Capítulo 7
Dulces Sueños
*Aleth Zyden*
¿Te ha pasado que sueñas dulcemente? ¿Qué es un sueño de
esa clase, que te gustaría quedarte dormida el resto de tu vida? En eso se
convirtió el campamento después del accidente, no me había separado de ella ni
a sol ni a sombra, como secretaria, como alumna, como castigada, cualquier
excusa fue válida para estar la mayor parte del tiempo a su lado, besos y
caricias a escondidas, había luchado acérrimamente en cada competencia solo por
lucirme ante la espectadora numero uno de todas las actividades, mi amada
Asura.
En las fogatas nos sentamos lado a lado, hablábamos de
trivialidades y bueno Giselle nos tenía el ojo bien puesto, aunque ella no
perdía tiempo echándole el cuento a alguna bella chica que incauta caía en sus
redes con cierta facilidad, era multifacética y me tenía muy bien chequeada.
Los día pasaron más rápido de lo que yo hubiera deseado, yo evadía como podía
los comentarios de Giselle que me teñían continuamente de rojo la cara.
Ya solo restaban 2 días para dar por terminada la
actividad, sabía que justamente esto me obligaría a volver a la realidad una
vez más. Lamentaba enormemente el separarme de ella cada noche, para ir con mi
grupo de competición porque algo me decía en el pecho que esta paz que ahora
sentía luego la pagaría con lágrimas de sangre, sin embargo era mejor no
pensar, menos cuando aquel ángel brillaba con la luz propia a mi lado.
-¿Te veré mañana?- Susurre a escondidas bajo la sombra de
un árbol, mientras la hermosura del crepúsculo llenaba el cielo a lo lejos,
estábamos sobre la cascada en la zona verde, pero yo aun me cuidaba de
dirigirle palabras intimas sin correr el riesgo de ser descubiertas, poco me
importaba mi reputación, era la imagen de Asura la que me preocupaba.
-Así será- Sonríe tomándome la mano detrás del árbol,
cobijándose también bajo la sombra de este junta sus labios con los míos. Pero
como cada vez que nos damos un beso las ansias crecen, porque el amor
desbordaba en nuestros corazones, porque el deseo crece con cada día que
transcurre, con cada sutil caricia, con hasta el más absurdo contacto, con cada
palabra… creciendo intolerable en las ganas ansiosas de ser solo una.
Sus delicadas manos sujetaron mi rostro firmemente mientras
profundizaba el beso, yo me aferre a su cintura tratando de sentir lo mas que
pudiera su cuerpo, así se volvía más intensa su exploración en mi boca, así me
sujetaba por la espalda con más fuerza, mas pasión, pero cuando yo esperaba que
pasara algo más, ella interrumpe el beso jadeante y se aparta de mí con esa
expresión de sapiencia que dice que no querrá acercarse más, que no va a ir más
lejos, se me escapa una maldición en mi fuero interno. Sé que también lo desea,
pero… pero porque se detiene.
-Asura…- La mire a los ojos tratando de buscar, de
encontrar el porqué de sus dudas, que la detiene. -No… entiendo-
-Debes irte, ya es tarde Aleth- Me da un beso en la frente
y sus ojos hechiceros me informan que no hay nada más que discutir, al menos no
de momento, tanta autoridad en una mirada me jode.
-Como gustes- Dije esta vez sin mucha amabilidad en mi voz,
le di la espalda dispuesta a irme cuando las sombras de la noche ya nos
alcanzaban.
-Aleth…- Escuche su voz y me detuve. -No quiero que te
vayas enojada conmigo- Susurró con tono conciliador, desbaratando todas mis
barreras con tan poco que me sentí frustrada.
Ladee la cara para mirarla de soslayo. -Asura yo no sé a
qué estás jugando conmigo…- Me di vuelta mirándola a los ojos aunque toda mi
resolución no fuera más que una careta, cada vez que me apartaba de ella en
medio de un beso o una caricia, me sentía rechazada por la mujer a la que tanto
deseaba y amaba. Sin poder evitar un pensamiento lúgubre en la idea de que para
ella sigo siendo una niña. -Te retienes conmigo… ¡sigues pensando que soy una
mocosa como dice Freiya-Sensei!-
-Eso no es cierto…- No se atrevió a mirarme a los ojos.
-Miénteme, ¿pero miénteme bien quieres?- Dije dolida. -Sigo
siendo una niña para ti… por eso, por eso aunque te mueres porque pase conmigo…
¡no te atreves!- Su silencio me dio la respuesta tacita, así que me di la
vueltas y salí corriendo. Ya no importo que me llamase esta vez, era tan
vergonzoso y doloroso al mismo tiempo. Que no era suficientemente mujer para
ella.
Llegue a la cabaña y al abrir la puerta como si la mala
fortuna no fuera suficiente, todas se me quedaron mirando con extrañeza.
-¡Llego la capitana!- Ahora la que se extraño fui yo.
-Er… ¿me necesitaban?-
-Claro amiga… mañana es la competencia de relevos y
contamos contigo para ganar- Dijo Giselle mirándome. -Bien chicas es hora de
descansar, mañana haremos lo mejor- Un sí a coro de las presentes y las jóvenes
que compartían habitación se fueron a sus respectivos cuartos. Giselle me puso
la mano en el hombro y me indico que subiéramos al cuarto.
Ya dentro comenzamos a cambiarnos sin mayor inconveniente,
cuando estábamos en ropa interior mi amiga se me acerco y me abrazo por la cintura,
asunto que me erizo la piel si contamos que siento su pecho en mi espalda. -…
¿Giselle?-
-Veo que estas muy sensible- Una sonrisa maliciosa y las
manos de la pelirroja viajaron por mi vientre, ciertamente las cosas se han
complicado mucho durante esta semana, cada vez que beso a Asura tengo el deseo
de fundir mi piel con la suya en el instante eterno de una noche de pasión
infinita, pero ella siempre se aparta cuando las cosas se ponen interesantes.
Ahora siento que mi cuerpo está preparado para la intimidad a casi cualquier
hora del día, casi expectante de que ella lo tome, pero eso… me hace sumamente
sensible a cualquier contacto.
Recupere el control de mis deseos en instintos. -Déjalo o
te vuelvo a tirar por la cascada- Mencione con tono bromista y ella respeto mi
decisión. No es precisamente amor lo que nos une, ella es guapísima y me
considera linda también, si pasara algo con ella, se que nada cambiaria, pero
ahora todo es diferente, amo a Asura Tredyan, la directora del instituto.
-Por favor tu no lo harías- Se cruzo de brazos frente a mi
mirándome socarronamente.
-Vale sabes que no te pondría en un riesgo así dos veces,
pero no hagas que me replantee la idea- Fingí seriedad, pero ver esa expresión
divertía hacia que me costara mantenerme seria. Continuamos hasta ponernos la
pijama y nos sentamos en la cama de cada quien.
-Mañana es la competencia pero no te veo muy animada con
ese hecho y eso que eres muy competitiva- Dijo directamente y me sentí desnuda
ante su mirada, agache la cara. Cuando su silencio se prolongo y pensé que lo
dejaría pasar sus manos en mi cara me obligaron a mirarla. -Ahora que te tiene
así… no van bien las cosas con ella ¿verdad?- Asentí tímidamente. -¿Por eso
estas así?- Sus dedos recorrieron desde mi mejilla bajando por mi cuello muy
lenta y torturadoramente, mi cuerpo se estremeció. -Lo que tú tienes es falta
de sexo- Eso sí que le quito la magia al momento.
-¡Giselle! ¿Y lo dices tan olímpicamente?- La mire con
reproche y mas que sonrojada.
-Admítelo amiga no somos unas niñas, ahora eres una mujer y
estas son cosas naturales, más aun, si estas tan enamorada como lo veo de ESA
persona- Aprobé la prudencia sobre el no usar el nombre de mi amor, no sabemos
quien este chismeando por ahí, agradecí con una sonrisa su discreción.
-Lo sé… quizás no soy suficiente mujer para ESA persona-
Expresé con un sutil quebranto en mi voz. La estridente risa de Giselle me dejo
desconcertada y hasta molesta. -¡¿Hey tonta de que te ríes?!-
-No puedo creer que ese sea todo el problema- Casi la pateo
por desdeñar mi angustia.
-Claro tú no tienes ese problemita- Desvié la mirada aun
molesta.
-¿Acaso es tan difícil demostrarle que eres una mujer?-
Cuando se cruzo de brazos y me miro como si fuera lo más simple del mundo, casi
me le voy encima, pero entonces algo en mi cabeza hizo clic y encajo. -No has
intentado seducirla ¿verdad?-
Analice la situación, note que en todo lo que iba los
deseos habían fluido naturalmente y que en efecto yo no había dejado relucir mi
artillería pesada. -Es cierto- Admití derrotada.
-La verdad es que tú no sabes el potencial de seducción que
tienes… diría que tu fuerte es el de la chica seria e indiferente pero sexy,
¡al estilo sempai inalcanzable!-
-¿Oye hasta tienes categorías?- Que impresión, Giselle
estará loca ¿o no del todo?
-Aja… solo se trata de resaltar los fuertes, los dotes de
la persona… y a tu favor diré que no hay nada más deseado para los demás que lo
que piensan que no pueden obtener- Qué, qué… ¿Qué dijo? no entendí nada.
-Se mas clara-
-ESA persona te está sacando el cuerpo, evadiéndote con la
intimidad- Asentí tratando de no sonrojarme otra vez con las palabras de
Giselle. -Pues haz que te desee hasta que ya no pueda retenerse y para eso,
tienes que mostrarle todo eso que se está perdiendo. Mañana en la mañana usaras
el uniforme pulcramente y la trataras como a cualquiera de las Sensei…-
-Pero… así pensara que estoy enojada con ella-
-¿Acaso no lo estás?- Inquirió mirándome.
-Si un poco- Admití al fin.
-Por otra parte tienes una oportunidad en la competencia de
mañana-
-Que tiene de diferente esta a las otras competencias… es
un triatlón de relevos- No pude pensar en algo diferente, al cansancio y el
molimiento que sobrevendrían al final del campamento.
-El traje…- La mire extrañada. -Mañana lo veras, ahora
duérmete- Sonó a orden, aunque sabía que dormiría poco, me incline sobre la
cama y me cubrí con mi manta.
*Asura Tredyan*
Entre arrastrando los pasos con toda la resignación del
mundo, sabía que este problemita iba a salirse de mis manos, pero no pensé que
tan pronto. Aleth es para mí infortunio una persona muy perceptiva. Me deje
caer sobre el sofá de la cabaña dejando escapar un suspiro resignado, sentía la
presión de mi propio cuerpo exigiendo completar mis deseos y al mismo tiempo a
la razón batallando conmigo para que no hiciera algo de lo que habría de
arrepentirme después.
-¿Cada día es más difícil tolerarlo verdad?- Desvié la
mirada ante la obviedad del comentario de Freiya. -Pero te sientes una pervertidora
de menores ahora mismo- Lo ultimo si me tomo por sorpresa. -Ya decía yo que
para ti no sería tan fácil estar con una niña… porque así la sigue viendo una
parte de ti-
-Odio que tengas la razón-
-Entonces que harás… ¿vas a dejarlo?-
-No puedo… aunque me sienta así, yo la amo Freiya, no me
preguntes como o porque… para mi es así indiscutiblemente- La vi suspirar y
acercarse a mí. Cerré los ojos, sus manos masajeando en mi cuello tenso era un
verdadero alivio. Sentí que lentamente el sueño me resguardaba en su cobijo, la
imagen de aquella chica apareció en mi mente, sus ojos verdes, su cabello
negro, su tez pálida, ese cuerpo… todo tan hermoso en ella que me sorprendí
cuando la vi crecer a una velocidad vertiginosa, era como ver a una rosa florecer,
dando paso a una mujer apenas un año o dos menor que yo, pero con todo el porte
femenino que me robara el aliento.
Se acerco a mí acariciando mi mejilla, su sonrisa
insistente me dejo tonta y sin palabras, en unos momentos sus labios apresaron
los míos al no ver movimiento de mi parte. Sus labios me quemaban, sus manos
comenzaban a recorrerme tan delicadamente que me erizaba la piel, dulcemente
real… real… sentí una presión mayor puesta sobre mi cuerpo, mi amada succiono
mis labios casi dolorosamente, luego sentir una mordedura en el cuello
demasiado intensa, hasta dolorosa… algo desgarró aquella realidad, lentamente
abrí los ojos y la imagen de Aleth se evaporo en el rostro de Freiya. Todo el
deseo, toda sonrisa o disfrute de la situación se esfumo con el sueño.
-Apártate- Dije conservando la calma.
-Se te olvida que yo si soy una mujer… y te complacería si
gustases- Mencionó sentada sobre mí, con su mano aun en mi pecho, presiono ya
bajo mi ropa en el pezón, pero para mí el libido se apago por completo cuando
supe que era ella y no Aleth quien hasta mis deseos más íntimos se había
llevado consigo.
-¡Esto no está bien!- La mire con reproche sacando su mano
de debajo de mi ropa y apartándola de mí mas fieramente. -No es como en la
universidad Freiya… nada es igual ahora- Susurre esta vez decepcionada. -Se
supone que tu lo entenderías- Me levante de la silla y subí a mi cuarto, el
cual cerré con llave para asegurarme esta vez que nada interfiriera con mis
sueños.
-0-0-0-
Aquella mañana fue más solitaria de lo habitual, cuando
salí de mi cuarto note que Freiya ya se había marchado a pesar de ser todavía
tan temprano. Fui a prepararme, la ducha me reconforto un poco pero había sido
una noche terrible, no pegue un ojo debido a la sospecha de que cierta tozuda
intentara de nuevo lo de anoche, luego me sentía mal por Aleth, los rechazos y
ahora esto, ¿con qué cara miraría a la luz de mi vida? Salí de la cabaña y note
que en realidad no era tan pronto, los grupos de la competición del día de hoy
se organizaban… camine unos pocos metros y me quede helada.
Freiya hablaba con una estudiante que por la banda roja en
el brazo no era otra que Aleth. Sentí de pronto que la frescura del baño se
evaporaba pues comencé a sudar de los puros nervios, pero nada de esto se dejo
ver en mi rostro, camine junto a ellas tan serena como si nada pasara.
-Debes asegurarte de no sobre esforzarte mucho Zyden…
recuerda que está muy reciente la caída-
-Le aseguro que no me pasara nada Sensei… me esforzare con
cuidado- Menciono mi chica hermosa con total seriedad ante Freiya y yo respire
aliviada al escuchar el tema de conversación.
-Buenos días a las dos- Sonrío llegando junto a las dos.
-Buenos días Tredyan-sama- Tuve que conservar la compostura
cuando la voz fría de Aleth murmuró mi apellido sin el menor dejo de afecto.
-Debo retirarme Sensei… directora- Una venia llena de cortesía galante, la vi
marcharse y con ella se fue mi alma, pero se quedo mi corazón inquieto.
Se alejaron de mi sus pasos rápidos pero firmes, su cabello
en una coleta, los húmedos mechones sobre su rostro inexpresivo y el brillo
fiero de su mirada verde. Si su sola expresión no bastase para hacerme desear
borrar con un beso apasionado cualquier enojo de su faz, aquel traje negro
enterizo que principiaba en sus hermosos muslos y terminaba en su delicado
cuello, carente de mangas, ajustado a su talle y definitivamente sexy... me
hizo desear correr tras ella y robármela un ínstate para apagar la sed de mi
ansiedad por ella. Y aun así el hielo de su comportamiento no basto para apagar
la flama de mi amor por ella, pero fue suficiente para que me retuviera de
cometer alguna bestialidad.
El intento de huida de Freiya me despertó de mis
cavilaciones y me recordó que no debía andar babeando por una alumna en un
claro atiborrado de gente, pero que si me concedía al menos hablar con un tono
de voz moderado sin ser escuchada en el barullo de los alumnos.
-¿Qué le has dicho?- Pregunte con una voz autoritaria que
no admitía evasiva alguna.
-Solo la cuestione por su salud- Desvió la mirada. -No te
preocupes… no se ha enterado de lo que paso anoche-
-Que ha pasado, si no que mi mejor amiga se ha aprovechado
de las circunstancias- Mencione con reproche y cuidando el volumen de mi voz.
-Míralo como gustes… pero recuerda que ya no eres una niña
Asura, no cambies las circunstancias solo para no afectar a tu consciencia… tú,
de esa no tienes y mejor que siga así… conviene a tus planes- Hizo hincapié en
‘tus planes’ antes de darme la espalda y marcharse.
Me dejo helada con las últimas palabras, había estado
soñando tan dulcemente con aquella hermosa jovencita, que la realidad pareció
por un buen tiempo algo etéreo. Oprimí en mis puños la frustración que no
delato jamás mi rostro pétreo. Deje que solo mis ojos acusaran la confusión que
asomaba en mi alma ante la disyuntiva que se formaba en mi vida. Y de alguna
forma sentí una aprensión terrible en el pecho. El instinto me gritaba que
pronto tendría que escoger entre ella y mi venganza.
-Tredyan-sama…- Interrumpió con voz agitada una jovencita.
-Esos no son los modos señorita- Mencione con una sonrisa a
la pequeña que se notaba de nuevo ingreso. La penumbra de mi alma no debe tocar
la pureza de un corazón que apenas comienza a florecer, sonríe Asura… no lo
olvides.
-Lo… lo siento- Su tenue sonrojo resulto muy enternecedor.
-Se que no volverá a pasar, una verdadera señorita se
aproxima con elegancia- Vi como la niña asentía enérgicamente y no evite sentir
melancolía. -Ahora dime qué es eso tan urgente-
-La solicitan para la inauguración de la última
competencia… Matsuda-Sensei está próxima a reemplazarla si no llega a tiempo-
Me costó mantener la poca amabilidad que me quedaba, pero
no apure el paso siquiera no iba a darle tal importancia a una mujer que definitivamente
encontraba divertido molestarme, lo cual es poco inteligente si me lo preguntan
obviando el hecho de que la gente ignora que soy la propietaria de la Academia
Nadeshiko.
La alumna camino a mi lado hasta conducirme con Matsuda,
quien ya se disponía a tomar el auricular y hasta a ocupar mi lugar en el atril
de jurados. Agradecí a la pequeña y camine serenamente, del mismo modo que me
dirigí a Hikary. -Matsuda-Sensei agradezco su iniciativa en cuanto a reemplazar
mis labores dada mi ausencia, pero creo que como ve hoy puedo hacerlas por mí
misma, así que si me permite…- Quizás espero un reprimenda pero yo gozo más de
la sutil ironía y el escarnio público.
Me puse frente a las cientos de estudiantes y con una
sonrisa improvise un poco el discurso.
La belleza de las flores es perfecta casi divina, allí
donde la hermosura que destella tan digna planta puede ser percibida en todo su
esplendor por un buen observador, siempre será aun más apreciada por aquel que
la hubiere visto crecer y cuidado con esmero… cuando observas a las flores
desde que son apenas botones recién germinados, así hasta el instante culmen
del florecimiento, solo entonces valoras el significado del cambio que se ha
obrado en cada una de ellas.
Que son ustedes, si no flores únicas en su variedad cada
una, con tan diferentes necesidades que solicitan diferentes cuidados, y
jardinero sea aquel que perciba esas necesidades y les brinde cura al mal que
las aqueja… empero el jardinero es también quien las contempla mientras crecen,
quien las observa en silencio y celebra sus meritos casi como propios pues por
amor así se siente cualquier triunfo que cada una de estas flores merezca.
Porque su mundo es nuestro mundo en la medida que ustedes
dan los pasos que nosotros observaremos a lo lejos… si están aquí es porque
algunas son como botones recién germinados que esperan florecer pero también
hay quienes ya han florecido y velan sus espinas para defenderse sin perder por
ello encanto… la astucia de la rosa es parecer inofensiva, hermosa y sin
embargo allí están a la vista los cardos que bien sabe usar en el momento
adecuado…
Porque las flores de este jardín crecen por sí mismas y
nosotros sus jardineros, tan solo observamos con gozo como cada una aprende a
brillar en sus múltiples colores…
Apague al finalizar la pasión de mi voz sin quitar mis ojos
de ella, alineada en la primera fila con las capitanas de cada equipo. Su
rebeldía aun me incitaba pero finalmente entendí cuanto me hube equivocado
antes…
-Que comience el triatlón y cada una de lo mejor de sí
misma… llevemos pues a buen término la competencia de clausura del campamento
de la Academia Nadeshiko- Complete al finalizar ante el júbilo de las doncellas
de Nadeshiko.
Allí de algún modo comprendí que mi amada ya no es un botón
recién germinado, Aleth es ya una flor que solo está esperando ser vista por su
jardinera. Una flor exótica y hermosa, cuyo resplandor había encandilado mis
ojos por el tiempo equivalente a una vida…
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Leyendo cada capitulo me siento muy emocionada por como va la historia. Creo que el camina de la felicidad para ambas queda muy lejos aun, mi pregunta es podran aguantar muchos obstaculos? ...ya quisiera ver la cara de ambas cuando sepan q una tiene novia y q otra se casara con el padre uyyyy que emocion nos tendra los futuros capitulos
ResponderEliminarawwwwww se pone cada dia mejor . Maria
ResponderEliminarQue situaciones tan dificiles que van a vivir, vamos a ver como saldran de todo esto. Ya quiero leer el proximo capitulo. Ale (Colombia)
ResponderEliminarY los cap de Danza entre lobos??????????????? saludos!
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