hacer.
-
Ya lo soporto una vez
– contesta el serio y con los ojos aún más rojos – otra vez mas no le hará
nada.
Él se queda observando el látigo, parece ser
demasiado viejo y es de un material extraño, nunca vi uno igual y no solo por
las espinas y en mi cabeza da vuelta lo que él dijo que no es la primera vez
que soportaría algo así.
- Sabes – dice sacándome de mis
pensamientos – este látigo es muy antiguo, no podrias adivinar con quien se
usó.
- Se nota que es viejo, y no,
no sabría decirte con quien usaron.
- Es muy fácil – contesta y
comienza a reír muy fuerte – la humanidad dice que es el salvador del mundo, el
que nació de una virgen – continua riendo mientras no de mirar el látigo en su
mano y no creo que sea quien estoy pensando – lo llaman Jesús.
- Jajaja no creo que un látigo
dure de esa época a esta – digo riendo por lo que me dijo.
- Eres un idiota que no se da
cuenta de nada – responde serio mientras se para a una distancia prudente de mi
hermana que al parecer está escuchando lo que hablamos – si supieran las cosas
que existen en este mundo.
Antes de que pueda responder las idioteces que está
diciendo, la droga le ha afectado su pequeño cerebro que ya ni sabe lo que
dice, veo como el látigo se eleva y cae con fuerza sobre la espalda de mi
hermana, puedo ver como esta se mueve un poco del dolor ademas que una de las
espinas se clavó en su espalda, y al sacar el látigo para volver a darle otro
golpe le habrá dolido, noto como su camiseta comienza a humedecerse, no quiero
ni imaginarme como tiene la piel.
Solo puedo cerrar los ojos pero aun así siento como
los latigazos caen por su espalda y ella no dice nada ¿de dónde saca tanta
fortaleza? Alguien en su lugar estaría pidiendo por favor que pare pero ella
sigue firme, las sangra moja más su camiseta o lo que queda de ella y la sangre
corre hacia otra parte de su cuerpo y lo que logro ver de su espalda, tiene las
heridas abierta, de esto va a quedarle mucha cicatriz. Yo no quería llegar a
este extremo, mi padre va a odiarme mucho más de lo que ya lo hace. No puedo
seguir mirando su rostro, al menos la parte que no se le cubre los ojos y de
todas formas dudo que pueda ver algo de los golpes que le di y ahora su
espalda, no puedo, salgo del lugar rápidamente.
Me sirvo un vaso de vodka y me lo tomo así
rápidamente, esto no estaba en mis planes, odio a mi hermana es verdad pero
tampoco es para tanto, me siento en la silla mirando fijo la pared mientras
escucho los latigazos.
- Hola – dice una niña rubia casi de mi edad sonriéndome.
- Hola – respondo timidamente.
No sé quién la
niña ni porque me trajeron a esta enorme casa, quizás estén por adoptarme.
- ¿Cómo te llamas? – pregunta sin dejar de mirarme.
- Damián – contesto también mirándola.
- Mi nombre es Agostina.
Veo como una
señora y un hombre se acerca dónde nos encontramos nosotros.
- Hija – escucho a voz de la señora.
- Dime.
- Ve a merendar y puede llevarlo a él contigo. Los grandes tenemos que
hablar.
- Bien – responde Agos - ¿quieres merendar?
Agacho la cabeza
no sé qué decir realmente, ni se porque estoy aquí.
- Anda ve con ella – dice la mujer que me acompaña.
- Está bien – contesto y la niña sonríe enormemente y la sigo a su casa.
Entramos en
silencio y nos dirigimos al comedor donde nos sentamos frente a frente y unas
de la señora que trabaja para esta familia nos sirven la merienda.
- ¿Qué van a querer? ¿pastel u otra cosa dulce?
- Yo quiero pastel de chocolate – dice Agostina – y ¿tu?
- No lo sé – respondo sin levantar la cabeza de mi taza.
- Como que no lo sabes – dice Agos – elige algo, lo que quieras.
- Prefiero un pastel como el tuyo – apenas se escucha mi voz, me da cosa
estar en casa ajena de esta forma.
- Bien niño – responde la mujer con una sonrisa y después de servirnos se
retira dejándonos solo.
Quedamos callados
ambos, merendando y yo miro todo e lugar, la verdad es que tienen muchas cosas
de lujos aquí, ojala pudiera vivir en una casa así, pero eso no pasara, porque
nadie adopta a niños como yo y menos si tienen una hija como ella, no necesitan
un niño como yo.
Levanto la vista
de mi taza y la miro y ella sonríe y sus dientes tiene parte del pastel, lo que
la hace graciosa, no puedo evitar reír.
- ¿quieres salir a jugar o mirar tele? – pregunta una vez que termina de
merendar.
- Lo que tú quieras – respondo.
- Entonces vamos a la sala a mirar tele.
La sigo otra vez y
una vez en la sala prende la tele y nos ponemos a ver una película tipo de
zombis y la verdad eso me da miedo porque después sueños.
- ¿te da miedo? Pregunta sería clavando sus ojos azules en los míos.
- Si un poco – digo bajando la cabeza-
- Entonces busco otra – responde cambiando el canal.
Luego de pasar por
varios puso uno de Disney que estaba mostrando una peli de fantasmas, mucho más
interesante que el de zombi. No sé cuánto tiempo pasamos y nos quedamos juntos
mirando esa peli, hasta que vinieron a buscarnos. Me dejaron a mí con sus padres y la señora
que me llevo allí, no la conocía mucho, pero había escucho que era algo así
como asistente social.
- Damián tú no sabes porque estamos aquí ¿verdad? – pregunto mientras me
regalaba una sonrisa.
- No señora no se – respondo sin dejar mirarlo.
- Bueno ves este hombre frente a ti – dice señalando y por supuesto que lo
miro – él es tu padre.
- ¿mi… mi padre? – pregunto sin dejarlo de mirarlo.
- Si pequeño él es tu padre – responde la señora hablándome con toda la
amabilidad del mundo – y te quedaras a vivir aquí con ellos – señala a la
pareja - y tu hermanita.
- ¿en serio? ¿ella es mi hermana?
- Así es, hemos hablado y firmados los papeles como él es tu padre tú ya
puedes quedarte hoy aquí.
- Pero tengo mi ropa allá – respondo, la verdad solo tenía poca ropa pero
igual.
- De eso no tienes que hacerte problemas – dice la otra mujer – nosotros
te compraremos ropa.
- Pero…
- Aquello tiene valor para ti – contesta ella – entonces iremos por ellos.
- No importa – contesto rápidamente – no creo que eso vaya acá– digo
mirando a mi alrededor, la ropa de ellos es toda cara y la mía ya está gastada,
mejor olvidarme de ellos.
- Si eso quieres pequeño está bien.
Y de esa manera
empecé a vivir con mi padre y con mi hermana, que me enseñaba muchas cosas que
yo no había podido aprender hasta ahora.
Los días fueron pasando y empezamos la escuela, era un colegio privado y por
supuesto tenía todo, el uniforme y demás cosas que se necesita para estudiar.
Llegamos al
colegio y sus amigos sorprendidos por llegar conmigo, después de todo, no soy
la gran cosa como ella, apenas unos días tuve para acostumbrarme a mi nueva
vida de ricachón. Al terminar la primera hora de clase salimos al recreo y
fuimos bajo unos árboles donde ella suele jugar, luego de un rato se fue a
comprar unos refrescos y quede solo.
- Aquí está el pobretón este que se cree de nuestra clase – dice un chico
un poco más grande que yo.
- ¿Qué quieren?
- Solo darte la bienvenida – responde – y saber cómo se trata a lo que no
son de nuestros estatus social.
Con sus dos amigos
me agarraron de la camisa mientras él me dio un golpe en el estómago, cerré los
ojos al ver que me iba a dar otro pero nunca lo sentí, decidí abrir los ojos y
ahí estaba ella dándole un buen golpe y otro entre sus piernas, los otros dos
chicos me soltaron y fueron por ella pero hizo lo mismo con ellos y quedaron el
suelo llorando porque les dolía el golpe en su parte intima.
- Con mi hermano no se metan – dice estando muy cerca de ellos- o se la
verán conmigo ¿les quedo claro?
- Si… si – salieron corriendo antes que les vuelva a golpear.
No pensé que una
niña como ella podría hacer eso, se supone que las nenas como ella no saben
pelear ni esas cosas, pero ella sabe y esos chicos salieron huyendo.
- Gracias – respondo al verla frente a mí.
- No hay de que, para eso están los hermanos – dice con una sonrisa.
- ¿en serio?
Veo como se queda
mirándome con una sonrisa y por supuesto yo un niño tímido bajo la cabeza.
- Los hermanos se protegen.
Una lágrima
cae silenciosa por mi mejilla. Ella siempre me protegió e incluso en ese
maldito internado y yo la tengo acá dándole golpes dejando que ese destroce la
piel de su espalda. ¿Cómo llegue a odiarla tanto? ¿Todo por una mujer? Que ella
tenía razón, no quiso nada conmigo a pesar de que le escribí una carta.
Sea como sea de esto no hay vuelta atrás.
****
Ya perdí la cuenta de los golpes que me ha dado ese
Makaelis que me ha preguntado demasiada veces si en verdad no recuerdo quien es
y lo que me ha hecho en mis vidas anteriores y por supuesto aclararme que esta
vez porque haga de hija de Lucifer no significa que él no iba a volver
hacerlo. No contesto nada, es mejor no decirle
nada, la verdad es que no tengo fuerzas de ninguna manera, los brazos ya no los
siento, va solo siento el dolor de como los tengo y eso del látigo con unas
espinas grandes que según este demonio fue con el que golpearon a Jesús cuando
lo llevaban a crucificar. La espalda
también, siento el ardor de las aberturas de las heridas y las sangre que sigue
cayendo por ella, lo único que falta ahora es que me ponga la corona de espinas
y ya estamos. No se cansa de golpearme con eso y sé que está buscando que le
suplique que no lo haga y no voy hacerlo.
No podía creer que
mi madre estuviera frente a mi ¿Qué hacia allí? ¿Cómo se enteró? Yo no la llame
desde ese entonces y menos lo haría ahora. No sé porque mi mirada se va
rápidamente a Arikel que se encuentra al igual que los otros unos metros más atrás
observando todo.
- ¿son tus guardaespaldas? – dice mi madre señalándolos sin dejar de mirar
mi mano con Luna que está a mi lado como siempre.
- Ellos son mi familia – digo sin girarme - ¿Qué quieres?
- Vine a visitar a mi hija, pero no pensé en encontrarme con ser abuela.
- No soy tu hija, en todo caso podes darte la vuelta y retirarte y que yo
sepa tu adorado Damián no embarazo a ninguna al menos que la pobre ya este tres
metro bajo tierra por eso y no sos abuela.
-
no seas así
conmigo - responde mi madre con una
sonrisa – cometí un error por eso estoy aquí. Me gustaría hablar contigo.
-
Y yo no quiero
hablar contigo ¿podes entenderlo?
Puedo sentir la mano de Luna apretando la mía, la verdad no odio a mi
madre ni nada solo estoy con rabia que no fue a verme en la cárcel y que
defendió a Damián cuando beso a Ari y ahora parece así como si nada.
-
Está bien –
responde mi madre mirándonos a ambas- pero vendré y ademas me gustaría conocer
a mi nieto o nieta.
Al terminar de hablar salió de la casa y yo sigo parada sin entender
cómo es que llego acá y no quiero que mi padre lo sepa y por supuesto ese
imbécil de Damián.
-
¿estás
bien?-pregunta mi esposa acariciándome la mano
-
Si estoy bien,
solo que no sé qué hace acá y como es que dio conmigo – respondo – pero voy
averiguarlo en algún momento.
-
¿Por qué le
dijiste que no son sus nietos?
-
Porque no quiero
que este cerca de ella porque cerca de ella está Damián y es mala influencia
para nuestros hijos – respondo acariciando su vientre.
-
Yo tampoco quiero
que estén cerca de él.
Seguimos hablando un rato más y Luna se tomó su postre siempre algo de
chocolate, según ella antojos de los glotoncitos pero creo que es más de ella.
Los días siguen pasando y asi pasó dos semanas desde que mi madre llego y al
ser sábado estoy en casa disfrutando una tarde con mi mujer y mis peques al
cual le hablo y ellos se mueven, me gusta sentirlos.
Un auto se acerca y no séquién será, nuestras amigas andan en nuestros
autos y ellas están en casa en su cuarto…
-
Mierda – respondo
al ver quien baja del auto
Luna me mira y una mano se lleva a su vientre como protección y con la
otra sostiene mi mano apretándola fuerte, estoy segura que ella no quiere
discusión con mi madre y tratare no dárselo.
-
Hola hija – dice
sonriéndome y parándose frete a nosotras – hola- saluda a Luna.
-
¿quieres hablar? –
pregunto levantándome de mi lugar.
-
Si a eso vine –
contesta.
-
Entonces vamos a
mi oficina.
-
¿ella no viene?
-
No, ella se queda
aquí – respondo seria.
Le guiño un ojo a Luna y camino dentro de la casa con mi madre detrás,
dejo que ella entre primero en la oficina que era de mi abuela y ahora mía.
-
Esto no ha
cambiado – dice mi madre.
-
Y no lo va ser mi
abuela le gustaba así.
-
Si se la pasaba
mucho tiempo aquí.
Nos quedamos frente a frente sin decirnos nada,
supongo que ella está pensando en su madre, en mi abuela adorada, siempre
estuvo para mí, en todo momento y eso es lo que extraño de ella.
- ¿Cómo sabias que estaba aquí?
- Escuche en una conversación a
Damián hablando con alguien – responde y mi cara debe decirlo todo – y perdón
por haberlo defendido es vez, estos últimos días pude abrir los ojos respecto a
él.
- Mierda – digo al saber que ese
sabe que estoy aquí - ¿tengo que creerte?
- Entiendo que no confíes en mi –
dice mirándome y acercándose- vi el video de las pruebas de que tu no fuiste y
también donde Damián mato a ese chico.
- ¿Qué? ¿cómo lo viste?
- Los encontré en tu cama y ahora
sé qué clase de persona es Damián no puedo creer que se haya convertido en un
hombre sin escrúpulos – la veo mal por eso – y estoy acá porque quiero arreglar
lo que hice mal antes de que te vinieras aquí, dame una oportunidad de estar
cerca de ti y de mi nietos.
- ¿ese sabe que estas aquí? No lo
sé, puedo darte una oportunidad pero manteniendo distancia.
- No, no sabe ni siquiera tu padre.
gracias esta vez no voy a defraudarte.
- Si anda aquí, espero me lo digas
– digo llevando mi mano a mis cabellos que ya están más largo – eso espero
porque no habrá otra oportunidad.
- Gracias – vuelve a decir
sonriendo.
Salimos al patio y ella feliz de la oportunidad que
estoy dándole como madre para que arregle lo que hizo mal la última vez.
- Cariño – digo acercadme a Luna –
te presento a Gabriela – continuo cuando ella me mira – tu suegra.
- Es un gusto conocerla señora –
dice con una sonrisa.
- El pacer es mío – contesta mi madre
mirando su vientre - ¿puedo?
- Por supuesto, son sus nietos.
- ¿nietos?
- Si son tres – contesta ella como
si nada.
Realmente espero no arrepentirme de esta decisión y
que Damián no esté cerca de ella porque no se de lo que soy capaz, no quiero a
ese cerca de mis hijos.
Vuelvo a
la realidad donde estoy toda herida, una que me tiene el cuerpo lleno de
heridas, que seguro me dejaran cicatrices pero no me importa, lo único que
quiero volver es con mis hijos y si no estoy con ellos, no quiero que Damián
cumpla eso de querer hacer sus padre, sé que lo dijo para hacerme sentir mal
porque sabe que son mi debilidad pero de todas formas no lo quiero cerca, tengo
que salir de aquí como sea. Makaelis sigue hablando y no me interesa, solo
puedo pensar entre personitas que me necesitan y Luna que debe estar
desesperada, quiero estar con mi familia.
- ¿sabes que eres un ángel caído? – escucho la voz de Makaelis – y a pesar
de eso no tienes alas negras como los demás.
No
respondo nada, sé que soy un ángel caído bueno mi alma al menos que está en
este cuerpo humano, y no sé porque no tengo alas negras como los demás caidos.
- Ella tenía que ser mía – sigue hablando y dándome sus latigazos – pero
no, tu tuviste que besarla, y ÈL no dijo nada. Pero en esta vida ella será mía
y tú lo veras sin poder hacer nada.
¿A quién
se refiere? Al otro ángel supongo que todavía no se quien carajo es pero debe
ser alguien muy importante porque de las vidas que recuerdo me matan por haber
besado a ese ángel por haber elegido a ese ángel.
- ¿sabes que es lo peor de un ángel? – habla al acercarse a mi – nefilim.
Mis alas
salen de mi cuerpo puedo sentir el peso a pesar de tener todo el cuerpo
dolorido. Quiero poder volar e irme de aquí.
- No poder ir rápidamente donde nos necesitan – dice
Y la
verdad no entiendo que quiero decir además de que me pierdo la mayoría de lo
que dice por las cosas que pienso.
- Tú no tendrás tus alas – dice y
el dolor atraviesa mi cuerpo y alma.
Nota:
Ángela: Damián tendrá su merecido en su momento y espero esta segunda parte te guste. Sara: gracias por ser paciente con la
historia. mía: Ari no recuerda mucho
lo que paso esa noche y no es por justificarla pero después de que Agos no le
dijo que es Luz es medio entendible que no crea mucho en ella, y más que esta
confundida. Ya en su momento se dará cuenta. Anonim@s: ya van a saber que le dijo a Luz y bueno el orgullo a
veces es lo peor veremos donde lleva eso a Ari. Y gracias porque les guste la
historia.
------------------------------------------------------------------------------------------------------
La Teta Feliz Historias y Relatos ® Ve C- Derechos Reservados
©
Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser
reproducida, ni en todo ni en parte, registrada o transmitida por un
sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún
medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico,
por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo, por escrito, del
autor.
Ayyy esta buenisimoo el capítulo me encantó!!!!
ResponderEliminarque¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡... o por dios no me digas que le corto las alass???
ResponderEliminardode esta uriel o ari para q la ayuden esto no puede estar pasandooo noooo.....
Oyeeee no.. q no le quiten sus alas a luz... por fa eso no... y no se si reirme o rabiar por lo de damian ahora es q se da cuenta q agos siempre lo quiso???... por favor el es la maldad personificada igual q makaelis... el si se dio cuenta q luz es uno de los angeles... y donde carajo esta lucifer!!!! Todo el mundo aparece menos el... Dios me vuelvo loca con solo un capituli y esperando mas!!!.
ResponderEliminarGracias otra vez por rsta bellisima historia y a tener paciencia esperando el gran final...
bueno.... la verdad aunque sigo la historia... y la espera es superior a la intriga ... espere para leer estos dos capítulos juntos... me esperaba un poco mas... no me mal interpreten.. pero se ve que los estados anímicos de la escritora influyen ... esperando que cada critica a si no sea la de echar flores... a toda hora sea constructiva.. agradezco.. por los momentos que brindan para entretener... mil gracias Kamila Bejarano
ResponderEliminaren 3 dias he leido todos los capitulos de este relato esta muy bueno la verdad espero la conti ya no aguanto mas jajaja siii me as dejado con ganas de mas, excelente tu manera de escribir muchas gracias por compartirlo :D
ResponderEliminarQue decir de algo que me llena de tantas sensaciones a la vez.
ResponderEliminarVec sabes que sigo y adoro tu historia desde siempre y aunqu a veces me arranco los pelos cuando pasas muchos días sin subir algo, siempre nos recompensas con un capitulo que me dejo con el alma pendiendo de un hilo (porfis no le quites sus alas a Agos), que decir de Damian mas de lo que ya sabemos es un idiota y además lento, en fin son muchas cosas y ps espero con demasiadas ansias el próximo capitulo.
Mil besos y abrazos... Como siempre todo mi respeto y admiración.
Luisa V.
joder... no tengo palabra alguna para decir, me has dejado en la nada, es que no se que decir la historia esta jodida mente buena. wooooooo estoy super enamoradisima de esta historia de Luz por Dios, me encanta cmo todo ya se va encaminando al final y yo creo q por fin Luz y Ari ya se van a arreglar (Wiiiiii), no me cansare de decir que me encanta la postura de Luna.
ResponderEliminarPD; mis sinceros respetos para ti, mi admiración total y un abrazo,