Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

Tequila y Limón - Yada - 9 Fin

Capítulo IX
                                                ¡Hay Jalisco no te rajes!

TZURI
   - ¡Hay mi niña!... bendito sea Dios que llegaste con bien…- mi nana estaba temblorosa, bañada en lágrimas.
   - ¡Nana!… - me perdí en esos brazos que tantas veces me consolaron de niña  y pude dejar escapar el lamento ahogado en mi pecho, llore, lloramos juntas por un largo rato – nana, mi madre y Ricardo han llegado ya supongo.
   - Doña Gabriela esta con tu Abuelita que está muy mal, vino el doctor y le dio algo para dormirla, el niño Ricardo se fue con don Alberto para alcanzar a tu papá allá.

   - ¿Nana y Paola ya llego o alguien fue por ella?
   - No “mija” ¿la niña Paola viene para acá?
   - ¿No ha llamado? – pregunté sin responder, sin entender nada.
   - No mi niña no ha llamado.
          No entendía el porque Paola no se había comunicado, pero en ese preciso momento en que yo más la necesitaba a ella mi Familia me necesitaba a mí, me dirijo a la habitación de mi abuela que dormía con expresión de angustia y dolor marcándole el rostro, mi mamá  a su lado con los ojos irritados y totalmente descompuestos me explicó que apenas llegaron a México mi abuelo estaba ahí esperándolos con Juan y que casi de inmediato Ricardo y él partieron a Brasil; también me informó que María todavía no sabía nada, mi primita se encontraba de interna en un colegio de Guadalajara, este iba a ser un golpe devastador para ella, mi tío Samuel lo era todo en su vida, casi a los pocos meses de nacida su madre murió.
   - No puedo dejar sola a tu abuela mi amor, la recuperación de los cuerpos no será nada fácil, como tampoco lo serán los trámites para trasladarlos, sé que es demasiado lo que te voy a pedir cariño, pero tienes que ir por María a Guadalajara y evitarles el trago amargo a tus abuelos y a tu padre de informarla de la muerte de su papá y hermanos – su voz trémula denotaba la conciencia de lo que me estaba pidiendo.
   - ¡Carajo solo tiene nueve años mamá! - la rabia y la ira se apoderaron de mi – ¿cómo le explico yo a una niña de esa edad que acaba de perder a su familia entera?, ¿que no volverá a ver ni a su papá ni a sus hermanos?, ¿cómo le explico  a María que su mundo nunca más será el mismo?
            Pero sé que mi mamá tiene razón, es lo único que puedo hacer, el dolor de mi abue que acaba de perder a un hijo y dos nietos es tan enorme que han tenido que sedarla, ni siquiera puedo imaginar por lo que están pasando mi abuelo, mi papá y Ricardo… es tan extraña esta sensación, siento mi cuerpo adormecido, mi mente  separada de todo el resto, como si esto fuera una pesadilla, pero no me despierto, he llamado tantas veces a Paola que he perdido la cuenta, no entiendo porque no responde.
          Estoy a punto de partir hacia Guadalajara, es necesario que María este aquí con nosotros, nos preocupa que se entere por alguna indiscreción en su entorno, en el camino vuelvo a llamarla, sigo en el intento de comunicarme con mi Barbie,  por fin escucho después de varios timbrazos una voz que no alcanzo a reconocer - Si dígame -  ¿con quién hablo?- cuestiono – ¿con quién quieres hablar? –  la voz suena cortante y grosera y entonces la reconozco al fin.
   - Teresa… ese es tu nombre creo, necesito hablar con Paola, me la pasas por favor.
   - No… ella no quiere hablar más contigo, así que te recomiendo que la dejes en paz y dejes de llamar, no la vuelvas a buscar.
   - ¡Pero quien carajos te crees tú para tomarte esas atribuciones!… ¡pásame a mi novia ya!
   - Que tú no entiendes, que no quiere saber nada de ti, sigue follándote a tu secretaria y a Paola déjala en paz.
   - ¡¿Pero de que carajos hablas?!
            Ya no pude decir nada más, me colgó, hice varios intentos de comunicarme de nuevo a su celular y a su departamento, pero nada otra vez, me angustia la causa que llevo a Paola a pensar que  le estoy siendo infiel, pero de repente me invadió una rabia infinita,  como me hace esto ahorita, en este momento, ¡carajo! ¿Qué acaso no le he demostrado lo suficiente que la amo?, ¡que no hay nadie más! mi furia sumada al dolor fueron tales que decidí no llamarla más.

PAOLA
   - ¡No me jodas Paola es que no me lo creo! no puede ser que seas tan ingenua.
    - ¿Ingenua Pilar?, sí tienes razón, he sido una ingenua, una imbécil por fiarme de la mujer más mujeriega del mundo.
   - ¡No me lo cambies!... que no entiendo cómo te has tragado lo que te ha dicho  esa mujer.
   - ¡Por Dios Pilar!... a saber desde cuándo se estará follando Tzuri a esa fulana,  que te  he dicho desde hace cuánto que no me fiaba de ella, y además está la llamada esa que me hicieron, ¿recuerdas?
   - Precisamente por eso, que es eso lo que lo hace más evidente, por lo menos déjale explicarte que pasó, no le facilites las cosas a esa mujer, no seas tonta Paola, no te comas ese cuento así de fácil, cógele la llamada a Tzuri o por lo menos déjame hacerlo yo y ver que tiene que decir de todo esto.
   - ¡Que no Pilar! y si lo haces te juro que no te volveré a hablar en mi vida, me has oído.
   - Vale mujer… haz lo que quieras... pero que te lo digo, que estas cometiendo un error y terminaras arrepintiéndote, a ver si cuando te vengas a dar cuenta no es demasiado tarde.
          Con cada llamada de Tzuri mi rabia crecía,  en ese momento llego Teresa, eso me ponía más mal, tener que ponerle la cara a quien me había advertido que pasaría esto.
   - Heyyy pero que caritas se cargan, ¿han visto lo del avionazo? – ambas la miramos sin responder.
   - Yo mejor me marcho porque si me quedo seguro se me revienta la tripa.
   - ¿Pero qué pasa aquí, están peleando?
   El sonido de mi móvil nos distrajo a las dos.
   - ¿Es que no vas a responder? – pregunta al verme tomar el teléfono y aventarlo sobre la mesa.
   - No
   - ¿Pero qué sucede?
   - Que tenías razón… eso pasa- dije al borde de las lágrimas.
   - ¿En que tenía razón?
   - Tzuri se enrollo con su asistente.
  - ¡Será puta!
          El sonido incesante del móvil me hizo pegar un grito de impotencia, Teresa lo cogió y acepto la llamada, todavía no sé por qué se lo permití, inmediatamente colgó algo dentro de mí me decía que había hecho muy mal: Tzuri volvió a llamar varias veces más al móvil y al fijo, hasta que las llamadas cesaron, ya no hubo más, y me desesperé - ¡pero quien te entiende Paola!  ¿No era eso lo que querías, que dejara de llamar? – sin embargo una extraña angustia me acometió, ¿y si estoy equivocada?, pero no, como estar equivocada,  joder Tzuri has vuelto a hacerme pedazos la vida.

TZURI
           Arribe al colegio de María y me quede varios minutos prendada al volante del auto, aferrada a él como si fuera una tabla de salvación en mar abierto, el miedo y la angustia de lo que estaba por suceder me carcomía las entrañas, le suplique a Dios que me diera las fuerzas para hacerlo, que guiara mis palabras - ¡es tan pequeña! - Aspire profundamente antes de decidirme a dejar la insulsa seguridad que me proporcionaba el interior del auto, mis pies que parecían pesadas lozas me llevaron hasta la dirección, a mi paso sentía las miradas compasivas del personal de la escuela, la secretaria después de darme el pésame me hizo pasar de inmediato a la oficina de la directora.
   - Buenas tardes señorita Aragón, - me saludó con solemnidad la directora del colegio - ¡lamento tanto la pena por la que está pasando su familia!... sé que no hay nada que le pueda decir que sirva de algo, pero estamos con ustedes, hágaselo saber a sus señores abuelos y padres.
   - Buenas tardes profesora Gálvez, le agradezco sus palabras y sobre todo le agradezco el cuidado que han tenido para que María no se enterara, he venido por ella, supongo que no hay ningún problema en que me la lleve.
   - Por supuesto que no, la niña de un momento a otro estará aquí.
   - ¿Dónde se encuentra en este momento?
   - Debe estar camino a su dormitorio para preparar su equipaje, solo se le informo que su familia pidió llevársela unos días.
   - Le agradezco nuevamente y quisiera pedirle que me permita ir hasta allí con ella.
   - Por supuesto, enseguida la llevaran allá, de nuevo le doy mi más sentido pésame, y le suplico que nos haga llegar la información de donde se llevaran a cabo los funerales, usted sabe muy bien que en esta institución apreciamos mucho a su familia.
   - Si señora, les avisaremos, de nuevo muchas gracias.
          Devastada, desolada, me deje guiar por la secretaria por los anchos pasillos del antiguo colegio, frente a la puerta del dormitorio de María el temblor de mi cuerpo se apodero de mi al igual que la desazón en el alma - ¡Dios ayúdame! ¡Dame fuerzas! – al abrir la puerta vi a mi pequeña primita corriendo de un lado a otro dentro de su habitación guardando cosas en su maleta, con ese aire juguetón y gracioso con que suele hacer todo y su eterna expresión de felicidad, de paz y tranquilidad, mis lágrimas corrieron sin permiso sobre mi rostro por el dolor de saber que en unos momentos todo el mundo de esa pequeñita iba a ser sacudido y a partir de ahora todo cambiaria para ella. Cuando se percató de mi presencia me regalo una adorable sonrisa y sin notar siquiera mi llanto se abalanzo sobre mí como siempre, colgándose a mi cuello y enredando sus piernas en mi cintura.
   - ¡Tzuriiiiii!... has venido por mí, ¿por eso me sacan de las escuela unos días? ¿Están aquí Ricardo y  tía Gaby y tío Fer?... ¡te extrañe Tzuri! –  Me llenó la cara de besos y fue entonces que se dio cuenta de mis lágrimas - ¿Por qué lloras? – musito limpiando con sus manitas mis ojos.
   - Mi amor, ven vamos a sentarnos un momento ¿sí?
   - Si – me dijo al tiempo que se soltaba de mi cuello y tomaba mi mano guiándome hacia su cama.
   - Cariño… tu tía Gaby si está en la hacienda, pero Ricardo y tu tío Fer junto con el abuelo están en Brasil.
   -¿En Brasil? mi Papi, Xochitl y Fernando están en Brasil, ¿fueron por ellos? – hice un esfuerzo descomunal para contener el llanto que de nueva cuenta amenazaba con desbordarse.
   - Si mi amor, fueron por ellos… María… chiquita, hay algo que tengo que decirte, tu papi y tus hermanos…. - ¡carajo!, ¡carajo! -  amor a veces Dios necesita de ángeles mi amor y busca de entre las personas quienes pueden ser y cuando encuentra a las más buenas se los lleva – para ese momento su carita se fue transformando, me sentía una idiota al decirle aquello – ahora tu papi y tus hermanos…
   - ¡Nooo!, nooooooo!, mi papi y mis hermanos no se pueden ir al cielo como mi mamá, ¡nooooo! – gemía de dolor, bañada en llanto, manoteando con su carita llena de dolor, un dolor que no es propio de una niña, intenté abrazarla con fuerza pero su pequeño cuerpecito luchaba contra todo lo que lo rodeaba en ese momento, así que la deje llorar, patalear, golpear todo lo que pudiese, en silencio, acompañándola solo con mi propio llanto y dolor – ¡Ahhhh¡ ¡papito! ¡papito!, no me dejes papito, ¡Xochitl! prometo ya no agarrarte tus cosas, prometo no volver a ponerme tus zapatos ¡pero no te vayas! ¡Fer! ¡Fer! no me dejes hermanito, ¡noooooo!
   - María mi amor… no te están dejando amor, ellos estarán junto con tu mami desde el cielo cuidándote.
   - Pero yo quiero que me cuiden aquí, yo los quiero aquí.
            Entonces se acurruco en mis brazos, su cuerpecito tembloroso, sollozante se quedó en silencio por largo  rato. Sin fuerzas, yo solo atine a acariciarle los cabellos y arrullarla, meciéndola con toda la ternura que podía, no sé por cuánto tiempo estuvimos así, hasta que con un hilo de voz rompió el silencio.
   - ¿Por qué Dios siempre se lleva de ángeles a mi familia?, mi papi me dijo que mi mamá era un ángel en la tierra y que se fue porque tenía que regresar a su casa y que desde allá me cuidaba y ahora Dios se lleva a mi papi y a Xochitl y Fer… ¿por qué? – Sollozaba de nuevo con fuerza - ¿Por qué no me lleva también a mí? ¿Porque Tzuri? yo también soy buena, de verdad soy buena, me porto bien, no me peleo con nadie, ni como muchos dulces, ni digo mentiras… ¿Verdad que soy buena Tzuri?
   - Eres la niña más buena del mundo María, la más buena.
   - ¡Entonces por qué Diosito no me lleva a mí también de ángel!, ¿Por qué?.... ¡dile que me lleve Tzuri!, yo quiero estar con mi Mami y con mi Papi y con Xóchitl y  Fer, ¡Llevameeeee!  ¡Por favor llevameeeee!, - dijo en un alarido de dolor, rompiendo en un llanto desesperado de nuevo -  soy buena, soy buena, soy buena – repetía sin cesar, y yo sentía mi alma romperse en pedazos, la abrace con más fuerza, suplicándole a mi vez a Dios que me ayudara, que pusiera las palabras necesarias en mi boca.
   - Escuincla, Dios no te puede llevar mi amor… porque tú eres tan buena, tan buena mi amor, que eres un angelito que Dios escogió para que  nos cuide aquí en la tierra – me miró con sus ojitos anegados de lágrimas y su pecho agitado por los sollozos entrecortados - ¿Qué harían los abues sin ti, y el tío Fer y la tía Gaby? ¿Qué haría Ricardo sin ti? ¿Qué haría el negro sin ti?  …. ¿qué haría yo sin ti mi adorada María?, todos te necesitamos María, yo te necesito mi amor.
   - ¿Tú… tú puedes ser mi mamá Tzuri? – murmuro con infinita ternura.
   - Si María, si tú quieres yo quiero ser tu mamá mi amor.
   - Y nuestra Barbie ¿también será mi mamá?
           No pude responder  a eso, solo le mire con dulzura, acariciándole la cara, deseando proporcionarle la seguridad que en ese momento necesitaba, en ese momento no podía pensar en Paola, ni preocuparme por ella, María es más importante, mi familia es más importante en este momento, mi familia me necesita… y yo la necesito a ella, pero no está para mí, nunca ha confiado en mí.

MARIA INES
   - ¿Pero cómo que Paola no está aquí Juan?
   - Lobo no me ha dicho gran cosa, como comprenderás no tiene cabeza para mucho, esto que ha pasado es terrible güera, solo sé que  tu amiga piensa que Lobo le está siendo infiel con su secretaría y que no le ha tomado ni una sola llamada.
   -¿Pero cómo?... es que no entiendo nada… las últimas veces que hable con Pao, la sentía tan feliz tan segura de su relación, ¿qué pudo haber pasado para que piense eso? dime la verdad Juan ¿Tzuri le puso el cuerno a Paola con su secretaría?
   - Pues ella dice que no, que no comprende de donde saco eso Paola, ésta muy dolida con la actitud de tu amiga, súmale eso al dolor por el que está pasando, son tres días ya María, y Paola según Tzuri ya debe estar enterada de lo que le está pasando y ella no se ha comunicado para nada, aun si pensara que Lobo le puso cuernos por lo menos en una situación así una llamada ¿digo no?
   - Es que eso es lo que no me cuadra, conozco a Paola, es una persona súper sensible, no dejaría que la rabia le ganara en estos momentos, además no solo es Tzuri, ella se relacionó aquí directamente con los abuelos, con el propio Samuel y sobre todo se apegó muchísimo a María.
   - ¿Entonces?
   - Entonces… pues algo muy raro pasa aquí y ni a mí me ha tomado las llamadas, sabes que, me voy a Madrid, me tiene que dar la cara, tengo que saber por qué tanta indolencia.
   - ¿Qué, que? estás loca güera… ¿cómo que te vas a Madrid?
Si me voy ahora mismo, en el primer vuelo disponible.

PAOLA
        Tzuri no ha vuelto a llamar y yo empiezo a tener dudas de haber hecho bien al no cogerle el teléfono.Entre los equipos que han formado Pilar y Ana contra Tess y Silvia me están enloqueciendo pero como dudar de lo que escuché, pedí que me comunicaran a su habitación y me respondió Carmen, qué duda cabe, pero algo me decía que estaba equivocada, ese algo estuvo dentro de mí pequeñito por la rabia, pero una vez que ésta se fue calmando fue creciendo. Pero ahora no me llamaba y yo no tenía el coraje para hacerlo, tomé el teléfono impulsivamente y digite los números del hotel pero antes de que respondieran colgué de inmediato, aquí estoy con el auricular en la mano sentada en el sillón, ¿qué poder tienes sobre mi Tzuri? ni siquiera la certeza de que estas enrollada con otra mujer me hace dejar de amarte, de pensarte, quiero, deseo encontrar una salida para ti, para nosotras y es que no puedo vivir sin ti mi amor, me haces tanta falta,  eres el aire que necesito para vivir, tanto así que temo por mi dignidad, temo estar dispuesta a disculpar lo que sea con tal de no perderte. El sonido de que alguien llama a la puerta me vuelve a la realidad.
           Menuda sorpresa la que me llevo cuando abro; sin saber las razones por las que está aquí, sin importarme siquiera, me lance a sus brazos hecha un mar de llanto, buscando el consuelo y la paz que mi Pepe Grillo siempre me proporcionó, ella me arropo en sus brazos con la ternura acostumbrada.
   - Pao linda, dime que es lo que está pasando, te he llamado mil veces y no respondes, he tenido que tomar un avión para poder hablar contigo. – aquello me sorprendió.
   - ¿Cómo?, ¿has venido hasta aquí solo para hablar conmigo?
   - Si Pao, solo he venido por ti, porque no puedo creer que seas tan insensible, porque algo me dice que este hoyo es más profundo de lo que parece. Yo no puedo creer que no hayas llamado solo por la rabia.
   - ¿De qué hablas Inés? ¿Insensible? no te entiendo… rabiosa si estoy... o estaba ya no sé, furiosa, decepcionada es que tú no sabes…
   - ¿Que según tú Tzuri tiene algo con su secretaria? – la mire pasmada.
   - ¿P… p pero tú como lo sabes?
   - Porque Juan me lo dijo… amiga Tzuri esta deshecha en este momento, ella dice que no es cierto, que no tiene nada con esa mujer, pero ahorita eso es lo de menos.
   - ¿Cómo que es lo de menos? ¿Y cómo si no es importante lo habló con Juan? ¡Joder Inés! ¡Que no es poca cosa enterarme de que mi novia se está follando a otra mujer!
   - A ver, antes que nada necesito preguntarte algo, después veremos de qué manera desenredamos esto que está peor de lo que pensaba, dime Paola ¿tienes tú pasaporte en regla?
   - Si… si ¿por qué la pregunta?
   - Porque viajamos en unas horas a Guadalajara.
   - Perdona Inés ¿pero qué cojones voy a hacer yo en Guadalajara?
   - En principio a darle apoyo emocional a tu novia, a ese par de viejos adorables que tanto se encariñaron contigo y también a María. ¡Carajo Paola! que voy a creer que de verdad  no te conozco.
   - ¿Apoyo emocional? ¡¿Le paso algo a Tzuri?!  - dije desesperada y mi grillo me miró con el entrecejo fruncido.
   - Mmm creo que ya voy entendiendo… mira te cuento exactamente qué pasó y luego tú me das tu versión, para no hacernos bolas.
   - ¡¿Pero Tzuri está bien?! – ella suspiró antes de responder lo que provoco que me invadiera un profundo temor.
   - Físicamente está bien amiga, pero emocionalmente está muy, muy mal… ya sabía yo que tú no podías estar enterada, Pao, hace cuatro días murieron Samuel y sus hijos mayores en un accidente de avión.
   - ¿Queeeee? ¿Cuatro días?
   - Si, Tzuri se enteró apenas llego a Tokio según tengo entendido y de ahí viajo enseguida para la hacienda, Fernando se fue a Brasil y Gabriela y Ricardo para México, Pao, Tzuri al igual que toda la familia está destrozada.
          Yo no podía creer lo que estaba escuchando, no entendía nada, entonces… ¿cuándo hable a Tokio Tzuri no estaba ahí?
   - ¿Por qué no me lo dijo? yo no sabía nada Inés – le dije llorando ya como una loca.
   - Ella dice que te dejo un mensaje en el buzón de tu cel. Y que dio instrucciones a la fulana esta para que transfirieran las llamadas a su habitación y te informara.
   - ¡Pero es que soy una imbécil! ¡Una subnormal¡ ¡soy gilipollas! es que merezco que me maten, he caído como una tonta… ¡joder Grillo! Tzuri debe estar odiándome ¿cierto? – musite ahogada por el llanto.
   - No Paola… pero si está muy dolida, en realidad yo no he hablado con ella, de todo me enteré por Juan y casi de inmediato algo me olio mal y al ver que no respondías mis llamadas decidí que era mejor venir.
   - ¡Vámonos ya Inés quiero estar con ella! ¡ahhhh! ¡Pero qué estúpida soy!, 
   - Salimos en unas horas amiga, tranquilízate, tienes que estar muy serena Paola, deberíamos hacer tu equipaje, quien sabe en cuanto tiempo podrás regresar,  como están las cosas el panorama para tu novia cambió radicalmente, pero bueno amiga eso ya les concierne hablarlo a ustedes, ahora mismo no creo siquiera que Tzuri lo hayan meditado, vamos te ayudo a hacer tu equipaje o dime que necesitas que haga por ti, tenemos poco tiempo Pao.
   - ¿Cuánto tiempo?
   - En cuatro horas tenemos que estar en el aeropuerto – dijo mirando el reloj que descansaba en su muñeca.
           La pesadumbre en mi pecho, mi consternación, la ansiedad por estar con mi mujer, me sentía tan estúpida y enojada conmigo misma, temerosa de su reacción al verme, le había fallado, le falle en el momento en que más necesita de mí, le fallé, ¡Diooos solo espero que perdone mi estupidez! ¡Mi inseguridad!
           Llamé a mi jefe directo para explicarle que me ausentaría y no sabía por cuanto tiempo, poniéndole a disposición mi puesto, nada me importa, nada, solo estar con ella, avisé a mis padres sin darles oportunidad de decirme nada, cuando me disponía a llamar a Pilar a su móvil ésta llegó.
   - ¿Qué haces? ¿A dónde vas? – cuestionó al ver las maletas apiladas en el living.
   - a México Pilar… tenías razón mujer, que he sido una completa imbécil – grite exaltada, llorando.
   - Vale, que yo siempre tengo razón, ¿pero por qué lloras de esa manera  Paola? ¿Qué ha pasado?
   - Pasa que Tzuri está en México y que para cuando yo he llamado ella ni siquiera estaba ya en Tokio, pasa que me he dejado engañar y con eso le he fallado a mi mujer cuando más me necesitaba, ahora me marcho, no sé cuándo regreso, no sé si regreso – la abrace con fuerza.
   - Hola soy Inés -dijo mi grillo saliendo de mi habitación y presentándose con Pilar.
          En ese instante se aparecieron también Ana, Tess y Silvia, las tres mostraron la misma expresión de extrañeza que minutos antes Pilar.
   - ¿Y esto? – pregunto Ana.
   - ¿Alguien se muda con vosotras? – secundo Teresa
   - Paola se va – les informo Pilar
   - ¿T…te vas? ¿A dónde? – dijo Silvia con la voz entrecortada.
   - ¿Pero tanto equipaje? ¿Es que acaso te vas del todo?
   - No lo sé Tess… no sé cuándo regresare, ni tampoco si regresare.
   - ¿P… pero…por qué? ¿A dónde vas?
   - Me voy a México Silvia, lo lamento chicas, pero no cuento con tiempo, ya vamos retrasadas, prometo llamarles y explicarles luego.
   - ¡Paola no hagas esto!... no vayas tras ella… esa mujer no ha hecho otra cosa que hacerte daño, ¡no te vayas Paola!.. Yo te amo.
   - Lo sé -  murmuré agradecida por ese sentimiento – pero yo le amo a ella.
  Me  abrace a todas, Pilar se empeñó en acercarnos al aeropuerto.
   - Si pudiera me montaría en ese avión con ustedes, dale un abrazo muy fuerte a Tzuri de mi parte mujer, dile que le envió todo mi cariño ¿vale? – Me abrazó con fuerza – lástima que nos conozcamos en estas condiciones, pero ya habrá otra oportunidad espero  y cuídamela ¿eh? – le dijo a Inés.
   - Claro que sí, espero que tengamos una mejor oportunidad de conocernos.
   - Te quiero, te llamo en cuanto lleguemos a la hacienda, deséame suerte, Tzuri debe estar odiándome.
   - Esa mujer te ama… y el amor no entiende de rencores.
   - Ojala tengas razón también esta vez.
   - Ya deberías entender que yo siempre tengo razón.

             En el avión no pude evitar recordar que fue precisamente en un Boeing 777 que se inició ésta historia, nuestra historia mi amor. Cuanto miedo tenía aquel día a volar, cuanto desgano por mi destino, ¡es todo tan distinto esta vez!, estoy temerosa de verme en esos ojos que adoro, del justo reproche por mi falta de confianza, de que no puedas perdonarme el no haber estado contigo cuando más me necesitabas, ésta vez me come el ansia por llegar a mi destino, por llegar a ti.

TZURI
             La salud de mi abuelita me preocupa mucho,  no hemos tenido más remedio que mantenerla sedada casi todo el tiempo, no alcanzo a imaginar el dolor por el que está pasando,  mi mamá no se le ha despegado, todos lloran a mi alrededor y yo no puedo darme ese lujo, mi familia me necesita fuerte, sin mi abuelo y sin mi tío, me toca a mí ver que todo funcione en la  hacienda y en la destiladora, así como estar al pendiente de los movimientos de la empresa tanto aquí como en España, mi padre no tiene cabeza para nada mas ahorita, las buenas noticias si es que se les puede llamar así, son que los cuerpos de mi tío y primos fueron recuperados, ahora solo falta cumplir los trámites para trasladarlos hacia aquí.
             Si no fuera porque mi nana me insiste en que coma no lo haría, me siento fuera de mí, aparento una tranquilidad que estoy lejos de sentir, soy una tormenta interna; el dolor de la perdida por la que estamos pasando y mi perdida personal. No puedo dejar de pensar en Paola, me aterra haberla perdido y más sin motivos, por primera vez en mi vida me entregué sin condiciones, completamente; por primera vez no miré a ninguna mujer que no fuera la mía, pero como dice Melesio, “crea fama y échate a dormir”, nunca confío en mí ¿acaso puedo culparla?, ¡sí! si puedo, no puede ser que no haya sentido mi amor por ella.
   - Lobo hay alguien preguntando por ti en la estancia.
   - ¿Alguien? ¿Quién, no dijo su nombre?
   - Híjole Lobo, mi mamá solo me dijo que te avisara, la mera verdad no se me ocurrió preguntar, creo que es una chava.
   - Ok voy, te haces cargo mientras de que carguen bien las “piñas”.
   - De veras que me sorprende como puedes tener cabeza para esto ahorita.
   - Alguien se tiene que hacer cargo Pantera; voy y vuelvo.
           Me encamine a la casona pensando quien podría estar buscándome… ¿Marce?... no, no lo creo, está en plena recuperación, no he querido avisarle siquiera en las condiciones en que me encuentro por no agregarle problemas a su situación.
   - ¡Carmen! –Realmente me sorprendió verla ahí - ¿paso algo con la negociación en Tokio?
   - No, no Tzuri, perdona por presentarme así, pero no pude soportar el estar lejos de ti en estos momentos, solo he venido para verte y… - su expresión tímida me conmovió.
   - No, no te preocupes… te agradezco mucho el detalle de venir hasta acá.
   - ¿Cómo estás?... que pregunta tan tonta la mía – se sonrojo avergonzada.
   - No te avergüences, de verdad que te agradezco mucho la preocupación, no estoy bien como comprenderás, pero estoy intentándolo, debes estar muy cansada por el vuelo, déjame pedir que te preparen una habitación.
   - No, no quiero dar molestias,  me quedare en un hostal, si alguien me puede llevar a  uno por favor.
   - No, por supuesto que no, te quedas aquí.
   - Gracias, de verdad espero no causar molestias.
   - No para nada, al contrario, creo que me caíste del cielo, perdona pero voy a abusar de tu estancia aquí, hay mucho trabajo y me vendrá de maravilla que me ayudes si no te molesta.
   - No por supuesto – me sonrió.
           Ordené que la llevaran a una habitación y me disculpe con ella, tenía que regresar a ocuparme del cargamento.

   - ¿Y quién te buscaba Lobo?
   - Carmen, mi asistente.
   - ¿La chava con la que supuestamente le estas siendo infiel a Paola?
   - Ajam – Juan me miro detenidamente, antes de volver a hablar.
   - Lobo, ¿y qué hace ella aquí?
   - En realidad no lo sé.
   - Lobo… dime la verdad ¿tienes algo con esa chava?
   - ¡No! – respondí exaltada.
   - No te encabrones, pero es muy extraño que siendo tu secretaría se haya presentado aquí así nada más – suspire antes de darle respuesta a sus dudas
   - Siente algo por mí… pero nunca, de verdad Juan, nunca he estado con ella.
   - ¿Y Paola sabe de los sentimientos de tu secre hacia ti?
   - No... Bueno, la verdad es que siempre tuvo desconfianza de ella, desde que la conoció se dio cuenta del interés de Carmen por mí.
   - ¿Y se va a quedar aquí?
   - Sí, no me parece bien que si vino hasta aquí la deje irse a un hotel.
   - Mmm Lobo creo que estás haciendo mal, si la chava te gusta o te interesa pues bien, pero si no, te vas a meter en más líos con tu novia.
   - Hay Pantera a estas alturas ya ni sé si tengo novia, y no, Carmen no me interesa, pero me parecería una grosería no darle un buen trato después de que ha venido hasta aquí.
   - Uuhh Lobo, Lobito me parece que te vas a meter en problemas con Paola.
   - Paola no está aquí Juan, Paola ni siquiera me ha tomado una llamada, su desconfianza y sus celos han sido más fuertes, tanto que ni siquiera le ha importado por lo que estoy pasando y ni siquiera sé de dónde sacó que le estoy siendo infiel.
   - Tú me dijiste que le dejaste un mensaje en su “cel” y que la chava ésta, tu asistente le informaría de lo que sucedió, ¿por lo menos le preguntaste que pasó cuando hablo con Paola?… si es que hablo con ella.
           En ese momento caí en cuenta de que no le había preguntado nada a Carmen, ni siquiera me paso por la mente hacerlo y es que no tengo cabeza con todo lo que me cargo en este momento, Juan notó algo en mi expresión.
   - Y es que si lo piensas un poquito Lobo, está muy raro que esa chava haya venido hasta aquí, digo no me has dicho gran cosa pero si está interesada en ti y sabe que tú tienes novia ¿cómo fue que se animó a venir? – mi mente empezó a elucubrar, a hilar  ¿cómo no se me ocurrió antes llamar a Carmen para preguntar si había hablado con Paola? nunca supe sí habló con ella; ¿cómo no pregunté nada ahorita?, simplemente me pareció agradable la idea de alguien en quien apoyarme, más que emocionalmente en el trabajo – raro ¿verdad Lobo?
               No respondí, continuamos con la labor de enviar la carga de “piñas” a la destiladora, de momento eso era lo más importante, en cuanto regresara a la casona cuestionaría a Carmen. Las ideas que se acumularon en mi mente me hicieron sentir por momentos estúpida ¿será?, no, es que es absurdo,  no puedo creer que esas cosas pasen,  sería una pendejada estar en ésta situación por… sacudí la cabeza, no puede ser.
   - Ponte buza Lobo, me extraña que siendo araña… tú que conoces tan bien a las mujeres ¿de verdad no te parece que te tendieron una trampa? – inquirió Juan adivinando mis pensamientos.
   - ¿No se te hace… demasiado novelesco Pantera? – Dije con expresión de sentirme ridícula de pensarlo, pero aún más de haber caído en algo así – él solo se encogió de hombros.
   - Ya casi terminamos aquí, porque no vas y sales de dudas.
            Sí, necesitaba desesperadamente salir de dudas, así que le encargue a Juan los últimos detalles y me dirigí a la casona.

PAOLA
          Aspiré profundamente llenándome los pulmones del aire con olor a tierra mojada y hierba de esta tierra en un intento de tranquilizarme y darme fuerza, con la mirada perdida en éste camino que recorrí por primera vez hace tanto tiempo y que tantas veces transité con ella,  estoy muerta de miedo y de angustia, me aterra que no pueda perdonar mi imbecilidad, mi corazón late con fuerza nada más sentir su cercanía. Una vez aparcando el coche frente a la casona mi impaciencia se incrementa, al descender Inés me toma la mano en un esfuerzo de darme tranquilidad adivinando como siempre mi Grillo lo que pasa dentro de mí, conforme avanzo, el temblor de mi cuerpo se hace más intenso lo mismo que el sobresalto que siento; pero en cuanto llego a la estancia y veo descender por la escalera  a esa mujer todo se tornó ira, rabia, cólera, violencia pura, me desconozco.
   - ¡Qué morro el tuyo! ¿Qué pensabas? ¡Ésta es una pija imbécil y fácil la quito de en medio! ¡Te jodes zorra! ¡Y te vas a coger por culo! ¡Puta de mierda!   ¡Te largas ahora mismo! ¡Te largas de la vida de mi novia! ¡MI NOVIA! – enloquecida a punto de írmele encima, diciendo palabras que nunca imagine salieran de mi boca, pero Inés me contuvo tomándome de los brazos.
   - Pao no vale la pena – solo por un momento su expresión parecía de susto, pero enseguida se compuso  y me miro retadora.
   - ¿Tu novia? ¿Segura que es tu novia todavía? ¿Segura de que no eres tú la que sobra aquí?
   - Eres una guarra… como sigas aquí, te voy a arrancar la piel a tiras.
   - ¿Pero es que tú eres tonta? ¿No te queda claro que estoy aquí  porque Tzuri así lo quiere?, que he venido porque ella me lo ha pedido imbécil, ¿no te quedó claro la última vez que hablamos? “tu novia”   está conmigo ¿te enteras?
   - ¡¿Qué carajos estás diciendo Carmen?!
          Su voz sonó como un trueno y su expresión fue indescifrable, con grandes zancadas llegó hasta nosotras - ¡a ver aclárame como ésta eso de que yo estoy contigo!
   - N… no, no hablaba de ti.
   - Le has dicho a Paola que su novia está contigo, ¡¿es que ella tiene otra novia?!
   - E…e… Tzuri… tú sabes lo que yo siento por ti, yo solo  hice lo necesario para tener una oportunidad contigo.
   -Esta fulana le hizo creer a Paola que estabas acostándote con ella – dijo mi Grillo ante mi mudez.
   - ¿Y tú has creído eso Paola?
   - Yo… te llame, pedí con tú habitación, ella cogió el teléfono y me hizo creer que estabas ahí durmiendo y que acaban de… he sido muy tonta – musite.
   - ¡No te merece Tzuri, ¡lo que he hecho lo hice por ti, porque te amo!
   - ¡¿Me amas?! ¡Con una chingada!, ¿me amas? ¿Crees que soy pendeja?, Carmen te voy a pedir que te vayas, en cuanto estés lista para hacerlo alguien ya te estará esperando para llevarte hasta el pueblo, ¡sobra decirte que estas despedida!
   - ¡Tzuri por favor!
   - No Carmen,  sube  y prepara tus cosas lo más pronto posible, no te preocupes se te liquidara bien, no quiero volver a verte.
   Dicho esto me miró sacudiendo la cabeza y se dio la vuelta marchándose de prisa.
   -Qué esperas Paola ¡síguela! - me quede pasmada por unos segundos y luego salí casi corriendo tras ella.

   - ¡Tzuri! ¡Mi amor! –  le grité pero ella continuo caminando obligándome a avanzar más de prisa hasta ponérmele enfrente – lo siento amor, lo siento – le tome el rostro.
   - ¿Lo sientes? ¿Paola tienes idea de lo que he pasado los últimos días?
   - Amor no sabía, me entere hace nada.
   - ¡No! ¡Claro que no sabías! ¡Ni para eso fui digna para ti! ¡Ni para que me dijeras qué había hecho mal!, si no es por tú “amiga” que disfrutó diciéndomelo ni siquiera hubiera sabido el porqué de tu silencio, el porqué de tu indiferencia.
   - Lo sé… que me he llenado de ira, de rabia y celos, cuando esa mujer cogió el teléfono y me ha dicho…
   - Sí, ya sé lo que ocurrió, ¿pero así de fácil Paola? ¿Así de fácil fue culparme y mandarme al demonio?
   - Yo… es que soy tonta.
   - No, no Paola, no eres tonta, es simplemente que no confías en mí,  no soy digna de tu confianza – vi la decepción en sus ojos y eso hizo que rompiera a llorar.
   - Tzuri yo te amo.
   - Si me amas, eso lo sé, pero no confías en mí, nunca confiaras haga lo que haga, porque desde que estoy contigo me entregue a ti completamente, no te di motivos para que dudaras pero la palabra de una mujer que ni conoces basto para echar por la borda lo nuestro.
   - Amor no digas eso, sé que fui una imbécil al caer en el juego de esa mujer,  pero no digas eso.
   - Ahora fue Carmen Paola, pero luego será otra situación, siempre estaré a prueba contigo, no sé si pueda con eso.
   - Cariño…  - que decirle  ante esas palabras, es la verdad, el miedo constante a que me sea infiel siempre ha estado dentro de mí, ella me miró con una tristeza profunda y se marchó, esta vez no le seguí, me quede de pie viendo cómo se alejaba de mí.
          No sé cuánto tiempo estuve ahí de pie llorando sin poder moverme hasta que Inés llego y me abrazo, entonces mis lágrimas fueron un lamento.
   - La he perdido Grillo, la he perdido – sollocé.
   - No Pao, no la has perdido, está dolida, es lógico, pero te necesita más que nunca.
   - Tienes razón Grillo, no voy a permitir que lo nuestro se vaya a carajo como dicen vosotros – dije limpiándome las lágrimas.

TZURI
        Verla llorando me rompe pero estoy demasiado dolida,  la amo y sé que me ama, pero también tengo la certeza de que no confía en mí; soy consciente de lo que ha sido mi vida, yo misma me califiqué  como poco conveniente para el amor; sin embargo desde que me dio la oportunidad de estar juntas le he demostrado lo que significa para mí, el amor que siento y ahora soy yo quien se siente insegura de que nuestra relación pueda funcionar, cómo fundamentar algo sin confianza.
         Mi abuelo, padre y Ricardo vienen ya con los cuerpos, entre María Inés y Pantera la carga de atender el negocio se me aligeró y Paola, mi Barbie, se echó encima la carga de la casa y la preparación de los funerales.

   - Hija ¿pasa algo entre tú y Paola?
   - ¿A qué te refieres mamá?
   - A que están distantes la una de la otra,  bueno no, tú de ella, porque esa criatura no ha hecho otra cosa que tratar por todos los medios de acercarse a ti.
   - Mamá… es que.
   - Tzuri, ya me había resignado yo a que no tenías remedio y cuando te vi cómo te vi con esta niña me sentí feliz por ti, el amor, la pareja, son un regalo que la vida nos da y que ahora parece estar demodé y tú con tu forma de ser, de verdad que llegue a imaginar que nunca te comprometerías con alguien en una relación de verdad; Tzuri si el encanto por tu novia ya se te paso por lo menos ten la decencia de ser honesta con ella y díselo porque es evidente que ella te adora.
   - ¡No¡ ¡no mamá! yo la amo, la adoro, es solo que… Paola no confía en mí, creyó que le fui infiel y ni siquiera me dio la oportunidad de explicarme con ella.
   - ¿Y no le fuiste infiel?
   - ¡Mamaaá!
   - Perdóname hija pero te conozco.
   - Ese es el problema… que al parecer no soy digna de la confianza de nadie.
   - Hija desgraciadamente en la mente se nos quedan muy grabadas las cosas malas, más que las buenas, y te tocara construir esa confianza con tu novia.
   - Pero ¿será que algún día confíe en mí plenamente?
   - Si lo hace será muy tonta.
   - ¡Mamaaaá!
   -No me mal interpretes hija, lo que quiero decir es que Paola tiene una novia que ha sido muy mujeriega y que es muy atractiva y no se trata de que eso la torture, pero tampoco que se descuide.
   - Pero mamá desde que estoy con ella… es más desde antes no tengo ojos para nadie más, de verdad, ¿porque resulta tan difícil creerme?
   - Te creo cariño, pero dime tú, poniéndote en la situación de Paola, que no se cual haya sido, ¿cómo hubieras reaccionado?, no me respondas, pero ponte de verdad en sus zapatos y responde para ti hija, los celos, la rabia son malos consejeros, pero cuando se ama es difícil evitarlos y controlarlos, nunca dejas de sentirlos, es solo que con el tiempo la comunicación fortalece la confianza. Tzuri, sería una tontería que terminaran su relación al primer problema que enfrentan… además quiero nietos, me los prometiste –acarició mi mejilla como si fuera yo una niña pequeña – cariño una relación de pareja se construye día a  día, es una conquista diaria en la que te tocara demostrarle a tú mujer siempre que la amas, con hechos y con palabras, no bastan unos meses mi amor, hablen, dile cómo te sientes y sobre todo escúchala.

PAOLA
         Ame a Tzuri desde que la vi por primera vez y ese amor creció desorbitado, intenso; pero estos días al verla actuar ante esta tragedia que lo invade todo, la amo más que nunca, admiro su fortaleza, la grandeza con la que se ha echado encima el dolor de los que la rodean, el coraje y la templanza que demuestra ante su familia, la infinita dulzura con que envuelve a la pequeña María y a su abuela; cuando han arribado el abuelo, Ricardo y Fernando fue Tzuri quien les dio consuelo, me sentí orgullosa de amar como amo a esa mujer que cobijó entre sus brazos a ese adorable viejo quien se desplomo entre ellos en un lamento desgarrador como si fuese un pequeño, ella supo darle calma, lo hizo una y otra vez con cada miembro de esta familia -¿y quién te la da a ti mi amor?- no me atrevo a acercarme a ella, sé que necesita que le abrace, sé que necesita quien la sostenga y le de consuelo, se me han acabado ya todas las palabras de reproche, me las he repetido todas y cada una de ellas mil veces; la admiro, la amo y sé que necesita llorar, desahogarse y me estoy muriendo por no poder abrazarla y consolarla, he hecho lo único que podía, apoyar a Gabriela con la preparación de los funerales y enfocarme en María.
   - Barbie ¿te vas a quedar conmigo?
   - Si preciosa estaré todo el tiempo contigo, pero tus abuelos te necesitan con ellos – respondí pensando que la niña se refería a los funerales.
   - Pero yo quiero que te quedes a vivir aquí conmigo y con Tzuri, ¿te quedaras? – no supe que responder a eso, es lo que más deseo, estar siempre al lado de Tzuri, egoístamente la zozobra que se apodera de mi interior es por el temor a perderla.
         En la entrada a la capilla quise apartarme de la familia, pero unos dedos se clavaron en mi brazo halándome con suavidad.
   -Tú entras con nosotros hija, la familia tiene que estar junta en estos momentos – dijo Fernando tomándome por el brazo.
        Sus palabras me dieron un consuelo que necesitaba en esos instantes y me aferre a su brazo, él asió mi mano con fuerza, ya dentro Ricardo se abrazó de mí y durante el servicio mire a Tzuri que sostenía a su abuela con fuerza y dulzura.
         Aquello era un enjambre de gente, se notaba el aprecio que le tenían a esta familia, el pueblo entero se encontraba ahí, amigos,  gente importante de las tequileras y políticos, según me explico Rosi mientras estuve unos momentos en la cocina organizando lo necesario con ella y con Chelito.
  - Ven hijita te quiero presentar con alguien – me miró dulcemente el abuelo Alberto – mire señor gobernador le presento a mi nuera.
         El hombre me miró y me saludó con ceremonia - ¿Su nuera don Alberto, es que Ricardo se les caso ya? – cuestionó, el abuelo sonrió  y me abrazo- no, todavía no es mi nuera formalmente pero lo será, es la novia de mi nieta Tzuri, había algo extraño en la mirada del abuelo, la expresión del sujeto cambio al escuchar esto último, pero de inmediato la volvió a modificar y con fingida amabilidad felicito al abuelo por la relación.
   - Perdona hijita, me entraron ganas de fastidiar a ese fulano – me explicó una vez que el hombre se retiró.
   - ¿Y eso porque abuelo?
   - Porque ese sujeto me cae muy mal hija – dijo esto y me abrazo con fuerza.
         Poco a poco la hacienda se fue vaciando, ya era tarde, Chelito informó que la cena estaba lista, pero a nadie le apetecía comer, la abuela había hecho un esfuerzo sobre humano y estaba agotada, el abuelo y Fernando les indicaron a Tzuri y Ricardo que se reunieran en el estudio.
   -Esther vamos a tu habitación, necesitas descansar, ¿nos acompañas hija? – dijo Gabriela dirigiéndose a mí.
   - Si, por supuesto.
         Entre ambas llevamos a la abuela hasta su pieza, su agotamiento era más emocional que físico, una vez ahí ya recostada Gabriela le allego una píldora para que durmiese.
   - Hijas, gracias, ahora vayan a hacerle compañía a sus parejas, sobre todo tú mi niña, Tzuri es la que más necesitada esta de consuelo, mi nieta ha demostrado con creces porque su abuelo la considera la más fuerte de esta familia, ha cargado con el dolor de todos olvidándose de ella misma; abrázala, que llore contigo, necesita desahogarse.
   - Si abuela, en cuanto te duermas bajare, pero ahora trata de descansar y no preocuparte más – le pase los nudillos por la mejilla.
           La abuela se quedó dormida casi de inmediato por el efecto del somnífero, en ese momento Gabriela me pidió que saliéramos de la habitación.
- Cariño, no quiero parecer la típica suegra metiche, pero es más que evidente que las cosas entre mi hija y tu no andan bien, no te quiero presionar, pero si me gustaría que me tuvieras confianza y me hablaras sobre lo que sucede, no te sientas comprometida a contármelo, si no quieres o no puedes dímelo con confianza.
   - Es que… --mis lágrimas se desbordaron, ella me tomo de la mano guiándome hacia una salita de estar y sentadas ahí esperó pacientemente a que yo pudiese hablar – soy muy tonta Gabriela y muy insegura; Carmen la asistente de Tzuri me hizo creer que estaban enrolladas y yo le creí,  me dejé llevar por los celos y la rabia sin dale oportunidad a Tzuri de que se defendiese y ahora ella… está muy dolida, creo que la perdí – mis sollozos ahogados se tornaron un llanto desesperado.
           Ella me dejó llorar por un buen rato acariciándome el cabello y cuando me tranquilice un poco me miró con ternura y me sonrió.
   - Paola hija, no te culpes de esa manera por lo que pasó, tarde o temprano tenía que pasar algo por el estilo entre ustedes, lo único realmente malo fue el momento – ella amplio su sonrisa al ver mi expresión estupefacta ante sus palabras – mira cariño, ambas sabemos lo que ha sido mi hija y también la atracción que ejerce sobre las mujeres, sería ilógico que no te dieran celos o que te confiaras.
   - ¿Pero entonces tu no piensas que he hecho mal?
   - En sentir celos no, en lo que hiciste mal es en no hablarlo de inmediato con ella, la confianza es muy frágil, hay que edificarla día con día a base de comunicación sobre todo, de amor también, pero sobre todo de comunicación. Mira hija te voy a contar algo, ahí donde tú ves a ese señor que es tú suegro, tan serio y formal, cuando lo conocí era igualito que la hija ¡y lo que me costó quedármelo! – asintió sonriente al ver mi extrañeza – si hija, no fue nada fácil hacer que Fernando renunciara a su vida de soltero y mujeriego empedernido, pero todavía fue más difícil los primeros años de casados, guapo, millonario, atractivo, no fueron pocas las ocasiones en que me toco ponerme a las vivas y enfrentar al monstruo de las siete cabezas llamado celos, pero con el tiempo aprendí a controlarlos y encausarlos.
   - ¿Pero es que se pueden controlar?
   - Si, si se puede, es cuestión de tiempo y práctica, te toco una mujer muy complicada, es hermosa, extraordinariamente atractiva y hasta que se enamoró de ti, muy pero muy mujeriega, créeme que estoy segura que mientras te ame, nada ni nadie lograra que ponga en riesgo su relación contigo, pero a ti te toca mantener su amor por ti vivo todos los días, conquistarla al grado de que no haya otra mujer sobre esta tierra con la que ella desease compartir su vida, celarla con inteligencia, ponerte firme, pero sobre todo mi amor, no dormirte en tus laureles.
   - ¿Cómo? no entendí.
   - Lo que paso con esta chica Carmen, ¿por qué sucedió?
   - Mmm cuando llame a Tokio ella cogió el teléfono y me ha hecho creer que Tzuri estaba ahí dormida con ella y unos días antes recibí una llamada anónima diciéndome que entre ellas había algo…
   - No, eso fue la consecuencia, dime que provoco que las cosas llegaran hasta ahí –  medite por unos minutos antes de responder poniendo en orden los acontecimientos.
   - Esa tía estaba interesada en mi novia, lo note desde que le vi por primera vez, desde el primer momento se mostró ante mi desafiante.
   - Exacto, ahí desde ese momento en que identificaste que esa chica era un peligro a partir de ahí debiste tomar cartas en el asunto, Tzuri no debió haber viajado nunca a solas con esa muchacha, es más no debió conservarla como su asistente, porque conociendo a mi hija como la conozco dudo que no se haya percatado del interés de la chica por ella.
   - ¿Entonces? – murmuré sin entender nada.
   - Entonces esto te debe servir de experiencia, aprende de esto, a estar siempre alerta sin que se convierta una tortura, actuar antes de que las cosas lleguen más lejos y sobre todo a hablar con Tzuri, nunca dejes vacíos.
   - Pero ¿actuar como?, es que acaso tendré que alejar de ella a cualquier mujer que quiera tener algo con ella.
   - No hija – soltó una sonora carcajada -  para eso tendrías que aislarla del mundo, lo que te digo que es que si en su entorno hay alguien que no solo se siente atraída hacia tu mujer, sino que además evidentemente te lo hace saber y te reta de cualquier forma entonces sí, le exiges a Tzuri que te dé tú sitio.
   - Sí, he debido ser más clara con ella, pero no hice bien las cosas y temo que ahora le perdí, he visto la decepción en su mirada.
   - No, no cariño, esto te lo digo como madre de ese lastrecito que has decidido echarte encima, a mi hija no le das opciones, no, ahora mismo bajas y le tomas de la mano, no le das elección y te la llevas, hablas con ella, no te disculpes por lo que pasó, que culpa han tenido ambas, dile cómo te sientes al respecto, escucha como se siente ella y hazle saber que no puedes prometerle confianza ciega y dile porque, abrázala, mímala que buena falta que le hace.
   - ¿Pero ahora mismo?, ellos siguen ahí dentro.
   - Pues entras, te disculpas y te la llevas; hija al toro por los cuernos y es que si esperas quien sabe si tengas los bríos más tarde, mira que conociendo a mi marido y a tu novia esa reunión de trabajo puede hacerse eterna.
   - Vale, entonces entro ahí y me la llevo.
        Gabriela me sonreía de oreja a oreja y asentía, me encamine temblorosa pero firme ya con la mano en la perilla aspire aire profundamente.

TZURI
   - Entonces el trato con Tokio es un hecho hija.
   - Si papá… ya se está preparado la primera entrega, ah y despedí a Carmen – me miró analítico – mis motivos son lo suficientemente serios como para no dar marcha atrás en esa decisión.
   - No cuestionaría ninguna de tus decisiones hija, confió plenamente en ti.
   - Entonces yo me encargo de la convención de exportadores en Barcelona.
Mi abuelito nos miraba sin hablar casi.
   - Sí, es evidente que alguien se tiene que quedar aquí a apoyarte abuelo y creo que debo ser yo.
   - Sí, hijos,  esto ha partido de todas las maneras a la familia – dijo con sus ojos grises anegados, estaba a punto de acercarme cuando mi padre adelantándose a mis intenciones se allego hasta él y le abrazo con una ternura que antes nunca le vi.
   - No, papá, mi hermano y sobrinos están con nosotros, tú nos enseñaste a amar a la tierra por encima de todo, desde pequeños nos decías que de la tierra nos alimentábamos y que algún día nosotros la alimentaríamos a ella, que de ese modo nos perpetuaríamos, quiera Dios que mis hijos y yo sepamos hacerle honor a la memoria de Samuel, Fernando y Xochitl, hacerle honor a tú nombre.
           Mi abuelo y mi padre se abrazaron con fuerza y a partir de allí mi abuelo entro de lleno en la discusión de cómo habían marchado las cosas en estos largos días de ausencia, estaba claro que mi vida daría de nuevo un giro regresándome a la tierra que tanto amo, el futuro de la empresa en México ahora descansaría en mis manos y esperaba que con la ayuda de mi abuelo supiera hacerle frente; teníamos un largo rato charlando, mucho más tranquilos, con el dolor alojado en el pecho, pero viendo para adelante cual debía ser, cuando la puerta se abrió con lentitud.
   - Perdonad la interrupción, pero no podía esperaros más tiempo – dijo acercándose a mi abuelo, mirándole directo a los ojos y besándole, después se dirigió a mi padre –espero me perdonéis, pero me voy a llevar a mi novia, creo que se merece un momento para ella.
   - Claro que si  hija, tienes razón – aseguro mi padre.
   - P… pero… - ella no me dejo decir nada más, me miró con dulzura y me tomó la mano con firmeza encaminándonos hacia la salida. Entrelazo sus dedos con los míos y a paso seguro  caminamos hacia mi cabaña.
Una vez dentro me guio hasta la habitación.
   - Necesitas darte un baño, estas agotada.
          Procedió a desvestirme, a mí las palabras se me ahogaban, no podía pronunciar nada, así que la deje hacerlo, ella me acariciaba al despojarme de cada prenda, sus caricias no eran sexuales, más bien parecían las que le prodiga una madre a su hija pequeña después de que ha sufrido una caída, del mismo modo, de la mano me llevo hacia el baño y después de templar el agua me indicó con movimientos suaves que me introdujera, lavó mi cabello y la piel de mi cuerpo, me enredó en una toalla y me llevó hasta la cama, me enfundo en una pijama y me abrazo con fuerza, con ternura, besándome el cabello, la frente, las mejillas, entonces mis lágrimas contenidas por días empezaron a fluir silenciosas en principio, sollozantes después, no sé cuánto tiempo estuvimos así, yo abrazada a ella y ella acariciándome, mimándome en silencio, hasta que me quede dormida en sus brazos.
          Cuando la luz del día provocó que mis ojos se abrieran, estaba sola en la cama, antes de que empezara a buscarla ella se apareció en el marco de la puerta con una taza de humeante café, se acercó extendiéndomela y se sentó frente a mí.
   - Amor no estoy dispuesta a perderte, ¿te enteras?, sé que he sido muy estúpida, pero no por lo último que ha pasado, no, he sido muy tonta porque no he sabido cómo reaccionar desde un principio, por no decirte las cosas claras, no hablarte de mis dudas e intentar hacerme la fuerte.
   - Siempre has tenido dudas – dije cabizbaja, ella me tomó del mentón obligándome a mirarla.
   - Si “Ojos”, siempre y siempre las tendré, no me malentiendas Tzuri, es normal que los celos me asalten, eres una mujer muy atractiva y en el camino me encontrare con muchas Carmen, no he sabido cómo manejar la situación, desde un principio me di cuenta de que esa mujer quería estar contigo a pesar de mí, sé que debí ser más clara contigo respecto a cómo me sentía por ella, no debí fingir que no pasaba nada por viajar con ella a solas, he debido ser más honesta contigo, hacerte saber mis celos; no te puedo prometer que no te voy a celar, siempre tendré celos, siempre, lo único que puedo prometerte es que la próxima vez te  lo diré, ¿vale? – su sonrisa, la expresión de niña en su carita me desmoronaron y me abrace a ella besándola con suavidad.
   - Lo lamento Barbie, sé que ha sido culpa mía, yo sabía del interés de Carmen, peque de ingenua…
   - Las dos hemos tenido algo de culpa,  pero no quiero perderte.
  - Ni yo.
             Me prendé a su boca, a esos labios pequeños que eran mi mayor éxtasis, nuestras lenguas se enredaron, mis dedos se clavaron en la piel de su cintura los suyos en mis mejillas, profundizamos el beso, nuestras respiraciones agitadas denotaban el deseo de nuestros cuerpos, sus piernas se abrieron acomodándose a horcajadas sobre mí,  mientras mis manos se deslizaban debajo de su blusa las suyas me despojaban del top de mi pijama, mi boca abandonó la suya  dirigiéndose ávida hacia sus senos; con los labios aprese uno de sus pezones succionándolo, lamiéndolo pasando la humedad de la lengua sobre la suavidad de sus mamas, sus dedos se enredaron entre mis cabellos enterrándome las uñas en el cráneo, la sostuve con fuerza cuando ella se echó hacia atrás regalándome más de su piel, la desvestí con hambre, besando cada pedazo de piel que quedaba libre,  me embebí entre sus piernas aspirando el olor de su sexo, ese olor al que soy adicta internándome a sus profundidades, bebiéndome sus jugos, hurgando en el interior de su vagina, en cada pliegue de sus labios sexuales, llegando a mi propio clímax solo con el hecho de que ella obtuviera el suyo.
   - Te amo demonio de ojos negros.
   - Te amo Barbie – dije besándola de nuevo, mi hambre insaciable siempre, mi eterna necesidad de ella. Tantos días de ausencia de su piel, de su aroma y su sabor, provocaron que la amara una y otra vez, que me entregara de igual forma a sus caricias, a su tacto, al fuego de su lengua.
   - Creo que ya es muy tarde.
   - Lo sé, no quiero soltarte, no quiero salir de aquí en una eternidad pero es necesario que vayamos a la casa grande, espero que mi abue este mejor hoy, por lo menos más tranquila.
   - De aquí en adelante no te voy a soltar nunca.
           Nos dimos un baño juntas ella se colocó algo de mi ropa y partimos hacia la casa en donde mi madre nos recibió con una amplia sonrisa en la estancia.
   - Niñas me alegro de que por fin les amaneciera, ya está servida la comida, pasemos al comedor.
   - ¿Mi abue, como amaneció ma’?
   - Mucho más tranquila hija, pero hay que continuar prodigándole cuidados.
   - Hola – apareció mi padre dándole un beso a mi mamá y sonriéndonos a nosotras             -después de comer tenemos que reanudar la reunión de ayer Tzuri, ¿me la prestas un momento hija? – se dirigió a Paola provocando el enrojecimiento en sus mejillas, al notarlo mi padre soltó una sonora carcajada – no te apenes, has hecho bien, lidiar con los Aragón cuando hablamos de trabajo no es tarea fácil, anoche me quedó claro que estas hecha para ser mujer de mi hija – la abrazó.
   - Eso espero Fernando.
         Entre sonrisas nos acercamos al comedor en donde ya nos esperaban Ricardo, el abuelo y María, después de comer mi padre le pidió a Rosario que no hiciera llegar café al estudio, durante la reunión quedó claro que a partir de este momento me haría cargo de las funciones que desempeñaba mi tío, no regresaría a Madrid, por lo menos no de momento, había un millar de asuntos pendientes por resolver que requerían de mi inmediata atención, mi papá y Ricardo partirían al día siguiente mientras mamá se quedaría unos días más en apoyo a mi abuela, unas dos horas habían trascurrido cuando mi papá por fin dijo que iría a la habitación de mi abue para estar un buen rato con ella, mientras Ricardo apuntó que llevaría a María a montar un rato.
   - ¿Qué te preocupa hija?
   - Nada abuelo, bueno si, me preocupa no dar el ancho para lo que se me viene encima.
   - No tengo duda alguna de que sabrás desempeñarte muy bien, pero no creo que sea eso lo que te tiene tan meditabunda y con ese gesto que conozco tan bien.
   - A ti no te puedo engañar; no sé qué va a pasar con Paola, ella está a punto de terminar su carrera, tiene un trabajo, toda su familia allá, no me atrevo a pedirle que mueva toda su vida por mí.
   - No decidas por ella, es lo único que te puedo decir hija, no cometas el error de pensar por ella, dile cuales son las circunstancias actuales para ti y escucha que tiene que decir, pero sobre todo hazle saber que la quieres a tu lado y a partir de ahí pues deciden como lo resuelven. Pero no lo olvides, se honesta con ella dile que tú la quieres aquí contigo, no esperes a que ella lo de por sentado.
   - Eres un sabio abuelo, ¿lo sabes?
   - Si lo sé – rio.
          Me encamine a buscar a Paola, Chelito me dijo que estaba en uno de los patios con Rosi, cuando llegué hasta ahí me disculpe con Rosi y le pedí a Paola que me acompañara, al mal paso darle prisa, mi sueño de vivir en este lugar para siempre se estaba cristalizando pero si no era a su lado cualquier lugar sería una pesadilla.
   - Estas muy seria, ya me preocupaste.
   - No te preocupes bonita, es solo que tengo que hablar contigo y me gustaría hacerlo en una sitio especial, ¿te parece si montamos?
         Llegamos a la caballeriza y me acerque a hacerle mimos a Yure que relincho en cuanto me sintió, ni siquiera le había puesto atención a mi yegua, Paola me miraba curiosa, su mirada azul denotaba dulzura y diversión al verme así.
   - De verdad adoras a tu yegua.
   - Sí, la adoro, la amo.
   - Me voy a poner celosa.
   - No hay nada, nada bonita que ame más que a ti – dije atrayéndola hacia mí con un brazo, besándola suave pero profundamente.
   - Vale, ahora la celosa es ella – afirmo al notar la inquietud de Yure, ambas reímos y la acariciamos para tranquilizarla.
         Una vez ensillada nos encaminamos por los campos agaveros, decidí que fuéramos a la laguna, durante todo el trayecto la bese y acaricie, reímos al recordar aquella primera cabalgata, cuánto tiempo ha pasado, como han cambiado las cosas. Una vez en el sitio exacto de aquella vez, desmontamos, primero yo, la tome por la cintura y tal como aquella vez ella se sostuvo de mis hombros, el mismo estremecimiento recorrió mi piel y al mirarme en esos ojos turquesa el ansia de besarla me ganó, pero a diferencia de aquel entonces mi necesidad fue saciada, me apodere de sus labios jugueteando con ellos, introduciendo con lentitud pasmosa mi lengua en su interior, llamando a la suya para que iniciasen ese delicioso encuentro, entregándose a un vaivén  exquisito, largo, profuso, antes de despegar nuestros labios por completo nos prodigamos pequeños besos, suspiré y me abrace con fuerza a su cintura, apretándola, aprisionándola posesivamente.
   - “Ojos”, que sucede, me abrazas como si me fuera a ir,  te siento extraña – suspiré antes de responder.
   - Barbie, mi situación ha cambiado, con la muerte de mi tío y mis primos, mi abuelo se queda solo con la responsabilidad de la jima, de la destiladora y de la empresa aquí, yo me tengo que quedar del todo en México, ya no puedo regresar a Madrid, no para vivir, y yo sé que tú tienes tu vida allá, tu carrera,  tus planes profesionales… yo te quiero conmigo, sin ti no funciono…
Ella me sonrió ampliamente, se abrazó a mí, apretándome con fuerza.
   - Tzuri, mis planes no funcionan si no estás tú en ellos, no hay nada más importante para mí que tú, que estar contigo, mi vida esta donde estés tú.
   - ¿Te quedarías a vivir aquí conmigo?
   - ¡Pues claro! – se colgó a mi cuello esbozando una amplia sonrisa, besándome y sobre todo devolviéndome la tranquilidad.
   - ¿Y tu trabajo?, ¿tu escuela?¿tu familia?
   - A mi trabajo renuncie antes de viajar aquí y pues lo de la escuela ya se verá, ahora mismo lo único que importa es que tu familia te necesita aquí, que tú necesitas estar aquí y yo te necesito a ti.
   - Te necesito a ti.

PAOLA
   - ¿Entonces te quedas del todo?
   - Que si mujer, me quedo, por el alquiler no te preocupes, te he hecho el depósito de la pasta del mes y te estaré enviando hasta que te consigas otra compañera vale.
   - Ni lo digas mujer, que eso no importa, es solo que te echaré muchísimo de menos.
   - Que si regresare Pilar, tengo muchas cosas que resolver, pero ahora mismo no puede ser, ya los padres de Tzuri y Ricardo se han vuelto a Madrid, su abuela no está del todo bien y la carga de trabajo de mi chica es demasiada, en lo que las cosas se van asentando no viajare, pero en cuanto me sea posible iré Pilar.
   - ¿Has hablado con tus padres?
   - Si… menuda gracia les hizo como podrás imaginar.
   - Pues ya, ya me lo imagino, vale mujer, que no dejes de llamarme ¿eh? Se te echa en falta, dale  recuerdos a Tzuri, besos.
   - Un beso Pilarica, te quiero hasta pronto.

          Parece mentira que ya han pasado casi tres meses desde que Gabriela se ha marchado, la abuela va mejorado anímicamente día con día, físicamente está del todo bien, Tzuri va y viene casi todos los días de Guadalajara a la casona, de vez en cuando le acompaño, trato de estar el mayor tiempo posible con la abuela, María ha regresado a la escuela, lo mismo que mi Grillo, Juan y Rosi, y hoy por la mañana Tzuri me ha dicho que tendría que ir al DF no entendí muy bien a que, solo sé que vuelve hasta mañana.
   - ¿Qué tanto piensas niña?
   - En todo y en nada nana.
   - Extrañas a mi niña ¿verdad?
   - Un montón, ¿no te parezco muy tonta nana?
   - Nomas eres una mujer enamorada, “asina” somos las mujeres enamoradas, “nomas queremos tener a la querencia cerquita.
   - Hija yo creo que cenamos ya, Alberto y Tzuri no regresaran hasta mañana.
   - Si abuela – suspiré.
   - Hay “mija” acostúmbrate a estos viajes, aunque deberías haberte ido con ellos, estas muy joven para estar encerrada aquí con esta vieja  “chocha”.
   - No digas eso abuela, que a mí me gusta mucho estar contigo, además Tzuri y el abuelo se quedan más tranquilos.
   - Que suerte tiene mi nieta contigo hijita.
   - Suerte la mía abuela.
          Cenamos tranquilamente hablando de trivialidades, parece mentira lo cómoda que me siento en el papel de ama de casa que me ha tocado asumir estos meses, yo que siempre me precie de independiente, me hace gracia, porque soy feliz, estoy con ella, me siento plena.
          Estoy en la misma habitación que me designaron cuando he venido la primera vez, en cuanto la abuela se ha sentido mejor, nos hizo saber que en tanto no seamos formalmente mujer y mujer tendremos que comportarnos como novias, me hace gracia los berrinches que hace Tzuri por la estricta vigilancia a la que nos tiene sometidas la abuela, que bien podría haber sido miembro de la Gestapo porque difícilmente nos hemos podido escapar a su vigilancia. Mirando los campos de agave por el balcón me remonto hacia esos días, cuanto ha pasado desde entonces, el sonido de mi móvil me saca de mi ensoñación.
   - Hola Barbie ¿te desperté?
   - No amor, no puedo dormir.
   - Yo tampoco bonita, te extraño.
   - Yo también te extraño.
   - ¿Todo bien por allá?
   - Si “ojos”, tranquila, todo está bien, tu abuela cada día está mejor,  ¿regresas mañana?
   - Si, mañana estaré ahí, a más tardar a medio día calculo yo; oye fíjate que tengo que arreglármelas para entrenar un poco, tengo que participar en la charreada de las fiestas.
   - Mmm,  me tocara estar en cada uno de esos entrenamientos, ya me imagino a la jauría haciéndote antesala.
   - ¿Vas a ir por mí o por Carlota?
   - No eres tú quien se tiene que preocupar por Carlota.
   - ¿Cómo qué no?
   - No me hagas caso que yo me entiendo.
   - Como sea, la idea de que estés conmigo cada entrenamiento me encanta.
   - Pues ahí estaré.
   - Ok Barbie te veo mañana, te amo, ya duérmete.
   - Vale, tú también, te amo.


            Entramos a ese sitio como hace más de un año, claro que las circunstancias eran muy distintas, ahora esa chica que me envolvió desde el inicio me llevaba tomada de la mano y antes de irse hacia las caballerizas me besó. Cuando hemos llegado estaban ahí Cristina, Jimena y Manuela para completar el cuadro por entero, fueron indiferentes a mi presencia pero no a la de ella a quien saludaron con coquetería, ella sin dejar de aprisionar mi cintura solo les hizo un ademan a modo de saludo con la cabeza, me volvió a besar y se alejó a grandes zancadas dando un brinco hacia el ruedo con agilidad, entonces dirigieron su artillería hacia a mí.
   - ¿Y lo de ustedes va en serio? – Cristina fue la primera que atacó.
   - Hola también me da gusto veros – dije irónica por respuesta.
   - Pues no deberías estar muy segura, Tzuri no es exclusiva de nadie.
         Estaba a punto de responder cuando una voz cantarina que me regocijo reconocer lo hizo por mí.
   - ¡Eso quisieras Manuelita!, pero se amolaron chulas, lástima que las arpías no tengan alas si no las mandaría a volar.
   - Ja ja muy graciosa María Inés.
   - Hola Pao, llegue a tiempo ¿no?
   - Siii, que gusto verte Grillo, te he echado tanto de menos, ¿cuándo has llegado?
   - Hace unas horas, me imaginé que te encontraría aquí.
   - ¿Tan predecible soy?
 Ella solo rio, nos pusimos al día sobre nosotras y disfrutamos el entrenamiento.

             Desde temprano Tzuri se ha marchado al lienzo, han llegado desde Madrid Gabriela. Fernando y Ricardo, estaba a punto de salir cuando mi Grillo y María me lo impidieron diciendo que vestía demasiado sencilla.
   - Vas demasiado sencilla Pao, hoy tienes que lucir fabulosa.
   - Pero todos van así.
   - Pero tú no eres todos, tienes que verte sensacional.
   - Si Barbie porque…
   - Porque todos estarán al pendiente de tú novia esta tarde – dijo interrumpiendo a María, quien soltó una risita nerviosa.
   - Bueno vale.
         Pensé que me sentiría extraña al verme enfundada en ese vestido, pero cuando he bajado y he visto al resto de la familia agradecí el ir a tono con ellos.

No sabía bien el que, pero algo se me había instalado en el estómago, nervios, ansiedad, por primera vez todos reían, se les notaba felices.
- te ves hermosa hija- exclamo Fernando.
- si cuñada te ves bellísima, mi hermana va a ser la envidia de muchos
- claro que mi hija es la envidia de muchos.
- yo soy la envidia de muchas.
Como la vez anterior no puse atención en nada de lo que ocurría en el ruedo, estaba inquieta, nerviosa.
- Hey Pao, ¿Qué te sucede?
- no lo sé Grillo, estoy… no sé.
- Tranquila mujer, mira ya viene la escaramuza.
Verla enfundada en ese traje negro con motivos de varios colores, el porte con que montaba a Yure, los gráciles movimientos me calmo y me embebí en ella por entero, sus ojos negros esta vez no me miraban, la rutina era completamente distinta a la anterior, su rostro que sonreía denotaba total concentración. El estallido en las gradas en cada suerte era estruendoso, realmente es un espectáculo asombroso, después de este siguió la cala de caballos, a pesar de verla montar casi todos los días nunca deja de impresionarme.
Cuando el espectáculo concluyó todos hemos ido hacia las caballerizas, de manera un tanto extraña todos se han despedido, incluso mi Grillo, Tzuri me sostenía con firmeza de la cintura, y hablándome al odio me susurró que le esperase.
-No tardare Barbie, ¿te parece si nos vamos por ahí tú y yo solitas el resto de la tarde?
-Cariño, pero que está aquí tu familia – me miró con esos ojos que me matan e hizo un puchero- vale “ojos ”, que no te puedo decir que no a nada.
-¡Te adoro! ¿Entras conmigo a vestidores?
- No, te espero, anda que no pasa nada te espero aquí.
Mientras esperaba en un banco al pie de un árbol una voz familiar resonó a mis espaldas.
-Hola Preciosa – sonreí al reconocerla.
-Carlota, ¡No esperaba verte! ¡Qué gusto!, ¿Por qué no has participado en la charreada? – me miró con un dejo de tristeza.
-Se buena y no me hagas responder a eso, tú sabes…
-Sí, lo sé.
- Te has quedado con la mujer de nuestra vida Pao, hazla muy feliz, ¿me lo prometes?
- Te lo prometo Carlota – nos fundimos en un abrazo cómplice.
- ¡Epaaaa! no pierdes el tiempo Carlota- Exclamo Tzuri llegando hasta nosotras.
- Tú sabes que no, pero bueno te quedaste con el premio mayor, ¿Será que  me quedo con todos los reintegros y firmamos la pipa de la paz? – respondió Carlota en tono jocoso.
- Toditos tuyos – dijo riendo y le abrazó, Tzuri no pudo ver la expresión llena de amor de su “rival” ante ese abrazo.
         Salimos del lienzo unos minutos más tarde, Tzuri iba callada, y su expresión era seria, algo extraño en ella quien rara vez estaba sin sonreír, lucia tensa, no, tensa no, más bien nerviosa y eso terminó por ponerme de los nervios a mí también, ni siquiera pude reconocer hacia donde nos dirigíamos hasta que el coche se detuvo y entonces entendí hacia dónde íbamos.
-¿Vamos al manantial?
-Si Barbie, nunca regresamos y se me antoja estar aquí contigo y sacarme una espinita.
         Esto nos hizo reír a ambas recordando aquel día. Una vez en el sitio exacto en el que Tzuri me beso por primera vez, ésta se colocó detrás mío rodeando con sus brazos mi cintura.
-Como me hiciste rabiar aquel día.
-No fue para tanto.
-¿No?
- Bueno un poco sí, pero es que lo merecías…
-¡Ahhhh lo merecía! – ambas reímos de nuevo y yo me volví hasta quedar frente a ella, se hizo un silencio, nos estábamos diciendo tanto con solo mirarnos. Hasta que ella después de un suspiro hablo separándose unos pasos tomando mis manos con firmeza.
- Ese día supe, sentí algo muy fuerte, no lo admití, no quería admitirlo, pero lo supe, ese día Barbie ya te tenía muy dentro de mí, y es que no me lo esperaba, que hubiera alguien para mí, que yo fuera para alguien, y soy tan feliz que casi creo que no puedo serlo más, solo hay una cosa que lograría incrementar más mi felicidad.
Empecé a temblar, no sabía si reír o llorar, todo me daba vueltas, esperanzada y temerosa a la vez, deseando que lo que estaba por ocurrir pasara, temiendo que lo estuviera imaginando.
-Mi amor, -dijo acariciando mis manos, mirándome tiernamente – no hay nada que desee más en esta vida que pasar el resto de mi vida a tu lado, quiero envejecer contigo, dime que tú quieres lo mismo, Barbie – me besó ambas manos - ¿Quieres casarte conmigo?
-¡Sí! ¡Sí! ¡Sí! – respondí llena de emoción, sonriendo y con los ojos llenos de lágrimas al mismo tiempo.
Ella sacó un anillo con un diamante precioso y lo coloco en mi dedo anular.
-Este es un buen lugar para pedirle a la mujer de tu vida matrimonio.
-También para traer un rollito – dije yo recordando lo que dije aquel día, pero esta vez a diferencia de entonces me lance a su cuello y la bese con ansiedad, desespero, amor, pasión.

            Una semana después viajamos junto a los padres de Tzuri y Ricardo a Madrid, principalmente para notificar a mis padres del matrimonio, y yo aprovecharía para resolver del todo mi mudanza definitiva a México. Fernando se empeñó en hacer las cosas a la usanza de su país y me pidió que les solicitara a mis padres una reunión, estos en principio estuvieron un tanto reticentes, pero algo obró dentro de ellos y se acordó fecha y hora para recibirlos en casa de mi madre.
            Llegado el día yo a decir verdad estaba nerviosa, mis padres no son tan comprensivos como los de mi novia y temía que les hicieran una bordería, Tzuri intentó tranquilizarme al respecto, ella ya había puesto al tanto a sus padres de que los míos no asimilaban del todo mi homosexualidad.
Pero todo pasó con tranquilidad y para mi sorpresa mis padres estuvieron incluso cálidos.

- Me da mucho gusto que estén con nosotros – dijo mi Padre extendiéndole la mano a Fernando - Luis Carbajal, es un placer conocerlo.
             Procedieron las respectivas presentaciones, me tenía muy sorprendida lo cómodos y contentos que se les veía, una vez en el salón, todos sentados, Fernando se dirigió con solemnidad a mis padres.
- Quiero, como se acostumbra en México, pedirles formalmente la mano de su hija para mi hija, sé que suena  extraño, pero espero que al igual que a Gabriela y a un servidor, a ustedes lo único que les importe sea la felicidad de su hija, nosotros sabemos que la felicidad de la nuestra está al lado de esta preciosa muchacha.
- Tiene usted toda la razón y estoy seguro de que hablo por Marina también – dijo mirando a mi madre - le entregamos con todo el amor y confianza a nuestra hija a Tzuri.
- Gracias papá.
- Gracias a ti hija, por tu valentía, por ese corazón tan grande que has demostrado siempre.
- Yo también quiero abrazaros a las dos – dijo mi madre mirando a Tzuri – hazla muy feliz, me lo has prometido – le abrazó y después me abrazó a mí – te quiero mucho hija y lo único que me importa que es seas muy dichosa.
- Hey mamá, déjame algo, que te las vas a acabar. Te quiero hermana, te quiero mucho – y tú pórtate bien con ella ¿eh? – abrazó a Tzuri.
- Te lo prometo cuñada.
¿Acaso se podía ser más dichosa?
Mi partida de Madrid sin embargo tuvo su toque de nostalgia, el despedirme de mi familia, amigos, mi ciudad, del que fue mi mundo lo que llevo de vida no fue tan sencillo, con Pilar, Ana e incluso Teresa – ésta sé que no le hace ni tantita gracia a mi mujer, pero ella entiende que es mi amiga y no me dice nada en su contra- quedamos que me visitarían y estaremos en contacto siempre, a Silvia no le vi, creo que fue lo mejor para ambas.
Voy de nuevo en un avión rumbo a México, pero esta vez voy de la mano de mi demonio de ojos negros, voy a casa, a mi vida con la mujer de mis sueños.

TZURI
- Amix tenemos mil ocho mil cosas por hacer todavía – dijo presurosa mi loca amiga.
- Marce ya está todo listo.
- No amigui falta checar tu ropa interior.
- ¿Mi ropa interior? Estás loca Marce.
- Nooo, no estoy loca, ósea  como es que de luna de miel te vas a Vallarta, eso está cero cool, no quiero pensar que llevas para tu noche de bodas.
- Está bien “seso hueco” chaca lo que quieras.
- mínimo amigui, por que no estuvo nada padre que se te ocurriera enamorarte mientras yo tu amigui del alma estaba ahí postrada en una cama, ósea hellooo – me encantaba ver a mi amiga así, como siempre – amix insistes en ir de charra a tu boda, ósea nada que ver ¡eh!, está bien ser patriota el 16 se septiembre pero estamos en diciembre.
- Marcela...
- okey, okey… pero tú muy mal.
Las horas se me hicieron eternas, Paola, sus padres, Mariana y amigas, estaban en la casa de mis abuelos en la Ciudad de México,  ahí sería la ceremonia civil que nos uniría en matrimonio, estaba ansiosa.
- bueno niñas listas, llego la hora de irnos, apenas llegaremos con tiempo, te ves hermosa sister.
- gracias Bro.
- uff pues si te ves así híper ¡wooow!.
- vámonos ya.
- que ansiedad la tuya sister.
Una vez en la casa mis nervios se intensificaron, hacía mucho frio, pleno diciembre y al aire libre, mi madre, mis abuelos, mi padre, Juan, María Inés, Pilar, todos se acercaron a mi intentando calmarme, pero mi ansiedad crecía a cada minuto, la Juez llego y todos tomaron su sitio, en el fondo del camino que se abría entre las sillas estratégicamente acomodadas, apareció como un ángel mi Barbie,  ataviada en un vestido blanco de seda, solo verla sonreírme me devolvió la calma, durante la ceremonia me perdí en ella, detallándola, ansiando el momento de estar a solas.

- …por el poder investido en mi las declaro legalmente unidas en matrimonio – escuche al fin, después de que ambas firmamos el libro de actas – felicitemos a la feliz pareja.
Aplausos, abrazos, fotografías, lágrimas de mi Madre, de la madre de Paola, de la abuela, caras de dicha nos rodeaban, entramos al amplio salón y los mariachis irrumpieron.

“de la sierra morena cielito lindo vienen bajando, un par de ojitos negros cielito lindo de contrabando, ¡ay! ¡ay! ¡ay! ¡ay!, vienen bajando un par de ojitos negros cielito lindo de contrabando, ¡ay! ¡ay! ¡ay! ¡ay! ¡ay!, yo a las morenas quiero desde que supe, que morena es la virgen cielito lindo de Guadalupe, ¡ay! ¡ay! ¡ay! ¡ay! ¡ayyy!, es bien sabido, que el amor de morena cielito lindo nunca es fingido,  ¡ay! ¡ay! ¡ay! ¡ay! ¡ay! ¡ayyy!… de domingo a domingo te vengo a ver, cuando será domingo cielito lindo para volver, ¡ay! ¡ay! ¡ay! ¡ay! ¡ayyy!, yo bien quisiera que toda la semana cielito lindo domingo fuera, !ay! ¡ay! ¡ay! ¡ay! ¡ay!  dicen que no se siente la despedida, dile a quien te lo dijo cielito lindo que se despida, ¡ay! ¡ay! ¡ay! ¡ay! ¡ayyy!, del ser que adora y veras que se siente cielito lindo y hasta se llora”
 “si nos dejan nos vamos a querer toda la vida, si nos dejan nos vamos a vivir a un mundo nuevo, yo creo podemos ver un nuevo amanecer de un nuevo día yo pienso que tu y yo podemos ser felices todavía, si nos dejan, buscamos un rincón cerca del cielo, si nos dejan hacemos de con las nubes terciopelo y ahí juntitos los dos, cerquita de Dios será lo que soñamos si nos dejan te llevo de la mano corazón y ahí nos vamos, si nos dejan buscamos un rincón cerca del cielo, si nos dejan, hacemos con las nubes terciopelo y ahí, juntitos los dos cerquita de Dios será lo que soñamos, si nos dejan te llevo de la mano corazón y ahí nos vamos, si nos dejan de todo lo demás nos olvidamos, si nos dejan, si nos dejan”

Tomadas de la mano abordamos el avión que nos llevó a Vallarta, tomadas de la mano arribamos a esa misma habitación en donde la hice mía por primera vez, donde me entregue a ella para siempre.

Paola se encamino hacia la terraza, su mirada se perdió en el paisaje y yo me perdí deleitándome en ella, rodee su cintura con mis brazos, pegando mi pecho a su espalada y mi mejilla a la suya, estuvimos así varios minutos hasta que ella so coloco frente a mí, acaricie sus cabellos, las yemas de mis dedos se embelesaron en su terso cutis, nuestras bocas se buscaron fundiéndonos en un beso delicado, prolongado,  deslice mis manos sobre la tela de su vestido, oprimiendo la firmeza de su carne,  mis dedos ansiosos del tacto con su piel la desnudaron, mi boca la recorrió palmo a palmo, despacito la lleve hacia la cama, besándola, capturando su cuerpo, con apetito equivalente al mío me desnudó, la suavidad de su cuerpo debajo del mío me transportó a un mundo aparte, saboree cada poro de su piel, la hice mía   - ¡te amo!, ¡te amo! – le susurre mil veces al oído mientras la amaba con mi cuerpo entero, con el alma, bebiéndome el placer de su cuerpo.
Seis años después…
PAOLA
Estamos de fiesta, María cumple 15 años, todo es alegría en esta casa, mi vida es casi un ensueño, soy la feliz madre de un chico de mirada profunda y oscura como la de su madre.
- que feliz se te ve amiga.
- soy feliz grillo, muy feliz, tengo a la mujer más maravillosa del mundo a mi lado, dos hijos bellísimos, una familia hermosa y las mejores amigas, ¿Qué más se le puede pedir a la vida?
- Tienes razón Pao – noté un dejo de nostalgia en su mirada.
- ¿Y tú Grillo? te noto triste.
- Como ya lo sabes amiga mi vida se complicó un poquito, pero no es momento de mis tristezas y perdidas; los abuelos, Fernando, Gabriela y Ricardo se ven felices.
- Si, todos están muy bien, Ricardo resulto un as en los negocios y está por casarse con Marcela ¿la recuerdas? la amiga de Tzuri, los abuelos están locos por el pequeño Samuel, y María  como bien sabes es también una hija para nosotras.
- ¿Y tu familia?
- Muy bien, mis padres locos con su nieto, nos hemos casado también en España, un tanto por cuestiones legales y otro tanto por darles el gusto; mi madre se casó de nuevo, Mariana trabaja para la UN y mi padre es quién viene más seguido; casi cuatro años sin verte por aquí grillo.
- Si casi cuatro… ¿Juan se casó verdad?
- Sí, se casó y se convirtió en la mano derecha de Tzuri, Rosi se fue a estudiar una maestría en Princeton y se  quedó por allá, también le va muy bien.
- Mamá quiero bailar con María.
- Si cariño, en un momento más bailas con tu hermana, vale, tiene que bailar con sus amigos.
- Esta hermosísimo tu hijo ¿Cómo fue que lo concibieron?
- In vitro, me fertilizaron con un ovulo de Tzuri y esperma de un donante.
- Sacó sus ojos.
- Si, es igualito a su madre, en todo.
- Hola Inés ¿Cómo estás? – llegó Carlota uniéndose a la plática.
- Hola Carlota bien, muy bien ¿y tú como estas?
- Bien, te la robo un momento Pao, ¿bailarías conmigo Inés?
- Si claro, vayan a bailar.
- Hace mucho que no bailo esto.
Mirando a María, bellísima, feliz, a todos riendo y disfrutando, a Carlota y mi Grillo bailando divertidas, sentí unos brazos rodeando mi cintura.
- Te voy a secuestrar Barbie.
- Suena interesante, pero María, los invitados, tu hijo, la fiesta…
- Los invitados dudo de se den cuenta de nuestra ausencia, Samuel está bajo la mirada vigilante de sus abuelas, María se sentirá más cómoda sin la mirada inquisidora de sus madres y yo te quiero para mí solita.
-  ¿Y a dónde vamos?
- A un sitio especial.
Me tomó de la mano y nos encaminamos rumbo a las caballerizas, me dio risa al ver a Yure ensillada ya.
- Ya lo tenías todo listo ¿eh?, que tal que te hubiera dicho que no.
- Nunca has podido decirme que no.
- Presumida – le di un suave aventón, ella en respuesta me halo por la cintura besándome.
 Montadas en Yure continuamos como siempre que estábamos cerca, besándonos, reconocí el camino de inmediato a pesar de la oscuridad, recordé la  primera vez que estuvimos juntas en aquel lugar, la vieja bodega de barricas, la diferencia es que ahora la puerta estaba abierta de par en par y el interior se encontraba iluminado tenuemente por la débil luz que despedían las candilejas, las mesas de roble habían desaparecido, en medio había un tendido de mantas de plumas de ganso y una canastilla con vivieres.
- ¿Qué tienes en mente?
- Hacer realidad un sueño inconcluso de hace siete años – dijo cerrando el pesado portón detrás de nosotras.
Bajo la luz del fuego esos ojos negros destellaban amor, deseo, pasión, sus labios carnosos de un carmesí vivo natural aprisionaron los míos, comiéndoselos enteros, me colgué a su cuello dejándome llevar por las infinitas sensaciones que solo ella puede provocarme, me estremezco entre sus brazos, tiemblo de deseo, su sabor, sus aliento, el tacto de su piel me excitan,  nos desnudamos con parsimonia, sin prisa alguna, embelesándonos en cada parte de nuestra anatomía que queda libre de tela, mi boca se prenda de su largo y bello cuello, lo lamo, lo chupo, lo muerdo, sus gemidos, los míos, nuestra respiración agitada, es la música que sirve de fondo para esta entrega, disfruto los movimientos que hace su exquisita lengua sobre mi piel,  recostada me abro por completo para ella, que me devora el sexo por entero, mis piernas rodean posesivamente su espalda, bebe de mí, se desliza sobre mi cuerpo hasta que su boca encuentra la mía, solo nos cubre esa cascada chocolate que tiene la suavidad de la seda y me hace cosquillas en cada parte del cuerpo que toca, mis dedos se abren paso en esa cavidad que los recibe húmeda, mía, ella abre sus piernas haciéndomelo fácil,  su mano me indica que haga lo mismo, nos penetramos, fundiéndonos en una, prodigándonos palabras de amor, de pasión, con voces enronquecidas por el ardor, en una entrega total,  besándonos sin sosiego, friccionando nuestra carne, hasta que llegamos al clímax mutuo en un estallido acompañado por el de los fuegos artificiales que venían desde la hacienda junto con la música del mariachi.

“Voz de la guitarra mía, al despertar la mañana, viene a cantar su alegría a mi tierra mexicana… yo le canto a sus volcanes a sus praderas y flores que son como talismanes del amor de mis amores…..”
- Te amo, te amare siempre Barbie.
- Te amo “ojos negros”


Para ti Conejo
“Te amo de aquí a la luna dos vueltas y de regreso”


------------------------------------------------------------------------------------------------------
La Teta Feliz Historias y Relatos ® Yada - Derechos Reservados
© Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte, registrada o transmitida por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo, por escrito, del autor.

13 comentarios:

  1. Hermoso! muchas gracias por esta historia, reviví de puro amor!. muy romántica a cada momento. realmente debes estar muy enamorada. saludos!

    ResponderEliminar
  2. Creo que había más por contar de la historia pero buehhh ni modo que se le va hacer, excelente historia, creo que la extrañare, ahora deberías escribir una historia sobre pepe grillo y carlota jaja que eso quedo inconcluso.

    ResponderEliminar
  3. Hermosa historia, me encanto desde el inicio y el final estuvo increible, de las mejores historias que he leído, felicidades escribes genial. Saludos desde Colombia.

    ResponderEliminar
  4. Me facinooo me encantoooo quede boba con esta historia que me enamoro el mejor finall voy a sonar con tzuri y pao por fa sigue escribiendo besotes RO ARGENTINA



    ResponderEliminar
  5. Me gusto la historia, su continuidad que es algo que agradecemos, Yoda Felices fiestas de Navidad y Año Nuevo 2015, Esperamos otra historia en el nuevo año. Laysa :)

    ResponderEliminar
  6. Gran historia, me encanto de principio a fin, lastima que se termino tan rapido.. Vuelve pronto por favor.

    ResponderEliminar
  7. YADA buenísimo igual que tu otra historia ... espero leerte de nuevo pronto besos y felices fiestas Sam

    ResponderEliminar
  8. me encanto esta historia..muy buen final aunque confieso que voy a extraniar leerte..espero que sigas publicando mas historias..besos sponjosa(sofia)..
    PD: saludos desde argentina~chubut

    ResponderEliminar
  9. Muy bueno,Yada.
    Y gracias por hacerme conocer las escaramuzas,no tenía conocimiento de ellas, realmente,me encantaron !
    Cristina desde Buenos Aires.

    ResponderEliminar
  10. Hermosa historia esta es la segunda vez k la leo y me a facinado

    ResponderEliminar
  11. Queeee decir hermosa que lindo es el amor verdadero el amor de años y que se miren con la misma intensidad no cuantas veces la lei ya extraba algo asi abrazooo escritora

    ResponderEliminar
  12. Hace años leí esta historia, y vuelve a encandilarme, sigue escribiendo Yada? Donde puedo acceder a sus escritos mas actuales?

    ResponderEliminar
  13. PERDI LA CUENTA DE CUANTAS VECES LEI ESTA MARAVILLOSA HISTORIA QUEE..... VIVAAAA EL AMOR BONITO
    QUE DIOS ILUMINE LAS MENTES DE NUESTRAS ESCRITORAS ABRAZO GRANDE

    ResponderEliminar

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...