Capítulo
17
La
manera en que Rose me hace el amor es sensacional. No ha dejado ni una parte de
mi cuerpo sin recorrer. Sé que la amo, y soy perfectamente correspondida…
Su
mano me vuelve loca, sabe cómo moverla en mi interior…
-Rose
por favor, tócame… quiero sentir tu lengua
-Tus
deseos son órdenes
¡Wow!
Sabía cómo hacerlo y eso me encantaba. Era una mezcla de sensaciones, no sé ni
cómo reaccionar… El orgasmo será inminente. Arqueé mi cuerpo, no aguanto más,
necesito explotar así sea en su boca. Sentí como mi cuerpo temblaba y ella
seguía ahí, haciéndome suya sin parar. Sentí como mi cuerpo de momento se
relajó por completo… pero no quería parar, ahora quería amarla yo. Recompensarle
el cómo me había hecho sentir. La hale, y la bese como nunca. Mi deseo no había
disminuido y en sus ojos perfectamente azules veía la pasión. La tomé y me
coloque encima de ella, recorrí su cuerpo con mis labios húmedos, no deje
espacio sin besar ni acariciar. No quería dejar de besarla y mirarla… baje mi
mano y se llenó toda de su humedad. Ella cerro los ojos…-Déjate llevar, ahora
serás mía…- y la bese, mi mano recorría su sexo. Primero entre 1 dedo y le fascino, luego fueron 2 y
gimió. Sabía que le gustaba, su cuerpo estaba tenso debajo del mío. Sentía como
me apretaba hacia su cuerpo y suspiraba junto con gemidos en mi oído. Eso me
tenía al borde de un precipicio…
Vi
como llegaba a su clímax, y deje de tocarla…
-¡¿Por
qué me haces eso Elisa?!
-Quiero
disfrutarte más… Déjate llevar
-Hazme
tuya, no aguanto más
Rozaba
mi cuerpo con el suyo, hacía mucho calor, nuestros cuerpos quemaban… se
respiraba amor y pasión. Llegue a su sexo nuevamente y le entré nuevamente mi
dedo índice y dedo medio, pero esta vez coloqué
mi dedo pulgar en su clítoris. Y sus gemidos cada vez eran más fuertes,
abrió sus ojos y su mirada me quemaba como nunca. Me tomo con sus manos y su
lengua exploro mi boca, parecía que la conocía desde siempre. Me excito tanto
que cuando sentí que llegaba a su clímax, por la pasión del beso me llevo al mío…
Nuestros cuerpo tensos a la misma vez, nuestros sexos se unieron. Su mirada era
profunda, el azul de su mirar era más intenso que nunca… La mire fijamente.
-Ahora
si estoy segura, soy tuya mi Rose… ¡TE AMO!- me refugie en su cuello, mi oído
quedo en su boca y su voz fue tierna…
-Ya
lo eras… no sabes lo que me haces sentir, fue mágico. ¡Te amo!
Me
tumbé a su lado… descansábamos mientras que con mi mano paseaba por su cuerpo,
disfrutando a plenitud de su anatomía perfecta.
La Teta Feliz Historias y Relatos ® Marax - Derechos Reservados
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