Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

Chica Amante - KinKaid - 11

Karla y yo nos fuimos a su casa a instruirme por medio de internet todo como tener relaciones sexuales con mujeres. Ella sabe que eres virgen. Ella va a esperar por ti. Se ve que está loca por ti. Karla sonrió. Feliz suspiré. Realmente esperaba que eso fuera cierto. Karla me dejó en casa. Javier aún estaba en el trabajo, así que me hice un sándwich y me senté a la mesa para hacer mi tarea. Una vez que hube terminado, miré el reloj. No era sino las ocho; tenía una hora más hasta que Javier volviera a casa. Sonreí y agarré mi teléfono, marcando a Lena, apenas capaz de contener mi emoción. Hola, ángel respondió ella, sonando ridículamente feliz. Hola. ¿Quieres venir?  Le pregunté, mordiendo mi labio de entusiasmo. 

Claro que sí. Ahí estaré respondió y colgó. Corrí a mi habitación para comprobar rápidamente mi cabello. Me reí de mí misma cuando me di cuenta que me había convertido en una de esas chicas que pensaban que tenían que verse perfectas para ella. Volví a la sala de estar, al mismo tiempo en que ella entró por la puerta delantera. Hola. Sonreí. Ella me arrastró en sus brazos y me besó con pasión, haciendo que mi corazón se acelere y mi estómago aletee. Después de un rato se apartó. Hola suspiró, haciéndome temblar de felicidad. Así que, ¿dónde estabas? Te extrañé murmuró, poniendo su rostro entre mi cabello y respirando profundamente. Me reí y me aparté. Vaya, ¿qué? ¿Eres una especie de espeluznante mujer que huele el cabello? bromeé, tomando su mano y arrastrándola hacia el sofá y empujándola hacia abajo. Ella se rio y se apoderó de mi cintura, y me atrajo a su regazo de modo que estaba ahorcajas sobre ella.
Te he echado mucho de menos hoy. Odiaba verte y no ser capaz de tocarte. Además, ¿qué diablos fue eso en el almuerzo? ¿Te gustó burlarte de mí? preguntó, frunciendo el ceño. Pasé mis manos por su cabello castaño y sedoso, y me reí con aire de culpabilidad. Tengo que preparar el terreno para mi victoria. No puedo aparecerme frente a Jessy  y ser toda: “sí, he ganado la apuesta, ¿cierto?” le pregunté inocentemente. Negó con la cabeza, todavía con el ceño fruncido. Pero eso fue exagerado. Quiero decir, ¿sabes lo difícil que fue para mí no saltarte encima? bromeó. Asentí con la cabeza y me mordí el labio para no reírme. Oh sí, me di cuenta de que fue difícil para ti me burlé, alzando las cejas a sabiendas, haciéndole reír. Mmm, lo que sea. ¿A dónde fuiste de todos modos? Tenía la esperanza de pasar un poco de tiempo contigo esta noche.  Me atrajo más hacia ella y me besó en la nuca, haciéndome morderme el labio cuando mi piel se desató en piel de gallina.
Te amo. Mi chaparrita bromeó, levantando su nariz y encogiéndose de hombros. Me reí y le di una palmada en el hombro juguetonamente. Idiota dije en tono de broma, haciéndola reír más fuerte. La empujé hacia bajo sobre el sofá y me puse encima de ella,  besándola. En el momento en que me alejé, las dos estábamos respirando pesadamente. Me miraba con lujuria y podía sentir que ya había despertado su pasión. Lena, sólo porque estoy excitada, no significa que estoy lista para algo más. Ya lo sabes, ¿verdad? pregunté, respingando, esperando no haber conseguido elevar sus esperanzas y ahora estuviera esperando sexo. Ella sonrió y me metió el pelo detrás de la oreja. Ángel, ya lo sé. Está bien. Vamos a ir tan lento como quieras. Mientras que pueda hacer esto. Empujó mi rostro hacia abajo al suyo de nuevo. Sonreí contra sus labios y me sentí más feliz de lo que había estado en años, ella era demasiado dulce. Sólo rezaba que estuviera lista pronto, antes de que se aburriera o desesperara y se fuera corriendo tras esa cualquiera Jessy Después de besarnos y abrazarnos alrededor de una hora escuchamos un coche en la calle. Maldita sea, debe ser al auto de Javier susurré, tratando de alejarme de Lena. Me senté, alisando mi cabello, con la esperanza de que no se viera como si hubiéramos estado ligando durante la última hora. Lena se río y tiró de mí hacia abajo en el sofá con ella. Javier puede manejar esto. Vamos, tiene que acostumbrarse a esto con el tiempo. Él va a vernos besándonos de vez en cuando dijo, riendo entre dientes en mi cuello. Sonreí mientras entretejí mis dedos en su cabello, oí la puerta abrirse y Lena levantó la cabeza para mirar, con una pequeña sonrisa en el borde de sus labios. De hecho, creo que ella estaba disfrutando molestar a Javier.
¡Oh, vamos, chicas! En serio, ¿qué he dicho esta mañana sobre las muestras de afecto públicas? Se quejó Javier, arrojando las llaves sobre la mesa. Lena gimió y puso los ojos en blanco mientras se incorporaba, empujándome asentarme junto a ella. ¿Mejor? preguntó, sonriendo con malicia. Javier suspiró y puso los ojos en blanco también. Voy a acostumbrarse a esto, supongo se quejó. Lena me sonrió y no pude evitar sonreírle de vuelta. Ella echó su brazo sobre mi hombro y me tomó de la mano con su otro brazo, jugando con mis dedos. Javier entró y se dejó caer en el sofá de enfrente, mirándonos con mal humor. Me reí de su expresión de contrariedad y me levanté. Voy a ir a hacer mi tarea. Ustedes, chicos, pueden entretenerse a sí mismos por un tiempo, ¿verdad? Les sonreí a los dos a la vez. Tenía la sensación de que necesitaban su tiempo. Javier y Lena eran los mejores amigos después de todo. Sí. ¿Quieres jugar a Halo, Javier? preguntó Lena con entusiasmo. Javier se levantó para configurarlo y me sonreí secretamente feliz. Sí, volvieron a la normalidad. Agarré la bolsa de papel marrón y me dirigí a mi dormitorio, riendo cuando Lena golpeó mi trasero y me silbó. Ya había hecho mis deberes, así que decidí que un largo y agradable baño de espuma en la bañera sería bueno. Preparé un baño y añadí una gran cantidad de burbujas, antes de agarrar un libro y meterme en la bañera. Me perdí en la historia. Estaba tan absorta en la historia que no oí la puerta abrirse. Bueno, eso sí que es sexy ronroneó Lena desde la derecha junto a mí. Grité y casi dejo caer el libro en el agua. ¡Mierda! ¡Casi me das un infarto, Lena! grité, tratando de calmar mi corazón que estaba tratando de romper mis costillas. Llevé mis rodillas hasta mi pecho y traté de ocultarme de modo que pudiera ver nada inapropiado. Por suerte para mí, todavía había bastantes burbujas que ayudaron. Echó a reír. Lo siento. Oye, ¿puedo entrar? bromeó mientras se arrodillaba junto a mí y puso sus dedos en la bañera. Los sacó de forma rápida y meneó la cabeza. Olvídalo. ¡Eso está jodidamente helado! Frunció el ceño y se secó la mano en la toalla. Lena, ¿podrías salir de aquí? ¡Esto no es divertido! grité, sonrojándome. Puso su sonrisa un poco engreída y se inclinó para besar mis labios sólo por una fracción de segundo antes de que se volviera y regresara a la puerta. Estaba bromeando. En realidad no me di cuenta de que estabas aquí. Aunque, deberías salir, esa agua está muy fría. ¿Has estado ahí todo este tiempo? preguntó, sacudiendo la cabeza. Está un poco fría admití. Ahora que estaba fuera de la historia ni siquiera me di cuenta que la bañera estaba como piedra fría y tenía piel de gallina por todas partes. Lena sonrió y se volvió de nuevo a mi habitación, cerrando la puerta para darme un poco de intimidad. Saqué el tapón y lancé mi libro a un lado mientras me ponía de pie. Agarré la toalla del borde y la envolví alrededor de mí con fuerza. Me di cuenta al salir de la bañera que no había traído nada de ropa aquí para cambiarme. En realidad estaba muy frío, y mis dientes castañeteaban. No podía quedarme aquí toda la noche, simplemente tendría que ir a buscar un pijama. No era gran cosa; Lena me había visto en una toalla antes. Cuando entré en mi habitación me di cuenta de que estaba descansando en mi cama. Hola, sintiéndome un poco incómoda, a medida que me ponía un par de pantalones cortos debajo de la toalla. Por Dios, Ángel, podría haberte dado hipotermia o algo así me regañó, mirándome con preocupación. Me agarró de la mano y me llevó a la cama, sentándome en el borde cuando ella entró en el cuarto de baño, volviendo con otra toalla. Frotó mis brazos y hombros, secándome rápido. Estaba contenta que decidí no lavarme el cabello, en cambio, poniéndolo en un moño desordenado, de lo contrario eso me habría hecho tener aún más frío. Envolvió su brazo alrededor de mí, poniendo cada uno de mis dedos arrugados como ciruelas en su boca, calentándolos de uno en uno a la vez. ¡Oh, Dios mío, eso es sexy! Incliné mi cabeza y la besé, al parecer atrapándola por sorpresa. Después de uno o dos segundos, respondió, besándome de vuelta. Mordí su labio suavemente y ella abrió la boca, permitiéndome deslizar mi lengua en ella. Gimió desde la parte posterior de su garganta y envolví mis brazos alrededor de su cuello, sujetando su cabello rudamente, tirando ligeramente de ella. Me llevó más cerca, profundizando el beso. Después de lo que pareció una eternidad, pero aun así no fue lo suficientemente largo, se alejó respirando pesadamente. Sus labios no dejando mi piel, sin embargo, en cambio, besó mi cuello, succionando la piel cerca de mi clavícula, haciéndome jadear y retorcerme. Todavía estaba helándome y mis dientes empezaron a castañetear de nuevo, arruinando el momento. Se retiró entre risas. Vamos a ponerte debajo de las sábanas y así puedas entrar en calor. Se quitó la camiseta en un solo movimiento y no pude dejar de mirar a sus pechos. Sentí movimiento y mi visión se volvió negra por unos segundos, interrumpiendo el comérmela con los ojos. Sonreí cuando me di cuenta que había puesto su camiseta por encima de mi cabeza. Lena, si quieres que me caliente, todo lo que necesitas hacer es quitarte la ropa ronroneé, mordiéndome los labios y mirando por encima su pecho y abdomen, con ganas de pasar mi lengua sobre ellos. Se río y rodeó sus brazos alrededor de mí. Ángel, no podrías estar más caliente, confía en mí. Eso sería ilegal respondió, besándome otra vez. Me quité la toalla húmeda y la arrojé en el piso mientras ella me levantaba. Envolví mis piernas alrededor de su cintura mientras me cargaba hasta el final de la almohada y sacaba la colcha, subiéndose en la cama conmigo todavía unida a su frente como un mono bebé. Empujó la colcha por completo a lo largo de nuestras cabezas y se apartó de nuevo para hablar conmigo en la penumbra. Te he echado de menos esta noche. ¿Por qué no te quedaste a jugar con nosotros? preguntó de mala gana. Pensé que tú y Javier necesitaban un poco de tiempo juntos. Realmente no has hablado con él por tu cuenta desde que se enteró de nosotras. El sigue siendo tu mejor amigo.
No puedes pasar todo el tiempo tratando meterte en mis pantalones, sabes bromeé. Pero me encanta intentar meterme en tus pantalones se quejó en broma, dándome la cara cachorrito, haciéndome reír. Estaba calentándome ahora. Su calor corporal palpitante en mí y nuestro aliento caliente entremezclándose bajo el edredón, lo hacía todo parecer casi humeante al debajo. Por otra parte, podría haber sido sólo la pasión que sentía ardiendo dentro de mí. Supongo que tienes razón. Javier estuvo bien esta noche, en realidad dijo que era agradable verte feliz, por lo cual me llevó todo el crédito por supuesto dijo engreídamente. ¿Todo el crédito? ¡Vaya, ese un ego desmesurado el que tienes allí! bromeé con una sonrisa ante el doble sentido,. Se río y acarició el costado de mi rostro con el dorso de sus dedos. ¡Es mejor que no estés desnuda con mi hermana pequeña, Hamilton! gruñó Javier de advertencia desde la cercanía de la puerta. Lena empujó la colcha fuera de nuestras cabezas, sonriendo con aire de culpabilidad.
Javier, amigo, un poco de advertencia más estaría bien. Oh, Javier, ¡contrólate! ¿Qué quieres? ¿Y alguna vez has oído hablar de tocar? pregunté, empujando la colcha más atrás para que pudiera ver que tenía una camiseta puesta. Toqué. Simplemente no escucharon a través de todo el coqueteo respondió, sonriendo. Todos nos reímos y Javier negó con la cabeza. De todos modos, sólo quería decirte, Ale, que mamá regresa a casa el domingo. Sonreí; no había visto a mi madre en tres semanas. ¿Sí? ¡Impresionante! exclamé con mucho gusto. Javier asintió con la cabeza, su sonrisa a juego con la mía. Sí. Bueno, está bien, voy a la cama. Mantengan el ruido bajo por aquí; no quiero saber nada. Me eché a reír y no pude resistir burlarme de él un poco más. Javier, tal vez quieras tomar prestado mi iPod, estamos calentando para la apuesta―bromeé, guiñándole un ojo. Lena se echó a reír y Javier simplemente me miró fijamente, sacudiendo la cabeza con desaprobación, cerrando la puerta detrás de él. Ángel, eres demasiado divertida dijo Lena, besando mi cuello. Cállate, HAMILTON contesté, imitando el tono bromista de Javier.
Desperté en la mañana con una enorme sonrisa en mi cara. El sol brillaba, las aves cantaban, y había despertado junto a la chica más sexy del mundo, que por casualidad estaba enamorada de mí. Sonreí contra el brazo en el que estaba acostada y presioné mi espalda contra ella, sintiendo sus pechos presionado enmi espalda donde me estaba abrazando. ¿Lena? susurré, girando mi cabeza en su dirección. Sus brazos se tensionaron alrededor de mí mientras lentamente abría sus ojos. Hola murmuró, levantando su cabeza para que pudiera besarme. Wow, amo despertarme sabiendo que finalmente eres mía. Puso la cabeza hacia atrás y suspiró con satisfacción. Entonces, ¿podemos decirle a la gente hoy que estamos saliendo? preguntó felizmente, sonriendo de oreja a oreja. Un… no. No hoy. Aún necesito hacer un poco más de trabajo de preparación en eso respondí, recorriendo mi mano por su pecho, .Gruñó.
Por “trabajo de preparación”, no querrás decir que vas a coquetear conmigo y ponerme cachonda como el infierno de nuevo como ayer, ¿cierto? preguntó, luciendo suplicante. Tendrás que esperar y ver, ¿no crees? Oh, y te doy mi permiso para tocarme un poco hoy si quieres ofrecí casualmente. Me giré para enfrentarla, sosteniendo mi cabeza en mi codo para que pudiera verlo mejor. Mmm… tocarte, ¿así? ronroneó. Arrastrando sus dedos a través de mi cuerpo lentamente, desde mi cara, abajo por mi cuello, a través de mis senos y estómago, estableciéndose finalmente justo en el interior de mi muslo. Su mano estaba tan cerca de mi centro que no pude evitar el pequeño gemido que escapó de mis labios. Trazó sus dedos a través de mi pierna, haciéndome gemir. Maldita sea, la quería tanto pero simplemente no podía, no aún. No, Lena supliqué. Dije las palabras, pero moví mis caderas inconscientemente, tratando de acercarme más a su mano. Se río, poniendo sus labios de forma que están casi tocando los míos. Prométeme que no me provocarás mucho hoy en la escuela murmuró contra mis labios mientras movía su mano a la parte exterior del muslo. No te molestaré demasiado. No puedo prometer que no te pondrás caliente bromeé, torciendo sus palabras. Estrelló sus labios contra los míos y pude sentir que estaba sonriendo. ¡Eres una maldita provocadora! Ni siquiera te das cuenta de lo que me haces gruñó, besando mi cuello suavemente. Vaya, sabía exactamente lo que le estaba haciendo, ¡la podía sentir! Le devolví el beso con pasión y se alejó después de un par de minutos, justo cuando estaba poniendo en ello.
Mejor me voy. Ella me besó otra vez mientras salía de la cama. Está bien. Te veo en un rato contesté, viendo cómo se ponía la ropa. Me guiñó un ojo mientras subía por la ventana, de regreso a su casa. A pesar de que Javier sabía, Lena seguía necesitando mantener la pretensión para sus padres. Ella  no podía exactamente ser vista salir por la puerta principal, cuando se suponía que debía estar en su cama. Me levanté de la cama y salté al cuarto de baño para una ducha. Cuando estaba seca, me quedé mirando a través de mi armario por mucho tiempo. Necesitaba algo diferente para usar hoy. Quería que Lena me viera como si realmente me quisiera enfrente de todos, porque no quería seguir mintiendo acerca de nuestra relación. Saqué una mini-falda vaquera y una blusa negra lisa con cuello en V, de manga corta. Sonreí mientras miraba mi atuendo. Esto sin duda iba a funcionar. Me vestí y me examiné en el espejo, la falda era corta, pero no demasiado corta para que pareciera una de las zorras, y la blusa era ajustada pero no demasiado, sólo lo suficiente para dar una pista de lo que estaba debajo. Sonreí y me puse un par de zapatillas de ballet, completando el atuendo. Sonriendo para mis adentros. Salté a la cocina. Lena estaba hablando con Javier, de espaldas a mí, y ya había un plato de cereal en el mostrador esperando por mí. Sentí mi corazón derretirse un poco por su consideración. Buenos días dije alegremente. Lena estaba bebiendo un vaso de agua y cuando se dio la vuelta, casi se ahoga. Javier le dio una palmada en la espalda bruscamente y se echó a reír. ¡Sip, ese era el efecto que quería! Sus ojos estaban muy abiertos y con hambre al mirarme lentamente, haciéndome sonrojar al imaginarme los pensamientos que estaba teniendo sobre mi cuerpo. Ella todavía no había hablado. Lena, ¿quieres tomar una foto? Va a durar más tiempo bromeé, comiendo mi cereal.
Eso pareció sacarla de la fantasía privada que estaba teniendo. ¿No vas a usar eso hoy cierto? preguntó, frunciendo el ceño ligeramente. Me miré a mí misma preguntándome qué quería decir con eso. No me veía tan guarra. Sí, ¿por qué? pregunté, confundida. Pensé que le gustaba la ropa; ¡desde el luego parecía que le gustaba! Ella se acercó y rodeó sus brazos alrededor de mí por la espalda. Ángel, ¿cómo diablos se supone que me voy a concentrar todo el día, sabiendo que mi hermosa novia se ve como una maldita diosa del sexo? ¿Estás torturándome a propósito? se quejó, besando el lado de mi cuello y pasando sus manos por mis muslos expuestos. Me reí y le di un codazo en el estómago. Bueno, entonces sólo tendrás que ejercer algo de control, ¿no crees? me burlé. Ella gimió y se movió de modo que estaba detrás del mostrador, probablemente para que Javier no pudiera ver que estaba tan excitada. No estás jugando nada limpio se quejó. Me reí y agarré mi bolsa. ¿Listo para irnos, Javier? pregunté, sonriendo a mi hermano, que parecía que estaba tratando de hacer caso omiso de nuestro intercambio pero estaba fallando miserablemente. Sí. Creo que Lena necesita otro minuto para calmarse, sin embargo dijo él, riendo, haciendo rodar los ojos a Lena. Me reí de su expresión de advertencia. Javier me agarró por los hombros y me empujó fuera de la puerta. Todavía estaba riéndome de Lena.
La mañana pasó volando y finalmente, la hora del almuerzo estaba aquí. Estaba tan emocionada de ver a Lena que no podía dejar de sonreír. ¿Qué demonios te pasa? preguntó Saúl, mirándome como si me hubiera vuelto loca. Nada, sólo estoy teniendo un buen día. Además, tengo hambre y ahora vamos a comer mentí sin problemas. ¿Vas a hacer otro movimiento a Lena? preguntó Karla, sonriéndome a sabiendas. Me eché a reír. Oh, diablos, sí. Sólo observa la cara de Jessy. Voy a hacer que me desee hoy. Sonreí feliz. Esto iba a ser grande y Jessy iba a odiar cada segundo de ello. No hay duda al respecto estuvo de acuerdo Karla, riendo. ¡Oh! ¡Así que por eso es la falda!  Dijo Saúl. Una mirada de comprensión cruzó su rostro. Me eché a reír y asentí. ¿Crees que va a funcionar? pregunté, en realidad quería su opinión. Él asintió con la cabeza. Oh, sí que va a funcionar. Todos los chicos en la escuela han estado hablando acerca de tus piernas asesinas hoy. Debo decir que hasta yo, que estoy totalmente enamorado de mi novia, te he comprobado  admitió, encogiéndose de hombros. Le di una palmada en el hombro. juguetonamente.
¡Ew! Eso es asqueroso, Saúl. ¡Tú eres uno de mis mejores amigos! ¡Los mejores amigos no pervierten el uno del otro! declaré, fingiendo un estremecimiento. En realidad, he estado mirándote también bromeó Karla. Yo también agregó Sarah, haciéndonos reír a todos más fuertes. Al entrar en el comedor, riendo, pude sentir algunos de los chicos mirándome. Ahora que Saúl había dicho acerca de eso, me di cuenta que tenía mucha más atención masculina de lo normal. Compramos nuestra comida. Ya vuelvo, muchachos dije, sonriendo, mientras me dirigía a la mesa donde los atletas y porritas se sentaban. Todos mis amigos se fueron a sentar en la mesa de costumbre, me miraban con ojos curiosos. Vi a Lena mientras me acercaba. Como de costumbre, había una decena de chicas colgadas a su alrededor, coqueteando descaradamente. Parecía que estaba realmente enojada. En serio, Raquel, si me tocas una vez más voy a ir a hablar con alguien acerca de ello. Esto está al borde de acoso sexual gruñó Lena, mirándola y quitando su mano fuera de su muslo. Se veía muy ofendida cuando se puso de pie y salió fuera. El resto de las chicas estaban sonriendo a sus espaldas. Prácticamente se podía leer sus pensamientos en sus caras: Una chica menos para la competencia. Reprimí una risita y me senté en la mesa. Javier no estaba allí, así que decidí sacar el máximo provecho de eso y realmente empujarla hoy. Hola, Lena ronroneé, sonriéndole seductoramente. Su rostro se iluminó cuando me vio. Hola. ¿Tuviste una buena mañana? preguntó alegremente. Puse mala cara y negué con la cabeza. Su rostro se cayó y puso su brazo sobre mi hombro, me miró preocupada. ¿Qué está mal, Ángel?
Me puse de pie y me senté en la mesa frente a ella, apoyando un pie en el banco entre sus piernas, así mi pie estaba casi tocando su entrepierna. Ella no pareció descuenta, sin embargo; seguía mirando mi cara, preocupada. Me lastimé la pierna en clase de gimnasia. Es muy doloroso. ¿Tengo un moretón? pregunté, abriendo las piernas ligeramente y apuntando a mi cara interna del muslo. Sus ojos de inmediato cayeron a mis piernas. Estoy apostando a que tenía una visión clara de mi ropa interior, porque una expresión de dolor y hambre cruzó su rostro. Me sentí un poco como una puta por hacer esto, pero al menos nadie más podía ver lo que estaba viendo, de lo contrario no lo habría hecho. Puso su mano en el músculo de mi pantorrilla y la deslizó poco a poco todo el camino hasta mi pierna, a mi cara interna del muslo, gimiendo en voz baja al hacerlo. No, no hay moretones dijo con su voz sensual, haciéndome arder en necesidad mientras masajeaba mi muslo. Hmm, ¿de verdad? Duele tanto mentí, sonriéndole. Ella estaba sonriendo hacia mí; su expresión me dijo que sabía que me estaba volviendo loca. ¿Qué tal si mejor lo besas para mí? sugerí, alzando las cejas, tratando de parecer sexy. Escuché algunos de los chicos gemir, ya que obviamente estaban viendo el intercambio. La lujuria cruzó la cara de Lena mientras asentía con una sonrisa sexy e inclinó la cabeza hacia mi pierna. Justo antes de que sus labios tocaran mi piel, alejé mi pierna. En realidad, es mejor que no. Pensé que tenías una novia bromeé. Se río y negó con la cabeza hacia mí, entrecerrando los ojos, obviamente decepcionada de que no llegó a besar mi pierna delante de toda la escuela. Tengo una novia. La amo más que cualquier otra cosa dijo, su voz llena de honestidad. Sonreí mientras mi corazón se derritió.
Bueno, no deberías estar haciendo esto, entonces, ¿eh? me burlé, sonriéndole y bajando de la mesa. Agarré a mi bandeja del almuerzo. Me parece que está bien ahora, de todos modos. Tal vez si comienza a doler de nuevo más tarde, te llamaré —coqueteé. Ella gimió cuando le guiñé y me fui a la mesa de amigos. Podía oír a los chicos, todos haciendo comentarios calientes detrás de mí acerca de cuán caliente era eso, y cómo definitivamente “aprovecharían eso”, y las chicas diciendo lo ramera que era. Me reí y me dejé caer en nuestra mesa. Karla me sonrió a sabiendas, y Silvia y Saúl estaban mirando con la boca bien abiertas. ¡Estabas tan ahí! ¡Realmente creo que podrías ganar la apuesta! dijo Silvia, mirándome con asombro. No podía dejar de reírme de ella; me miraba como si fuera una especie de diosa o algo así. Podrían servirme cuatro mil dólares admití, riendo. Sólo esperaba que Jessy realmente pagara una vez se diera cuenta de que yo fui su novia todo el tiempo. Cuando terminamos de comer, estaba caminando junto con mi grupo de amigos, cuando alguien me agarró la mano y me tiró a una parada. Chillé, un poco sorprendida, y me giré para ver a Lena sonriéndome mientras me arrastraba al salón de clases vacío más cercano. Me reí cuando vi a mis amigos caminar sin mí, ni siquiera dándose cuenta de que no estaba detrás de ellos más.
Cerró la puerta y me miró, tratando de fingir que estaba molesta conmigo, pero no había manera de que cayera por eso, ella se divertía, me di cuenta. Ángel, eso fue demasiado afirmó mientras daba un paso más cerca de mí. Di un paso atrás y choque con la pared. ¿Demasiado? Pensé que era bastante perfecto respondí en broma. Ella se río y apretó su cuerpo al mío. Eres bastante perfecta. Apartó mi pelo de mi cara suavemente, mirándome con ternura. Puse mis brazos alrededor de ella y la acerqué más, luego moví mis manos para agarrar su trasero. Ella sonrió con esa sonrisa sexy y presionó sus labios contra los míos con suavidad; gemía ligeramente y la acerqué más, con ganas de más. Se apartó para besar mi cuello, sus manos vagando por mi cuerpo, a través de mis piernas. Una de sus manos se deslizó debajo de mi falda, haciendo cosquillas con sus dedos en mi trasero provocando. Sentí chupar suavemente en mi cuello. Lena, ¿me estás dando un chupón? pregunté, riendo. Dejó de chupar por un segundo y alejó su boca de mi piel. Mmm-hmm te estoy marcando murmuró, antes de chupar en el mismo lugar otra vez. Después de unos segundos, se apartó para mirarlo, inspeccionando su obra. Parecía muy orgullosa de sí misma y estaba sonriendo de oreja a oreja. Sí, ¿y yo puedo marcarte? bromeé. Claro, si quieres. Ella estuvo de acuerdo, encogiéndose de hombros, pero en realidad luciendo un poco esperanzada. ¿Realmente quería que la marcara? Apretó los labios a los míos una vez más, pareciendo poner mi cuerpo en llamas. Por Dios, ¿cómo diablos me hacía esto? Ella era la única chica que había besado, por amor de Dios. Sin embargo, aquí estoy, ¡dejándola poner su mano en mi trasero! Sonreí cuando inclinó la cabeza hacia un lado, dándome acceso a su cuello. Justo cuando mis labios rozaron su piel, sonó la campana. Ella gimió y se alejó, mirándome con una cara de cachorro de nuevo. Falta a clases conmigo declaró ella, haciendo un mohín ligeramente.
¿Faltar a clases con ella? ¡Oh, mierda, odiaba faltar a la escuela, eso no era yo en absoluto! Um, Lena, no puedo. Estaba debatiéndome, tenía muchas ganas de pasar tiempo con ella, pero simplemente no podía soportar la idea de que mis maestros supieran que falté a clase sin necesidad. ¿Por favor? rogó, doblando sus rodillas para que así estuviéramos a la misma altura. Sus ojos azules me estaban matando. No podía decirle que no. Suspiré profundamente. Si me atrapan, entonces tú estarás en serios problemas le advertí. Si obtenía detención, me aseguraría de que ella también. Ella se río, una hermosa sonrisa se extendía por su cara mientras sacaba su celular y llamó a Javier para decirle que no me sentía bien y que me llevaba a casa. Sí, ella está bien. No, dice que se siente un poco mareada, eso es todo. No, no, lo tengo. Muy bien. Nos vemos dijo en el teléfono, sonriendo y lanzándome un guiño. Deslizó su teléfono en el bolsillo y me agarró la mano, tirando de mí desde el aula hasta el coche. Javier va a conseguir un aventón al trabajo. Así que, siempre y cuando te lleve a casa a las nueve, ni siquiera sabrá que faltamos a clases dijo alegremente. Rodé mis ojos hacia ella. ¡Como si Javier realmente creyera que estaba enferma! Él sabe que estamos faltando. Sacudí la cabeza, riendo. Javier no era tonto, él simplemente no quería decir nada. Pues bien, Ángel, ¿qué haremos? preguntó Lena, saliendo del estacionamiento con rapidez antes de que alguien nos viera salir. Me encogí de hombros con facilidad.
No me importa. Lo que tú quieras. Mientras involucrara pasar más tiempo con ella, haría cualquier cosa .Ella sonrió. ¿Quieres que te lleve a patinar otra vez? ofreció. Claro, ¿por qué no? Tengo que cambiarme primero, sin embargo; o me congelaré el trasero de otra forma. Me reí mientras sus ojos inmediatamente se dirigían a mis piernas de nuevo. Le envié un texto a Karla para decirle que iba a faltar y le pedí que recogiera cualquier trabajo que me perdiera. Cuando nos detuvimos frente a mi casa, Lena se fue a la suya a buscar algo que dijo que necesitaba, y yo corrí y me puse unos vaqueros. Pasé un cepillo por mi pelo y añadí una capa rápida de máscara de pestañas. Cuando salí de mi habitación, tomé un suéter, así no me daría frio. Corrí hacia el auto, emocionada por algún tiempo a solas con ella. Ella sonrió mientras subía. Oye, te traje esto dijo, dándome una de sus sudaderas. Fruncí ante ella, sabiendo que tenía una de las mías. ¿Por qué traería esto? Er.... ¿gracias? Es para tu pequeño trasero. Te dije traería una para que no te mojaras y te diera frío como la última vez. Aunque, tengo plena confianza en que patinarás por tu cuenta al final de esta lección se jactó, sonriendo. Bueno, no estoy segura de querer patinar si no me vas a tocar ronroneó sugestivamente.
Ella sonrió. Mmm, nunca había pensado en eso. Esperemos que no aprendas muy rápido entonces. Movió las cejas hacia mí, haciéndome reír.
El patinaje fue muy divertido. Tenía razón, era mucho mejor esta vez. Fue probablemente debido al hecho de que ella era una maestra tan buena, y porque nos pasamos casi todo el día aquí la última vez. Fue muy divertido estar con ella. Ella patinó hacia atrás al igual que lo hizo antes, sosteniendo mis manos, haciendo bromas y charlando. Solo me caí un par de veces y cada vez que interrumpía mi caída, o me atrapaba o me levantaba. La miré mientras patinamos, estaba sonriendo ampliamente y mi corazón dio un vuelco. Era tan guapa, amable y paciente. Podía sentirme enamorándome de ella. Sabía que no pasaría mucho tiempo antes de que estuviera loca por ella. Oye, ¿Qué tal si presumes un poco? Me encanta verte patinar sugerí, agarrándome en el costado por mi vida para que pudiera soltarme. Ella me dio un beso antes de irse patinando al revés, se volvió bruscamente y patinó hacia delante tan rápido que realmente me asustó. Mi corazón estaba golpeando en mi pecho a la vista de eso. Si se caía, mientras patinaba de esa manera, iba a resultar gravemente herida. El pensamiento de ella herida me aterraba. Hizo un par de vueltas, y me mostró sus habilidades, como saltar y patinar sobre un pie. Siempre me encantaba verla patinar. Se veía tan hermosa y frágil, pero nunca la había deseado por eso, hasta ahora. Se veía tan sexy cuando estaba patinando, tan poderosa y dominante. Lena quería jugar hockey profesionalmente, que ya había sido buscada por un equipo realmente bueno pero necesitaba estar en la universidad antes de que pudieran firmar. Le habían ofrecido una beca deportiva completa en una escuela muy buena en Boston, lo que significaría que tendría que mudarse cuando la escuela terminara en pocos meses. El tiempo de separación iba a matarme. Yo iba a tener pesadillas todas las noches cuando ella no estuviera allí, sin mencionar la angustia que sentiría al verla irse. Odiaba el hecho de que ella estaría tan lejos y quelas chicas estarían cayendo sobre ella. Suspiré, negándome a pensar en ello. Tenía que confiar en ella. Y lo hacía, confiaba plenamente en ella, creía que me amaba y que no quería hacerme daño. Cuando regresó a mí, patinó hasta detenerse, enviando un spray de hielo sobre un lado. ¿Es eso suficiente exhibición para ti? preguntó, envolviendo sus brazos alrededor de mi cintura y besándome tiernamente. Oh, sí. Mi novia puede patinar bien confirmé, con una sonrisa hacia ella. Mmm, di eso de nuevo. Me gusta eso gruñó, en una ronca sexy voz que hizo temblar mis entrañas. Envolví mis brazos con fuerza alrededor de su cuello y la atraje más cerca. Mi novia puede patinar ronroneé seductoramente, mirándola a los ojos. Pude sentir la ardiente pasión chisporroteando entre nosotras. Ella dobló sus rodillas así estábamos al mismo nivel, me abrazó fuertemente y luego me sostuvo, levantándome de mis pies. Empezó a patinar suavemente alrededor de la pista. Envolví mis piernas alrededor de su cintura mientras patinaba ocasionalmente haciendo pequeños giros y cambiando a patinar hacia atrás. Sus ojos no dejaron los míos. Fue la cosa más erótica y sexy que me hubiera sucedido, y todo mi cuerpo estaba anhelando por ella. Te amo tanto, Ángel susurró. Sonreí. Mis entrañas estaban rebosando de felicidad y pasión. Ella me estaba volviendo loca; yo la quería y la necesitaba. Al mirar dentro de sus hermosos ojos azules, podía ver todo su amor por mí brillando a través y eso hizo a mi corazón latir muy rápido. De repente, me golpeó como un camión, yo también la amaba. Tal vez siempre la había amada, no estaba segura. Ella tenía una manera de deslizarse detrás de mis defensas y se abría paso dentro de mi corazón, pero siempre me había negado a verla de esa manera. Me hacía sentir segura, querida, necesitada y especial; yo no quería volver a dejarla ir. La amaba como loca, más que a nada, ella era lo único que necesitaba en la vida. Abrí mi boca para decirle que yo también la amaba, pero habló primero, cortándome. Vamos a ir a cenar sugirió, patinando fuera de la pista de hielo y sentándome en el banquillo. Ella se puso de rodillas y me quitó mis patines. Sólo la miré mientras lo hacía, incapaz de mantener la sonrisa fuera de mi cara. ¿Era este chica realmente mía? ¿Cómo conseguí ser tan afortunada? Después de que conseguimos de nuevo nuestros zapatos, nos fuimos a un pequeño restaurante italiano que dijo ella que hacía la segunda mejor lasaña en el mundo. ¿La segunda mejor? pregunté riendo. Sí. Tu lasaña es genial afirmó, sosteniendo mi mano con fuerza mientras seguíamos al camarero a la mesa. Sabes que me tienes ahora, puedes parar con los elogios me burlé, riendo. Ella sonrió y sacudió su cabeza, rodando sus ojos como si estuviera siendo estúpida.
La comida era buena y el restaurante era realmente bonito, tenía velas en cada mesa y era realmente muy romántico, era tan divertido estar cerca de ella que no había un silencio incómodo. No podía dejar de preguntarme cómo no sabía nada de ella antes de que estuviéramos juntas. Supongo que fue porque la única personalidad que alguna vez me mostró fue el lado idiota que, en realidad, no parecía ser una parte de su carácter en absoluto. Lena, ¿puedo preguntarte algo? pregunté, demasiado curiosa para no preguntar.

Por supuesto. Lo que tú quieras. Se encogió de hombros, tomando un sorbo de su bebida, mirándome con curiosidad. ¿Por qué siempre fuiste tan imbécil conmigo? Si te he gustado todo este tiempo, ¿por qué siempre me enloquecías cuando éramos niñas y siendo como una idiota conmigo? Sabes que solía odiarte, ¿cierto? pregunté, alzando mis cejas, mirándola en tono de disculpa. Ella se río. Ya sabes, hay una delgada línea entre el amor y el odio. Tal vez me amabas y no te diste cuenta sugirió, sonriendo. Sonreí porque eso era exactamente lo que estaba pensando antes. No, Lena. Eras una imbécil completa para mí. Pero la mayoría de eso era un acto, ¿no? Entonces, ¿por qué lo hiciste? pregunté, necesitando la respuesta, me estaba matando porque simplemente no lo entendía. Javier. Se encogió de hombros. ¿Javier? no lo entiendo. Le di mi mejor cara de “qué demonios”. Ella sonrió con tristeza. Javier realmente no me quería cerca de ti. Me golpeó bastante un par de veces cuando éramos niños por ello. Él es realmente protector contigo. Era más fácil para mí mantenerme alejado de ti si en realidad no querías estar conmigo. Pensé que si te hacía querer estar lejos de mí, entonces yo no tendría que intentar tan dura dijo, frunciendo el ceño. Espera, ¿ella fingió ser una idiota así yo no querría estar con ella debido a Javier? ¡Maldita sea esa chica! Todos estos años, Lena, simplemente me parece una pérdida. Suspiré y sacudí la cabeza; si me lo hubiera dicho entonces, tal vez podríamos haber estado juntas durante más tiempo. Sabes, yo siempre pensé que tenías una doble personalidad le dije, riendo. Ella  también se río. ¿En serio? ¿Por qué? Bueno, siempre pensé en ti como el Lena de día, que era una idiota, imbécil, y una mujer prostituta, ligón. Luego estaba el Lena de noche, que era adorable, dulce y cariñosa. Siempre me ha gustado el Lena de noche le dije con sinceridad. Ella sonrió feliz. Bueno, la noche era cuando me detenía de tratar de alejarte. Decidí que ya que Javier no sabía nada, podía ser yo misma y disfrutar de mi tiempo contigo. Para que lo sepas, sin embargo, ambas de mis personalidades te han amado por siempre dijo, encogiéndose de hombros y sonriendo hacia mí. Aww, ¡es tan malditamente dulce! Me estiré y sostuve su mano con fuerza. Me gustaría que me lo hubieras dicho antes, realmente te odié a veces admití tímidamente, haciéndola reír. ¿Sí? ¿Cómo la vez que corté la cabeza a tu osito de peluche y la lancé a la basura? preguntó, riendo. Di un grito ahogado a la memoria de ello, ¡me había olvidado de eso! Javier había sacado mi oso de la basura y lo puso de nuevo en ml cama para mí y arregló su cabeza. Sí, ¡idiota! la regañé, luchando contra una sonrisa. Sabes que nunca hice eso, ¿verdad? Fingí cortarle la cabeza y lo escondí en mi suéter y lo puse de nuevo en tu cama un par de horas después dijo, sin dejar de reír. ¡De ninguna manera! ¡Javier me dijo que él lo recuperó para mí! Me reí. Ella sacudió su cabeza.
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3 comentarios:

  1. Awwwwwwwwwwwww cada que leo esta historia me hace amar a lena es todo lo que una mujer quisiera tener yo quiero una chica amante como lena jijijijijij. Gracias por la nueva entrega ya quiero leer la otra y espero que en los proximos capitulos maten al padre que tan malos recuerdos trae a nuestra angel :p

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  2. wooow amo la historia.... ojala pronto subas el siguiente capítulo :D

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  3. Que mujer tan especial es Lena, que amor tan puro el que profesa, que suerte tiene Ale, aunque que horrible tener que aguantar tantas admiradoras a su alrededor. Me encanta esta historia. cuídate.

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